CONVERSIÓN DE SAN PABLO, APÓSTOL (F)
SANTOS TIMOTEO Y TITO (M.O)
TIEMPO DTE EL AÑO – CICLO B
DOMINGO III
DOMINGO DE LA PALABRA DE DIOS
Instituido por el papa Francisco mediante la carta apostólica en forma de motu proprio “Aperuit illis”, publicada el 30 de septiembre de 2019, la celebración tiene el propósito de “hacer crecer en el pueblo de Dios la familiaridad religiosa y asidua con la Sagrada Escritura”.
El lema de este año está tomado del Evangelio de Juan:
«Permaneced en mi Palabra» (Jn 8,31)
Conviértanse y crean en el Evangelio
PRIMERA LECTURA
Lectura del Libro de Jonás 3,1-5.10
La palabra del Señor fue dirigida por segunda vez a Jonás, en estos términos:
«Parte ahora mismo para Nínive, la gran ciudad, y anúnciale el mensaje que yo te indicaré».
Jonás partió para Nínive, conforme a la palabra del Señor. Nínive era una ciudad enormemente grande: se necesitaban tres días para recorrerla.
Jonás comenzó a internarse en la ciudad y caminó durante todo un día, proclamando: «Dentro de cuarenta días, Nínive será destruida».
Los ninivitas creyeron en Dios, decretaron un ayuno y se vistieron con ropa de penitencia, desde el más grande hasta el más pequeño.
Al ver todo lo que los ninivitas hacían para convertirse de su mala conducta, Dios se arrepintió de las amenazas que les había hecho y no las cumplió.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 25 (24), 4-5.6-7.8-9
R: Señor, enséñame tus caminos.
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R.
Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo
a los cristianos de Corinto 1 Cor 7,29-31
Queridos hermanos:
Lo que quiero decir, es esto: queda poco tiempo. Mientras tanto, los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que se alegran, como si no se alegraran; los que compran, como si no poseyeran nada; los que disfrutan del mundo, como si no disfrutaran. Porque la apariencia de este mundo es pasajera.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 14-20
Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo:
«El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia».
Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores.
Jesús les dijo: «Síganme, y yo los haré pescadores de hombres».
Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron.
Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también en su barca arreglando las redes. En seguida los llamó,
y ellos, dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- El libro de Jonás no es un relato histórico, sino didáctico que quiere inculcar que Dios es, ante todo, misericordioso, perdona a todos, incluso a los paganos, con tal que se conviertan.
- Nínive, capital del imperio, era el símbolo de la opresión e injusticia contra Israel; es la ciudad más cruel de las que se conocen y sus habitantes son uno de los peores enemigos del pueblo de Israel. Aquí es enviado Jonás a predicar por segunda vez. Jonás va donde no quiere ir y va a predicar lo que no le gusta.
- El profeta obstinado a pesar de todo se somete a la voluntad de Dios. Jonás pregona la destrucción de la gran ciudad en el plazo de cuarenta días. Después se retira a Nínive y acampa en un alto cerca de la ciudad, a la espera de ver cumplida la amenaza.
- Ante el estupor de Jonás los ninivitas, conmovidos por su predicación, hacen penitencia pública. Nínive se convierte; ha comprendido mejor al Dios de Israel, que Israel mismo.
- El Señor no quiere la destrucción del pecador, sino que se convierta y viva, tiene piedad de los ninivitas y salva su gran ciudad.
***
- La comunidad de Corinto estaba dividida en grupos y en intereses opuestos. Las frases de Pablo están dichas en el marco del discurso sobre el matrimonio y la virginidad.
- San Pablo sale al paso de todos los extremismos y particularismos haciendo una llamada común al realismo cristiano: cualquiera que sea el estado y la posición de los cristianos en el mundo, la verdad es que este mundo pasa y no vale la pena instalarse cada uno en su propia situación. La brevedad del tiempo que queda exige un desprendimiento interior respecto del mundo. La esperanza escatológica que deben tener todos los creyentes, supera las diferencias que nos dividen y nos condicionan.
- El cristiano está situado en tensión entre su condición de necesariamente «comprometido» con el estado actual del mundo y con su conocimiento de lo que está por venir.
***
- Comenzamos hoy la lectura continua del evangelio de Marcos con los primeros pasos de la predicación de Jesús, después de la predicación de Juan, su bautismo en el Jordán y las tentaciones en el desierto.
- El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca”. Con esta afirmación Jesús comienza el anuncio de la Buena Nueva. Ya los profetas habían anunciado la llegada del “Reino de Dios». Esto era para el judaísmo el momento en que Dios mismo tomaría en sus manos la conducción del pueblo y de toda la historia sin intermediarios.
- Jesús dice que ha llegado la hora y que el Reino está cerca, porque en Él se realiza la plenitud del Reino, el plan salvífico de Dios. Se ha cumplido el plazo, Dios se ha decidido a intervenir de modo definitivo. Dios viene con su amor y su perdón a hacer una humanidad nueva, según la medida de su corazón, una humanidad marcada por el signo de la libertad y de la vida, de la paz y de la reconciliación. Ha llegado la hora de la liberación y de la salvación de Dios.
- Jesús viene a anunciar que lo que se esperaba ya ha llegado y Dios ha realizado su manifestación plena entre los hombres. Con Jesús ha llegado el Reino de Dios.
- “Conviértanse y crean en la Buena Noticia». La proclamación del reinado de Dios sitúa al hombre ante la decisión; el que quiera entrar en este reinado necesita cambiar la mente y el corazón, necesita escuchar a Jesucristo y creer lo que él anuncia. Por eso, ante esta Buena Noticia que es Jesús mismo, el Maestro de Nazaret reclama dos actitudes: convertirse y seguirlo en un acto de fe. La conversión arranca del descubrimiento del amor increíble y sorprendente de Dios al hombre, a cada uno de los hombres, manifestado en Jesús de Nazaret. Creer en esa buena nueva es la conversión. Convertirse y creer son dos actitudes íntimamente unidas entre sí. Convertirse significa entrar totalmente en el mundo de los juicios y de los valores de Jesucristo. Es la concepción de la felicidad y de las exigencias de la vida según Jesucristo.
- «Síganme…” Jesús se acerca y llama personalmente a unos pescadores a que lo sigan. La respuesta es inmediata, lo dejan todo y lo siguen. Ellos serán, como Jesús, testigos del reino de Dios con sus vidas.
- El joven rabí llama a sus discípulos «a ir tras Él». Al contrario de lo que sucedía con los rabinos de su tiempo, que eran elegidos por sus discípulos, Jesús llama y elige él mismo. A los que son llamados les corresponde tomar una decisión que será la raíz y fundamento de la dirección de toda su vida. El seguimiento de Jesús no se inicia con una conquista sino con un ser conquistado, con un fiarse incondicional que va más allá de todo cálculo e incluso de toda prudencia humana. No convoca a su alrededor, como lo hacían los rabinos y los jefes de las escuelas de su tiempo, sino tras Él. No es un Maestro que haga pensar sentado en su cátedra sino un maestro que enseña con su vida caminando incesantemente para ir al más pobre y al más alejado y que exige a sus discípulos entusiasmo para andar su mismo camino. El discípulo no acepta una doctrina, sino un proyecto de vida.
- “y yo los haré pescadores de hombres” Seguir a Jesús implica dejarse hacer, dejar lo que se es, para reencontrarlo en la nueva dimensión del Reino. Discípulo es simplemente aquél que se está haciendo. Jesús los llama a no ser ya «pescadores» que buscan mantenerse en la vida, sino «pescadores para que los hombres alcancen la Vida».
- “ellos dejaron sus redes y lo siguieron” La llamada de Jesús es urgente y exige una respuesta sin condiciones. Si es preciso hay que dejarlo todo. La persona de Jesús es el hecho esencial en el seguimiento evangélico; únicamente él es el que da forma y contenido al discipulado. Lo que caracteriza al discípulo no es el «aprender», sino el «seguir». La doctrina no se encuentra en un primer plano, sino una persona y un proyecto de existencia. Seguir significa recorrer el camino del maestro, realizar sus gestos preferidos. Jesús se presenta como modelo indiscutible.
- El discípulo es alguien que sigue a Cristo, se pone en su compañía, establece una comunión de vida con él. El discípulo es alguien que no participa sólo de sus pensamientos, sino que se incorpora a él y a su causa. Si el sentido de su vida fue vivir para los demás, así también los que vivimos en Cristo y desde Cristo debemos amar a los hombres hasta ser capaces de “amar hasta que duela”, perdonar “setenta veces siete”, ser libres para hacernos servidores de la humanidad, ensanchar nuestro espíritu para hacer nuestras las alegrías y esperanzas, las tristezas y angustias de los demás, saber complicarnos la vida para aliviar la de los demás.
- «Seguir» significa «servir», dar la vida como Jesús. Descubrir los planes de Dios sobre nosotros y sobre el mundo. Él es el único que sabe dónde seremos más fecundos y dónde lograremos realizarnos con más plenitud transfigurando el mundo y haciéndolo Reino.
- Esto supone escucha atenta de su palabra, abandono en sus manos, oración y trabajo concreto por el bien de los demás.
