12 DE DICIEMBRE – NTRA. SRA. DE GUADALUPE (F)
TIEMPO DE ADVIENTO – CICLO B
DOMINGO II
Preparen el camino del Señor
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Isaías 40,1-5.9-11
¡Consuelen, consuelen a mi Pueblo, dice su Dios!
Hablen al corazón de Jerusalén y anúncienle que su tiempo de servicio se ha cumplido, que su culpa está paga, que ha recibido de la mano del Señor doble castigo por todos sus pecados.
Una voz proclama: ¡Preparen en el desierto el camino del Señor, tracen en la estepa un sendero para nuestro Dios!
¡Que se rellenen todos los valles y se aplanen todas las montañas y colinas; que las quebradas se conviertan en llanuras y los terrenos escarpados, en planicies!
Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán juntamente, porque ha hablado la boca del Señor.
Súbete a una montaña elevada, tú que llevas la buena noticia a Sión; levanta con fuerza tu voz, tú que llevas la buena noticia a Jerusalén. Levántala sin temor, di a las ciudades de Judá: «¡Aquí está su Dios!».
Ya llega el Señor con poder y su brazo le asegura el dominio: el premio de su victoria lo acompaña y su recompensa lo precede.
Como un pastor, él apacienta su rebaño, lo reúne con su brazo; lleva sobre su pecho a los corderos y guía con cuidado a las que han dado a luz.
Palabra de Dios
SALMO Sal 85 (84), 9-10.11-12.13-14.
R: Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos.»
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R.
La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R.
El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pedro 3, 8-14
Pero ustedes, queridos hermanos, no deben ignorar que, delante del Señor, un día es como mil años y mil años como un día.
El Señor no tarda en cumplir lo que ha prometido, como algunos se imaginan, sino que tiene paciencia con ustedes porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan.
Sin embargo, el Día del Señor, llegará como un ladrón, y ese día, los cielos desaparecerán estrepitosamente; los elementos serán desintegrados por el fuego, y la tierra, con todo lo que hay en ella, será consumida.
Ya que todas las cosas se desintegrarán de esa manera, ¡qué santa y piadosa debe ser la conducta de ustedes, esperando y acelerando la venida del Día del Señor! Entonces se consumirán los cielos y los elementos quedarán fundidos por el fuego.
Pero nosotros, de acuerdo con la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva donde habitará la justicia. Por eso, queridos hermanos, mientras esperan esto, procuren vivir de tal manera que él los encuentre en paz, sin mancha ni reproche.
Palabra de Dios
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 1,1-8
Comienzo de la Buena Noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios.
Como está escrito en el libro del profeta Isaías: Mira, yo envío a mi mensajero delante de ti para prepararte el camino.
Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos, así se presentó Juan el Bautista en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados.
Toda la gente de Judea y todos los habitantes de Jerusalén acudían a él, y se hacían bautizar en las aguas del Jordán, confesando sus pecados.
Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo: «Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias.
Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo».
Palabra del Señor
PARA REFLEXIONAR
- El profeta, no calla todo lo vivido por el pueblo en el destierro. Ha sido desterrado por sus pecados, por las idolatrías, por las injusticias sociales, por los abusos de los reyes en el poder. Y por eso Dios ha castigado a su pueblo, pero dice el profeta: «¡Consuelen, consuelen a mi pueblo dice nuestro Dios! ¡Hablen al corazón de Jerusalén y griten que se ha cumplido su servicio y está pagado su crimen!». Dios no se complace en hacer sufrir a los hombres, aunque sean pecadores. Dios permite que el hombre sienta en propia carne, la experiencia de no encontrar en las cosas de la tierra, la alegría que Él le ha dado.
***
- La segunda lectura nos habla de ese destino de los hombres y de los pueblos, caminando hacia una tierra nueva y hacia unos cielos nuevos, para que no nos quedemos de rodillas, idolatrando los bienes de esta tierra, que dice que se van a consumir.
- Dios inscribe en el corazón del hombre el deseo del encuentro y el mismo Dios anhela ese encuentro, porque lo que le interesa es salvar; sea niño, sea joven, sea viejo; sea en la edad presente, o sea en el futuro. Lo que espera es que toda esta familia creada, comparta con Él la alegría, la felicidad, la vida divina.
***
- Adviento, el Tiempo de la Alegre Esperanza; y este domingo la liturgia se inicia con un grito cargado de esa alegría y esperanza: ¡Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos! ¡Entonces, todos los hombres verán la Salvación de Dios! En la oración le hemos pedido a Dios que quite todos los obstáculos que puedan estorbar en este encuentro con Él.
- El Adviento es la gran preparación para la venida, la preparación para un encuentro con mayúsculas. Adviento, es una preparación cariñosa para el encuentro con Dios, que viene a responder a ese deseo más íntimo del corazón del hombre: la felicidad. Y el camino que Dios usará para este encuentro es nuestra propia vida, sobre todo cuando se vive en la incesante búsqueda de la verdad, de la justicia y del amor. El encuentro de Dios con su pueblo, seguirá estas mismas coordenadas: la historia que se va haciendo cada día, como patria, como sociedad, como familia. En estos ámbitos hay que dejar que resuene la voz del Señor. «Enderecen los caminos», ésta es la voz de Adviento, la voz de los profetas que resuena plena en Juan Bautista.
- La figura de Juan es un camino, un hombre que se hace camino, que se hace luz, que se hace testimonio; que con su integridad: predica no sólo cuando levanta y señala al Cordero de Dios, sino con su mismo porte de austeridad, de pobreza, de sinceridad, de sencillez, de valentía. Grita y denuncia aunque le cueste la vida. Es de los hombres que son faros que señalan caminos. Hombres con grandeza que no son fruto del marketing, hombres que pueden renunciar a que los sigan, y sacar tajada de lo que han provocado en el corazón del pueblo, diciendo: Preparen el camino del Señor, la vida la vamos construyendo con Dios y entre todos, conviértanse porque sólo así verán el día feliz, la salvación de Dios.
- Dios no habla para que todo siga igual, sino para que todo cambie, para que cambie el hombre y el mundo. Dios no pasa por la historia para que dé lo mismo, pasa para que el hombre se convierta, que no es otra cosa que reconocer que sólo en Dios, y desde Dios, la vida tiene verdadero sentido, y apostar la vida en eso.
- Convertirse no es reprimirse, sino apostar a lo grande, a lo bueno, a lo bello; es volver nuestra mirada hacia la Promesa ya cumplida y encaminar nuestros pasos hacia el reino de Dios que se acerca, que está viniendo y que llega. En cada gesto de Amor su reino llega.
- No esperamos lo incierto, sino lo que sabemos. Jesús vino y vendrá; estamos llamados a preparar el camino y a ser camino, a señalar que existe una verdadera noticia, una noticia que no es mentirosa, noticia que nos cambia la perspectiva de todo: del nacer, del vivir y hasta de la misma muerte: ¡Dios está con nosotros! ¡Dios se acerca al hombre, Jesucristo, para que el hombre pueda acercarse a Dios!
- Adviento tiempo de espera: pero Jesús no es solamente aquél a quien esperamos, sino quien espera algo de nosotros. Juan el Bautista lo dice: ¡Conviértanse! háganse vulnerables a un amor como el de Cristo Salvador, de modo que puedan transparentarlo con la palabra y con el gesto oportuno.
- Convertirnos es agradecer que Dios derroche gratuitamente su vida en nosotros y por eso esforzarnos por una justicia más humana; es reinventar cada día el ánimo y la esperanza, la alegría, y el optimismo realista buscando los pequeños signos del paso de Dios por la vida.
