PRIMERA LECTURA

Lectura del Libro del Levítico 13,1-2. 45-46

El Señor dijo a Moisés y a Aarón:

«Cuando alguno tenga una inflamación, una erupción o una mancha en la piel, y se le produzca la lepra, será llevado ante Aarón, el sacerdote, o cualquiera de sus hijos sacerdotes. Se trata de un hombre con lepra: es impuro. El sacerdote lo declarará impuro de lepra en la cabeza. El que haya sido declarado enfermo de lepra andará harapiento y despeinado, con la barba tapada y gritando: «¡Impuro, impuro!» Mientras le dure la afección, seguirá impuro; vivirá solo y tendrá su morada fuera del campamento.»

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 31

R: Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación.

Dichoso el que está absuelto de su culpa,

a quien le han sepultado su pecado;

dichoso el hombre a quien el Señor

no le apunta el delito. R.

Había pecado, lo reconocí,

no te encubrí mi delito;

propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»

y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. R.

Alegraos, justos, y gozad con el Señor;

aclamadlo, los de corazón sincero. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo

a los cristianos de Corinto       1 Cor 10,31-11,1

Hermanos: Cuando comáis o bebáis o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios. No deis motivo de escándalo a los judíos, ni a los griegos, ni a la Iglesia de Dios, como yo, por mi parte, procuro contentar en todo a todos, no buscando mi propio bien, sino el de la mayoría, para que se salven. Seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo.

Palabra de Dios.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Marcos  1,40-45

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: «Si quieres, puedes limpiarme.» Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero: queda limpio.» La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole severamente: «No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés.» Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a él de todas partes.

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Los capítulos 13 y 14 del Levítico, nos transmiten las leyes sobre las enfermedades de la piel y la lepra, con las medidas preventivas para evitar lo que se creía que era contagioso. Y el complicado ritual que había que realizar, en caso de curación, para reintegrar a la vida normal al que se curaba
  • La lepra era el signo del pecado, de la impureza ante Dios. Por eso era el sacerdote el que debía diagnosticarla y separar de la comunidad al enfermo, y verificar la curación para reintegrarlo a ella. Porque la lepra era considerada como una enfermedad contagiosa.

***

  • Es sabido que los judíos, no comían de una carne sacrificada a los ídolos por considerarla impura. Pensaban que el que comía de esa carne participaba de alguna manera en el culto pagano y se incapacitaba para el culto legítimo de Israel. Pablo concluye su controversia acerca de la licitud o no para los cristianos de comer o no carne sacrificada a los ídolos.
  • Pablo defiende la opinión de los llamados «fuertes», que comían sin miramiento alguno de toda carne que se vendía en los mercados públicos; pero les advierte que por consideración a los «débiles», no coman carne cuando éstos les digan que ha sido sacrificada a los ídolos. Ya comamos o bebamos o hagamos cualquier cosa, la suprema norma de conducta cristiana es dar gloria a Dios y nadie puede dar gloria a Dios si desprecia la conciencia de los demás. Por eso es preciso no escandalizar a nadie, ni a los judíos, ni a los gentiles, ni a los de fuera ni a los hermanos en la fe.