- Todos nosotros fuimos y somos cada día llamados al seguimiento. El camino es el mismo Jesús; bebiendo de sus palabras, dejándonos empapar de su espíritu, viviendo de acuerdo a su estilo de vida.
PARA DISCERNIR
- ¿Vivo el “tiempo” o simplemente paso “el tiempo”
- ¿Reconozco el paso de Dios por mi vida?
- ¿Puedo reconocer cuál ha sido mi “hora”?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
El tiempo de Dios ha llegado
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Ser cristiano significa prestar atención al kairós, a este «momento especial» de la manifestación de Dios en nuestro aquí y ahora. En él se desarrolla la dimensión auténticamente profética de toda vida cristiana, en la atención […] a todos los signos de la presencia del Reino en nuestra historia. Acoger el Reino de Dios implica una conducta: «Convertíos», precepto urgente, «el tiempo se acaba» (1 Cor 7,29), que acompaña al don del Reino y engendra una nueva actitud respecto a Dios y respecto a los hermanos. Jonás recibió la misión de llamar a la conversión a Nínive, la capital del imperio enemigo de Israel. El profeta, un judío amante de su patria, se niega a realizar esta tarea, pero al final acepta la voluntad de perdón del Señor, que carece de límites raciales o religiosos.
El Reino es gracia, aunque para nosotros es también un deber. Los primeros discípulos escucharon la «Buena Noticia» y fueron llamados a asociarse a la misión de Jesús (Mc 1,16-20). El Evangelio marcó profundamente sus vidas. Así debe marcar también la nuestra
G. Gutiérrez, Compartir la Palabra
PARA REZAR
Jesús, maestro,
enséñanos a ser fieles,
a la voluntad del Padre.
Ayúdanos a reconstruir
la sociedad en que vivimos,
ayúdanos a practicar la justicia,
a vivir la solidaridad,
a ser honestos,
generosos, veraces,
a defender los derechos
de los más débiles.
Acompáñanos, Señor,
guíanos para avanzar hacia tu Reino.
Cambia nuestros corazones de piedra
y graba en nosotros tus leyes,
para que las practiquemos día a día.
Enséñanos a ser valientes,
a no renegar de nuestra fe,
a afrontar los desafíos
de vivirla todos los días,
en la familia, en el trabajo,
en la relaciones sociales,
políticas, económicas,
en todas partes.
Conviértenos a tu evangelio, Jesús,
prepara nuestras manos
para colaborar
en el año de gracia de Dios.
Danos fuerzas,
alienta a nuestras comunidades
para que cada día
aprendamos a construir
un pedacito más de tu Reino.
LUNES III
Ha llegado el fin de Satanás
Lectura del segundo libro de Samuel 5, 1-7. 10
Todas las tribus de Israel se presentaron a David en Hebrón y le dijeron: « ¡Nosotros somos de tu misma sangre! Hace ya mucho tiempo, cuando aún teníamos como rey a Saúl, eras tú el que conducía a Israel.» Y el Señor te ha dicho: «Tú apacentarás a mi pueblo Israel y tú serás el jefe de Israel.»
Todos los ancianos de Israel se presentaron ante el rey en Hebrón. El rey estableció con ellos un pacto en Hebrón, delante del Señor, y ellos ungieron a David como rey de Israel.
David tenía treinta años cuando comenzó a reinar y reinó cuarenta años. En Hebrón reinó siete años y seis meses sobre Judá, y en Jerusalén, treinta y tres años sobre todo Israel y Judá.
El rey avanzó con sus hombres sobre Jerusalén, contra los jebuseos que habitaban en el país. Pero estos dijeron a David: «Tú no entrarás aquí. Los ciegos y los inválidos bastarán para impedírtelo.» Con esto querían decir: «David nunca podrá entrar aquí.» Sin embargo, David conquistó la fortaleza de Sión, es decir, la Ciudad de David.
Así David se iba engrandeciendo cada vez más, y el Señor, el Dios de los ejércitos, estaba con él.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 88, 20. 21-22. 25-26 (R.: 25a)
R. Mi fidelidad y mi amor lo acompañarán.
Tú hablaste una vez en una visión
y dijiste a tus amigos:
«Impuse la corona a un valiente,
exalté a un guerrero del pueblo.» R.
Encontré a David, mi servidor,
y lo ungí con el óleo sagrado,
para que mi mano esté siempre con él
y mi brazo lo haga poderoso. R.
Mi fidelidad y mi amor lo acompañarán,
su poder crecerá a causa de mi Nombre:
extenderé su mano sobre el mar
y su derecha sobre los ríos. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 3, 22-30
Los escribas que habían venido de Jerusalén decían: «Está poseído por Belzebul y expulsa a los demonios por el poder del Príncipe de los demonios.»
Jesús los llamó y por medio de comparaciones les explicó: « ¿Cómo Satanás va a expulsar a Satanás? Un reino donde hay luchas internas no puede subsistir. Y una familia dividida tampoco puede subsistir. Por lo tanto, si Satanás se dividió, levantándose contra sí mismo, ya no puede subsistir, sino que ha llegado a su fin. Pero nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa.
Les aseguro que todo será perdonado a los hombres: todos los pecados y cualquier blasfemia que profieran. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón jamás: es culpable de pecado para siempre.»
Jesús dijo esto porque ellos decían: «Está poseído por un espíritu impuro.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- En la historia de David hoy leemos dos momentos muy importantes: su aceptación por parte de los ancianos del Norte y la conquista de Jerusalén. Son muchas las dificultades políticas, a las que tiene que enfrentarse: el pueblo no está unificado todavía, hay dos pueblos distintos. Esa división es causa de una gran fragilidad, de una falta de fuerza, frente a los filisteos enemigos.
- Por eso, las tribus del norte fueron a Hebrón donde reina David sobre las tribus del Sur y le dijeron: “Tú serás el jefe de Israel”.
- El sentido político de David lo hace comprender que necesita una capital neutra, que no dependa ni del Sur ni del Norte y escoge Jerusalén que, en aquella época, era todavía una ciudad cananea, ocupada por los antiguos jebuseos. Es además una plaza fuerte muy difícil de conquistar, y por lo tanto una importante capital.
- David la conquista con habilidad y astucia, sin combatir. De ese modo consigue una unidad política que será la base de la prosperidad de su reinado y del de su hijo Salomón.
- David reinó siete años y seis meses en Hebrón, sobre Judá (tribus del Sur); y treinta y tres años en Jerusalén, sobre Israel y Judá, (el conjunto de las tribus del Norte y del Sur).
- A pesar de que Samuel lo había ungido en secreto, las cosas tenían que evolucionar humanamente y el proyecto de Dios se va realizando por medio de las decisiones humanas inteligentes.
- Dios no actúa a base de milagros, sino a través de las personas que encarnan sus planes. Nuestros logros, pero también nuestras debilidades e incluso nuestro pecado, le sirven a Dios para ir escribiendo la historia de la salvación.
***
- Hoy los letrados que vienen desde Jerusalén dicen que “tiene dentro a Belsebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios”. Esta condena que lanzan contra Jesús es para desacreditarlo ante el pueblo y neutralizar así el impacto que ha producido su anuncio del Reino. Al descalificar a Jesús, quieren descalificar su obra.
- Jesús, tarda muy poco en ridiculizar este argumento absurdo, usando analogías. ¿Cómo puede alguien luchar contra sí mismo? ¿cómo puede ser uno endemoniado y a la vez exorcista, expulsador de demonios? Si un reino se divide internamente, ese reino no puede seguir en pie; y si una familia se divide internamente, no podrá esa familia seguir en pie. Entonces, si Satanás se ha levantado contra sí mismo y se ha dividido, no puede tenerse en pie, ha llegado su fin.
- La victoria de Jesús, arrojando al demonio de los posesos, debe ser interpretada como la señal de que ya ha llegado, el Mesías, el que es más fuerte que “el malo” y va a triunfar. Pero sus enemigos no están dispuestos a reconocerlo. Al rebatirles la acusación, Jesús deja en claro que son ellos los que están de parte de Satanás y contra la libertad del hombre.
- Por eso el contraataque de Jesús es muy duro: los acusa de blasfemar contra el Espíritu Santo y eso no se puede perdonar. El “pecado contra el Espíritu Santo” consiste en atribuir al diablo lo que es precisamente acción del Espíritu. Jesús libera al ser humano del poder del demonio. Atribuir esta acción de Dios al diablo es convertir lo más sagrado en algo demoníaco: una auténtica blasfemia contra lo más sagrado. Es rechazar la gracia de Dios, el don que nos hace de su propio bien y de su felicidad.
- Este pecado contra el Espíritu Santo se caracteriza por la malicia y endurecimiento del pecador. De ahí la imposibilidad de que sea perdonada. La misericordia no puede concederse al que no quiere aceptarla. No puede ser perdonado porque implica una imposibilidad de conversión. No es posible el perdón no porque Dios no quiera perdonar, sino porque para ser perdonado, primero, hay que reconocer el pecado.
- En la mayoría de las civilizaciones se ha personificado el “mal”: El hombre se siente a veces “dominado” como por “espíritus”. Si bien el hombre moderno se cree emancipado de estas representaciones; nunca tanto como hoy, está “dominado” por “fuerzas alienantes”: espíritu de poder, de egoísmo, etc.
