TIEMPO PASCUAL – CICLO A
ASCENSIÓN DEL SEÑOR
Un final que es principio
Lectura de los Hechos de los apóstoles 1, 1-11
En mi primer Libro, querido Teófilo, me referí a todo lo que hizo y enseñó Jesús, desde el comienzo, hasta el día en que subió al cielo, después de haber dado, por medio del Espíritu Santo, sus últimas instrucciones a los Apóstoles que había elegido.
Después de su Pasión, Jesús se manifestó a ellos dándoles numerosas pruebas de que vivía, y durante cuarenta días se le apareció y les habló del Reino de Dios.
En una ocasión, mientras estaba comiendo con ellos, les recomendó que no se alejaran de Jerusalén y esperaran la promesa del Padre: «La promesa, les dijo, que yo les he anunciado. Porque Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo, dentro de pocos días.»
Los que estaban reunidos le preguntaron: «Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?»
El les respondió: «No les corresponde a ustedes conocer el tiempo y el momento que el Padre ha establecido con su propia autoridad. Pero recibirán la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra.»
Dicho esto, los Apóstoles lo vieron elevarse, y una nube lo ocultó de la vista de ellos. Como permanecían con la mirada puesta en el cielo mientras Jesús subía, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: «Hombres de Galilea, ¿por qué siguen mirando al cielo? Este Jesús que les ha sido quitado y fue elevado al cielo, vendrá de la misma manera que lo han visto partir.»
Palabra de Dios.
SALMO Sal 46, 2-3. 6-7. 8-9 (R.: 6)
R. Dios asciende entre aclamaciones, asciende el Señor al sonido de trompetas.
Aplaudan, todos los pueblos,
aclamen al Señor con gritos de alegría;
porque el Señor, el Altísimo, es temible,
es el soberano de toda la tierra. R.
El Señor asciende entre aclamaciones,
asciende al sonido de trompetas.
Canten, canten a nuestro Dios,
canten, canten a nuestro Rey. R.
El Señor es el Rey de toda la tierra,
cántenle un hermoso himno.
El Señor reina sobre las naciones
el Señor se sienta en su trono sagrado. R.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Efeso 1, 17-23
Hermanos:
Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les conceda un espíritu de sabiduría y de revelación que les permita conocerlo verdaderamente. Que él ilumine sus corazones, para que ustedes puedan valorar la esperanza a la que han sido llamados, los tesoros de gloria que encierra su herencia entre los santos, y la extraordinaria grandeza del poder con que él obra en nosotros, los creyentes, por la eficacia de su fuerza.
Este es el mismo poder que Dios manifestó en Cristo, cuando lo resucitó de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, elevándolo por encima de todo Principado, Potestad, Poder y Dominación, y de cualquier otra dignidad que pueda mencionarse tanto en este mundo como en el futuro.
El puso todas las cosas bajo sus pies y lo constituyó, por encima de todo, Cabeza de la Iglesia, que es su Cuerpo y la Plenitud de aquel que llena completamente todas las cosas.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 28, 16-20
En aquel tiempo, los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús los había citado. Al verlo, se postraron delante de él; sin embargo, algunos todavía dudaron.
Acercándose, Jesús les dijo: «Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- La primera lectura nos ofrece el relato de la Ascensión del Señor cuyo objetivo fundamental es trazar los rasgos específicos de la esperanza cristiana. Jesús, nuevo Elías, asciende a los cielos y este hecho no significa el fin de la historia sino que se trata por el contrario, del tiempo del testimonio que prepara ese final.
- La segunda lectura describe el poder ilimitado que Dios Padre ha concedido al Hijo elevado al cielo. La resurrección de entre los muertos, la exaltación a la derecha de Dios y la superioridad sobre toda potestad creada constituyen un único e idéntico movimiento. Y esto no sólo para el tiempo fugaz de este mundo, sino también para el mundo «futuro», glorificado en Dios.
- El misterio de la Ascensión no es simple afirmación de un desplazamiento local, sino creer que Cristo ha alcanzado la plenitud en poder y gloria, junto al Padre. La Ascensión es la total exaltación.
- «Subir al cielo» es lo mismo que alcanzar el objetivo supremo de la vida humana, objetivo que puede variar según las diversas religiones o filosofías, pero que siempre, de una u otra forma, se refiere a lo que llamamos trascendencia. Ayer, hoy y siempre, el sentido de la vida del hombre, su sed de infinito y plenitud es lo que se pone en juego.
- Desde esta perspectiva, la ascensión significa que Jesús ha llegado a la culminación de su proceso. Rubrica el sentido de la resurrección de Cristo como entrada definitiva en la gloria del Padre.
- Resurrección, ascensión y pentecostés son diversos aspectos del misterio pascual. La resurrección subraya la victoria de Cristo sobre la muerte, la ascensión su retorno al Padre y la toma de posesión del reino y pentecostés, su nueva forma de presencia en la historia. La Ascensión no es más que una consecuencia de la resurrección.
- En la Ascensión, Cristo no nos deja huérfanos, no hay una partida, sino que se instala más definitivamente entre nosotros con una presencia distinta. Por la Ascensión, Cristo no se fue a otro lugar, sino que entró en la plenitud de su Padre como Dios y como hombre. Y precisamente por eso se puso más que nunca en relación con cada uno de nosotros. La Encarnación iniciada en Nazaret es un gesto de Dios irreversible. Desde la ascensión vivimos con absoluta certeza de que Él «está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo».
- Jesús, hombre como nosotros, aquel que compartió nuestra condición humana tan débil nos precede; nos ha abierto a todos, a cada, hombre y cada mujer creyente del mundo entero, un camino capaz de llenarnos de esperanza, de fuerza, de gozo, de confianza.
- Uno que ha vivido como nosotros pero que ha amado como nadie, ahora lo podemos reconocer como Señor, como camino, como verdad, como vida.
- Jesús por la ascensión ayuda a los discípulos a reconocer el cumplimiento de la gran promesa que les había ofrecido. Antes lo tenían junto a ellos, ahora lo tienen dentro. En su misión en el mundo, no van a estar solos. Jesús los acompañará constantemente a través del Espíritu que ha penetrado en sus corazones.
- Los ángeles invitan a mirar a la tierra, no hay que quedarse mirando al cielo. Después del encuentro con Jesús debemos volver a la vida, al trabajo… pero siendo sus testigos. La memoria de Jesús no puede ser nostalgia ni simple recuerdo, o sentimiento intimista inoperante, sino el impulso a seguirlo hacia los hombres, hacia el Reino. La Ascensión es una invitación al realismo cristiano y no una evasión a un falso cielo. El Evangelio no es un libro, es el anuncio de un acontecimiento feliz para el hombre. Ese acontecimiento es, nada más y nada menos, que la total liberación del hombre, la posibilidad de cruzar las fronteras de la muerte hacia la vida nueva.
***
- La ascensión de Jesús es garantía de la ascensión final de toda la humanidad. Mientras llega ese momento, los discípulos tenemos que continuar la misión comenzada por El siendo sus testigos. Un testimonio que sólo es posible por la fe, poniendo todo, al servicio de la causa del reino
- Jesús ya no está visible para anunciar su buena noticia a los hombres. La misión a la que envía a sus seguidores es universal, y consiste en «hacer discípulos», proclamando que hay un Dios que es amor, un Dios que quiere que los hombres vivamos en plenitud.
- La Iglesia tiene como vocación continuar con fidelidad el camino marcado por Jesús. No se trata de enseñar un mensaje, sino de establecer entre los hombres y Jesús resucitado una relación personal y un seguimiento. Lo fundamental es posibilitar el encuentro con Jesús, para que el hombre pueda compartir su proyecto de vida.
- Jesús no encarga a sus discípulos únicamente que enseñen una doctrina, sino que animen a los hombres a vivirla. Deben enseñar su mensaje completo a través de sus propias vidas, de su propia fidelidad a las palabras de Jesús.
