TIEMPO DE ADVIENTO – CICLO A

DOMINGO III

LUNES III

12 DE DICIEMBRE – NTRA. SRA. DE GUADALUPE (F)

MARTES III

MIÉRCOLES III

JUEVES III

VIERNES III

17 DE DICIEMBRE

TIEMPO DE ADVIENTO – CICLO A

DOMINGO III

¿Debemos esperar a otro?

PRIMERA LECTURA   

Lectura del libro del profeta Isaías     35, 1-6a. 10

¡Regocíjense el desierto y la tierra reseca, alégrese y florezca la estepa! ¡Sí, florezca como el narciso, que se alegre y prorrumpa en cantos de júbilo! Le ha sido dada la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarón. Ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios.

Fortalezcan los brazos débiles, robustezcan las rodillas vacilantes; digan a los que están desalentados: « ¡Sean fuertes, no teman: ahí está su Dios! Llega la venganza, la represalia de Dios: él mismo viene a salvarlos.»

Entonces se abrirán los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos; entonces el tullido saltará como un ciervo y la lengua de los mudos gritará de júbilo.

Volverán los rescatados por el Señor; y entrarán en Sión con gritos de júbilo, coronados de una alegría perpetua: los acompañarán el gozo y la alegría, la tristeza y los gemidos se alejarán.

Palabra de Dios.

SALMO    Sal 145, 7. 8-9a. 9bc-10 (R.: cf. Is 35, 4)

R.  Señor, ven a salvarnos.

El Señor mantiene su fidelidad para siempre,

hace justicia a los oprimidos

y da pan a los hambrientos.

El Señor libera a los cautivos. 

El Señor abre los ojos de los ciegos

y endereza a los que están encorvados.

El Señor ama a los justos,

y protege a los extranjeros. 

y entorpece el camino de los malvados.

El Señor reina eternamente,

reina tu Dios, Sión,

a lo largo de las generaciones. 

SEGUNDA LECTURA  

Lectura de la carta del apóstol Santiago       5, 7-10

Tengan paciencia, hermanos, hasta que llegue el Señor. Miren cómo el sembrador espera el fruto precioso de la tierra, aguardando pacientemente hasta que caigan las lluvias del otoño y de la primavera. Tengan paciencia y anímense, porque la Venida del Señor está próxima. Hermanos, no se quejen los unos de los otros, para no ser condenados. Miren que el Juez ya está a la puerta. Tomen como ejemplo de fortaleza y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor.

Palabra de Dios.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Mateo         11, 2-11

Juan el Bautista oyó hablar en la cárcel de las obras de Cristo, y mandó a dos de sus discípulos para preguntarle: « ¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?»

Jesús les respondió: «Vayan a contar a Juan lo que ustedes oyen y ven: los ciegos ven y los paralíticos caminan; los leprosos son purificados y los sordos oyen; los muertos resucitan y la Buena Noticia es anunciada a los pobres. ¡Y feliz aquel para quien yo no sea motivo de tropiezo!»

Mientras los enviados de Juan se retiraban, Jesús empezó a hablar de él a la multitud, diciendo:

« ¿Qué fueron a ver al desierto? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué fueron a ver? ¿Un hombre vestido con refinamiento? Los que se visten de esa manera viven en los palacios de los reyes.

¿Qué fueron a ver entonces? ¿Un profeta? Les aseguro que sí, y más que un profeta. El es aquel de quien está escrito: «Yo envío a mi mensajero delante de ti, para prepararte el camino».

Les aseguro que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Asolado constantemente por la guerra, el pueblo de Israel ha conocido derrota tras derrota. Jerusalén ha sido destruida, el Templo profanado, y el pueblo deportado a Babilonia, condenado a trabajos forzados. Isaías medita y ora, escucha a Dios, e inspirado por Él, invita al pueblo, desalentado y herido, a que se ponga en camino en busca de su Dios Salvador. Este libro de la Consolación es una vigorosa predicación de esperanza que anuncia un tiempo de felicidad total, en el que Dios salvará a su pueblo.

***

  • El texto de la carta de Santiago pretende llamar la atención sobre la venida del Señor que se consideraba próxima, como sucedía en los ámbitos apocalípticos del judaísmo y el cristianismo primitivo. Dos elementos resuenan con fuerza: “la venida del Señor y la paciencia”. Se pone el ejemplo de la paciencia del labrador esperando las gotas de agua que vienen sobre la tierra, hasta que un día llegan y ve que se salva su cosecha. De nada vale desesperarse porque llegará la lluvia, a pesar de las épocas de larga sequía. La paciencia de que todo cambiará un día, es sinónimo de entereza y de ánimo.

