TIEMPO DTE EL AÑO – CICLO A

DOMINGO XI

LUNES XI

MARTES XI

MIÉRCOLES  XI

JUEVES XI

VIERNES XI

SÁBADO XI

EL NACIMIENTO DE SAN JUAN BAUTISTA (S)

TIEMPO DTE EL AÑO – CICLO A

DOMINGO XI

Han recibido gratuitamente, den también gratuitamente

Lectura del libro del Éxodo            19, 1b-6a

Los israelitas llegaron al desierto del Sinaí. Habían partido de Refidím, y cuando llegaron al desierto del Sinaí, establecieron allí su campamento. Israel acampó frente a la montaña.

Moisés subió a encontrarse con Dios. El Señor lo llamó desde la montaña y le dijo: «Habla en estos términos a la casa de Jacob y anuncia este mensaje a los israelitas:

«Ustedes han visto cómo traté a Egipto, y cómo los conduje sobre alas de águila y los traje hasta mí. Ahora, si escuchan mi voz y observan mi alianza, serán mi propiedad exclusiva entre todos los pueblos, porque toda la tierra me pertenece. Ustedes serán para mí un reino de sacerdotes y una nación que me está consagrada.»»

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 99, 1b-2. 3. 5 (R.: 3c)

R.        Nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño.

Aclame al Señor toda la tierra,

sirvan al Señor con alegría,

lleguen hasta él con cantos jubilosos.  R.

Reconozcan que el Señor es Dios:

él nos hizo y a él pertenecemos;

somos su pueblo y ovejas de su rebaño.  R.

¡Qué bueno es el Señor!

Su misericordia permanece para siempre,

y su fidelidad por todas las generaciones.  R.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo

a los cristianos de Roma    5, 6-11

Hermanos:

Cuando todavía éramos débiles, Cristo, en el tiempo señalado, murió por los pecadores.

Difícilmente se encuentra alguien que dé su vida por un hombre justo; tal vez alguno sea capaz de morir por un bienhechor. Pero la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores. Y ahora que estamos justificados por su sangre, con mayor razón seremos librados por él de la ira de Dios.

Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más ahora que estamos reconciliados, seremos salvados por su vida.

Y esto no es todo: nosotros nos gloriamos en Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien desde ahora hemos recibido la reconciliación.

Palabra de Dios.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Mateo   9. 35-10,8

Jesús, al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos:

«La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.»

Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de curar cualquier enfermedad o dolencia.

Los nombres de los doce Apóstoles son: en primer lugar, Simón, de sobrenombre Pedro, y su hermano Andrés; luego, Santiago, hijo de Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó.

A estos Doce, Jesús los envió con las siguientes instrucciones:

«No vayan a regiones paganas, ni entren en ninguna ciudad de los samaritanos. Vayan, en cambio, a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • La primera lectura nos enseña que Israel es, entre todos los pueblos, aquél al que Dios ha escogido y con el que ha hecho un pacto. Dios está siempre detrás de los acontecimientos decisivos. El Señor escoge al pueblo como posesión suya y actúa en su favor.
  • Pablo, en la segunda lectura, nos habla de la justificación y de sus consecuencias. El  amor de Dios ocupa un lugar fundamental en el proceso de salvación. En el comienzo, desarrolla la idea del amor de Dios, que se expresa como entrega y donación de  su propio hijo en la cruz. Pablo utiliza una comparación: morir por otra  persona es la prueba más grande del amor a los demás. Este amor tan grande lo ha tenido Dios para con nosotros, ofreciendo la vida de su Hijo como víctima de salvación.
  • En el evangelio, Jesús ve y experimenta la realidad que vive su pueblo: pobreza, abandono, discriminación, hambre; y “al verla siente compasión de ella”. Para un semita, en la misericordia confluyen la compasión, como amor entrañable, y la fidelidad. La misericordia no es una simple emoción pasajera, de pena o piedad por quien sufre, sino que afecta en las entrañas a la persona que la experimenta y se convierte en eficacia liberadora hacia quien vive una experiencia de debilidad. En el original griego se traduce que Jesús “se conmovió hasta las entrañas”.

***

  • Las entrañas son la sede de las emociones profundas: el amor, un gran sufrimiento, la pena del castigo, el lamento por el propio pecado…, las entrañas, simbolizan la actitud radical de fondo de Dios, y tienen una gran importancia en la revelación del Señor de Israel.
  • El secreto de esta actitud, radica en que hay una mirada que ha sido ganada por el amor. Jesús está seducido de tal manera por el amor misericordioso de Dios que sus ojos ya no pueden mirar de otro modo; así como la gente sencilla que mira con el corazón limpio, es capaz de ver la realidad sin prejuicios ni intereses personales.
  • Esta compasión lleva a restaurar y reintegrar lo que estaba roto y caído: los ciegos ven, el leproso queda limpio, la multitud queda saciada, la madre recobra al hijo…
  • Toda la vida de Jesús, y no sólo su muerte; todas sus palabras y obras son, la manifestación del amor auténtico que viene de Dios para los hombres. Jesús en persona es la compasión de Dios volcada hacia los hombres, la gracia de Dios para los pobres, para los pecadores, para todos los que no tienen nada que dar a cambio de lo que reciben.
  • En el Evangelio es esa compasión la que precede inmediatamente a la elección. Jesús comunica a sus discípulos este sentimiento de compasión que Él vive y experimenta, de la misma manera que los hace participar de su manera de orar, de su amistad, del amor con que el Padre lo ama, de su autoridad y enseñanza, de su entrega incondicional… Jesús los integra en su mundo de sentimientos y afectos, les contagia la fuerza interna que lo alimenta y mueve. Siendo testigos de sus entrañas de misericordia quedan vinculados a su misión, a su ministerio de misericordia.
  • Llama a los doce discípulos, y les da autoridad sobre los espíritus inmundos para expulsarlos y curar toda dolencia y enfer­medad. El número «doce» era el número de Israel, del pueblo de Dios; estos doce discípulos simbolizan al nuevo pueblo que empieza a formarse, ellos son la semilla de una humanidad nueva que nace como consecuencia de la proclamación de la buena noticia.
  • Jesús los reunió para enviarlos como Él mismo había sido enviado por el Padre. Si la vida de Jesús es inseparable de la evangelización, así también la vida de sus discípulos y la vida de la iglesia. De modo que, seguir a Jesús no es otra cosa que continuar su misión liberadora. Toda la iglesia es por esencia misionera. La misión de la Iglesia no es otra que la misión de Jesús: manifestar en el mundo el amor que viene de Dios. La iglesia, no tiene razón de ser, si no predica el evangelio y no lo confirma con signos palpables de liberación delante de los hombres y para todos los hombres.
  • Para el discípulo trabajar activamente en la evangelización no es algo accidental, sino algo que toca a su misma vocación como bautizado.
  • Jesús hace partícipes a sus  discípulos de su poder misional. Pueden y deben anunciar la llegada del reino de Dios, pero  también curar enfermos, resucitar muertos y arrojar demonios.
  • Hoy los discípulos estamos llamados también a resucitar muertos, liberando a los hombres de todo aquello que estrecha sus vidas y mata su esperanza. A renovar el amor a la vida, la confianza en Dios, el deseo de lucha y de libertad. A curar leprosos, quitando del mundo la mentira, la hipocresía y  ayudando a vivir con verdad, sencillez y honradez. A arrojar demonios, rescatando al hombre de los ídolos que esclavizan, y corrompen la convivencia. Donde se está liberando a los hombres allí Dios se está anunciando. La compasión crece con la oración y el compromiso,  y no es nunca una actitud conseguida de una vez para siempre. Una Iglesia compasiva es la que camina con los ojos abiertos, respondiendo desde las entrañas de Jesús con acciones concretas y adecuadas a las situaciones de despojo que viven los hombres.
  • Si vivimos unidos a Cristo, esto se traduce necesariamente en compasión por todos los hombres y por toda realidad sufriente.
  • “La Solidaridad no es, pues, un sentimiento superficial por los males de tantas personas, cercanas o lejanas. Al contrario, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos”. (Solicitudo rei socialis 38).