- Nosotros creemos en Jesús y lo seguimos pero también muchas veces nos obstinamos en no ver todo lo que tendríamos que ver, en el evangelio o en los signos de los tiempos que vivimos. No siempre por maldad o por ceguera voluntaria, pero sí puede ser por pereza o por no querer comprometernos demasiado si llegamos a ver todo lo que Cristo nos está diciendo y pidiendo.
- Para nosotros, este relato evangélico tiene mucha vigencia, como todo el Evangelio. Al igual que un reino no puede estar dividido, pues sino no subsistiría, así pasa con nuestras vidas. No podemos estar sirviendo a dos reinos al mismo tiempo. No podemos tener nuestro corazón en Jesús y nuestras mentes, nuestros cuerpos en el mundo.
- A nosotros, sus seguidores, se nos invita a no quedarnos indiferentes, perezosos: a reconocer la acción de Dios y a resistir y trabajar contra todo mal que hay en nosotros y en el mundo.
- Jesús ha puesto fin a este dominio; pero a condición de recibir su mensaje y seguirlo. Hay que ser dóciles al Espíritu Santo para reconocer el poder que actúa en Cristo.
PARA DISCERNIR
- ¿Sabemos descubrir los signos de la presencia de Dios en nuestra vida y la del mundo?
- ¿Tenemos una opción clara por la verdad y el bien?
- ¿Sabemos discernir el mal que se presenta bajo forma de bien?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Tu fidelidad y tu amor me acompañan Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Su reinado es indiviso y eterno.
“Un reino que está divido contra sí mismo no puede subsistir.” (Mc 3,26) Como se decía que él echaba a los demonios con el poder de Belzebul, príncipe de los demonios, Jesús quería por esta palabra, demostrar que su reino es indivisible y eterno. Por esto respondió a Pilato: “Mi reino no es de este mundo.” (Jn 18,36) Así, los que no ponen su esperanza en Cristo sino que piensan que los demonios son expulsados por el príncipe de los demonios, éstos, dice Jesús, no pertenecen al reino eterno…¿Cómo, si la fe está rota, el reino dividido puede subsistir?… Si el reino de la Iglesia debe subsistir eternamente, es porque su fe es indivisa, su cuerpo único: “Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre, que está sobre todos, actúa en todos y habita en todos.” (Ef 4,5-6)
¡Qué locura sacrílega! Cuando el Hijo tomó la carne para expulsar los espíritus impuros y arrancar el botín al príncipe de este mundo, cuando dio a los hombres el poder de destruir el espíritu del mal, repartiendo sus despojos entre los hombres, -marca del vencedor-, algunos llaman a los demonios en su ayuda. Y, no obstante, como dice Lucas, Jesús es el “dedo de Dios” (Lc 11,20) o como dice Mateo: “el Espíritu de Dios” que expulsa a los demonios. Se comprende, pues, que el reino de Dios es indiviso como un cuerpo es indiviso, ya que Cristo es la derecha de Dios y el Espíritu Santo se puede comparar al dedo de Dios.
San Ambrosio (c. 340-397), obispo de Milán y doctor de la Iglesia
Tratado sobre el evangelio de Lucas, 7, 91-92
PARA REZAR
Oh Dios, ¡tú que defiendes a los que creen en ti…!
Oh Dios, ¡tú que defiendes a los que creen en ti,
tenme en seguridad con la protección de tu poder!
Para que al abrigo de tus alas, te rece y te adore en la acción de gracias.
Nunca levantaré los ojos hacia una divinidad que me traiciona y me ignora.
Librame entonces, de toda rebelión de malos espíritus,
que me atormentan con los deseos de la carne.
Procúrame la victoria definitiva,
para que mi alma exulte en mi cuerpo y obtenga la vida eterna.
Santa Hildegarda de Bingen (1098-1179) – abadesa benedictina y doctora de la Iglesia
Oraciones de santa Hildegarde – trad. sc©evangelizo.org
MARTES III
El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre
Lectura del segundo libro de Samuel 6, 11a.12-15.17-19
En aquellos días, fue David y llevó el arca de Dios desde la casa de Obededom a la Ciudad de David, haciendo fiesta. Cuando los portadores del arca del Señor avanzaron seis pasos, sacrificó un toro y un ternero cebado. E iba danzando ante el Señor con todo entusiasmo, vestido sólo con un roquete de lino. Así iban llevando David y los israelitas el arca del Señor entre vítores y al sonido de las trompetas. Metieron el arca del Señor y la instalaron en su sitio, en el centro de la tienda que David le había preparado. David ofreció holocaustos y sacrificios de comunión al Señor y, cuando terminó de ofrecerlos, bendijo al pueblo en el nombre del Señor de los ejércitos; luego repartió a todos, hombres y mujeres de la multitud israelita, un bollo de pan, una tajada de carne y un pastel de uvas pasas a cada uno. Después se marcharon todos, cada cual a su casa.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 23, 7-10
R: ¿Quién es ese Rey de la gloria? Es el Señor en persona.
¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria. R.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra. R.
¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria. R.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 3, 31-35
En aquel tiempo, llegaron la madre y los hermanos de Jesús y desde fuera lo mandaron llamar. La gente que tenía sentada alrededor le dijo: «Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan.» Les contestó: «¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?» Y, paseando la mirada por el corro, dijo: «Éstos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- David es un político hábil, además de ser una persona creyente. Conquistó Jerusalén y estableció allí la capital de su reino; ahora da un paso adelante: la hace también capital religiosa.
- Hasta entonces Jerusalén, no tenía ninguna tradición religiosa para los israelitas. David traslada solemnemente el Arca de la Alianza a su ciudad. Todavía no hay Templo -lo construirá su hijo Salomón- pero la presencia del Arca va a ser punto de referencia para la consolidación política y religiosa del pueblo.
- La fiesta que organiza con tal ocasión de alguna manera significa el fin de la época nómada del pueblo. El Arca, en la Tienda del encuentro, había sido el símbolo de la cercanía de Dios para con su pueblo en el periodo de su larga travesía por el desierto. Ahora se estabiliza tanto el pueblo como la presencia de Dios con ellos.
- David nos recuerda también con su actuación que necesitamos la fiesta, la expresión total -espiritual y corpórea- de nuestra pertenencia a la comunidad de fe y de nuestra relación con Dios.
***
- El pasaje de hoy está en estrecha relación con los versículos en los que se insinúa que Jesús había enloquecido. Frente a las acusaciones de que actuaba por el poder del príncipe de los demonios, la madre y sus hermanos se sienten con la obligación de ir a buscarlo para llevarlo de nuevo a casa. Los “hermanos” en el lenguaje hebreo son también los primos y tíos y demás familiares.
- Las palabras de Jesús suenan duras pero no desautorizan a su madre ni a sus parientes. Lo que hace es aprovechar la ocasión para decir cuál es su visión de la nueva comunidad que se está reuniendo en torno a él. La nueva familia no va a tener como valores determinantes ni los lazos de sangre ni los de la raza.
- En el Reino, la fraternidad cristiana se funda en un espíritu común: hacer la voluntad del Padre. Llevarán el nombre de Jesús los que vivan en su corazón lo que fue para Jesús la razón de ser de su vida: “el amor de los unos a los otros hasta el extremo.
- La verdadera grandeza de su madre, no es haberle dado su sangre, sino el hecho de ser «la humilde esclava de Dios”. Incluso antes que su maternidad física, tuvo María de Nazaret este otro parentesco que aquí anuncia Cristo: el de la fe.
- Esta novedad rompe muchos esquemas y nos abre a una mirada de la vida mucho más amplia y comprometida. En este camino María fue la mejor discípula y nos señala el camino de la vida cristiana: escuchar la Palabra, meditarla en el corazón y llevarla a la práctica aunque sea por caminos insospechados.
PARA DISCERNIR
- ¿Sobre qué se funda mi pertenencia a la Iglesia?
- ¿Busco la experiencia de fraternidad universal?
- ¿Me siento unido a los que hacen opciones válidas por el bien de los hombres?
REPITAMOS Y VIVAMOS HOY LA PALABRA
Ayúdame Señor a hacer la voluntad del Padre
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Estos son mi madre y mis hermanos»
…”El Evangelio nos enseña el rostro más bello de Cristo: su vida y la enseñanza que nos ha dado a través de su palabra y de su propio ejemplo. Conocer a Cristo bajo esta forma es lo que constituye, en la vida presente, la piedad de los cristianos… Por eso Pablo, sabiendo que «la carne no sirve para nada sin el Espíritu que la vivifica» (Jn 6,63), no quiere ya conocer a Cristo según la carne (2C 5,16) sino sólo vivir para aquel que es Espíritu vivificante (1C 15,45).
