PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de la Sabiduría   7, 7-11

Oré, y me fue dada la prudencia, supliqué, y descendió sobre mí el espíritu de la Sabiduría. La preferí a los cetros y a los tronos, y tuve por nada las riquezas en comparación con ella. No la igualé a la piedra más preciosa, porque todo el oro, comparado con ella, es un poco de arena; y la plata, a su lado, será considerada como barro.

La amé más que a la salud y a la hermosura, y la quise más que a la luz del día, porque su resplandor no tiene ocaso.

Junto con ella me vinieron todos los bienes, y ella tenía en sus manos una riqueza incalculable.

Palabra de Dios

SALMO          Sal 89, 12-13. 14-15. 16-17 (R.: 14)

R.        Señor, sácianos con tu amor, y cantaremos felices.

Enséñanos a calcular nuestros años,

para que nuestro corazón alcance la sabiduría.

¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo…?

Ten compasión de tus servidores. 

Sácianos en seguida con tu amor,

y cantaremos felices toda nuestra vida.

Alégranos por los días en que nos afligiste,

por los años en que soportamos la desgracia. 

Que tu obra se manifieste a tus servidores,

y que tu esplendor esté sobre tus hijos.

Que descienda hasta nosotros la bondad del Señor;

que el Señor, nuestro Dios,

haga prosperar la obra de nuestras manos. 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta a los Hebreos  4, 12-13

La Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de doble filo: ella penetra hasta la raíz del alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

Ninguna cosa creada escapa a su vista, sino que todo está desnudo y descubierto a los ojos de aquel a quien debemos rendir cuentas.

Palabra de Dios.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 10, 17-30

Cuando se puso en camino, un hombre corrió hacia él y, arrodillándose, le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?»

Jesús le dijo: « ¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Tú conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre.»

El hombre le respondió: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud.»

Jesús lo miró con amor y le dijo: «Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme.»

El, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes.

Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: « ¡Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios!»

Los discípulos se sorprendieron por estas palabras, pero Jesús continuó diciendo: «Hijos míos, ¡qué difícil es entrar en el Reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios.»

Los discípulos se asombraron aún más y se preguntaban unos a otros: «Entonces, ¿quién podrá salvarse?»

Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: «Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él todo es posible.»

Pedro le dijo: «Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.»

Jesús respondió: «Les aseguro que el que haya dejado casa, hermanos y hermanas, madre y padre, hijos o campos por mí y por la Buena Noticia, desde ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres, hijos y campos, en medio de las persecuciones; y en el mundo futuro recibirá la Vida eterna.»

Palabra del Señor.

O bien más breve:

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 10, 17-27

Cuando se puso en camino, un hombre corrió hacia él y, arrodillándose, le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?»

Jesús le dijo: « ¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Tú conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre.»

El hombre le respondió: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud.»

Jesús lo miró con amor y le dijo: «Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme.» El, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes.

Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: « ¡Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios!»

Los discípulos se sorprendieron por estas palabras, pero Jesús continuó diciendo: «Hijos míos, ¡qué difícil es entrar en el Reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios.»

Los discípulos se asombraron aún más y se preguntaban unos a otros: «Entonces, ¿quién podrá salvarse?»

Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: «Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él todo es posible.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • La lectura del libro de la Sabiduría nos presenta lo que el autor considera el bien más excelente que está por encima de todos los bienes de la tierra: la sabiduría. Para el hombre bíblico la sabiduría no era erudición, acumulación de conocimiento, sino el logro de una visión armónica sobre el mundo, el hombre y Dios. Los sabios con el tiempo van descubriendo que ese plan maravilloso de Dios está contenido en la Ley y el verdadero sabio será el que la sabe interpretar y la pone en práctica. 

***

  • En este pasaje de la carta a los hebreos, Pablo presenta la Palabra de Dios no como una palabra pasada, sino actual y viva, dirigida personalmente a cada uno de los que la escuchamos cuando es proclamada, no vacía sino llena de contenido y eficacia. El influjo de la Palabra debe penetrar hasta lo más profundo, hasta la médula; debe ser como espada de doble filo que penetra hasta la coyuntura misma de la vida y el alma. Cuando esa Palabra de Dios toca nuestra vida, nuestro ser, se convierte en guía y alimento de nuestra existencia.

***

  • En el Evangelio de Marcos, al hombre que se acercó a Jesús para preguntarle sobre cómo alcanzar vida eterna Jesús le recuerda que un buen camino de perfección son los mandamientos. Particularmente le recuerda aquellos que están más en relación con el prójimo. En los  mandamientos pone Jesús el humus para la tierra que será sembrada. Este hombre que los cumplía busca crecer más, ser más y encontrar más sentido a la vida, mayor plenitud. La respuesta de Jesús es clara, sencilla: «anda, vende todo lo que tienes, dáselo a los pobres, luego ven, y sígueme».
  • Éste es el punto de definición para el seguimiento a Jesús. El amor de Dios manifestado en Jesús es siempre una invitación a ir más allá. Jesús lo sitúa en una nueva dimensión: para tenerlo todo es necesario desprenderse de todo; para ser hay que dejar.
  • Es el camino nuevo que trae Jesús: vaciarnos de lo vacío para llenarnos de plenitud. Vaciarnos de todo lo que nos aliena para vivir una actitud nítida con respecto a las cosas, entender y vivir que las riquezas no constituyen el gran valor de la vida humana, que el hombre no se define por lo que tiene.
  • Sólo cuando la riqueza es puesta al servicio de la comunidad deja de ser obstáculo para el seguimiento.
  • Donde se juega el todo de nuestra vida es en nuestra opción más  profunda, aquella que dirige realmente nuestras decisiones.
  • El desprendimiento de las riquezas es la piedra de  toque de la autenticidad de nuestra fe y de nuestro amor.
  • «Entonces, ¿quién puede salvarse?»  El hombre que ha comprendido el amor de Dios ya no pregunta por la medida y límites de lo que se le pide; quiere amar a Dios con todo su corazón y demostrarlo con el amor a  los demás. Únicamente podrán trabajar por la fraternidad universal, por el reino de Dios, los  desprendidos, los pobres, los que buscan ante todo los valores del Reino.
  • La pobreza lo libera de la idolatría del tener y lo capacita para relacionarse con Dios, con los demás y con las cosas de una manera nueva. La pobreza lo abre al compartir, le descubre a Dios como bien inagotable. Por la pobreza, se llega a la verdadera riqueza que es sabiduría de abandono en las manos de Dios, despojo de toda  ansia de posesión, de todo hábito de apego a las cosas, de todo afán de prestigio o dominio, y puede dejarse re-crear por el Padre como nueva criatura.
  • Lo que Jesús propone no es un programa económico-social, sino una actitud del corazón; es decir, que tengamos nuestros bienes y dinero, pero reconociendo con  toda lealtad que ese bien pertenece a toda la comunidad, y particularmente a los pobres.
  • Para lograr esta coherencia necesitamos la ayuda de Dios, porque “para Dios no hay nada imposible”

PARA DISCERNIR

  • ¿A qué nos llama este Evangelio en nuestra vida de fe?
  • ¿De qué  modo puedo hacer efectiva mi opción por la pobreza evangélica?
  • ¿Qué cosas se han transformado en una riqueza asfixiante?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Que seas Tú mi riqueza

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

«Si quieres ser perfecto». Así pues, el rico no ha llegado a la perfección.

Aunque es libre de llegar o no a ella. La expresión «si quieres» muestra de un modo estupendo la libertad del hombre: la elección depende de él, la decisión a él le corresponde.

Del otro lado está el Dios que da. Dios da a todos los que desean, que no escatiman sus fuerzas y que oran. Concede incluso que la salvación sea obra de ellos mismos.

Dios, enemigo de la violencia, no obliga a nadie, sino que ofrece su gracia a quien la busca, la ofrece a quien la pide, abre a quien llama.

Si queréis la perfección, si la queréis sinceramente, sin engañaros a vosotros mismos, debéis procuraros aquello que todavía os falta.