***

  • Con frecuencia la Biblia nos habla de la lepra. Es como un símbolo que nos habla del pecado, del mal. El leproso aparece para la mentalidad del pueblo de Jesús como una representación del pecador.
  • Al leproso se lo mantenía alejado de la comunidad, no sólo por motivos higiénicos, sino también, en términos religiosos. La lepra era considerada como consecuencia de un castigo divino especial, por ciertos pecados cometidos y, dado su carácter contagioso y repugnante, transformaba al leproso en un verdadero excluido de la sociedad. Vivía alejado de los lugares poblados, con las ropas rotas, los cabellos sueltos, y en caso de que se encontrara con alguien, debía gritar: «Impuro, impuro», lo que significaba que el leproso estaba incapacitado para participar en la asamblea religiosa y tratar con las demás personas, consideradas puras. Para Jesús, como para los judíos de su tiempo, la ley estaba muy clara. El hombre con lepra era un hombre impuro. Acercarse a él, tocarlo, significaba contraer impureza, como con el contacto de un cadáver.
  • A Jesús se le acerca uno de estos «muertos en vida»,  y violando la ley que no le permitía relacionarse con los demás, ni siquiera para buscar su salud, se tira de rodillas, y en vez de gritar «¡impuro, impuro!», le suplica: «Si quieres, puedes limpiarme». Con este gesto, con estas palabras, da muestras de una plena confianza en El, de una verdadera fe: «Si quieres, puedes limpiarme». En sus palabras, está implícita su confesión en el poder divino de Jesús, al pedirle algo que sólo Dios puede hacer.
  • Jesús, permitiéndole acercarse a Él y tocándolo, también viola la ley, según la cual, en ese mismo instante, Jesús quedaría contaminado de impureza. Pero sucede exactamente lo contrario de lo que decía la ley: el leproso queda limpio, queda puro, queda curado de su enfermedad. El amor de Jesús libró al leproso de la enfermedad y de la marginación. La vida nueva del Reino venció a la ley y Jesús le quitó a la enfermedad su sentido de castigo divino.
  • Para Jesús más importante que la lepra, que la impureza legal y que la misma ley de Moisés, es la persona necesitada. La persona está por encima de la ley. Por eso permite que se le acerque el leproso, extiende hacia él la mano y lo toca.  No tiene en cuenta ni el peligro de contagio, ni el posible escándalo, ni el enfrentamiento con los defensores de la ley. Por encima de todo está el hombre arrodillado y necesitado de ayuda.
  • Quedar limpio para aquel pobre hombre, no era sólo quedar curado de su enfermedad, sino tener la posibilidad de reinsertarse en la vida de la comunidad. Para aquel hombre, quedar limpio era verdaderamente volver a la vida.
  • Jesús, como anunciador de la Buena Noticia, no sólo predica y cura enfermos sino que, libera a los marginados devolviéndolos a la comunidad. Aunque el hacerlo le cause marginación y ya no pueda entrar abiertamente en ningún pueblo.
  • De aquí en adelante ya no es la lepra lo que se contagia, sino el amor y la salvación, ya no son el mal y la desesperación los que tienen la última palabra.
  • También hoy la mayoría de marginados son considerados de algún modo impuros en todos los sentidos. Hoy hay una gran diferencia con los leprosos del evangelio. Israel no producía la lepra, en cambio es nuestra sociedad la que produce la marginación. Este es el punto oscuro de nuestro sistema de vida, tan lleno de contradicciones.
  • Lo importante es que frente a estas nuevas situaciones de marginación, surjan nuevos Jesús, que rompan las barreras de la marginación y lleven el alivio de la liberación.
  • El desafío está presente para la Iglesia y los discípulos de Jesús. Su mensaje es bien claro, y también su ejemplo y el camino a seguir. Frente a un mundo que cierra cómodamente los ojos para no ver al que sufre, o ante aquellos que pueden crearnos problemas; Jesús enseña a los que quieran seguirlo, un camino diferente: acoger, integrar, salvar.
  • Se trata de una lógica totalmente distinta. Ir por el mundo con los brazos abiertos acogiendo, comprendiendo, compartiendo, integrando. Ir por el mundo dando la vida, amando.
  • El compromiso de Jesús con los pobres y excluidos del mundo es y debe ser el compromiso de su Iglesia y de sus discípulos. El principal mandamiento del cristiano es el amor al prójimo, y el más prójimo para la fe, aquellos en los que se hace presente Jesús, son precisamente los pobres y marginados de la sociedad.
  • Al acercarse Jesús al leproso, rompe todas las normas vigentes en Israel, y es que para Él, sólo existe una ley importante: la del amor. La veracidad evangélica de nuestras comunidades está, en su capacidad de acoger a los marginados. Si bien no tenemos el poder de limpiar la «lepra», tenemos el poder de hacer que un marginado deje de serlo: basta con «extender la mano» y acogerlo. Esta es la auténtica y verdadera ley cristiana.