***

  • El domingo pasado se presentaba la figura de Juan Bautista como un gigante del desierto que con la certeza de que estaba de parte del Dios liberador de Israel, denunció con valentía los abusos de los poderosos.
  • Hoy presenta el evangelio al mismo personaje pero, en una situación totalmente distinta. Por denunciar los pecados de Herodes es presionado por la amante del rey y se encuentra en la cárcel. 
  • El que pregonó la venida del Mesías, el que lo reconoció y lo presentó como el Cordero de Dios se encuentra perplejo. El Mesías realiza muchas obras, pero no son las que esperaba el precursor. Ha oído hablar de las obras de Jesús, pero no sabe interpretarlas. Esperaba un Mesías riguroso, victorioso; por eso se asombra al enterarse que el Cristo anda con los pobres y se dedica a curar a los enfermos.
  • Juan lo «veía» con la horquilla en la mano, dispuesto a limpiar la era, a barrer a los enemigos, a separar con absoluta claridad a los buenos de los malos, a poner en orden definitivamente las cosas. Jesús, por el contrario, recibe a todos, come con los publicanos y pecadores, el juicio en las manos del Padre. Juan amenazaba con la justicia; Jesús predicaba la gracia. Juan creía que todo terminaría pronto; Jesús hablaba de un proceso lento. Juan lo había anunciado con un hacha para cortar desde la raíz los árboles que no dan fruto. Y Jesús, al contrario, abre el tiempo de la misericordia y del perdón.
  • Juan lo había descrito como un fuego devorador. Y Jesús se muestra como la ternura del Padre volcada a la humanidad. Juan necesitaba ver la fuerza de Dios; Jesús manifestaba la debilidad del hombre y la del mismo Dios.
  • La línea de sencillez y de misericordia de Jesús lo despista. ¿Cómo es que Dios no establecía ya con su poder la justicia? ¿Vencerían de nuevo los de siempre? ¿Se habría vuelto a olvidar Dios de su pueblo? Lleno de  incertidumbre envía a dos discípulos a preguntarle si era él o había que esperar a otro.
  • Jesús apela a los profetas que hablaron del Mesías para responder a Juan. Con la alusión a los oráculos de Isaías, está diciendo que sus obras inauguran los tiempos mesiánicos; pero con el sello de la bondad y la salvación, y no de violencia y castigo. Él es el Señor. Jesús muestra las señales de su venida, que son señales de liberación: los ciegos ven, los sordos oyen, los cojos saltan de gozo, los pobres son evangelizados.
  • La venida de Jesús sorprende a sus contemporáneos y sigue sorprendiéndonos a todos nosotros. El reino de Dios que anuncia Jesús es una realidad totalmente nueva. Ante él caen todas las grandezas humanas y todos los aparatos seudo salvadores.
  • La duda de Juan resulta paradigmática. Dios es lo más esperado, pero también es lo más sorprendente porque no sigue nuestros criterios, ni se adapta a nuestros programas. Los signos de los tiempos no llegan según nosotros esperamos. Dios siempre rompe nuestros esquemas y se hace presente no cómo y cuándo queremos o creemos. Hay que estar atentos. Muchas veces puede suceder que no sabemos reconocer los signos mesiánicos, que a lo mejor se encuentran también fuera de nuestras formas institucionalizadas, y rechazamos en bloque muchas cosas sólo porque no concuerdan con nuestros esquemas.
  • El Mesías está siempre donde hay signos de liberación y de amor: Dónde recuperan la vista los ciegos y dónde se limpian los leprosos y se liberan los esclavos y viciosos. Donde se iluminan los descreídos y se entusiasman los desencantados, dónde son evangelizados los pobres y se superan situaciones injustas y se promueve el verdadero desarrollo, dónde se conjuga el verbo compartir y se crea verdadera comunidad.
  • El reino anunciado por el Mesías aparece cuando los hombres esperamos contra toda esperanza, cuando creemos en el progreso verdadero, en lo nuevo, en la posibilidad de una sociedad distinta, en las relaciones fraternales. El tiempo del Mesías esperado se hace presente cada vez que el fracaso anima a comenzar una nueva etapa de la historia sin complejos ni derrotismos, cuando cada pueblo trata de reencontrarse desde la reconciliación y el perdón.
  • El tiempo mesiánico es tiempo de todo hombre y todo el hombre, de las comunidades, tiempo de buscar nuevos senderos, de tomar conciencia, de maduración y de acción, es momento de fortalecer a los débiles, de dar fuerza a los vacilantes, de animar a los que caminan aplastados por la opresión personal o social.
  • El discípulo de Cristo no es un espectador del mundo. Participamos de las alegrías y gozos así como de las penas y sufrimientos de los hombres. «El gozo y la esperanza, la tristeza y la angustia de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de toda clase de afligidos, son también gozo y esperanza, tristeza y angustia de los discípulos de Cristo, y nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón».
  • Como Iglesia tenemos que ir encontrando, cada vez más, caminos de testimonio en favor de los hombres más pobres, de los más desheredados repitiendo la experiencia del Señor. Una «iglesia triunfal» no será nunca la verdadera respuesta. La respuesta será siempre la de Jesús: «evangelizar a los pobres», hacerse pobre con los pobres, poniendo junto a ellos nuestra propia impotencia empapada de esperanza. Esperanza que no es “providencialismo” ni simple espera pasiva. La esperanza verdadera tiene un sentido activo, concreto, eficaz, por eso, siempre compromete. La esperanza es «desear provocando lo que se desea».  En el compromiso de la persona, se ve su esperanza.
  • Jesús nos anuncia la llegada de un tiempo nuevo, por eso la única condición es luchar para que sea posible, dejándonos invadir por la gracia “de Aquel que viene en nombre de Dios” y que con su presencia desborda nuestros cálculos y posibilidades humanas.

PARA DISCERNIR

  • ¿Me siento necesitado de salvación?
  • ¿Dónde busco respuesta a mis angustias y desconsuelos?
  • ¿Qué espero de Dios?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Ven Señor Jesús

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

«No ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista, aunque el más pequeño en el Reino de los cielos es más grande que él»

Reverenciemos la compasión de un Dios que ha venido a salvar y no a juzgar al mundo. Juan, el precursor del Maestro, que hasta entonces había ignorado este misterio, cuando supo que Jesús era verdaderamente el Señor, a voz en grito dijo a los que venían a hacerse bautizar: «’Raza de víboras’ (Mt 3,6), ¿por qué me miráis con tanta insistencia? Yo no soy el Cristo. Soy un servidor y no el Señor. Soy un simple sujeto, no el rey. Soy una oveja, no el pastor. Soy un hombre, no un Dios. Al venir al mundo he curado la esterilidad de mi madre, no he hecho fecunda su virginidad; he sido sacado de lo bajo, no he descendido desde las alturas. He atado la lengua de mi padre (Lc 1,20), no he desplegado la gracia divina… Soy vil y pequeño, pero después de mí viene el que es anterior a mí (Jn 1,30). Viene después en el tiempo; pero antes, estaba en la luz inaccesible e inefable de la divinidad. ‘Viene el que puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias. Él os bautizará con el Espíritu Santo y fuego’ (Mt 3,11). Yo soy un subordinado; él es libre. Yo estoy sujeto al pecado, él destruye el pecado. Yo enseño la Ley, él lleva la luz de la gracia. Yo predico como esclavo, el legisla como maestro. Tengo por capa el sol, él los cielos. Yo bautizo con el bautismo de penitencia, él da la gracia de la adopción. ‘Él os bautizará con el Espíritu Santo y fuego’. ¿Por qué me queréis reverenciar? Yo no soy el Cristo.»

San Hipólito de Roma

PARA REZAR

Si hacés justicia a los oprimidos,

¿por qué triunfan los opresores?

Si das pan a los hambrientos,

¿por qué hay millones que mueren de hambre?

Si das libertad a los cautivos,

¿por qué tantos inocentes se pudren en las cárceles?

Ven, Señor, a salvarnos.

“El Señor abre los ojos al ciego”.

Pues ¿dónde está su consulta?

¡Hay tantos en listas de espera!

“El Señor endereza a los que ya se doblan”.

¿Han oído, hermanos míos,

los que están doblados y aplastados en la vida?

El Señor les va a quitar definitivamente

los pesos y cargas que los asfixian.

Ven, Señor, a salvarnos.

Peregrinos, transeúntes, emigrantes,

refugiados, desterrados,

villeros, mendigos:

el Señor los guarda a todos;

les dará refugio, una tierra, una casa y un trabajo.

Y ustedes, huérfanos y viudas, madres solteras,

hijos de divorciados, viejos abandonados,

sidosos y drogadictos:

ya tienen un protector,

manos fuertes que los sustenten

y los libren de abusos y soledades.

LUNES III

12 DE DICIEMBRE – NTRA. SRA. DE GUADALUPE (F)

¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?

Lectura del libro del Profeta Isaías           7,10-14; 8,10

Una vez más, el Señor habló a Ajaz en estos términos: «Pide para ti un signo de parte del Señor, en lo profundo del Abismo, o arriba, en las alturas».

Pero Ajaz respondió: «No lo pediré ni tentaré al Señor».

Isaías dijo: «Escuchen, entonces, casa de David: ¿Acaso no les basta cansar a los hombres, que cansan también a mi Dios?

Por eso el Señor mismo les dará un signo. Miren, la joven está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emanuel.

Hagan un proyecto: ¡fracasará! Digan una palabra: ¡no se realizará! Porque Dios está con nosotros.

Palabra de Dios.

SALMO          66, 2-3. 5. 7-8

R: ¡Aclame al  Señor toda la tierra!

¡Canten la gloria de su Nombre!

Tribútenle una alabanza gloriosa,

digan al Señor:

«¡Qué admirables son tus obras!». R.

Por la inmensidad de tu poder,

tus enemigos te rinden reverencia.

Vengan a ver las obras del Señor,

las cosas admirables que hizo por los hombres. R.

El gobierna eternamente con su fuerza;

sus ojos vigilan a las naciones.

Bendigan, pueblos, a nuestro Dios,

hagan oír bien alto su alabanza. R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas   1, 39-48

María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó:

« ¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor.»

María dijo entonces: «Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador.»

Palabra del Señor.