- Convertirnos es querer mirar a todos como hermanos, a pesar de que haya muchos que ganen con la guerra y la división. Es buscar lo que nos une por encima de posiciones, ideas, o estilos. Convertirnos es sentir en nuestra carne y nuestra sangre todos y cada uno de los problemas y dolores del mundo y de los hombres, de modo que nada nos resulte indiferente y ajeno, y en todo intentemos poner un poco más de sinceridad, de justicia y de unidad.
- Convertirnos es abandonarnos en las manos Providentes del Padre y, rompiendo todo tipo de egoísmo, sentirnos manos providentes de nuestros hermanos, es no creer que somos los dueños de la verdad y permitirle al otro que sea distinto, sin enjuiciarlo, condenarlo, despreciarlo o minusvalorarlo.
- Convertirnos es ser un buen padre, un profesional responsable, un hijo sincero, un esposo o esposa fiel en los momentos de alegría y en los que la vida se hace cuesta arriba; es ser amigo honesto; es pasar por la vida identificándonos con Aquel que «pasó haciendo el bien».
- Convertirnos es no confundir en nuestra vida de fe, lo esencial con lo accesorio, hacer carne de nuestra carne el mensaje de liberación que Cristo trajo con el rostro de un Dios ternura.
- Convertirnos es no aflojar de soñar y hacer nuestro el sueño de Dios: su Reino, un Reino que está en cada hombre que se ha abierto a la esperanza y cree firmemente que no está dicha la última palabra.
- Cuando nuestro esfuerzo de cada día intenta vivir todo esto, y más aún, aunque sea pálidamente y a veces no sin dolor, la vida será una explosión de gracia tan grande, que todos verán la salvación de Dios, se sentirán convocados por ella y no habrá que andar buscando paliativos mentirosos a la felicidad.
PARA DISCERNIR
- ¿Mis caminos son los de Dios?
- ¿Qué necesito cambiar en el camino de mi vida para alcanzar la felicidad que Dios me ofrece?
- ¿Busco la presencia de Dios en mi caminar de cada día?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Preparemos un camino al Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Una voz grita en el desierto
…”Una voz grita en el desierto: «Preparad un camino al Señor, allanad una calzada para nuestro Dios.» El profeta declara abiertamente que su vaticinio no ha de realizarse en Jerusalén, sino en el desierto; a saber, que se manifestará la gloria del Señor, y la salvación de Dios llegará a conocimiento de todos los hombres.
Y todo esto, de acuerdo con la historia y a la letra, se cumplió precisamente cuando Juan Bautista predicó el advenimiento salvador de Dios en el desierto del Jordán, donde la salvación de Dios se dejó ver. Pues Cristo y su gloria se pusieron de manifiesto para todos cuando, una vez bautizado, se abrieron los cielos y el Espíritu Santo descendió en forma de paloma y se posó sobre él, mientras se oía la voz del Padre que daba testimonio de su Hijo: Éste es mi Hijo, el amado; escuchadlo.
Todo esto se decía porque Dios había de presentarse en el desierto, impracticable e inaccesible desde siempre. Se trataba, en efecto, de todas las gentes privadas del conocimiento de Dios, con las que no pudieron entrar en contacto los justos de Dios y los profetas.
Por este motivo, aquella voz manda preparar un camino para la Palabra de Dios, así como allanar sus obstáculos y asperezas, para que cuando venga nuestro Dios pueda caminar sin dificultad. Preparad un camino al Señor: se trata de la predicación evangélica y de la nueva consolación, con el deseo de que la salvación de Dios llegue a conocimiento de todos los hombres.
Súbete a un monte elevado, heraldo de Sión; alza fuerte la voz, heraldo de Jerusalén. Estas expresiones de los antiguos profetas encajan muy bien y se refieren con oportunidad a los evangelistas: ellas anuncian el advenimiento de Dios a los hombres, después de haberse hablado de la voz que grita en el desierto. Pues a la profecía de Juan Bautista sigue coherentemente la mención de los evangelistas.
¿Cuál es esta Sión sino aquella misma que antes se llamaba Jerusalén? Y ella misma era aquel monte al que la Escritura se refiere cuando dice: El monte Sión donde pusiste tu morada; y el Apóstol: Os habéis acercado al monte Sión. ¿Acaso de esta forma se estará aludiendo al coro apostólico, escogido de entre el primitivo pueblo de la circuncisión?
Y esta Sión y Jerusalén es la que recibió la salvación de Dios, la misma que a su vez se yergue sublime sobre el monte de Dios, es decir, sobre su Verbo unigénito: a la cual Dios manda que, una vez ascendida la sublime cumbre, anuncie la palabra de salvación. ¿Y quién es el que evangeliza sino el coro apostólico? ¿Y qué es evangelizar? Predicar a todos los hombres, y en primer lugar a las ciudades de Judá, que Cristo ha venido a la tierra”…
Eusebio de Cesarea, sobre el libro de Isaías (Cap. 40)
PARA REZAR
¿Qué quieres que haga?
Ahora que te siento vivo en mis adentros,
ahora que escucho tu palpitar en lo que me envuelve,
ahora que te desvelas en mis silencios…
Señor… ¿qué quieres que haga?
Aquí estoy
dispuesto a hacer tu voluntad.
Ayúdame a descubrirla entre los ruidos y prisas,
a saber discernir entre cada instante,
en cada circunstancia,
en cada presente.
Hazme ver, Señor, la parte que me corresponde;
el lugar que debo ocupar al servicio de mis hermanos.
Que sea tu Espíritu el que guíe mis pasos
y no mis enmascarados egoísmos.
Abre caminos,
marca senderos,
donde pueda serte fiel testigo del Evangelio,
donde pueda ser fiel continuador
de tu obra de amor,
desde lo que yo soy.
Sé que desde siempre cuentas conmigo
para colaborar contigo,
en la edificación del reino.
Ante ti, Señor,
tal como soy,
desde mi nada…
¿qué quieres que haga?
LUNES II
Hoy hemos visto cosas maravillosas
Lectura del libro del profeta Isaías 35, 1-10
¡Regocíjense el desierto y la tierra reseca, alégrese y florezca la estepa! ¡Sí, florezca como el narciso, que se alegre y prorrumpa en cantos de júbilo! Le ha sido dada la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarón. Ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios.
Fortalezcan los brazos débiles, robustezcan las rodillas vacilantes; digan a los que están desalentados: « ¡Sean fuertes, no teman: ahí está su Dios! Llega la venganza, la represalia de Dios: él mismo viene a salvarlos.»
Entonces se abrirán los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos; entonces el tullido saltará como un ciervo y la lengua de los mudos gritará de júbilo. Porque brotarán aguas en el desierto y torrentes en la estepa; el páramo se convertirá en un estanque y la tierra sedienta en manantiales; la morada donde se recostaban los chacales será un paraje de cañas y papiros.
Allí habrá una senda y un camino que se llamará «Camino santo.» No lo recorrerá ningún impuro ni los necios vagarán por él; no habrá allí ningún león ni penetrarán en él las fieras salvajes. Por allí caminarán los redimidos, volverán los rescatados por el Señor; y entrarán en Sión con gritos de júbilo, coronados de una alegría perpetua: los acompañarán el gozo y la alegría, la tristeza y los gemidos se alejarán.
Palabra de Dios.
SALMO 84, 9ab y 10. 11-12. 13-14
R. Ahí está nuestro Dios, viene a salvarnos.
Voy a proclamar lo que dice el Señor:
el Señor promete la paz,
la paz para su pueblo y sus amigos.
Su salvación está muy cerca de sus fieles,
y la Gloria habitará en nuestra tierra. R.