Ahora bien, parece que María comparte este mismo sentimiento cuando, deseando hacer penetrar en los corazones de todos al Amado nacido de su seno, al Amado de sus deseos, le describe no según la carne sino según el Espíritu. Parece que, con Pablo, quiere decir: «Si alguna vez juzgamos a Cristo según tales criterios, ahora ya no» (2C 5,16). Efectivamente, desea ella también formar a su Hijo único en todos sus hijos de adopción. Por eso, aunque hayan ya sido engendrados a través de la palabra de la verdad (St. 1,18), María sigue igualmente engendrándolos cada día a través de los deseos y la solicitud de su ternura maternal, hasta que alcancen «el estado del Hombre perfecto, a la medida de la plenitud» de su Hijo (Ef 4,13), ella que una vez por todas lo engendró y dio a luz…
De esta manera nos hace el elogio del fruto de su seno: «Yo soy la madre del bello amor, del temor y del conocimiento, la madre de la santa esperanza» (Sir 24,24 Vulg). -¿Es pues éste tu Hijo, Virgen de las vírgenes? ¿Es éste tu Amado, oh tú, la más bella de las mujeres? (Ct 5,9). – Sí, ciertamente, así es mi Amado, es mi hijo, oh hijas de Jerusalén (v 16). Mi Amado es él mismo el bello amor, y en el que nace de él mi Amado es el bello amor, el temor, la esperanza y el conocimiento”…
Beato Guerrico de Igny (hacia 1080-1157), abad cisterciense – 2º Sermón para la Natividad de María, § 3-4
PARA REZAR
AYÚDAME A DECIR SÍ
Ayúdame a decir sí,
para responder a tu llamado,
que siempre me regala
un desafío nuevo,
un crecimiento posible,
una huella que se abre…
Ayúdame a decir sí,
que es decir no a muchas cosas
para responder con la vida
a Alguien que me llama,
porque me ama
y quiere lo mejor para mi vida.
Ayúdame, Señor,
a decirte que Sí.
Que así sea.
MIÉRCOLES III
¡El que tenga oídos, que oiga!
Lectura del segundo libro de Samuel 7, 4-17
La palabra del Señor llegó a Natán en estos términos: «Ve a decirle a mi servidor David: Así habla el Señor: ¿Eres tú el que me va a edificar una casa para que yo la habite? Desde el día en que hice subir de Egipto a los israelitas hasta el día de hoy, nunca habité en una casa, sino que iba de un lado a otro, en una carpa que me servía de morada. Y mientras caminaba entre los israelitas, ¿acaso le dije a uno solo de los jefes de Israel, a los que mandé apacentar a mi Pueblo: «¿Por qué no me han edificado una casa de cedro?»
Y ahora, esto es lo que le dirás a mi servidor David: Así habla el Señor de los ejércitos: Yo te saqué del campo de pastoreo, de detrás del rebaño, para que fueras el jefe de mi pueblo Israel. Estuve contigo dondequiera que fuiste y exterminé a todos tus enemigos delante de ti. Yo haré que tu nombre sea tan grande como el de los grandes de la tierra.
Fijaré un lugar para mi pueblo Israel y lo plantaré para que tenga allí su morada. Ya no será perturbado, ni los malhechores seguirán oprimiéndolo como lo hacían antes, desde el día en que establecí Jueces sobre mi pueblo Israel. Yo te he dado paz, librándote de todos tus enemigos. Y el Señor te ha anunciado que él mismo te hará una casa.
Sí, cuando hayas llegado al término de tus días y vayas a descansar con tus padres, yo elevaré después de ti a uno de tus descendientes, a uno que saldrá de tus entrañas, y afianzaré su realeza. El edificará una casa para mi Nombre, y yo afianzaré para siempre su trono real. Seré un padre para él, y él será para mí un hijo. Si comete una falta, lo corregiré con varas y golpes, como lo hacen los hombres. Pero mi fidelidad no se retirará de él, como se la retiré a Saúl, al que aparté de tu presencia. Tu casa y tu reino durarán eternamente delante de mí, y tu trono será estable para siempre»
Natán comunicó a David toda esta visión y todas estas palabras.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 88, 4-5. 27-28. 29-30 (R.: 29a)
R. Le aseguraré mi amor eternamente.
Yo sellé una alianza con mi elegido,
hice este juramento a David, mi servidor:
«Estableceré tu descendencia para siempre,
mantendré tu trono por todas las generaciones.» R.
El me dirá: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora.»
Yo lo constituiré mi primogénito,
el más alto de los reyes de la tierra. R.
Le aseguraré mi amor eternamente,
y mi alianza será estable para él;
le daré una descendencia eterna
y un trono duradero como el cielo. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 4, 1-20
Jesús comenzó a enseñar de nuevo a orillas del mar. Una gran multitud se reunió junto a él, de manera que debió subir a una barca dentro del mar, y sentarse en ella. Mientras tanto, la multitud estaba en la orilla. El les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas, y esto era lo que les enseñaba:
«¡Escuchen! El sembrador salió a sembrar. Mientras sembraba, parte de la semilla cayó al borde del camino, y vinieron los pájaros y se la comieron. Otra parte cayó en terreno rocoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol, se quemó y, por falta de raíz, se secó. Otra cayó entre las espinas; estas crecieron, la sofocaron, y no dio fruto. Otros granos cayeron en buena tierra y dieron fruto: fueron creciendo y desarrollándose, y rindieron ya el treinta, ya el sesenta, ya el ciento por uno.»
Y decía: «¡El que tenga oídos para oír, que oiga!»
Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor de él junto con los Doce, le preguntaban por el sentido de las parábolas. Y Jesús les decía: «A ustedes se les ha confiado el misterio del Reino de Dios; en cambio, para los de afuera, todo es parábola, a fin de que miren y no vean, oigan y no entiendan, no sea que se conviertan y alcancen el perdón.»
Jesús les dijo: ¿No entienden esta parábola? ¿Cómo comprenderán entonces todas las demás?
El sembrador siembra la Palabra. Los que están al borde del camino, son aquellos en quienes se siembra la Palabra; pero, apenas la escuchan, viene Satanás y se lleva la semilla sembrada en ellos.
Igualmente, los que reciben la semilla en terreno rocoso son los que, al escuchar la Palabra, la acogen en seguida con alegría; pero no tienen raíces, sino que son inconstantes y, en cuanto sobreviene la tribulación o la persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumben.
Hay otros que reciben la semilla entre espinas: son los que han escuchado la Palabra, pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y los demás deseos penetran en ellos y ahogan la Palabra, y esta resulta infructuosa.
Y los que reciben la semilla en tierra buena, son los que escuchan la Palabra, la aceptan y dan fruto al treinta, al sesenta y al ciento por uno.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- Leemos hoy la célebre profecía de Natán. David no se conformaba con haber conquistado la plaza fuerte de Jerusalén y traído el Arca. Llevado de su espíritu religioso y buscando seguramente la unidad política de las diversas tribus en torno a Jerusalén, quiso construir a Dios un Templo, y así se lo hizo saber al profeta Natán quien le da la respuesta.
- Dios rehúsa a que se le construya un templo y da sus razones para el rechazo: desde el día en que hizo subir de Egipto a los israelitas, «acampó» en una tienda y no habitó jamás en una casa.
- La «tienda» es el símbolo de lo no definitivo. La verdadera patria y casa está «allá arriba». Dios no tiene ningún interés en que nos instalemos aquí abajo.
- La segunda razón es la total iniciativa de Dios. David no se eligió rey a sí mismo, no era más que un pobre pastor que Dios fue a buscar de detrás del rebaño. Hasta su descendencia será un perpetuo regalo de Dios. El profeta le dirá que no será él quien construirá una casa para Dios, sino que es Dios quien le construirá una «casa” que será su “dinastía».
- Por último; el futuro de su descendencia no se apoya en la solidez y la belleza de un edificio para el culto sino sobre una Alianza entre Dios y los hombres, en este caso la fidelidad mutua de Dios y del rey.
- Dios que no quiere que David le construya ese Templo, permitirá a su hijo Salomón que lo haga.
***
- En el evangelio Jesús…»comenzó a enseñar en la orilla del lago»… Obra como rabí, como maestro, porque se propone comunicar algo. Las parábolas forman parte de su magisterio vivo, de su pedagogía. La parábola nace de su ser maestro, preocupado de que los hombres puedan realizar un itinerario de salvación.
- Aparece el tema de la siembra, el sembrador y la semilla. Sembrar significa confiar una vida a su camino vital, iniciar un proceso vital con confianza.
- La parábola del sembrador, debe ser entendida en la dinámica en la que Marcos viene presentando el ministerio de Jesús. Su itinerario estuvo cargado de problemas y de dificultades. Primero fue la prisión de Juan, luego la acusación de blasfemia, luego el complot de los herodianos para matarlo, posteriormente la acusación de obrar en nombre del demonio que le hicieron los escribas espías de Jerusalén; finalmente, la incomprensión de su familia. Jesús se encontraba amenazado por todos lados.
- El Reino que Jesús anuncia exige conversión: cambio interior de las personas y cambio exterior de las estructuras. A menudo la exigencia de cambio trae resistencia, crítica y persecución. Su propuesta del Reino cae en gente superficial, o interesada, o aferrada a las viejas estructuras, o atemorizada. Jesús experimenta que su propuesta de transformación es cuestionada y atacada y sobre su misma persona ya respiran las amenazas de muerte.
- Esta parábola nos revela el interior sufriente de Jesús. Instalar el Reino de Dios en el propio corazón de los hombres y en la sociedad era un camino doloroso, lleno de fracasos. Había que sembrar mucho y fracasar mucho, para poder recoger algo.