- Anunciar el Evangelio es comprometernos a mejorar este mundo, para que haya menos pobres y menos enfermos, menos odios y menos guerras. Es denunciar con fuerza la injusticia y el pecado enquistado en estructuras sociales, políticas e incluso religiosas. Es en definitiva poner nuestras personas, bienes y recursos al servicio de una paz duradera, de una justicia total, de un modo distinto de relación entre los hombres. Los cristianos no creemos en «otra» vida, sino en ésta eternizada y plenificada.
- Jesús nos invita a encontrarnos con Él, no ya en la cima de una montaña sino en nuestro quehacer cotidiano donde se alternan las alegrías, las tristezas, los logros, las pérdidas, las dudas con la certeza de que día a día, Él está con nosotros. Presencia que disipa las angustias de nuestro corazón para que no nos dejemos dominar nunca por el mal, la desesperación o la tristeza. Presencia que infunde en lo más íntimo de nuestro ser, la certeza de que el amor es la potencia suprema que hace vivir al hombre más allá de la muerte, y que por lo tanto ningún dolor es irrevocable, ningún fracaso es absoluto, ningún pecado imperdonable, ninguna frustración decisiva. Presencia que nos descubre el sentido que puede orientarnos para caminar día a día contagiando vida, ternura y esperanza. El resucitado está con nosotros.
PARA DISCERNIR
- ¿Seguimos plantados mirando al cielo?
- ¿Buscamos el Reino de Dios y su justicia?
- ¿Qué anunciamos, qué dicen nuestras obras, nuestras palabras, nuestras ilusiones, nuestras expectativas?
- ¿Participamos en la misión de la Iglesia?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Estás siempre con nosotros hasta el fin del mundo
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…El cielo no es un lugar al que vamos sino una situación en la que seremos transformados si vivimos en el amor y en la gracia de Dios.
El cielo de las estrellas y de los viajes espaciales de los astronautas y el cielo de nuestra fe no son idénticos. Por eso cuando rezamos el Credo un domingo tras otro y decimos que Cristo subió a los cielos no queremos decir que El, anticipándose a la ciencia moderna, emprendiera un viaje sideral. En el cielo de la fe no existe el tiempo, la dirección, la distancia ni el espacio. Eso vale para nuestro cielo espacial. El cielo de la fe es Dios mismo de quien las Escrituras dicen: (1 Tim 6,16).
Del mismo modo, la subida de Cristo al cielo no es igual a la subida de nuestros cohetes; éstos se trasladan constantemente de un espacio a otro, se encuentran constantemente dentro del tiempo y nunca pueden salir de estas coordenadas por más lejanos que viajen por espacios indefinidos. La subida de Cristo al cielo es también un pasar, pero del tiempo a la eternidad, de lo visible a lo invisible, de la inminencia a la transcendencia, de la opacidad del mundo a la luz divina, de los seres humanos a Dios.
Con su ascensión al cielo Cristo fue por consiguiente entronizado en la esfera divina; penetró en un mundo que escapa a nuestras posibilidades. Nadie sube hasta allí si no ha sido elevado por Dios (cfr. Lc 24,51; Hch 1,9). Él vive ahora con Dios, en la absoluta perfección, presencia, ubicuidad, amor, gloria, luz, felicidad, una vez alcanzada la meta que toda la creación está llamada a lograr. Cuando proclamamos que Cristo subió al cielo pensamos en todo eso.
Leonardo Boff
PARA REZAR
“Les dejo a mis hijos no cien cosechas de trigo
sino un rincón en la montaña, con tierra negra y fértil,
un puñado de semillas y unas manos fuertes
labradas en el barro y en el viento.
No les dejo el fuego ya prendido
sino señalado el camino que lleva al bosque
y el atajo a la mina de carbón.
No les dejo el agua servida en los cántaros,
sino un pozo de ladrillo, una laguna cercana,
y unas nubes que a veces llueven.
No les dejo el refugio del domingo en la Iglesia,
sino el vuelo de mil palomas, y el derecho a buscar en el cielo,
en los montes y en los ríos abiertos.
No les dejo la luz azulosa de una lámpara de metal,
sino un sol inmenso y una noche llena de mil luciérnagas.
No les dejo un mapa del mundo, ni siquiera un mapa del pueblo,
sino el firmamento habitado por estrellas,
y unas palmas verdes que miran a occidente.
No les dejo un fusil con doce balas,
sino un corazón, que además del beso sabe gritar.
No les dejo lo que pude encontrar,
sino la ilusión de lo que siempre quise alcanzar.
No les dejo escritas las protestas, sino inscritas las heridas.
No les dejo el amor entre las manos,
sino una luna amarilla, que presencia cómo se hunde
la piel sobre la piel, sobre un campo, sobre un alma clara.
No les dejo mi libertad sino mis alas.
No les dejo mis voces ni mis canciones,
sino una voz viva y fuerte, que nadie nunca puede callar.
Y que ellos escriban, ellos sus versos,
Como los escribe la madrugada cuando se acaba la noche.
Que escriban ellos sus versos;
por algo, no les dejo mi libertad sino mis alas…”
Gloria Inés Arias de Sánchez
LUNES VII
Yo he vencido al mundo
Lectura de los Hechos de los apóstoles 19, 1-8
Mientras Apolo permanecía en Corinto, Pablo atravesando la región interior, llegó a Efeso. Allí encontró a algunos discípulos y les preguntó: «Cuando ustedes abrazaron la fe, ¿recibieron el Espíritu Santo?»
Ellos le dijeron: «Ni siquiera hemos oído decir que hay un Espíritu Santo.»
«Entonces, ¿qué bautismo recibieron?», les preguntó Pablo.
«El de Juan», respondieron.
Pablo les dijo: «Juan bautizaba con el bautismo de penitencia, diciendo al pueblo que creyera en el que vendría después de él, es decir, en Jesús.»
Al oír estas palabras, ellos se hicieron bautizar en el nombre del Señor Jesús. Pablo les impuso las manos, y descendió sobre ellos el Espíritu Santo. Entonces comenzaron a hablar en distintas lenguas y a profetizar. Eran en total unos doce hombres.
Pablo fue luego a la sinagoga y durante tres meses predicó abiertamente, hablando sobre el Reino de Dios y tratando de persuadir a los oyentes.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 67, 2-3. 4-5ac. 6-7ab (R.: 33a)
R. ¡Canten al Señor, reinos de la tierra!
¡Se alza el Señor!
Sus enemigos se dispersan
y sus adversarios huyen delante de él.
Tú los disipas como se disipa el humo;
como se derrite la cera ante el fuego,
así desaparecen los impíos delante del Señor. R.
Los justos se regocijan,
gritan de gozo delante del Señor
y se llenan de alegría.
¡Canten al Señor,
entonen un himno a su Nombre!
Su Nombre es «el Señor.» R.
El Señor en su santa Morada
es padre de los huérfanos y defensor de las viudas:
él instala en un hogar a los solitarios
y hace salir con felicidad a los cautivos. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 16, 29-33
Los discípulos le dijeron a Jesús: «Por fin hablas claro y sin parábolas. Ahora conocemos que tú lo sabes todo y no hace falta hacerte preguntas. Por eso creemos que tú has salido de Dios.»
Jesús les respondió: «¿Ahora creen? Se acerca la hora, y ya ha llegado, en que ustedes se dispersarán cada uno por su lado, y me dejarán solo. Pero no, no estoy solo, porque el Padre está conmigo.
Les digo esto para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- Pablo llegó a Éfeso, «la gran metrópoli de Asia» y una de las ciudades más importantes del mundo de entonces, punto de confluencia entre el Occidente y las vías de comunicación hacia las regiones interiores de Asia.
- Permanecerá aquí dos años y medio. Ese tiempo le llevará estabilizar esa comunidad. Después de la época de la primera evangelización y las fundaciones hay que hacer algunas precisiones doctrinales. También es preciso defenderse de las sectas marginales que en Éfeso, se disputaban los clientes.
- Como siempre, comienza predicando a los judíos, en la sinagoga. En Éfeso se encuentra un grupo de discípulos de Juan Bautista que lo sobrevivieron algún tiempo. Algunos de sus discípulos se hicieron discípulos de Jesús. Pero quedaban otros que permanecían fieles a la memoria del profeta de la conversión y la penitencia.
