1 DE MAYO – SAN JOSÉ OBRERO
SANTOS FELIPE Y SANTIAGO (F)
TIEMPO PASCUAL – CICLO A
DOMINGO IV
Seguir al pastor que da su vida
PRIMERA LECTURA
Lectura de los Hechos de los apóstoles 2,14a.36-41
El día de Pentecostés, Pedro, de pie con los Once, pidió atención y les dirigió la palabra: «Todo Israel esté cierto de que al mismo Jesús, a quien ustedes crucificaron, Dios lo ha constituido Señor y Mesías.» Estas palabras les traspasaron el corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles: «¿Qué tenemos que hacer, hermanos?»
Pedro les contestó: «Conviértanse y háganse bautizar todos en nombre de Jesucristo para que se les perdonen los pecados, y recibirán el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para ustedes y para sus hijos y, además, para todos los que llame el Señor, Dios nuestro, aunque estén lejos.» Con estas y otras muchas razones les urgía, y los exhortaba diciendo: «Escapen de esta generación perversa.» Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día se les agregaron unos tres mil.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 22, 1-6
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar,
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R.
Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 2, 20b-25
Queridos hermanos:
Si, obrando el bien, soportan el sufrimiento, hacen una cosa hermosa ante Dios. Pues para esto han sido llamados, ya que también Cristo padeció su pasión por ustedes, dejándoles un ejemplo para que sigan sus huellas. Él no cometió pecado ni encontraron engaño en su boca; cuando lo insultaban, no devolvía el insulto; en su pasión no profería amenazas; al contrario, se ponía en manos del que juzga justamente. Cargado con nuestros pecados subió al leño, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Sus heridas los han curado. Andaban descarriados como ovejas, pero ahora han vuelto al pastor y guardián de sus vidas.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 10, 1-10
En aquel tiempo, dijo Jesús:
«Les aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.»
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba.
Por eso añadió Jesús: «Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- El fragmento del libro de los Hechos presenta la conclusión del primer discurso de Pedro al pueblo. Con la afirmación decidida que Dios ha constituido Señor y Mesías con poder precisamente a aquel a quien Israel rechazó y condenó a una muerte.
***
- La carta de Pedro nos confirma que por el bautismo hemos sido incorporados al redil de salvación que es la Iglesia de Cristo. Es en ella donde podremos vivir en la autenticidad su amor de Buen Pastor que nos redime y santifica.
***
- Jesús se presenta como el buen pastor, a diferencia de los salteadores que robaban al pueblo, él viene a cumplir las promesas de los profetas y las esperanzas del pueblo. Es el buen pastor que da su vida y el pastor que conoce a sus ovejas como ellas conocen al pastor.
- Cristo se presenta también como la puerta. Esta es una imagen familiar; que invita a la relación y al encuentro; es signo de apertura. Jesús construyó la puerta de la salvación mediante su crucifixión. Dios Padre le ha restituido todo dándole el señorío de cuanto existe. Y como Mesías, es la única puerta de salvación para los hombres.
- Cristo es puerta de Dios, porque nos facilita el acceso al Padre, la puerta abierta que invita a entrar en el Reino, que es como una bienvenida a la casa del Padre. En Cristo, Dios se hace accesible y cercano.
- La puerta es también el lugar por el que han de salir las ovejas para alimentarse, tomar agua, estar al aire libre, recibir el calor del sol; para que la vida se desarrolle en abundancia. Cristo, muerto y resucitado, Señor y Mesías es puerta hacia la Vida abundante. No hay otros caminos, otras puertas que lleven a la Vida que nos da el Padre.
- Cruzar la Puerta y escuchar la voz del Pastor son signos de la vida del resucitado. Las ovejas lo siguen porque conocen su voz. Para el lenguaje bíblico conocer es sinónimo de hacer experiencia. Escuchar la voz es advertir la presencia, descubrir su interioridad y obedecer. Cuando Jesús dice que nos conoce por el nombre quiere decir que tiene un conocimiento en profundidad de la naturaleza de cada uno: de lo que somos, de lo que Dios quiere que seamos y de lo que podemos llegar a ser. Dios no crea a los hombres en serie, cada uno es irrepetible, en lo físico, en lo moral, en las circunstancias de la vida, en la vocación.
- En un mundo lleno de interrogantes, los creyentes estamos convencidos de que Jesús es la respuesta y el camino, la clave que da sentido a nuestra existencia, el Maestro que nos enseña la auténtica verdad.
- Entrar por la puerta que es Cristo» es escuchar su voz, seguirlo, dejarnos llenar de todo lo que Él dijo, de todo lo que Él hizo, de la manera como Él amó, de la fidelidad con que Él vivió, de su disposición constante al servicio de los pobres y los débiles, de su constante actitud de confianza en el Padre; en definitiva: querer vivir como Él.
- La fe entra a través del oído, la voz del pastor irrumpe en el que lo escucha y como Palabra de Dios tiene capacidad de transformar los corazones. Pero hay que reconocer esta voz, entre distintas voces que se nos presentan a diario. Hay que familiarizarse con la palabra del Maestro para poder obedecer la Verdad que es Jesucristo.
PARA DISCERNIR
- ¿Qué pastores conducen mi vida?
- ¿Reconozco mi responsabilidad de pastor?
- ¿Busco mi lugar y vocación en el plan de Dios?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DIA
El Señor es mi pastor, nada me falta
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…¿Quién es Jesús? Jesús es el buen pastor. Es el mismo Señor quien nos invita a que lo pensemos así: como una Figura extremadamente amable, dulce, próxima. Sólo podemos atribuir al Señor expresarse con una bondad infinita. Presentándose con este aspecto, repite la invitación del pastor: establece una relación que sabe de ternuras y de prodigios. Conoce a sus ovejitas y las llama por su nombre. Como nosotros somos de su rebaño, resulta fácil la posibilidad de corresponder que antecede a la misma petición que le presentamos. El nos conoce y nos llama por nuestro nombre; se acerca a cada uno de nosotros y desea hacernos llegar a una relación afectuosa, filial, con él. La bondad del Señor se manifiesta aquí de una manera sublime, inefable […].
El Cristo que llevamos a la humanidad es el «Hijo del hombre», como él mismo se llamó. Es el primogénito, el prototipo de la nueva humanidad, es el Hermano, el Compañero, el Amigo por excelencia. Sólo de él puede decirse, con toda verdad, que «conocía todo lo que hay en el hombre» (Jn 2,25). Es el enviado por Dios no para condenar al mundo, sino para salvarlo. Es el buen pastor de la humanidad. No hay valor humano que no haya respetado, ensalzado y rescatado. No hay sufrimiento humano que no haya comprendido, compartido y valorado. No hay necesidad humana —con excepción de las imperfecciones humanas— que no asumiera y probara en sí mismo y propusiera a la inventiva y a la generosidad de los otros hombres como objeto de su solicitud y de su amor, por así decirlo, como condición de su salvación…
San Pablo VI, Discurso del 28 de abril de 1968.
PARA REZAR
Oración del Papa Juan Pablo II
Jesús, Hijo de Dios,
en quien habita la plenitud de la divinidad,
que llamas a todos los bautizados a «remar mar adentro«
recorriendo el camino de la santidad,
suscita en el corazón de los jóvenes
el anhelo de ser, en el mundo de hoy,
testigos del poder de tu amor.
Llénalos con tu Espíritu de fortaleza y de prudencia
para que lleguen a descubrir su auténtico ser
y su verdadera vocación.
Salvador de los hombres,
enviado por el Padre para revelar
el amor misericordioso,
concede a tu Iglesia el regalo
de jóvenes dispuestos a remar mar adentro,
siendo entre sus hermanos
manifestación de tu presencia que renueva y salva.
Virgen Santísima, Madre del Redentor,
guía segura en el camino hacia Dios y el prójimo,
que guardaste sus palabras en lo profundo de tu corazón,
protege con tu maternal intercesión
a las familias y a las comunidades cristianas,
para que ayuden a los adolescentes y a los jóvenes
a responder generosamente a la llamada del Señor.
Amén.
LUNES IV
Yo soy la puerta
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 11, 1-18
En aquellos días:
Los Apóstoles y los hermanos de Judea se enteraron de que también los paganos habían recibido la Palabra de Dios. Y cuando Pedro regresó a Jerusalén, los creyentes de origen judío lo interpelaron, diciéndole: « ¿Cómo entraste en la casa de gente no judía y comiste con ellos?»