Y os falta una sola cosa, esa que es la única que dura, que es superior a la ley, que la ley no puede dar ni quitar y que constituye la verdadera riqueza de los seres vivos.

El hombre ha observado toda la ley desde su primera juventud, tanto que ahora hace grandes elogios de sí – mismo; sin embargo, pese a que todos sus méritos, no puede procurarse esta gracia única, de la que sólo el Salvador dispone, no puede alcanzar la eternidad que desea.

Así, se va triste y desanimado, porque piensa que es demasiado alto el precio de la salvación que había venido a pedir.

El hecho es que no quería la vida eterna con la intensidad que se imaginaba tener. Tal vez, en el fondo, quería una sola cosa: mostrar buena voluntad para hacer un poco de exhibicionismo.

Aunque solícito y meticuloso en todo lo demás, ante el tesón necesario para alcanzar la vida eterna se siente débil, como paralizado, inerte.

Clemente de Alejandría.  El buen uso del dinero

PARA REZAR


Padre, me abandono en tus manos,
el abandonarse es un compromiso solo con
y en la madurez de Cristo Jesús.

Es un dejarse ir

es una ruptura con las cuerdas por las cuales
uno manipula, controla, administra,
la fuerza de la propia vida.
El abandonarse es no manejar nada,
no esperar nada,
el abandonarse es recibir todas las cosas
de manera en que uno recibe un regalo
con las manos abiertas,
y el corazón abierto.

El abandonarse es ser dirigido,
no por las necesidades humanas, sino por Dios,
el abandonarse es más que un compromiso,
es no hacer nada para Dios, sino dejar que
todo sea hecho por Dios.

El abandonarse se hace solamente en la
esperanza de que la vida de Dios rodee
todas las cosas,
de que venga su Reino,
de que su voluntad sea cumplida.

Amén.

Eduardo J. Farrell

Lectura de la carta del apóstol san Pablo

a los cristianos de Galacia 4, 22-24. 26-27. 31-5,1

Hermanos:

Está escrito que Abraham tuvo dos hijos: uno de su esclava y otro de su mujer, que era libre. El hijo de la esclava nació según la carne; en cambio, el hijo de la mujer libre, nació en virtud de la promesa.

Hay en todo esto un simbolismo: estas dos mujeres representan las dos Alianzas. La primera Alianza, la del monte Sinaí, que engendró un pueblo para la esclavitud, está representada por Agar.

Pero hay otra Jerusalén, la celestial, que es libre, y ella es nuestra madre. Porque dice la Escritura: ¡Alégrate, tú que eres estéril y no das a luz; prorrumpe en gritos de alegría, tú que no conoces los dolores del parto! Porque serán más numerosos los hijos de la mujer abandonada que los hijos de la que tiene marido.

Por lo tanto, hermanos, no somos hijos de una esclava, sino de la mujer libre. Esta es la libertad que nos ha dado Cristo. Manténganse firmes para no caer de nuevo bajo el yugo de la esclavitud.

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 112, 1-2. 3-4. 5-7 (R.: cf. 2)

R.        Bendito sea el nombre del Señor para siempre.

Alaben, servidores del Señor,

alaben el nombre del Señor.

Bendito sea el nombre del Señor,

desde ahora y para siempre.  R.

Desde la salida del sol hasta su ocaso,

sea alabado el nombre del Señor.

El Señor está sobre todas las naciones,

su gloria se eleva sobre el cielo.  R.

¿Quién es como el Señor, nuestro Dios,

que tiene su morada en las alturas,

y se inclina para contemplar el cielo y la tierra?

El levanta del polvo al desvalido,

alza al pobre de su miseria.  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas   11, 29-32

Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir: «Esta es una generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás. Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será para esta generación.

El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay alguien que es más que Salomón.

El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay alguien que es más que Jonás.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • En la carta a los Gálatas que seguiremos leyendo durante dos días más, el tema que continua apareciendo es la lucha de Pablo contra los judaizantes radicalizados que se aferran a la ley, y por tanto, de modo implícito rechazan el evangelio de Jesús.
  • Como argumento para afianzar su postura, va a utilizar una alegoría, tomando como protagonista a Abraham. Abraham tuvo dos hijos, uno de una esclava, su sirvienta Agar que fue Ismael, y el otro de la mujer libre Sara, de la que, según la promesa, nació Isaac. Estas dos mujeres representan las dos alianzas.
  • Para Pablo, nosotros somos hijos de la libre, no dependemos de la ley antigua porque “para vivir en libertad nos ha liberado Cristo”. No somos hijos de la esclava; por tanto los exhorta a “mantenerse firmes, y sin someterse de nuevo al yugo de la esclavitud”. Para Pablo, volver a seguir servilmente la ley del Antiguo Testamento, es volver a caer en la esclavitud.
  • A los judaizantes que quieren volver a la antigua Alianza, les recuerda que en esa misma escritura estaba el anuncio de la “Nueva Alianza”.
  • Pablo quiere dejar bien claro que la salvación es un don gratuito, un regalo sobrenatural, procedente de una promesa gratuita. No podemos salvarnos por nosotros mismos, «ni por el bien que hacemos», ni por el cumplimiento exacto de la ley.

***

  • Cuando Jesús acababa de exorcizar a un endemoniado, los oyentes le piden un signo. Sin negar su asombro ante este escepticismo, pone frente a ellos la actitud de los ninivitas, que se convirtieron al oír la palabra de Jonás y, aquí hay uno mayor que Jonás y mayor que la misma reina de Saba.
  • Los judíos se sitúan en el plano más externo: necesitan milagros maravillosos para tener fe y convertirse. Exigen pruebas y demostraciones y no se les concederá más que la palabra viva de un Nazareno, que por el poder del Espíritu, con sus gestos y acción liberadora, los invita a la fe. No se les dará ningún otro signo más que el mismo Jesús.
  • La fe a la que invita Jesús se vive en libertad. Cristo proclama que la fe descansa únicamente sobre la confianza puesta en la persona del enviado.
  • El milagro físico tiene verdadera significación si interpela a la persona del testigo. Por eso también, la mayoría de los milagros solicitan la conversión interior y la fe; la solicitan, pero no la dan. El verdadero creyente no pide signos exteriores, porque en la persona misma de Jesús, descubre la presencia y la intervención discreta de Dios.
  • La vida, obra y muerte de Jesús a mano de los hombres, es la señal que debe ser aceptada. Es el Dios que aparentemente fracasa en la persona de Jesús. Es el Dios que muere en Jesús pero que resucita al tercer día. Es el Dios que en Jesús y por Jesús, comparte la suerte de los abandonados, los pobres, los despreciados de la historia. La señal, no es una acción arbitraria y portentosa, porque Dios no violenta la historia. En el crucificado habrá que descubrir al resucitado. No hay fe fuera del misterio de muerte y de resurrección del enviado. Los cristianos seguimos al resucitado por el camino del crucificado.
  • Este rostro sufriente de la hora extrema, de la hora de la Cruz es «misterio en el misterio, ante el cual el ser humano ha de postrarse en adoración». En efecto, «para devolver al hombre el rostro del Padre, Jesús debió no sólo asumir el rostro del hombre, sino cargarse incluso del “rostro” del pecado» San Juan Pablo II.
  • En el anuncio del Evangelio, el verdadero signo que podemos ofrecer es que nuestros gestos demuestren que la palabra, ha sido eficaz en nosotros y nos ha salvado, nos ha liberado y nos hace caminar como hombres nuevos, capaces de amar, de ser misericordiosos, de ser constructores de la paz, y de ser solidarios con los que sufren.

