PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4,8-12

En aquellos días, Pedro, lleno de Espíritu Santo, dijo:

«Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogan hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; pues, quede bien claro a todos ustedes y a todo Israel que ha sido el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre, se presenta éste sano ante ustedes.

Jesús es la piedra que desecharon ustedes, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos.»

Palabra de Dios.

SALMO              Sal 117,1. 8-9. 21-23. 26 y 28-29

R: La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.

Dad gracias al Señor porque es bueno,

porque es eterna su misericordia.

Mejor es refugiarse en el Señor que fiarse de hombres,

mejor es refugiarse en el Señor que fiarse de los jefes. 

Te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación. 

La piedra que desecharon los arquitectos

es ahora la piedra angular.

Es el Señor quien lo ha hecho,

ha sido un milagro patente.

Bendito el que viene en nombre del Señor,

los bendecimos desde la casa del Señor.

Tú eres mi Dios, te doy gracias;

Dios mío, yo te ensalzo.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3, 1-2

Queridos hermanos:

Miren qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él.

Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.

Palabra de Dios.

EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Juan 10, 11-18

En aquel tiempo, dijo Jesús:

«Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas.

Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.

Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor.

Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.»

Palabra de Dios.

PARA REFLEXIONAR

  • Pedro pronuncia un discurso ante el Sanedrín con ocasión de la curación de un hombre tullido. El milagro se produjo en nombre del que había muerto recientemente en una cruz, como un malhechor cualquiera. La piedra que los constructores despreciaron, ahora es la piedra angular. La piedra angular, la que cierra el arco, la que hace de cuña, la que sostiene, la que culmina. Piedra fundamental y particularmente preciosa. Ese es Cristo para la salvación de los hombres, para la liberación de su pueblo. Y no hay salvación en ningún otro; pues “ningún otro nombre debajo del cielo es dado a los hombres para salvarnos». Sólo Él puede salvar al hombre porque en Él se halla la plenitud de la gracia.

***

  • El amor que Dios nos ha tenido y nos tiene es un amor distinto, ancho, infinito como los cielos. Juan, en la segunda lectura, nos invita a reconocer y aceptar la plenitud de vida que nos viene del inmenso amor que Dios Padre  ha tenido con nosotros “para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!”. Hijos de Dios es el título que nos corresponde por gracia. Esa gracia que nos ha levantado, es también responsabilidad puesta en nuestras manos para dignificar la vida de tantos hijos débiles y sufrientes de nuestro Padre común.

***

  • Jesús resucitado vive en medio de su pueblo para mostrarnos y para que experimentemos la ternura infinita y misericordiosa del Padre. Por eso se nos presenta como el Buen Pastor. No dice un buen pastor sino el Buen Pastor. Es el Buen el Pastor que conduce en la verdad “dando su vida por las ovejas”. Él no se limitará a arriesgar la vida por su rebaño, Él morirá por salvarlo. Jesús ofrece su vida para despertarnos a una vida de horizontes infinitos, llena de esperanza y de belleza.
  • Jesús, lanza una denuncia contra los falsos pastores desenmascarando a aquellos que han separado la religión de la vida, la relación directa con Dios del compromiso vital con los hermanos. Jesús propone a los pastores judíos una regla de discernimiento elemental. Los falsos pastores se dan a conocer en el momento en que toca arriesgar la vida por las ovejas. En ese momento crítico, en que es necesario arriesgar algo, se conoce la auténtica verdad. Jesús da vida, porque arriesga y da la vida; y da la vida, porque le importan los hombres.
  • Para Jesús, desinteresarse de los problemas de los hombres, perder de vista la referencia social y comunitaria de la fe, convierte a los hombres religiosos y creyentes en hipócritas.
  • Él se atribuye el título de Pastor, y puede hacerlo porque lo fundamenta en la verdad de su vida, manifestada en su espíritu de amor y de servicio hasta la muerte.
  • Jesús no nos invita con palabras aduladoras o con promesas de paraísos maravillosos. Nos dice: «El que quiera seguirme, que tome su cruz», y nos da ejemplo. Sólo hay una puerta que abre a una vida verdadera y nueva: la del amor hecho servicio hasta las últimas consecuencias. Él nos abre la puerta que da acceso a la vida del Padre y entramos poniendo nuestras pisadas sobre su cruz.
  • Cristo es el Buen Pastor porque “conoce a sus ovejas”, establece con ellas una relación que es como la que lo une a Él con el Padre. Jesús conoce al hombre con un conocimiento que no es de pura información, por el que sabe cosas; su conocimiento es creativo y personalizador. Es una relación de amor total que hace existir a cada uno en su verdad y originalidad, y que lo hace capaz de expresarse en plenitud a través de la entrega de sí mismo. El conocimiento de Jesús nos convierte en hombres nuevos y verdaderos, porque implica donación personal, compromiso, presencia, comunión de vida. Su conocimiento transforma al hombre. Es un amor de persona a persona, es un vínculo que nos hace entrar en la vida misma de Dios.
  • Si recibimos la vida que el Buen Pastor ofrece por nosotros, si queremos dejarnos conducir por Él a una relación de conocimiento y comunión de amor, podremos descubrir, ya desde ahora, la maravilla de ser realmente hijos del Padre, hermanos entre nosotros haciéndonos cargo unos de otros.
  • Este evangelio, no nos habla sólo de algunos que ejercen autoridad; nos habla del buen Pastor que es Jesús y del pueblo de Dios que está llamado a escucharlo y seguirlo siendo corresponsable del don que Dios le ofrece, aunque de distinta manera. Todo creyente que vive la tensión del amor del Padre, sabe que la Buena Noticia de la Resurrección no es para disfrutarla a puertas cerradas, en la intimidad del grupo de los elegidos. Es para derramarla sin medida. Es un fuego que quema por dentro y  que impulsa a salir, a buscar, a arriesgar en ese mundo que está del otro lado de las paredes de nuestras iglesias; donde hombres y mujeres como nosotros tienen derecho a  llamarse hijos, y serlo.
  • En una sociedad que enseguida agota fórmulas humanas de salvación, los discípulos de Jesús estamos llamados a ser guías por el testimonio del compromiso, en una acción trasformadora en medio del mundo. La Iglesia no se acreditará tanto por sus palabras, cuanto por sus obras. “Ser guía” no significa tener una actitud orgullosa de posesión de la verdad, sino estar dispuestos a servir a la verdad al modo de Cristo. Allí donde hay personas que sean capaces de arriesgar su posición, imagen, bienes, incluso su vida, por darla a los demás, encontramos una señal inequívoca de que se ha entrado en contacto con Jesús. El sello de Jesús está siempre allí donde los hombres dan vida, cuidan la vida y dan de su vida. El pastoreo de la Iglesia será creíble, por esa disponibilidad de servicio a todos, especialmente a los pobres y enfermos; a los que sufren por las injusticias; a los niños desamparados o ignorantes.
  • Dar vida y cuidar la vida significa estar atentos a las necesidades más           básicas de todos los hombres y mujeres, que les permitan vivir dignamente, pero supone además, actitudes que provoquen un mayor deseo y gozo de vivir, un sentido más hondo y pleno de la existencia. Ante la vulnerabilidad vital que experimenta el hombre, la cercanía humana, la calidez en las relaciones, la palabra de ánimo y aliento, la acogida respetuosa y la escucha atenta, la valoración gratuita, la ternura y la compasión son signos sencillos y elocuentes que, como los del “Buen Pastor”, devuelven la alegría por la vida y la búsqueda de una “Vida en abundancia”.
  • Jesús, como “Buen Pastor” sigue vivo y sigue entregándonos su misma vida, para que sea la suya, y no nuestra vida, la que nos anime y nos impulse a ser sus discípulos fieles, ovejas de su rebaño que conocen su voz, la escuchan y lo siguen.