PARA DISCERNIR

  • ¿Percibo, veo, me conmueven las realidades de pobreza, de marginación, de exclusión en mi ambiente?
  • ¿Qué actitud de Jesús me siento llamado a imitar, a vivir desde esta Palabra que me regala hoy?
  • ¿Qué obstáculos, qué miedos me impiden acercarme, acoger, integrar a mis hermanos sufrientes?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Límpiame de mis cegueras y mis miedos Señor

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

«Quiero: queda limpio»

…” El Señor cura cada día el alma de todo aquel que se lo pide, le adora piadosamente y proclama con fe estas palabras: «Señor, si quieres, puedes limpiarme», y esto sea cual sea el número de sus faltas. Porque «todo el que invoca el nombre del Señor se salvará» (Rm 10,10). Es preciso, pues, que dirijamos a Dios nuestras peticiones con toda confianza, sin dudar en absoluto, de su poder… Esta es la razón por la que el Señor, al leproso que se lo pide, le responde inmediatamente: «Quiero». Porque, apenas el pecador comienza a rogarle con fe, que ya la mano del Señor se pone a curarle la lepra de su alma…

Este leproso nos da un consejo muy bueno sobre la manera de orar. De ninguna manera duda de la voluntad del Señor como si rechazara creer en su bondad. Sino que, consciente de la gravedad de sus faltas, no quiere presumir de esta voluntad. Diciendo al Señor que si quiere puede curarle, afirma que este poder pertenece al Señor y, al mismo tiempo, afirma su fe… Si la fe es débil, debe primero fortalecerse. Es tan sólo entonces que revelará todo su poder para alcanzar la curación del alma y del cuerpo.

Sin duda que el apóstol Pedro habla de esta fe cuando dice: «Ha purificado sus corazones con la fe» (Hch 15,9)… La fe pura, vivida en amor, sostenida por la perseverancia, paciente en la espera, humilde en su afirmación, firme en su confianza, llena de respeto en su plegaria y de sabiduría en lo que pide, está cierta de poder oír en toda circunstancia esta palabra del Señor: «Quiero»”…

San Pascasio Radbert (?-hacia 849) monje benedictino – Comentario al evangelio de Mateo, 5,8; CCM 56 A, 475-476

PARA REZAR

Yo te sigo

He querido poner la mano en el arado

y emprender el camino que tú seguiste.

Haz de mí un hombre recto.

Haz de mí un hombre decidido

a no dejar rincones de mi vida

sin abrirlos al juicio de tu Palabra.                                          

He decidido no volver la mirada atrás.

Porque es la tentación de quien cree

que ya hizo bastante.

Porque es el pecado del que puedo hacer y no hizo.

Ayúdame, Señor, a ser fiel a mi opción por Ti.

José Santana

Principio de la carta del apóstol Santiago           1, 1-11

Santiago, servidor de Dios y del Señor Jesucristo, saluda a las doce tribus de la Dispersión.

Hermanos, alégrense profundamente cuando se vean sometidos a cualquier clase de pruebas, sabiendo que la fe, al ser probada, produce la paciencia. Y la paciencia debe ir acompañada de obras perfectas, a fin de que ustedes lleguen a la perfección y a la madurez, sin que les falte nada.

Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que la pida a Dios, y la recibirá, porque él la da a todos generosamente, sin exigir nada en cambio. Pero que pida con fe, sin vacilar, porque el que vacila se parece a las olas del mar levantadas y agitadas por el viento. El que es así no espere recibir nada del Señor, ya que es un hombre interiormente dividido e inconstante en su manera de proceder.

Que el hermano de condición humilde se gloríe cuando es exaltado, y el rico se alegre cuando es humillado, porque pasará como una flor del campo: apenas sale el sol y calienta con fuerza, la hierba se seca, su flor se marchita y desaparece su hermosura. Lo mismo sucederá con el rico en sus empresas.

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 118, 67-68. 71-72. 75-76 (R.: 77a)

R.        Que llegue hasta mí tu compasión, Señor, y viviré.

Antes de ser afligido, estaba descarriado;

pero ahora cumplo tu palabra.

Tú eres bueno y haces el bien:

enséñame tus mandamientos.  R.

Me hizo bien sufrir la humillación,

porque así aprendí tus preceptos.