PARA DISCERNIR

  • ¿Qué supone seguir al Compasivo?
  • ¿Cómo es tu mirada?
  • De todo lo que ves. ¿Qué ha llegado a conmover tus entrañas…?
  • ¿Cómo incide la seducción por el Compasivo en nuestra comunidad?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Danos entrañas de misericordia

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

Quien posee tu espíritu irá. …”Nos imaginamos que para ir hacen falta calles, paradas y paisajes que cambien. Mas tu camino no va por ahí. Es la vida, sencillamente. La vida que corre y en la que nos movemos si hemos levantado anclas […]. «Id… », repite abundantemente el evangelio. Para estar contigo en la misma senda hace falta andar, aun cuando la pereza nos empuje a pararnos. Nos has elegido para mantener un equilibrio extraño. Un equilibrio que no puede establecerse ni mantenerse si no es en movilidad, en ejercicio. Un poco como una bicicleta sin cruceta, que no rueda; una bicicleta que queda abandonada

contra un muro hasta que alguien la ensambla y la hace rodar velozmente por la calle. Nuestra condición es de una inseguridad vertiginosa, universal. En cuanto que somos conscientes, nuestra vida se hace oscilante y huidiza. No podemos estar erguidos, a no ser para caminar y zambullirnos de un salto en la caridad. Comienza otro día. Jesús quiere vivirlo conmigo. Él no se ha retirado. Camina entre los hombres de hoy […]. Jesús, por todas partes, no ha dejado de ser enviado. No podemos eximirnos de ser, en cada instante, los enviados de Dios en el mundo. Jesús, por medio de nosotros, no deja de ser enviado, durante este día que empieza, a toda la humanidad, de nuestro tiempo, de cualquier tiempo, de mi ciudad y del mundo. A través de los hermanos más próximos, él nos hará servir, amar, salvar; las ondas de su caridad llegarán hasta el final del mundo, llegarán hasta el final de los tiempos”…

M. Delbrel, Un pequeño monje.

PARA REZAR

Señor, si yo tuviera entrañas de misericordia…

saldríade mi casa para encontrarme con los necesitados;

de mi apatía, para ayudar a los que sufren;

de mis caprichos, para socorrer a los hambrientos;

de mi actitud crítica, para comprender a los que fallan;

de mi suficiencia, para estar con quienes no valen;

de mis prisas, para dar un poco de mi tiempo a los abandonados;

de mi mundo de seguridades, para acompañar a los que viven perseguidos;

de mi pereza, para socorrer a quienes están cansados de gritar;

de mi burguesía, para compartir con los pobres.

Señor, si yo tuviera entrañas de misericordia…

aprovecharía mi experiencia para ayudar a los equivocados;

mi ternura, para acoger a emigrantes y niños;

mi salud, para acompañar a enfermos y ancianos;

mi ciencia, para orientar a los perdidos;

mi responsabilidad, para cuidar a los abandonados;

mi rectitud, para buscar a los pródigos;

mi paz interior, para reconciliar a los enemigos;

mi, amor para acoger a los desengañados;

mi oración, para hacerme más hijo y hermano;

mi vida, para darla a quien la necesita.

LUNES XI

Da al que te pide

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo

a los cristianos de Corinto             6,1-10

Y porque somos sus colaboradores, los exhortamos a no recibir en vano la gracia de Dios. Porque él nos dice en la Escritura: En el momento favorable te escuché, y en el día de la salvación te socorrí. Este es el tiempo favorable, este es el día de la salvación.

En cuanto a nosotros, no damos a nadie ninguna ocasión de escándalo, para que no se desprestigie nuestro ministerio.

Al contrario, siempre nos comportamos como corresponde a ministros de Dios, con una gran constancia: en las tribulaciones, en las adversidades, en las angustias, al soportar los golpes, en la cárcel, en las revueltas, en las fatigas, en la falta de sueño, en el hambre.

Nosotros obramos con integridad, con inteligencia, con paciencia, con benignidad, con docilidad al Espíritu Santo, con un amor sincero, con la palabra de verdad, con el poder de Dios; usando las armas ofensivas y defensivas de la justicia; sea que nos encontremos en la gloria, o que estemos humillados; que gocemos de buena o de mala fama; que seamos considerados como impostores, cuando en realidad somos sinceros; como desconocidos, cuando nos conocen muy bien; como moribundos, cuando estamos llenos de vida; como castigados, aunque estamos ilesos; como tristes, aunque estamos siempre alegres; como pobres, aunque enriquecemos a muchos; como gente que no tiene nada, aunque lo poseemos todo.

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 97,1-4

R. El Señor da a conocer su victoria.

Cantad al Señor un cántico nuevo,

porque ha hecho maravillas:

su diestra le ha dado la victoria,

su santo brazo. R.

El Señor da a conocer su victoria,

revela a las naciones su justicia:

se acordó de su misericordia y su fidelidad

en favor de la casa de Israel. R.

Los confines de la tierra han contemplado

la victoria de nuestro Dios.

Aclamad al Señor, tierra entera;

gritad, vitoread, tocad. R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Mateo   5, 38-42

Jesús dijo a sus discípulos:

Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra. Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto; y si te exige que lo acompañes un kilómetro, camina dos con él.

Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo prestado.

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Pablo comprende el carácter de su ministerio apostólico como una «colaboración». Él se limita a ayudar a los hombres, a reconocer la nueva realidad salvadora y a participar en ella. No pretende ser el actor principal del ministerio que ejerce. Es un «tesoro en vasos de barro».
  • El Apóstol es administrador. La exhortación de Pablo tiene en cuenta el misterio de la libertad del hombre. Subraya con fuerza la actualidad de la profecía de Isaías con su discurso.
  • Jesús en las bienaventuranzas había dicho: «felices los que lloran», «felices los pobres». Pablo, lo repite a su manera, mediante su propia vida.
  • La insistencia está puesta en la segunda parte de cada una de esas frases: «estamos vivos, estamos siempre alegres, lo poseemos todo…».

***

  • Frente al mal recibido el primer impulso que aparece es la venganza, devolver con la misma moneda. En su momento la ley del talión fue un gran avance porque evitaba la justicia por manos privadas y la desmesura y desproporción en la aplicación del castigo. El  famoso «ojo por ojo, diente por diente» limitaba el derecho de venganza a una justa proporción: sólo se puede hacer al prójimo como retribución a un daño recibido lo mismo que él ha hecho, de lo contrario se comete una injusticia; a “tal” daño, “tal” respuesta.
  • En el contexto de las bienaventuranzas desde las cuales el discípulo está llamado a ser sal de la tierra y luz del mundo Jesús enseña que el odio se supera en el perdón y la venganza con el amor; así lo expresó Él mismo cuando, en la cruz, intercedió por sus verdugos: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen».
  • Frecuentemente se confunde la expresión “poner la otra mejilla” con la idea de la renuncia a nuestros derechos legítimos. Sin embargo poner la otra mejilla quiere decir denunciar e interpelar a quien nos ha agredido, con un gesto pacífico pero decidido. El perdón debe acompañarse con la verdad. No perdonamos tan sólo porque nos vemos imposibilitados o disminuidos.
  • El discípulo no debe buscar revancha, pero sí mantenerse firme; estar abierto al perdón y decir las cosas claramente. Ciertamente no es un arte fácil, pero es el único modo de frenar el odio y la violencia y manifestar la vida nueva del Evangelio a un mundo a menudo carente de amor auténtico y transformador. Se trata de poner en marcha el compromiso de transformar la espiral de violencia que domina el mundo con una actitud propositiva que brota de un cambio profundo y radical sostenido por la gracia.

PARA DISCERNIR

  • ¿Qué concepto de justicia manejo en mi relación con los demás?
  • ¿Qué actitudes tomé ante el mal recibido?
  • ¿Caí en la venganza? ¿Cómo me sentí?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Demos siempre al que nos pide

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

Yo os digo, no respondáis al malvado

En el nombre de este Dios y de su hijo, Jesús, os exhortamos a ensanchar vuestros corazones a las dimensiones del mundo, a escuchar la llamada de vuestros hermanos y a poner ardorosamente a su servicio vuestras energías. Luchad contra todo egoísmo. Negaos a dar libre curso a los instintos de violencia y de odio, que engendran las guerras y su cortejo de males. Sed generosos, puros, respetuosos, sinceros. Y edificad con entusiasmo un mundo mejor que el de vuestros mayores.

La Iglesia os mira con confianza y amor. Rica en un largo pasado, siempre vivo en ella, y marchando hacia la perfección humana en el tiempo y hacia los objetivos últimos de la historia y de la vida, es la verdadera juventud del mundo. Posee lo que hace la fuerza y el encanto de la juventud: la facultad de alegrarse con lo que comienza, de darse sin recompensa, de renovarse y de partir de nuevo para nuevas conquistas. Miradla y veréis en ella el rostro de Cristo, el héroe verdadero, humilde y sabio, el Profeta de la verdad y del amor, el compañero y amigo de los jóvenes. Precisamente en nombre de Cristo os saludamos, os exhortamos y os bendecimos.

Concilio Vaticano II

Mensaje a los jóvenes el 7/12/ 1965 (Libreria Editrice Vaticana)

PARA REZAR

Vivir de Amor, es darse sin medida
sin reclamar ningún salario aquí abajo.
¡Ah! doy sin contar, estando muy segura
que cuando se ama, no se calcula!
Al Divino Corazón, desbordante de ternura,
se lo he dado todo… corro ligera.
No me queda nada más que mi única riqueza:
Vivir de Amor.

Vivir de Amor, es expulsar todo temor,
todo recuerdo de las faltas pasadas.
De mis pecados no veo ninguna huella,
¡en un instante el amor lo que quemado todo!
Llamarada divina, oh dulce hoguera,
en tu hogar he fijado mi estancia.
Es en tu fuego que yo canto a mi placer (cf Dn 3,51):
«¡Vivo de Amor!»…

«Vivir de Amor, ¡qué extraña locura!»
El mundo me dice: «¡Ah! deja de cantar,
no pierdas tus perfumes, tu vida:
sepas emplearlas útilmente!»
Amarte, Jesús ¡qué perdida tan fecunda!
Todos mis perfumes son tuyos para siempre,
Quiero cantar al salir de este mundo:
«¡Muero de Amor!»