PARA DISCERNIR

  • ¿Cómo son mis actitudes de pastor respecto a todos aquellos que, de una u otra manera, dependen de mis cuidados?
  • ¿Me comporto como el pastor asalariado a quien no le interesan sus ovejas?
  • ¿Conozco a mis ovejas y mis ovejas me conocen a mí?
  • ¿Qué preocupación tengo por las ovejas que son de otro redil?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

El Señor es mi Pastor, nada me puede faltar

PARA REZAR

Tú, hombre, debes reconocer qué eras,

dónde estabas y a quién estabas sometido;

eras una oveja perdida,

estabas en un lugar desierto y árido,

te alimentabas de espinas y de maleza;

estabas confiado a un asalariado,

que al llegar el lobo, no te protegía.

Ahora, en cambio, has sido buscado por el verdadero pastor,

que, por su amor, te ha cargado sobre sus hombros,

te ha llevado al redil que es la casa del Señor,

la Iglesia: aquí es Cristo tu pastor

y aquí han sido reunidas las ovejas para morar juntas.

Este pastor no es como el asalariado

bajo el que estabas cuando te afligía tu miseria

y debías temer al lobo.

La medida del cuidado que tiene de ti el buen pastor

te la proporciona el hecho de que ha dado su vida por ti.

Se ofreció él mismo al lobo que te amenazaba,

dejándose matar por ti.

Ahora, por consiguiente, el rebaño está seguro en el redil,

sin necesidad de otros que cierren y abran la puerta del recinto.

Cristo es el pastor y es la puerta,

y es también el alimento y el lo suministra.

Los pastos que el buen pastor ha preparado para ti

y donde te ha puesto para apacentarte

no son los prados de hierbas mezcladas,

dulces y amargas, que ahora existen

y mañana no, según las estaciones.

Tu pasto es la Palabra de Dios, y sus mandamientos

son los dulces campos donde te apacienta.

San Agustín, Sermón 366, 3.

Oración por las vocaciones

Jesús que sientes compasión al ver la multitud

que está como ovejas sin pastor,

suscita, en nuestra Iglesia, una nueva primavera de vocaciones.

Te pedimos que envíes: Sacerdotes según tu corazón

que nos alimenten con el Pan de Tu Palabra

y en la mesa de Tu Cuerpo y de Tu Sangre;

Consagrados que, por su santidad, sean testigos de Tu Reino;

Laicos que, en medio del mundo,

den testimonio de ti con su vida y su palabra.

Buen Pastor, fortalece a los que elegiste;

y ayúdalos a crecer en el amor y santidad

para que respondan plenamente a tu llamada.

María, Madre de las vocaciones,

ruega por nosotros. Amén

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 11, 1-18

En aquellos días:

Los Apóstoles y los hermanos de Judea se enteraron de que también los paganos habían recibido la Palabra de Dios. Y cuando Pedro regresó a Jerusalén, los creyentes de origen judío lo interpelaron, diciéndole: « ¿Cómo entraste en la casa de gente no judía y comiste con ellos?»

Pedro comenzó a contarles detalladamente lo que había sucedido: «Yo estaba orando en la ciudad de Jope, cuando caí en éxtasis y tuve una visión. Vi que bajaba del cielo algo parecido a un gran mantel, sostenido de sus cuatro puntas, que vino hasta mí. Lo miré atentamente y vi que había en él cuadrúpedos, animales salvajes, reptiles y aves.

Y oí una voz que me dijo: «Vamos, Pedro, mata y come.» «De ninguna manera, Señor, respondí, yo nunca he comido nada manchado ni impuro.» Por segunda vez, oí la voz del cielo que me dijo: «No consideres manchado lo que Dios purificó.» Esto se repitió tres veces, y luego, todo fue llevado otra vez al cielo.

En ese momento, se presentaron en la casa donde estábamos tres hombres que habían sido enviados desde Cesarea para buscarme. El Espíritu Santo me ordenó que fuera con ellos sin dudar. Me acompañaron también los seis hermanos aquí presentes y llegamos a la casa de aquel hombre.

Este nos contó en qué forma se le había aparecido un ángel, diciéndole: «Envía a alguien a Jope, a buscar a Simón, llamado Pedro. Él te anunciará un mensaje de salvación para ti y para toda tu familia.»

Apenas comencé a hablar, el Espíritu Santo descendió sobre ellos, como lo hizo al principio sobre nosotros. Me acordé entonces de la Palabra del Señor: «Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo.» Por lo tanto, si Dios les dio a ellos la misma gracia que a nosotros, por haber creído en el Señor Jesucristo, ¿cómo podía yo oponerme a Dios?»

Después de escuchar estas palabras, se tranquilizaron y alabaron a Dios, diciendo: «También a los paganos ha concedido Dios el don de la conversión que conduce a la Vida.»

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 41, 2-3; Sal 42, 3. 4

R.        Mi alma tiene sed de ti, Dios viviente.

Como la cierva sedienta

busca las corrientes de agua,

así mi alma suspira por ti, mi Dios.

Mi alma tiene sed de Dios,

del Dios viviente:

¿Cuándo iré a contemplar

el rostro de Dios?  R.

Envíame tu luz y tu verdad:

que ellas me encaminen

y me guíen a tu santa Montaña,

hasta el lugar donde habitas.  R.

Y llegaré al altar de Dios,

el Dios que es la alegría de mi vida;

y te daré gracias con la cítara,

Señor, Dios mío.  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Juan     10, 1-10

Jesús dijo:

«Les aseguro que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino por otro lado, es un ladrón y un asaltante. El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. El llama a cada una por su nombre y las hace salir. Cuando las ha sacado a todas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz. Nunca seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen su voz».

Jesús les hizo esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que les quería decir.

Entonces Jesús prosiguió: «Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos aquellos que han venido antes de mí son ladrones y asaltantes, pero las ovejas no los han escuchado.

Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará; podrá entrar y salir, y encontrará su alimento. El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Pero yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • En el transcurso de un viaje misionero, a través de algunas ciudades de la costa occidental de Palestina, Pedro es aleccionado por una serie de hechos sobrenaturales y se decide a anunciar el evangelio e incorporar a la Iglesia por el bautismo, al centurión Cornelio, y a su familia. Todos eran piadosos y temerosos de Dios, pero incircuncisos.
  • La visión que tiene Pedro resulta confirmante de su actitud. El mantel con cuatro puntas, que coinciden con los puntos cardinales en el que hay diversos animales, es una representación de la totalidad del mundo. Los animales de diferentes especies sobre un único mantel, representan la totalidad de la creación participando de la misma dignidad.
  • Se inauguraba oficialmente la apertura de la Iglesia a la gentilidad, en igualdad de condiciones con los judíos, y sin la imposición de sus prácticas religiosas y cultuales. Ciertos miembros de la comunidad, querían imponer a los demás sus propias costumbres, y acusan a Pedro de ser traidor a su patria por el hecho de ir hacia los gentiles. En Jerusalén, al ser cuestionado «por estos partidarios de la circuncisión», Pedro da razón de su actitud, invocando los sucesos sobrenaturales con los cuales el Espíritu Santo se le anticipaba, y lo lleva a actuar en esa dirección.
  • La toma de posición audaz de Pedro en la casa de Cornelio, es una medida pastoral profética y ejemplificadora para la Iglesia naciente.
  • El llamado “Pentecostés de los gentiles”,  daba lugar a un nuevo signo de los tiempos, al mismo tiempo que mantenía una unidad dinámica y peregrinante de la comunidad cristiana.