- Pablo evangeliza a un grupo de doce de estos discípulos de Juan. Los instruye sobre la relación entre el bautismo de Juan y la fe en Jesús. La novedad del bautismo cristiano es que, por la fe se accede a una vida nueva que sólo el Espíritu puede dar.
- Estos hombres aceptan la fe y son bautizados ahora, en el nombre de Jesús, y reciben el Espíritu con la imposición de manos de Pablo. El Espíritu suscita en ellos el don las lenguas y de profecía. Es como si se tratara de una reiteración de lo que había sucedido en Jerusalén cuando el Espíritu Santo descendió sobre los apóstoles. Es como un nuevo Pentecostés, porque fueron movidos por la fuerza divina que los ha invadido, y como años atrás habían hecho los apóstoles, comienzan a profetizar y a hablar en distintas lenguas.
***
- Es el final del último discurso de Jesús después de la cena. Los apóstoles creen haber llegado a entender a Jesús, pero todavía no interpretan bien las palabras del maestro.
- Jesús para que tomen conciencia, les pronostica que se dispersarán y lo dejarán solo. Él sabe muy bien que todos lo van a abandonar, ante el rumbo que toman las cosas.
- Sin embargo, será el paso de Jesús por la cruz el que les mostrará la manifestación suprema del amor de Dios y su fuerza salvadora. Cuando se enfrenten con la realidad de su muerte se va a mostrar la debilidad de la fe de los discípulos.
- Jesús les quiere dar ánimo y fortalecer su fe, antes que lo vean sufrir, y que sufran ellos la persecución. Pero les asegura la victoria porque, “Él ha vencido al mundo”. La persecución es inevitable pero no es señal de derrota; cada vez que el mundo cree vencer, confirma su fracaso.
- Jesús nos invita a “tener valor” porque Él es la fuente de la paz y porque con Él la victoria es posible. En los momentos de las luchas a causa del evangelio, en los sufrimientos de la persecución, o en la desolación por el aparente fracaso, tenemos que hacer memoria de la victoria de Jesús sobre el mundo. Ella asegura a los discípulos la paz fecunda y que ningún poder sobre la tierra es absoluto: no lo fueron los grandes imperios de la historia, no lo serán tampoco los poderes actuales del mundo globalizado y despiadado. La paz que les deseaba como despedida debe ser una realidad gracias a la unión con Él.
- Sobre cualquier fuerza que se erija en la historia como absoluta y definitiva, se levanta la cruz de Jesús que vino a los suyos para que tuvieran vida y vida abundante. La victoria de Cristo en la cruz sobre el mundo asegura a los discípulos serenidad en medio de las pruebas.
- Disponemos de la fuerza del Espíritu de amor con el que Jesús pudo ser fiel hasta la muerte en su misión. Nosotros hoy debemos continuar su misión con la certeza de su presencia.
PARA DISCERNIR
- ¿Me asusta la prueba? ¿Me resisto a ella?
- ¿Busco la gran prueba y no me doy cuenta que la aceptación y la renuncia son una prueba?
- ¿Veo y siento la prueba como un castigo o desgracia?
- ¿Soy capaz de descubrir el signo de crecimiento que se encuentra escondido en la prueba?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
No estoy solo, el Padre está conmigo
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…Cuando te sientas solo, debes intentar descubrir la fuente de este sentimiento. Eres propenso a escapar de tu soledad o bien a permanecer en ella. Cuando huyes de ella, tu soledad no disminuye realmente: lo único que haces es obligarla a salir de tu mente de manera provisional. Cuando empiezas a permanecer en ella, tus sentimientos no hacen más que volverse más fuertes y te vas deslizando hacia la depresión. La tarea espiritual no consiste ni en huir de la soledad ni en dejarse anegar por ella, sino en descubrir su fuente. No resulta fácil de hacer, pero cuando se logra identificar de algún modo el lugar de donde brotan estos sentimientos, pierden algo de su poder sobre ti.
Esta identificación no es una tarea intelectual; es una tarea del corazón. Con él debes buscar ese lugar sin miedo. Se trata de una búsqueda importante, porque conduce a discernir algo de bueno sobre ti mismo. El dolor de tu soledad puede tener sus raíces en tu vocación más profunda. Podrías descubrir que tu soledad está ligada a tu llamada a vivir por completo para Dios. La soledad se puede revelar entonces como el otro lado de tu don único. En cuanto experimentes en tu «yo» más íntimo la verdad, podrás descubrir que la soledad no sólo es tolerable, sino también fecunda. Lo que de primeras parecía doloroso, puede convertirse después en un sentimiento que —aun siendo penoso— te abre el camino hacia un conocimiento todavía más profundo del amor de Dios…
H. J. M. Nouwen: La voz interior del amor, PPC, Madrid 1997.
PARA REZAR
Abandonarme…en ti…
Abandonarme en ti…
dejar que las cosas
sigan su rumbo incierto…
Abandonarme en ti…
creer que todo está solucionado
con tan sólo pensar en Ti
Abandonarme en ti…
sentir tu presencia
y olvidarme de las angustias
Abandonarme en ti…
quisiera hacerlo pero mi condición humana
y pecadora me lo impiden…
Perdóname Señor
por no abandonarme en ti…
es que hay tantas cosas en mi mente
y en mi corazón, tantos problemas
que tengo que solucionar…
Abandonarme en ti…
Hoy me abandono en ti,
me olvido de mi mismo
para sólo estar en tu presencia,
para sentir tu abrazo y tu sosiego.
Abandonarme en ti…
Toda mi vida es tuya y todo lo que hay en ella,
hazlo mejor y ayúdame a entender
que todo lo que tengo que hacer es…
ABANDONARME EN TI…
Beatriz Esparza
MARTES VII
Los que me diste son tuyos
Lectura de los Hechos de los apóstoles 20, 17-27
Pablo, desde Mileto, mandó llamar a los presbíteros de la Iglesia de Efeso. Cuando estos llegaron, Pablo les dijo:
«Ya saben cómo me he comportado siempre con ustedes desde el primer día que puse el pie en la provincia de Asia. He servido al Señor con toda humildad y con muchas lágrimas, en medio de las pruebas a que fui sometido por las insidias de los judíos. Ustedes saben que no he omitido nada que pudiera serles útil; les prediqué y les enseñé tanto en público como en privado, instando a judíos y a paganos a convertirse a Dios y a creer en nuestro Señor Jesús.
Y ahora, como encadenado por el Espíritu, voy a Jerusalén sin saber lo que me sucederá allí. Sólo sé que, de ciudad en ciudad, el Espíritu Santo me va advirtiendo cuántas cadenas y tribulaciones me esperan. Pero poco me importa la vida, mientras pueda cumplir mi carrera y la misión que recibí del Señor Jesús: la de dar testimonio de la Buena Noticia de la gracia de Dios.
Y ahora sé que ustedes, entre quienes pasé predicando el Reino, no volverán a verme. Por eso hoy declaro delante de todos que no tengo nada que reprocharme respecto de ustedes. Porque no hemos omitido nada para anunciarles plenamente los designios de Dios.»
Palabra de Dios.
SALMO Sal 67, 10-11. 20-21 (R.: 33a)
R. ¡Canten al Señor, reinos de la tierra!
Tú derramaste una lluvia generosa, Señor:
tu herencia estaba exhausta y tú la reconfortaste;
allí es estableció tu familia,
y tú, Señor, la afianzarás
por tu bondad para con el pobre. R.
¡Bendito sea el Señor, el Dios de nuestra salvación!
El carga con nosotros día tras día;
él es el Dios que nos salva
y nos hace escapar de la muerte. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 17, 1-11a.
Jesús levantó los ojos al cielo, diciendo:
«Padre, ha llegado la hora: glorifica a tu Hijo para que el Hijo te glorifique a ti, ya que le diste autoridad sobre todos los hombres, para que él diera Vida eterna a todos los que tú les has dado. Esta es la Vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu Enviado, Jesucristo.
Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste. Ahora, Padre, glorifícame junto a ti, con la gloria que yo tenía contigo antes que el mundo existiera.
Manifesté tu Nombre a los que separaste del mundo para confiármelos. Eran tuyos y me los diste, y ellos fueron fieles a tu palabra. Ahora saben que todo lo que me has dado viene de ti, porque les comuniqué las palabras que tú me diste: ellos han reconocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me enviaste.
Yo ruego por ellos: no ruego por el mundo, sino por los que me diste, porque son tuyos. Todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío, y en ellos he sido glorificado. Ya no estoy más en el mundo, pero ellos están en él; y yo vuelvo a ti.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- Un motín obliga a Pablo a abandonar Éfeso. Se acerca el desenlace. En su escala a Mileto se despide con un verdadero testamento pastoral destinado especialmente a los que ejercen un cargo en la Iglesia. Es el tercer gran discurso que los Hechos ponen en labios de Pablo y, por eso, es indicio de un momento solemne y de un tema trascendental.
- El Apóstol se despide conmovido de su actividad misionera, exhortando y dando normas de gobierno a los que han de tomar su lugar. En el discurso hace una apología que evoca los tres años de apostolado en Éfeso, un anuncio de próximas tribulaciones y del final de su ministerio, una exhortación a la vigilancia pastoral y su ejemplo desinteresado.
- Toda responsabilidad en la Iglesia, toda vida cristiana auténtica están marcadas por la cruz. Para Pablo, su cruz principal, vino de los que no aceptaban pasar del judaísmo a la fe en Cristo; pero Pablo nunca se acobardó cuando era necesario anunciar la palabra de Dios.
- En público y en privado, daba testimonio tanto a judíos- a pesar de su estrechez de miras, que perjudicaron tanto a Pablo- como a griegos para que se convirtieran a Dios. Pablo se experimenta encadenado por el Espíritu que es el motor profundo de su acción apostólica. Es la aventura del abandono integral, va donde el Espíritu lo conduce.
- Su vida ya no le pertenece, ama y vive para Jesús, anunciando y dando testimonio del Evangelio de la gracia de Dios.
***
- Durante toda su vida ha ido anunciando esta «hora» que ahora ha llegado y es la hora de su entrega pascual en la cruz y de la glorificación que va a recibir del Padre, con la resurrección y la entrada en la vida definitiva.
- Empieza la llamada «oración sacerdotal» de Jesús. Hasta ahora había hablado a los discípulos, ahora se va y eleva al Padre la entrañable oración por sus colaboradores en la misión, por todos los que como discípulos asumen el desafío de seguir evangelizando.
- Aparecen en boca de Jesús la unidad de amor y de vida que tiene con el Padre. Unidad, por la que el Hijo participa de la gloria del Padre. La oración brota de la estrecha unión entre Cristo y el Padre: “todo lo mío es tuyo y lo tuyo es mío”. El amor funda ese compartir, esa comunión que se hace obediencia.
- Esa comunión hace posible que el designio de salvación atraviese la eternidad de Dios y llegue a los hombres. Se revela el inconmensurable amor de Dios por su criatura. Esta oración de Jesús está impregnada de amor a su Padre, de unión íntima con Él, y a la vez de amor y preocupación por los suyos que quedan en este mundo.
- Todos nosotros ya estábamos en el pensamiento de Jesús en su oración al Padre. Sabía de las dificultades que iban a encontrar sus discípulos en el camino cristiano. Conoce muy bien todas las dificultades que vivirán los que están en el mundo pero sin pertenecerle. No quiere abandonarnos y pide para nosotros la ayuda del Padre.
- Esta vuelta de Jesús al Padre, no será para sus discípulos estar en el mundo solos y abandonados. Jesús ratifica que somos suyos y que hemos recibido la vida eterna al conocer al único Dios verdadero y a Jesucristo su enviado. Él mismo nos promete su presencia continua. No se ha ido para “desentenderse de este mundo”, sino, para estar para siempre y de un modo definitivo.
- Unidos a Jesús, participamos de su unión íntima con el Padre, y su gloria, se manifestará en la medida en que colaboremos en hacer efectivo su proyecto de un mundo “mejor”, más verdadero, más esperanzado, más humano, justo y solidario.
PARA DISCERNIR
- ¿Experimento que todo lo que Dios ha creado y pensado es para mí?
- ¿Me siento heredero o aprovechador de las cosas de Dios?
- ¿Sé que la vida de Dios es un regalo querido por Dios y que el gozo de Dios está en que sepa recibirlo?
- ¿Soy agradecido por todo lo que se me ha prometido y se me ha dado?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
La vida eterna es conocerte a ti mi Dios verdadero, y a Jesucristo tu enviado
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…Jesús no se dirige ya a los discípulos, sino que, alzando los ojos al cielo, símbolo de la esfera divina, dirige a Dios una oración de petición. Y lo llama «Padre», entendiendo a Dios como quien, por amor, comunica su propia vida, mostrando de este modo la estrecha e íntima relación que mantiene con él. Y al Padre le pide que dé a sus discípulos la vida definitiva, la vida verdadera, que no es otra sino una vida de amor y entrega a los demás, como la de Jesús, hasta la muerte si fuese necesario. Esta es la única manera de reconocer al Padre como único Dios verdadero y a Jesús como Mesías. A la vida definitiva se llega por la adhesión a este Dios amor manifestado en la capacidad de Jesús de amar hasta la muerte. De este modo el mundo futuro está ya presente en la comunidad de Jesús y el reinado de Dios empieza a realizarse en la tierra.
Reconocer, por lo demás, a Dios como Padre es rechazar toda otra idea o concepción de Dios. Un dios que establezca con la humanidad una relación señor-siervo es falso.
Pero este reconocimiento no es meramente intelectual, sino relacional. Sólo puede reconocer que Dios es Padre quien experimenta el amor que lo hace hijo. Y sólo puede reconocer a Jesús como Mesías-Salvador el que experimenta la liberación y salvación que él trae. Una y otra experiencia se identifica con la del Espíritu, que es la que tiene el creyente de poseer ya desde ahora la vida definitiva…
Juan Alarcón Cámara S.J
PARA REZAR
Del color del amor
Del color del amor fuiste tiñendo mi esperanza,
de un amor transparente, de hermanos, de familia.
Amor lanzado siempre, más allá de si mismo,
a la escucha del llanto, en la marcha hacia el Reino,
desbordando los muros en busca de tu pueblo.
Amor simple y callado,
de panes y de peces repartidos,
de poner en común todo en la mesa.
Amor de no poder, de no querer,
definitivamente hacer silencio,
callar todo el horror, la angustia, la sorpresa,
en frente de la muerte y de los desarraigos.
Del color del amor que prohíbe el olvido
que rompe las distancias, la quietud y el egoísmo;
que rechaza medidas, miedos
y encrucijadas.
Amor de cruz,
de estrechas puertas y caminos pedregosos.
Amor sin tregua, sin hora y sin descanso.
Amor incierto, oscuro,
siempre en vasija nueva,
deshaciendo costumbres y remiendos.
Amor libre.
Amor a manos llenas.
Amor que desconcierta.
Amor de cruz
Judith Bautista Fajardo
MIÉRCOLES VII
Conságralos en la verdad
Lectura de los Hechos de los apóstoles 20, 28-38
Pablo decía a los principales de la Iglesia de Efeso:
«Velen por ustedes, y por todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo los ha constituido guardianes para apacentar a la Iglesia de Dios, que él adquirió al precio de su propia sangre. Yo sé que después de mi partida se introducirán entre ustedes lobos rapaces que no perdonarán al rebaño. Y aun de entre ustedes mismos, surgirán hombres que tratarán de arrastrar a los discípulos con doctrinas perniciosas.
Velen, entonces, y recuerden que durante tres años, de noche y de día, no he cesado de aconsejar con lágrimas a cada uno de ustedes.
Ahora los encomiendo al Señor y a la Palabra de su gracia, que tiene poder para construir el edificio y darles la parte de la herencia que les corresponde, con todos los que han sido santificados.