Amar es darlo todo y darse a sí mismo.

Santa Teresa del Niño Jesús. Poesías.

MARTES XI

Amen a sus enemigos

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo

a los cristianos de Corinto             8, 1-9

Hermanos:

Queremos informarles acerca de la gracia que Dios ha concedido a las Iglesias de Macedonia. Porque, a pesar de las grandes tribulaciones con que fueron probadas, la abundancia de su gozo y su extrema pobreza han desbordado en tesoros de generosidad. Puedo asegurarles que ellos estaban dispuestos a dar según sus posibilidades y más todavía: por propia iniciativa, ellos nos pidieron, con viva insistencia, que les permitiéramos participar de este servicio en favor de los hermanos de Jerusalén.

Y superando nuestras esperanzas, ellos se entregaron, en primer lugar al Señor, y luego a nosotros, por la voluntad de Dios. Por eso, hemos rogado a Tito que lleve a feliz término entre ustedes esta obra de generosidad, de la misma manera que la había comenzado.

Y ya que ustedes se distinguen en todo: en fe, en elocuencia, en ciencia, en toda clase de solicitud por los demás, y en el amor que nosotros les hemos comunicado, espero que también se distingan en generosidad.

Esta no es una orden: solamente quiero que manifiesten la sinceridad de su amor, mediante la solicitud por los demás. Ya conocen la generosidad de nuestro Señor Jesucristo que, siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza.

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 145, 2. 5-6. 7. 8-9a (R.: 1)

R.        ¡Alaba al Señor, alma mía!

Alabaré al Señor toda mi vida;

mientras yo exista, cantaré al Señor.  R.

Feliz el que se apoya en el Dios de Jacob

y pone su esperanza en el Señor, su Dios:

Él hizo el cielo y la tierra,

el mar y todo lo que hay en ellos.

El mantiene su fidelidad para siempre.  R.

Hace justicia a los oprimidos

y da pan a los hambrientos.

El Señor libera a los cautivos.  R.

El Señor abre los ojos de los ciegos

y endereza a los que están encorvados,

el Señor ama a los justos

y protege a los extranjeros.  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Mateo   5, 43-48

Jesús dijo a sus discípulos:

Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos.

Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos?

Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Este capítulo y el siguiente tratan de una misma cuestión: la colecta organizada en Macedonia a favor de la Iglesia de Palestina y en la cual exhorta a los corintios a participar.
  • Pablo pide a los cristianos de Corinto, que participen con generosidad en la colecta que se está organizando a favor de la comunidad de Jerusalén.
  • Les pone como ejemplo a los cristianos de Macedonia, en Grecia. Estos eran más pobres que los de Corinto, pero se esforzaron «por encima de sus fuerzas», en ayudar a los de la iglesia madre de Jerusalén. Y más aún: tienen a gloria el poder ayudar a otros más pobres, y consideran un favor que se les hace a ellos, el permitirles organizar esta colecta. Los pone como ejemplo de generosidad. No dieron lo que tenían, «se dieron a sí mismos».
  • Lo mismo deberían hacer los de Corinto, que ya se distinguen por otras cosas: su fe, su sabiduría y la gratitud que deben sentir por Pablo.
  • Pone como argumento todavía más contundente, al mismo Jesús, que “siendo rico, se hizo pobre, para que con su pobreza, nos hagamos ricos”.
  • En el ejercicio del ministerio apostólico, Pablo, integra la preocupación por una situación social concreta. El hecho de que no se ocupe de ella directamente, no es porque esta es una tarea poco adecuada a su misión, sino que es para evitar críticas maliciosas y, que se vuelva a encender una crisis ya superada. Pablo entiende este servicio como un signo material y concreto de comunión espiritual y de fe, entre todas las Iglesias.

***

  • Jesús sigue contraponiendo la ley antigua con su nuevo estilo de vida: esta vez el tema es el amor a los enemigos. La primera consigna, “amarás a tu prójimo”, estaba en el Antiguo Testamento. La segunda, «aborrecerás a tu enemigo», jamás fue precepto de Moisés, sino deducción teológica de los rabinos que «a causa de sus tradiciones habían quebrantado los mandamientos de Dios».
  • Jesús corrige esta interpretación, exhortando a sus seguidores a amar también a los enemigos, o sea, extiende la obligación de amar más allá de la familia o del pueblo o el gusto.
  • Saludar a los que nos saludan lo hacen todos. Amar a los que nos aman, es fácil, sale de dentro y lo hacen hasta los paganos. Jesús trae una propuesta de un hombre y mujer nuevos capaces de superar las cadenas del egoísmo, la venganza, y que se caracterizarán por algo «extraordinario»: saludar a los que no los saludan, amar a los enemigos, hacer el bien a los que los aborrecen.
  • Jesús pone por delante como modelo nada menos que al Padre celestial que es perfecto. Esta perfección que presenta Jesús, no es estática sino dinámica, es plenitud. Dios es perfecto, es decir  pleno en el amor. La perfección consiste en la capacidad de amar de verdad y como Jesús.
  • Él es el que mejor ha imitado a Dios Padre. Mostró su preferencia por los pobres, los débiles, los marginados, los enfermos, los pecadores. Amó a tal punto que entregó su vida por todos y murió perdonando a los mismos que lo crucificaban. Desde la cruz de Jesús, el perdón y el amor a los enemigos es la nota característica del discípulo. Esto da a la caridad fraterna su verdadera fisonomía, que es la misericordia, que consiste en la imitación de su amor tierno, fuerte y compasivo.
  • Amar sin esperar nada a cambio. A la hora de amar tenemos que enterrar las calculadoras. La perfección es amar sin medida. Para amar verdaderamente lo primero que tenemos que aceptar de los “otros” es eso, el que sean “otros”, con su carácter, sus particularidades, sus limitaciones, sus opiniones.
  • La perfección, el amor, está en nuestras manos en medio del mundo, en medio de nuestras ocupaciones diarias, en medio de la realidad.
  • El amor hacia los enemigos es el vértice donde Jesús ha puesto todo el contenido de su proyecto, cambiando la ley antigua por una nueva norma del amor sin límites, ni restricciones. La sola voluntad no alcanza, es una obra de Dios en nosotros. Por eso, los discípulos, tenemos que construir nuestra vida desde la paradoja de la oración, la compasión, para poder vivir el amor y el perdón, incluso a los enemigos, como la norma central de la vida y la misión.

PARA DISCERNIR

  • ¿Cuál es el límite de mi amor?
  • ¿Pongo condiciones para el perdón?
  • ¿Cuál es mi actitud frente a los que sé que no me quieren o mis enemigos?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Que pueda amar a todos

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

«Hace salir el sol sobre los malos y sobre los buenos»

 …Anuncia la bondad de Dios. Siendo tú indigno, te acompaña, se lo debes todo a él, y no te reclama nada. A cambio de las pequeñas cosas que tú haces, te lo recompensa dándote grandes cosas. No llames, pues, a Dios, simplemente justo, porque no es por la relación existente con las cosas que tú haces que se revele su justicia. Si David le nombra justo y recto, su Hijo nos revela que es mucho más que bueno y suave: «Es bueno con los malvados y desagradecidos».

¿Cómo puedes tú quedarte con la simple justicia de Dios al leer el capítulo sobre el salario de los trabajadores? «Amigo, no te hago ninguna injusticia. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?» (Mt 20,13-15). ¿Cómo se puede decir simplemente que Dios es justo leyendo el capítulo del hijo pródigo que malgastó en una vida disoluta la riqueza de su padre, y por la sola compunción que le mostró, su padre corrió hacia él, se le echó al cuello y le dio pleno poder sobre todas sus riquezas? (Lc 15,11ss). No es cualquiera quien nos dice esto sobre Dios y así podríamos dudar: es su propio Hijo; es él mismo quien ha dado de Dios este testimonio. ¿Dónde se encuentra, pues, la justicia de Dios? ¿No es en aquello de «cuando éramos pecadores Cristo murió por nosotros?» (Rm 5,8). Se Dios ya aquí abajo se muestra compasivo, creemos que lo será por toda la eternidad…

San Isaac el Sirio (siglo VII) monje en Nínive, cerca de Mosul, en el actual Irak
Discursos ascéticos, 1ª serie, nº60.

PARA REZAR

Oración para aprender a amar

Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed, dame alguien que precise agua;
Cuando sienta frío, dame alguien que necesite calor.
Cuando sufra, dame alguien que necesita consuelo;
Cuando mi cruz parezca pesada, déjame compartir la cruz del otro;
Cuando me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo, dame alguien que precise de mis minutos;
Cuando sufra humillación, dame ocasión para elogiar a alguien; Cuando esté desanimado, dame alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando quiera que los otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi comprensión;
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda atender;
Cuando piense en mí mismo, vuelve mi atención hacia otra persona.

Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos;
Dales, a través de nuestras manos, no sólo el pan de cada día, también nuestro amor misericordioso, imagen del tuyo.

Madre Teresa de Calcuta M.C.

MIÉRCOLES XI

Dios ama al que da con alegría

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo

a los cristianos de Corinto 9, 6-11

Hermanos:

Sepan que el que siembra mezquinamente, tendrá una cosecha muy pobre; en cambio, el que siembra con generosidad, cosechará abundantemente.

Que cada uno dé conforme a lo que ha resuelto en su corazón, no de mala gana o por la fuerza, porque Dios ama al que da con alegría.

Por otra parte, Dios tiene poder para colmarlos de todos sus dones, a fin de que siempre tengan lo que les hace falta, y aún les sobre para hacer toda clase de buenas obras. Como dice la Escritura: El justo ha prodigado sus bienes: dio a los pobres y su justicia permanece eternamente.

El que da al agricultor la semilla y el pan que lo alimenta, también les dará a ustedes la semilla en abundancia, y hará crecer los frutos de su justicia. Así, serán colmados de riquezas y podrán dar con toda generosidad; y esa generosidad, por intermedio nuestro, se transformará en acciones de gracias a Dios.

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 111, 1-2. 3-4. 9 (R.: 1a)

R.        Feliz el hombre que teme al Señor.

Feliz el hombre que teme al Señor

y se complace en sus mandamientos.

Su descendencia será fuerte en la tierra:

la posteridad de los justos es bendecida.  R.

En su casa habrá abundancia y riqueza,

su generosidad permanecerá para siempre.

Para los buenos brilla una luz en las tinieblas:

es el Bondadoso, el Compasivo y el Justo.  R.

El da abundantemente a los pobres:

su generosidad permanecerá para siempre,

y alzará su frente con dignidad.  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Mateo   6, 1-6. 16-18

Jesús dijo a sus discípulos:

Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.

Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.

Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa.

Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Pablo sigue hablando del tema de la colecta para la comunidad de Jerusalén. El objetivo del Apóstol continúa siendo el de estimular la generosidad de los corintios, pero a pesar del optimismo y confianza que manifestó, ahora deja entrever un cierto miedo de que la colecta no alcance las expectativas deseadas. Ofrece más argumentos para que los cristianos de Corinto sean generosos en su donación.
  • El primer argumento se presenta como una invitación a no temer dar, porque Dios los ha colmado suficientemente para que, a la vez, colmen a los demás. Dios recompensa siempre la generosidad del hombre que da generosamente. Este es un concepto clásico del Antiguo Testamento, y que estimula al hombre a actuar, de manera que se haga capaz de recibir las bendiciones de Dios. Los valores espirituales que nos vienen de Dios, sobrepasan los bienes materiales que el hombre puede alcanzar.
  • La colecta material, organizada por Pablo en beneficio de los pobres de Jerusalén, debe ser expresión de la abundancia espiritual que Dios brinda. El donante es un ministro de la bondad de Dios. Dios nos ha dado sin calcular: el que quiera ser hijo suyo debe imitarlo.
  • El otro argumento está atento a los efectos que produce en los beneficiarios una auténtica comunidad de bienes. San Pablo piensa en una cierta nivelación de las riquezas; desea poder afrontar la situación de carencia que soporta una parte del pueblo de Dios. Pero, sobre todo, busca provocar una actitud básica en el hombre que descubre el evangelio, por un gesto del hermano: la acción de gracias a Dios. Todo agradecimiento entre los hombres, puede  llegar a ser alabanza a Dios.

***

  • Mateo nos presenta las diferencias que deben darse entre los discípulos de Jesús y los fariseos, tomando las tres mediaciones que utilizaba la ley judía para obtener la gracia y el perdón de los pecados: la limosna, la oración y el ayuno. Estas mediaciones habían sido convertidas por el legalismo en elementos de vanidad y ostentación.
  • Nadie puede poner en duda que los fariseos hacían buenas obras; los letrados se dedicaban de por vida al estudio de la Ley de Dios; daban limosna, ayunaban más veces de las que estaba mandado; rezaban con frecuencia. Pero muchos de ellos no eran de corazón recto y Jesús los llama por dos veces “hipócritas”. Daban limosna para que todos vieran lo que hacían; rezaban de pie en las sinagogas y en las esquinas para mostrarse ante la gente. Sus obras eran buenas, pero sus intenciones vanas.
  • Jesús enuncia, ante todo, un principio general: «Eviten hacer el bien delante de la gente para que los vean». Esta frase es la puerta de entrada que nos permite entender todo lo que sigue. Jesús no está en contra de las obras de piedad; al contrario, estimula a sus discípulos para que las practiquen. Pero no está de acuerdo, con el modo como las llevan a cabo los fariseos: «delante de la gente, para llamar la atención», para tener buen reconocimiento ante los demás.
  • Jesús aplica este principio, a la limosna, la oración y el ayuno, con un esquema fijo para las tres situaciones. En los tres ejemplos contrapone la postura del hipócrita, que busca el aplauso y la aprobación humana que funcionan ya en el presente como retribución, impidiendo toda otra retribución; y la del discípulo que debe procurar pasar desapercibido y obtener su recompensa sólo de Dios.
  • Limosna, oración y ayuno sólo pueden ser eficaces si son capaces de sacar al ser humano del propio egoísmo, de los propios intereses, de la búsqueda de ventajas y privilegios personales. Hipócrita es el que finge, realizando una acción que no corresponde a su actitud in­terior. La limosna realizada para conseguir buena fama entre los hombres alcanza un premio humano, que es la fama misma.
  • La limosna debe quedar «en lo escondido», en la esfera del Padre. Como corresponde a «los limpios de corazón», Jesús excluye todo interés mezquino en la ayuda al prójimo. Su auténtica recompensa será la experiencia de Dios en la propia vida.
  • La oración en público se hacía en determinados momentos del día; el judío piadoso se detenía en el lugar donde se encontraba y recitaba de pie las oraciones. La oración de los «hipócritas» pretendía exhibir ante los hombres su piedad personal, igual que la limosna pública. Este tipo de ora­ción es inútil, porque no busca el encuentro con Dios. La verdadera oración se realiza en lo más profundo del hombre, donde no llega la mirada de los demás, sólo la del Padre que está en lo escondido. El exceso de palabras en la oración indica falta de fe, porque el Padre sabe lo que necesita el que ora. La oración, debe disponer al hombre para recibir los dones que Dios quiere concederle.
  • En el ayuno, Jesús se opone al que se realiza hipócritamente descuidando el aspecto para mostrar que se está ayunando y ser admirados por los hombres. En el Antiguo Testamento el ayuno aparece relacionado con el luto o con el arrepentimiento. La desfiguración del rostro formaba parte del ritual del duelo y del luto. Para desfigurarse, la persona colocaba sobre sí, el «saco y las cenizas». El ayuno tiene que hacerse en secreto, quiere expresar ante el Padre una actitud de corazón. Al ser privación del ali­mento que es fuente de vida es signo de solidaridad con el dolor de la muerte y expresa su tristeza.
  • Los discípulos de Jesús tienen que formar una comunidad de hermanos que renuncian al prestigio, al poder, al dinero, porque priman otros valores. Las obras de piedad que no corresponden a actitudes interiores, no tienen ningún valor para quien hace de su vida un teatro de apariencias.
  • La enseñanza de Jesús no tiene vueltas: la justicia y la caridad son un deber y hay que realizarlo con honestidad y verdad; la limosna es un deber, es el ejercicio de la solidaridad con las necesidades de los demás y hay que hacerla sencillamente, participando de lo nuestro a los más necesitados.
  • Esta es la plenitud de la ley: hacer todo el bien posible con el corazón y la mente en Dios, buscando la felicidad de los hermanos de forma tan sencilla que nadie se dé cuenta ni le dé importancia. Cuando nuestras obras de piedad se tiñen de sencillez, de compasión y alegría por hacer el bien y por contribuir al bien vivir de los demás, estamos obrando en calidad de hijos del Padre en cuyo hogar vivimos.