***

  • El nombre de pastor es muy expresivo para la cultura en la que se movía el pueblo judío. En el Antiguo Testamento, se aplica a Dios con relación a su pueblo, y también a los reyes como David, a los sacerdotes, o a los gobernantes, y ahora en el Evangelio a Cristo, y más tarde al ministerio de Pedro.
  • A veces se habla de malos pastores, como los descritos por Ezequiel. Otras, del auténtico pastor: Yahvé en el Antiguo Testamento, Jesús en el Nuevo Testamento.
  • El capítulo 10 de san Juan, que leemos hoy y mañana, está dedicado al Buen Pastor desde  diversas perspectivas. El pasaje de hoy no habla tanto del pastor, sino de la puerta.
  • Para comprender bien la imagen que presenta Jesús, conviene conocer las costumbres de los pastores de oriente. Durante la noche, varios pastores se turnan entre sí para agrupar sus rebaños en un solo redil, vigilado por uno solo. Los ladrones sólo pueden entrar saltando las cercas. Al llegar la madrugada, los pastores retornan al redil y el cuidador de turno, les abre y pueden llamar a sus ovejas para llevarlas a pastar.
  • Las ovejas oyen su voz, y él las llama por su nombre y las saca afuera; y cuando las ha sacado a todas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque han reconocido su voz. Al extraño no lo seguirán sino que huirán de él.
  • Como todo oriental, Jesús utiliza las comparaciones en abundancia; y a través de ellas se presenta como Aquel que abre a la humanidad a una nueva realidad. El buen pastor nos conduce hacia la felicidad, hacia los verdaderos alimentos.
  • La metáfora de Cristo como puerta, nos sitúa ante el siempre actual dilema de aceptar o no a Cristo, como el camino y el único Mediador, que da sentido a nuestra vida. Sólo por Él tenemos acceso a la seguridad del redil. Sólo por Él podemos salir a los pastos buenos. Jesús es el único Mediador, por el que la gracia y la palabra de Dios alcanzan a todos, y por el que nuestra respuesta de fe llega al Padre. Sólo el que pasa por él, el que cree en él, entra en la vida.
  • Fuera de Él, la humanidad queda encerrada en sí misma porque ninguna teoría, ninguna ideología, ninguna religión o sistema puede liberarla de «no ser más que hombres, y por lo tanto, de morir». Jesús nos saca de esta impotencia y nos introduce en el ámbito de Dios, un «espacio infinito, eterno se abre a nosotros, por esta Puerta». En Jesús la eternidad se hace tiempo.
  • Jesús, Buen Pastor, es el espejo en que tenemos que mirarnos todos los que de alguna manera somos «pastores», es decir, tenemos cargos de autoridad con relación a otros, en la Iglesia, en la familia, o en cualquier ámbito de la comunidad.
  • Cristo como buen Pastor, se nos da Él mismo en la Eucaristía; como la Palabra que ilumina, y nos da su Cuerpo y su Sangre como alimento que nos fortalece, para entrar por Él y guiar a otros por el mismo camino.

 PARA DISCERNIR

  • En este momento preciso de mi vida, ¿qué aspecto de la vida de Jesús debo seguir?
  • ¿Somos dóciles a los signos con los que el Espíritu nos quiere conducir?
  • ¿Cómo resolvemos las tensiones inevitables que se crean en una comunidad, ante situaciones nuevas y pareceres diferentes?
  • ¿Nos buscamos a nosotros mismos o la voluntad de Dios y el bien de la comunidad?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

El Señor es mi pastor, nada me falta

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…El Verbo hecho hombre es esta puerta; se abrió en su encarnación y no volvió a cerrarse ya después de su muerte. En el momento de su muerte se rasga, no sólo en el Templo de Jerusalén, sino también en el templo de la Sión celestial, el velo que ocultaba el Santo de los Santos. El acceso «al Rey de los siglos, inmortal, invisible, único Dios» (1 Tm 1, 17), que «habita una luz inaccesible, a quien ningún hombre vio ni puede ver» (1 Tm 6, 16), se ha abierto de una manera maravillosa e inefable. La Santa humanidad de Cristo es la puerta. «Abrió las puertas del cielo y llovió sobre ellos el maná» (Sal 77, 23-24). Descendió del Padre como «pan del cielo» y «alimento de los ángeles». Como «Pastor» abrió las puertas, y ha salido por ella como «Cordero de Dios».

Es a la vez, el pastor, el cordero, el pan del cielo, y también la puerta que permite la salida de estas maravillas del mundo oculto de Dios. Pero la puerta supone separación entre interior y exterior. Cristo ha salido del interior, del seno del Padre, a quien «nadie vio jamás» (Jn 1, 18). Ha venido a nosotros para darnos noticia del Padre, y de nuevo ha vuelto a Él para esperarnos en el trono de Dios. La puerta ha quedado abierta, pues la ha abierto para nosotros -el pastor para su rebaño-, para que le sigamos. «Yo soy la puerta; el que por mí entrare se salvará, y entrará y saldrá y hallará pastor». Con El, que por su muerte y resurrección ha entrado allí para siempre, entramos también nosotros en la misteriosa morada de Dios. Lo que allí nos espera, nos lo dice Clemente de Alejandría, con su habitual maestría: «Yo soy la puerta, dice el Señor: esta puerta ha de conocerla quien quiera conocer a Dios. Espirituales son las puertas del Verbo y las abren las llaves de la fe. A Dios no le ha conocido nadie sino el Hijo, y aquellos a quienes el Hijo quiso revelarle. Pero quien abre la puerta cerrada, después consigue descubrir también el interior y contempla cosas que ni soñar podía. Esto solo es posible a través de Cristo, ya que Él es la única forma de contemplar a Dios» (Exhortatio, 10, 2 ss.).

Pero aún no hemos entrado para siempre. Debemos, mientras continuemos en esta vida, volver a salir de nuevo, como El salió por nosotros para abrirnos la puerta; volver a salir hacia aquellos que aún continúan fuera, para darles noticia del interior, abrir la puerta para enseñarles el camino y conducir el rebaño al redil.

Emiliana Lohr. El Año del Señor, El Misterio de Cristo en el Año Litúrgico II Edic. Gadarrama Madrid. pág. 215 ss.

PARA REZAR

No te alejes de nosotros, Señor…

Mi Señor, mi Buen Pastor, Hijo del Padre,

fuente de luz, tormenta de fe,

que vienes a sacudir nuestra dormida esperanza,

que nos envías a Tu Madre para enamorar

nuestros fríos corazones,

que luchas con amor para conquistar los espíritus inquietos

por las angustias del mundo.

Óyenos Señor, escucha a tus hermanos aquí,

juntos queremos seguirte,

donde Tú quieras que nuestros pasos se dirijan.