En cuanto a mí, no he deseado ni plata ni oro ni los bienes de nadie. Ustedes saben que con mis propias manos he atendido a mis necesidades y a las de mis compañeros. De todas las maneras posibles, les he mostrado que así, trabajando duramente, se debe ayudar a los débiles, y que es preciso recordar las palabras del Señor Jesús: «La felicidad está más en dar que en recibir.»»
Después de decirles esto, se arrodilló y oró junto a ellos. Todos se pusieron a llorar, abrazaron a Pablo y lo besaron afectuosamente, apenados sobre todo porque les había dicho que ya no volverían a verlo. Después lo acompañaron hasta el barco.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 67, 29-30. 33-35a. 35b-36c (R.: 33a)
R. ¡Canten al Señor, reinos de la tierra!
Tu Dios ha desplegado tu poder:
¡Se fuerte, Dios, tú que has actuado por nosotros!
A causa de tu Templo, que está en Jerusalén,
los reyes te presentarán tributo. R.
¡Canten al Señor, reinos de la tierra,
entonen un himno al Señor,
al que cabalga por el cielo,
por el cielo antiquísimo!
El hace oír su voz poderosa,
¡reconozcan el poder del Señor! R.
Su majestad brilla sobre Israel
y su poder, sobre las nubes.
¡Bendito sea Dios! R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 17, 11b-19
Jesús levantó los ojos al cielo, y oró diciendo:
«Padre santo, cuida en tu Nombre a aquellos que me diste, para que sean uno, como nosotros. Mientras estaba con ellos, cuidaba en tu Nombre a los que me diste; yo los protegía y no se perdió ninguno de ellos, excepto el que debía perderse, para que se cumpliera la Escritura.
Pero ahora voy a ti, y digo esto estando en el mundo, para que mi gozo sea el de ellos y su gozo sea perfecto.
Yo les comuniqué tu palabra, y el mundo los odió porque ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los preserves del Maligno. Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Conságralos en la verdad: tu palabra es verdad. Así como tú me enviaste al mundo, yo también los envío al mundo. Por ellos me consagro, para que también ellos sean consagrados en la verdad.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- La segunda parte del discurso de despedida de Pablo, antes del emocionante adiós junto al barco, se refiere al futuro de la comunidad y a la actuación de sus sucesores en la conducción de la Iglesia de Éfeso.
- Pablo les recuerda el carácter sagrado de este cargo y después les anuncia los peligros que amenazan a la comunidad llamándolos a la vigilancia constante. Finalmente, implora la gracia de Dios antes de hacerles algunas recomendaciones para que sean desinteresados siguiendo su ejemplo.
- Pablo relaciona la carga pastoral con la vida trinitaria: la comunidad o la Iglesia es de Dios Padre, que se la ha adquirido o comprado con la Sangre de su Hijo, Jesús, ha sido el Espíritu quien ha puesto a estos presbíteros como responsables y pastores de la comunidad.
- La «comunidad», la Iglesia de la que los presbíteros son responsables, es en la tierra el reflejo de la «comunidad» de las tres Divinas Personas. A la vez que son distintas, están íntimamente unidas.
- El ministerio pastoral no es algo que solamente procede de la comunidad, ni es una delegación de poder por parte del grupo. Es una tarea recibida de Dios y confiada por Dios. No es un cargo que uno mismo toma, ni que recibe de los hombres sino que se recibe del Espíritu.
***
- Continúan las palabras de despedida con un matiz de ternura. En ellas descubrimos que la elección parte de la iniciativa de Jesús. El maestro se va, siendo consciente de la gran dificultad en que pone a sus apóstoles desapareciendo.
- El fundamento de la misión de los discípulos, es el mismo que la de Jesús, la consagración por el Espíritu. También sufrirán las mismas consecuencias: la persecución por parte de la sociedad que los rechaza. Jesús, consagrado por Dios para su misión; afirma que se consagra Él mismo por los discípulos. La consagración por el Espíritu exige colaboración.
- Frente a la maldad y la mentira que dominan el mundo, Jesús refleja en esta oración, su preocupación y su entrega por el futuro de sus discípulos. Los envía como el Padre lo ha enviado a Él y los introduce en la tensión paradójica de estar en el mundo sin ser del mundo. Por eso pide al Padre que los guarde.
- El mundo, entendido como creación y lugar de la realización humana, es algo bueno y bendito por Dios. Sin embargo, el mundo puede ser dominado por las fuerzas del mal y entonces se convierte en campo propicio para el ejercicio de todo tipo de egoísmos. En esta clase de mundo injusto, los discípulos van ser confrontados por las mismas fuerzas que están enviando a Jesús a la muerte.
- Jesús ruega para que el Padre los preserve del mundo y del Maligno. El mundo es el escenario donde cada hombre decide su salvación o condenación. La comunidad cristiana está en el mundo no para marginarse de él, sino para dar testimonio de un camino de salvación. Esto significa que es tarea del discípulo, instaurar un modelo de convivencia humana distinto al que el Maligno ha logrado establecer. Preservar a los discípulos del Maligno, es impedir que su conciencia sea atrapada por el poder del egoísmo y puedan realizar una opción por el Dios de la vida.
- El cristiano es «un hombre», como todos los demás, pero es también un “consagrado”. Vive en el mundo sin renegar de él. Jesús quiere que sus discípulos vivan en este mundo unidos, que estén llenos de alegría y que vayan madurando en la verdad.
- Se nos encomienda que no tengamos la mentalidad de este mundo sino la de Cristo. Que no sigamos las bienaventuranzas del mundo, sino las de Cristo.
- Jesús nos llama a consagrarnos en la verdad y ha ganado para nosotros esa consagración. Ha pedido a Dios Padre que nos preserve del Maligno y se ofrece por nosotros, para que lleguemos a ofrecernos por la misma verdad y su misma causa. Los discípulos lo harán testimoniando y comunicando la vida de Jesús frente a la mentira, la codicia y la maldad que matan la vida y moldean un “mundo” inhumano, injusto que ya no es casa de Dios para todos.
PARA DISCERNIR
- ¿Experimento la tensión entre las cosas del mundo y las de Dios? ¿Me siento tironeado?
- ¿Experimento la intercesión de Jesús acompañando mi camino de búsqueda de la verdad?
- ¿Los fracasos y las caídas me desaniman, o los vivo como el lento proceso de maduración de mi vida cristiana?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Ellos no pertenecen al mundo, como tampoco pertenezco yo
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…«Estar en el mundo sin ser del mundo.» Esta frase es una hermosa síntesis del modo en que habla Jesús de la vida espiritual. Es una vida en virtud de la cual el Espíritu de amor nos transforma por completo. Sin embargo, es una vida en la que todo parece cambiado. La vida espiritual puede ser vivida de tantos modos como personas hay. La novedad consiste en haberse desplazado desde la multitud de las cosas al Reino de Dios. Consiste en haber sido liberados de las constricciones del mundo y en haber encaminado nuestros corazones hacia lo único necesario.
La novedad consiste en el hecho de que no vivamos ya los muchos negocios, nuestra relación con la gente y los acontecimientos como causas de preocupaciones sin Fin, sino que empecemos a considerarlos como la rica variedad de los modos a través de los cuales se hace presente Dios en medio de nosotros. Nuestros conflictos y dolores, los deberes y las promesas, nuestras Familias y nuestros amigos, las actividades y los proyectos, las esperanzas y las inspiraciones, no se nos presentan ya como otros tantos aspectos fatigosos de una realidad que difícilmente logramos mantener juntos, sino como modalidad de afirmación y de revelación de la nueva vida del Espíritu que está en nosotros. «Todo lo demás», que antes nos ocupaba y nos preocupaba tanto, ahora se convierte en don o desafío que refuerza o profundiza la nueva vida que hemos descubierto…
H. J. M. Nouwen, Invitación a la vida espiritual, Brescia 20002, pp. 44ss.
PARA REZAR
Padre y amigo
Señor, mi Padre y mi amigo.