Para mí vale más la ley de tus labios

que todo el oro y la plata.  R.

Yo sé que tus juicios son justos, Señor,

y que me has humillado con razón.

Que tu misericordia me consuele,

de acuerdo con la promesa que me hiciste.  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 8, 11-13

En aquel tiempo:

Llegaron los fariseos, que comenzaron a discutir con él; y, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Jesús, suspirando profundamente, dijo: « ¿Por qué esta generación pide un signo? Les aseguro que no se le dará ningún signo.»

Y dejándolos, volvió a embarcarse hacia la otra orilla.

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Empezamos hoy la lectura de la Carta de Santiago. Es la carta de un cristiano de origen judío, que, como los mejores fariseos, continúa siendo muy celoso de la Ley y de las obras. Se dirige a los cristianos convertidos del judaísmo y que ahora están esparcidos.
  • Es una exhortación sobre el estilo de vida que deben llevar los seguidores de Jesús. Saber aprovechar las pruebas de la vida porque nos van haciendo madurar en la fe y le dan temple a nuestro seguimiento de Cristo; dirigir con confianza y perseverancia nuestra oración a Dios; no estar orgullosos precisamente de las riquezas.
  • Son consignas concretas que sacuden el excesivo conformismo y son de evidente actualidad para nuestras comunidades. A diferencia de lo que este mundo insiste en decirnos, Santiago no titubea en afirmar que el de condición humilde tiene una «alta dignidad», mientras que la del rico es una «pobre condición».
  • Como predicador y no como hombre preocupado por cuestiones teóricas, anima a luchar contra la tentación. «La corona de la vida» se promete «al hombre que resiste la prueba» Santiago nos invita, en estos casos y cuando nos vienen las pruebas, a orar con fe, sin titubear.

***

  • Jesús hace milagros no para asombrar a la gente, sino para darles la gran noticia de su liberación total. Por eso los milagros siempre sacan al hombre: de la enfermedad, de la muerte, de la angustia.
  • Por otro lado la espiritualidad farisea insistía mucho sobre los aspectos triunfalistas del futuro Mesías. Por eso los fariseos le piden «que haga aparecer una señal en el cielo», es decir, una demostración que obligue a los espectadores a obedecer al glorioso profeta que viene de parte de Dios. Exigen que Dios dé directamente una prueba de la mesianidad de Jesús. Todavía al pie de la cruz, le exigirán a Jesús que baje de ella para fundamentar con ese signo su misión.
  • Jesús se indigna porque esta generación reclama una señal. Es la misma tentación grave del desierto: “haz que estas piedras se conviertan en panes”. Jesús afirma que el poder salvífico de Dios no se manifestará a través de una exhibición esplendorosa. El signo es su misma vida, su entrega, su muerte y resurrección.
  • Muchos hoy piden “señales” a Dios para creer. Quieren un Cristo hecho a la medida de sus comodidades y placeres, un «súper Mesías» que sea capaz de cumplir con todos los caprichos y que les resuelva la vida a base de milagros y hechos prodigiosos. No existe ese Cristo. Pero Dios tiene sus caminos. No debemos olvidar nunca que nuestro Mesías, Jesús, el Hijo de Dios, se manifiesta de manera discreta en medio de nuestra vida y que ha escogido precisamente lo débil para confundir a los poderosos.
  • Jesús no acepta el reto de los fariseos, no les hace el juego, no se deja desafiar por sus exigencias. Jesús con sus actos siempre quiso demostrar cómo la entrega y el servicio, dentro de un marco de amor-misericordia, son los principales requisitos para llamarse seguidores suyos. La propuesta de Jesús exige vivir en continuo compromiso con la misericordia, lejos de todo orgullo, ambición de riquezas o de poder.
  • Mostró un Dios que acompaña y apoya a los débiles y necesitados. El signo verdadero será nuestra obediencia de hijos, en una vida vivida bajo la inspiración del Espíritu. Nuestra vida de hombres que aman, que hablan de perdón y perdonan; de hombres que llamamos «Papá» a Dios. Será signo, la vida entregada como la del Hijo Ppedilecto de Dios que llega hasta las últimas consecuencias del amor.
  • Debemos aprender a descubrir a Cristo presente en cosas tan sencillas y profundas como son la comunidad reunida y unida, la Palabra anunciada, el pan y vino de la Eucaristía, el signo del perdón, la comunidad eclesial pecadora pero que también es el pueblo santo de Dios, el prójimo débil, enfermo y hambriento. Esos son los signos para que lo reconozcamos presente en nuestra historia.