PARA DISCERNIR

  • ¿Qué espero que Dios haga en la historia?
  • ¿Pido signos para mi fe?
  • ¿Doy signos de mi fe?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Creo Señor, aumenta mi fe

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

«Aquí hay uno que es más que Salomón»

…“Dejadme citar un salmo, dicho por el Espíritu Santo a David; decís que se refiere a Salomón, vuestro rey, pero es ciertamente a Cristo a quien se refiere… «Dios mío, confía tu juicio al rey» (Sl 71,1). Porque Salomón llegó a ser rey, vosotros decís que este salmo se refiere a él, siendo así que las palabras del salmo señalan claramente a un rey eterno, es decir, a Cristo. Porque Cristo nos ha sido anunciado como rey, profeta, Dios, Señor, ángel, hombre, jefe supremo, piedra, niño pequeño por su nacimiento, primero como un ser de dolor, después subiendo al cielo, viniendo de nuevo en su gloria con la realeza eterna…

«Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes, para que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud… Que se postren ante él todos los reyes, y que todos los pueblos le sirvan»… Salomón fue un rey grande e ilustre; es bajo su mandato que se ha construido el Templo de Jerusalén, pero queda claro que nada de lo que se dice en el salmo se le dice a él. Todos los reyes no le han adorado, no ha tenido un reino que llegara a los confines de la tierra, sus enemigos no se prosternaron ante él para lamer el polvo…

Salomón no es tampoco «Señor de los ejércitos» (Sl 23,10); es Cristo. Cuando resucitó de entre los muertos y subió al cielo, se ordenó a los príncipes establecidos por Dios en los cielos «abrid las puertas» de los cielos para que «entre el Rey de la gloria», suba «se siente a la derecha del Padre, hasta que haga de sus enemigos estrado de sus pies», como lo dicen otros salmos (23,109). Pero cuando los príncipes de los cielos lo vieron sin belleza, honor, ni gloria en su aspecto (Is 53,2), no le reconocieron y se preguntaban: «¿Quién es ese rey de la gloria?» (Sl 23,8) el Espíritu les contestó: «El Señor, Dios de los ejércitos. Él es el Rey de la gloria». En efecto, no es Salomón, por muy gloriosa que fuera su realeza…, que se ha podido decir de él: «¿Quién es ese Rey de la gloria?»”…

San Justino (hacia 100-160), filósofo, mártir – Diálogo con Trifón

PARA REZAR

Oración del testigo

Es hora de ser tus testigos, Señor del alba.
Es hora de construir juntos la Civilización del amor.
Es hora de salir a las plazas y ciudades como hermanos.
Es hora de hacer del mundo un arco iris de unidad y de color.

Es hora de anunciar la vida desde la vida hecha fiesta.
Es hora de gritar al mundo de los hombres tu salvación.
Es hora de gritar como voceros del alba a hombres y mujeres,
que el Crucificado ha resucitado, y el mundo sabe a redención.

Es hora de vivir en la luz y abrir caminos sin fronteras.
Es hora de darse la mano y hacer un coro grande al sol.
Es hora de decir a los miedosos; no teman, tengan ánimo,
que el mundo, el corazón del mundo, vive en Resurrección.

Es hora de juntarnos como amigos en un solo pueblo.
Es hora de marchar unidos sembrando la paz y el amor.
Es hora de llamar al hombre hermano, hermano mío.
Es hora de vivir en armonía, en lazos de hermandad y comunión.

Que así sea.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo

a los cristianos de Galacia 5, 1-6

Hermanos:

Esta es la libertad que nos ha dado Cristo. Manténganse firmes para no caer de nuevo bajo el yugo de la esclavitud. Yo mismo, Pablo, les digo: si ustedes se hacen circuncidar, Cristo no les servirá de nada. Les vuelvo a insistir: todos los que se circuncidan, están obligados a observar íntegramente la Ley. Si ustedes buscan la justicia por medio de la Ley, han roto con Cristo y quedan fuera del dominio de la gracia.

Porque a nosotros el Espíritu, nos hace esperar por la fe los bienes de la justicia. En efecto, en Cristo Jesús, ya no cuenta la circuncisión ni la incircuncisión, sino la fe que obra por medio del amor.

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 118, 41. 43. 44. 45. 47. 48 (R.: 41a)

R.        Que llegue hasta mí tu misericordia, Señor.

Que llegue hasta mí tu misericordia, Señor,

y tu salvación conforme a tu promesa.  R.

No quites de mi boca la palabra verdadera,

porque puse mi esperanza en tus juicios.  R.

Yo cumpliré fielmente tu ley:

lo haré siempre, eternamente.  R.

Y caminaré por un camino espacioso,

porque busco tus preceptos.  R.

Me deleitaré en tus mandamientos,

que yo amo tanto.  R.

Elevaré mis manos hacia tus mandamientos

y meditaré en tus preceptos.  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas   11, 37-41

Cuando terminó de hablar, un fariseo lo invitó a cenar a su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer.

Pero el Señor le dijo: «¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia. ¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro? Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Los judaizantes incitaban a los cristianos a volver a la práctica de la circuncisión que en la ley de Moisés era obligatoria. Esto era como un símbolo de la vuelta a lo antiguo. Volver a dar importancia a esta norma, que los cristianos prácticamente habían dejado aparte, era el signo de que también se estaba queriendo volver a toda la ley antigua.
  • Para Pablo, vivir con la libertad de los hijos de Dios, es dejarse mover por el Espíritu de Cristo, y no por un legalismo exagerado, que se fiaba más de los méritos que de la gracia de Dios y, que el mismo Jesús ya había criticado en los fariseos.
  • Ahora es de capital importancia para la identidad del cristiano poner la confianza, no en la observancia de las leyes, sino en la fe en Cristo,  en la práctica del amor y en la esperanza de su Espíritu. La salvación no se halla en la fiel observancia de los mandamientos, sino en el amor gratuito y salvador de Dios.
  • Dios no salva al hombre por sus méritos, sino por puro amor al cual nos adherimos por la fe, la esperanza y la caridad. En Cristo, ni la circuncisión, ni la incircuncisión tienen valor: lo que cuenta es la fe que actúa por la caridad.

***

  • Continúa el viaje de Jesús, camino de Jerusalén. Lucas sitúa en este contexto una serie de recomendaciones y episodios. Durante tres días escucharemos sus duras invectivas contra los fariseos. La preocupación farisea por la pureza legal, dividía a la humanidad en “puros” e “impuros”, en judíos y no-judíos, desfigurando el verdadero Rostro de Dios.
  • Jesús confronta al fariseo y a los presentes y los llama a revisar su actitud de vida. Muchos de ellos empleaban la pureza ritual para encubrir los robos, las injusticias y las malas intenciones que cometían diariamente. El pueblo acudía a ellos buscando un juicio justo, la defensa de sus derechos, pero a ellos sólo les interesaba sacar beneficio económico de su servicio.
  • Jesús denuncia, especialmente en los fariseos, una concepción de la vida que apaga la Palabra y le impide alcanzar a los hombres. Jesús cuestiona estas prácticas y muestra cómo son continuadores de una mala tradición que no reconoce el valor del ser humano. La ley por la ley esclaviza, mata, aleja cada vez más la probabilidad de la acción de Dios en nuestros corazones. Lo que verdaderamente mancha, es la maldad interior, que convierte al hombre y a la mujer en injustos respecto de los otros.
  • La práctica cristiana consiste en el mandamiento del amor. El amor es el que hace el corazón puro, no las prácticas rituales vacías de contenido. La pureza interior es el resultado del amor a los demás.
  • Aparece una nueva ley, que no es una ley preceptual que achica la vida y la somete, sino la novedad de la verdadera libertad. Jesús habla de la limosna, considerada por los judíos como una de las obras más excelentes, pero insiste, en la necesidad de un cambio interior y sincero, que sin descuidar las normas de vida comunitaria o cultural, supere el cumplimiento del dar dinero en atención a la prescripción legal, y permita la realización de una sociedad más justa y equilibrada. No alcanza que entreguemos ofrendas en el templo o alguna limosna, si no sentimos en carne propia, el dolor del que sufre la miseria, y descuidamos la práctica de la misericordia y del amor solidario.