Nuestros corazones quieren pertenecerte, por siempre.

Nuestras almas sedientas de Tu luz

solo quieren verte sonreír junto a Tu Madre.

Danos el consuelo infinito de saber

que Tu Misericordia ve con ojos agradables

nuestro arrepentimiento por tanto error cometido.

Haznos fuertes, Señor, haznos fuertes

en la entrega a Vos, nuestro Dios.

Haznos pequeños y dóciles para que dejemos actuar

 a Tu Santo Espíritu en nosotros,

para que Tú te hagas cargo de nuestra vida.

Haznos confiadas ovejas de Tu rebaño,

Señor, danos el abrazo de Tu Voluntad, Señor.

Que seas Tu quien nos guíe, que sea tu Madre quien nos proteja.

No te alejes de nosotros, Señor,

perdona nuestros errores y pecados, y nuestra falta de fe.

Amén.

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 11, 19-26

Los que se habían dispersado durante la persecución que se desató a causa de Esteban, llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, y anunciaban la Palabra únicamente a los judíos. Sin embargo, había entre ellos algunos hombres originarios de Chipre y de Cirene que, al llegar a Antioquía, también anunciaron a los paganos la Buena Noticia del Señor Jesús. La mano del Señor los acompañaba y muchos creyeron y se convirtieron.

Al enterarse de esto, la Iglesia de Jerusalén envió a Bernabé a Antioquía. Cuando llegó y vio la gracia que Dios les había concedido, él se alegró mucho y exhortaba a todos a permanecer fieles al Señor con un corazón firme. Bernabé era un hombre bondadoso, lleno del Espíritu Santo y de mucha fe. Y una multitud adhirió al Señor.

Entonces partió hacia Tarso en busca de Saulo, y cuando lo encontró, lo llevó a Antioquía. Ambos vivieron todo un año en esa Iglesia y enseñaron a mucha gente. Y fue en Antioquía, donde por primera vez los discípulos recibieron el nombre de «cristianos».

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 86, 1-3. 4-5. 6-7 (R.: 116, 1a)

R.        Alaben al Señor, todas las naciones.

¡Esta es la ciudad que fundó el Señor

sobre las santas Montañas!

El ama las puertas de Sión

más que a todas las moradas de Jacob.

Cosas admirables se dicen de ti, Ciudad de Dios.  R.

«Contaré a Egipto y a Babilonia

entre aquellos que me conocen;

filisteos, tirios y etíopes han nacido en ella.»

Así se hablará de Sión:

«Este, y también aquél,

han nacido en ella,

y el Altísimo en persona la ha fundado.»  R.

Al registrar a los pueblos, el Señor escribirá:

«Este ha nacido en ella.»

Y todos cantarán, mientras danzan:

«Todas mis fuentes de vida están en ti.»  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Juan     10, 22-30

Se celebraba entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno, y Jesús se paseaba por el Templo, en el Pórtico de Salomón.

Los judíos lo rodearon y le preguntaron: « ¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si eres el Mesías, dilo abiertamente.»

Jesús les respondió: «Ya se lo dije, pero ustedes no lo creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí, pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas.

Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos. Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre. El Padre y yo somos una sola cosa.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • La Iglesia encuentra su camino dejándose guiar por los acontecimientos y por el Espíritu Santo. Perseguidos y expulsados de Jerusalén fundan comunidades nuevas en los lugares donde se encuentran dispersos.
  • La fundación de la Iglesia en Antioquía, capital de Siria y entonces en pleno país pagano es una etapa principal en la expansión de la Iglesia. El Espíritu empuja a los apóstoles hacia los centros vitales, los centros de influencia del mundo de entonces. Algunos se dirigen prioritariamente “a los judíos” que ya vivían de la Palabra de Dios en el Antiguo Testamento para ayudarles a ir más lejos y a descubrir a Jesucristo. Otros se dirigen prioritariamente a los «griegos», es decir, a los paganos que tienen una mentalidad totalmente distinta a la de los judíos.
  • No se contentan con «crear» nuevas Iglesias locales. Cuidan de incorporarlas a la unidad de la Iglesia única. Se crean lazos entre una y otra comunidad, así se «envía a Bernabé», que pertenecía a la comunidad de Jerusalén, a la comunidad de Antioquía donde por primera vez a los discípulos de Jesús los llamaron «cristianos»,  es decir «hombres de Cristo». Se ha inventado una palabra nueva, un nombre lleno de exigencias que también es un símbolo de la progresiva independización de la comunidad cristiana respecto a sus raíces judías.
  • Aparece aquí Bernabé, un personaje generoso, conciliador perteneciente a Chipre. Había vendido un campo y puesto el dinero a disposición de los apóstoles. Había ayudado a Pablo en su primera visita a Jerusalén. Al enterarse los responsables de Jerusalén del nuevo estilo de Antioquía, enviaron allá a Bernabé: y éste vio rápidamente la mano del Espíritu en lo que sucedía en aquella comunidad, se alegró y los animó a seguir por ese camino.

***

  • La fiesta de la Dedicación del Templo se celebraba en el mes de diciembre, en memoria de la purificación del Templo por Judas Macabeo. La controversia por la cuestión del mesianismo continúa. Los judíos esperan que Jesús se declare como Mesías. Jesús nunca pone en sus la­bios ese título para que el pueblo no crea que quiere apoderarse del trono de Israel. Se limita a presentar sus credenciales, sus obras en favor del hombre. Jesús se reconoce como testigo e Hijo del Padre. No apoya su autoridad en un supuesto origen real venido de David, ni a un misterioso origen. Jesús considera que sus obras son un testimonio fehaciente e indiscutible.
  • En este contexto Jesús va manifestando progresivamente el misterio de su propia persona. No sólo es la puerta y el pastor, no sólo se está mostrando como el enviado de Dios; su relación con su Padre Dios, es de una identificación tal que puede decir: «el Padre y yo somos uno».
  • Los que son de Jesús lo escuchan, le prestan adhe­sión de vida, comprometiéndose con Él y como Él a entregarse sin reservas para dar vida al hombre. El don de Jesús a los que lo siguen es el Espíritu y con él, la vida que supera la muerte. Jesús es el pastor que defiende a los suyos hasta dar la vida.
  • Algunos de sus oyentes no quieren creer en Jesús. La fe en Él es lo que decide tener o no la vida eterna. Si alguien se pierde, será por propia decisión. Jesús es el Buen Pastor que conoce a sus ovejas, y las defiende, y da la vida por ellas, y no quiere que ninguna se pierda.
  • Jesús acerca a Dios a la humanidad a través de sus obras y muestra cómo los hombres podemos llegar al encuentro y a la unión con Él. Desde Jesús, por Jesús y gracias a Jesús Dios nos habita.
  • Estar en las manos de Jesús es lo mismo que estar en las del Padre. Jesús lo afirma claramente y pasa a ser la clave de la novedad del evangelio: Yo y el Padre somos uno. Escuchar la voz de Jesús y seguirlo es dejarse conducir por Dios.
  • Que nuestras obras nos declaren y hablen por nosotros. Que ellas digan que Jesús vive en nosotros y nosotros en el Padre. Del mismo modo que lo hizo Jesús, también nosotros reflejemos a Dios.