En medio de la prueba y la tribulación
cuando todo parece estar en tinieblas, haz
que no deje de pedirte, que no deje de rogarte,
no me canse de arrodillarme.
Que con los días que pasan más quiera
alabarte en medio del sufrimiento.
Mantén firme mi fe, y hazla crecer en medio de la prueba.
No te alejes de mi lado y no permitas que me aleje del tuyo.
Acógeme en tu seno, y cárgame en tus brazos divinos.
Hago mías tus promesas y creo en tu palabra.
Me aferro a tí en este día, en medio de
la tormenta abrazo tu Cruz.
Cuídame y hazme fuerte acercándome a tu luz.
Que no me fije en la tormenta,
que me haga sordo a la tempestad,
me vuelva ciego para la adversidad,
y que en mi corazón solamente estés tú
con tus promesas, tu amor y tu poder.
Que siempre recuerde de dónde vengo y
quien debo llegar a ser.
Amén
Arturo Quirós Lépiz
JUEVES VII
Que sean perfectamente uno
Lectura de los Hechos de los apóstoles 22, 30; 23, 6-11
Queriendo saber con exactitud de qué lo acusaban los judíos, el tribuno le hizo sacar las cadenas, y convocando a los sumos sacerdotes y a todo el Sanedrín, hizo comparecer a Pablo delante de ellos.
Pablo, sabiendo que había dos partidos, el de los saduceos y el de los fariseos, exclamó en medio del Sanedrín: «Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos, y ahora me están juzgando a causa de nuestra esperanza en la resurrección de los muertos.»
Apenas pronunció estas palabras, surgió una disputa entre fariseos y saduceos, y la asamblea se dividió. Porque los saduceos niegan la resurrección y la existencia de los ángeles y de los espíritus; los fariseos, por el contrario, admiten una y otra cosas.
Se produjo un griterío, y algunos escribas del partido de los fariseos se pusieron de pie y protestaron enérgicamente: «Nosotros no encontramos nada de malo en este hombre. ¿Y si le hubiera hablado algún espíritu o un ángel…?»
Como la disputa se hacía cada vez más violenta, el tribuno, temiendo por la integridad de Pablo, mandó descender a los soldados para que lo sacaran de allí y lo llevaran de nuevo a la fortaleza.
A la mañana siguiente, el Señor se apareció a Pablo y le dijo: «Animo, así como has dado testimonio de mí en Jerusalén, también tendrás que darlo en Roma.»
Palabra de Dios.
SALMO Sal 15, 1-2a y 5. 7-8. 9-10. 11 (R.: 1)
R. Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.
Protégeme, Dios mío,
porque me refugio en ti.
Yo digo al Señor: «Señor, tú eres mi bien.»
El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz,
tú decides mi suerte! R.
Bendeciré al Señor que me aconseja,
hasta de noche me instruye mi conciencia!
Tengo siempre presente al Señor:
él está a mi lado, nunca vacilaré. R.
Por eso mi corazón se alegra,
se regocijan mis entrañas
y todo mi ser descansa seguro:
porque no me entregarás la Muerte
ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro. R.
Me harás conocer el camino de la vida,
saciándome de gozo en tu presencia,
de felicidad eterna a tu derecha. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 17, 20-26
Jesús levantó los ojos al cielo y oró diciendo:
«Padre santo, no ruego solamente por ellos, sino también por los que, gracias a su palabra, creerán en mí. Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.
Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno -yo en ellos y tú en mí- para que sean perfectamente uno y el mundo conozca que tú me has enviado, y que yo los amé cómo tú me amaste.
Padre, quiero que los que tú me diste estén conmigo donde yo esté, para que contemplen la gloria que me has dado, porque ya me amabas antes de la creación del mundo.
Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te conocí, y ellos reconocieron que tú me enviaste. Les di a conocer tu Nombre, y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me amaste esté en ellos, y yo también esté en ellos.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- En Pentecostés, del año 57, Pablo ha llegado a Jerusalén. Los hermanos le anuncian que algunos judíos lo acusan de «incitar» a la traición de las tradiciones de Moisés, abandonando la circuncisión y otros ritos heredados. Estaba orando en el Templo de Jerusalén cuando es perseguido, a los gritos, acusado de enseñar “contra el pueblo, contra la ley y contra este lugar santo”. La policía romana interviene y conduce a Pablo a la fortaleza. Esta vez su cautiverio durará varios años, en Jerusalén, en Cesarea, capital romana de Palestina y después en Roma.
- El oficial romano, queriendo saber con certeza de qué lo acusaban los judíos, mandó que le quitaran las cadenas, convocó al Gran Consejo e hizo que Pablo compareciera ante ellos.
- Es una cuestión entre las dos grandes corrientes religiosas de la época: el partido de los Saduceos que no cree en la resurrección y el partido de los Fariseos que cree en ella. La astucia de Pablo lo va a salvar cuando provoca una discusión entre estos dos grupos a tal punto que se olvidan de él.
- Como la pelea iba creciendo, el oficial romano temiendo que Pablo fuese despedazado por ellos, mandó a la tropa que lo llevase de nuevo a la fortaleza.
- Pablo apela al César como ciudadano romano, e invoca su derecho de ser juzgado en Roma. De noche oye en visión la voz del Señor que le da ánimo, para que dé testimonio a favor suyo en Roma.
***
- Esta es la última plegaria de Jesús antes de entrar en su Pasión: es la intención principal por la que ofrecerá el sacrificio de su vida, es su testamento.
- Jesús agrandando el horizonte de su comunidad a aquellos que vendrán, ora por la comunidad futura. Su obra debe continuar y el mensaje del Padre y su mensaje, tendrá que ser también el de los discípulos. Este mensaje no puede ser una doctrina aprendida ni una ley externa a la que se está obligado.
- Ruega por sus discípulos y por cuantos creerán en Él por su palabra. Pide para que los que lo siguen y los que lo seguirán en el futuro sean «uno», como el Padre está en Él, y Él en el Padre, para que el mundo crea que el Padre lo ha enviado.
- El amor no se puede proponer si no se vive; si no se comunica como experiencia propia. El mensaje vivido es lo que produce la adhesión a Jesús. El mensaje no es una teoría sobre el amor, sino el anuncio de la vida y muerte de Jesús como expresión de su amor y del amor del Padre.
- Jesús pide la unidad como distintivo de la comunidad de fe. El modelo es siempre el amor y la unidad, que existe entre Jesús y el Padre. El amor de los cristianos tiene por modelo el amor mismo de Dios.
- La comunión de los hombres con Dios se evidencia a través de las obras que revelan su amor y será la prueba convincente de la misión divina de Jesús. No se convence con palabras, sino con hechos.
- Cuando Jesús pide la unidad, ratifica el supremo mandato: “ámense unos a otros como yo los amo, en esto los reconocerán como mis discípulos”. Es un mandato y un anuncio. Promete el don de su Espíritu porque nadie puede amar con su amor sino le es dado.
- Esta unidad es la cumbre del evangelio, es la «buena nueva»: el amor mismo de Dios, el amor trinitario es dado a los que creen. Es ese amor perfecto que une al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, lo que está trabajando en el corazón de la humanidad cuando busca, desde y por la unidad, nuevos caminos para la justicia, la paz y el amor.
PARA DISCERNIR
- ¿Dónde pongo el acento de mi fe?
- ¿Cuál es mi esfuerzo más grande?
- ¿Cuáles son mis argumentos de credibilidad?
- ¿Cómo expreso este llamado a la unidad?
- La unidad ¿es unidad conmigo o unidad en el Señor?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Estemos unidos para que el mundo crea
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…No hay que olvidar que el Señor pidió al Padre la unidad de los discípulos para que den testimonio de su misión y que el mundo pueda creer que el padre le ha enviado. Se puede decir que el movimiento ecuménico se inició, en un sentido, a partir de la experiencia negativa de aquellos que, anunciando el evangelio único, se sabían cada uno miembro de su Iglesia particular o de su comunidad eclesial particular. Esta gran contradicción quedaba manifiesta ante aquellos que escuchaban el mensaje de salvación y en ello encontraban un obstáculo para acoger el anuncio evangélico.