PARA DISCERNIR

  • ¿Qué concepto tengo de pureza?
  • ¿Qué relación encuentro entre pureza y caridad?
  • ¿Qué lugar ocupa la limosna en mi camino de fe?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Tu Palabra Señor es mi alegría

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

«El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro?»

…”«Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato». Como veis, nuestros cuerpos son llamados aquí con los nombres de objetos de tierra y frágiles, que una simple caída puede romper. Y los íntimos sentimientos del alma son llamados por expresiones y gestos del cuerpo, tal como lo que encierra el interior de una copa se deja ver por fuera. .. Ved, pues, que no es el exterior de una copa o de un plato lo que nos ensucia el interior.

Como buen maestro, Jesús os ha enseñado cómo limpiar las manchas de nuestro cuerpo, diciendo: Más bien dad como limosna lo que tenéis y todo le demás será puro en vosotros». ¡Veis bien cuántos remedios hay! La misericordia nos purifica. La palabra de Dios también nos purifica, tal como está escrito: «Vosotros estáis ya  limpios gracias a la palabra que os he anunciado» (Jn 15,3)…

Es el punto de partida de un buen pasaje: el Señor nos invita a buscar la simplicidad y condena el estar ligado a lo que es superfluo y ramplón. Los fariseos, a causa de su fragilidad, son comparados, y no sin razón, a la copa y al plato: observan escrupulosamente puntos que no tienen ninguna utilidad para nosotros, y olvidan aquello donde se encuentra el fruto de nuestra esperanza. Cometen, pues, una gran falta, despreciando lo mejor. Y sin embargo, también a esta falta se le ha prometido el perdón si viene detrás de la misericordia y la limosna”…

San Ambrosio (hacia 340-397), obispo de Milán y doctor de la Iglesia – Comentario

PARA REZAR

Oración para la acción

Señor, danos la sabiduría
que juzga desde arriba y ve a lo lejos
danos el Espíritu que omite
lo insignificante en favor de lo esencial.

Enséñanos a serenarnos
frente a la lucha y a los obstáculos
y a proseguir en la fe, sin agitación
el camino por tí trazado.

Danos una actividad serena
que abarque con una visión
unitaria, la totalidad.

Ayúdanos a aceptar la crítica
y la contradicción
Haz que sepamos evitar
el desorden y la dispersión.

Que amemos todas las cosas
juntamente contigo
Oh Dios, fuente de ser,
únenos a Ti y a todo lo que te converge
hacia la alegría y la eternidad

Amén.

Padre Ignacio Larrañaga

Lectura de la carta del apóstol san Pablo

a los cristianos de Galacia 5, 18-25

Pero si están animados por el Espíritu, ya no están sometidos a la Ley.
Se sabe muy bien cuáles son las obras de la carne: fornicación, impureza y libertinaje, idolatría y superstición, enemistades y peleas, rivalidades y violencias, ambiciones y discordias, sectarismos, disensiones y envidias, ebriedades y orgías, y todos los excesos de esta naturaleza. Les vuelvo a repetir que los que hacen estas cosas no poseerán el Reino de Dios.

Por el contrario, el fruto del Espíritu es: amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y temperancia. Frente a estas cosas, la Ley está de más, porque los que pertenecen a Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y sus malos deseos.

Si vivimos animados por el Espíritu, dejémonos conducir también por él.

Palabra de Dios

SALMO                           Sal 1,1-2.3.4.6.

R.        El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.

Dichoso el hombre

que no sigue el consejo de los impíos,

ni entra por la senda de los pecadores,

ni se sienta en la reunión de los cínicos;

sino que su gozo es la ley del Señor,

y medita su ley día y noche. R.

Será como un árbol

plantado al borde de la acequia:

da fruto en su sazón

y no se marchitan sus hojas;

y cuanto emprende tiene buen fin. R.

No así los impíos, no así;

serán paja que arrebata el viento.

Porque el Señor protege el camino de los justos,

pero el camino de los impíos acaba mal. R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas   11, 42-46

« ¡Ay de ustedes, fariseos, que pagan el impuesto de la menta, de la ruda y de todas las legumbres, y descuidan la justicia y el amor de Dios! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello.

¡Ay de ustedes, fariseos, porque les gusta ocupar el primer asiento en las sinagogas y ser saludados en las plazas!

¡Ay de ustedes, porque son como esos sepulcros que no se ven y sobre los cuales se camina sin saber!»

Un doctor de la Ley tomó entonces la palabra y dijo: «Maestro, cuando hablas así, nos insultas también a nosotros.»

El le respondió: « ¡Ay de ustedes también, porque imponen a los demás cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni siquiera con un dedo!»

Palabra del Señor

PARA REFLEXIONAR

  • Terminamos hoy la lectura de la carta a los Gálatas en la que Pablo presenta las «obras de la carne» y los «frutos del Espíritu».
  • Al hablar de «libertad» y al relativizar «las obras de la ley», Pablo, lejos de proponer una conducta más ligera, invita a la fe en Cristo, y la apertura a su gracia que son muy exigentes para el que las acepta. Una comprensión equivocada de la noción de libertad podría conducir a otra esclavitud: la de la carne.
  • Para Pablo, la palabra «carne» designa la naturaleza frágil del hombre, la mentalidad meramente humana especialmente los deseos egoístas, la falta de control y los fallos en la relación con los demás, que se oponen a su verdadera vocación. La carne se opone al amor auténtico, como demuestra la lista de sus obras.
  • En cambio, el fruto del Espíritu es el amor y sus signos que son el gozo y la paz, y sus manifestaciones que se presentan como la paciencia, la bondad, la benevolencia. La fe y la humildad son las que permiten la acogida de esta gracia.
  • Se conoce que el discípulo camina según el Espíritu cuando vive con alegría, con amabilidad, con dominio de sí.
  • La libertad dada por Cristo, concedida y no merecida servirá para amar más. La ley entera encuentra su cumplimiento en esta única palabra: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo».

***

  • La ley estaba hecha para permitir una convivencia social armoniosa y para que se evitara el crecimiento descontrolado de la brecha entre ricos y pobres, ignorantes e instruidos, piadosos y pecadores. Pero esta ley, muchas veces manipulada por autoridades inescrupulosas, religiosas, judías y romanas, se convirtió en una carga pesada e inútil, que  oprimía al pueblo en nombre de Dios. Los fariseos quieren aparecer como irreprochables, para ser honrados y estimados como piadosos.
  • Lucas nos presenta tres acusaciones muy duras de Jesús contra los fariseos, y una contra los doctores de la ley, que se la buscaron metiéndose en la conversación: pagan los diezmos hasta de las verduras más baratas, pero luego descuidan: «el derecho y el amor de Dios»; «les encantan los asientos de honor», «son como tumbas sin señal» que por fuera, parecen limpias, y por dentro sólo tienen la corrupción de la muerte.
  • Jesús se rebela contra este modo de presentar la ley; confrontándolos con lo central de la palabra de Dios que es la justicia y la misericordia. No hay convivencia posible entre el cumplimiento de la ley y la práctica de la injusticia. No se puede ser un hombre religioso siendo inmisericorde con el humilde.
  • Si Jesús echa en cara a fariseos y escribas su pecado, es para moverlos a conversión. El discípulo de Jesús, debe valorar las cosas según el querer de Dios y dar importancia a las cosas, más allá de su propia conveniencia. Debe centrar su esfuerzo y preocupación en lo fundamental: el amor a Dios y el amor al hermano manifestados en una vida justa.
  • La verdadera justicia no consiste en el conocimiento puntilloso de la ley, echando cargas sobre los hombros de los demás, sino en ayudar a los «pobres» a llevar su propia carga.
  • Es necesario que el discípulo, viva en una constante purificación de sus motivaciones, para que el encuentro con Dios, se realice en la autenticidad de una existencia, vivida conforme al querer de Dios.
  • Los intereses personales y egoísmos, bajo el manto de la religiosidad vician la raíz de la propia vida, y nos colocan a nosotros y a los que toman contacto con nosotros, en un camino que, en lugar de acercar a Dios, aleja de Él.
  • Además de obras de caridad, es necesario que el discípulo no olvide la justicia y el amor de Dios. La fe no es un concepto bellamente dicho para hacer comprender a los demás; sino la responsabilidad de ayudar a vivir al hermano. No podemos creer que ya estamos salvados por haber ayudado ocasionalmente a nuestro prójimo, o por haber anunciado el Nombre del Señor, sin un compromiso real en la transformación del mundo.