PARA DISCERNIR

  • ¿Tengo confianza en la Iglesia?
  • ¿Tengo la íntima convicción que Dios no la abandonará en sus dificultades actuales y que su expansión misionera será todavía mayor?
  • ¿Podemos decir que lo escuchamos, que lo conocemos, que lo seguimos, que somos buenas ovejas de su rebaño?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Nadie nos arrebatará de las manos de Jesús

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…Los judíos como Pedro con frecuencia habían preguntado a Jesús quien era el Padre y lo mismo había hecho Tomás, pero ninguno había recibido una respuesta clara, sino que aún ignoraban quien era el Padre. Felipe, para no parecer molesto, ni molestar a Jesús, tratándolo a la manera de los judíos, en cuanto dijo “ muéstranos al Padre”, añadió enseguida «y esto nos basta”, ya no preguntamos más.

Cristo había dicho “si me conocéis a mí, también habéis conocido a mi Padre”, de modo que El por sí mismo manifestaba al Padre.

Pero Felipe invirtió el orden diciendo: “muéstranos al Padre”, como si conociera a Cristo exactamente, Cristo no accedió sino que volvió al camino, persuadiéndolo a conocer al Padre por El mismo.

 “¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me has conocido? No le dice «no me has visto».

Felipe buscaba el conocimiento mediante la vista y como pensaba que ya conocía a Cristo, quería ver del mismo modo al Padre.

Cristo le declara que ni a El mismo conoce, lo increpa diciendo “tanto tiempo hace que estoy con vosotros y todavía no me conoces», como si le dijera «tantas enseñanzas has recibido, tantos milagros has visto realizados por mi autoridad, cosas todas privativas de la Divinidad y que solo el Padre puede realizar, como la redención de los pecados, la revelación de lo íntimo, las resurrecciones ¿y no me has conocido?».

«No busques más, en mí has visto al Padre, ¿no crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí?»

«Convenía que vosotros oyendo Padre e Hijo, no preguntareis más, para confesar ser ambos una sola y misma sustancia…

San Juan Crisóstomo

PARA REZAR

¡Dios mío! confío en Tí


Señor Jesús, quiero llegar hasta tí,
quiero abrazarme a tu cruz
como abrazaste el dolor
por curarme del pecado.

Pues vivir no es otra cosa
que una cruz para el cristiano,
dolor que llega y nos punza,
como espada que se clava.

Solo esa Cruz da sentido,
a tanto dolor que vemos,
y aunque esquivarlo queremos
es parte de nuestra vida.

No me atemoriza ya
el pasar por tantas pruebas
de suerte que sean las mismas
por las que ya tú pasaste.

Solo anhelo estar contigo
mi Dios y mi Salvador,
porque solo en tí yo encuentro,
tranquilidad y confianza,
porque solo Tú me das
la certeza de vivir.

Te amo, Señor.
Amén.

Padre Manuel Correa, O.F.M.

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 12, 24-13, 5

La Palabra de Dios se difundía incesantemente. Bernabé y Saulo, una vez cumplida su misión, volvieron de Jerusalén a Antioquía, llevando consigo a Juan, llamado Marcos.

En la Iglesia de Antioquía había profetas y doctores, entre los cuales estaban Bernabé y Simeón, llamado el Negro, Lucio de Cirene, Manahén, amigo de infancia del tetrarca Herodes, y Saulo.

Un día, mientras celebraban el culto del Señor y ayunaban, el Espíritu Santo les dijo: «Resérvenme a Saulo y a Bernabé para la obra a la cual los he llamado.»

Ellos, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.

Saulo y Bernabé, enviados por el Espíritu Santo, fueron a Seleucia y de allí se embarcaron para Chipre. Al llegar a Salamina anunciaron la Palabra de Dios en las sinagogas de los judíos.

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 66, 2-3. 5. 6 y 8 (R.: 4)

R.        ¡Que los pueblos te den gracias, Señor, que todos los pueblos te den gracias!

El Señor tenga piedad y nos bendiga,

haga brillar su rostro sobre nosotros,

para que en la tierra se reconozca su dominio,

y su victoria entre las naciones.  R.

Que canten de alegría las naciones,

porque gobiernas a los pueblos con justicia

y guías a las naciones de la tierra.  R.

¡Que los pueblos te den gracias, Señor,

que todos los pueblos te den gracias!

Que Dios nos bendiga,

y lo teman todos los confines de la tierra.  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Juan     12, 44-50

Jesús exclamó:

«El que cree en mí, en realidad no cree en mí, sino en aquel que me envió. Y el que me ve, ve al que me envió.

Yo soy la luz, y he venido al mundo para que todo el que crea en mí no permanezca en las tinieblas. Al que escucha mis palabras y no las cumple, yo no lo juzgo, porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvarlo.

El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he anunciado es la que lo juzgará en el último día. Porque yo no hablé por mí mismo: el Padre que me ha enviado me ordenó lo que debía decir y anunciar; y yo sé que su mandato es Vida eterna. Las palabras que digo, las digo como el Padre me lo ordenó.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Desde un principio, las comunidades cristianas estuvieron estructuradas con «cargos» y responsabilidades diferentes, determinados de acuerdo a las diferentes capacidades y vocaciones. En la Iglesia fundada en Antioquia, había profetas y doctores.
  • Los profetas eran cristianos especialmente capaces de discernir la voluntad de Dios en los acontecimientos concretos de la vida humana y de la historia. Los doctores eran cristianos especialmente capaces de discernir la voluntad de Dios en las Escrituras, comentando el antiguo Testamento y el Nuevo, que se estaba elaborando entonces.
  • En aquella época no había lugares oficiales de culto. «Celebran el culto en una reunión que constaba de dos partes: primero una liturgia de la Palabra de Dios, con lecturas de textos sagrados y salmos cantados, luego una liturgia de la eucaristía que terminaba con la comunión.
  • Un día, durante una «celebración» de culto y ayuno, el Espíritu Santo les dijo que separen a Bernabé y a Pablo para “la obra a la que los había llamado”.
  • Comienza el primero de los tres grandes viajes misioneros de Pablo, que llevará al Apóstol a evangelizar primero la isla de Chipre y después algunas regiones del sur de Asia Menor. El Espíritu Santo está en el origen de todo esfuerzo misionero. La «comunidad» acepta la responsabilidad de aquellos a los que envía, «se sacrifica y ora» por ellos.