Esta grave dificultad, desgraciadamente, no está superada. Es verdad que no estamos en plena comunión. Y no obstante, a pesar de las divisiones, estamos dispuestos a recorrer el camino de la plena unión, de la unión que caracterizaba la Iglesia apostólica en sus inicios y que nosotros buscamos sinceramente. Guiada por la fe, nuestra oración común lo testimonia. En la oración, nos reunimos en el nombre de Cristo que es uno. El es nuestra unión…
San Juan Pablo II
PARA REZAR
Danos Señor un corazón de carne
Danos Señor un corazón de carne,
para que como Tú, nos conmovamos
ante el dolor del prójimo más próximo.
Recrea en nosotros entrañas de misericordia,
para que inflamados en tu amor
seamos testigos y testimonio con nuestras obras,
de tu presencia en el mundo.
Señor, resucítanos hoy,
y regálanos como al hijo de la viuda,
la oportunidad de levantarnos
por sobre nuestras mezquindades y miserias,
y transmitir con el ejemplo, las maravillas que Tú obras.
Te lo pedimos por la intercesión de María Santísima,
a ti, Señor que vives y reinas,
por los siglos de los siglos.
Amén
VIERNES VII
¿Me amas?
Lectura de los Hechos de los apóstoles 25, 13b-21
El rey Agripa y Berenice llegaron a Cesarea y fueron a saludar a Festo. Como ellos permanecieron varios días, Festo expuso al rey el caso de Pablo, diciéndole:
«Félix ha dejado a un prisionero, y durante mi estadía en Jerusalén, los sumos sacerdotes y los ancianos de los judíos, presentaron quejas pidiendo su condena. Yo les respondí que los romanos no tienen la costumbre de entregar a un hombre antes de enfrentarlo con sus acusadores y darle la oportunidad de defenderse.
Ellos vinieron aquí, y sin ninguna demora, me senté en el tribunal e hice comparecer a ese hombre al día siguiente. Pero cuando se presentaron los acusadores, estos no alegaron contra él ninguno de los cargos que yo sospechaba. Lo que había entre ellos eran no sé qué discusiones sobre su religión, y sobre un tal Jesús que murió y que Pablo asegura que vive.
No sabiendo bien qué partido tomar en un asunto de esta índole le pregunté a Pablo si quería ir a Jerusalén para ser juzgado allí. Pero como este apeló al juicio de Su Majestad imperial, yo ordené que lo dejaran bajo custodia hasta que lo enviara al Emperador.»
Palabra de Dios.
SALMO Sal 102, 1-2. 11-12. 19-20ab (R.: 19a)
R. El Señor puso su trono en el cielo.
Bendice al Señor, alma mía,
que todo mi ser bendiga a su santo Nombre;
bendice al Señor, alma mía,
y nunca olvides sus beneficios. R.
Cuanto se alza el cielo sobre la tierra,
así de inmenso es su amor por los que lo temen;
cuanto dista el oriente del occidente,
así aparta de nosotros nuestros pecados. R.
El Señor puso su trono en el cielo,
y su realeza gobierna el universo.
¡Bendigan al Señor, todos sus ángeles,
los fuertes guerreros que cumplen sus órdenes! R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 21, 15-19
Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer, dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?»
Él le respondió: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos.»
Le volvió a decir por segunda vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?»
Él le respondió: «Sí, Señor, saber que te quiero.»
Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas.»
Le preguntó por tercera vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»
Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero.»
Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas.
Te aseguro que cuando eras joven tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras.»
De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: «Sígueme.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- El nuevo gobernador romano en Judea, Poncio Festo, mantiene detenido a Pablo en Cesarea, donde fue trasladado para mayor seguridad. Y aprovecha la visita del rey Agripa y su hermana Berenice para explicarles el caso de este Pablo, uno de los más curiosos que ha heredado de su antecesor Félix.
- Festo se muestra respetuoso de la ley y deseoso de que triunfe la justicia. Como funcionario oficial, resume lo esencial del «expediente» de Pablo, diciendo que tuvieron una discusión sobre su religión particular y sobre un tal Jesús, que murió, y del cual Pablo afirma que está vivo.
- Para Pablo no es «un cierto hombre»: Jesús es su razón de vivir. Pablo vive con ese «viviente». Para Pablo la resurrección no es tan sólo una afirmación dogmática: es una experiencia vivida.
- Pablo ha apelado y ni el tribunal de Cesarea, ni el de Jerusalén tienen jurisdicción sobre él. Queda como instancia superior ir hasta Roma.
***
- Junto al lago de Tiberíades Jesús llama a Pedro por su nombre original, «Simón hijo de Juan». Pedro escucha atento la voz del Señor. Su corazón ha ido madurando, y ahora comprende que Jesús no es el Mesías político que él esperaba, sino aquel que da su vida para redimir a la humanidad sufriente. Pedro había confesado reiteradamente una adhesión que se sostenía en la medida que colmara sus expectativas.
- A pesar de haber afirmado que no lo abandonaría, luego lo negó tres veces, jurando que no lo conocía. Ahora, la experiencia de la resurrección ha madurado su corazón y sus ideas, y quiere seguirlo no al compás de sus caprichos o exaltaciones, sino animado por el Espíritu del Resucitado.
- A la pregunta de Jesús, Pedro tiene que contestar con mucha más humildad. Pedro, el apóstol impulsivo, que quería de veras a Jesús, aunque se había mostrado débil por miedo a la muerte, tiene ahora la ocasión de reparar su triple negación con una triple profesión de amor. La triple negación es ahora una triple pregunta. Esto es lo que Pedro experimenta.
- Pero la relación personal con Jesús, no se cierra sobre ellos dos. Este amor lanza a Pedro hacia los demás. Jesús restituye a Pedro delante de todos y esto le exige hacerse cargo de los demás; ser su pastor, cuidarlos, conducirlos por el camino verdadero.
- Pedro ahora responderá con la dedicación exclusiva al servicio de la comunidad y dará testimonio de Jesús ante el pueblo, ante los tribunales, en la cárcel y finalmente con su propio martirio en Roma. El amor lo llevó a la obediencia y al abandono confiado.
- También a nosotros el Señor nos llama a seguirlo. Desde nuestra debilidad podemos hacer nuestras las palabras de Pedro: «Señor, tú sabes que te amo». El amor es la raíz en que se alimenta todo verdadero seguimiento y el seguimiento es el sello de todo verdadero amor.
- Jesús quiere de nosotros un auténtico compromiso de amor que nos lleve a amar y servir a nuestro prójimo hasta el extremo, como nosotros hemos sido amados por Cristo. Así, como Iglesia continuaremos, a través del tiempo, totalmente comprometida con la obra de salvación que el Señor nos ha confiado.
PARA DISCERNIR
- ¿Sobre qué baso mi seguimiento y mi fidelidad al Señor?
- ¿En qué siento que soy examinado por Jesús?
- ¿Vivo desde el amor o el temor?
- ¿Experimento su llamada de amor?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…El Señor, después de su resurrección, aparece de nuevo a sus discípulos. Interroga a Pedro, le obliga a confesar su amor, ya que le negó por tres veces, por miedo. Cristo resucitó en la carne, Pedro resucitó en el espíritu. Así como Cristo murió en el sufrimiento, Pedro murió en la negación del Señor. Cristo el Señor resucitó de entre los muertos y ha resucitado a Pedro gracias al amor que éste le tenía. El Señor interroga el amor de aquel que ahora declara abiertamente su amor, y le confía su rebaño. ¿Qué es lo que aporta Pedro a Cristo con su amor? Si Cristo te ama es en provecho tuyo, no de él. Si tú amas a Cristo es en provecho tuyo también, no de él. No obstante, Cristo el Señor, queriendo mostrarnos cómo hemos de manifestar nuestro amor por él, nos lo revela: amando a su rebaño.