Pedro comenzó a contarles detalladamente lo que había sucedido: «Yo estaba orando en la ciudad de Jope, cuando caí en éxtasis y tuve una visión. Vi que bajaba del cielo algo parecido a un gran mantel, sostenido de sus cuatro puntas, que vino hasta mí. Lo miré atentamente y vi que había en él cuadrúpedos, animales salvajes, reptiles y aves.
Y oí una voz que me dijo: «Vamos, Pedro, mata y come.» «De ninguna manera, Señor, respondí, yo nunca he comido nada manchado ni impuro.» Por segunda vez, oí la voz del cielo que me dijo: «No consideres manchado lo que Dios purificó.» Esto se repitió tres veces, y luego, todo fue llevado otra vez al cielo.
En ese momento, se presentaron en la casa donde estábamos tres hombres que habían sido enviados desde Cesarea para buscarme. El Espíritu Santo me ordenó que fuera con ellos sin dudar. Me acompañaron también los seis hermanos aquí presentes y llegamos a la casa de aquel hombre.
Este nos contó en qué forma se le había aparecido un ángel, diciéndole: «Envía a alguien a Jope, a buscar a Simón, llamado Pedro. El te anunciará un mensaje de salvación para ti y para toda tu familia.»
Apenas comencé a hablar, el Espíritu Santo descendió sobre ellos, como lo hizo al principio sobre nosotros. Me acordé entonces de la Palabra del Señor: «Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo.» Por lo tanto, si Dios les dio a ellos la misma gracia que a nosotros, por haber creído en el Señor Jesucristo, ¿cómo podía yo oponerme a Dios?»
Después de escuchar estas palabras, se tranquilizaron y alabaron a Dios, diciendo: «También a los paganos ha concedido Dios el don de la conversión que conduce a la Vida.»
Palabra de Dios.
SALMO Sal 41, 2-3; Sal 42, 3. 4 (R.: Cf. 41, 3a)
R. Mi alma tiene sed de tí, Dios viviente.
Como la cierva sedienta
busca las corrientes de agua,
así mi alma suspira por ti, mi Dios.
Mi alma tiene sed de Dios,
del Dios viviente:
¿Cuándo iré a contemplar
el rostro de Dios? R.
Envíame tu luz y tu verdad:
que ellas me encaminen
y me guíen a tu santa Montaña,
hasta el lugar donde habitas. R.
Y llegaré al altar de Dios,
el Dios que es la alegría de mi vida;
y te daré gracias con la cítara,
Señor, Dios mío. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 10, 11-18
En aquel tiempo, dijo Jesús:
«Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas.
Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.
Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor.
Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- En el transcurso de un viaje misionero, a través de algunas ciudades de la costa occidental de Palestina, Pedro es aleccionado por una serie de hechos sobrenaturales y se decide a anunciar el evangelio e incorporar a la Iglesia por el bautismo, al centurión Cornelio, y a su familia. Todos eran piadosos y temerosos de Dios, pero incircuncisos.
- La visión que tiene Pedro resulta confirmante de su actitud. El mantel con cuatro puntas, que coinciden con los puntos cardinales en el que hay diversos animales, es una representación de la totalidad del mundo. Los animales de diferentes especies sobre un único mantel, representan la totalidad de la creación participando de la misma dignidad.
- Se inauguraba oficialmente la apertura de la Iglesia a la gentilidad, en igualdad de condiciones con los judíos, y sin la imposición de sus prácticas religiosas y cultuales. Ciertos miembros de la comunidad, querían imponer a los demás sus propias costumbres, y acusan a Pedro de ser traidor a su patria por el hecho de ir hacia los gentiles. En Jerusalén, al ser cuestionado «por estos partidarios de la circuncisión», Pedro da razón de su actitud, invocando los sucesos sobrenaturales con los cuales el Espíritu Santo se le anticipaba, y lo lleva a actuar en esa dirección.
- La toma de posición audaz de Pedro en la casa de Cornelio, es una medida pastoral profética y ejemplificadora para la Iglesia naciente.
- El llamado “Pentecostés de los gentiles”, daba lugar a un nuevo signo de los tiempos, al mismo tiempo que mantenía una unidad dinámica y peregrinante de la comunidad cristiana.
***
- El nombre de pastor es muy expresivo para la cultura en la que se movía el pueblo judío. En el Antiguo Testamento, se aplica a Dios con relación a su pueblo, y también a los reyes como David, a los sacerdotes, o a los gobernantes, y ahora en el Evangelio a Cristo, y más tarde al ministerio de Pedro.
- A veces se habla de malos pastores, como los descritos por Ezequiel. Otras, del auténtico pastor: Yahvé en el Antiguo Testamento, Jesús en el Nuevo Testamento.
- El capítulo 10 de san Juan, que leemos hoy y mañana, está dedicado al Buen Pastor desde diversas perspectivas. El pasaje de hoy no habla tanto del pastor, sino de la puerta.
- Para comprender bien la imagen que presenta Jesús, conviene conocer las costumbres de los pastores de oriente. Durante la noche, varios pastores se turnan entre sí para agrupar sus rebaños en un solo redil, vigilado por uno solo. Los ladrones sólo pueden entrar saltando las cercas. Al llegar la madrugada, los pastores retornan al redil y el cuidador de turno, les abre y pueden llamar a sus ovejas para llevarlas a pastar.
- Las ovejas oyen su voz, y él las llama por su nombre y las saca afuera; y cuando las ha sacado todas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque han reconocido su voz. Al extraño no lo seguirán sino que huirán de él.
- Como todo oriental, Jesús utiliza las comparaciones en abundancia; y a través de ellas se presenta como Aquel que abre a la humanidad a una nueva realidad. El buen pastor nos conduce hacia la felicidad, hacia los verdaderos alimentos.
- La metáfora de Cristo como puerta, nos sitúa ante el siempre actual dilema de aceptar o no a Cristo, como el camino y el único Mediador, que da sentido a nuestra vida. Sólo por Él tenemos acceso a la seguridad del redil. Sólo por Él podemos salir a los pastos buenos. Jesús es el único Mediador, por el que la gracia y la palabra de Dios alcanzan a todos, y por el que nuestra respuesta de fe llega al Padre. Sólo el que pasa por él, el que cree en él, entra en la vida.
- Fuera de Él, la humanidad queda encerrada en sí misma porque ninguna teoría, ninguna ideología, ninguna religión o sistema puede liberarla de «no ser más que hombres, y por lo tanto, de morir». Jesús nos saca de esta impotencia y nos introduce en el ámbito de Dios, un «espacio infinito, eterno se abre a nosotros, por esta Puerta». En Jesús la eternidad se hace tiempo.
- Jesús, Buen Pastor, es el espejo en que tenemos que mirarnos todos los que de alguna manera somos «pastores», es decir, tenemos cargos de autoridad con relación a otros, en la Iglesia, en la familia, o en cualquier ámbito de la comunidad.
- Cristo como buen Pastor, se nos da Él mismo en la Eucaristía; como la Palabra que ilumina, y nos da su Cuerpo y su Sangre como alimento que nos fortalece, para entrar por Él y guiar a otros por mismo camino.
PARA DISCERNIR
- En este momento preciso de mi vida, ¿qué aspecto de la vida de Jesús debo seguir?
- ¿Somos dóciles a los signos con los que el Espíritu nos quiere conducir?
- ¿Cómo resolvemos las tensiones inevitables que se crean en una comunidad, ante situaciones nuevas y pareceres diferentes?
- ¿Nos buscamos a nosotros mismos o la voluntad de Dios y el bien de la comunidad?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
El Señor es mi pastor, nada me falta
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…El Verbo hecho hombre es esta puerta; se abrió en su encarnación y no volvió a cerrarse ya después de su muerte. En el momento de su muerte se rasga, no sólo en el Templo de Jerusalén, sino también en el templo de la Sión celestial, el velo que ocultaba el Santo de los Santos. El acceso «al Rey de los siglos, inmortal, invisible, único Dios» (1 Tm 1, 17), que «habita una luz inaccesible, a quien ningún hombre vio ni puede ver» (1 Tm 6, 16), se ha abierto de una manera maravillosa e inefable. La Santa humanidad de Cristo es la puerta. «Abrió las puertas del cielo y llovió sobre ellos el maná» (Sal 77, 23-24). Descendió del Padre como «pan del cielo» y «alimento de los ángeles». Como «Pastor» abrió las puertas, y ha salido por ella como «Cordero de Dios».