***

  • Este pasaje, en el evangelio de san Juan, sigue a la resurrección de Lázaro y a la unción en Betania. El contenido fundamental es: el que cree en Jesús, cree también en Dios, el Padre. Después de realizada la revelación de Dios en el Hijo, la fe en Cristo y la fe en Dios son para Juan la misma cosa. Son esa única y misma cosa, porque el Hijo y el Padre son uno.
  • Jesús es la epifanía de Dios, de manera que quien ve a Jesús ve al Padre. En la persona de Jesús es Dios quien sale al encuentro del hombre. Con esto queda dicho que de ahora en adelante a Dios sólo se le puede ver y encontrar en Jesucristo.
  • Esta vez la revelación de su identidad la hace a través de la imagen de la luz, y así el que cree en Él no quedará en tinieblas».
  • Desde la encarnación del mundo, la luz ya no es una metáfora, sino Jesucristo en Persona. Él es la luz que viene al mundo, el portador de la salvación para los hombres. La luz vino al mundo justamente para que brille el plan salvador y universal de Dios en la oscuridad más profunda de la cruz.
  • Pero algunos no quieren ver esa luz. Cristo como luz sigue dividiendo a la humanidad porque la luz siempre pone en evidencia lo que hay, tanto si es bueno como defectuoso.
  • Jesús es la más clara manifestación de la voluntad salvadora de Dios. El hombre tiene que acoger con libertad íntima la salvación que Dios gratuitamente le ofrece; debe responder con su amor al amor que Dios ofrece. Por eso el hombre conserva siempre una responsabilidad última sobre sí y su salvación.
  • Quien no acepta a Jesús y sus palabras encuentra su juez en esa misma palabra.
  • El juicio del hombre no consiste en un acto externo sino que es un autojuicio. El hombre con su conducta pronuncia sentencia sobre sí mismo. La decisión se da aquí y ahora entre fe e incredulidad. Lo que ocurrirá en «el último día» no será más que la manifestación pública de la decisión tomada aquí.
  • Somos discípulos de Jesús, en la medida que aceptamos plenamente en nuestra vida su luz, que nos viene a través de su Palabra. Si bien somos llamados a ser «hijos de la luz», sabemos que también en nuestra vida hay zonas que permanecen en la penumbra. Ser hijos de la luz significa caminar en la verdad, sin trampas, sin subterfugios. Significa caminar en el amor, sin odios o rencores  porque quien ama a su hermano permanece en la luz». La «tiniebla» es tanto dejarnos manipular por el error, como encerrarnos en nuestro egoísmo y no amar.

PARA DISCERNIR

  • ¿Cuándo somos iluminados por Jesús?
  • ¿Cómo descubro que estoy siguiendo al Maestro?
  • ¿Cómo es mi obediencia a la Palabra del Padre?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Que brille sobre nosotros la luz de tu rostro

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…El Señor dice: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Esta breve sentencia contiene un mandato y una promesa. Cumplamos, pues, lo que nos manda, y así tendremos derecho a esperar lo que nos promete. No sea que nos diga el día del juicio: « ¿Ya hiciste lo que te mandaba, pues qué esperas alcanzar lo que prometí?» « ¿Qué es lo que mandaste, Señor, Dios nuestro?» Te dice: «Que me siguieras.»

Has pedido un consejo de vida. ¿Y de qué vida sino de aquella acerca de la cual está escrito: En ti está la fuente viva?

Por consiguiente, ahora que es tiempo, sigamos al Señor; deshagámonos de las amarras que nos impiden seguirlo. Pero nadie es capaz de soltar estas amarras sin la ayuda de aquel de quien dice el salmo: Rompiste mis cadenas. Y como dice también otro salmo: El Señor liberta a los cautivos, el Señor endereza a los que ya se doblan.

Y nosotros, una vez libertados y enderezados, podemos seguir aquella luz de la que afirma: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Porque el Señor abre los ojos al ciego. Nuestros ojos, hermanos, son ahora iluminados por el colirio de la fe. Para iluminar al ciego de nacimiento, primero le untó los ojos con tierra mezclada con saliva. También nosotros somos ciegos desde nuestro nacimiento de Adán, y tenemos necesidad de que él nos ilumine. Mezcló saliva con tierra. La Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros. Mezcló saliva con tierra; por eso estaba escrito: La verdad brota de la tierra; y él mismo dijo:

Yo soy el camino, la verdad y la vida.

Disfrutaremos de la posesión de la verdad cuando lo veamos cara a cara, ya que también esto se nos ha prometido. Pues, ¿cómo nos atreveríamos a esperar lo que Dios no se hubiera dignado prometernos o darnos?…

De los Tratados de San Agustín, obispo, sobre el evangelio de San Juan

PARA REZAR

Tú has visitado, Señor,

la noche de nuestro mundo:

bendito seas por la luz,

que habita junto a ti desde siempre.

Tú has hecho que la luz brille en nuestras tinieblas

y que, día tras día,

el Espíritu de tu Hijo transfigure nuestra tierra.

Te pedimos

que amanezca de nuevo para nosotros

el tiempo de tu gracia,

que venga tu Día y que jamás tenga ocaso.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro        5, 5b-14

Queridos hermanos:

Que cada uno se revista de sentimientos de humildad para con los demás, porque Dios se opone a los orgullosos y da su ayuda a los humildes. Humíllense bajo la mano poderosa de Dios, para que él los eleve en el momento oportuno. Descarguen en él todas sus inquietudes, ya que él se ocupa de ustedes.

Sean sobrios y estén siempre alerta, porque su enemigo, el demonio, ronda como un león rugiente, buscando a quién devorar. Resístanlo firmes en la fe, sabiendo que sus hermanos dispersos por el mundo padecen los mismos sufrimientos que ustedes. El Dios de toda gracia, que nos ha llamado a su gloria eterna en Cristo, después que hayan padecido un poco, los restablecerá y confirmará, los hará fuertes e inconmovibles. ¡A él sea la gloria y el poder eternamente! Amén.

Les escribo estas palabras por medio de Silvano, a quien considero un hermano fiel, para exhortarlos y atestiguar que esta es la verdadera gracia de Dios: permanezcan adheridos a ella.

La Iglesia de Babilonia, que ha sido elegida como ustedes, los saluda, lo mismo que mi hijo Marcos. Salúdense los unos a los otros con un beso de amor fraternal.

Que descienda la paz sobre todos ustedes, los que están unidos a Cristo.

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 88, 2-3. 6-7. 16-17 (R.: cf. 2a)

R.        Cantaré eternamente tu amor, Señor.

Cantaré eternamente el amor del Señor,

proclamaré tu fidelidad por todas las generaciones.

Porque tú has dicho: Mi amor se mantendrá eternamente,

mi fidelidad está afianzada en el cielo.  R.

El cielo celebre tus maravillas, Señor,

y tu fidelidad en la asamblea de los santos,

porque ¿quién es comparable al Señor en las alturas?

¿Quién es como el Señor entre los hijos de Dios?  R.

¡Feliz el pueblo que sabe aclamarte!

Ellos caminarán a la luz de tu rostro;

se alegrarán sin cesar en tu Nombre,

serán exaltados a causa de tu justicia.  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 16, 15-20

Jesús se apareció a los Once y les dijo:

«Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará.

Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán.»

Después de decirles esto, el Señor Jesús fue llevado al cielo y está sentado a la derecha de Dios.

Ellos fueron a predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba su palabra con los milagros que la acompañaban.

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Hoy celebramos como comunidad creyente la vida apostólica de san Marcos, hombre que escribe su evangelio con el fin de afirmar que Jesús de Nazaret es el Mesías, el Hijo de Dios, la Buena Noticia comunicada por Dios a toda la humanidad. El relato que leemos este día forma parte del final del evangelio de Marcos, cuando Jesús resucitado envía a sus apóstoles a proclamar la Buena Noticia a toda la humanidad, luego de un intenso proceso de conversión y de apertura total a la fe por parte de sus discípulos. Marcos insiste en la madurez de la fe, ya que sin ella no es posible acoger plenamente el evangelio; la fe es necesaria para poder salvarse. El signo que mejor expresa esa opción radical por el proyecto de Jesús es el bautismo. Quien ha elegido el bautismo es porque realmente ha tenido una experiencia profunda con Jesús resucitado, y la expresa a través de signos liberadores, signos que evidencian la presencia del Señor en medio de la comunidad cristiana.