- Jesús pretende afirmar que el Reino está ya presente, aunque a nivel de semilla y aunque aparentemente aplastado: el Reino está aquí, en medio de las oposiciones, en medio de los fracasos y no simplemente en aquellos que algún día se transformarán en éxitos. La parábola además de ser una afirmación de la presencia del Reino se convierte en un estímulo para quienes lo anuncian.
- Se enfrentaban aquí dos mentalidades: la que se apoyaba y buscaba la señal de poder, y la que se apoyaba y valoraba la esencia de su mensaje, que carece de todo poder humano. Este será siempre el desafío del anuncio de la Buena Noticia, desafío por el que pasó Jesús y desafío por donde tiene que pasar la Iglesia.
- Es importante observar el trabajo del sembrador: un trabajo sin medida, sin miedo al derroche, aparentemente inútil, infructuoso; sin embargo lo cierto es que en algún lugar da fruto abundante. En el Reino de Dios no hay trabajo inútil, no se desperdicia nada. La parábola advierte que: haya o no haya éxito, haya o no haya desperdicio, el trabajo de la siembra no debe ser calculado, medido, sobre todo no hay que elegir terrenos ni echar la semilla sólo en algunos.
- Jesús asemeja su trabajo al del sembrador que derrocha semillas y energía sin distinciones y sin mezquinar. Así es como actúa Cristo en su amor a los hombres. Siembra aquí y allá, con la esperanza de que la semilla arraigue, crezca y produzca fruto.
- Así debe vivir su misión la Iglesia en el mundo. Nunca sabemos a la hora de sembrar cuáles serán los terrenos que darán fruto y cuáles se negarán. No podemos adelantarnos al juicio de Dios. Necesitamos comprender como Iglesia evangelizadora y misionera que no tenemos que desanimarnos en el trabajo del anuncio ni tenemos que dejarnos llevar por cálculos humanos.
- Jesús nos asegura que la semilla dará fruto. Que a pesar de que este mundo nos parece terreno estéril: la juventud de hoy tan distraída, la sociedad tan superficial e interesada, la falta de vocaciones, los defectos que descubrimos en la misma Iglesia; Dios ha dado fuerza a su Palabra y germinará, contra toda apariencia de inutilidad. Jesús nos invita a no perder la esperanza y la confianza en Dios. Es Él quien, en definitiva, hace crecer el Reino. Nosotros somos invitados a colaborar con Él. Pero Él es el que da el crecimiento y el único que salva.
PARA DISCERNIR
- ¿Busco la eficacia antes que la fecundidad?
- ¿Valoro el amor de Jesús que se da a todos por igual?
- ¿Se aceptar los tiempos de Dios?
REPITAMOS Y VIVAMOS HOY LA PALABRA
Mi Dios, mi roca salvadora
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Queridos jóvenes
Hemos recordado hace poco la historia de San Francisco de Asís. Ante el crucifijo oye la voz de Jesús, que le dice: «Ve, Francisco, y repara mi casa». Y el joven Francisco responde con prontitud y generosidad a esta llamada del Señor: reparar su casa. Pero, ¿qué casa? Poco a poco se da cuenta de que no se trataba de hacer de albañil y reparar un edificio de piedra, sino de dar su contribución a la vida de la Iglesia; se trataba de ponerse al servicio de la Iglesia, amándola y trabajando para que en ella se reflejara cada vez más el rostro de Cristo.
También hoy el Señor sigue necesitando a los jóvenes para su Iglesia. También hoy llama a cada uno de ustedes a seguirlo en su Iglesia y a ser misioneros. ¿Cómo? ¿De qué manera? A partir del nombre del lugar donde nos encontramos, Campus Fidei, Campo de Fe, he pensado en tres imágenes que nos pueden ayudar a entender mejor lo que significa ser un discípulo-misionero: la primera, el campo como lugar donde se siembra; la segunda, el campo como lugar de entrenamiento; y la tercera, el campo como obra en construcción.
1. El campo como lugar donde se siembra. Todos conocemos la parábola de Jesús que habla de un sembrador que salió a sembrar en un campo; algunas simientes cayeron al borde del camino, entre piedras o en medio de espinas, y no llegaron a desarrollarse; pero otras cayeron en tierra buena y dieron mucho fruto (cf. Mt 13,1-9). Jesús mismo explicó el significado de la parábola: La simiente es la Palabra de Dios sembrada en nuestro corazón (cf. Mt 13,18-23). Queridos jóvenes, eso significa que el verdadero Campus Fidei es el corazón de cada uno de ustedes, es su vida. Y es en la vida de ustedes donde Jesús pide entrar con su palabra, con su presencia. Por favor, dejen que Cristo y su Palabra entren en su vida, que germine y crezca. Jesús nos dice que las simientes que cayeron al borde del camino, o entre las piedras y en medio de espinas, no dieron fruto. ¿Qué clase de terreno somos, qué clase de terreno queremos ser? Quizás somos a veces como el camino: escuchamos al Señor, pero no cambia nada en la vida, porque nos dejamos atontar por tantos reclamos superficiales que escuchamos; o como el terreno pedregoso: acogemos a Jesús con entusiasmo, pero somos inconstantes y, ante las dificultades, no tenemos el valor de ir contracorriente; o somos como el terreno espinoso: las cosas, las pasiones negativas sofocan en nosotros las palabras del Señor (cf. Mt 13,18-22). Hoy, sin embargo, estoy seguro de que la simiente cae en buena tierra, que ustedes quieren ser buena tierra, no cristianos a tiempo parcial, no «almidonados», de fachada, sino auténticos. Estoy seguro de que no quieren vivir en la ilusión de una libertad que se deja arrastrar por la moda y las conveniencias del momento. Sé que ustedes apuntan a lo alto, a decisiones definitivas que den pleno sentido a la vida. Jesús es capaz de ofrecer esto. Él es «el camino, la verdad y la vida» (Jn 14,6). Confiemos en él. Dejémonos guiar por él….
Párrafos del Discurso del Papa Francisco en la vigilia de oración con los jóvenes JMJ Río – Sábado 27 de julio de 2013
PARA REZAR
Quiero creer
No creo
en el derecho del más fuerte
en el lenguaje de las armas
en el poder de los potentados.
Quiero creer
en el derecho del hombre,
en la mano abierta
en el poder de los no violentos.
No creo
en la raza o la riqueza,
en los privilegios
o en el orden establecido.
Quiero creer
que todos los hombres son hombres,
que el orden de la fuerza
y de la injusticia es un desorden.
No creo
que pueda quedar indiferente
a lo que pasa lejos de aquí.
Quiero creer
que el mundo entero es mi casa
y el campo donde siembro,
y que todos cosechan
lo que todos han sembrado.
No creo
que pueda combatir
la opresión de los demás,
si tolero la injusticia aquí.
Quiero creer
que hay un solo derecho,
tanto aquí como allá
y que yo no soy libre
mientras haya un solo hombre esclavo.
No creo
que la guerra y el hambre
sean inevitables
y la paz inalcanzable.
Quiero creer
en la acción sencilla,
en el amor de las manos limpias,
en la paz sobre la tierra.
No creo
que todo el sufrimiento sea en vano
no creo que el sueño del hombre quede sueño
que la muerte será el fin.
Quiero creer, al contrario,
siempre y a pesar de todo
en el hombre nuevo,
un cielo nuevo,
una tierra nueva
donde habitará la justicia.
Dorotea Sölle
JUEVES III
CONVERSIÓN DE SAN PABLO, APÓSTOL (F)
¡Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Nueva a toda la creación!
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 22, 3-16
Pablo dijo a su pueblo:
«Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero me he criado en esta ciudad y he sido iniciado a los pies de Gamaliel en la estricta observancia de la Ley de nuestros padres. Estaba lleno de celo por Dios, como ustedes lo están ahora. Perseguí a muerte a los que seguían este Camino, llevando encadenados a la prisión a hombres y mujeres; el Sumo Sacerdote y el Consejo de los ancianos son testigos de esto. Ellos mismos me dieron cartas para los hermanos de Damasco, y yo me dirigí allá con el propósito de traer encadenados a Jerusalén a los que encontrara en esa ciudad, para que fueran castigados.
En el camino y al acercarme a Damasco, hacia el mediodía, una intensa luz que venía del cielo brilló de pronto a mi alrededor. Caí en tierra y oí una voz que me decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?»
Le respondí: «¿Quién eres, Señor?»
Y la voz me dijo: «Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues».
Los que me acompañaban vieron la luz, pero no oyeron la voz del que me hablaba.
Yo le pregunté: «¿Qué debo hacer, Señor?»
El Señor me dijo: «Levántate y ve a Damasco donde se te dirá lo que debes hacer».
Pero como yo no podía ver, a causa del resplandor de esa luz, los que me acompañaban me llevaron de la mano hasta Damasco.
Un hombre llamado Ananías, fiel cumplidor de la Ley, que gozaba de gran prestigio entre los judíos del lugar, vino a verme y, acercándose a mí, me dijo: «Hermano Saulo, recobra la vista». Y en ese mismo instante, pude verlo.
El siguió diciendo: «El Dios de nuestros padres te ha destinado para conocer su voluntad, para ver al Justo y escuchar su Palabra, porque tú darás testimonio ante todos los hombres de lo que has visto y oído. Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, recibe el bautismo y purifícate de tus pecados, invocando su Nombre»».