El Amor y la Verdad se encontrarán,
la Justicia y la Paz se abrazarán;
la Verdad brotará de la tierra
y la Justicia mirará desde el cielo. R.
El mismo Señor nos dará sus bienes
y nuestra tierra producirá sus frutos.
La Justicia irá delante de él,
y la Paz, sobre la huella de sus pasos. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 5, 17-26
Un día, mientras Jesús enseñaba, había entre los presentes algunos fariseos y doctores de la Ley, llegados de todas las regiones de Galilea, de Judea y de Jerusalén. La fuerza del Señor le daba poder para curar. Llegaron entonces unas personas transportando a un paralítico sobre una camilla y buscaban el modo de entrar, para llevarlo ante Jesús. Como no sabían por dónde introducirlo a causa de la multitud, subieron a la terraza y, desde el techo, lo bajaron con su camilla en medio de la concurrencia y lo pusieron delante de Jesús.
Al ver su fe, Jesús le dijo: «Hombre, tus pecados te son perdonados.»
Los escribas y los fariseos comenzaron a preguntarse: « ¿Quién es este que blasfema? ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?» Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: « ¿Qué es lo que están pensando? ¿Qué es más fácil decir: «Tus pecados están perdonados», o «Levántate y camina»? Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados -dijo al paralítico- yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vuelve a tu casa.»
Inmediatamente se levantó a la vista de todos, tomó su camilla y se fue a su casa alabando a Dios. Todos quedaron llenos de asombro y glorificaban a Dios, diciendo con gran temor: «Hoy hemos visto cosas maravillosas.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- Durante esta segunda semana de Adviento, leeremos unos pasajes de la segunda parte del libro de Isaías.
- Esta segunda parte de Isaías se conoce también como «el libro de la consolación». Jerusalén, como Samaría, ha sido destruida, el Templo profanado y arruinado por los ejércitos enemigos, y todos los judíos aptos para el trabajo fueron deportados a Babilonia donde están sometidos a duros trabajos. En ese contexto, el profeta medita sobre el “retorno a la tierra santa”. Con imágenes de alegría tales como el desierto florecido el profeta hace una vigorosa predicación de esperanza.
- Las amarguras de la opresión y el mal causado por los babilonios serán cambiados por tiempos mejores. No se trata de tiempos nuevos y mejores sólo para los humanos, sino que esa transformación o esa bendición, también incluye a la naturaleza.
- Todos han de regocijarse en el Señor, pues Él jamás ha dejado de amar a su pueblo. Deben recobrar el ánimo porque no sólo hay que reconstruir la ciudad, sino el Templo de Dios. Pero antes es necesario reconstruir el corazón y llenarlo de esperanza para poder poner manos a la obra.
- Ésta es una obra personal de Yahvé donde revela su poder, sus caminos y su misericordia.
***
- El evangelio aclara y completa el sentido de esta página del profeta Isaías: en Cristo Jesús se restaura todo lo perdido por el pecado de Adán. Cristo, perdonando el pecado y curando a los enfermos se nos presenta como el auténtico Salvador y Redentor. La salvación del hombre consiste en su transformación. Pero el hombre es incapaz de transformarse por sí solo. Este paralítico, como tantos otros, estaba totalmente impedido para desempeñarse como cualquier otro hombre. A esta dolorosa limitación había que sumarle el desprecio al que era sometido debido a que se consideraba que la enfermedad provenía del pecado. Cuanto más grave la enfermedad, tanto mayor se suponía que era el pecado que habría cometido el enfermo, la familia o algún antepasado.
- Jesús se presenta como el que salva, el que cura, el que perdona. Al ver la fe de aquellos hombres, recibe con ternura al paralítico, lo cura de su mal y le perdona sus pecados dándole así, más de lo que pedía. Lo que le ofrece no sólo es la salud, sino la liberación integral de su persona.
- Para el judío el perdón de los pecados sólo podía otorgarlo Dios. Por eso a la perplejidad de constatar cómo Jesús va sanando a muchos de sus males, se agrega el escándalo de ver que se atreve a perdonar los pecados al paralítico.
- Lo que promete Isaías, Jesús lo hizo realidad. El ser humano, cualquiera que sea, tiene un valor tan grande que las leyes y las normas tienen que ser una ayuda y no una traba en su desarrollo como persona y como creyente. La fe se afirma en la certeza de que el Dios de la Vida está en medio de nosotros para hacernos crecer en dignidad, justicia y solidaridad. La fe en Dios no puede ser un pretexto para marginar y recriminar a nadie. Los notables del pueblo se escandalizan mientras la gente sencilla alaba a Dios por lo que han visto y oído.
- Jesús no sólo ha venido a ayudarnos en nuestros dolores y pobrezas, no sólo ha venido a curarnos de nuestras enfermedades; nos ha abierto las puertas de la salvación. Él ha venido para liberarnos de la esclavitud del pecado y de la muerte para que vivamos la libertad de los Hijos de Dios.
- Los que hemos recibido la salvación que Dios nos ofrece en Cristo, tenemos que ser los primeros en preocuparnos del bien y la salvación de los demás, trabajando intensamente y utilizando todos los medios a nuestro alcance para conducirlos al encuentro con el Señor.
- El mensaje del Adviento es hoy, y siempre ante tantas rodillas vacilantes y manos temblorosas: “levanten la cabeza, ya viene la liberación”, “no tengas miedo”, “tus pecados son perdonados, levántate y anda”.
PARA DISCERNIR
- ¿Qué cosas me paralizan en mi camino de fe?
- ¿Busco al Señor con humildad?
- ¿Reconozco el daño que produce el pecado en mi vida?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
No temo, Dios me salva
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
« ¿Quién puede perdonar pecados más que Dios?»
…¡Oh desdichado Adán! ¿Qué buscas que sea mejor que la presencia divina? Pero, hete aquí, ingrato, rumiando tu fechoría: « ¡No; seré como Dios!» (Cf. Gn 3,5). ¡Qué orgullo tan intolerable! Acabas de ser hecho de arcilla y barro y, en tu insolencia, ¿quieres hacerte semejante a Dios ?… Es así como el orgullo ha engendrado la desobediencia, causa de nuestra desdicha…
¿Qué humildad podría compensar orgullo tan grande? ¿Es que hay obediencia de hombre capaz de rescatar semejante falta? Cautivo ¿cómo puede liberar a un cautivo?; impuro ¿cómo puede liberar a un impuro? Dios mío ¿va a perecer vuestra criatura? « ¿Es que Dios se ha olvidado de su bondad, o la cólera cierra sus entrañas?» (Sl 76,10). ¡Oh no! « Mis pensamientos son de paz y no de aflicción » dice el Señor (Jr 29,11).
¡Apresúrate, pues, Señor; date prisa! Mira las lágrimas de los pobres; fíjate, «el gemido de los cautivos llega hasta ti» (Sl 78,11). Tiempo de dicha, día amable y deseado, cuando la voz del Padre exclama: «Por la opresión del humilde, por el gemido del pobre, yo me levantaré» (Sl 11,6)… Sí, «Ven a salvarnos, Señor, ven tú mismo, porque se acaban los buenos» (Sl 11,2)…
Aelredo de Rielvaux (1110-1167), monje cisterciense – Sermón para Navidad
PARA REZAR
¡Ven Señor! Tú eres el Dios de la Vida,
¡Ven Señor! tú eres el compañero fiel
que está siempre a mi lado.
¡Ven Señor! Maestro que me descubre
mis propios talentos y dones.
¡Ven Señor! Amigo que me palmea el hombro
y me alienta en el camino.
¡Ven Señor! Horizonte de mis días,
¡Ven Señor! Alegría de mi sonrisa
y sostén firme de mi existencia.