***

  • Después de la resurrección, Jesús se aparece a sus discípulos y los envía a anunciar la buena noticia. Galilea abre el camino hacia los paganos. Ahora se cumple la promesa hecha a Abrahán: «serás padre de una multitud de pueblos». El medio para hacer discípulos será el bautismo, que vincula al Padre, fuente del Espíritu, al Hijo, de quien se recibe, y al Espíritu mismo, que potencia al hombre, completa su ser y lo pone en la línea del «Hijo del Hombre».
  • Quienes reciban el mensaje y se bauticen podrán repetir y actualizar las señales salvadoras de Jesús: expulsar demonios, hablar nuevas lenguas, dominar serpientes, curar enfermos… Anunciarán que la vida se impone sobre la muerte, como mensaje central del mensaje de Jesús.
  • Con la resurrección de Jesús ha comenzado el tiempo nuevo en el que la salvación de Dios no tiene fronteras y llegará a todos. La Iglesia nace para evangelizar. El mensaje de salvación acuñado en la cultura del pueblo judío debe abrirse a la cultura y al mundo pagano.
  • Hoy también el anuncio del Evangelio se enfrenta a diversas culturas que exigen atención a la pluralidad y respeto a la diversidad. En todas las culturas existen «semillas» o elementos del evangelio, ya que todas están llenas de valores en los que se anida la búsqueda de la verdad, la justicia, la fraternidad.
  • La evangelización tiene que ser un proceso dinámico, respetuoso y de mutuo enriquecimiento, por el cual el evangelio, comunica a la cultura, novedad y claridad en sus contenidos trascendentes de justicia, verdad, amor; mientras la cultura le ofrece la riqueza de su propia tradición, la fuerza de sus oportunas búsquedas, y la novedad de sus típicas expresiones.

San Marcos

  • Juan, por sobrenombre romano Marcos, tenía el mismo nombre judío que el joven predilecto de Jesús. Pero Juan Marcos no era uno de los Doce. Este personaje recién aparece en los Hechos de los Apóstoles. Se lo cita por primera vez cuando Simón Pedro, milagrosamente es liberado de la cárcel y se refugia en casa de María, madre de «Juan, por sobrenombre Marcos».
  • En los primeros años de la década de los cuarenta, Bernabé y Pablo, que juntos habían trabajado entre los paganos, vuelven de Antioquia a Jerusalén, que se ha quedado sin Santiago y Pedro. Traen una colecta para la Iglesia de Jerusalén, que está pasando un momento de grave necesidad y se van hacia Antioquía llevándose a Marcos, que era primo de Bernabé. Marcos comienza entonces su obra como colaborador y ayudante, pero se separó de ellos cuando llegaron a Panfilia, regresando a Jerusalén. En estos versículos se hace referencia a él simplemente como «Juan».
  • Cuando Pablo iba a iniciar su segundo viaje, tuvo una grave disputa con Bernabé a propósito de «Juan, llamado Marcos»: Bernabé quería que fuese con ellos, pero Pablo se negaba, ya que los había abandonado en el viaje anterior. Pablo y Bernabé terminaron por separarse, y Marcos acompañó al segundo, en su viaje.
  • No está claro si este, «Juan, llamado Marcos» es el mismo al que se hace referencia en algunas epístolas atribuidas a Pablo. En Colosenses y Filemón dice de él que es primo, o sobrino, de Bernabé, lo que podría explicar que éste disputase con Pablo acerca de Marcos.
  • De este modo, Marcos se convirtió en un apóstol, no haciendo más que ayudar. De la misma manera, sólo escuchando a los apóstoles, pudo transmitir fielmente lo que Jesús hizo, y enseñó durante su ministerio público entre los hombres. Se sostiene que escribe su evangelio escuchando la predicación de Pedro.
  • Papías, obispo de Hierápolis -ciudad cercana a Colosas-, da el testimonio más antiguo acerca de la composición de su evangelio, en un testimonio citado por Eusebio de Cesarea: «Marcos, que fue intérprete de Pedro, escribió con exactitud todo lo que recordaba, pero no en orden de lo que el Señor dijo e hizo. Porque él no oyó ni siguió personalmente al Señor, sino, como dije, después a Pedro. Éste llevaba a cabo sus enseñanzas de acuerdo con las necesidades, pero no como quien va ordenando las palabras del Señor, más de modo que Marcos no se equivocó en absoluto cuando escribía ciertas cosas como las tenía en su memoria. Porque todo su empeño lo puso en no olvidar nada de lo que escuchó y en no escribir nada falso».
  • La tradición dice que murió mártir hacia el año 68, y que sus asesinos trataron de quemar su cuerpo, sin conseguirlo. Los cristianos de Alejandría rescataron su cuerpo intacto, lo envolvieron y le dieron sepultura en la parte oriental de la iglesia que habían construido.

El evangelio de San Marcos

  • Marcos es el Evangelio más antiguo y más breve de los cuatro. De él se servirán Mateo y Lucas para escribir sus evangelios. Para entender el evangelio de Marcos tenemos que saber que entre sus destinatarios predominan los no judíos, que se reunían en las casas para celebrar el culto y tener catequesis. Es un Evangelio hecho para esos miembros de la comunidad, que comenzaban su itinerario cristiano. Es como un manual básico para los catecúmenos. Marcos se propone escribir el “principio” de la Buena Nueva de Jesucristo y disipar todo tipo de confusiones sobre la identidad de Jesús.
  • Por ese entonces se planteaba ya el tema de la persona de Jesús. Quizá las circunstancias difíciles que atravesaban los cristianos entre los años 60-70 con las persecuciones, junto con los problemas internos propios de la comunidad naciente, los llevaba a plantearse si valía la pena el martirio. Además están surgiendo ya algunos movimientos heréticos, que insistían en Jesús resucitado, comunicador del Espíritu y no valoraban las tradiciones históricas de Jesús de Nazaret.
  • El Evangelio de Marcos presenta a Jesús como el Mesías y el Hijo de Dios, el vencedor del poder del demonio; por eso, se dedica sobre todo a narrar milagros. El Cristo que presenta Marcos, no es un Mesías triunfalista y coronado de victoria, sino un Cristo que va decidido a la cruz. Es un Jesús incomprendido y rechazado por los hombres, no un Jesús de triunfos humanos. Los discípulos y el pueblo esperaban un Mesías triunfante y no sufriente.
  • Marcos, quiere despertar en el catecúmeno, y en nosotros, la misma profesión de fe que Pedro hizo frente a Jesús, que revela su identidad con la autoridad que le dan sus milagros y la coherencia y novedad de sus actitudes.
  • Marcos es quien más subraya las tradiciones misioneras. Es una comunidad organizada para evangelizar.

PARA DISCERNIR

  • ¿Cómo es el Jesús en el que creo?
  • ¿Qué Jesús anuncio?
  • ¿Experimento la necesidad de evangelizar?
  • ¿Acepto que la fe cristiana pueda encarnarse en otras realidades?

PARA REZAR

Quédate con nosotros, Señor,

acompáñanos, aunque no siempre

hayamos sabido reconocerte.

Tú eres la Luz en nuestros corazones,

y nos das tu ardor con la certeza de la Pascua.

Tú nos confortas en la fracción del pan,

para anunciar a nuestros hermanos

que en verdad Tú has resucitado

y nos has dado la misión de ser testigos

de tu victoria.