Palabra de Dios.
O bien:
Lectura de los Hechos de los apóstoles 9, 1-22
Saulo, que todavía respiraba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de traer encadenados a Jerusalén a los seguidores del Camino del Señor que encontrara, hombres o mujeres.
Y mientras iba caminando, al acercarse a Damasco, una luz que venía del cielo lo envolvió de improviso con su resplandor. Y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?»
El preguntó: «¿Quién eres tú, Señor?»
«Yo soy Jesús, a quien tú persigues, le respondió la voz. Ahora levántate, y entra en la ciudad: allí te dirán qué debes hacer».
Los que lo acompañaban quedaron sin palabra, porque oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada. Lo tomaron de la mano y lo llevaron a Damasco. Allí estuvo tres días sin ver, y sin comer ni beber.
Vivía entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo en una visión: «¡Ananías!»
El respondió: «Aquí estoy, Señor».
El Señor le dijo: «Ve a la calle llamada Recta, y busca en casa de Judas a un tal Saulo de Tarso. El está orando y ha visto en una visión a un hombre llamado Ananías, que entraba y le imponía las manos para devolverle la vista».
Ananías respondió: «Señor, oí decir a muchos que este hombre hizo un gran daño a tus santos en Jerusalén. Y ahora está aquí con plenos poderes de los jefes de los sacerdotes para llevar presos a todos los que invocan tu Nombre».
El Señor le respondió: «Ve a buscarlo, porque es un instrumento elegido por mí para llevar mi Nombre a todas las naciones, a los reyes y al pueblo de Israel. Yo le haré ver cuánto tendrá que padecer por mi Nombre».
Ananías fue a la casa, le impuso las manos y le dijo: «Saulo, hermano mío, el Señor Jesús -el mismo que se te apareció en el camino- me envió a ti para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo.»
En ese momento, cayeron de sus ojos una especie de escamas y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado. Después comió algo y recobró sus fuerzas.
Saulo permaneció algunos días con los discípulos que vivían en Damasco, y luego comenzó a predicar en las sinagogas que Jesús es el Hijo de Dios.
Todos los que oían quedaban sorprendidos y decían: « ¿No es este aquel mismo que perseguía en Jerusalén a los que invocan este Nombre, y que vino aquí para llevarlos presos ante los jefes de los sacerdotes?» Pero Saulo, cada vez con más vigor, confundía a los judíos que vivían en Damasco, demostrándoles que Jesús es realmente el Mesías.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 116, 1. 2 (R.: cf. Mc 16, 15)
R. Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia.
¡Alaben al Señor, todas las naciones,
glorifíquenlo, todos los pueblos! R.
Porque es inquebrantable su amor por nosotros,
y su fidelidad permanece para siempre. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 16, 15-18
Jesús se apareció a los Once y les dijo:
«Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará.
Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán».
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- La expresión de Pablo: «yo soy judío» resume bien la búsqueda y el horizonte de la vida del apóstol de los paganos. Pablo quería a su religión judía, como lo más precioso de su vida. Formado “en la escuela de Gamaliel”, seguramente candidato a rabino y, por lo tanto, conocedor profundo de la Ley y los profetas. “Hebreo, fariseo y fanático”.
- Ante la idea de que esta fe, podía quedar destruida por el cristianismo naciente, trató de purificar de ese supuesto mal que acechaba a su pueblo. Cree servir a Dios de acuerdo a sus principios, aprobando el asesinato de Esteban, y luego recibe apoyo para perseguir ampliamente a los cristianos.
- Camino a Damasco, es derribado al suelo junto con sus rígidos esquemas religiosos y sociales, y cegado por una intensa luz que cae del cielo. Dios le descubrió que Jesucristo no era la gran traición, sino la gran respuesta a las antiguas promesas. Por su personalidad recta debió quedar impactado por la decisión de aquéllos que entregaban la vida por Jesús. Con la ayuda de Ananías recobra la vista, recibe el bautismo.
- Pablo, ardiente como era en sembrar el terror, ahora propaga el Evangelio y siembra el amor de Dios manifestado en la cruz de Jesús. Desde ese momento orientó toda su energía a mostrar que la fe judía alcanza su plenitud en Jesús, así los mismos judíos le hicieran sufrir lo indecible tanto en su cuerpo como en su alma.
- “Olvidando lo que queda atrás y extendiéndose a lo que está delante, prosigue hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Flp 3,13-14).
- Es enviado a comunicar lo que ha experimentado acerca de Jesús. Vigoroso, se dedica sin descanso a extender el Evangelio a todos los pueblos paganos.
***
- El cristianismo no es una ideología, sino el encuentro con una persona: Jesús. La vida cristiana como encuentro con Cristo es siempre novedad, que nunca se agota, infinita novedad, que viene de la eterna belleza del Señor. El encuentro con Cristo es siempre un acontecimiento revelador. Es gracia que nos introduce en los caminos de la Verdad; la verdad de Dios, de nosotros mismos, de los otros y el mundo. Es gracia iluminadora que obra progresivamente o abruptamente, introduciéndonos en el camino de la conversión.
- Todos estamos invitados a salir al encuentro de Jesús, salir al camino que conduce hacia la meta, que es Dios. El encuentro con Cristo marca nuestra vida, por su presencia y acción, hay un antes y un después.
- El cristianismo no es un simple libro de cultura, tampoco es un mero sistema de valores o de principios, por más elevados que sean, ni consignas de moral social o simples estrategias humanizadoras. El cristianismo es una persona, una presencia, un rostro: Jesús, que da sentido y plenitud a la vida del hombre.
- Antes de subir al cielo, después de resucitar de entre los muertos, el Señor envió a los suyos a predicar el Evangelio por todo el mundo, a toda creatura. Nada ni nadie puede quedar fuera de la obra salvadora que el Señor, ha realizado, en favor de todos los hombres. La Iglesia debe acoger en su seno a todo hombre de buena voluntad que se decida a creer en Cristo Jesús.
- Por eso, los que ya hemos hecho experiencia del amor de Dios, por el encuentro con Cristo, estamos llamados a estar con Él y a ser testigos suyos hasta el último confín del mundo.
- Cristo siempre sale a nuestro encuentro; Dios, también llega hoy imprevistamente a nuestras vidas. Nos visita en una enfermedad, en un momento de frustración, en un viaje, en ocasiones de conflictos en nuestras relaciones familiares. Cuando menos lo esperamos, y por el lugar más insospechado. También nos visita en tiempos de paz, de consuelo, a través de una amistad, o en el encuentro con alguien que se hace significativo. Sus caminos son múltiples, porque expresan un amor ingenioso que no da nunca nada por perdido.
- El encuentro con el Señor es revelador, ilumina toda la vida, y lo hace no sólo para salvarnos, sino para convertirnos en testigos suyos. Nuestra fe en Él no puede ser guardada en nuestro interior.
- El anuncio gozoso de la Vida Nueva surgida de la Pascua es la finalidad de la existencia del discípulo de Jesús. No existe ningún límite espacial para este anuncio al que está ligado la suerte de la humanidad y de toda la creación.
PARA DISCERNIR
- ¿Experimento mi vida de fe como encuentro con Jesús vivo?
- ¿Descubro la llamada que me hace?
- ¿Cuáles son los obstáculos que percibo?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Aquí estoy Señor, envíame
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
El perseguidor transformado en predicador
Desde lo alto del cielo la voz de Cristo derribó a Saulo: recibió la orden de no proseguir sus persecuciones, y cayó rostro en tierra. Era necesario que primeramente fuera abatido, y seguidamente levantado; primero golpeado, después curado. Porque jamás Cristo hubiera podido vivir en él si Saulo no hubiera muerto a su antigua vida de pecado. Una vez derribado en tierra ¿qué es lo que oye? «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Te es duro dar coces contra el aguijón.» (Hch 26,14). Y él respondió: «¿Quién eres, Señor?». Y la voz de lo alto prosiguió: «Yo soy Jesús de Nazaret a quien tú persigues». Los miembros están todavía en la tierra, es la cabeza que grita desde lo alto del cielo; no dice: «¿Por qué persigues a mis siervos?» sino «¿por qué me persigues?»
Y Pablo, que ponía todo su furor en perseguir, se dispone a obedecer: «¿Qué quieres que haga?» El perseguidor es transformado en predicador, el lobo se cambia en cordero, el enemigo en defensor. Pablo aprende qué es lo que debe hacer: si se quedó ciego, si le fue quitada la luz del mundo por un tiempo, fue para hacer brillar en su corazón la luz interior. Al perseguidor se le quitó la luz para devolvérsela al predicador; en el mismo momento en que no veía nada de este mundo, vio a Jesús. Es un símbolo para los creyentes: los que creen en Cristo deben fijar sobre él la mirada de su alma sin entretenerse en las cosas exteriores…
Saulo fue conducido a Ananías; el lobo devastador es llevado hasta la oveja. Pero el Pastor que desde lo alto del cielo lo conduce todo le asegura: «No temas. Yo le voy a descubrir todo lo que tendrá que sufrir a causa de mi nombre» (Hch 9,16). ¡Qué maravilla! El lobo cautivo es conducido hasta la oveja… El Cordero, que muere por las ovejas le enseña a no temer.