Lo que Dios dice desde la imagen Guadalupana

Los expertos coinciden en que la Virgen de Guadalupe quiso mostrarse a los antiguos pueblos indígenas con un atuendo lleno de símbolos (a manera de códice) que los habitantes de estas tierras pudieron entender fácilmente.  

Para que desde nuestra visión moderna podamos comprender la profundidad del mensaje contenido en la imagen Guadalupana es necesario conocer el significado básico de los símbolos presentes en la Santa Imagen según estas culturas indígenas.

Algunos elementos de descripción de la Imagen de la Virgen de Guadalupe

La estatura de la Virgen en el ayate es de 143 centímetros y representa a una joven cuya edad aproximada es de 18 a 20 años.

Su rostro es moreno, ovalado y en actitud de profunda oración. Su semblante es dulce, fresco, amable, refleja amor y ternura, además de una gran fortaleza.

Sus manos están juntas en señal del recogimiento de la Virgen en profunda oración. La derecha es más blanca y estilizada, la izquierda es morena y más llena, podrían simbolizar la unión de dos razas distintas.

Lleva el cabello suelto, lo que entre los aztecas era señal de una mujer glorificada con un hijo en el vientre.

Está embarazada. Su gravidez se constata por la forma aumentada del abdomen, donde se destaca una mayor prominencia vertical que trasversal, corresponde a un embarazo casi en su última etapa.

La flor de cuatro pétalos o Nahui Ollin: es el símbolo principal en la imagen de la Virgen, es el máximo símbolo náhuatl y representa la presencia de Dios, la plenitud, el centro del espacio y del tiempo. En la imagen presenta a la Virgen de Guadalupe como la Madre de Dios y marca el lugar donde se encuentra Nuestro Señor Jesús en su vientre.

El Cinto marca el embarazo de la Virgen. Se localiza arriba del vientre. Cae en dos extremos trapezoidales, que en el mundo náhuatl representaban el fin de un ciclo y el nacimiento de una nueva era. En la imagen simboliza que con Jesucristo se inicia una nueva era tanto para el viejo como para el nuevo mundo.

Rayos dorados rodean a la Virgen y le forman un halo luminoso o aura. El mensaje trasmitido es: ella es la Madre de la Luz, del Sol, del Niño Sol, del Dios verdadero, ella lo hace descender hacia el “centro de la luna” (México en náhuatl) para que allí nazca, alumbre y dé vida.

La Virgen está de pie en medio de la luna, y no es casual que las raíces de la palabra México en náhuatl son “Metz-xic-co” que significan “en el centro de la luna”. También es símbolo de fecundidad, nacimiento, vida. Marca los ciclos de la fertilidad femenina y terrestre.

Un ángel está a los pies de la Guadalupana con ademán de quien acaba de volar. Las alas son como de águila, asimétricas y muy coloridas, los tonos son parecidos a los del pájaro mexicano tzinitzcan que Juan Diego oyó cantar anunciándole la aparición de la Virgen de Guadalupe. Sus manos sostienen el extremo izquierdo de la túnica de la Virgen y el derecho del manto.

PARA REFLEXIONAR

  • Celebramos la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de América Latina. En su rostro indígena, en el rostro moreno de María reconocemos nuestra propia raza, los hijos de esta tierra latinoamericana a quienes María quiere hacer llegar su maternal protección.
  • Dios ha irrumpido en la historia del hombre haciéndose uno de nosotros. El Hijo de Dios, encarnado en María, lleva a su pleno cumplimiento las promesas hechas a nuestros antiguos padres. María, la Madre del Hijo de Dios Encarnado, se convierte en la portadora de esa salvación para Isabel que queda llena del Espíritu Santo, el cual es el único que nos hace participar de la Vida y Salvación que Dios nos ofrece en Jesús.
  • Una de las constantes en la vida de María fue y ha sido su servicio. María se presenta como la servidora, la que está siempre atenta a las necesidades del prójimo. Desde que Jesús nos la dejó como Madre, ella, con gran amor continúa realizando esta acción de amor en sus hijos.
  • María recoge las expectativas y esperanzas de salvación del “pequeño resto” de Israel, y hoy sigue siendo el prototipo de madre y mediadora que recoge los anhelos y esperanzas de los más pobres.
  • María, además de Madre de Jesús, es para nosotros figura y prototipo de la Iglesia que se convierte en misionera, en portadora de la salvación, en engendradora del Salvador, en el corazón de todos los hombres, por la fuerza del Espíritu Santo que habita en ella.
  • El pueblo indígena se encuentra en crisis después de la caída del Imperio Azteca. La presencia de María de Guadalupe viene a darle nuevas fuerzas, viene a ser Evangelio: buena noticia para este pueblo.
  • El acontecimiento encierra diferentes Buenas Nuevas. La Virgen de Guadalupe – es “La que Procede de la Región de la Luz como Águila de Fuego”-. Y el Fuego que la transforma en Sol, es el Niño-Sol que lleva en su seno. Es la Noticia portadora de Alegría.
  • Es Buena Noticia porque Guadalupe reivindica a Juan Diego en su dignidad de persona, de protagonista responsable de una historia, capaz de llevar una misión a su exitosa culminación.
  • Su Buena Noticia es una palabra eficaz. Cura sin duda al tío Bernardino que ya agoniza a causa de una enfermedad mortal. Juan Bernardino personifica al Pueblo Mexicano conquistado, abatido, contagiado. Pero Guadalupe transforma al Tepeyacac en un jardín de exquisitas, frescas, perfumadas y significativas rosas. No era  el tiempo ni el lugar apropiado para que las hubiera.
  • Nuestra Señora, transforma también el corazón de quien se abre a la novedad: Fray Juan de Zumárraga tendrá que reconocer la fuerza de lo verdadero que proviene del mundo nuevo de los conquistados. De todos ellos se hará eco y voz Santa María de Guadalupe, desde el TEPEYAC.
  • Las palabras que dice a Juan Diego: ¿Por qué temes?, ¿no estoy yo aquí que soy tu Madre? son el signo y a la vez promesa que invitan a confiar en ella y en su poderosa intercesión.
  • Hoy en América Latina Nuestra Señora de Guadalupe, despierta en nuestro pueblo una gran confianza de hijos, ya que desde su misma imagen mestiza se presenta cercana y unida al pueblo pobre para ayudarlo y defenderlo en sus dolores y angustias más profundas; y al mostrar su predilección por los humildes y necesitados nos impulsa a vivir un amor generoso y compasivo.

PARA DISCERNIR

  • ¿Experimento el cuidado de la Santísima Virgen?
  • ¿Me identifico con los más pobres de mi pueblo?
  • ¿Me siento parte del pueblo latinoamericano?

PARA REZAR

Oración a la Virgen de Guadalupe

Préstame Madre tus ojos,

para con ellos poder mirar,

porque si con ellos miro,

nunca volveré a pecar.

Préstame Madre tus labios,

para con ellos rezar,

porque si con ellos rezo,

Jesús me podrá escuchar.

Préstame Madre tu lengua,

para poder comulgar,
pues es tu lengua patena de amor y santidad.

Préstame Madre tus brazos,

para poder trabajar,

que así rendirá el trabajo una y mil veces más.

Préstame Madre tu manto,

para cubrir mi maldad,

pues cubierta con tu manto al Cielo he de llegar.

Préstame Madre a tu Hijo,

para poder yo amar.
Si tú me das a Jesús,

qué más puedo yo desear
y ésta será mi dicha

por toda la eternidad.
Amén.