¡Ven Señor! Tú eres mi Dios,
aquel que quiero seguir
aunque cueste y sea difícil,
aunque haya renuncias y opciones.
¡Ven Señor! Porque Tu eres la Vida y el Camino,
la fuente de donde brota mi propia vida
y el destino final de mi sendero.
¡Ven Señor! Tú eres el Dios de la Vida
el Señor, el Dios con nosotros.
MARTES II
12 DE DICIEMBRE – NTRA. SRA. DE GUADALUPE (F)
¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?
Lectura del libro del Profeta Isaías 7,10-14; 8,10
Una vez más, el Señor habló a Ajaz en estos términos: «Pide para ti un signo de parte del Señor, en lo profundo del Abismo, o arriba, en las alturas».
Pero Ajaz respondió: «No lo pediré ni tentaré al Señor».
Isaías dijo: «Escuchen, entonces, casa de David: ¿Acaso no les basta cansar a los hombres, que cansan también a mi Dios?
Por eso el Señor mismo les dará un signo. Miren, la joven está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emanuel.
Hagan un proyecto: ¡fracasará! Digan una palabra: ¡no se realizará! Porque Dios está con nosotros.
Palabra de Dios.
SALMO 66, 2-3. 5. 7-8
R: ¡Aclame al Señor toda la tierra!
¡Canten la gloria de su Nombre!
Tribútenle una alabanza gloriosa,
digan al Señor:
«¡Qué admirables son tus obras!». R.
Por la inmensidad de tu poder,
tus enemigos te rinden reverencia.
Vengan a ver las obras del Señor,
las cosas admirables que hizo por los hombres. R.
El gobierna eternamente con su fuerza;
sus ojos vigilan a las naciones.
Bendigan, pueblos, a nuestro Dios,
hagan oír bien alto su alabanza. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-48
María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó:
« ¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor.»
María dijo entonces: «Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- Celebramos la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de América Latina. En su rostro indígena, en el rostro moreno de María reconocemos nuestra propia raza, los hijos de esta tierra latinoamericana a quienes María quiere hacer llegar su maternal protección.
- Dios ha irrumpido en la historia del hombre haciéndose uno de nosotros. El Hijo de Dios, encarnado en María, lleva a su pleno cumplimiento las promesas hechas a nuestros antiguos padres. María, la Madre del Hijo de Dios Encarnado, se convierte en la portadora de esa salvación para Isabel que queda llena del Espíritu Santo.
- Una de las constantes en la vida de María fue y ha sido su servicio. María se presenta como la servidora, la que está siempre atenta a las necesidades del prójimo. Desde que Jesús nos la dejó como Madre, ella, con gran amor continúa realizando esta acción de amor en sus hijos.
- María recoge las expectativas y esperanzas de salvación del “pequeño resto” de Israel, y hoy sigue siendo el prototipo de madre y mediadora que recoge los anhelos y esperanzas de los más pobres.
- María, además de Madre de Jesús, es para nosotros figura y prototipo de la Iglesia que se convierte en misionera, en portadora de la salvación, en engendradora del Salvador, en el corazón de todos los hombres, por la fuerza del Espíritu Santo que habita en ella.
- El pueblo indígena se encuentra en crisis después de la caída del Imperio Azteca. La presencia de María de Guadalupe viene a darle nuevas fuerzas, viene a ser Evangelio: buena noticia para este pueblo.
- El acontecimiento encierra diferentes Buenas Nuevas. La Virgen de Guadalupe – es “La que Procede de la Región de la Luz como Águila de Fuego”-. Y el Fuego que la transforma en Sol, es el Niño-Sol que lleva en su seno. Es la Noticia portadora de Alegría.
- Es Buena Noticia porque Guadalupe reivindica a Juan Diego en su dignidad de persona, de protagonista responsable de una historia, capaz de llevar una misión a su exitosa culminación.
- Su Buena Noticia es una palabra eficaz. Cura sin duda al tío Bernardino que ya agoniza a causa de una enfermedad mortal. Juan Bernardino personifica al pueblo mexicano conquistado, abatido, contagiado. Pero Guadalupe transforma al Tepeyacac en un jardín de exquisitas, frescas, perfumadas y significativas rosas. No era el tiempo ni el lugar apropiado para que las hubiera.
- Nuestra Señora, transforma también el corazón de quien se abre a la novedad: Fray Juan de Zumárraga tendrá que reconocer la fuerza de lo verdadero que proviene del mundo nuevo de los conquistados. De todos ellos se hará eco y voz Santa María de Guadalupe, desde el TEPEYAC.
- Las palabras que dice a Juan Diego: ¿Por qué temes?, ¿no estoy yo aquí que soy tu Madre? son el signo y a la vez promesa que invitan a confiar en ella y en su poderosa intercesión.
- Hoy en América Latina Nuestra Señora de Guadalupe, despierta en nuestro pueblo una gran confianza de hijos, ya que desde su misma imagen mestiza se presenta cercana y unida al pueblo pobre para ayudarlo y defenderlo en sus dolores y angustias más profundas; y al mostrar su predilección por los humildes y necesitados nos impulsa a vivir un amor generoso y compasivo.
PARA DISCERNIR
- ¿Experimento el cuidado de la Santísima Virgen?
- ¿Me identifico con los más pobres de mi pueblo?
- ¿Me siento parte del pueblo latinoamericano?
PARA REZAR
Oración a la Virgen de Guadalupe
Préstame Madre tus ojos,
para con ellos poder mirar,
porque si con ellos miro,
nunca volveré a pecar.
Préstame Madre tus labios,
para con ellos rezar,
porque si con ellos rezo,
Jesús me podrá escuchar.
Préstame Madre tu lengua,
para poder comulgar,
pues es tu lengua patena de amor y santidad.
Préstame Madre tus brazos,
para poder trabajar,
que así rendirá el trabajo una y mil veces más.
Préstame Madre tu manto,
para cubrir mi maldad,
pues cubierta con tu manto al Cielo he de llegar.
Préstame Madre a tu Hijo,
para poder yo amar.
Si tú me das a Jesús,
qué más puedo yo desear
y ésta será mi dicha
por toda la eternidad.
Amén.
MIÉRCOLES II
Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón
Lectura del libro del profeta Isaías 40, 25-31
« ¿A quién me van a asemejar, para que yo me iguale a él?», dice el Santo. Levanten los ojos a lo alto y miren: ¿quién creó todos estos seres? El que hace salir a su ejército uno por uno y los llama a todos por su nombre: ¡su vigor es tan grande, tan firme su fuerza, que no falta ni uno solo!
¿Por qué dices, Jacob, y lo repites tú, Israel: «Al Señor se le oculta mi camino y mi derecho pasa desapercibido a mi Dios»? ¿No lo sabes acaso? ¿Nunca lo has escuchado?
El Señor es un Dios eterno, él crea los confines de la tierra; no se fatiga ni se agota, su inteligencia es inescrutable. El fortalece al que está fatigado y acrecienta la fuerza del que no tiene vigor.
Los jóvenes se fatigan y se agotan, los muchachos tropiezan y caen. Pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, despliegan alas como las águilas; corren y no se agotan, avanzan y no se fatigan.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 102, 1-2. 3-4. 8 y 10 (R.: 1a)
R. Bendice al Señor, alma mía.
Bendice al Señor, alma mía,
que todo mi ser bendiga a su santo Nombre;
bendice al Señor, alma mía,
y nunca olvides sus beneficios. R.
El perdona todas tus culpas
y cura todas tus dolencias;
rescata tu vida del sepulcro,
te corona de amor y de ternura. R.