Comentario del Evangelio por San Agustín (354-430) obispo de Hipona (África del Norte) y doctor de la Iglesia – Sermón 279
PARA REZAR
Oración a San Pablo
Glorioso apóstol San Pablo,
escogido del Señor para llevar su santo nombre
por toda la tierra;
por tu celo apostólico y por la ardiente caridad
con que sentías los trabajos de tus hermanos
como si fueran tuyos propios;
por la inalterable paciencia con que sufriste persecuciones,
cárceles, azotes, cadenas, tentaciones, naufragios
y hasta la misma muerte;
por aquel coraje evangelizador que te estimulaba
a trabajar día y noche en beneficio de las almas
y, sobre todo, por aquella prontitud
con que a la primera voz de Cristo en el camino de Damasco
te rendiste enteramente a la gracia,
te ruego, por todos los apóstoles de hoy,
y que me consigas del Señor que imite
tus ejemplos oyendo prontamente la voz de sus inspiraciones
y peleando contra mis pasiones
sin apego ninguno a las cosas temporales
y con aprecio de las eternas,
para gloria de Dios Padre, que con el Hijo
y el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos de los siglos.
Amén.
VIERNES III
SANTOS TIMOTEO Y TITO (M.O)
La mies es abundante y los obreros pocos
Lectura de la segunda carta
del Apóstol San Pablo a Timoteo 1,1-8
Pablo, Apóstol de Jesucristo, por la voluntad de Dios, para anunciar la promesa de Vida que está en Cristo Jesús, saluda a Timoteo, su hijo muy querido. Te deseo la gracia, la misericordia y la paz que proceden de Dios Padre y de nuestro Señor Jesucristo.
Doy gracias a Dios, a quien sirvo con una conciencia pura al igual que mis antepasados, recordándote constantemente, de día y de noche, en mis oraciones.
Al acordarme de tus lágrimas, siento un gran deseo de verte, para que mi felicidad sea completa.
Porque tengo presente la sinceridad de tu fe, esa fe que tuvieron tu abuela Loide y tu madre Eunice, y estoy convencido de que tú también tienes.
Por eso te recomiendo que reavives el don de Dios que has recibido por la imposición de mis manos.
Porque el Espíritu que Dios nos ha dado no es un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de sobriedad.
No te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni tampoco de mí, que soy su prisionero. Al contrario, comparte conmigo los sufrimientos que es necesario padecer por el Evangelio, animado con la fortaleza de Dios.
Palabra de Dios
SALMO Sal 96 (95), 1-3.7-8.10.
R: Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R.
Proclamad día tras día su victoria.
contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R.
Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor. R.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente.» R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10,1-9
Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir.
Y les dijo: «La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.
¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos.
No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino.
Al entrar en una casa, digan primero: ‘¡Que descienda la paz sobre esta casa!’.
Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes.
Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa.
En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; curen a sus enfermos y digan a la gente: ‘El Reino de Dios está cerca de ustedes’.
Palabra del Señor.
O bien de la feria:
Marcos 4, 26 – 34
PARA REFLEXIONAR
- Jesús se hace ayudar en su tarea misionera. Envía a setenta y dos discípulos para que vayan de dos en dos a prepararle el camino.
- Ante todo quiere que recen a Dios pidiéndole que envíe obreros a la mies. El campo está preparado para la siega, pero faltan obreros que quieran trabajar en la proclamación del Evangelio; y que tengan el estilo que El enseña: fieles, disponibles; llenos de la misión a la que los envía: anunciar que el Reino de Dios está cerca.
- Hoy celebramos la memoria de dos valientes colaboradores de Pablo: Timoteo y Tito. Es bueno que se nos recuerde y recemos este mandato misionero.
- Los cristianos hemos recibido el encargo de ser apóstoles en el mundo, testigos de la verdad. Nuestro ideal debería ser que todos conozcan a Cristo, y crean en El.
- Nos viene bien escuchar las palabras de ánimo a Timoteo: “No tengas miedo de dar la cara por nuestro Señor, toma parte en los duros trabajos del Evangelio”…
- Jesús también nos da ánimos, asegurándonos que las fuerzas para esta misión nos vienen de su presencia de Resucitado en medio nuestro.
PARA DISCERNIR
- ¿Qué me resuena en el corazón al leer este evangelio?
- ¿De quiénes he recibido el anuncio de vida nueva con su vida, testimonio, palabras?
- ¿Cómo vivo hoy mi ser discípulo misionero?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Digo que sí Señor a tu llamado
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Santos Timoteo y Tito, sucesores de los apóstoles
La comunidad, nacida del anuncio evangélico, reconoce que es convocada por la palabra de aquellos quienes fueron los primeros en vivir la experiencia del Señor y fueron enviados por él. Sabe que se puede apoyar sobre la conducta de los Doce, así como de los que, poco a poco, se asocian a ellos y son sus sucesores en el ministerio de la Palabra y el servicio de la comunión. En consecuencia, pues, la comunidad se siente comprometida a transmitir a los demás la «gozosa nueva» de la presencia actual del Señor y de su misterio pascual, que se opera en el Espíritu.
Esto se evidencia claramente en las carta paulinas: «Os he transmitido lo que yo mismo he recibido» (1C 15,3). Y esto es importante. San Pablo sabe que al principio fue llamado por Cristo, y por tanto es un verdadero apóstol y, sin embargo, lo que cuenta fundamentalmente, también para él, es la fidelidad a lo que ha recibido. No quería él «inventar» un nuevo cristianismo, que podríamos llamar «paulino». Sino que él mismo insiste: «Os he transmitido lo que yo mismo he recibido». Transmitió el don inicial que viene del Señor y que es la verdad que salva. Más adelante, hacia el final de su vida, escribe a Timoteo: «Eres el depositario de esta buena nueva. Guarda este tesoro en toda su pureza con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros» (2Tm 1,14).
Es lo mismo que, nos muestra con eficacia este antiguo testimonio de la fe cristiana, escrito por Tertuliano hacia el año 200: (Los apóstoles) afirmaron la fe en Jesucristo y establecieron Iglesias por toda la Judea y muy pronto, esparcidos por el mundo anunciaron la misma doctrina y una misma fe a todas las naciones, y en ellas fundaron la Iglesia casi en todas las ciudades. A partir de éstas, las demás Iglesias intercambiaban, comunicaban y propagaban su fe y las semillas de la doctrina, y para ser verdaderas Iglesias prosiguen este intercambio y comunicación. Es de esta manera que también ellas reciben el nombre de apostólicas en tanto que descendientes de la Iglesias de los apóstoles».
Papa Benedicto XVI – Audiencia general del 03/05/2006
PARA REZAR
Oración por las misiones
Padre de bondad,
Tú que eres rico en amor y misericordia,
que nos enviaste a tu Hijo Jesús
para nuestra salvación,
escucha a tu iglesia misionera.
Que todos los bautizados
sepamos responder al llamado de Jesús:
«Vayan y hagan que todos los pueblos
sean mis discípulos».
Fortalece con el fuego de tu Espíritu
a todos los misioneros,
que en tu nombre anuncian
la Buena Nueva del Reino.
María, Madre de la Iglesia
y estrella de la evangelización,
acompáñanos y concédenos
el don de la perseverancia
en nuestro compromiso misionero.
Amén.
SÁBADO III
Hasta el viento y las aguas le obedecen
Lectura del segundo Libro de Samuel 12,1-7a.10-15a
El Señor envió a David al profeta Natán. El se presentó a David y le dijo:
«Había dos hombres en una misma ciudad, uno rico y el otro pobre. El rico tenía una enorme cantidad de ovejas y de bueyes. El pobre no tenía nada, fuera de una sola oveja pequeña que había comprado. La iba criando, y ella crecía junto a él y a sus hijos: comía de su pan, bebía de su copa y dormía en su regazo. ¡Era para él como una hija! Pero llegó un viajero a la casa del hombre rico, y este no quiso sacrificar un animal de su propio ganado para agasajar al huésped que había recibido. Tomó en cambio la oveja del hombre pobre, y se la preparó al que le había llegado de visita.»
David se enfureció contra aquel hombre y dijo a Natán: «¡Por la vida del Señor, el hombre que ha hecho eso merece la muerte! Pagará cuatro veces el valor de la oveja, por haber obrado así y no haber tenido compasión.»
Entonces Natán dijo a David: «¡Ese hombre eres tú! Así habla el Señor, el Dios de Israel: la espada nunca más se apartará de tu casa, ya que me has despreciado y has tomado por esposa a la mujer de Urías, el hitita.
Así habla el Señor: «Yo haré surgir de tu misma casa la desgracia contra ti. Arrebataré a tus mujeres ante tus propios ojos y se las daré a otro, que se acostará con ellas en pleno día. Porque tú has obrado ocultamente, pero yo lo haré delante de todo Israel y a la luz del sol.»»
David dijo a Natán: «¡He pecado contra el Señor!»
Natán le respondió: «El Señor, por su parte, ha borrado tu pecado: no morirás. No obstante, porque con esto has ultrajado gravemente al Señor, el niño que te ha nacido morirá sin remedio.» Y Natán se fue a su casa.