MARTES III

Vino Juan…y los pecadores le creyeron

Lectura de la profecía de Sofonías           3, 9-13

Así habla el Señor:

¡Ay de la rebelde, de la impura, de la ciudad opresora! Ella no escuchó el llamado, no aprendió la lección, no puso su confianza en el Señor ni se acercó a su Dios.

Entonces, yo haré que sean puros los labios de los pueblos, para que todos invoquen el nombre del Señor y lo sirvan con el mismo empeño. Desde más allá de los ríos de Cus, mis adoradores, los que están dispersos, me traerán ofrendas.

Aquel día, ya no tendrás que avergonzarte de las malas acciones con las que me has ofendido, porque yo apartaré a esos jactanciosos prepotentes que están en medio de ti, y ya no volverás a engreírte sobre mi santa Montaña.

Yo dejaré en medio de ti a un pueblo pobre y humilde, que se refugiará en el nombre del Señor. El resto de Israel no cometerá injusticias ni hablará falsamente; y no se encontrarán en su boca palabras engañosas. Ellos pacerán y descansarán sin que nadie los perturbe.

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 33, 2-3. 6-7. 17-18. 19 y 23 (R.: 7a)

R.        El pobre invocó al Señor, y él lo escuchó.

Bendeciré al Señor en todo tiempo,

su alabanza estará siempre en mis labios.

Mi alma se gloría en el Señor:

que lo oigan los humildes y se alegren.  R.

Miren hacia él y quedarán resplandecientes,

y sus rostros no se avergonzarán.

Este pobre hombre invocó al Señor:

él lo escuchó y lo salvó de sus angustias.  R.

El Señor rechaza a los que hacen el mal,

para borrar su recuerdo de la tierra.

Cuando los justos claman, el Señor los escucha

y los libra de todas sus angustias.  R.

El Señor está cerca del que sufre

y salva a los que están abatidos.

El Señor rescata a sus servidores,

y los que se refugian en él no serán castigados.  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Mateo   21, 28-32

Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:

« ¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: «Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña.» El respondió: «No quiero.» Pero después se arrepintió y fue.

Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: «Voy, Señor», pero no fue. ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?»

«El primero», le respondieron.

Jesús les dijo: «Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios.

En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Sofonías escribe un siglo después de Isaías, aproximadamente en el 640. La historia del pueblo escogido es una larga serie de infidelidades: idolatrías, injusticias sociales, hipocresía religiosa.
  • Los primeros versículos que leemos hoy constituyen una queja dolorosa de Dios, al ver que Jerusalén, lejos de oír su voz, de buscarlo y arrepentirse con sincera conversión, se ha vuelto ciudad rebelde, manchada, opresora, ciudad materialista. Es tarea de los profetas denunciar ese mal.
  • Pero en la última parte del texto, Dios redunda en promesas de restauración mesiánica. Y no sólo para Jerusalén, sino para todos los pueblos, a los que dará «labios puros» para que «le invoquen y lo sirvan unánimes».
  • El profeta tiene una visión mesiánica y universalista; anuncia que las desgracias que sobrevendrán a Jerusalén, la purificarán y que será el comienzo de una era nueva, que verá la conversión y la afluencia de paganos en el pueblo de Dios.
  • Un pueblo que experimenta su debilidad y su pobreza, encontrará su fortaleza en una vuelta sincera a Dios, reconociéndose pobre y débil ante Él. Este reconocimiento es lo que lo hace grato a los ojos de Dios.

***

  • La conversación con los doctores de la ley viene seguida de la parábola de los dos hijos. Mientras uno de los hijos dice “sí”, sin medir las consecuencias, el otro reflexiona y vuelve sobre su primera afirmación y termina por cumplir la misión que su Padre la había confiado.
  • Jesús coloca a los fariseos como delante un espejo. De poco les sirve un piadoso cumplimiento y un santo discurso, si existe la distancia de dos mundos entre las palabras y las acciones.
  • No deja de asombrar el evangelio cuando Jesús coloca los publicanos y las prostitutas encabezando el cortejo que entra en el Reino de Dios. Jesús no hace apología del robo, ni de la prostitución. Detrás de estas comparaciones busca mostrar que a Dios sólo le interesa la confianza que el hombre es capaz de tener en su palabra de vida y salvación.
  • Los publicanos son justificados no por haber robado, sino por haber creído en quien los invitó a seguirlo. La salvación no se alcanza por acumular méritos, sino por creer en la gracia del que salva a los pobres y a los que se convierten de corazón. Juan Bautista recibió el odio de los fariseos, de los sacerdotes y de los ancianos por haber recibido a todo hombre sin pedirle otra cosa que la conversión del corazón, sin importar tanto el pasado, sino  la vida nueva de la gracia, que mira siempre hacia adelante.

PARA DISCERNIR

  • ¿Somos capaces de volver sobre nuestros pasos cuan do nos equivocamos?
  • ¿Juzgamos a los demás según su pasado o damos oportunidades?
  • ¿Nos detenemos en el pasado o confiamos en lo que Dios puede obrar en nosotros?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Quiero hacer tu voluntad Señor

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…”Oh pueblos, oh tierra entera, gritemos al Señor, y escuchará nuestra oración, porque el Señor se alegra del arrepentimiento y de la conversión de los hombres. Todas las potencias celestes esperan que también gocemos de la suavidad de Dios y contemplemos la belleza de su rostro. Cuando los hombres conservan el santo temor de Dios, la vida en la tierra es serena y dulce. Ahora, sin embargo, los hombres han comenzado a vivir según su propia voluntad y su razón, y han abandonado los santos mandamientos, y esperan encontrar felicidad sin el Señor, no sabiendo que sólo el Señor es nuestra verdadera alegría y sólo en el Señor el hombre encuentra felicidad.

Él caldea el alma como el sol reaviva las flores del campo y como el viento le acuna, infundiéndole vida.

Señor, dirige tu pueblo hacia ti, para que conozca tu amor y todos vean en el Espíritu Santo la mansedumbre de tu rostro: que todos gocen aquí en la tierra de la visión de tu rostro y -viéndote como eres- se asemejen a ti. Gloria al Señor, porque nos ha concedido el arrepentimiento y por medio del arrepentimiento todos seremos salvados sin excepción”…

Archimandrita Sofronio, Silvano del Monte Athos

PARA REZAR

De luz nueva se viste la tierra,

porque el sol que del cielo ha venido

en el seno feliz de la Virgen

de su carne se ha revestido.

El amor hizo nuevas las cosas,

el Espíritu ha descendido

y la sombra del que es poderoso

en la Virgen su luz ha encendido.

Ya la tierra reclama su fruto

y de bodas se anuncia la alegría,

el Señor que en los cielos moraba

se hizo carne en la Virgen María.

Gloria a Dios, el Señor poderoso,

a su Hijo y Espíritu Santo,

que en su gracia y su amor nos bendijo

y a su reino nos ha destinado.

Amén

MIÉRCOLES III

Anuncien a Juan lo que han visto y oído

Lectura del profeta Isaías 45, 6b – 8. 18. 21b – 25

«Yo soy el Señor y no hay otro: artífice de la luz, creador de las tinieblas, autor de la paz, creador de la desgracia; yo, el Señor, hago todo esto. Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad la victoria; ábrase la tierra y brote la salvación, y con ella germine la justicia; yo, el Señor, lo he creado.»