El Señor es bondadoso y compasivo,
lento para enojarse y de gran misericordia;
no nos trata según nuestros pecados
ni nos paga conforme a nuestras culpas. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 28-30
Jesús tomó la palabra y dijo:
«Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- El destierro se prolonga y el pueblo no deja de repetir que ya no hay futuro ni salvación posible. Todo se pone en tela de juicio y a Dios se lo acusa de haberse olvidado de su pueblo. En esa circunstancia se alza el profeta que no tolera semejantes reproches. La certeza de la fidelidad de Dios tiene que seguir siendo la piedra angular de la fe de Israel. Por eso los invita a poner la vista más allá: Dios es el dueño del mundo, es el único, el incomparable, el santo. Él es el fiel y no abandona su obra de salvación.
- El profeta acaba con un acto de fe: «Los que esperan en Yahvé renuevan sus fuerzas, echan alas como las águilas». Si el pueblo se había sentido abandonado en el exilio, y estaba cansado de esperar, el Señor nunca se cansa y está atento a las súplicas de su pueblo.
***
- Con la multiplicación de leyes y preceptos, la dependencia agobiante de la estructura religiosa se había convertido en una carga insoportable; era el “yugo” que pesaba sobre la gente. El aparato religioso que se había montado, en lugar de proporcionar el espacio sagrado para el encuentro con Dios, lo reducía a un ámbito al que sólo podían acceder algunos privilegiados. El legalismo fariseo había creado en torno suyo una moral sin alegría, ni paz.
- Jesús se presenta como humilde y sencillo. Con esta afirmación se contrapone, en general, a «los sabios y entendidos», y, en particular, a los autosuficientes maestros de la ley.
- Las palabras de Jesús son una invitación a la esperanza. Jesús ofrece en contraposición a todo el peso de la ley que sofocaban el espíritu, el yugo y la carga de su ley, que por ser “el amor” resulta suave y fácil de llevar. De allí nace la invitación a deshacer lazos esclavizantes y establecer un nuevo tipo de relación religiosa aprendiendo del Él, identificándonos con Él; viviendo con Él y desde Él.
- Para poder cargar con su yugo nos invita a ir a Él, porque nos quiere cercanos, discípulos en la escuela del amor, en la que se aprende por la gratuidad del compartir. Sólo en esta escuela se puede aprender el verdadero sentido liberador de la ley. Jesús no exige menos que los demás rabinos; exige de otra manera. Abre primero la puerta del reino de la misericordia a los “pobres” y a los “mansos”; después los invita a una nueva “justicia”.
- Jesús hoy pide que nos acerquemos a Él, porque su yugo es el más liviano. Y no es que no implique luchas, desalientos, y hasta persecuciones. La carga ligera que nos ofrece es la experiencia del Evangelio que nos enseña a amar y a perdonar, a ser solidarios con los que sufren, a compartir lo que tenemos. A crear un mundo más justo y más humano en el que podamos vivir como hermanos, como amigos.
- Para eso nace Jesús y para eso nos preparamos en este Adviento: para recibirlo en nuestras vidas, para comprometernos con Él a llevar el peso de los que están abrumados o caídos bajo el peso de sus angustias y dolores.
- En la liturgia de hoy, si bien, tanto el profeta como Jesús, nos hablan de los que están cansados, nos asegura que Dios quiere ayudar a los desfallecidos comunicándoles su fuerza.
PARA DISCERNIR
- ¿Vivir la fe me resulta un peso insoportable?
- ¿Experimento el sentido liberador de la ley?
- ¿Me dejo acompañar por Jesús?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Jesús manso y humilde de corazón haz mi corazón semejante al tuyo
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Su gloria llenará la tierra
…”Nuevo es el himno, o el cántico, como corresponde a la novedad de las cosas: El que es de Cristo es una criatura nueva. Pues está escrito: Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado. Los israelitas fueron rescatados de la tiranía de los egipcios por la mano del sapientísimo Moisés: fueron liberados del trabajo de los ladrillos y de los vanos sudores de las preocupaciones terrenas, de la sevicia de los capataces y de la crueldad del faraón. Atravesaron por medio del mar, comieron el maná en el desierto, bebieron el agua de la roca, atravesaron el Jordán a pie enjuto, entraron en la tierra prometida.
Pues bien: todo esto se renueva en nosotros de un modo incomparablemente mejor que en la antigüedad. En efecto, nos hemos emancipado, no de la esclavitud carnal sino de la espiritual, y en vez de las preocupaciones terrenas, hemos sido liberados de toda mancha de codicia carnal; no nos hemos librado de los capataces egipcios ni de un tirano impío y despiadado, hombre al fin y al cabo como nosotros, sino más bien de los malvados y nefandos demonios que nos inducen al pecado, y del jefe de semejante grey, o sea, de Satanás.
Hemos atravesado, como un mar, el oleaje de la presente vida con su cortejo de innumerables y vanas agitaciones. Hemos comido el maná espiritual e intelectual, y el pan del cielo que da vida al mundo; hemos bebido el agua que brotaba de la roca, es decir, de las aguas cristalinas de Cristo, abundantes, deliciosas. Hemos atravesado el Jordán a través del inapreciable don del bautismo. Hemos entrado en la tierra prometida y digna de los santos, de la que el mismo Salvador hace mención cuando dice: Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra.
Era por tanto conveniente que por estos acontecimientos nuevos el reino de Cristo, esto es, todos los que sumisos le obedecen, cantaran un cántico nuevo. Y este himno o, lo que es lo mismo, esta digna glorificación, debe ser cantado no sólo por los judíos, sino desde el uno al otro confín de la tierra, es decir, por todos cuantos viven en la tierra entera. En otro tiempo Dios se manifestaba en Judá y en solo Israel era grande su fama. Pero una vez que hemos sido llamados por Cristo al conocimiento de la verdad, el cielo y la tierra están llenos de su gloria. Así lo afirma el salmista: Su gloria llenará la tierra.
San Cirilo de Alejandría, Comentario sobre el libro del profeta Isaías (Lib. 4, or 1: PG 70, 859-861)
PARA REZAR
Ven Señor Jesús
Ven Señor Jesús, para que podamos ir hacia ti
como hermanos tuyos y nos hagas participar
del misterioso y gran de tu Padre.
Ven Señor Jesús, para que podamos conocer el camino
que nos lleva a aprender de tu mansedumbre fiel
y de la humildad serena y fuerte de tu corazón.
Ven Señor Jesús, porque no son nuestros méritos
lo que mueve tu corazón a amarnos
sino nuestros cansancios y debilidades.
Ven Señor Jesús, colócanos tu yugo suave
que no nos aplasta sino que nos anima a seguir andando.
JUEVES II
No ha nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista
Lectura del libro del profeta Isaías 41, 13-20
Yo, el Señor, soy tu Dios, el que te sostengo de la mano derecha y te digo: «No temas, yo vengo en tu ayuda.»
Tú eres un gusano, Jacob, eres una lombriz, Israel, pero no temas, yo vengo en tu ayuda -oráculo del Señor- y tu redentor es el Santo de Israel.
Yo te convertiré en una trilladora, afilada, nueva, de doble filo: trillarás las montañas y las pulverizarás, y dejarás las colinas como rastrojo. Las aventarás y el viento se las llevará, y las dispersará la tormenta; y tú te alegrarás en el Señor, te gloriarás en el Santo de Israel.
Los pobres y los indigentes buscan agua en vano, su lengua está reseca por la sed. Pero yo, el Señor, les responderé, yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.
Haré brotar ríos en las cumbres desiertas y manantiales en medio de los valles; convertiré el desierto en estanques, la tierra árida en vertientes de agua.