PARA DISCERNIR

  • ¿Pido signos?
  • ¿Cuál es mi actitud cuando los recibo?
  • ¿Si no los tengo, no creo?

REPITAMOS Y VIVAMOS HOY LA PALABRA

Quiero creer en tu Palabra

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…”Dios está en todas partes, está en todo, y sin él no podemos existir. Nunca he dudado de su existencia ni un solo instante, pero sé que algunos lo dudan. Aunque no creáis en Dios podéis ayudar a otros a través de actos inspirados por el amor, y el fruto de estas obras serán las gracias suplementarias que descenderán sobre vuestra alma. Entonces, empezaréis a abriros lentamente y aspiraréis al gozo de amar a Dios.

¡Hay tantas religiones! Cada una sigue a Dios a su manera. Yo, sigo el camino de Cristo: Jesús es mi Dios, Jesús es mi Esposo, Jesús es mi único amor, Jesús es mi Todo en todo, Jesús lo es todo para mí.

Es por esta razón que no tengo nunca miedo. Hago mi trabajo con Jesús, lo hago para él dedicándoselo; por eso los resultados son suyos, no míos. Si tenéis necesidad de un guía, no tenéis que hacer otra cosa que volver los ojos hacia Jesús. Debéis abandonaros a él y confiar enteramente en él. Cuando hacéis esto, se disipa la duda y os invade la certeza. Pero Jesús ha dicho: «Si no os hacéis como niños no podéis venir a mi» (Mt 18,3)…

Teresa de Calcuta

PARA REZAR

Pidiendo fe

¡Oh Padre todo poderoso!

Tú que tienes en cuenta nuestra frágil condición humana

y lo muy dados que somos a olvidar aquello que nos obliga.

Señor misericordioso ya que somos poco diestros

para testimoniar el amor a Dios

y nada aventajados en la práctica de las virtudes,

te pedimos fe, porque sin fe la vida es insoportable Señor.

Si perdemos la dimensión espiritual y todo lo medimos y lo visualizamos ¿quién nos soportara en el momento de la prueba?

¿A quién levantaré los ojos en los momentos de dolor,

de soledad y de amargura? la fe es mi báculo,

apoyado en el no vacilare y así mis pies no tropezaran con las piedras.

Porque con fe Señor, me siento asido a Ti,

para abrazar con esperanza el dolor o la alegría,

el fracaso o el éxito.

Te lo pedimos por mediación de Nuestra Madre y Reina

tres Veces Admirable de Schoenstatt,

Madre de todas las gracias, mensajera del amor divino.

Padre nuestro, haz que tengamos una fe viva y constante

para creer en Aquel que Tú has enviado y poder ser obrero de tu mies,

por Jesucristo nuestro Señor que vive y reina

por los siglos de los siglos.

Amén.

Padre Kentenich

Lectura de la carta del apóstol Santiago  1, 12-18

Queridos hermanos:

Feliz el hombre que soporta la prueba, porque después de haberla superado, recibirá la corona de Vida que el Señor prometió a los que lo aman.

Nadie, al ser tentado, diga que Dios lo tienta: Dios no puede ser tentado por el mal, ni tienta a nadie, sino que cada uno es tentado por su propia concupiscencia, que lo atrae y lo seduce. La concupiscencia es madre del pecado, y este, una vez cometido, engendra la muerte.

No se engañen, queridos hermanos. Todo lo que es bueno y perfecto es un don de lo alto y desciende del Padre de los astros luminosos, en quien no hay cambio ni sombra de declinación. El ha querido engendrarnos por su Palabra de verdad, para que seamos como las primicias de su creación.