Es a la vez, el pastor, el cordero, el pan del cielo, y también la puerta que permite la salida de estas maravillas del mundo oculto de Dios. Pero la puerta supone separación entre interior y exterior. Cristo ha salido del interior, del seno del Padre, a quien «nadie vio jamás» (Jn 1, 18). Ha venido a nosotros para darnos noticia del Padre, y de nuevo ha vuelto a El para esperarnos en el trono de Dios. La puerta ha quedado abierta, pues la ha abierto para nosotros -el pastor para su rebaño-, para que le sigamos. «Yo soy la puerta; el que por mí entrare se salvará, y entrará y saldrá y hallará pastor». Con El, que por su muerte y resurrección ha entrado allí para siempre, entramos también nosotros en la misteriosa morada de Dios. Lo que allí nos espera, nos lo dice Clemente de Alejandría, con su habitual maestría: «Yo soy la puerta, dice el Señor: esta puerta ha de conocerla quien quiera conocer a Dios. Espirituales son las puertas del Verbo y las abren las llaves de la fe. A Dios no le ha conocido nadie sino el Hijo, y aquellos a quienes el Hijo quiso revelarle. Pero quien abre la puerta cerrada, después consigue descubrir también el interior y contempla cosas que ni soñar podía. Esto solo es posible a través de Cristo, ya que El es la única forma de contemplar a Dios» (Exhortatio, 10, 2 ss.). Pero aún no hemos entrado para siempre. Debemos, mientras continuemos en esta vida, volver a salir de nuevo, como El salió por nosotros para abrirnos la puerta; volver a salir hacia aquellos que aún continúan fuera, para darles noticia del interior, abrir la puerta para enseñarles el camino y conducir el rebaño al redil.
Emiliana Lohr. El año del Señor, El misterio de Cristo en el año litúrgico II -Edic.Guadarrama- Madrid 1962.Pág. 215 ss.
PARA REZAR
No te alejes de nosotros, Señor…
Mi Señor, mi Buen Pastor, Hijo del Padre,
fuente de luz, tormenta de fe,
que vienes a sacudir nuestra dormida esperanza,
que nos envías a Tu Madre para enamorar
nuestros fríos corazones,
que luchas con amor para conquistar los espíritus inquietos
por las angustias del mundo.
Óyenos Señor, escucha a tus hermanos aquí,
juntos queremos seguirte,
donde Tú quieras que nuestros pasos se dirijan.
Nuestros corazones quieren pertenecerte, por siempre.
Nuestras almas sedientas de Tu luz
solo quieren verte sonreír junto a Tu Madre.
Danos el consuelo infinito de saber
que Tu Misericordia ve con ojos agradables
nuestro arrepentimiento por tanto error cometido.
Haznos fuertes, Señor, haznos fuertes
en la entrega a Vos, nuestro Dios.
Haznos pequeños y dóciles para que dejemos actuar
a Tu Santo Espíritu en nosotros,
para que Tú te hagas cargo de nuestra vida.
Haznos confiadas ovejas de Tu rebaño,
Señor, danos el abrazo de Tu Voluntad, Señor.
Que seas Tu quien nos guíe, que sea tu Madre quien nos proteja.
No te alejes de nosotros, Señor,
perdona nuestros errores y pecados, y nuestra falta de fe.
Amén.
1 DE MAYO
-SAN JOSÉ OBRERO-
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Colosas 3, 14-15. 17. 23-24
Hermanos:
Sobre todo, revístanse del amor, que es el vínculo de la perfección.
Que la paz de Cristo reine en sus corazones: esa paz a la que han sido llamados, porque formamos un solo Cuerpo. Y vivan en la acción de gracias.
Todo lo que puedan decir o realizar, háganlo siempre en nombre del Señor Jesús, dando gracias por él a Dios Padre.
Cualquiera sea el trabajo de ustedes, háganlo de todo corazón, teniendo en cuenta que es para el Señor y no para los hombres. Sepan que el Señor los recompensará, haciéndolos sus herederos. Ustedes sirven a Cristo, el Señor.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 89, 2. 3-4. 12-13. 14 y 16 (R.: 17c)
R. El Señor haga prosperar la obra de nuestras manos.
Antes que fueran engendradas las montañas,
antes que nacieran la tierra y el mundo,
desde siempre y para siempre, tú eres Dios. R.
Tú haces que los hombres vuelvan al polvo,
con sólo decirles: «Vuelvan, seres humanos.»
Porque mil años son ante tus ojos
como el día de ayer, que ya pasó,
como una vigilia de la noche. R.
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que nuestro corazón alcance la sabiduría.
¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo?
Ten compasión de tus servidores. R.
Sácianos en seguida con tu amor,
y cantaremos felices toda nuestra vida.
Que tu obra se manifieste a tus servidores,
y que tu esplendor esté sobre tus hijos. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 13, 54 – 58
En aquel tiempo:
Al llegar a su pueblo, se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal manera que todos estaban maravillados.
« ¿De dónde le vienen, decían, esta sabiduría y ese poder de hacer milagros? ¿No es este el hijo del carpintero? ¿Su madre no es la que llaman María? ¿Y no son hermanos suyos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Y acaso no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde le vendrá todo esto?»
Y Jesús era para ellos un motivo de tropiezo.
Entonces les dijo: «Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su familia.»
Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la falta de fe de esa gente.
Palabra del Señor.
A finales del siglo XIX y principio del XX, el 1 de mayo se convirtió en una fecha reivindicativa y revolucionaria a favor de la clase obrera. El Papa Pío XII, en 1955, quiso darle una dimensión cristiana, e instituyó la fiesta de San José Obrero, que no sólo fue trabajador, artesano humilde, sino el modelo de todo trabajador cristiano desde su dedicación a la familia de Nazaret. De esta manera el Papa proyectaba una luz nueva sobre la dignidad del trabajo, que ofrece el medio de perfeccionar la creación, sirviendo a Dios y a los hombres, imitando a Dios Creador y al Hijo de Dios también artesano como su padre José, y uniendo los sufrimientos y contrariedades del propio trabajo a la cruz de Cristo.
PARA REFLEXIONAR
- Los evangelios nos dicen muy poco de San José, sin embargo lo presentan con cinco títulos, importantes y significativos que lo definen y definen su lugar en la historia de la salvación: se lo llama «hijo de David» (Mt 1,20), «esposo de María» (Mt 1,16), «padre de Jesús» (Lc 2,48), «hombre justo» (Mt 1,19), y «el carpintero» (Mt 13,55) que enseñó su mismo oficio a Jesús (Mc 6,3).
- Hoy celebramos al sencillo carpintero de Nazaret que tiene que trabajar cada día, para sostener a su familia con el esforzado y humilde trabajo en una vida oculta y laboriosa.
- El título de «carpintero» en San José, define no sólo un trabajo, sino una actitud frente a la vida. El trabajo es el modo concreto y cotidiano con que expresa su amor a la familia de Nazaret. Jesús participa en el trabajo y en el estilo de vida de José, y llega a ser conocido como el “hijo del carpintero”. Jesús ha redimido el trabajo que sólo era una carga, para que sea una colaboración generosa en la transformación del mundo. …“En el artesano de Nazaret, Dios nos quiere revelar la dignidad del trabajo por más simple que sea. La laboriosidad, es una virtud por la cual el ser humano puede participar en la obra de Dios, Creador y Redentor, puede hacerse en cierto sentido más humano, y puede profundizar en la amistad con Cristo. San José nos enseña a santificar la vida diaria, elevando a Cristo las obras comunes, humildes y sencillas. Redemptoris Custos, San Juan Pablo II.
- El evangelio no recoge ni una sola palabra suya, por eso la tradición, nos muestra a José como un hombre de profundo silencio, y fe madura, capaz de percibir la acción de Dios. San José, más que con sus palabras, habla con sus actitudes y gestos. Con su silencio, su obediencia, su trabajo. Fue un obrero auténtico.
- La vivencia del trabajo de San José es modélica para todos los trabajadores; de ahí que sea considerado su patrono. Al hablar de la realidad del trabajo, la Iglesia nos dice que «los fieles laicos deben desempeñar su trabajo con competencia profesional, con honestidad humana, con espíritu cristiano y especialmente como forma de su propia santificación… Es más, sabemos que mediante el trabajo ofrecido a Dios, las personas se asocian con la obra redentora de Jesucristo, cuyo trabajo con sus manos en Nazaret, ennobleció grandemente la dignidad del trabajo» (GS. 67). En este mensaje fuerte y sencillo el cristiano inmerso en el mundo está invitado a encontrar su propia espiritualidad.