Pondré en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivos silvestres; plantaré en la estepa cipreses, junto con olmos y pinos, para que ellos vean y reconozcan, para que reflexionen y comprendan de una vez que la mano del Señor ha hecho esto, que el Santo de Israel lo ha creado.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 144, 1 y 9. 10-11. 12-13ab (R.: 8)
R. El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia.
Te alabaré, Dios mío, a ti, el único Rey,
y bendeciré tu Nombre eternamente;
el Señor es bueno con todos
y tiene compasión de todas sus criaturas. R.
Que todas tus obras te den gracias, Señor,
y tus fieles te bendigan;
que anuncien la gloria de tu reino
y proclamen tu poder. R.
Así manifestarán a los hombres tu fuerza
y el glorioso esplendor de tu reino:
tu reino es un reino eterno,
y tu dominio permanece para siempre. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 11-15
Jesús dijo a la multitud:
«Les aseguro que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él.
Desde la época de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos es combatido violentamente, y los violentos intentan arrebatarlo. Porque todos los Profetas, lo mismo que la Ley, han profetizado hasta Juan. Y si ustedes quieren creerme, él es aquel Elías que debe volver.
¡El que tenga oídos, que oiga!»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- Israel siente que en el destierro ha sido como un gusano pisoteado por las naciones. Las imágenes que usa el profeta para mostrar la salvación que traerá el Mesías están llenas de poesía y de esperanza. Dará de beber a los sedientos, responderá a todo el que lo invoque, hará surgir ríos en terrenos áridos, transformará el desierto llenándolo de árboles de toda especie. Dios cuida de su pueblo y lo llama a ser instrumento de salvación para los demás.
***
- Ese Dios volcado hacia su pueblo decidió, al cumplirse la plenitud de los tiempos, enviar a su Hijo al mundo. Y quiso también que su venida estuviera preparada por un precursor, Juan Bautista.
- El Bautista es el que establece el puente hacia los tiempos nuevos, los definitivos. Jesús lo alaba diciendo que es el profeta a quien se había anunciado cuando se decía que Elías volvería y que es el más grande de los nacidos de mujer.
- El Bautista supo mantenerse en su lugar con verdad reconociendo que no era él el Salvador, sino el que le preparaba el camino. Vivió en la austeridad y predicó sin recortes ni grises el mensaje de conversión. Fue la voz que clamó en el desierto para preparar la venida del Mesías, encaminó a sus discípulos hacia Jesús, el nuevo y definitivo Maestro.
- Con Juan Bautista han terminado los tiempos de la Ley y de los profetas. Antes, el camino de salvación se realizaba a través del cumplimiento de la ley y de la pureza ritual, de ahora en adelante, el camino de salvación está trazado por el seguimiento de Jesús.
- Con este marco el Señor aprovecha para decir que su Reino supone esfuerzo, que hace violencia. Sólo los esforzados harán experiencia del reino nuevo. Es un orden nuevo exigente y radical. La vida del Reino inevitablemente genera violencia, rupturas, propias del paso a lo nuevo. El parto lleva consigo la violencia de lo que se abandona, por la vida nueva que irrumpe. El Bautista ya anunció que el hacha estaba dispuesta para cortar el árbol. El Reino es gracia y tarea, es salvación y juicio a la vez.
- El Reino no se hará presente como por acto de magia, ni se expresará débilmente. Desde la búsqueda de una justicia largamente esperada, desde la defensa de la dignidad del hombre, desde el compromiso con los pobres y los que sufren, desde la fuerza por hacer presente la Vida sobre la muerte, el Reino se mostrará violento, recreando y renovando.
- Vivir el Adviento supone esfuerzo, no es un tiempo dulzón y sentimental. El don de Dios es siempre a la vez tarea y compromiso. Es palabra de consuelo y de conversión.
PARA DISCERNIR
- ¿Me animo a hacer violencia con las cosas que me impiden vivir el reino?
- ¿Vivo con tibieza y acomodándome a las cosas?
- ¿Me dejo apasionar por la novedad del reino de Jesús?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Que venga tu Reino Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Juan era la lámpara que arde e ilumina» (Jn 5,35)
…” Cuando la justicia soberana dijo a Noé: «Tú eres el único justo que he encontrado» (Gn 7,1) fue un gran elogio de su justicia. Es signo de un mérito muy grande cuando Dios asegura a Abrahán que es por él que se cumplirán las promesas… ¡Qué gloria para Moisés, cuando Dios arde de celo para defenderle y confundir a sus enemigos! (cfr Num. 12,6s)… Y ¿qué decir de David en quien el Señor se felicita por haber encontrado en él a «un hombre según su corazón»? (1Sam 13,14).
Y sin embargo, por muy grande que haya sido la grandeza de estos hombres, ni entre ellos ni entre los demás «nacidos de mujer», «no ha habido ninguno mayor que Juan el Bautista», según el testimonio del Hijo de la Virgen. Es cierto que no todas las estrellas tienen el mismo brillo (1C 15,41), y en el coro de los santos astros que han iluminado la noche de este mundo antes que amaneciera el verdadero Sol, algunos han brillado con un resplandor admirable. Sin embargo ninguno de ellos no ha sido mayor ni más brillante que esta estrella de la mañana, esta lámpara ardiente y luminosa preparada por Dios para su Cristo (cfr Sl 131,17). Primera luz matutina, estrella de la aurora, precursor del Sol, anuncia a los mortales la inminencia del día y grita a los que duermen «en tinieblas y en sombras de muerte» (Lc 1,79): «Convertíos, porque el Reino de Dios está cerca» (Mt 3,2). Es como si dijera: «La noche está avanzada, el día se echa encima: dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz» (Rm 13,12). «Despierta tú que duermes, levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz» (Ef. 5,14).
Beato Guerrico de Igny (hacia 1080-1157), abad cisterciense – 3er sermón para la Natividad de san Juan Bautista, 1-2; PL 185, 169
PARA REZAR
Señor Jesús
mientras peregrino navegando
sobre turbulentas aguas de mi vida
dame la alegría de tener como brújula
un corazón que me lleve hacia el puerto del amor.
Dame un corazón de POBRE
capaz de amar, para abrirse y entregarse.
Dame un corazón PACIENTE
capaz de amar, viviendo esperanzado.
Dame un corazón PACIFICO
capaz de amar, sembrando la paz en el mundo.
Dame un corazón JUSTO
capaz de amar, jugándose por la justicia.
Dame un corazón MISERICORDIOSO
capaz de amar, comprendiendo y perdonando.
Dame un corazón SENSIBLE
capaz de amar, llorando sin desalientos.
Dame un corazón PURO
capaz de amar, descubriendo a Dios en el hombre.
Dame un corazón FUERTE
capaz de amar, siendo fiel hasta la muerte.
Dame un corazón EVANGÉLICO
capaz de amar.
VIERNES II
La sabiduría se reconoce por las obras
Lectura del libro del profeta Isaías 48, 17-19
Así habla el Señor, tu redentor, el Santo de Israel:
Yo soy el Señor, tu Dios, el que te instruye para tu provecho, el que te guía por el camino que debes seguir.
¡Si tú hubieras atendido a mis mandamientos, tu prosperidad sería como un río y tu justicia, como las olas del mar! Como la arena sería tu descendencia, como los granos de arena, el fruto de tus entrañas; tu nombre no habría sido extirpado ni borrado de mi presencia.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6 (R.: cf. Jn 8, 12)
R. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la Vida.
¡Feliz el hombre
que no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en el camino de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los impíos,
sino que se complace en la ley del Señor
y la medita de día y de noche! R.
El es como un árbol
plantado al borde de las aguas,
que produce fruto a su debido tiempo,
y cuyas hojas nunca se marchitan:
todo lo que haga le saldrá bien. R.