PARA DISCERNIR

  • ¿Qué considero importante en mi camino de fe?
  • ¿Experimento la justicia como una necesidad para expresar mi vivencia cristiana?
  • ¿Qué criterios iluminan mi relación con Dios y con los demás?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Ven Espíritu Santo y renuévanos

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…”La respuesta del hombre a la gracia estará representada por la sumisión de su persona a la acción del Espíritu de Dios. No hace falta martirizarnos el cerebro para saber qué privaciones imponernos. El dominio de nuestra propia persona constituye un programa suficiente. En vez de ir más allá de las exigencias de Dios, es mejor realizar con sencillez de corazón lo que se nos pide hoy. Es posible que, de una manera inconsciente, nuestro corazón prefiera ciertas exigencias ideales a las del hoy. Mientras que se nos pide seguir con paciencia un camino tras las huellas de Dios, nosotros rechazamos la abundancia de los dones y preferimos estériles repliegues sobre nosotros mismos; preferimos mirar nuestro pecado en vez del incomprensible perdón de Dios; preferimos buscar nosotros solos remedios a nuestro mal íntimo, cuando Dios nos presenta estos remedios a través de los medios de la gracia ofrecidos en la Iglesia.

En el camino hacia el dominio de nosotros mismos es importante fijar nuestra propia mirada no tanto en los detalles, en los progresos o en los retrocesos como en el fin: Cristo Jesús. De otro modo, al tomar los medios por el fin, llegaremos a meditar más sobre el hombre que sobre Dios, y a afligirnos por nuestro pecado en vez de experimentar un estupor siempre renovado ante el perdón de Dios. ¿Debemos temer acaso que la disciplina interior nos conduzca a actitudes falsas, como el formalismo o el deseo de la perfección por sí misma? Es preciso hacer frente a estos peligros, sin quedarnos, no obstante, inmóviles, permitiendo que el miedo nos aprese ni que nos marque el paso. El equilibrio del cristiano se puede comparar al de un hombre que camina sobre el filo de una navaja. Sólo Dios puede mantener firme en su marcha al que acepta el riesgo cristiano: el de correr hacia Cristo. El formalismo es la costumbre. En ella sucumbe cada día aquel cuya disciplina espiritual ya no es movida por el amor a Cristo y al prójimo

R. Schutz – Vivir en el hoy de Dios, Estela, Barcelona.

PARA REZAR

En medio de un mundo,

donde la gente tiene hambre y sed…

Adoremos a Dios

que alimenta a quienes tienen hambre.

En medio de un mundo,

donde la gente sufre abuso y es oprimida…

Adoremos a Dios

que nos llama a la compasión y la justicia.

En medio de un mundo,

plagado de guerras y rumores de guerras…

Adoremos a Dios

que quiere nada menos que la paz para el mundo.

En medio de un mundo,

con vacío espiritual…

Adoremos a Dios

que le da sentido a la vida.

Adoremos a Dios

cuya gracia y cuyo amor no tienen fin.

Fuente: Red Crearte.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo

a los cristianos de Efeso    1,1-10

Pablo, apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús, que residen en Éfeso.

Les deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.

El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Este es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.

Palabra de Dios

SALMO           Sal 97,1-6

R: El Señor da a conocer su victoria.

Cantad al Señor un cántico nuevo,

porque ha hecho maravillas:

su diestra le ha dado la victoria,

su santo brazo. R.

El Señor da a conocer su victoria,

revela a las naciones su justicia:

se acordó de su misericordia y su fidelidad

en favor de la casa de Israel. R.

Los confines de la tierra han contemplado

la victoria de nuestro Dios.

Aclamad al Señor, tierra entera;

gritad, vitoread, tocad. R.

Tañed la cítara para el Señor,

suenen los instrumentos:

con clarines y al son de trompetas,

aclamad al Rey y Señor. R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas   11, 47-54

Dijo el Señor:

« ¡Ay de ustedes, que construyen los sepulcros de los profetas, a quienes sus mismos padres han matado! Así se convierten en testigos y aprueban los actos de sus padres: ellos los mataron y ustedes les construyen sepulcros.

Por eso la Sabiduría de Dios ha dicho: Yo les enviaré profetas y apóstoles: matarán y perseguirán a muchos de ellos. Así se pedirá cuenta a esta generación de la sangre de todos los profetas, que ha sido derramada desde la creación del mundo: desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que fue asesinado entre el altar y el santuario. Sí, les aseguro que a esta generación se le pedirá cuenta de todo esto.

¡Ay de ustedes, doctores de la Ley, porque se han apoderado de la llave de la ciencia! No han entrado ustedes, y a los que quieren entrar, se lo impiden.»

Cuando Jesús salió de allí, los escribas y los fariseos comenzaron a acosarlo, exigiéndole respuesta sobre muchas cosas y tendiéndole trampas para sorprenderlo en alguna afirmación.

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Durante más de dos semanas leeremos la carta que escribió Pablo a los cristianos de Efeso que era la capital de la provincia romana de Asia, famosa por su cultura, su comercio y sus templos paganos.
  • Pablo en su segundo y tercer viaje había evangelizado aquella ciudad. Esta carta la escribe desde Roma, entre los años 61 y 63, es decir, durante su primera cautividad.
  • El pasaje de hoy reproduce la «bendición» con la que Pablo abre su epístola. Esta bendición se inspira probablemente en una oración del ritual judío para cada día.
  • Pablo les presenta cuál es el plan salvador de Dios Padre y sobre todo la riqueza del misterio de Cristo y de la Iglesia, su comunidad.
  • Todo es iniciativa de Dios, que nos ha predestinado desde la eternidad a ser sus hijos, a ser salvados por Cristo. Estamos unidos a su Hijo Jesús, en quien Dios piensa «recapitular todas las cosas del cielo y de la tierra». Bendecimos a Dios, porque Él nos ha bendecido antes con toda clase de bendiciones, en Cristo Jesús.
  • La expresión «en Cristo» significa la mediación por la que las bendiciones del Padre se realizan. La redención o «remisión de los pecados», es la posibilidad ofrecida a todo hombre unido a Cristo. El gran don es Cristo que nos obtiene por su sangre la redención, el perdón de nuestras faltas. Esta es la prueba de la gratuidad.