Así dice el Señor, creador del cielo _él es Dios_, él modeló la tierra, la fabricó y la afianzó; no la creó vacía, sino que la formó habitable: «Yo soy el Señor, y no hay otro. No hay otro Dios fuera de mí. Yo soy un Dios justo y salvador, y no hay ninguno más. Volveos hacia mí para salvaros, confines de la tierra, pues yo soy Dios, y no hay otro. Yo juro por mi nombre, de mi boca sale una sentencia, una palabra irrevocable: «Ante mí se doblará toda rodilla, por mí jurará toda lengua»; dirán: «Sólo el Señor tiene la justicia y el poder». A él vendrán avergonzados los que se enardecían contra él; con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.»

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 84

R: Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad al Justo.

Voy a escuchar lo que dice el Señor:

«Dios anuncia la paz

a su pueblo y a sus amigos.»

La salvación está ya cerca de sus fieles,

y la gloria habitará en nuestra tierra. R.

La misericordia y la fidelidad se encuentran,

la justicia y la paz se besan;

la fidelidad brota de la tierra,

y la justicia mira desde el cielo. R.

El Señor nos dará la lluvia,

y nuestra tierra dará su fruto.

La justicia marchará ante él,

la salvación seguirá sus pasos. R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 7,19-23

En aquel tiempo, Juan envió a dos de sus discípulos a preguntar al Señor: «¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?» Los hombres se presentaron a Jesús y le dijeron:

«Juan, el Bautista nos ha mandado a preguntarte:

«¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?»

Y en aquella ocasión Jesús curó a muchos de enfermedades, achaques y malos espíritus, y a muchos ciegos les otorgó la vista. Después contestó a los enviados: «Vayan a anunciar a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los inválidos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Y dichoso el que no se escandalice de mí.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • El único que puede salvar es Dios. Él es el todopoderoso, el creador de la luz y las tinieblas, de la paz y de las tribulaciones. Sólo a El podemos clamar pidiendo salvación y justicia.
  • Los profetas intentaban recordar al pueblo, la existencia y la actuación de ese Dios trascendente, el único, el «todo Otro», lleno de poder y de misericordia a la vez, Señor del cosmos y de la historia.
  • De esta convicción brota la oración más propia del Adviento: «cielos, lloved vuestro rocío, ábrase la tierra y brote el Salvador». El único que puede concedernos eso es Dios.

***

  • El Bautista, sigue siendo el personaje de esta semana. Envía desde la cárcel  a los discípulos con la pregunta crucial: «¿eres tú, o esperamos a otro?». El Bautista orienta a sus discípulos hacia Jesús.
  • La respuesta de Jesús es muy concreta y está llena de sentido pedagógico.
  • Sus obras, son las que demuestran que en Él se cumplen los signos mesiánicos que anunciaban los profetas y que hemos ido escuchando en las semanas anteriores: devuelve la vista a los ciegos, cura a muchos de sus achaques y malos espíritus, resucita a los muertos, y a los pobres les anuncia la Buena Noticia. Ésa es la mejor prueba de que Dios está actuando: el consuelo, la curación, la paz, el anuncio de la Buena Noticia de la salvación.
  • Todo cristiano puede, en este Adviento, ante todo crecer él mismo en su fe, y luego transmitirla a los demás, evangelizar, conducir a Jesús. Todo el que está trabajando en el campo de la evangelización, está acercando la salvación a este mundo, está siendo profeta y precursor de Adviento para los demás. Para que no sigan esperando a otro, y se enteren que ya ha venido el Salvador enviado por Dios.
  • El programa mesiánico sólo está inaugurado, sigue en marcha hasta el final. Y somos nosotros los que lo llevamos adelante.

PARA DISCERNIR

  • ¿Actuamos como el Bautista, siendo precursores de una Buena Noticia?
  • ¿Qué respuestas tenemos para las búsquedas, para las esperas de los hombres de hoy?
  • Nuestras obras ¿hablan del Dios de la Vida?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Venga a nosotros tu Reino

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

«La Buena Nueva es anunciada a los pobres»

La luz del sol, vista con los ojos de nuestro cuerpo, anuncia el sol espiritual, el «Sol de justicia» (Ml 3,20). Verdaderamente, es el más dulce sol que haya podido amanecer para los que, en aquel tiempo, tuvieron la dicha de ser sus discípulos, y pudieron mirarle con sus ojos todo el tiempo que él compartió la misma vida de los hombres como si fuera un hombre ordinario. Y, sin embargo, por naturaleza era Dios verdadero; por eso fue capaz de devolver la vista a los ciegos, hacer andar a los cojos y oír a los sordos; purificó a los leprosos y, con sólo una palabra, llamó a los muertos a la vida.

 Y aún ahora no hay nada más dulce que fijar la mirada de nuestro espíritu sobre él para contemplar y representarse su inexpresable y divina belleza; no hay nada más dulce que estar iluminados y embellecidos por esta participación y comunión con su luz, tener el corazón pacificado, el alma santificada, y estar llenos de esta alegría divina todos los días de la vida presente… En verdad, este Sol de justicia es, para los que le miran, el proveedor del gozo, según la profecía de Isaías: «¡Los justos se alegran, gozan en la presencia de Dios, rebosando de alegría!» Y también: «¡Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren!» (Sl 67,4; 33,1)

San Gregorio de Agrigento (hacia 559-hacia 594), obispo – Comentario sobre el Eclesiastés, 10,2

PARA REZAR

Tiempo de Cambio y Conversión

Adviento,

tiempo de cambio y conversión.

Para preparar el nacimiento del Señor

hay que enderezar los caminos…

nos enseña Juan el Bautista,

que a su vez lo aprendió de Isaías,

y a los dos los encontramos

en los textos bíblicos del Adviento.

Porque para vivir como Dios pide

el camino es su Palabra.

¿Qué deberás allanar en tu camino

hacia el Padre y su proyecto?

En tu vida personal, en la mía, en la nuestra…

¿Cuáles son los escollos

que ofrecemos a la senda

que el Señor nos propone?

Adviento, tiempo de cambio.

Reencuentro con Dios-Esperanza,

que busca un lugar para nacer

en nuestro corazón,

y desde allí alimentar

nuestra conversión y sostenerla…

Porque lo difícil es

perseverar en el cambio,

y por eso te pedimos,

Señor de la Esperanza,

camina con nosotros,

camina cerca nuestro,

tómanos de la mano

para no desviar el rumbo.

Ayúdanos a vivir este Adviento

como tiempo de conversión,

para aprender a dar la vuelta,

reconocer tus pasos,

y caminar, con decisión,

por el sendero del Evangelio.

Caminar al encuentro del Dios de la Vida,

abriendo el corazón a su Palabra,

aprendiendo a escuchar su llamado,

y respondiendo con compromiso de vida.

Por el camino de la justicia y la paz,

por el camino de la opción por los pobres,

por el camino de la vida comunitaria

y la esperanza tozuda en un mañana distinto,

por el camino de Jesús, con el aliento del Espíritu,

hacia el Reino del Padre…

que asoma como brote nuevo y siempre vivo

en cada Navidad.

– Que así sea –

Marcelo A. Murúa

JUEVES III

Juan es el mensajero que prepara el camino del Señor

Lectura del libro del profeta Isaías     54, 1-10


¡Grita de alegría, estéril, tú que no has dado a luz; prorrumpe en gritos de alegría, aclama, tú que no has conocido los dolores del parto! Porque los hijos de la mujer desamparada son más numerosos que los de la desposada, dice el Señor.