No sucede así con los malvados:
ellos son como paja que se lleva el viento.
Porque el Señor cuida el camino de los justos,
pero el camino de los malvados termina mal. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 16-19
Jesús dijo a la multitud:
« ¿Con quién puedo comparar a esta generación? Se parece a esos muchachos que, sentados en la plaza, gritan a los otros: «¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!»
Porque llegó Juan, que no come ni bebe, y ustedes dicen: «¡Ha perdido la cabeza!» Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: «Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores.» Pero la Sabiduría ha quedado justificada por sus obras.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- Todo pecado priva de la bendición de Dios. El pueblo debía tener conciencia desde muy antiguo que Yahvé su Señor es quien da los mandatos, quien traza el camino. Pero la realidad es que Israel no ha escuchado y no ha sido fiel a los preceptos de su Señor.
- El mayor pecado del pueblo no fue quebrantar los mandamientos de Dios sino despreciarlos y considerarlos inútiles. Intentar prescindir de Dios y de su voluntad para pretender vivir sin otra ley que su propio capricho.
- La realidad del destierro no es venganza de Yahvé, es consecuencia de los desvíos de Israel. Cuando Israel se dejó convencer por los caminos alternativos que le presentaban sus líderes, pensó que sería grande, y lo único que encontró fue la ruina.
- El destierro es para el pueblo una prueba de Dios, para que conozca sus caminos, para que vea a dónde le lleva su infidelidad. Por eso toda infidelidad exige el destierro, símbolo de la lejanía de Dios.
- En medio de todos los mensajes del profeta encaminados a mantener la esperanza del pueblo nos encontramos hoy con un mensaje que tiene un tinte de lamentación. Dios se presenta dolorido ante el pueblo para hacerles comprender que los mandamientos no son un yugo impuesto para oprimirlos, sino señales para que no se equivoquen en el camino que tienen que seguir: de paz, de justicia y felicidad. A pesar de su infidelidad Israel no está solo ni ha sido abandonado por su Dios, pues, la fidelidad de su Dios es perpetua. Yahvé toma de nuevo la iniciativa.
***
- En esta parábola, Jesús presenta a sus contemporáneos como los “chicos malcriados y caprichosos” que necesitan que todo sea como ellos decretan. Quien no responde a sus exigencias o no entra en sus categorías es etiquetado y excluido.
- Jesús lo explica con claridad aludiendo primero a Juan el Bautista, que por su estilo austero de vida, es rechazado por muchos por parecer demasiado exigente. Luego se presenta Jesús aparentemente más humano: que come, bebe y es capaz de la amistad, la ternura y la compasión y también lo rechazan diciendo que “es un comilón y un borracho”.
- Jesús pretende mostrar que en el fondo, no quieren cambiar. Se encuentran bien como están, y hay que desprestigiar al que pretenda sacarlos de sus esquemas. Los fariseos no toleran de Jesús es que sea “amigo de publicanos y pecadores», que haya hecho una clara opción preferencial por los pobres y los débiles, los llamados pecadores, que han sido marginados por la sociedad.
- No se dan cuenta que los únicos perjudicados con esta obstinación son ellos mismos, que son incapaces de vivir la salvación con gozo y permitir que otros la vivan. Son, como dice el refrán, como el perro del hortelano: “no comen ellos ni dejan comer al amo”. No se dejan salvar ni dejan que los demás se salven.
- Jesús muestra que en el reino de Dios se vive y se juzga de otra manera, según otros criterios: acciones a favor de la justicia, compromiso con el que vive al margen de la sociedad, solidaridad con los pecadores y publicanos. Estas cosas distinguen a Jesús y a sus seguidores. Esta es la novedad del Evangelio.
- Tenemos una increíble capacidad para descubrir el mal donde no lo hay, para oscurecer el bien que se nos brinda y, quizá lo que es peor, atribuir intenciones a quienes, tal vez, sólo buscan regalarnos lo mejor de sí mismos.
- Jesús los invita y también a nosotros, dando primero el ejemplo, a deshacernos de preconceptos, a rever nuestro modo de pensar y a orientarnos actuando según el principio del amor de Jesús.
- Sólo a Dios pertenece el juzgar, «los hechos darán razón a la Sabiduría de Dios».
- Vivir en la libertad del Evangelio, de la gracia, nos debe llenar de verdadera alegría; de modo que los demás puedan reconocer más allá de sus inseguras seguridades, el fuerte paso del Dios que viene, transforma y llena todo de gracia.
PARA DISCERNIR
- ¿Experimento el límite que me ponen mis prejuicios?
- ¿Actúo con los demás de acuerdo a lo que simplemente me parece?
- ¿Puedo nivelar desde el evangelio?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Mi dicha es seguirte Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Convertirse a las repetidas llamadas de Dios que viene
…No te enojes, Señor, no te acuerdes más de nuestros pecados. He aquí que Sión, tu ciudad santa, Jerusalén, el lugar donde reside tu santidad y tu gloria, ha sido devastada, allí donde nuestros padres cantaron tus alabanzas. Cielos, derramad vuestra justicia, que de las nubes venga la salvación (cf Is 64,8s; 45,8).
Hemos pecado y nos hemos hecho semejantes a los paganos. Como hojas muertas hemos caído y nuestros pecados nos han alejado de ti. Tú nos has escondido tu rostro y nos has destrozado a causa de nuestros pecados. Cielos, derramad vuestra justicia, que de las nubes venga la salvación (cf. Is 64,5ss).
¡Mira, Señor, el abatimiento de tu pueblo y envíanos aquel que ha de venir! Envía al Cordero, el soberano del universo, desde la roca del desierto hasta el monte de la Hija de Sión, que nos libere del yugo de nuestros pecados. Cielos, derramad vuestra justicia, que de las nubes venga la salvación (Ap 5,12; Sl 77,15; Is 9,3).
Consuélate, consuélate pueblo mío, porque pronto vendrá tu Salvador y tu rey. ¿Por qué te dejas consumir por la tristeza? ¿Es porque tu dolor ha vuelto sobre ti? No temas, que yo te salvaré. Porque yo soy tu Salvador, tu Señor y tu Dios, el Santo de Israel, tu pastor, tu redentor. Cielos, derramad vuestra justicia, que de las nubes venga la salvación (Is 40,1s)…
Liturgia latina – Himno de Adviento: Rorate caeli
PARA REZAR
Ven Señor Jesús
Ven Señor Jesús, dame tu palabra
para que rectifique mi modo de pensar
y lo haga más evangélico.
Ven Señor Jesús, dame tu humildad
para poder reconocer
que no soy mejor que los demás.
Ven Señor Jesús, dame tu sencillez
para no vea siempre en los otros
dobles intenciones.
Ven Señor Jesús, dame tu calidez
para que pueda alabar tu obra
en las obras de mis hermanos.
Ven Señor Jesús, dame tu fortaleza
para que mi inseguridad no me lleve
a descalificar a mis hermanos.
Ven Señor Jesús, dame tu silencio
para que pueda ser receptivo
de la palabra y de la vida de los demás.
SÁBADO II
No han reconocido al Salvador
Lectura del libro del Eclesiástico 48, 1-4. 9-11
Surgió como un fuego el profeta Elías, su palabra quemaba como una antorcha. El atrajo el hambre sobre ellos y con su celo los diezmó. Por la palabra del Señor, cerró el cielo, y también hizo caer tres veces fuego de lo alto. ¡Qué glorioso te hiciste, Elías, con tus prodigios! ¿Quién puede jactarse de ser igual a ti?