PARA DISCERNIR

  • ¿Cómo es mi religiosidad?
  • ¿Mis gestos religiosos son expresión de la profundidad de mi fe?
  • ¿En qué gestos expreso con mayor coherencia mi vínculo de fe?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Confío en tu mirada Padre

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

«Os aseguro que ya han recibido su paga»

… «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres.» ¿Por qué? Para no «ser vistos delante de ellos». Si ellos os ven ¿qué será de vosotros? «No tendréis la recompensa de vuestro Padre celestial.» Hermanos, aquí el Señor no juzga, sino solamente expone. Da luz sobre la astucia de nuestros pensamientos; pone al desnudo las disposiciones secretas de las almas. A los que meditan injustamente sobre la justicia, les indica la medida de una justa retribución. La justicia que se coloca ante la vista de los hombres no puede esperar el salario divino del Padre. Ha querido ser vista, ha sido vista; ha querido complacer a los hombres y ha complacido. Tiene el salario que ha querido; no tendrá la recompensa que no ha querido tener…

«Cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas.» «Tocar la trompeta» es la palabra justa, porque una limosna de esta clase es un acto más guerrero que pacífico. Pasa toda entera a través del sonido, nada tiene que ver con la misericordia. Viene del país de la desunión, no ha sido alimentada por la bondad. Es un tráfico para la exhibición, no un comercio casto… «Tú, en cambio, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga.» Habéis oído: la limosna hecha en una asamblea, sobre las plazas públicas, en los cruces de los caminos, no es un gasto hecho para el alivio de los pobres, sino que se hace ante la vista de los hombres para ser estimado por ellos… Huyamos de la hipocresía, hermanos, huyámosla… No alivia al pobre; el gemido del indigente le es un pretexto para buscar con más ahínco una gloria espectacular. Hincha su alabanza con el sufrimiento del pobre…

San Pedro Crisólogo (hacia 406-450, obispo de Rabean, doctor de la Iglesia

Sermón9; CCL 24,64; PL 53, 211

PARA REZAR

Salmo joven de interiorización

Señor, tú me llegas hasta el fondo y me conoces por dentro.

Lo se: me conoces cuando no paro o cuando no sé qué hacer,

mis ilusiones y mis deseos los entiendes como si fueran tuyos,

en mi camino has puesto tu huella,

en mi descanso te has sentado a mi lado,

todos mis proyectos los conoces palmo a palmo.

Tu oyes mi corazón aun cuando está en silencio,

cuando no tiene palabras para hablarte.

Cuando escalo mi vida y me supero, allí estás tú,

cuando me canso del camino y me siento muy poca cosa,

perdido en mi dolor, te encuentro a tí.

Cuando surco los mares de mis sueños

y me pierdo en la arena pegadiza de mis playas

allí está tu mano, y tus ojos y t u boca…

allí como amigo fiel, de nuevo estás tú.

Guíame por el camino nuevo que has abierto a los hombres.

Quiero hacer de él un proyecto para mi vida,

y desde lo hondo de mi ser vivir para ti.

Emilio Mazariegos

JUEVES XI

Cuando oren digan así

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo

a los cristianos de Corinto 11, 1-11

Hermanos:

¡Ojalá quisieran tolerar un poco de locura de mi parte! De hecho, ya me toleran. Yo estoy celoso de ustedes con el celo de Dios, porque los he unido al único Esposo, Cristo, para presentarlos a él como una virgen pura. Pero temo que, así como la serpiente, con su astucia, sedujo a Eva, también ustedes se dejen corromper interiormente, apartándose de la sinceridad debida a Cristo.

Si alguien viniera a predicarles otro Jesucristo, diferente del que nosotros hemos predicado, o si recibieran un Espíritu distinto del que han recibido, u otro Evangelio diverso del que han aceptado, ¡ciertamente lo tolerarían! Yo pienso, sin embargo, que no soy inferior a esos que se consideran «apóstoles por excelencia.» Porque, aunque no soy más que un profano en cuanto a la elocuencia, no lo soy en cuanto al conocimiento; y esto lo he demostrado en todo y delante de todos.

¿Acaso procedí mal al anunciarles gratuitamente la Buena Noticia de Dios, humillándome a mí mismo para elevarlos a ustedes? Yo he despojado a otras Iglesias, aceptando su ayuda, para poder servirlos a ustedes. Y cuando estaba entre ustedes, aunque me encontré necesitado, no fui gravoso para nadie, porque los hermanos que habían venido de Macedonia me proveyeron de lo que necesitaba. Siempre evité serles una carga, y así lo haré siempre.

Les aseguro por la verdad de Cristo que reside en mí, que yo no quiero perder este motivo de orgullo en la región de Acaya. ¿Será acaso porque no los amo? Dios lo sabe.

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 110, 1-2. 3-4. 7-8 (R.: 7a)

R.        Las obras de tus manos, Señor, son verdad y justicia.

Doy gracias al Señor de todo corazón,

en la reunión y en la asamblea de los justos.

Grandes son las obras del Señor:

los que las aman desean comprenderlas.  R.

Su obra es esplendor y majestad,

su justicia permanece para siempre.

El hizo portentos memorables,

el Señor es bondadoso y compasivo.  R.

Las obras de sus manos son verdad y justicia;

todos sus preceptos son indefectibles:

están afianzados para siempre

y establecidos con lealtad y rectitud.  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Mateo   6, 7-15

Jesús dijo a sus discípulos:

Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados. No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan.

Ustedes oren de esta manera: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino, que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido. No nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal.

Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes.

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • A partir de este capítulo nos encontramos con una segunda carta a los Corintios de tono enérgico. Unos predicadores judaizantes están sembrando cizaña en Corinto y acusan a Pablo de tener una doctrina demasiado abierta y poco respetuosa de la tradición judía, pero lo peor es que la comunidad, que a Pablo le había costado tanto fundar, escucha a esos que él llama irónicamente «súper apóstoles».
  • La oposición que Pablo tiene que combatir, va más allá las acusaciones hechas a su persona, y toca la realidad misma de su ministerio. Se lo acusa de ser un hombre débil y sin carácter, que sólo se mostraba fuerte y enérgico por escrito y de lejos. Pablo se enoja y amenaza con ser duro y severo cuando esté presente. Pero, lo que más le duele a Pablo, es ver que es despreciada su predicación y que se pone en discusión su autoridad de apóstol.
  • Por eso dejará bien en claro que la fuerza de su predicación, no radica en la belleza de las palabras, sino en el conocimiento  y la fuerza de Dios, que es lo único que puede acreditar al verdadero apóstol. En segundo lugar dirá que por mucho que otros se llamen apóstoles, no hay otra realidad que la que él les ha predicado. Y en tercer lugar, Pablo dejará asentado que no desprecia ninguna expresión cultural, pero tampoco toma ninguna como absoluta.

***

  • Jesús acaba de condenar el modelo de oración que se hace por ostentación. Su deseo, es que sus discípulos pasen a un modelo de oración distinto, al que vienen acostumbrados. Aconseja a sus seguidores que su oración, no sea con muchas palabras, porque Dios ya conoce lo que le vamos a decir.
  • Jesús nos deja un modelo de oración: el Padrenuestro. Esta oración es como el resumen de la espiritualidad del Antiguo y del Nuevo Testamento sobria y equilibrada. Mateo pone el Padrenuestro en contraste con la oración de los paganos que se caracterizaba por la acumulación de largas y tediosas fórmulas donde se amontonaban los calificativos de Dios. Mateo destaca, en cambio, de una manera positiva, el Padrenuestro como una oración breve.
  • Primero, nos lleva pensar en Dios, que es nuestro Padre: su nombre, su reino, su voluntad. Nos invita a mostrar nuestro deseo de sintonizar con Dios. Luego pasa a nuestras necesidades: el pan de cada día, el perdón de nuestras faltas, la fuerza para no caer en tentación y vencer el mal. El Padrenuestro a pesar de ser tan breve; es una síntesis de todo lo que Jesús vivió y sintió respecto de Dios, del mundo y de su pueblo.
  • El Padre nuestro se divide en dos partes. La pri­mera tiene como centro al Padre y la segunda a la comunidad.
  • En la primera parte, la comunidad pide por la extensión del reino a la humanidad entera. Al comenzar diciendo «Padre nuestro», Jesús marca un estilo de petición. Existe una relación comunitaria de los discípulos con Dios, ya no es solamente individual. Son los hijos, o los miembros del reino, los que se dirigen a Dios como Padre porque Él es el único que merece ese nombre.
  • La expresión, «que estás en los cielos», no aleja al Padre de sus hijos, sino que indica la trascendencia y la invisibilidad de Dios.
  • La comunidad pide que la humanidad reconozca a Dios como Padre. Antes que pensar en sí misma, la comunidad se preocupa por la humanidad que la rodea.
  • La comunidad tiene experiencia del reinado de Dios, por eso pide que se extienda a todo hombre. Pide, porque sabe que es ella  la que, con su modo de vida, hace presente en el mundo el mensaje de salvación. Pide fidelidad al mensaje de las bienaventuranzas, y a la práctica de esta novedad de vida.
  • La comunidad pide que se cumpla el designio de Dios, designio histórico de Dios sobre la humanidad: llevar a su plenitud la ley y realizar la obra redentora.
  • La decisión de la salvación está tomada por Dios, pero tiene que realizarse en la tierra. Le pedimos a Dios que lo que Él ya ha decidido en el cielo,  se realice en la tierra. La comunidad vuelve a pedir por el mundo; su primera preocu­pación es la misión que Jesús le confía.
  • En la segunda parte la comunidad reza por sí misma. La palabra «pan», es equivalente a alimento. «El pan del mañana» hace referencia al banquete mesiánico final. Jesús describió su presencia con los dis­cípulos como un banquete de bodas, en contrapartida a la tristeza del ayuno practicado por los discípulos de Juan y los fariseos. Se pide que el gozo de ese momento, lo pueda experimentar esta comu­nidad presente.
  • En la petición del perdón de las ofensas aparece una exigencia para la comuni­dad. El perdón del Padre está condicionado al perdón mutuo, expresión del amor. Quien se cierra al amor de los otros se cierra al amor de Dios, que se manifiesta en el perdón. La división en la comunidad impide la presencia en ella del amor del Padre. Se pide, pues, la manifestación continúa de ese amor que se traduce en el perdón mutuo. En los deudores quedan incluidos los enemigos y perseguidores.
  • «No nos dejes caer en la tentación», remite a las tentaciones de Jesús en el desierto, no se trata de una tentación única y determinada. El sentido de «tenta­ción» se refiere a las mismas que experimentó Jesús. Aquéllas pretendían desviar su mesianismo. La comunidad puede experimentar en su misión, que continúa la de Jesús, las mismas tentaciones que éste: usar sus dones para propio beneficio sin atender al plan de Dios; caer en la irresponsabilidad, pero, sobre todo, caer en la tentación de la gloria y el poder.
  • En la petición final del Padrenuestro, rogamos que el Padre no permita que la comunidad ceda a las seducciones del Malo que es la personificación del poder del mundo.
  • Insiste Jesús en la necesidad del perdón. La unión en la comunidad asegura la experiencia del amor del Padre y es condición para su existencia. No es que Dios se niegue a perdonar; es el hombre que no perdona, quien se hace incapaz de recibir el amor.
  • Esta oración nos debe ir afirmando en nuestra condición de hijos para con Dios, y también en nuestra condición de hermanos de los demás, dispuestos a perdonar cuando haga falta, porque todos somos hijos del mismo Padre.
  • El Padre Nuestro no es la oración institucionalizada. A Dios nadie lo puede encerrar en palabras. Dios lo desborda todo. Lo que quiere Jesús con el «Padre Nuestro» es que confrontemos nuestra vida personal y comunitaria con su proyecto original: que con nuestro proceder, hagamos que el Reino de Dios se desarrolle y crezca.