- El 5 de enero de 1964, desde Nazareth, exhortaba el Papa Pablo VI a aprender la lección del trabajo, la conciencia de su dignidad. Y nos señalaba a todos «al gran modelo, al hermano divino, al defensor de todas las causas justas, es decir: a Cristo, Nuestro Señor», el hijo del carpintero, como era conocido Jesús. Y con el hijo, el padre, San José, obrero. “La Obra Bien Hecha”. El realizaría tareas sencillas, pero pondría toda su alma en hacer las cosas bien. No haría cosas extraordinarias, pero lo ordinario lo haría extraordinariamente. Que él sea nuestro ejemplo a seguir en las tareas que hagamos cada día de nuestra vida, y pidamos a él su intercesión para que nuestro trabajo sea siempre agradable a los ojos de Dios.
PARA DISCERNIR
- ¿Desde qué perspectiva valoro el trabajo?
- ¿Descubro en el trabajo un modo de santificación personal y de construcción del Reino?
- ¿Me siento colaborador en la obra creadora de Dios?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Señor yo soy tu siervo
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…”El ejemplo de Tomás Moro demuestra que le es posible a un cristiano vivir en el mundo según el Evangelio y actuar en él a imitación de Cristo; y ello en medio de su propia familia, de sus posesiones y de la vida política: es posible llevar una vida santa en medio de estas distintas situaciones, con sobriedad, sencillez y honestidad, sin caer en fanatismos ni «beaterías», de modo serio y alegre al mismo tiempo.
¿Qué es, pues, lo más importante para un cristiano que vive en el mundo? Realizar, en la fe, una opción radical por Dios, por el Señor y por su Reino, a pesar de todas las inclinaciones pecaminosas, y conservarla intacta a través de los acontecimientos ordinarios de cada día. Conservar, viviendo en el mundo, la libertad fundamental respecto al mundo, en medio de la familia, de las posesiones y de la vida política, al servicio de Dios y de los hermanos. Poseer la alegre prontitud que permite ejercer esta libertad, en cualquier momento, a través de la renuncia, y cuando estemos llamados a hacerlo, a través de la renuncia total. Sólo en esta libertad respecto al mundo, buscada por amor a Dios, es donde el cristiano, que vive en el mundo, pero recibe la libertad como don de la gracia de Dios, encuentra la fortaleza, el consuelo, el poder y la alegría que son su victoria”…
H. Küng, Libertad en el mundo. Brescia 1966, 44s.
PARA REZAR
¡San José, guardián de Jesús y casto esposo de María,
Tú empleaste toda tu vida en el perfecto cumplimiento de tu deber.
Tú mantuviste a la Sagrada Familia de Nazaret con el trabajo de tus manos. Protege bondadosamente a los que se vuelven confiadamente a ti.
Tú conoces sus aspiraciones y sus esperanzas.
Ellos se dirigen a ti porque saben que tú los comprendes y proteges.
Tú también supiste de pruebas, cansancio y trabajo.
Pero, aun dentro de las preocupaciones materiales de la vida,
tu alma estaba llena de profunda paz y cantó llena de verdadera alegría
debido al íntimo trato que gozaste con el Hijo de Dios
que te fue confiado a ti a la vez a María, su tierna Madre. Amén
San Juan XXIII
Oremos
Dios nuestro, creador del universo, que has establecido que el hombre coopere con su trabajo al perfeccionamiento de tu obra, haz que, guiados por el ejemplo de San José y ayudados por sus plegarias, realicemos las tareas que nos asignas y alcancemos la recompensa que nos prometes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
MARTES IV
El Padre y yo somos uno
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 11, 19-26
Los que se habían dispersado durante la persecución que se desató a causa de Esteban, llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, y anunciaban la Palabra únicamente a los judíos. Sin embargo, había entre ellos algunos hombres originarios de Chipre y de Cirene que, al llegar a Antioquía, también anunciaron a los paganos la Buena Noticia del Señor Jesús. La mano del Señor los acompañaba y muchos creyeron y se convirtieron.
Al enterarse de esto, la Iglesia de Jerusalén envió a Bernabé a Antioquía. Cuando llegó y vio la gracia que Dios les había concedido, él se alegró mucho y exhortaba a todos a permanecer fieles al Señor con un corazón firme. Bernabé era un hombre bondadoso, lleno del Espíritu Santo y de mucha fe. Y una multitud adhirió al Señor.
Entonces partió hacia Tarso en busca de Saulo, y cuando lo encontró, lo llevó a Antioquía. Ambos vivieron todo un año en esa Iglesia y enseñaron a mucha gente. Y fue en Antioquía, donde por primera vez los discípulos recibieron el nombre de «cristianos».
Palabra de Dios.
SALMO Sal 86, 1-3. 4-5. 6-7 (R.: 116, 1a)
R. Alaben al Señor, todas las naciones.
¡Esta es la ciudad que fundó el Señor
sobre las santas Montañas!
El ama las puertas de Sión
más que a todas las moradas de Jacob.
Cosas admirables se dicen de ti, Ciudad de Dios. R.
«Contaré a Egipto y a Babilonia
entre aquellos que me conocen;
filisteos, tirios y etíopes han nacido en ella.»
Así se hablará de Sión:
«Este, y también aquél,
han nacido en ella,
y el Altísimo en persona la ha fundado.» R.
Al registrar a los pueblos, el Señor escribirá:
«Este ha nacido en ella.»
Y todos cantarán, mientras danzan:
«Todas mis fuentes de vida están en ti.» R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 10, 22-30
Se celebraba entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno, y Jesús se paseaba por el Templo, en el Pórtico de Salomón.
Los judíos lo rodearon y le preguntaron: « ¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si eres el Mesías, dilo abiertamente.»
Jesús les respondió: «Ya se lo dije, pero ustedes no lo creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí, pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas.
Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos. Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre. El Padre y yo somos una sola cosa.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- La Iglesia encuentra su camino dejándose guiar por los acontecimientos y por el Espíritu Santo. Perseguidos y expulsados de Jerusalén fundan comunidades nuevas en los lugares donde se encuentran dispersos.
- La fundación de la Iglesia en Antioquía, capital de Siria y entonces en pleno país pagano es una etapa principal en la expansión de la Iglesia. El Espíritu empuja a los apóstoles hacia los centros vitales, los centros de influencia del mundo de entonces. Algunos se dirigen prioritariamente “a los judíos” que ya vivían de la Palabra de Dios en el Antiguo Testamento para ayudarles a ir más lejos y a descubrir a Jesucristo. Otros se dirigen prioritariamente a los «griegos», es decir, a los paganos que tienen una mentalidad totalmente distinta a la de los judíos.
- No se contentan con «crear» nuevas Iglesias locales. Cuidan de incorporarlas a la unidad de la Iglesia única. Se crean lazos entre una y otra comunidad, así se «envía a Bernabé», que pertenecía a la comunidad de Jerusalén, a la comunidad de Antioquía donde por primera vez a los discípulos de Jesús los llamaron «cristianos», es decir «hombres de Cristo». Se ha inventado una palabra nueva, un nombre lleno de exigencias que también es un símbolo de la progresiva independización de la comunidad cristiana respecto a sus raíces judías.
- Aparece aquí Bernabé, un personaje generoso, conciliador perteneciente a Chipre. Había vendido un campo y puesto el dinero a disposición de los apóstoles. Había ayudado a Pablo en su primera visita a Jerusalén. Al enterarse los responsables de Jerusalén del nuevo estilo de Antioquía, enviaron allá a Bernabé: y éste vio rápidamente la mano del Espíritu en lo que sucedía en aquella comunidad, se alegró y los animó a seguir por ese camino.
***
- La fiesta de la Dedicación del Templo se celebraba en el mes de diciembre, en memoria de la purificación del Templo por Judas Macabeo. La controversia por la cuestión del mesianismo continúa. Los judíos esperan que Jesús se declare como Mesías. Jesús nunca pone en sus labios ese título para que el pueblo no crea que quiere apoderarse del trono de Israel. Se limita a presentar sus credenciales, sus obras en favor del hombre. Jesús se reconoce como testigo e Hijo del Padre. No apoya su autoridad en un supuesto origen real venido de David, ni a un misterioso origen. Jesús considera que sus obras son un testimonio fehaciente e indiscutible.
- En este contexto Jesús va manifestando progresivamente el misterio de su propia persona. No sólo es la puerta y el pastor, no sólo se está mostrando como el enviado de Dios; su relación con su Padre Dios, es de una identificación tal que puede decir: «el Padre y yo somos uno».
- Los que son de Jesús lo escuchan, le prestan adhesión de vida, comprometiéndose con Él y como Él a entregarse sin reservas para dar vida al hombre. El don de Jesús a los que lo siguen es el Espíritu y con él, la vida que supera la muerte. Jesús es el pastor que defiende a los suyos hasta dar la vida.