¡Ensancha el espacio de tu carpa, despliega tus lonas sin mezquinar, alarga tus cuerdas, afirma tus estacas! Porque te expandirás a derecha y a izquierda, tu descendencia poseerá naciones enteras y poblará ciudades desoladas.

No temas, porque no te avergonzarás; no te sonrojes, porque no serás confundida:

olvidarás la ignominia de tu adolescencia y no te acordarás del oprobio de tu viudez.

Porque tu esposo es aquel que te hizo: su nombre es Señor de los ejércitos; tu redentor es el Santo de Israel: él se llama «Dios de toda la tierra.»

Sí, como a una esposa abandonada y afligida te ha llamado el Señor: « ¿Acaso se puede despreciar a la esposa de la juventud?», dice el Señor. Por un breve instante te dejé abandonada, pero con gran ternura te uniré conmigo; en un arrebato de indignación, te oculté mi rostro por un instante, pero me compadecí de ti con amor eterno, dice tu redentor, el Señor.

Me sucederá como en los días de Noé, cuando juré que las aguas de Noé
no inundarían de nuevo la tierra: así he jurado no irritarme más contra ti ni amenazarte nunca más. Aunque se aparten las montañas y vacilen las colinas, mi amor no se apartará de ti, mi alianza de paz no vacilará, dice el Señor, que se compadeció de ti.


Palabra de Dios.


SALMO
    Sal 29, 2 y 4. 5-6. 11-12a y 13b (R.: 2a)


R. Yo te glorifico, Señor, porque tú me libraste.


Yo te glorifico, Señor, porque tú me libraste
y no quisiste que mis enemigos se rieran de mí.
Tú, Señor, me levantaste del Abismo
y me hiciste revivir,
cuando estaba entre los que bajan al sepulcro. R.

Canten al Señor, sus fieles;
den gracias a su santo Nombre,
porque su enojo dura un instante,
y su bondad, toda la vida:
si por la noche se derraman lágrimas,
por la mañana renace la alegría. R.

Escucha, Señor, ten piedad de mí;
ven a ayudarme, Señor.
Tú convertiste mi lamento en júbilo.
¡Señor, Dios mío, te daré gracias eternamente! R.


EVANGELIO

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     7, 24-30


Cuando los enviados de Juan partieron, Jesús comenzó a hablar de él a la multitud, diciendo:

« ¿Qué salieron a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué salieron a ver? ¿Un hombre vestido con refinamiento? Los que llevan suntuosas vestiduras y viven en la opulencia, están en los palacios de los reyes. ¿Qué salieron a ver entonces? ¿Un profeta? Les aseguro que sí, y más que un profeta.

El es aquel de quien está escrito: Yo envío a mi mensajero delante de ti para prepararte el camino.

Les aseguro que no hay ningún hombre más grande que Juan, y sin embargo, el más pequeño en el Reino de Dios es más grande que él.

Todo el pueblo que lo escuchaba, incluso los publicanos, reconocieron la justicia de Dios, recibiendo el bautismo de Juan. Pero los fariseos y los doctores de la Ley, al no hacerse bautizar por él, frustraron el designio de Dios para con ellos.


Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • El poema que leemos hoy en Isaías está lleno de imágenes. Dios es el esposo siempre fiel. Israel, la esposa que ha sido infiel y ha tenido que vivir como esposa abandonada, estéril, llena de vergüenza. Ahora Dios la invita a volver a su amor.
  • «El que te hizo te tomará por esposa». «Como a mujer abandonada y abatida te vuelve a llamar el Señor». «Por un instante te abandoné, pero con gran cariño te reuniré, con misericordia eterna te quiero, dice el Señor». Es un lenguaje entrañable, muestra los planes de salvación que Dios tiene para con su pueblo. Dios ofrece el perdón a Israel, le muestra su afecto, lo invita a retornar.
  • Dios nos asegura su amor eterno. La iniciativa es de Él. Él es el que ama primero.

***

  • Una alabanza del Bautista en labios de Jesús. Juan no es una caña agitada por el viento. No se doblega ni ante las presiones ni ante los halagos. Ha mostrado su reciedumbre hasta el testimonio de la muerte. Un ejemplo admirable de austeridad.
  • Un auténtico profeta, un mensajero de Dios que prepara los caminos de Cristo. De Juan debemos aprender la lección de su honradez de profeta y precursor: no se buscó a sí mismo, no sintió ninguna clase de envidia ni celos por el éxito de Jesús entre sus discípulos. La figura del Bautista nos interpela.
  • Y el Adviento, y la Navidad, es una ocasión para revisar nuestra vida y volver al amor primero.

PARA DISCERNIR

  • ¿Actuamos como el Bautista, siendo precursores de una Buena Noticia?
  • ¿Qué respuestas tenemos para las búsquedas, para las esperas de los hombres de hoy?
  • Nuestras obras ¿hablan del Dios de la Vida?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Mi amor por ti es eterno

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

“¿Pertenecemos al grupo de los que sufren por este mundo? ¿De los que miran más allá de lo invisible, hacia lo invisible? ¿Pertenecemos a los que esperan, aguardan al que debe venir? Estas son las preguntas del adviento. Si somos de éstos, nuestra pregunta, como la del Bautista, se dirige a Jesús: « ¿Eres tú el que ha de venir?». Es de verdad él, el que trae consigo el reino de la paz? Si fuese él ya se debería haber efectuado. Si es él quien debe venir, ya ha existido desde hace más de 1.900 años. ¿Se ha transformado el mundo?

Esto es lo que afirma la comunidad cristiana: él ya ha venido y ha traído con él el mundo nuevo y, sin embargo, él es todavía uno que debe venir. Gracias a su venida se ha transformado totalmente nuestro modo de ver el mundo y el tiempo. Su venida no es un acontecimiento de la historia de mundo que aconteció y pasó sin más; se trata más bien de un acontecimiento que significa el final de la historia.

Los que creen en él se sustraen a la corriente del tiempo para sumergirse en la eternidad; poseen la verdad, la pureza, la vida; como la miseria es la muerte, ya no pueden caer en desesperación, ni el mal puede espantarnos ni fuera ni dentro de nosotros: ha desaparecido, absorbido por la gracia de Dios.

De todo esto el cristianismo está seguro por la fe. Y la peculiar situación de los cristianos es tal que, mientras esté en la tierra, deben recorrer su camino en la fe y no en la visión. Esos, que en Cristo no pertenecen a este mundo ni a este evo, aunque continúan estando en el tiempo. Y dado que la venida de Jesús no es un mero acontecimiento del pasado, sino el fin de toda la historia, el que ha venido es a la vez el que debe venir y será así hasta el fin del mundo y del tiempo. Para nosotros, que continuamos viviendo en la historia, él es siempre el que Viene, el que siempre nos arranca, nos levanta más arriba de la vida y de la actividad temporal y de cuanto en ello existe de perecedero y mísero, del pecado y la muerte”. 

R. Bultmann, Sermones de Marburg, Brescia 1973,221-222.

PARA REZAR

Verbo que del cielo bajas,

Luz del Padre que, naciendo,

socorres al mundo mísero

con el correr de los tiempos:

Ilumina el corazón,

quema de amor nuestro pecho,

y borren tus enseñanzas

tantos deslices y yerros,

para que, cuando regreses

como juez de nuestros hechos,

castigues el mal oculto

y corones a los buenos.

Que la maldad no nos lance

por nuestras culpas al fuego,

mas felices moradores

nos veamos en tu reino.