PARA DISCERNIR

  • ¿Qué rezo cuando rezo el Padre nuestro?
  • ¿Qué experimento ante cada una de las peticiones?
  • ¿Qué relación hay entre la oración del Señor y mi proyecto de vida en la fe?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Padre, venga tu Reino

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…”La primera parte del Padre nuestro va, de una manera atrevida, del tú al Dios que se ha revelado como amor. Se trata de una oración de agradecimiento llena de júbilo por el hecho de que podamos llamar, amar y alabar de manera confiada al Santísimo como Nuestro Padre y como nuestro tú. Expresa el compromiso de verificar nuestras aspiraciones y nuestras acciones, a fin de ver si y hasta qué punto se toman en serio y honran el nombre del Padre y nuestra vocación de hijos a hijas suyos. Y, no por último, nos pone sobre todo frente a nuestra misión de promover, para honor del único Dios y Padre, la paz y la solidaridad salvífica entre todos los hombres […].

Recitar el Padre nuestro significa preguntarse por la seriedad con la que tomamos, intentamos comprender y confesamos con actos concretos el plan salvífico de Dios. Un rasgo fundamental e imprescindible del compromiso que hemos asumido en virtud del Espíritu Santo y con la mirada puesta en el Hijo predilecto es el de amar a Dios en todo y por encima de todo y cumplir su voluntad santa y amorosa.

La segunda parte del Padre nuestro habla del amor al prójimo en unión con Jesús. Se trata del «Nosotros», de vivir de manera radical la solidaridad salvífica de Jesús con todos los hombres y en todos los campos de la vida. La conciencia adquirida de que la recitación del Padre nuestro nos introduce, de manera semejante al bautismo de Jesús en el Jordán, en la vida trinitaria de Dios, así como nuestra opción fundamental en favor de la solidaridad salvífica en todos los campos, nos ayudarán, sin la menor duda, a conferir un perfil cada vez más claro y convincente a nuestro programa de vida”…

B. Häring, II Padre nuestro. Alabanza, oración programa de vida, Brescia 1995.

PARA REZAR

Este es tu reino entre nosotros, Señor,

vivir en tu amor ser tus hijos

y contemplar tu rostro,

tal como lo manifestó tu hijo amado, Jesús.

Ahora sabemos que la santidad a la que nos llamas

está amasada de vida diaria, de trabajo,

de alegrías y penas,

de un caminar constante hacia un mundo nuevo

que renace a su liberación y a la paz definitiva.

Porque esta santidad no nos saca del mundo

sino que nos hace vivir en plenitud

dando sentido a nuestra vida

para volcarnos a un gran proyecto:

una nueva humanidad.

VIERNES XI

Donde está tu tesoro está tu corazón

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo

a los cristianos de Corinto 11, 18. 21b-30

Hermanos:

Ya que tantos otros se glorían según la carne, yo también voy a gloriarme. Pero de lo mismo que otros se jactan -y ahora hablo como un necio – también yo me puedo jactar.

¿Ellos son hebreos? Yo también lo soy. ¿Son israelitas? Yo también. ¿Son descendientes de Abraham? Yo también. ¿Son ministros de Cristo? Vuelvo a hablar como un necio: yo lo soy más que ellos.

Mucho más por los trabajos, mucho más por las veces que estuve prisionero, muchísimo más por los golpes que recibí. Con frecuencia estuve al borde de la muerte, cinco veces fui azotado por los judíos con los treinta y nueve golpes, tres veces fui flagelado, una vez fui apedreado, tres veces naufragué, y pasé un día y una noche en medio del mar.

En mis innumerables viajes, pasé peligros en los ríos, peligros de asaltantes, peligros de parte de mis compatriotas, peligros de parte de los extranjeros, peligros en la ciudad, peligros en lugares despoblados, peligros en el mar, peligros de parte de los falsos hermanos, cansancio y hastío, muchas noches en vela, hambre y sed, frecuentes ayunos, frío y desnudez.

Y dejando de lado otras cosas, está mi preocupación cotidiana: el cuidado de todas las Iglesias. ¿Quién es débil, sin que yo me sienta débil? ¿Quién está a punto de caer, sin que yo me sienta como sobre ascuas?

Si hay que gloriarse de algo, yo me gloriaré de mi debilidad.

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7 (R.: cf. 18b)

R.        El Señor libra a los justos de todas sus angustias.

Bendeciré al Señor en todo tiempo,

su alabanza estará siempre en mis labios.

Mi alma se gloría en el Señor:

que lo oigan los humildes y se alegren.  R.

Glorifiquen conmigo al Señor,

alabemos su Nombre todos juntos.

Busqué al Señor: él me respondió

y me libró de todos mis temores.  R.

Miren hacia él y quedarán resplandecientes,

y sus rostros no se avergonzarán.

Este pobre hombre invocó al Señor:

él lo escuchó y los salvó de sus angustias.  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Mateo   6, 19-23

Jesús dijo a sus discípulos:

No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los

consumen, y los ladrones perforan las paredes y los roban. Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben. Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón.

La lámpara del cuerpo es el ojo. Si el ojo está sano, todo el cuerpo

estará iluminado. Pero si el ojo está enfermo, todo el cuerpo estará en tinieblas. Si la luz que hay en ti se oscurece, ¡cuánta oscuridad habrá!

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Los que perturbaban la paz de la comunidad de Corinto ponían en duda la autoridad apostólica de Pablo. Contra los ataques de sus contrincantes, Pablo no tiene más remedio que defenderse, para que no quede desprestigiado el evangelio que ha predicado.
  • Pablo se ve obligado, aunque no le agrade hacerlo, a realizar una apología de su vida que levantará el velo acerca de sus hazañas misioneras. Como lo han denigrado comparándolo a los que, según dicen, son mejores que él, Pablo expondrá todo lo que ha hecho por Dios. Él es también, y más que ellos, hebreo, descendiente de Abrahán, su educación se hizo junto a los mejores fariseos israelitas de Jerusalén, servidor fiel de Cristo. No puede ponerse en duda que pertenece a la más auténtica «tradición».
  • Es un innovador por estar orientado hacia los paganos, o gentiles; pero no es por abandono de su fe de judío sino por una fidelidad más profunda hacia Cristo que le confió esa misión. Sobre todo presenta la lista de cárceles, fatigas, azotes, naufragios, peligros de todo tipo, palizas que ha soportado durante su vida por amor a Cristo y a su ministerio. Todo eso sí que hace creíble su predicación.
  • Pablo los enfrenta tratándolos de «falsos apóstoles», «engañosos» y «servidores de Satanás». Para poner en duda la autoridad del Apóstol se apoyaban sencillamente en el hecho de que Pablo no hacía valer su derecho, propio de todo apóstol, de ser mantenido por la comunidad.
  • Pablo trabajaba para ganarse el propio sustento. Esta era una de sus características desde el comienzo de sus viajes misioneros. Pablo entiende la obra de evangelización como un compromiso de toda la Iglesia. Su entrega personal y sus muchos sacrificios no le llevan a olvidar el esfuerzo generoso de muchos que le han ayudado en su tarea misionera.
  • El nacimiento de una nueva comunidad no se realiza nunca sin el sacrificio de los que creen.
  • Pablo se ha identificado de tal manera con Cristo Jesús, que revive en su propia historia la Pascua de Jesús y muere un poco cada día, para resucitar y recibir vida de él.