- Algunos de sus oyentes no quieren creer en Jesús. La fe en Él es lo que decide tener o no la vida eterna. Si alguien se pierde, será por propia decisión. Jesús es el Buen Pastor que conoce a sus ovejas, y las defiende, y da la vida por ellas, y no quiere que ninguna se pierda.
- Jesús acerca a Dios a la humanidad a través de sus obras y muestra cómo los hombres podemos llegar al encuentro y a la unión con Él. Desde Jesús, por Jesús y gracias a Jesús Dios nos habita.
- Estar en las manos de Jesús es lo mismo que estar en las del Padre. Jesús lo afirma claramente y pasa a ser la clave de la novedad del evangelio: Yo y el Padre somos uno. Escuchar la voz de Jesús y seguirlo es dejarse conducir por Dios.
- Que nuestras obras nos declaren y hablen por nosotros. Que ellas digan que Jesús vive en nosotros y nosotros en el Padre. Del mismo modo que lo hizo Jesús, también nosotros reflejemos a Dios.
PARA DISCERNIR
- ¿Tengo confianza en la Iglesia?
- ¿Tengo la íntima convicción que Dios no la abandonará en sus dificultades actuales y que su expansión misionera será todavía mayor?
- ¿Podemos decir que lo escuchamos, que lo conocemos, que lo seguimos, que somos buenas ovejas de su rebaño?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DIA
Nadie nos arrebatará de las manos de Jesús
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…Los judíos como Pedro con frecuencia habían preguntado a Jesús quien era el Padre y lo mismo había hecho Tomás, pero ninguno había recibido una respuesta clara, sino que aún ignoraban quien era el Padre. Felipe, para no parecer molesto, ni molestar a Jesús, tratándolo a la manera de los judíos, en cuanto dijo “ muéstranos al Padre”, añadió enseguida «y esto nos basta”, ya no preguntamos más.
Cristo había dicho “si me conocéis a mí, también habéis conocido a mi Padre”, de modo que El por si mismo manifestaba al Padre.
Pero Felipe invirtió el orden diciendo: “muéstranos al Padre”, como si conociera a Cristo exactamente, Cristo no accedió sino que volvió al camino, persuadiéndolo a conocer al Padre por El mismo.
“¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me has conocido? No le dice «no me has visto».
Felipe buscaba el conocimiento mediante la vista y como pensaba que ya conocía a Cristo, quería ver del mismo modo al Padre.
Cristo le declara que ni a El mismo conoce, lo increpa diciendo “tanto tiempo hace que estoy con vosotros y todavía no me conoces», como si le dijera «tantas enseñanzas has recibido, tantos milagros has visto realizados por mi autoridad, cosas todas privativas de la Divinidad y que solo el Padre puede realizar, como la redención de los pecados, la revelación de lo íntimo, las resurrecciones ¿ y no me has conocido?».
«No busques más, en mí has visto al Padre, ¿no crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí?»
«Convenía que vosotros oyendo Padre e Hijo, no preguntareis más, para confesar ser ambos una sola y misma sustancia…
San Juan Crisóstomo
PARA REZAR
¡Dios mío! confió en Ti
Señor Jesús, quiero llegar hasta tí,
quiero abrazarme a tu cruz
como abrazaste el dolor
por curarme del pecado.
Pues vivir no es otra cosa
que una cruz para el cristiano,
dolor que llega y nos punza,
como espada que se clava.
Solo esa Cruz da sentido,
a tanto dolor que vemos,
y aunque esquivarlo queremos
es parte de nuestra vida.
No me atemoriza ya
el pasar por tantas pruebas
de suerte que sean las mismas
por las que ya tú pasaste.
Solo anhelo estar contigo
mi Dios y mi Salvador,
porque solo en tí yo encuentro,
tranquilidad y confianza,
porque solo Tú me das
la certeza de vivir.
Te amo, Señor.
Amén.
Padre Manuel Correa, O.F.M.
MIÉRCOLES IV
SANTOS FELIPE Y SANTIAGO (F)
El que me ha visto ha visto al Padre
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Corinto 15, 1-8
Hermanos, les recuerdo la Buena Noticia que yo les he predicado, que ustedes han recibido y a la cual permanecen fieles. Por ella son salvados, si la conservan tal como yo se la anuncié; de lo contrario, habrán creído en vano.
Les he trasmitido en primer lugar, lo que yo mismo recibí: Cristo murió por nuestros pecados, conforme a la Escritura. Fue sepultado y resucitó al tercer día, de acuerdo con la Escritura. Se apareció a Pedro y después a los Doce. Luego se apareció a más de quinientos hermanos al mismo tiempo, la mayor parte de los cuales vive aún, y algunos han muerto.
Además, se apareció a Santiago y de nuevo a todos los Apóstoles. Por último, se me apareció también a mí, que soy como el fruto de un aborto.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 18, 2-3. 4-5b (R.: 5a)
R. Resuena su eco por toda la tierra.
El cielo proclama la gloria de Dios
y el firmamento anuncia la obra de sus manos;
un día transmite al otro este mensaje
y las noches se van dando la noticia. R.
Sin hablar, sin pronunciar palabras,
sin que se escuche su voz,
resuena su eco por toda la tierra
y su lenguaje, hasta los confines del mundo. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 6-14
Jesús dijo a Tomás:
«Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto.»
Felipe le dijo: «Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta.»
Jesús le respondió: «Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo dices: «Muéstranos al Padre»? ¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí?
Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras.
Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras.
Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- Jesús habla a sus discípulos, a los que han creído en Él, sólo así cobran sentido sus palabras. Su vida y su muerte muestran para el hombre de fe, el camino que lo lleva a la plenitud de la vida. En Jesucristo la verdad de Dios se manifestó toda entera, el que cree en Él no permanece en las tinieblas. Jesús es también la vida porque la posee en plenitud y puede comunicarla.
- El apóstol Felipe hace a Jesús una petición audaz e inusitada pero que sin embargo está escondida en el corazón y el deseo de cada hombre: “muéstranos al Padre y eso nos basta”. Todos queremos ver a Dios; como si a Dios se lo pudiera mostrar aquí o allá, como se muestra a una persona o a una cosa cualquiera, como si Dios pudiera ser contemplado sencillamente con nuestros ojos.
- Sin embargo la audacia de Felipe ha hecho que Jesús revele el verdadero rostro de Dios: “quien me ha visto a mí ha visto al Padre”. Jesús es el rostro de Dios volcado hacia el hombre. Conocer a Jesús, escuchar sus palabras, vivir sus mandamientos, equivale a conocer plenamente a Dios. La encarnación ha hecho lo imposible: poder contemplar el rostro amoroso de Dios reflejado en la bondad de Jesucristo, en su misericordia y amor hacia los pobres y sencillos.
- Los Apóstoles no acababan de entender la unidad entre el Padre y Jesús, no alcanzaban a ver al Dios y Hombre en la persona de Jesús. Él no se limita a demostrar su igualdad con el Padre, sino que también les recuerda que ellos serán los que continuarán su obra salvadora: les otorga el poder de hacer milagros, les promete que estará siempre con ellos, y cualquier cosa que pidan en su nombre, se la concederá. Creer en Dios irá inseparablemente unido al creer en aquel que Él ha enviado, “su Hijo amado, en quien ha puesto toda su complacencia”.
- «Camino, verdad y vida» se pueden resumir en amor sin medida, amor hasta la muerte. Por eso quien conoce a Jesús conoce a Dios, porque Dios es amor. El Padre y Jesús se identifican, porque ambos son la máxima expresión del amor.
- Cuando el discípulo entra en la esfera del amor, como Jesús y como Dios, podrá hacer lo mismo que Jesús, e incluso más, pues la tarea emprendida por Jesús ha de continuar adelante guiada por los suyos.
PARA DISCERNIR
- ¿Descubro en Jesús el amor del Padre?
- ¿Experimento en el amor de Jesús al mismo Padre que me está amando?
PARA REZAR
Mentes cansadas
Mentes cansadas,
manos encallecidas,
labriegos al fin de la jornada,
jornaleros de tu viña,
venimos, Padre,
atardecidos de cansancio,
agradecidos por la lucha,
a recibir tu denario.
Llenos de polvo,
El alma hecha girones,
Romeros al filo de la tarde,
Peregrinos de tus montes,
Venimos, Padre,
Heridos por los desengaños,
Contentos por servir a tu mesa,
A recibir tu denario.
Hartos de todo,
Llenos de nada,
Sedientos al broquel de tus pozos
Y hambrientos de tu casa,
venimos, Padre,
el corazón entre tus brazos,
la frente humilde de delitos,
a recibir tu denario.