A Dios Padre y a su Hijo

gloria y honor tributemos,

y al Espíritu Paráclito,

por los siglos sempiternos. Amén.

VIERNES III

Mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos

Lectura del libro del profeta Isaías     56, 1-3a. 6-8

Así habla el Señor:

Observen el derecho y practiquen la justicia,

porque muy pronto llegará mi salvación

y ya está por revelarse mi justicia.

¡Feliz el hombre que cumple estos preceptos

y el mortal que se mantiene firme en ellos,

observando el sábado sin profanarlo

y preservando su mano de toda mala acción!

Que no diga el extranjero

que se ha unido al Señor:

«El Señor me excluirá de su Pueblo.»

Y a los hijos de una tierra extranjera

que se han unido al Señor para servirlo,

para amar el nombre del Señor

y para ser sus servidores,

a todos los que observen el sábado sin profanarlo

y se mantengan firmes en mi alianza,

yo los conduciré hasta mi santa Montaña

y los colmaré de alegría en mi Casa de oración;

sus holocaustos y sus sacrificios

serán aceptados sobre mi altar,

porque mi Casa será llamada

Casa de oración para todos los pueblos.

Oráculo del Señor,

que reúne a los desterrados de Israel:

Todavía reuniré a otros junto a él,

además de los que ya se han reunido.

Palabra de Dios.

SALMO     Sal 66, 2-3. 4b-5. 7-8

R. ¡Qué los pueblos te den gracias, Señor!

El Señor tenga piedad y nos bendiga,

haga brillar su rostro sobre nosotros,

para que en la tierra se reconozca su dominio,

y su victoria entre las naciones. R.

Que todos los pueblos te den gracias.

Que canten de alegría las naciones,

porque gobiernas a los pueblos con justicia

y guías a las naciones de la tierra. R.

La tierra ha dado su fruto:

el Señor, nuestro Dios, nos bendice.

Que Dios nos bendiga,

y lo teman todos los confines de la tierra. R.

EVANGELIO

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan     5, 33-36

Jesús dijo a los judíos:

«Ustedes mismos mandaron preguntar a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad.

No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para la salvación de ustedes.

Juan era la lámpara que arde y resplandece, y ustedes han querido gozar un instante de su luz. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: son las obras que el Padre me encargó llevar a cabo. Estas obras que yo realizo atestiguan que mi Padre me ha enviado.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • En este texto Jesús hace notar que él no se apoya en testimonios que puedan dar de él los seres humanos; su única seguridad, su carta de presentación, está en el Padre que lo envía, de manera que el testimonio más perfecto que él tiene para mostrar la autenticidad de su misión serán simplemente las obras que él haga con el mandato y el poder que viene del Padre amado.
  • Al ver cumplida la misión de Jesús, esa misión que ha recibido del Padre, los hombres deberían reconocer con fe que él es realmente el Hijo de Dios; porque todas sus palabras, todas sus obras, y el conjunto de su preciosa vida en la tierra fueron una maravillosa manifestación de gloria y de hermosura, una belleza que sólo puede entenderse si lo que él decía de sí mismo era verdadero.
  • En Jesús, más que en nadie, la verdad se ofrece respetuosa y delicadamente, tratando de convencernos por su propia belleza, como quien sirve un buen banquete donde nadie está obligado a participar, pero donde todos experimentan el deseo de acercarse a una mesa tan bien preparada. Porque, como suele decir Umberto Eco, aunque toda la historia de Jesús fuera falsa, un personaje de otros planetas quedaría extasiado ante los hombres de esta tierra por el solo hecho de haber creído en esa verdad tan maravillosa, por el solo hecho de haber pensado que algo tan precioso, una entrega tan grande de Dios hecho hombre, fuera realmente posible.
  • A veces es necesario que nos detengamos simplemente a contemplar a Jesús, a mirar su vida, su entrega, su misión; porque mirándolo con los ojos bien abiertos nos nace el deseo de estar con él, de tener su amistad; y nuestra fe se fortalece, se agranda, se plenifica. (párrafos extraídos de “El Evangelio de cada día” – Víctor M. Fernández – Editorial San Pablo – Página 31)

PARA DISCERNIR 

  • ¿Por qué Jesús dice que Juan era la lámpara que arde y resplandece?
  • ¿Qué testimonios hay en los Evangelios de que algunos han querido gozar un instante de  la luz del Bautista?
  • ¿Por qué Jesús dice que su testimonio es mayor que el de Juan?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Tú eres el Hijo de Dios y mi Salvador

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

«Enciendo una lámpara para mi Ungido» (Salmo 131,17)

Mientras todo el mundo se sentía abrumado por las tinieblas del diablo y la oscuridad del pecado que gobernaba el mundo, un nuevo sol, nuestro Señor Jesucristo, tuvo a bien, llegado el tiempo, entrada la noche, extender los primeros rayos del amanecer. Antes de que aparezca esta luz, es decir, antes de que se manifieste «el sol de justicia» (Mateo 3:20), Dios ya había anunciado por los profetas, como una aurora: «envié a mis profetas antes que a la luz «(Jr 7,25 Vulgata). Más tarde, el mismo Cristo ha extendido sus rayos, es decir, sus apóstoles, para hacer resplandecer su luz y llenar el mundo de su verdad, para que nadie se pierde en la oscuridad…

Nosotros, los hombres, para realizar las tareas indispensables, antes de que el sol de este mundo se levante, nos anticipamos a la luz con una lámpara. Ahora el sol de Cristo, también tiene su lámpara, que precedió a su venida, como dice el profeta: «Enciendo una lámpara para mi Ungido» (Salmo 131,17). El Señor indica cuál es esta lámpara, diciendo de Juan el Bautista: «Este es la lámpara que arde y brilla». Y el mismo Juan, dijo, como si fuera la tenue luz de una linterna que va delante suyo: «Pero viene, el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego»(Lc 3:16). Al mismo tiempo, entendiendo que su luz tenía que ser eclipsada por los rayos del sol, predijo: «Él debe crecer y yo tengo que menguar» (Jn 3:30). De hecho, como la luz de una linterna se apaga con la llegada del sol, de igual modo, el bautismo de arrepentimiento proclamado por Juan, ha perdido su valor con la llegada de la gracia de Cristo.

San Máximo de Turín (¿-c. 420) – obispo – CC Sermón 62, 261s; PL 57, 537

PARA REZAR

[…] Gracias Dios de la Vida
porque nos invitas,
permanentemente,
a la utopía de un mundo nuevo;
porque renuevas en mí,
cada mañana,
los deseos de ser mejor,
más bueno, más fraterno, más cercano…
¡Ayúdame a vivirlo! […]

Marcelo Murúa

17 DE DICIEMBRE

De María nació Jesús llamado Cristo

Lectura del libro del Génesis         49, 1-2. 8-10

Jacob llamó a sus hijos y les habló en estos términos:

«Reúnanse, para que yo les anuncie lo que les va a suceder en el futuro:

Reúnanse y escuchen, hijos de Jacob, oigan a Israel, su padre.

A ti, Judá, te alabarán tus hermanos, tomarás a tus enemigos por la nuca y los hijos de tu padre se postrarán ante ti. Judá es un cachorro de león. -¡Has vuelto de la matanza, hijo mío!- Se recuesta, se tiende como un león, como una leona: ¿quién lo hará levantar?

El cetro no se apartará de Judá ni el bastón de mando de entre sus piernas, hasta que llegue aquel a quien le pertenece y a quien los pueblos deben obediencia.»