***

  • En el sermón de la montaña, Mateo recoge diversas enseñanzas de Jesús. Hoy nos trae unas breves frases sobre los tesoros y sobre el ojo como lámpara del cuerpo. «No amontonen tesoros en la tierra…». Jesús los contrapone a los «tesoros en el cielo» que son valores verdaderos, duraderos. Jesús reconoce la tendencia del hombre a acumular. Pero nos dice dónde debemos invertir nuestro dinero, nos aconseja colocar nuestro capital en el banco de Dios, donde no hay ladrones y donde el dinero produce el máximo posible. Invita positivamente a acumular tesoros en el cielo, invirtiendo a través de la limosna y ayudando a los necesitados.
  • Jesús precisa que la riqueza «en el cielo» es Dios mismo y que la pobreza propia del reino consiste en la renuncia efectiva a todo otro tipo de riqueza. El que acumula dinero está necesariamente apegado a él, por  eso acumulación de dinero y reino de Dios no son compatibles.
  • La escala de valores que posee un hombre y las segurida­des que busca orientan su vida, lo definen y marcan su personalidad. Lo que es invertido en Dios, tiene un valor duradero, por eso esta enseñanza es completada con la de la lámpara y el ojo.
  • «La lámpara del cuerpo es el ojo». Nuestra mirada es la que da color a todo. Si está enferma todo lo que vemos estará enfermo. Si no tenemos luz en los ojos, todo estará a oscuras. Para los judíos, el ojo sano equivale a la generosidad y el ojo enfermo a la tacañería. La «lámpara», lo «luminoso», indica el valor positivo que la generosidad comunica al hombre.
  • Lo opuesto a acumular riquezas  es compartir lo que se tiene, obra de la generosidad. El apego al dinero hace del hombre un miserable; es precisamente el desapego que se traduce en el don, el que da valor a la persona. Jesús pone el valor de la persona en el desprendimiento, que manifiesta el amor, su falta de valor en el egoísmo, que se cierra al amor.
  • La “codicia y la avaricia” son causa de enfermedad para el ser humano porque desnaturalizan el sentido de las cosas materiales considerándolas, no como medio sino como fin. La gene­rosidad es condición para la ayuda a los demás y para el cumpli­miento de la pobreza a la que Jesús llama.
  • Después del llamado a despojarnos de los falsos tesoros, fuente de preocupaciones y poner toda nuestra confianza en Dios, esta exhortación a la generosidad es un llamado para que todos los cristianos nos entreguemos a Dios sirviendo a los demás sin límites ni condiciones.
  • Nuestra sociedad contradictoria está produciendo constantemente nuevos pobres, marginados, desengañados y también, en no pocas ocasiones, abandonados y desesperados. Sin embargo otra parte del mundo está lleno de bienes, ocupado obsesivamente en la producción y disfrute de los mismos. No debemos olvidar que muchos bienes que se presentan como fascinantes no son el supremo bien y que cuando se los adora, traen como consecuencia ambiciones, angustias, sometimiento, rivalidades, injusticias, desesperaciones. Con tanta abundancia de bienes, no está sosegada ni aquietada nuestra sociedad porque: «Nos hiciste, Señor, para ti, e inquieto está nuestro corazón hasta que descanse en Ti».

PARA DISCERNIR

  • ¿Qué tesoros apreciamos y acumulamos?
  • ¿Qué uso hacemos de los bienes de este mundo?
  • ¿Dónde está nuestro corazón, nuestra preocupación?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Dónde está mi tesoro, está también mi corazón

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL


No acumuléis tesoros en la tierra

En este instante solemne, nosotros, los Padres del XXI Concilio Ecuménico de la Iglesia católica…con plena conciencia de nuestra misión hacia la humanidad, nos dirigimos, con deferencia y confianza, a aquellos que tienen en sus manos los destinos de los hombres sobre esta tierra, a todos los depositarios del poder temporal.

Lo proclamamos en alto: honramos vuestra autoridad y vuestra soberanía, respetamos vuestras funciones, reconocemos vuestras leyes justas, estimamos los que las hacen y a los que las aplican. Pero tenemos una palabra sacrosanta y deciros: sólo Dios es grande. Sólo Dios es el principio y el fin. Sólo Dios es la fuente de vuestra autoridad y el fundamento de vuestras leyes.

A vosotros corresponde ser sobre la tierra los promotores del orden y de la paz entre los hombres. Pero no lo olvidéis: es Dios, el Dios vivo y verdadero, el que es Padre de los hombres, y es Cristo, su Hijo eterno, quien ha venido a decírnoslo y a enseñarnos que todos somos hermanos. El es el gran artesano del orden y la paz sobre la tierra, porque es Él quien conduce la historia humana y el único que puede inclinar los corazones a renunciar a las malas pasiones que engendran la guerra y la desgracia.

Es Él quien bendice el pan de la humanidad, el que santifica su trabajo y su sufrimiento, el que le da gozos que vosotros no le podéis dar, y la reconforta en sus dolores, que vosotros no podéis consolar. En vuestra ciudad terrestre y temporal construye su cuidado espiritual y eterna: su Iglesia.

Concilio Vaticano II – San Pablo VI, Mensaje a los gobernantes del Miércoles 8/12/1965 (Traducción distribuida por la Santa Sede)

PARA REZAR

Yo había pedido a Dios la fuerza para alcanzar el éxito,

pero él me hizo débil a fin de que aprenda humildemente a obedecer.

Yo había pedido la salud para hacer grandes cosas,

pero él me dio la enfermedad para que pueda hacer cosas mejores.

Yo había pedido el poder para poder ser apreciado por los hombres,

pero me dio la debilidad para que experimentara la necesidad de Dios.

Yo había pedido la riqueza para ser feliz,

pero me ha dado la pobreza para que pueda ser prudente.

Yo había pedido un compañero para no vivir solo,

pero me dio un corazón para que pueda amar a todos mis hermanos.

Yo había pedido cosas que pudieran alegrar mi vida,

pero he recibido la vida para que pueda gozar de todas las cosas.

Yo no he obtenido nada de lo que había pedido,

pero he recibido todo cuanto había esperado.

Casi a pesar de mi mismo,

mis plegarias informuladas

han sido escuchadas.

Yo soy, entre los hombres, el más ricamente colmado.

SÁBADO XI

EL NACIMIENTO DE SAN JUAN BAUTISTA (S)

Te llamo a ser luz de las naciones

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del profeta Isaías           49, 1-6

¡Escúchenme, costas lejanas, presten atención, pueblos remotos! El Señor me llamó desde el seno materno, desde el vientre de mi madre pronunció mi nombre. El hizo de mi boca una espada afilada, me ocultó a la sombra de su mano; hizo de mí una flecha punzante, me escondió en su aljaba. El me dijo: «Tú eres mi Servidor, Israel, por ti yo me glorificaré.» Pero yo dije: «En vano me fatigué, para nada, inútilmente, he gastado mi fuerza.» Sin embargo, mi derecho está junto al Señor y mi retribución, junto a mi Dios. Y ahora, ha hablado el Señor, el que me formó desde el seno materno para que yo sea su Servidor, para hacer que Jacob vuelva a él y se le reúna Israel. Yo soy valioso a los ojos del Señor y mi Dios ha sido mi fortaleza. El dice: «Es demasiado poco que seas mi Servidor para restaurar a las tribus de Jacob y hacer volver a los sobrevivientes de Israel; yo te destino a ser la luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los confines de la tierra.»

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 138, 1b-3. 13-14b. 14c-15 (R.: 14a)

R.        Te doy gracias porque fui formado de manera tan admirable.

Señor, tú me sondeas y me conoces,

tú sabes si me siento o me levanto;

de lejos percibes lo que pienso,

te das cuenta si camino o si descanso,

y todos mis pasos te son familiares.  R.

Tú creaste mis entrañas,

me plasmaste en el seno de mi madre:

te doy gracias porque fui formado

de manera tan admirable.

¡Qué maravillosas son tus obras!  R.

Tú conocías hasta el fondo de mi alma

y nada de mi ser se te ocultaba,

cuando yo era formado en lo secreto,

cuando era tejido en lo profundo de la tierra.  R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura  de los Hechos de los apóstoles             13, 22-26

Pablo decía:

«Cuando Dios desechó a Saúl, les suscitó como rey a David, e; hijo de Jesé, a un hombre conforme a mi corazón que cumplirá siempre mi voluntad. De la descendencia de David hizo surgir para Israel un Salvador, qué es Jesús.

Como preparación a su venida, Juan había predicado un bautismo de penitencia a todo el pueblo de Israel. Y al final de su carrera, Juan decía: «Yo no soy el que ustedes creen, pero sepan que después de mí viene aquel a quien yo no soy digno de desatar las sandalias».