Tú fuiste arrebatado en un torbellino de fuego por un carro con caballos de fuego. De ti está escrito que en los castigos futuros aplacarás la ira antes que estalle, para hacer volver el corazón de los padres hacia los hijos y restablecer las tribus de Jacob.
¡Felices los que te verán y los que se durmieron en el amor, porque también nosotros poseeremos la vida!
Palabra de Dios.
SALMO Sal 79, 2ac y 3b. 15-16. 18-19 (R.: 4)
R. Restáuranos, Señor del universo, que brille tu rostro y seremos salvados.
Escucha, Pastor de Israel,
tú que tienes el trono sobre los querubines,
reafirma tu poder y ven a salvarnos. R.
Vuélvete, Señor de los ejércitos,
observa desde el cielo y mira:
ven a visitar tu vid,
la cepa que plantó tu mano,
el retoño que tú hiciste vigoroso. R.
Que tu mano sostenga al que está a tu derecha,
al hombre que tú fortaleciste,
y nunca nos apartaremos de ti:
devuélvenos la vida e invocaremos tu Nombre. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 17, 10-13
Al bajar del monte, los discípulos preguntaron a Jesús:
« ¿Por qué dicen los escribas que primero debe venir Elías?»
El respondió: «Sí, Elías debe venir a poner en orden todas las cosas; pero les aseguro que Elías ya ha venido, y no lo han reconocido, sino que hicieron con él lo que quisieron. Y también harán padecer al Hijo del hombre.» Los discípulos comprendieron entonces que Jesús se refería a Juan el Bautista.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- Con un texto del Eclesiástico que alude a una de aquellas teofanías terribles del Antiguo Testamento termina la semana. Dios se manifiesta como un fuego devorador, como un incendio que todo lo abrasa, como un torbellino que todo lo envuelve, como una presencia que abruma al hombre, y lo lleva a la certeza de que no es posible contemplar a Dios sin morir.
- El fuego es una imagen constante en la Biblia para simbolizar a Dios. En el Sinaí, Dios se manifestó en el fuego de la tormenta. Es natural que el portador de la voluntad divina tenga un rostro de fuego. El fuego será el instrumento de la purificación última de los últimos tiempos.
- El profeta Elías surgió como fuego, su palabra quemaba como una antorcha. Sus gestos están marcados por el fuego: lo hará descender del cielo y será llevado a él en un carro tirado por corceles de fuego. Elías vivió nueve siglos antes de Cristo y fue el profeta de la esperanza escatológica, el que iba a volver para preparar el día del Señor. Su misión seria «aplacar la ira» de Dios, «reconciliar a padres con hijos» y «restablecer las tribus de Israel».
***
- Juan Bautista estuvo encarcelado y fue decapitado. Sus discípulos interrogan a Jesús sobre la venida de Elías, que debe preceder a la del Mesías. Al afirmar Jesús que Elías ha venido ya, descarta la doctrina mesiánica de los letrados sobre una restauración gloriosa. La misión del nuevo Elías, que consistía en preparar al pueblo, fue impedida por los que no lo reconocieron y lo trataron a su capricho, dándole muerte. Estos son los dirigentes judíos, fariseos y saduceos, a los que Juan se opone desde el principio, y que no han reconocido a Juan como enviado divino. La realización del plan divino sobre Israel depende de la respuesta de éste a Dios. Dios no se impone forzando la libertad humana ni exime al hombre de su responsabilidad.
- Tanto Elías, como el Bautista, y Jesús son incómodos en su testimonio personal y en su mensaje: aceptarlos es aceptar los planes de Dios en la propia vida y comprometerse.
- La liturgia nos sitúa ante la alternativa de aprender a leer los signos de los tiempos, para poder distinguir la presencia de los profetas y de Jesús mismo en nuestra vida. Hoy también hay venidas de Dios para restaurar el mundo a través de personas y de acontecimientos mucho más frecuentemente de lo que pensamos.
- Podremos reconocer a los verdaderos «profetas de hoy» por sus frutos: si todas sus acciones, y no sólo sus palabras son portadoras de unidad, son presencias del actuar de Dios en la vida y el mundo.
- Adviento es tiempo para desear con fuerza la venida de Dios a nosotros y a nuestro mundo, tiempo de estar alertas, para descubrir los signos que Dios nos envía como precursores de su venida. Y no sólo eso, somos invitados a ser voz que anuncia y testimonio que contagia. Elías y Juan Bautista, nos están llamando a prepararnos mejor para la acogida del Señor que ya viene, avivando nuestra fe en Dios, nuestra confianza en su amor misericordioso, nuestra caridad para con los pobres. Somos llamados a aportar lo nuestro para que otros también se preparen a la venida del Señor, y de ese modo se renueve algo en nuestra vida y en nuestro mundo, de tal modo que se realice la señal anunciada por el profeta: alcanzar la Vida.
PARA DISCERNIR
- ¿Podemos descubrir los signos de Dios cerca de nosotros?
- ¿Estamos atentos a sus llamadas?
- ¿Somos conscientes que por el bautismo fuimos hechos profetas?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Dame un corazón que te reconozca Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Irá delante del Señor con el espíritu y poder de Elías» (Lc 1,17)
…” « ¿Por qué los escribas, es decir, los doctores de la Ley, dicen que primero tiene que venir Elías?». El Señor les responde: «Elías ya ha venido y no lo reconocieron, sino que lo trataron a su antojo, y si queréis comprenderlo, es Juan el Bautista». Así nuestro Señor Jesucristo dice expresamente: «Elías ya ha venido» y que se trata de Juan el Bautista. Pero cuando preguntan a Juan, él mismo declara que no es ni Elías ni Cristo (Jn 1,20s)… ¿Por qué pues afirma: «Yo no soy Elías» siendo así que el Señor dice a sus discípulos que es Elías? Nuestro Señor quería hablar simbólicamente de su venida futura y decir que Juan había venido con el espíritu de Elías. Lo que Juan ha sido para la primera venida, Elías lo será para la segunda. Hay dos venidas para el Juez, y hay también dos precursores. El juez es el mismo en las dos venidas, pero hay dos precursores… El juez tenía que venir primero para ser juzgado; envió delante de él un primer precursor y lo llamó Elías, porque Elías será para la segunda venida lo que Juan ha sido para la primera.
Considerad, hermanos muy amados, cuan fundada está esta explicación sobre la verdad. En el momento en que Juan fue concebido… el Santo Espíritu había predicho lo que se debía cumplir en él: «Será el precursor del Altísimo, con el espíritu y poder de Elías» (Lc 1,17)… ¿Quién podrá comprender estas cosas? El que habrá imitado la humildad del precursor y conocido la majestad del juez. Nadie ha sido más humilde que este santo precursor. Esta humildad de Juan es lo que constituye su mérito más grande; hubiera podido engañar a los hombres, hacerse pasar por el Cristo, ser mirado como si fuera Cristo pues tan grandes eran su gracia y su virtud y, sin embargo, declara abiertamente: «Yo no soy Cristo. – ¿Eres Elías?… – Tampoco soy Elías»”…
San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte) y doctor de la Iglesia
Sermones sobre el evangelio de san Juan, nº 4
PARA REZAR
Ven Señor Jesús
Ven Señor Jesús, enciende nuestro corazón con la fe,
para que podamos encontrarte
y descubrir tu presencia en cada momento.
Ven Señor Jesús, quema con tu fuego nuestra vida
para que podamos ser fieles
al amor con que nos amaste.
Ven Señor Jesús, danos la esperanza
que ilumine nuestro caminar
y nos indique los senderos por donde avanzar.
Ven Señor Jesús, danos valentía
para poder arriesgarnos por el Evangelio de tu reino
sabiendo que estas con nosotros
y que tu amor y gracia nunca nos abandonan.