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 71, 1-2. 3-4ab. 7-8. 17 (R.: cf. 7)

R.        Que en sus días florezca la justicia y abunde la paz eternamente.

Concede, Señor, tu justicia al rey

y tu rectitud al descendiente de reyes,

para que gobierne a tu pueblo con justicia

y a tus pobres con rectitud.  R.

Que las montañas traigan al pueblo la paz,

y las colinas, la justicia;

que él defienda a los humildes del pueblo,

socorra a los hijos de los pobres.  R.

Que en sus días florezca la justicia

y abunde la paz, mientras dure la luna;

que domine de un mar hasta el otro,

y desde el Río hasta los confines de la tierra.  R.

Que perdure su nombre para siempre

y su linaje permanezca como el sol;

que él sea la bendición de todos los pueblos

y todas las naciones lo proclamen feliz.  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Mateo   1, 1-17

Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham:

Abraham fue padre de Isaac; Isaac, padre de Jacob; Jacob, padre de Judá y de sus hermanos. Judá fue padre de Fares y de Zará, y la madre de estos fue Tamar. Fares fue padre de Esrón; Esrón, padre de Arám; Arám, padre de Aminadab; Aminadab, padre de Naasón; Naasón, padre de Salmón. Salmón fue padre de Booz, y la madre de este fue Rahab. Booz fue padre de Obed, y la madre de este fue Rut. Obed fue padre de Jesé; Jesé, padre del rey David.

David fue padre de Salomón, y la madre de este fue la que había sido mujer de Urías. Salomón fue padre de Roboám; Roboám, padre de Abías; Abías, padre de Asá; Asá, padre de Josafat; Josafat, padre de Jorám; Jorám, padre de Ozías. Ozías fue padre de Joatám; Joatám, padre de Acaz; Acaz, padre de Ezequías; Ezequías, padre de Manasés. Manasés fue padre de Amón; Amón, padre de Josías; Josías, padre de Jeconías y de sus hermanos, durante el destierro en Babilonia.

Después del destierro en Babilonia: Jeconías fue padre de Salatiel; Salatiel, padre de Zorobabel; Zorobabel, padre de Abiud; Abiud, padre de Eliacím; Eliacím, padre de Azor. Azor fue padre de Sadoc; Sadoc, padre de Aquím; Aquím, padre de Eliud; Eliud, padre de Eleazar; Eleazar, padre de Matán; Matán, padre de Jacob. Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo.

El total de las generaciones es, por lo tanto: desde Abraham hasta David, catorce generaciones; desde David hasta el destierro en Babilonia, catorce generaciones; desde el destierro en Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • La escena del Génesis nos prepara para escuchar luego la genealogía de Jesús.  La salvación futura, se perfila de un modo ya bastante concreto en este poema, en boca del anciano Jacob, que se despide de sus hijos. Es la familia de su hijo Judá, la elegida por Dios, para que de ella nazca el Mesías.

***

  • Mateo empieza su evangelio con el árbol genealógico de Jesús. No se trata de una enumeración de los antepasados de Jesús. Es la historia del «adviento» de Jesús que nos ayuda a entender mejor el misterio del Dios-con-nosotros.
  • El Hijo de Dios, la Palabra eterna del Padre, se ha encarnado plenamente en la historia humana arraigándose en el pueblo concreto de Israel. Pertenece con pleno derecho a la familia humana. Jesús, no sólo está profundamente enraizado en nuestra historia, sino que es el culmen de la historia humana.
  • Después del destierro hay muy pocos que se distingan por sus valores humanos y religiosos hasta llegar a los dos últimos nombres, José y María.  Los pensamientos de Dios no son los de los hombres. Dios va construyendo la historia de la salvación a partir personas concretas.
  • Pero el Mesías salvador nace por una intervención directa de Dios en la historia humana. Jesús no es un hombre cualquiera. El nacimiento virginal, por obra del Espíritu Santo, nos muestra esta acción de Dios como una segunda creación, que supera la descrita en el Génesis.
  • Jesús se arraiga en la humanidad al cabo de una historia marcada por el pecado, pero también por la esperanza. Todos somos solidarios de Cristo, primero por la carne y luego por la fe.
  • También la Navidad de cada año, la celebramos hombres y mujeres débiles, pecadores y con un pasado tal vez cargado de muchas sombras. Dios quiere conceder su gracia a personas que tal vez tampoco son un modelo de santidad. Esto es una invitación a mirar a todos con ojos nuevos, sin menospreciar a nadie. Nadie está imposibilitado para recibir la salvación. Jesús viene a sanar a los enfermos y a salvar a los pecadores, no a felicitar a los sanos, a canonizar a los buenos. En esto se apoya nuestra confianza.
  • En cada Navidad, el Señor quiere darnos la oportunidad de rehacer nuestra vida, de tal forma que en adelante, nos podamos manifestar como hijos de Dios, llenos de amor, de perdón y de ternura, como Él se ha manifestado con nosotros.
  • Este tiempo de adviento es un tiempo para mirarnos, reconocernos, aceptarnos, para dejar que Dios nos ame y nos salve, en y desde la historia concreta de cada uno.

PARA DISCERNIR

  • ¿Acepto mi historia y mi presente?
  • ¿Puedo leer mi vida como una historia que vamos haciendo codo a codo con Dios?
  • ¿Tengo esperanza en las promesas de Dios?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Que te reconozca Jesús

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…”Los largos y prodigiosos siglos que preceden al primer nacimiento no están vacíos de Cristo, sino penetrados por su potente influjo.

Es la agitación de su concepción la que mueve las masas cósmicas y dirige las primeras corrientes biosféricas. La preparación de su nacimiento es la que acelera el progreso del instinto y hace que el pensamiento desemboque en la tierra. No nos escandalicemos ingenuamente de la interminable espera que nos ha impuesto el Mesías.

Se requería nada menos que las espantosas y anónimas fatigas del hombre primitivo, la durable belleza egipcia, la espera inquieta de Israel, el perfume destilado del misticismo oriental, la sabiduría cien veces refinada de los griegos, para que del tronco de Jesé y de la humanidad germinase un retoño y pudiese abrirse la Flor.

Todas estas preparaciones eran cósmicamente, biológicamente necesarias para que Cristo entrase en la escena humana. Y toda esta agitación se movía por el desvelo activo y creador de su alma en cuanto que esta alma era elegida para animar al Universo.

Cuando Cristo aparece en brazos de María, en él se elevaba todo el mundo.

No, yo no me escandalizo de estas esperas interminables y de estos largos preparativos. Todavía lo contemplo en el corazón de los hombres de hoy, que, de luz en luz, caminan lentamente hacia aquel que es la luz. Caminan hacia esta Palabra que ha sido pronunciada, pero todavía no escuchada, algo así como el esplendor de las estrellas que emplean tantos años para llegar a nuestros ojos”…

P. Teilhard de Chardin, El medio divino.

PARA REZAR

Ven Señor Jesús

Ven Señor Jesús, hijo de Dios

que entraste en el mundo como uno de tantos,

que podamos en tu Iglesia mostrarte

como único salvador y redentor.

Ven Señor Jesús, a nuestra historia

de miseria y de pecado para que comprendiendo

tu amor redentor descubramos que cada momento

de nuestra existencia

forma parte de una historia de salvación.

 Ven Señor Jesús, y danos tu sabiduría y dulzura

que nos permita trabajar en las cosas cotidianas

dejando una impronta de tu presencia.

Por Mari