JUEVES IV
Hagan ustedes lo mismo
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 13, 13-25
Desde Pafos, donde se embarcaron, Pablo y sus compañeros llegaron a Perge de Panfilia. Juan se separó y volvió a Jerusalén, pero ellos continuaron su viaje, y de Perge fueron a Antioquía de Pisidia.
El sábado entraron en la sinagoga y se sentaron. Después de la lectura de la Ley y de los Profetas, los jefes de la sinagoga les mandaron a decir: «Hermanos, si tienen que dirigir al pueblo alguna exhortación, pueden hablar.»
Entonces Pablo se levantó y, pidiendo silencio con un gesto, dijo:
«Escúchenme, israelitas y todos los que temen a Dios. El Dios de este Pueblo, el Dios de Israel, eligió a nuestros padres y los convirtió en un gran Pueblo, cuando todavía vivían como extranjeros en Egipto. Luego, con el poder de su brazo, los hizo salir de allí y los cuidó durante cuarenta años en el desierto. Después, en el país de Canaán, destruyó a siete naciones y les dio en posesión sus tierras, al cabo de unos cuatrocientos cincuenta años. A continuación, les dio Jueces hasta el profeta Samuel.
Pero ellos pidieron un rey y Dios les dio a Saúl, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín, por espacio de cuarenta años. Y cuando Dios desechó a Saúl, les suscitó como rey a David, de quien dio este testimonio: He encontrado en David, el hijo de Jesé, a un hombre conforme a mi corazón que cumplirá siempre mi voluntad.
De la descendencia de David, como lo había prometido, Dios hizo surgir para Israel un Salvador, que es Jesús. Como preparación a su venida, Juan había predicado un bautismo de penitencia a todo el pueblo de Israel. Y al final de su carrera, Juan decía: «Yo no soy el que ustedes creen, pero sepan que después de mí viene aquel a quien yo no soy digno de desatar las sandalias».»
Palabra de Dios.
SALMO Sal 88, 2-3. 21-22. 25 y 27 (R.: cf. 2a)
R. Cantaré eternamente tu amor, Señor.
Cantaré eternamente el amor del Señor,
proclamaré tu fidelidad por todas las generaciones.
Porque tú has dicho: «Mi amor se mantendrá eternamente,
mi fidelidad está afianzada en el cielo.» R.
«Encontré a David, mi servidor,
y lo ungí con el óleo sagrado,
para que mi mano esté siempre con él
y mi brazo lo haga poderoso.» R.
Mi fidelidad y mi amor lo acompañarán,
su poder crecerá a causa de mi Nombre:
El me dirá: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora.» R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 13, 16-20
Después de haber lavado los pies a los discípulos, Jesús les dijo:
«Les aseguro que el servidor no es más grande que su señor, ni el enviado más grande que el que lo envía. Ustedes serán felices si, sabiendo estas cosas, las practican.
No lo digo por todos ustedes; yo conozco a los que he elegido. Pero es necesario que se cumpla la Escritura que dice: El que comparte mi pan se volvió contra mí.
Les digo esto desde ahora, antes que suceda, para que cuando suceda, crean que Yo Soy.
Les aseguro que el que reciba al que yo envíe, me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me envió.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- En Antioquía de Pisidia en las altiplanicies de la actual Turquía, en la sinagoga de esta ciudad, Pablo y Bernabé entran y toman asiento. Cada sábado se reunía allí la comunidad judía. Se cantaban los salmos, se leía la Ley. Se pedía luego a uno de los asistentes que hiciera un comentario. Después de la lectura de la Ley y los Profetas, le pidieron a Pablo que tome la palabra.
- Pablo presenta a Jesús como la respuesta de Dios a las esperanzas y las promesas de toda la historia de Israel. Lo hace con un recorrido que va desde la salida de Egipto y la conquista de la tierra prometida, pasando por la figura de David y la de Juan, el precursor inmediato. En la predicación de Pablo siempre está presente Jesús como la respuesta plena de Dios a las esperanzas humanas. Si sus oyentes eran judíos les habla partiendo del Antiguo Testamento y si eran paganos, como cuando llegó a Atenas, les citaba sus autores predilectos y sabía apelar a su búsqueda espiritual del sentido de la vida.
- San Pablo al citar el Antiguo Testamento, no sólo se refiere al pasado sino que les descubre el misterio «actual» del Cristo que nos salva en el presente.
***
- En el Evangelio nos encontramos en el marco de la cena de despedida de Jesús con un texto que forma parte del relato del lavatorio de los pies. Jesús quiere dejar claro a los apóstoles que el servicio es la misión a la que están invitados. Hay una identificación que se crea entre Dios, su enviado y los que se comprometen con su invitación. Las acciones son las que establecen el vínculo que los une.
- La cena empezó con el gesto simbólico y elocuente del lavatorio de los pies. Esta es la gran lección de fraternidad y actitud de servicio para con los demás. Juan interrumpe la narración de la escena del lavatorio de pies para comentar el alcance de este gesto.
- Lo que Jesús ha hecho y está diciendo no es una teoría abstracta o piadosa sino una instrucción autorizada y obligatoria. Siendo el Maestro y el Señor, se ha hecho esclavo de todos. Y si la comunidad de discípulos reconoce en Jesús a su Maestro y Señor, también debe sacar las consecuencias de esa confesión, sin contentarse con una simple confesión de labios.
- No es elección de la comunidad seguir o no esta actitud de Jesús. Aceptar a Jesús como Maestro y Señor, nos lleva a seguir su ejemplo en un compromiso de amor hasta dar la vida.
- La vida del discípulo es un «servicio hasta la muerte», servicio hasta la muerte del tiempo, del dinero, de comodidad, de razón humana, de sentimientos.
- Como el criado no es más que su amo; la cruz, el servicio a los demás hasta la muerte de nuestro tiempo, comodidad,… es donde se manifiesta y se descubre el poder de Cristo resucitado y donde se puede tener experiencia del «yo soy» de Jesús.
- Así como el Padre lo ha enviado a Él, Él los envía a ellos al mundo.
- El mismo Jesús que encargó que celebremos la Eucaristía en memoria suya, también nos encarga que lo imitemos lavándonos los pies unos a otros. Ya que comemos su «Cuerpo entregado» y bebemos su «Sangre derramada», todos somos invitados a ser personas «entregadas», al servicio de los demás.
- Actuar como Jesús actuó será la mayor dicha que puede alcanzar el hombre. Sentirá en su interior la alegría de conocer verdaderamente a Dios, que es libertad, armonía, solidaridad y justicia. Será el fin de una existencia sin sentido, de un “vivir por vivir”.
- En la sociedad de la imagen y de la comunicación, esto no es un mensaje a transmitir, sino una tarea a cumplir, a vivir cada día.
PARA DISCERNIR
- ¿De qué modo mi vida es un «servicio»?
- ¿De qué modo soy «servidor»?
- ¿De quién soy el «servidor»‘?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DIA
El que recibe a Jesús, recibe al que lo envió
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…Ha llegado la hora. Y el primer gesto que salta de aquel fatal golpe de gong, en un rito que parece predispuesto, es ir a coger un barreño. ¿Qué debe hacer quien sabe que dentro de poco morirá?
Si ama a alguien y tiene algo para dejarle, debe dictar su testamento. Nosotros nos hacemos traer papel y pluma. Cristo fue a coger un barreño, una toalla, y derramó agua en un recipiente.
Aquí empieza el testamento; aquí, tras secar el último pie, podría terminar también…
«Os he dado ejemplo…» Si tuviera que escoger una reliquia de la pasión, escogería entre los flagelos y las lanzas aquel barreño redondo de agua sucia. Dar la vuelta al mundo con ese recipiente bajo el brazo, mirar sólo los talones de la gente; y ante cada pie ceñirme la toalla, agacharme, no levantar los ojos más allá de la pantorrilla, para no distinguir a los amigos de los enemigos. Lavar los pies al ateo, al adicto a la cocaína, al traficante de armas, al asesino del muchacho en el cañaveral, al explotador de la prostituta en el callejón, al suicida, en silencio: hasta que hayan comprendido.
A mí no se me ha dado ya levantarme para transformarme a mí mismo en pan y en vino, para sudar sangre, para desafiar las espinas y los clavos. Mi pasión, mi imitación de Jesús a punto de morir, puede quedarse en esto…
L. Santucci, Una vida de Cristo. Quieren ir también ustedes Cinisello B. 19952, pp. 205-207.
PARA REZAR
Danos Señor…
Danos Señor un corazón de carne,
para que como Tú, nos conmovamos
ante el dolor del prójimo más próximo.