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 93, 12-13a. 14-15. 18-19 (R.: 12a)

R.        Feliz el que es educado por ti, Señor.

Feliz el que es educado por ti, Señor,

aquel a quien instruyes con tu ley,

para darle un descanso después de la adversidad.  R.

Porque el Señor no abandona a su pueblo

ni deja desamparada a su herencia:

la justicia volverá a los tribunales

y los rectos de corazón la seguirán.  R.

Cuando pienso que voy a resbalar,

tu misericordia, Señor, me sostiene;

cuando estoy cargado de preocupaciones,

tus consuelos me llenan de alegría.  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 8, 13-21

Jesús, dejándolos, subió a la barca y se fue al otro lado del lago. 

Los discípulos se habían olvidado de llevar pan y no tenían más que un pan en la barca. Jesús les hacía esta recomendación: «Estén atentos, cuídense de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes.» Ellos discutían entre sí, porque no habían traído pan.

Jesús se dio cuenta y les dijo: « ¿A qué viene esa discusión porque no tienen pan? ¿Todavía no comprenden ni entienden? Ustedes tienen la mente enceguecida. Tienen ojos y no ven, oídos y no oyen. ¿No recuerdan cuántas canastas llenas de sobras recogieron, cuando repartí cinco panes entre cinco mil personas?»

Ellos le respondieron: «Doce.»

«Y cuando repartí siete panes entre cuatro mil personas, ¿cuántas canastas llenas de trozos recogieron?»

Ellos le respondieron: «Siete.»

Entonces Jesús les dijo: « ¿Todavía no comprenden?»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Dios quiere de nosotros los mejores frutos. De Dios sólo nos vienen dones y fuerza para que el Evangelio nos engendre a la vida nueva. Pero, así como el oro se acrisola en el fuego, así el discípulo se acrisola en la prueba y en la tentación.
  • Sin lugar a dudas somos frágiles e inclinados al mal; pero no podemos escudarnos en eso para justificar nuestras malas acciones. Dios nos ha dado su Espíritu para que en todo salgamos más que victoriosos.
  • Ante las tentaciones no podemos echar la culpa a Dios ni a ningún factor externo. Dios no tienta a nadie ni mueve a nadie al mal. Es parte de nuestra debilidad. Las tentaciones nos vienen de nosotros mismos: en la tentación nuestro propio deseo nos seduce. El deseo concibe y da a luz el pecado, y el pecado, cuando se comete, “engendra muerte”. Tenemos siempre delante la posibilidad de hacer el bien o el mal. Muchas veces tenemos las ideas claras pero pocas fuerzas y nos dejamos llevar por la tentación constante de hacer lo más fácil.
  • Pero podemos estar seguros que Dios nos sostiene y nos va educando a lo largo de toda nuestra vida, también a través de nuestras caídas. El que supera la prueba «recibirá la corona de la vida que el Señor ha prometido a los que le aman».