El Señor hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y él cayó gravemente enfermo. David recurrió a Dios en favor del niño: ayunó rigurosamente, y cuando se retiraba por la noche, se acostaba en el suelo. Los ancianos de su casa le insistieron para que se levantara del suelo, pero él se negó y no quiso comer nada con ellos.
Palabra de Dios
SALMO Sal. 51 (50) 12-17
R: Oh Dios, crea en mí un corazón puro.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti. R.
Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 4, 35-41
Al atardecer de aquel día, Jesús dijo a sus discípulos: «Crucemos a la otra orilla.» Ellos, dejando a la multitud, lo llevaron a la barca, así como estaba. Había otras barcas junto a la suya.
Entonces se desató un fuerte vendaval, y las olas entraban en la barca, que se iba llenando de agua. Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal. Lo despertaron y le dijeron: « ¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?»
Despertándose, él increpó al viento y dijo al mar: « ¡Silencio! ¡Cállate!» El viento se aplacó y sobrevino una gran calma. Después les dijo: « ¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- El profeta Natán, que en otras ocasiones le transmite al rey palabras de bendición y promesas, ahora denuncia valientemente su pecado, con este expresivo relato del rico que le roba al pobre su única oveja.
- Natán no condena desde el exterior. Cuenta una parábola y conduce al rey a que tome conciencia por sí mismo y a que sea él mismo quien aporte un juicio sobre su pecado.
- David reacciona y reconoce su culpa, pidiendo perdón a Dios. La verdadera santidad de David es haber sabido reconocer su falta: “Oh Dios, crea en mí un corazón puro. Devuélveme la alegría de tu salvación”.
- El Salmo 50, el «miserere», es la oración de un pecador que reconoce humildemente su culpa ante Dios y le pide un corazón nuevo. Este salmo resume la experiencia de debilidad y confianza en la misericordia de Dios.
- También nosotros somos débiles. Podemos, humillar los derechos de los demás y tener un corazón complejo. Somos invitados a reaccionar como David.
***
- El evangelio de Marcos ejemplifica el tema de la fe. Después de las parábolas, empieza aquí una serie de cuatro milagros de Jesús, para demostrar verdaderamente que el Reino de Dios ya ha llegado y está actuando. Estos milagros no fueron hechos en presencia de la muchedumbre, sino sólo ante los discípulos para educarlos en la fe.
- Jesús deja la Galilea, donde desde ahora la gente lo acosa. Va con sus discípulos a la región pagana, de los Gerasenos, país de misión donde la Palabra de Dios no ha sonado todavía. Suben a la barca para pasar a la otra orilla y se desata la tormenta.
- El mar es sinónimo, en la Biblia, del peligro y del lugar del maligno. Las olas se echaban sobre la barca, de tal modo que parecía hundirse y Jesús en la popa continúa durmiendo. Los discípulos reprochan a Jesús por su poco interés, y Él a su vez les reprocha su poca fe.
- Ellos creían que estar con Jesús, los libraba de todo problema o calamidad. Este fue el momento del desencanto y de la provocación a la fe. Se dieron cuenta que aun junto a Jesús, las olas pueden ser muy fuertes y hacer estremecer la barca. Jesús los lleva a la aventura de poder enfrentarse a la vida con fe.
- Cuando Marcos escribe este evangelio, la comunidad cristiana sabe mucho de persecuciones y de fatigas. A veces son dudas, otras miedo, o dificultades de fuera, crisis y tempestades que nos zarandean.
- Frente a la realidad de la persecución y del miedo, el evangelista se sirve del testimonio de algunos creyentes que manifiestan que Jesús durante su vida histórica, en algún momento, se enfrentó con las fuerzas de la naturaleza cuando ellas eran incontrolables. Jesús se enfrenta a los poderes del mal, haciendo prevalecer la vida allí donde la muerte quiere imponer su dominio y su imperio.
- Una tempestad es un buen símbolo de muchas crisis humanas, personales y sociales. Muchas veces experimentamos en nuestra vida, tanto en la personal como en la comunitaria y eclesial, la presencia tormentosa de acontecimientos o situaciones que nos llevan a remar contra fuertes corrientes, con la impresión de que todo parece que se hunde. Mientras Dios parece que duerme.
- A los cristianos, no se nos ha prometido una travesía apacible en el mar de esta vida. La fe no es un depósito del que vamos sacando recetas para solucionar todos los males. La fe no nos libera de la dureza del camino, de la búsqueda compartida, del remar contra corriente, pero nos mantiene en la seguridad de que el Señor está con nosotros.
- La fe es hoy una “reserva de confianza” en el mar embravecido de la vida. Cristo Jesús está presente en nuestra vida todos los días, como nos prometió, hasta el fin del mundo. Su Espíritu es el animador de la Iglesia y de la historia.
- Cristo con su muerte y resurrección aparece como el vencedor del mal. Con Él nos ha llegado la salvación de Dios. La fe es despertar cotidianamente al Cristo que está durmiendo dentro de nosotros.
- Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. A pesar de las dificultades, Dios jamás se ha olvidado de nosotros; Él va siempre como compañero de viaje en nuestra vida. Sin embargo Él no está con nosotros para suplir lo que a cada uno corresponde realizar. Cada uno de nosotros, debe aportar todo su esfuerzo, toda su vida, para construir un mundo que no se quede estancado en el egoísmo, ni se resigne con lo que ya logró; siempre será necesario ir más allá.
- Los signos de su compañía y presencia serán el esfuerzo por hacer de este mundo un signo cada vez más claro del Reino de Dios, en que todos disfrutemos de la paz y vivamos la solidaridad, la comunión fraterna y la justicia auténtica.
PARA DISCERNIR
- ¿Creemos también en tiempos de crisis?
- ¿Sentimos la ausencia de problemas como garantía de su cercanía?
- ¿Cuándo nuestros cálculos fallan, sentimos que Dios nos ha abandonado?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Fortalece mi fe
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…”El amor irradia, es el origen primero y siempre nuevo de todo vivir. Por amor hemos nacido; por amor vivimos; ser amados es alegría de la vida; no serlo y no ser capaz de amar es infinita tristeza.
La comunidad es la casa del amor: ella traduce, en el orden concreto de los días, la verdad de la historia del amor. No es una, sino muchas las gratuidades que se requieren para hacer un camino común; a cada uno le incumbe la urgencia de comenzar a amar. Quien piense que no tiene necesidad de los otros se quedará en la soledad de una vida sin amor; quien se pone a aprender del otro y se hace mendigo de amor construye vínculos de paz y hace crecer a su alrededor la comunión con todos. Esto expresa ya de algún modo qué grande es la fatiga que supone amar: si tuviéramos que tener en cuenta el vasto mundo de las relaciones humanas, la evidencia del fracaso del amor aparecería hasta inquietante. Aunque ha sido hecho para amar, parece ser que el hombre no es capaz de hacerlo; aunque ha sido originado por el amor, parece ser que ya no es capaz de suscitar amor. ¿Quién hará al hombre capaz de amar? Nos volvemos capaces de amar cuando nos descubrimos amados previamente, envueltos y conducidos por la ternura del Amor hacia un futuro, un futuro que el amor construye en nosotros y para nosotros: hacer este descubrimiento es creer y confesar la Trinidad del Dios cristiano.
La fe viene a escrutar en las profundidades del misterio, en la escuela del santo relato de la cruz y de la resurrección del Señor, el eterno manar del Amor en la figura del Padre, principio sin principio, gratuidad pura y absoluta, que da comienzo a todo en el amor y no se detiene ni siquiera ante el doloroso rechazo de la infidelidad y del pecado. Y junto al eterno Amante, la fe cuenta del Hijo, el eternamente Amado, que con su vida en la carne, vivida en obediencia filial, nos hace capaces de pronunciar el «sí» de la fe a la iniciativa de la caridad de Dios. Junto con el Amante y con el Amado contempla la fe la figura del Espíritu, que une a ambos con el vínculo del Amor eterno y, al mismo tiempo, les abre al don de sí, al generoso éxodo de la creación y de la salvación: el Espíritu Santo, éxtasis de Dios, viene a liberar el amor, a hacerlo siempre nuevo y radiante”…
B. Forte, En memoria del Salvador, Cinisello B. 1992, pp. 175-182, passim.
PARA REZAR
Creemos en Dios, creador de la vida,
quien sostiene lo creado y lo guarda de la destrucción;
que nos manda a trabajar, mantener y enriquecer la creación;
que nos llama a una vida
obediente, sirviéndole, en medio de la gente;
que nos guiará en medio de los conflictos de este
mundo; que por su Espíritu Santo congrega a los cristianos
y sostiene a su Iglesia y la renueva
para que sea una comunidad ejemplar entre los hombres;
que en Jesucristo nos salva; que
en él nos muestra la persona nueva,
que ama y vive por los demás sirviendo hasta el sacrificio;
que no tolera la injusticia ni la hipocresía
y nos libra de caer en ellas; que nos juzga y nos corrige;
que nos da poder para luchar en medio de la adversidad y el peligro;
que levanta: personas en todas las épocas
para luchar por un mundo de amor, justicia y paz; que nos
libra del odio en medio de la lucha;
que cada día nos anticipa la esperanza
de su reino de amor, que viene. Amén.