«Simón, hijo de Juan ¿me amas? – Te amo— Apacienta mis ovejas.» (Jn 21, 16) Y esto una vez, dos veces, tres veces. Pedro no expresa más que su amor. El Señor no le pide otra cosa que el amor; no le confía otra cosa que sus ovejas. ¡Amémonos, pues, unos a otros, y así amaremos a Cristo! …
San Agustín obispo de Hipona, doctor de la Iglesia
PARA REZAR
Sólo tu Amor me llama y me consume
en las entrañas mismas de la ausencia
sólo en Ti conozco la clemencia
del aroma fontal de tu perfume.
Sólo por Ti transito peregrino
el valle azul de la presencia ignota.
Sólo por Ti mi amor en una nota
se hace canto de amor en tu camino.
Sólo tu aroma suave en las entrañas
embriaga el hondo vivir de mi jornada
y me envuelve la música soñada
de la presencia fiel que no me engaña.
Sólo en tu honor cantaré yo en este día
la canción de la vida y la memoria
la que canta los triunfos de tu gloria
y ha vencido la muerte y me da vida.
Fray Alejandro R. Ferreirós OFM. Conv.
SÁBADO VII
Tú sígueme
Lectura de los Hechos de los apóstoles 28, 16-20. 30-31
Cuando llegamos a Roma, recibió autorización para alojarse en una casa particular con un soldado que lo custodiara.
Tres días después convocó a los judíos principales, y cuando se reunieron les dijo: «Hermanos, sin haber hecho nada contra el pueblo ni contra las costumbres de nuestros padres, fui arrestado en Jerusalén y puesto en manos de los romanos. Después de interrogarme, quisieron dejarme en libertad, porque no encontraban en mí nada que mereciera la muerte; pero ante la oposición de los judíos, me vi obligado a apelar al Emperador, sin querer por esto acusar en nada a mi pueblo. Por eso he querido verlos y hablarles, ya que a causa de la esperanza de Israel llevo estas cadenas.»
Pablo vivió dos años enteros por sus propios medios, recibiendo a todos los que querían verlo, proclamando el Reino de Dios, y enseñando con toda libertad y sin encontrar ningún obstáculo, lo concerniente al Señor Jesucristo.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 10, 4. 5 y 7 (R.: cf. 7b)
R. Los que son rectos verán tu rostro, Señor.
El Señor está en su santo Templo,
el Señor tiene su trono en el cielo.
Sus ojos observan el mundo,
sus pupilas examinan a los hombres. R.
El Señor examina al justo y al culpable,
y odia al que ama la violencia.
Porque el Señor es justo y ama la justicia,
y los son rectos verán su rostro. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 21, 19-25
Pedro, volviéndose, vio que lo seguía el discípulo al que Jesús amaba, el mismo que durante la Cena se había reclinado sobre Jesús y le había preguntado: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?»
Cuando Pedro lo vio, preguntó a Jesús: «Señor, ¿y qué será de este?»
Jesús le respondió: «Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué importa? Tú sígueme.»
Entonces se divulgó entre los hermanos el rumor de que aquel discípulo no moriría, pero Jesús no había dicho a Pedro: «El no morirá», sino: «Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te importa?»
Este mismo discípulo es el que da testimonio de estas cosas y el que las ha escrito, y sabemos que su testimonio es verdadero.
Jesús hizo también muchas otras cosas. Si se las relata detalladamente, pienso que no bastaría todo el mundo para contener los libros que se escribirían.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- En Roma, se le permitió a Pablo vivir en una casa particular donde permaneció dos años con un soldado que lo custodiaba mientras esperaba su juicio y su muerte.
- Pablo, desde su casa particular, pone el evangelio en el corazón de algunos que se transformarán en una «levadura que levantará toda la masa». Tres días después de su llegada, convoca a cuantos puede y como de costumbre empieza la predicación por los de «su» pueblo, y se apoya en la escritura para poner de manifiesto que la fe en Jesús es la prolongación de toda la tradición de Israel. Toda la novedad del evangelio, está en toda la fidelidad a la tradición recibida de las generaciones precedentes. El Antiguo Testamento era una preparación, era portador de la «esperanza», que Jesús ha realizado.
- Ahora da testimonio de Jesús en Roma, como ya le había anunciado el Señor en una visión y como había encargado a los discípulos el día de la Ascensión. También predicó a muchos otros «enseñando la vida del Señor Jesucristo con toda libertad».
***
- Después que Pedro confiesa su amor por tres veces, para reparar la triple negación de la noche de su arresto, Jesús, le confía el pequeño rebaño que es la Iglesia, y le anuncia el precio de su renovado amor. A partir de esta insinuación de Jesús, Pedro entró en curiosidad para saber el futuro de Juan, su compañero.
- La actitud de Pedro que pudo ser debida a unos ciertos celos, pone de manifiesto, que la fe va madurando poco a poco. Pedro maduró por obra del Espíritu y más tarde dio admirable testimonio de su amor a Jesús. Pedro tendrá que ir a Roma y allí, después de un apostolado lleno de valentía y entrega, confesará con su vida a Cristo ante las autoridades romanas.
- Jesús no revela a Pedro el destino de Juan. De esta manera, Pedro, tendrá que estar al servicio frente a cualquier hermano, sin saber el camino que tomará la historia.
- La figura del discípulo amado es central ya que puede referirse a la persona de Juan, o bien puede ser la imagen de todo discípulo que sigue al Maestro. Sea cual sea su significado, el texto quiere remarcar que el Señor Resucitado asegura su presencia en aquellos que quieran ser sus seguidores. Todo discípulo amado se convierte en testigo en la medida en que es consciente de que el Señor permanece con él en toda ocasión.
- Experimentando la presencia de Jesucristo, cada uno de nosotros puede ser el discípulo amado en la medida en que nos dejemos guiar por el Espíritu Santo, que nos ayuda a descubrir esta presencia.
PARA DISCERNIR
- ¿Descubro que el Señor permanece conmigo en toda ocasión?
- ¿Busco la unidad en la Iglesia o me dejo llevar por mis arrebatos?
- ¿Puedo reconocer los carismas que Dios ha derramado en mis hermanos?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Te sigo
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…”No a todos lleva Dios por un camino; y, por ventura, el que le pareciere va por muy más bajo, está más alto en los ojos del Señor; así que, no porque en esta casa todas traten de oración, han de ser todas contemplativas. Es imposible, y será gran desconsolación para la que no lo es, no entender esta verdad, que esto es cosa que lo da Dios… Yo estuve más de catorce (años) que nunca podía tener aún meditación sino junto con lección… Habrá muchas personas de este arte, y otras que –aunque sea con la lección – no puedan tener meditación, sino rezar vocalmente y aquí se detienen más… Y otras personas hay hartas de esta manera, y si hay humildad no creo yo saldrán peor libradas al cabo, sino muy en igual de los que llevan muchos gustos, y con más seguridad, en parte. Porque no sabemos si los gustos son de Dios, o si los pone el demonio….
Estos otros andan con humildad, sospechosos que es por su culpa, siempre con cuidado de ir adelante. No ven a otros llorar una lágrima, que si ella no las tiene no le parezca está muy atrás en el servicio de Dios. –y debe estar, por ventura, muy más adelante_; porque no son las lágrimas –aunque son buenas_ todas perfectas. Y la humildad y mortificación y desasimiento y otras virtudes, siempre hay más seguridad. No hay que temer ni hayáis miedo que dejéis de llegar a la perfección como los muy contemplativos”…
Santa Teresa de Jesús
PARA REZAR
Señor, tú que nos diste el que te encontráramos
y el ánimo para seguir buscándote,
no nos abandones al cansancio ni a la desesperanza.
Haznos buscarte siempre y cada vez con más ardor.
Y danos fuerzas para adelantar en la búsqueda.
Manda y ordena lo que quieras,
pero limpia mis oídos para que escuchen tu voz.
Sana y abre mis ojos
para que descubran tus indicaciones.
Aparta de mí toda ignorancia
para que reconozca tus caminos.
Dime a dónde debo dirigir la mirada para verte a ti,
y así poder cumplir lo que te agrada
San Agustín – Sobre la Trinidad 12, 28, 5