Recrea en nosotros entrañas de misericordia,
para que colmados en tu amor seamos testigos
y testimonio con nuestras obras, de tu presencia en el mundo.
Señor, resucítanos hoy, y regálanos como al hijo de la viuda,
la oportunidad de transmitir con nuestra vida
las maravillas que Tú obras.
Te lo pedimos por la intercesión de María Santísima,
a Tí que Vives y Reinas, por los siglos de los siglos.
Amén
VIERNES IV
Yo soy el camino, la verdad y la vida
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 13, 26-33
Habiendo llegado Pablo a Antioquía de Pisidia, decía en la sinagoga:
«Hermanos, este mensaje de salvación está dirigido a ustedes: los descendientes de Abraham y los que temen a Dios. En efecto, la gente de Jerusalén y sus jefes no reconocieron a Jesús, ni entendieron las palabras de los profetas que se leen cada sábado, pero las cumplieron sin saberlo, condenando a Jesús.
Aunque no encontraron nada en él que mereciera la muerte, pidieron a Pilato que lo condenara. Después de cumplir todo lo que estaba escrito de él, lo bajaron del patíbulo y lo pusieron en el sepulcro.
Pero Dios lo resucitó de entre los muertos y durante un tiempo se apareció a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, los mismos que ahora son sus testigos delante del pueblo.
Y nosotros les anunciamos a ustedes esta Buena Noticia: la promesa que Dios hizo a nuestros padres, fue cumplida por él en favor de sus hijos, que somos nosotros, resucitando a Jesús, como está escrito en el Salmo segundo: Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy.»
Palabra de Dios.
SALMO Sal 2, 6-7. 8-9. 10-12a (R.: 7)
R. Tú eres mi hijo, hoy yo te he engendrado.
«Yo mismo establecí a mi Rey
en Sión, mi santa Montaña.»
Voy a proclamar el decreto del Señor:
El me ha dicho: «Tú eres mi hijo,
yo te he engendrado hoy.» R.
«Pídeme, y te daré las naciones como herencia,
y como propiedad, los confines de la tierra.
Los quebrarás con un cetro de hierro,
los destrozarás como a un vaso de arcilla» R.
Por eso, reyes, sean prudentes;
aprendan, gobernantes de la tierra.
Sirvan al Señor con temor;
temblando, ríndanle homenaje. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 1-6
Jesús dijo a sus discípulos:
«No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí. En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar. Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes. Ya conocen el camino del lugar adonde voy.»
Tomás le dijo: «Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?»
Jesús le respondió: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- Pablo al comienzo de su predicación, como lo hace en la Sinagoga de Antioquía de Pisidia, se dirige a los judíos y a los que «temen a Dios». Más tarde, a causa de los rechazos y las persecuciones, se verá obligado a dirigirse directa y prioritariamente a los gentiles.
- En la segunda parte de su discurso en la sinagoga, Pablo afronta ya directamente el tema de Jesús como enviado, como el Mesías, y no reconocido por el pueblo judío. Más aún, las autoridades de Jerusalén lo han llevado a la muerte. Pero Dios lo resucitó.
- Pablo se atreve a anunciar gozosa y claramente que Dios ha cumplido la promesa que hizo a sus padres, resucitando a Jesús y lo hace presentando una serie de «hechos» históricos y conocidos. El cristianismo no es una ideología, sino un acontecimiento que tuvo una historia y una geografía: eso sucedió en tal época y en tal ciudad… eso continúa hoy y aquí. De Jerusalén a Antioquía de Pisidia.
***
- Jesús, después de lavar los pies a los discípulos, anuncia su muerte, la traición de Judas y las negaciones de Pedro. Los apóstoles están inquietos, estos anuncios han creado un clima de tristeza pero Jesús pide un acto de fe en su persona, total y sin reserva; que les traerá la paz a pesar de que ha anunciado el futuro de su muerte.
- El motivo de la confianza, es que Jesús ha venido al mundo para asociar con Él a sus discípulos, unión que se realiza ahora por el Espíritu, pero tendrá plenitud cuando Jesús «vuelva”.
- La pregunta de Tomás muestra la incomprensión de los discípulos respecto a todo lo que Jesús les ha ido enseñando. Jesús ha explicado muchas veces que va hacia la plenitud de la vida del Padre y que el camino que conduce a esta plenitud es su entrega por amor hasta la muerte. Los discípulos, a pesar de que también deben seguir este camino, aún no lo han comprendido.
- Jesús responde presentándose a sí mismo como camino: el que se una a Él y haga como Él, irá al Padre. Cristo, va delante y abre los caminos. Él ha roto el círculo infernal de la finitud humana, de la mortalidad y del pecado. Jesús ha abierto «la salida».
- Pero añade aún un nuevo paso: Él es “la verdad”, es decir, la auténtica realización humana, porque manifiesta y hace lo que Dios es y quiere. Sin Cristo la humanidad está encerrada en sus límites; pero aquí se abre una esperanza. No seremos siempre egoístas, injustos, duros, impuros, débiles.
- Y también es “la vida”, es decir, la plenitud del ser hombre, la culminación de todo, la superación de todo mal y de la misma muerte. La humanidad no será siempre violenta, excluyente, racista, injusta, agresiva y no estará dividida.
- Esta es la «buena nueva»: la historia tiene un sentido, el hombre tiene un sentido, todo hombre está destinado a vivir cerca del Padre.
- Ante este mundo desconcertado y perdido que busca la felicidad en ideologías mesiánicas o en placeres pasajeros, evangelizar será en definitiva anunciar a Cristo Jesús como la gran respuesta de Dios.
- Fuera de Él no hay verdad ni vida, porque Él es el único camino. Eso debe notarse en los pequeños detalles de cada día. Estamos llamados a seguir su estilo de vida en nuestro trato con los demás, en nuestra mirada de la historia, en nuestra manera de juzgar los acontecimientos. Jesús camina por donde la vida está amenazada, donde la vida quiere crecer, donde la vida vale. Para darnos certeza, se adelanta.
- El seguimiento de Jesús nos plantea algo más que su imitación. Nuestro camino tiene que ser el de la comunidad de discípulos que encontraron en Jesús un camino para el encuentro con Dios, que se traduce en el amor a todos los hombres y a todo hombre; especialmente a los más pobres y desamparados.
- Esta manera de ver y vivir la vida cristiana nos lleva a arriesgarnos creativamente a andar por nuevos caminos. Hoy como ayer, el verdadero discípulo de Jesús sabe que «se hace camino al andar».
PARA DISCERNIR
- ¿Cuáles son nuestros temores en la fe?
- ¿Esperamos el encuentro definitivo con Dios?
- ¿Por dónde va mi camino para entrar en la “morada” de Jesús?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Tú eres el camino, la verdad y la vida
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Mientras Jesús está ausente, los discípulos han de defenderse de la turbación y afirmar su fe en Dios y en Él mismo, puesto que llegará un día en que volverá el Señor a colocarlos junto a Sí en la vida bienaventurada. Cuando Jesús responde a Tomás, se da a conocer como Camino, Verdad y Vida.
Comenta San Agustín:
«Si lo amas, vete detrás de Él. Lo amo, contestas, ¿por qué camino seguirlo? Si el Señor Dios tuyo te hubiera dicho: “Yo soy la Verdad y la Vida”, tu deseo de la Verdad y tu amor a la Vida te llevarían ciertamente a la búsqueda del camino que te pudiera conducir a ellas y te dirías a ti mismo: “Magnífica cosa es la Verdad y magnífica cosa es la Vida, si existiera el camino de llegar a ellas mi alma”. ¿Buscas el camino? Oye lo primero que te dice: “Yo soy el Camino”… Dice primero por dónde has de ir y luego adónde has de ir. En el Señor del Padre está la Verdad y la Vida; vestido de nuestra carne es el Camino»…
Tratado 34, 9 sobre el Evangelio de San Juan
PARA REZAR
Señor Jesús,
queremos seguirte
como los primeros apóstoles
a quienes llamaste
‘para que estuvieran contigo’.
Tú eres el camino hacia el Padre,
por eso no podremos extraviarnos
si te seguimos.
Tú eres luz, guía segura,
señal de pista hacia la meta;
sólo tú das sentido a nuestro vivir.
Tú eres la verdad de Dios,
eres nuestra raíz y nuestro cimiento,
la roca firme, la piedra angular,
el monte que no tiembla,
el ‘Amén’, el Sí total, continuo y gozoso
a la voluntad del Padre.
Tú eres la vida de Dios,
por eso nos animas
y nos salvas de todas las muertes
que amenazan con destruirnos.
Tú nos acompañarás
cuando atravesemos la frontera.