***

  • Desde antiguo, por boca de los profetas Dios había mostrado su rechazo a quienes en su nombre, en medio del pueblo de la Alianza, promovían la injusticia, desdibujando el auténtico rostro de Dios. Muchos pastores, dirigentes del pueblo y falsos profetas con sus actitudes, sus normas y preceptos humanos contradecían la bondad y la justicia de Dios.
  • La misión de los profetas en su tiempo consistía en enfrentarlos y  desenmascararlos públicamente. Siempre la profecía estuvo marcada por su incomodidad; para el que recibe el don, por la violencia interna que le causa; y para los interlocutores porque se sienten interpelados.
  • Por eso, frecuentemente, los contemporáneos del profeta pretenden condenarlo al silencio, lo calumnian, lo desacreditan, así hasta que muere. Llega entonces el momento de erigirle el sepulcro y de organizarle homenajes, cuando ya no molesta.
  • Jesús les echa en cara esta actitud hipócrita y siguiendo la línea profética, en el marco de una cena en casa de un fariseo, descubre y maldice a todos aquellos que se empeñan en hacer de Dios, un objeto que se puede manipular a conveniencia. Los mismos que condenaban la idolatría, llevaban a los hombres de buena fe a adorar un Dios que no era el verdadero.
  • Jesús critica de modo frontal la corriente de los fariseos y legistas que han puesto la ley como único absoluto. No se puede hacer de la norma un absoluto, sin correr el riesgo de deformar el auténtico rostro del Dios de la justicia y la misericordia. Tampoco se puede poner la ley por encima del hombre sin hacer de él, un ser deshumanizado y deshumanizante.
  • Hay una radical incompatibilidad entre la práctica farisea y el modo de encarar la vida y la fe de Jesús. Para Jesús caminar en la fe, es vivir desde el amor, que lleva a la libertad. Vivir la fe es dar espacio y cabida para todos, sin hacer distinción de personas. Los fariseos viven una práctica de sometimiento y apegados a las normas, excluyen y desprecian a la mayoría, por incumplidores de unas leyes que ellos mismos inventaron.
  • La tentación del fariseísmo está siempre latente y muchas veces nos encontramos involucrados en actitudes propias de estos hombres, justificando en las normas y preceptos nuestras omisiones, o acomodando el evangelio a nuestra conveniencia.
  • Por eso este mensaje es también dirigido a todos los hombres y mujeres, que pretenden acaparar la verdad y sujetar el amor, cerrándose al evangelio de la justicia y del derecho de los más pobres.
  • “No hay cosa más peligrosa que juzgar las cosas de Dios con los discursos humanos”. San Juan Crisóstomo

PARA DISCERNIR

  • ¿Nos sentimos propietarios de la verdad?
  • ¿Exigimos lo que no vivimos?
  • ¿Nos creemos los únicos que tenemos razón en todas las discusiones?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Tu amor Señor permanece para siempre

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…”Qué significa «antes de la creación del mundo»? Significa que todavía no había nada: no existía el cielo, no existía la tierra y tampoco existía yo. Pero existía él, que pensaba ya en mí y me envolvía con su amor. Pensó en mí desde siempre y me amó desde siempre: el amor de Dios por mí es eterno. Es un pensamiento que da vértigo. No había todavía nada, pero existía ya, en el origen primigenio de las cosas, una ternura infinita que me envolvía: ahora se complace en mí, porque al verme ve a su Hijo y dice: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco» (Mc 1,11). Al principio no había nada y él amó esta nada. Es esta nada la que fundamenta la gratuidad de su amor. El Señor me amó por nada, sin porqué. Lo ha dicho de una manera estupenda santo Tomás: «La raíz última del amor de Dios está en su gratuidad». Me ama por nada. Esto va unido a otro principio enunciado también por santo Tomás: «No me ama porque yo sea bueno, sino que me hace bueno al amarme». Es ésta una certeza que da a nuestro corazón una gran paz y una gran fuerza. Si Dios me amara por algo, siempre podría pensar que, si este algo dejara de existir, dejaría de amarme. Sin embargo, los cielos y la tierra pueden hundirse, pero no así el amor de Dios, nunca. Es un amor que no se rinde nunca, ya que está fundado sobre la nada. El amor de Dios no supone nada en mí y me transforma. La santidad depende por completo del creer que somos amados de este modo y de nuestro abandono a este amor. Yo soy una pobre y frágil criatura, soy nada, pero sobre esta nada se posa la mirada de Dios, se posa su amor. Y la nada florece ante él porque su amor realiza en mí maravillas. Es un amor omnipotente, que se derrama sobre el abismo de mi miseria y realiza grandes cosas”…

M. Magrassi, Amar con el corazón de Dios, Cinisello B. 1983.

PARA REZAR

Te confieso, Señor,

que mis conocimientos teóricos

sobre ti van aumentando,

pero mis actitudes no se parecen más a las tuyas.

No es que todo me sea indiferente,

pero me comprometo poco por ti.

Sé perfectamente que Tú

no me examinarás de teoría,

sino de amor solidario;

sin embargo, no termino de arrancar.

Confío en que las actividades

de mis hermanos en la fe y,

sobre todo, sentirte cercano

me ayuden a salir de esta situación.

¡Señor, que no quede todo en una idea más!

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo      4, 10-17b

Querido hermano: Haz lo posible para venir a verme cuanto antes, pues Dimas, prefiriendo las cosas de este mundo, me ha abandonado y ha partido a Tesalónica. Crescencio se fue a Galacia, y Tito, a Dalmacia. El único que me acompaña es Lucas. Trae a Marcos contigo, porque me será muy útil en mis tareas. A Tíquico lo envié a Efeso. Cuando vengas, tráeme el abrigo que dejé en Tróade, en la casa de Carpo. Tráeme también los libros y especialmente los pergaminos.

Alejandro, el herrero, me ha hecho mucho daño. El Señor le dará su merecido. Cuídate de él, pues se ha opuesto tenazmente a nuestra predicación. La primera vez que me defendí ante el tribunal, nadie me ayudó. Todos me abandonaron. Que no se les tome en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, por mi medio, se proclamara claramente el mensaje de salvación y lo oyeran todos los paganos.

Palabra de Dios.

SALMO 144

R: Señor, que todos tus fieles te bendigan.

Que te alaben, Señor, todas tus obras

y que todos tus fieles te bendigan.

Que proclamen la gloria de tu Reino

y den a conocer tus maravillas. R.

Que muestren a los  hombres tus proezas,

el esplendor glorioso de tu reino.

Tu Reino, Señor, es para siempre

y tu dominio eterno. R.

Siempre es justo el Señor en sus designios

y están llenas de amor todas sus obras.

No está lejos de aquéllos que lo buscan;

muy cerca está el Señor de quien lo invoca. R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas                              10, 1-9

En aquel tiempo, Jesús designó a otros setenta y dos discípulos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir, y les dijo: «La cosecha es mucha y los trabajadores pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos. Pónganse en camino; yo los envío como corderos en medio de lobos. No lleven ni dinero, ni morral, ni sandalias y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa  digan: “Que la paz reine en esta casa”. Y si allí hay gente amante de la paz, el deseo de paz de ustedes se cumplirá; si no, no se cumplirá. Quédense en esa casa. Coman y beban de lo que tengan, porque el trabajador tiene derecho a su salario. No anden de casa en casa. En cualquier ciudad donde entren y los reciban, coman lo que les den. Curen a los enfermos que haya y díganles: “Ya se acerca a ustedes el Reino de Dios”».

Palabra del Señor

PARA REFLEXIONAR

  • Celebramos a San Lucas, el evangelista que en Jesús nos transmite el rostro visible de un Dios misericordioso. Sólo Lucas nos presenta las parábolas del buen samaritano y del hijo pródigo. Sólo Lucas nos transmite algunos rasgos de María y nos lleva de la mano por la infancia de Jesús. La Iglesia hoy nos presenta en el Evangelio las características centrales del apóstol de Cristo.
  • El apóstol es, en primer lugar, el que ha sido llamado por el Señor, designado por Él mismo, con vista a ser enviado en su nombre. Jesús decide nombrar a otros setenta y dos, número de las naciones paganas de la tierra. Estos seguidores no son de origen judío, sino samaritano, eslabón intermedio entre Israel y el mundo pagano. Y a ellos Jesús les da, como a los doce, básicamente las mismas instrucciones, con algunos añadidos especiales.
  • La misión estará asediada de peligros y adversarios, por eso los envía como corderos, un animal manso, sumiso, entre lobos feroces; que es la imagen de la resistencia que encontrarán en el mundo, al mensaje del evangelio. Por la predicación evangélica se espera que la profecía de Isaías, en la cual “el lobo habitará con el cordero” se cumpla y aparezca una nueva humanidad.
  • Igual que los doce, no deben llevar ni bolsa, ni alforja, ni sandalias; deben ir por el mundo, descalzos y sin provisiones. El apóstol, por haber sido llamado por el Señor,  es aquel que depende totalmente de Él.
  • La misión es urgente. Son portadores de paz en el sentido pleno que tiene esta palabra. Para el hebreo, la paz mesiánica, es sinónimo de armonía, progreso, bienestar, desarrollo y todo aquello que hace la vida más plenamente humana.
  • En cada pueblo aceptarán la invitación y compartirán la mesa que le ofrezcan. También curarán a los enfermos como signo de la llegada del reino de Dios.
  • Lo que importa no es el lujo o la comodidad, sino la acogida fraterna. A quienes no los acojan los deben considerar como paganos, anunciándoles igualmente la presencia del reino de Dios.
  • San Lucas, en el modo de transmitir el evangelio de Jesús se acerca muy bien a la realidad de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, a menudo heridos en el camino, «como aquel que encontró el samaritano», o hijos arrepentidos que se han ido de la casa paterna, o discípulos desanimados que buscan refugio en su Emaús de siempre. A todos éstos, Lucas los invita a dejarse amar misericordiosamente y a anunciar que Cristo está vivo en su Iglesia.