Hermanos, este mensaje de salvación está dirigido a ustedes: los descendientes de Abraham y los que temen a Dios.»

Palabra de Dios.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas   1, 57-66. 80

Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo. Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella.

A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre dijo: «No, debe llamarse Juan.»

Ellos le decían: «No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre.»

Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran. Este pidió una pizarra y escribió: «Su nombre es Juan.»

Todos quedaron admirados. Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios.

Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea. Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: « ¿Qué llegará a ser este niño?» Porque la mano del Señor estaba con él.

El niño iba creciendo y se fortalecía en su espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel.

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Hoy celebramos el nacimiento de Juan Bautista. Una vocación grabada a fuego desde el vientre materno. Su futuro será sorprendente: anunciar la presencia de Jesús, el Salvador, y preparar sus caminos. Nunca los padres imaginaron así el futuro de su hijo.
  • Lo que más se destaca en la vocación de Juan es su total dedicación a la tarea de convertir al pueblo ante la venida del Señor. Él ha visto la situación de su pueblo, ha experimentado que era necesario hacer algo, ha sentido que Dios lo llamaba, y se ha lanzado. Juan habla con dureza, es exigente, combate las desigualdades, las injusticias, las autosatisfacciones, la búsqueda indiscriminada del placer. Juan es tan exigente consigo mismo, hasta el punto que, comparado con Jesús, aparece casi exageradamente ascético; esa es su manera de mostrar que el proyecto de Dios es lo único importante.
  • Al contemplar el testimonio personal de Juan, contemplamos también su papel en la historia de la salvación. Contemplamos cómo Dios va marcando caminos, y escoge a hombres y mujeres para realizar su plan salvador. Juan es escogido con una función especialmente decisiva.
  • La primera lectura, le aplica a Juan el segundo cántico del Siervo de Yahvé, para señalar esta elección, que consistirá en empezar a encender en medio del pueblo de Israel la luz; que después será luz para todas las naciones.
  • Juan es una señal del amor de Dios por su pueblo. El nombre de «Juan» quiere decir «Dios concede su favor», y se aplica hoy tanto al nivel doméstico de la vida de Zacarías e Isabel, que siendo ya ancianos tienen un hijo, como en el nivel de la historia de la salvación de Dios para todos los hombres.
  • Juan supo recoger toda la esperanza y anhelo de salvación que estaba en el corazón de su pueblo. Su palabra, atenta al devenir de la vida de los hombres de su tiempo, llegaba al interior de cada uno suscitando provocación, inquietud y haciendo que los ojos se abrieran al futuro. Su palabra tambaleaba seguridades, fue «espada cortante» que llamaba con ímpetu, como la palabra de los profetas, a la conversión.
  • Juan representa el último escalón de la preparación de la venida del Mesías. El relato de Lucas, nos describe su figura con todos los rasgos característicos de los verdaderos profetas: la vocación que se manifiesta desde el nacimiento mismo, la posesión del Espíritu, la ascesis. Juan nace de unas entrañas estériles; es de familia sacerdotal y es profeta, destinado a designar al  Mesías.
  • Como profeta capta los signos de los tiempos, en el punto preciso en el que el futuro le dará significación. No se expresa mediante conceptos; recurre a los signos y a los gestos, más que de solucionarlos, es capaz de vislumbrar los problemas. Su lenguaje es directo y crudo. Transmite un ‘mensaje’: es el heraldo del Mesías, que ha venido y que ha de venir».
  • A la pregunta: «¿Qué va a ser este niño?»; le responde la primera lectura: «Te hago luz de las naciones», pero al mismo tiempo la segunda lectura lo presenta lleno de humildad y totalmente subordinado a Jesús: “Yo no soy quien piensan, sino que viene detrás de mí uno a quien no merezco desatarle las sandalias”. El propio Jesús define la figura de Juan: “entre todos los nacidos de mujer no hay profeta mayor que Juan; pero el más pequeño en el Reino de Dios es mayor que él».
  • La grandeza de su vocación y la grandeza de la fidelidad con la que él la vive consiste en no ahorrar sacrificio, sabiéndose retirar cuando su misión está realizada, no pretendiendo entender más de lo que le es dado, sabiendo morir para no traicionar su verdad. Sabe disminuir y desaparecer para dar paso al único y verdadero Salvador.
  • La actitud clave que permite al Bautista actuar de esta manera es su desprendimiento. Juan no construye nada para él, ni siquiera un grupo de seguidores. Obra en función de otro. Tiene clara conciencia de ser puente y camino. Él no es el fin.
  • Para nosotros Jesucristo no es «el que ha de venir» sino «el que ha venido». Pero igualmente podemos hablar de una necesidad de continuar su venida y por lo tanto, de una necesidad de continuar el trabajo de Juan: preparar la venida de Jesucristo a cada uno de nosotros, a cada hombre, a la humanidad, en cada momento de la historia. La voluntad de Dios y nuestra responsabilidad es que Jesucristo sea conocido y seguido a través de lo que nosotros hacemos. La vocación fundamental de cada cristiano es ser fiel a la misión de preparar el camino.
  • De ello depende el que la Buena Noticia de Jesucristo quede desconocida, falseada, o sea un anuncio que libere, que comunique fuerza, que renueve al hombre.
  • Hoy el ejemplo de Juan nos muestra caminos para realizar nuestra vocación. Juan une la radicalidad de su palabra y la exigencia de su propia vida, con la fidelidad a lo que él dice. Es un hombre que dice y hace con exigencia, con radicalidad.
  • Nos enseña a reconocer a Jesús como lo más importante y como la verdad que debemos seguir. Juan nos enseña a cumplir con nuestra misión de discípulos de Cristo viviendo en la verdad de su palabra; transmitir esta verdad a quien no la tiene, por medio de nuestra palabra y ejemplo de vida; a ser piedras vivas de la Iglesia. Nos hace ver la importancia del reconocimiento y arrepentimiento de los pecados.
  • En cierto modo, estas características de Juan son las que debemos tener como Iglesia con respecto a la persona y a la obra de Jesús. La vocación propia de la Iglesia es preparar el camino para el encuentro salvador de los hombres con Jesús. Su razón de ser radica en la misión de precursora de Jesús. Como Juan, la Iglesia está llamada a señalar a los hombres dónde se encuentra la verdadera salvación.
  • Ella sabe que los hombres pueden encontrar a Jesús de muchas maneras, y su mayor alegría consiste en disminuir para que Jesús crezca en el corazón de los hombres. El ejemplo de Juan nos debe estimular a la aceptación gozosa de nuestro papel, relativo y subordinado, pero lleno de la verdadera grandeza.

PARA DISCERNIR

  • ¿Experimento mi vida como la realización de una vocación?
  • ¿Qué determina mi respuesta cotidiana?
  • ¿Valoro el papel que tengo en la construcción del reino?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Llamado a preparar su camino

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

«Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor para preparar sus caminos.» (Lc 1,76)

…“Con razón el nacimiento de este niño fue para muchos causa de alegría. Lo sigue siendo hoy. Nacido en la vejez de sus padres, vino a predicar a un mundo envejecido la gracia de un nuevo nacimiento. Es justo que la Iglesia celebre este nacimiento con solemnidad, ya que se trata de un hecho maravilloso de la gracia, del que la naturaleza se admira.

A mí mismo, esta lámpara que ilumina al mundo (Jn 5,35) me trae con su aparición una alegría nueva, ya que es gracia a ella que he reconocido al que es la luz verdadera que alumbra en las tinieblas, pero las tinieblas no la han acogido. (Jn 1,5; 9) Sí, el nacimiento de este niño me trae una alegría inefable ya que es para el mundo entero fuente de inestimables bienes. Juan, el primero, instruye a la Iglesia, empieza a educarla por la penitencia, la prepara por el bautismo, y, una vez preparada, la entrega a Cristo y la une a él. (Jn 3,29). Enseña a la Iglesia a vivir en la sobriedad, y por el ejemplo de su propia muerte le concede la fortaleza para morir animosa. Por todo ello prepara al Señor un pueblo bien dispuesto”… (Lc 1,17)

Beato Guerric d’Igny (hacia 1080-1157) abad cisterciense – Sermón 1 para la fiesta de S. Juan Bautista

PARA REZAR

Hoy te bendecimos, Dios de los apóstoles y de los profetas,
por la figura y testimonio de Juan el Bautista,
el precursor humilde e insobornable del Mesías, Cristo Jesús.
haz que nos tomemos muy en serio su mensaje siempre actual.

Así, convertidos al amor y la justicia de tu reino,
te cantamos a boca llena el canto de gozo de los convertidos.
Éramos tierra yerma y erial calcinado por el egoísmo,
pero tú eres capaz de hacer florecer nuestro desierto inhóspito.

Enséñanos a vivir en tu presencia y alabarte siempre
con el corazón alegre por tu amorosa gratitud de Padre,
porque todo es presencia y gracia, ternura y cariño tuyo.

Amén.

B. Caballero

Por Mari