También entonces -entonces sobre todo-
serás nuestro alimento,
nuestro viático para el camino,
continuarás llamándonos y nosotros te seguiremos:
emprenderemos contigo nuestro último viaje.
Tú, Señor,
nos conduces, nos iluminas y nos salvas.
Nosotros creemos en ti
y no somos menos privilegiados
que tus primeros discípulos:
aunque te has ocultado a nuestra vista
has puesto ojos en nuestro corazón
y has reservado para nosotros una bienaventuranza:
‘Dichosos aquellos que sin ver
creerán en mí’.
Gonzalo
SÁBADO IV
El que me ha visto ha visto al Padre
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 13, 44-52
Casi toda la ciudad se reunió el sábado siguiente para escuchar la Palabra de Dios. Al ver esa multitud, los judíos se llenaron de envidia y con injurias contradecían las palabras de Pablo.
Entonces Pablo y Bernabé, con gran firmeza, dijeron:
«A ustedes debíamos anunciar en primer lugar la Palabra de Dios, pero ya que la rechazan y no se consideran dignos de la Vida eterna, nos dirigimos ahora a los paganos. Así nos ha ordenado el Señor: Yo te he establecido para ser la luz de las naciones, para llevar la salvación hasta los confines de la tierra.»
Al oír esto, los paganos, llenos de alegría, alabaron la Palabra de Dios, y todos los que estaban destinados a la Vida eterna abrazaron la fe. Así la Palabra del Señor se iba extendiendo por toda la región.
Pero los judíos instigaron a unas mujeres piadosas que pertenecían a la aristocracia y a los principales de la ciudad, provocando una persecución contra Pablo y Bernabé, y los echaron de su territorio. Estos, sacudiendo el polvo de sus pies en señal de protesta contra ellos, se dirigieron a Iconio.
Los discípulos, por su parte, quedaron llenos de alegría y del Espíritu Santo.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 97, 1. 2-3ab. 3cd-4 (R.: 3cd)
R. Los confines de la tierra han contemplado el triunfo de nuestro Dios.
Canten al Señor un canto nuevo,
porque él hizo maravillas:
su mano derecha y su santo brazo
le obtuvieron la victoria. R.
El Señor manifestó su victoria,
reveló su justicia a los ojos de las naciones:
se acordó de su amor y su fidelidad
en favor del pueblo de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado
el triunfo de nuestro Dios.
Aclame al Señor toda la tierra,
prorrumpan en cantos jubilosos. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 7-14
Jesús dijo a sus discípulos:
«Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto.»
Felipe le dijo: «Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta.»
Jesús le respondió: «Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo dices: «Muéstranos al Padre»? ¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras.
Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras.
Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- El sábado que siguió a la predicación de Pablo en la sinagoga de Antioquía de Pisidia casi toda la ciudad se congregó para oír la palabra de Dios. Ocho días después, la buena noticia del Evangelio había recorrido toda la ciudad. Los judíos al ver lo que sucedía se llenaron de envidia y contradecían con blasfemias todo lo que Pablo anunciaba.
- Los apóstoles, después de haber predicado primero a los judíos en las sinagogas, se verán obligados a dirigirse a los gentiles en los que encontraron oyentes mejor dispuestos. El pueblo de la antigua alianza había sido elegido primero, pero por esto no podían pretender monopolizar la salvación de Dios. Su elección era sólo el inicio de algo que tenía que extenderse a todos los pueblos.
- El Dios creador del cielo y de la tierra ama a todos los hombres y quiere que todos se salven. Pablo y Bernabé llevan adelante algo que repetirán en muchas ciudades: si son rechazados por los judíos, van a predicar a los paganos. Siempre siguen el mismo orden: «anuncian primero la Palabra de Dios a los judíos, pero cuando la rechazan, se dedican a los gentiles». Esto era para lo que Dios había elegido particularmente a Pablo.
- Al oír esto, los paganos se alegraron y glorificaban a Dios. Sin embargo los judíos incitaron a algunos notables del país y promovieron una persecución contra Pablo y Bernabé; estos sacudiendo ante ellos el polvo de sus pies, se fueron a Iconio.
***
- En el momento de la partida de Jesús de este mundo al Padre, el anhelo profundo y escondido de todo hombre de querer ver al Padre aparece en los labios de Felipe. En el evangelio nos encontramos con la médula de la revelación que Jesús hace de su propia persona y de su relación con el Padre. Los apóstoles creen que podrían ver al Padre como ven al Hijo. El Padre no es accesible a las miradas, sino a la contemplación, y esta se apoya en el signo por excelencia que es mismo Hijo y sus obras.
- La pregunta de Felipe conduce a Jesús a la afirmación decisiva de que Él está en el Padre y el Padre en Él y que Él mismo hace las obras del Padre. Al Padre nadie lo ha visto: pero el que ha visto a Jesús, ya ha visto al Padre.
- El que cree y acepta a Cristo, ha creído y aceptado al mismo Dios. Jesús es la puerta, el camino, la luz, y en él tenemos acceso a Dios Padre. También la fecundidad de nuestra oración queda asegurada al pedir “en el nombre de Jesús”. Pedir «en el nombre de Jesús» equivale, efectivamente, a pedir la presencia de Cristo en el actuar humano, a fin de que sea verdaderamente signo de la presencia de Dios.
- Tenemos en Jesús al mediador más eficaz: su unión íntima con el Padre hará, si nosotros estamos unidos a Él, que nuestra oración sea siempre escuchada.
- El conocimiento que pide Jesús a Felipe significa pasar de una lógica, racional y fría, a tener ojos para la realidad interior. Esta es la mirada de fe que pide Jesús a Felipe. Dios no es algo que está arriba, ni abajo; está entre los hombres y se llama Jesús.
- Jesús es el rostro del Padre, la imagen acabada del Padre. Está entre nosotros, acompaña nuestra existencia, vela por nuestra vida, tiene compasión de los enfermos, atiende a los pobres. Sus predilectos son los excluidos, los pecadores, los menospreciados de la sociedad. Va en busca de la oveja descarriada a la que trae sobre los hombros.
- Jesús, el rostro del Padre, nos da esperanza a los hombres de que un día, después de haber caminado en esta tierra, se nos regalará la vida definitiva en Dios.
- Donde hay hombres y mujeres que tienen la mirada limpia y el corazón abierto para recibir a sus hermanos, donde hay alguien que ama y anda por un camino que le puede costar su tranquilidad por vivir a favor de sus hermanos, donde existen hombres que no se preocupan obsesivamente del mañana porque viven en las manos del Padre, allí está Dios. Dios anda entre las cosas de esta vida y está hablando: hay que saber escucharlo.
- A través de Jesús, el amor del Padre seguirá manifestándose en la ayuda a los discípulos para su misión. Esa es nuestra certeza más profunda y la fuente de todo gozo a pesar de las dificultades y persecuciones.
PARA DISCERNIR
- ¿Qué rostro de Dios ando buscando?
- ¿Qué rostro de Jesús me revela el rostro de Dios?
- ¿Cuáles son los signos que hacen creíble mi amor?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DIA
Muéstrame, Señor, tus caminos
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…Te revelaste, Señor, como invisible; eres un Dios escondido e inefable. Pero te haces visible en cada ser: la criatura es la flor de tu mirada. Tu mirada confiere el ser, Dios mío, tú te haces visible en la criatura.
Soy incapaz de darte un nombre, estás más allá del límite de toda definición humana. Socorre a los hijos de los hombres: ellos te veneran en figuras diferentes y eres para ellos causa de guerras religiosas. Sin embargo, ellos te desean, Bien único, oh Inefable y Sin Nombre.
No sigas oculto aún, manifiesta tu rostro: así seremos salvos. Responde a nuestra oración: desaparecerán la espada y el odio, encontraremos la unidad en la diversidad. Aplácate, Señor, tu justicia es misericordia: ten piedad de nosotros, frágiles criaturas…
Nicolás de Cusa, cit. en G. Vannucci, 11 Libro de la oración universal, Florencia, 1985, p. 367.
PARA REZAR
Ante Ti, Señor
Jesús,
Estar aquí, ante Tí, y ya está todo,
Cerrar los ojos de mi cuerpo
Cerrar los ojos de mi alma
y quedarme así, inmóvil, silencioso,
abrirme ante tí, que estás abierto a mí.
estar presente ante tí, el infinito presente.
Yo acepto, Señor, este no sentir nada,
no ver nada,
no oír nada,
vacío de toda idea,
de toda imagen,
en la noche.
Heme aquí simplemente
para encontrarte sin obstáculo
en el silencio de la Fe,
ante Tí, Señor.
Amén.
Michel Quoist