PARA DISCERNIR

  • ¿Soy testigo de la misericordia de Dios?
  • ¿Descubro la presencia de Dios en la sencillez de la vida de cada día?
  • ¿Me siento interpelado por las exigencias de la vocación apostólica?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Danos un oído de discípulo y un corazón misionero

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

San Lucas, evangelista, «servidor de la Palabra» (Lc 1,2)

…”Toda palabra de Cristo es buena, tiene su misión y su finalidad, no cae en tierra. Es imposible que él haya pronunciado jamás palabras efímeras, él, que es el Verbo de Dios, expresando según su buen parecer los profundos consejos y la santa voluntad del Dios invisible. Es buena toda palabra de Cristo. Aunque sus proposiciones nos hayan sido transmitidas por gente ordinaria, podemos estar ciertos que nada de lo que se ha conservado –tanto si se trata de palabras dirigidas a un discípulo o a un contradictor, como si se trata de advertencias, pareceres, correcciones, palabras de consuelo, persuasión o condenación- nada de todo eso no tiene un significado puramente accidental, un alcance limitado o parcial…

Por el contrario, todas las palabras sagradas de Cristo, aunque revestidas de forma temporal y ordenadas a un fin inmediato -por esto mismo difíciles de liberarse de lo que en ellas mismas hay de momentáneo y contingente- no por ello dejan de conservar toda su fuerza en cada época. Permaneciendo en la Iglesia están destinadas a seguir siendo válidas en el cielo (cfr Mt 24,35) y se prolongan hasta la eternidad. Son nuestra regla santa, justa y buena la «lámpara para nuestros pasos, luz en nuestros senderos» (Sl 118, 105), tan plena e íntimamente válidas para nuestro tiempo que cuando fueron pronunciadas.

Esto hubiera sido igualmente verdad si, con una sencilla atención humana, alguien hubiera recogido las migajas de la mesa de Cristo. Pero nosotros tenemos una seguridad mucho mayor porque lo recibimos no de los hombres sino de Dios (1Tes 2,13). El Espíritu Santo, que glorificó a Cristo y dio a los evangelistas la inspiración de escribir, no trazó para nosotros un Evangelio estéril. Alabado sea por haber escogido y salvaguardado para nosotros las palabras que debían ser particularmente útiles para el porvenir; palabras que servirían de ley a la Iglesia para la fe, la moral y la disciplina. No una ley escrita sobre tablas de piedra (Ex 24,12), sino una ley de fe y de amor, de espíritu y no de letra, (Rm 7,6), una ley para los corazones generosos que aceptan «vivir de toda palabra», por humilde y modesta que sea, «que sale de la boca de Dios»”… (Dt 8,3; Mt 4,4).

Cardenal John Henry Newman (1801-1890), presbítero, fundador de comunidad religiosa, teólogo – Sermón «The Good Part of Mary», PPS, III 22

PARA REZAR

Supimos de tu amor y decidimos seguirte

Éramos aún niños
cuando supimos de tu amor
y decidimos seguirte.
Han pasado muchos años
y aquí seguimos, Señor, en el camino.
Desde el comienzo nos conmovió tu amor crucificado.
Allí supimos que Tú no eres un Dios impasible y lejano;
por liberarnos diste tu vida,
tu amor no es regalo de rico que no cuesta nada.

Al ver a Jesús ajusticiado
supimos de golpe que el mundo no marcha bien.
Jesús en el suplicio se convirtió desde entonces
en la gran pregunta.
Viéndole llegamos a sospechar que nuestra felicidad
no expresaba la verdad de la vida.
Mirándole morir de tan mala manera,
comprendimos que nuestra existencia
no podía limitarse a cumplir los deberes que asigna la sociedad,
viviendo con todos en paz.

Si a ti te condenaron,
¿por qué a nosotros nos honran los amos del mundo?
¿Acaso se han convertido y buscan la justicia por la que tú diste la vida?
¿O somos nosotros quienes nos convertimos en sus servidores?

Tu amor nos empujó a salir de nuestra casa,
dejamos el camino habitual para encontrarnos contigo
en los pobres; quisimos sencillamente ayudar.
Poco a poco comprendimos
que el amor es entre iguales y tuvimos que elegir;
habíamos descubierto un tesoro
y no nos pesó venderlo todo para comprarlo.

Entonces nos nacieron nuevos ojos:
el mundo de los pobres no era la orilla de la ciudad;
los pobres son los pilares invisibles que la sostienen;
los pobres son las manos que nos mantienen;
los pobres son, en realidad, los oprimidos.

Habíamos descubierto
la miseria de nuestra grandeza,
ese era el pecado del mundo:
nunca fuimos bienhechores,
siempre fuimos ladrones o cómplices.

Entonces dejamos la ofrenda ante el altar
y corrimos a reconciliarnos con ellos.
Comprendimos que el pueblo era el cordero
que carga el pecado del mundo;
sólo él podrá convertirse en el cordero de Dios
que quita el pecado del mundo;
sólo él podrá convertirse el cordero de Dios
que quita el pecado del mundo.
En él se completa, Señor, la pasión de tu Hijo;
en él es juzgado el mundo y en su lucha,
el Príncipe de este mundo es arrojado fuera.

Éramos aún niños
cuando supimos de tu amor
y decidimos seguirte.
Aquí seguimos, Señor.
Ahora sabemos del bien y del mal.
No somos justos que te piden recompensa,
somos los pecadores que necesitan perdón.
Desde el comienzo nos conmovió tu amor crucificado.
Ahora estamos metidos en su camino histórico
de muerte y resurrección.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo

a los cristianos de Efeso     1, 15-23

Hermanos:

Habiéndome enterado de la fe que ustedes tienen en el Señor Jesús y del amor que demuestran por todos los hermanos, doy gracias sin cesar por ustedes, recordándolos siempre en mis oraciones.

Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les conceda un espíritu de sabiduría y de revelación que les permita conocerlo verdaderamente. Que él ilumine sus corazones, para que ustedes puedan valorar la esperanza a la que han sido llamados, los tesoros de gloria que encierra su herencia entre los santos, y la extraordinaria grandeza del poder con que él obra en nosotros, los creyentes, por la eficacia de su fuerza.

Este es el mismo poder que Dios manifestó en Cristo, cuando lo resucitó de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, elevándolo por encima de todo Principado, Potestad, Poder y Dominación, y de cualquier otra dignidad que pueda mencionarse tanto en este mundo como en el futuro.

El puso todas las cosas bajo sus pies y lo constituyó, por encima de todo, Cabeza de la Iglesia, que es su Cuerpo y la Plenitud de aquel que llena completamente todas las cosas.

Palabra de Dios.

SALMO     Sal 8, 2-3a. 4-5. 6-7 (R.: 7)

R. Diste dominio a tu Hijo sobre la obra de tus manos.

¡Señor, nuestro Dios,

qué admirable es tu Nombre en toda la tierra!

Quiero adorar tu majestad sobre el cielo:

con la alabanza de los niños y de los más pequeños. R.

Al ver el cielo, obra de tus manos,

la luna y la estrellas que has creado:

¿qué es el hombre para que pienses en él,

el ser humano para que lo cuides? R.