***

  • Jesús va sacando enseñanzas de las cosas de la vida, aunque sus oyentes no acaben de entenderlo. Al subir en la barca, los discípulos se habían olvidado de llevar suficientes panes; por casualidad les quedaba un pequeño pedazo. Esta es la ocasión para que Jesús les dé una lección sobre la levadura que han de evitar.
  • La levadura es un elemento pequeño, sencillo, humilde, pero que puede hacer fermentar en bien o en mal a toda una masa de pan.
  • La fiesta de la pascua implicaba, entre otras cosas, el rito de comer panes no fermentados. Como la levadura tiene la función de fermentar, era considerada como signo y causa de corrupción.
  • Por eso, en la mentalidad judía, tiene una imagen negativa. Los rabinos veían en la levadura una fuerza maligna que predispone a las personas hacia al mal.
  • También tiene un sentido simbólico: una levadura buena o mala, dentro de una comunidad, la puede enriquecer o estropear. La metáfora de la levadura se aplicaba frecuentemente no a cualquier «corrupción» moral, sino muy concretamente al orgullo, a la soberbia, a la hipocresía.
  • En la misma línea están los herodianos, temerosos, que, con tal de obtener la supremacía de Israel, aceptan a un rey ilegítimo, no querido por Dios. Ambas ideologías corrompen el mensaje y llevan a la muerte. Los discípulos no entienden; a lo sumo creen que se trata de una llamada de atención por no haber llevado el alimento necesario. Sin embargo, el significado de aquellas palabras era más profundo.
  • Cuando Jesús pide a sus discípulos que “abran los ojos”, se opone a la actitud de los fariseos y herodianos, que han cerrado sus ojos ante Jesús de Nazaret y no descubren  la verdadera señal revelada por Dios para que todos los hombres y pueblos tengan vida, y vida en abundancia. Sin embargo los dos grupos se habían puesto de acuerdo para intentar eliminar a Jesús. Los mismos discípulos tendrán que ser curados de su ceguera espiritual para reconocer quién es Jesús.
  • Para Jesús, su mesianismo no se trata de un modo para alcanzar el poder, sino de servir a la humanidad necesitada. Este es el único signo grandioso que se debe realizar en este mundo mientras se va proclamando la gran noticia del reino de Dios.
  • Necesitamos aprender a ver y a apreciar lo que en realidad es importante en todas nuestras situaciones de la vida y, sobre todo en el camino de la fe, no sea que estemos obstaculizando la búsqueda de otros. Necesitamos luz del Espíritu porque muchas veces vemos las cosas de una manera equivocada y no sabemos discernir entre las levaduras que encontramos en nuestro mundo y terminamos poniendo todas nuestras energías en cosas que son flor de un día.

PARA DISCERNIR

  • ¿Cuál es esa levadura mala que hay dentro de nosotros y que corrompe todo lo que miramos, decimos y hacemos?
  • ¿Sabemos discernir entre la buena y la mala levadura?
  • ¿Sabemos poner distancia de aquello que nos daña o daña la vida de nuestros hermanos?

REPITAMOS Y VIVAMOS HOY LA PALABRA

Señor, queremos ver y oír

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…”Si horadamos el velo, y si estamos vigilantes y atentos, Dios se nos revelará sin cesar, y gozaremos viendo su acción en todo lo que nos ocurre; a cada nueva cosa diremos: «Dominus est, ¡es el Señor!» (Jn 21,7). Y nos encontraremos con que en todas las circunstancias recibimos un don de Dios.

Consideraremos a las criaturas como instrumentos muy débiles en las manos de un obrero todopoderoso; y reconoceremos fácilmente que nada nos falta, y que el continuo cuidado de Dios hacia nosotros le lleva a desistir,  a cada instante, de lo que nos conviene. Si tenemos fe acogeremos a gusto todas las criaturas; las acariciaremos, e interiormente les agradeceremos que, utilizadas por la mano de Dios, sirvan y favorezcan nuestra perfección. Si vivimos sin interrupción nuestra vida de fe, estaremos en continuo intercambio con Dios; le hablaremos boca a boca.

La fe es la intérprete de Dios: sin sus aclaraciones no se entiende nada del lenguaje de las criaturas. Es como una escritura hecha en cifras que no se ve más que confusión; es un montón de espinas de en medio de las cuales no sospechamos que Dios pueda hablar. Pero la fe nos hace ver, como a Moisés, el fuego de la caridad divina ardiendo en el corazón de estas espinas (Ex 3,2); la fe nos da la clave de estas cifras, y nos hace descubrir en la misma confusión las maravillas de la sabiduría que viene de lo alto. La fe da un rostro celeste a toda la tierra; es por ella que el corazón es transportado, radiante, para conversar en el cielo… La llave de estos tesoros, la llave del abismo, la llave de la ciencia de Dios”…

Jean-Pierre de Caussade

PARA REZAR

Ábrenos en este momento de oración

los ojos y los oídos del corazón,

para saber discernir

tus caminos en nuestras vidas,

y ser constructores de Vida Nueva. 
Danos la gracia de llegar a ser

aquello para lo que hemos nacido,

aquello para lo que nos has llamado.

Danos inteligencia para saber discernir tus llamadas.

Danos sabiduría para saber orientar nuestras respuestas.

Danos generosidad para saber ofrecernos con alegría.

Amén.

Por Mari