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,

lo coronaste de gloria y esplendor;

le diste dominio sobre la obra de tus manos,

todo lo pusiste bajo sus pies. R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas   12, 8-12

Jesús dijo a sus discípulos:

«Les aseguro que aquel que me reconozca abiertamente delante de los hombres, el Hijo del hombre lo reconocerá ante los ángeles de Dios. Pero el que no me reconozca delante de los hombres, no será reconocido ante los ángeles de Dios.

Al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.

Cuando los lleven ante las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir, porque el Espíritu Santo les enseñará en ese momento lo que deban decir.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • La comunidad de Éfeso es famosa por su fe y su amor a todos, lo que a Pablo llena de satisfacción. Pablo adecuándose a las leyes tradicionales de la acción de gracias judía, en su oración, pide que Dios les conceda sabiduría para conocerlo mejor.
  • Este don sobrenatural ya conocido por los sabios del Antiguo Testamento es ampliado porque ya no es solamente la práctica de la ley ni una explicación del mundo. Pablo sabe muy bien que hay una manera de conocimiento de Cristo que no depende del hombre, sino del don de Dios, del regalo de un espíritu de sabiduría y de revelación que, iluminando los ojos del corazón, hace comprender la esperanza a la que somos llamados, las riquezas sin medida de su herencia para con nosotros, los creyentes.
  • Esta sabiduría es esperanza, porque es la confianza en que el Dios de Jesucristo está obrando en la historia.
  • Este poder de Dios no está reservado sólo para el futuro, sino que desde ahora ha puesto a Cristo como cabeza de todos los seres en el misterio mismo de la Iglesia.
  • La Iglesia está indisolublemente unida a Cristo, como un cuerpo a su cabeza. La Iglesia es esa unidad primordial de la que surgen las gracias y los dones de Cristo que El reserva para toda la humanidad.

***

  • Jesús continúa la instrucción tanto a sus discípulos de modo particular, como a la gente en general en su subida a Jerusalén. Esta vez lo hará mostrando la radicalidad que implica el seguimiento. Optar por Jesús no se puede reducir al ámbito íntimo del corazón, necesariamente tiene que manifestarse, verse también exteriormente.
  • Esta toma de posición, tiene repercusiones no sólo en esta vida sino en la vida eterna. El discípulo que lo reconozca será reconocido por él delante de la presencia misma del Padre.
  • La  libertad  de Jesús frente a las prácticas legales,  el cuestionamiento de ciertas prácticas sin contenido, la invitación a cuidarse de la levadura de los fariseos, buscan que sus discípulos puedan experimentar y vivir la novedad del Reino con un corazón nuevo. El seguidor, con la experiencia de una conciencia liberada, vivirá y trasmitirá una experiencia religiosa que libera y humaniza.
  • Creer y seguir a Jesús no es sólo un acto de aceptación verbal; sino, ante todo, un acto de identificación y adhesión a su propuesta: creer en lo que Él creyó y amar a quienes Él amó.
  • La certeza de la presencia del Espíritu Santo, nos da la seguridad necesaria para enfrentar los desafíos y dificultades que encontramos en su concreción. La blasfemia contra el Espíritu Santo se presenta aquí en los que, viendo la luz, la niegan, y no quieren ser perdonados ni salvados. Son ellos mismos los que se excluyen del perdón y la salvación.
  • Vivir en cristiano es hacer que la fe sobrepase nuestro ámbito interior, para que su influencia testimonial llegue al contexto en que vivimos. Para este camino que no es fácil, necesitamos la ayuda de la gracia. Jesús nos asegura el amor de Dios y el auxilio eficaz de su Espíritu. Además Él mismo saldrá fiador a favor nuestro en el momento decisivo. No se dejará ganar en generosidad, si nosotros hemos sido valientes en nuestro testimonio, si no hemos sentido vergüenza en mostrarnos cristianos en nuestro ambiente.

PARA DISCERNIR

  • ¿Me animo a dar testimonio en mi ambiente?
  • ¿Experimento el haber sido liberado?
  • ¿Confío en la presencia del Espíritu que me sostiene?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Quiero testimoniarte Señor

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

«Si uno se pone de mi parte ante los hombres, también el Hijo del hombre se pondrá de su parte»

El más admirable de los mártires ha sido el obispo Policarpo. Primeramente, en cuanto supo todo lo que había sucedido, no se inquietó sino que quiso permanecer en la ciudad. Bajo la insistencia de la mayoría, acabó alejándose de ella. Se retiró a una pequeña propiedad situada no lejos de la ciudad y permaneció en ella algunos días con algunos compañeros. Noche y día oraba insistentemente por todos los hombres y por todas las iglesias del mundo entero, lo cual era su costumbre habitual…

Unos policías, a pie y a caballo, armados como si se tratara de correr detrás de un bandido, se pusieron en marcha. Ya tarde llegaron a la casa en la que se encontraba Policarpo. Éste estaba acostado en una pieza de la planta superior; desde allí hubiera podido escapar a otra propiedad. Pero no quiso; se limitó a decir: «Que se cumpla la voluntad de Dios». Al oír la voz de los policías, bajo al piso inferior y se puso a hablar con ellos. Éstos quedaron admirados por la avanzada edad y la serenidad de Policarpo: no podían comprender por qué habían tenido que gastar tantas energías para coger a un anciano como él. Policarpo se apresuró, a pesar de la hora avanzada, a servirles algo para comer y beber, tanto como desearon. Tan sólo les pidió le concedieran una hora para orar libremente. Ellos se lo concedieron y se puso a orar de pie, mostrando ser un hombre lleno de la gracia de Dios. Y así, durante dos largas horas, sin parar, oró en voz alta. Los que le escuchaban estaban llenos de estupor; muchos de ellos lamentaban haberse puesto en camino contra un hombre tan santo.

Cuando hubo terminado su oración, en la que recordó a todos los que había conocido durante su larga vida, pequeños y grandes, gente ilustre y gente sencilla, y a toda la Iglesia extendida por el mundo entero, había llegado la hora de partir. Le hicieron subir a un asno y le condujeron a la ciudad de Esmirna. Era el día del gran sábado.

Carta de la Iglesia de Esmirna sobre sus mártires (hacia 155)

PARA REZAR

Creo en un Dios que sin límites me ama,
que vino a darnos luz, como nos da el sol, cada mañana.
Creo en un Dios que penetra mi pensamiento,
que se mete en mi corazón y conoce mis sentimientos.
Comunidad:
Creo en un Dios que sabe todo lo que me pasa,
que sufre y ríe conmigo, que me sostiene y que me abraza.
Creo en un Dios que en mí ve lo bueno,
que perdona lo malo y me hace un ser nuevo.
Creo en un Dios que es verdad y es camino,
que es pan y que es agua, alimento de peregrinos.
Creo en un Dios que es humano y es divino,
que está en el cielo y a la vez aquí, en mi destino.
Creo en un Dios que se muestra pequeño,
que se manifiesta humilde, pero que de todo es dueño.
Comunidad:
Creo en un Dios que es Padre, que es Hijo,
y que es Espíritu Santo. Que es Uno y es Trino.
Creo en un Dios que es Dios de mis padres,
un Dios que por su pueblo hizo y hará cosas grandes.
En ese Dios creo, con una fe sin tiempo,
con una fe simple, que nace desde adentro.
Comunidad:
En ese Dios creo, con fe verdadera,
con toda mi fuerza y mi alma entera.
En ese Dios creo, el mismo de ayer,
el que será mañana y será para siempre.
En ese Dios creo, pues vela por el universo,
porque está en la inmensidad y también en cada verso,
en cada palabra, en cada mirada, en cada sonrisa y en cada gesto
que desde el ser humano nacen para ir haciendo en la tierra su Reino.
Comunidad:
En ese Dios creo, en El está mi esperanza,
a El doy mi canto y dedico mi alabanza,
a El ofrendo mi vida, pobre, consagrada,
y le entrego esta fe, pequeña, que de creer no se cansa.

Gerardo Oberman