Quédate con nosotros, Señor,

Tú eres la Verdad misma,

eres el revelador del Padre,

ilumina Tú nuestras mentes con tu Palabra;

ayúdanos a sentir la belleza

de creer en ti.

Tú que eres la Vida,

quédate en nuestros hogares

para que caminen unidos,

y en ellos nazca la vida humana generosamente;

quédate, Jesús, con nuestros niños

y convoca a nuestros jóvenes

para construir contigo el mundo nuevo.

Quédate, Señor, con aquellos

a quienes en nuestras sociedades

se les niega la justicia y la libertad;

quédate con los pobres y humildes,

con los ancianos y enfermos.

Fortalece nuestra fe de discípulos

siempre atentos a tu voz de Buen Pastor.

Envíanos como alegres misioneros,

para que nuestros pueblos,

en ti adoren al Padre, por el Espíritu Santo.

A María, tu Madre y nuestra Madre,

Señora de Guadalupe, Mujer vestida de sol,

confiamos el Pueblo de Dios peregrino

en este inicio del tercer milenio cristiano.

Amén.

 Tomada del magisterio de Benedicto XVI en Aparecida.

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 13, 26-33

Habiendo llegado Pablo a Antioquía de Pisidia, decía en la sinagoga:

«Hermanos, este mensaje de salvación está dirigido a ustedes: los descendientes de Abraham y los que temen a Dios. En efecto, la gente de Jerusalén y sus jefes no reconocieron a Jesús, ni entendieron las palabras de los profetas que se leen cada sábado, pero las cumplieron sin saberlo, condenando a Jesús.

Aunque no encontraron nada en él que mereciera la muerte, pidieron a Pilato que lo condenara. Después de cumplir todo lo que estaba escrito de él, lo bajaron del patíbulo y lo pusieron en el sepulcro.

Pero Dios lo resucitó de entre los muertos y durante un tiempo se apareció a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, los mismos que ahora son sus testigos delante del pueblo.

Y nosotros les anunciamos a ustedes esta Buena Noticia: la promesa que Dios hizo a nuestros padres, fue cumplida por él en favor de sus hijos, que somos nosotros, resucitando a Jesús, como está escrito en el Salmo segundo: Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy.»

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 2, 6-7. 8-9. 10-12a (R.: 7)

R.        Tú eres mi hijo, hoy yo te he engendrado.

«Yo mismo establecí a mi Rey

en Sión, mi santa Montaña.»

Voy a proclamar el decreto del Señor:

El me ha dicho: «Tú eres mi hijo,

yo te he engendrado hoy.»  R.

«Pídeme, y te daré las naciones como herencia,

y como propiedad, los confines de la tierra.

Los quebrarás con un cetro de hierro,

los destrozarás como a un vaso de arcilla»  R.

Por eso, reyes, sean prudentes;

aprendan, gobernantes de la tierra.

Sirvan al Señor con temor;

temblando, ríndanle homenaje.  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Juan     14, 1-6

Jesús dijo a sus discípulos:

«No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí. En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar. Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes. Ya conocen el camino del lugar adonde voy.»

Tomás le dijo: «Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?»

Jesús le respondió: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Pablo al comienzo de su predicación, como lo hace en la Sinagoga de Antioquía de Pisidia, se dirige a los judíos y a los que «temen a Dios». Más tarde, a causa de los rechazos y las persecuciones, se verá obligado a dirigirse directa y prioritariamente a los gentiles.
  • En la segunda parte de su discurso en la sinagoga, Pablo afronta ya directamente el tema de Jesús como enviado, como el Mesías, y no reconocido por el pueblo judío. Más aún, las autoridades de Jerusalén lo han llevado a la muerte. Pero Dios lo resucitó.
  • Pablo se atreve a anunciar gozosa y claramente que Dios ha cumplido la promesa que hizo a sus padres, resucitando a Jesús y lo hace presentando una serie de «hechos» históricos y conocidos. El cristianismo no es una ideología, sino un acontecimiento que tuvo una historia y una geografía: eso sucedió en tal época y en tal ciudad… eso continúa hoy y aquí. De Jerusalén a Antioquía de Pisidia.

***

  • Jesús, después de lavar los pies a los discípulos, anuncia su muerte, la traición de Judas y las negaciones de Pedro. Los apóstoles están inquietos, estos anuncios han creado un clima de tristeza pero Jesús pide un acto de fe en su persona, total y sin reserva; que les traerá la paz a pesar de que ha anunciado el futuro de su muerte.
  • El motivo de la confianza, es que Jesús ha venido al mundo para asociar con Él a sus discípulos,  unión que se realiza ahora por el Espíritu, pero tendrá plenitud cuando Jesús «vuelva”.
  • La pregunta de Tomás muestra la incomprensión de los discípulos respecto a todo lo que Jesús les ha ido enseñando. Jesús ha explicado muchas veces que va hacia la plenitud de la vida del Padre y que el camino que conduce a esta plenitud es su entrega por amor hasta la muerte.  Los  discípulos, a pesar de que también deben seguir este camino, aún no lo han comprendido.
  • Jesús responde presentándose a sí mismo como camino: el que se una a Él y haga como Él, irá al Padre. Cristo, va delante y abre los caminos. Él ha roto el círculo infernal de la finitud humana, de la mortalidad y del pecado. Jesús  ha abierto «la salida».
  • Pero añade aún un nuevo paso: Él es “la verdad”, es decir, la auténtica realización humana, porque manifiesta y hace lo que Dios es y quiere. Sin Cristo la humanidad está encerrada en sus límites; pero aquí se abre una esperanza. No seremos siempre egoístas, injustos, duros, impuros, débiles.
  • Y también es “la vida”, es decir, la plenitud del ser hombre, la culminación de todo, la superación de todo mal y de la misma muerte. La humanidad no será siempre violenta, excluyente, racista, injusta, agresiva y no estará dividida.
  • Esta es la «buena nueva»: la historia tiene un sentido, el hombre tiene un sentido, todo hombre está destinado a vivir cerca del Padre.
  • Ante este mundo desconcertado y perdido que busca la felicidad en ideologías mesiánicas o en placeres pasajeros, evangelizar será en definitiva anunciar a Cristo Jesús como la gran respuesta de Dios.
  • Fuera de Él no hay verdad ni vida, porque Él es el único camino. Eso debe notarse en los pequeños detalles de cada día. Estamos llamados a seguir su estilo de vida en nuestro trato con los demás, en nuestra mirada de la historia, en nuestra manera de juzgar los acontecimientos. Jesús camina por donde la vida está amenazada, donde la vida quiere crecer, donde la vida vale. Para darnos certeza, se adelanta.
  • El seguimiento de Jesús nos plantea algo más que su imitación. Nuestro camino  tiene que ser el de la comunidad de discípulos que encontraron en Jesús un camino para el encuentro con Dios, que se traduce en el amor a todos los hombres y a todo hombre; especialmente a los más pobres y desamparados.
  • Esta manera de ver y vivir la vida cristiana nos lleva a arriesgarnos  creativamente a andar por nuevos caminos. Hoy como ayer, el verdadero discípulo de Jesús sabe que «se hace camino al andar».

PARA DISCERNIR

  • ¿Cuáles son nuestros temores en la fe?
  • ¿Esperamos el encuentro definitivo con Dios?
  • ¿Por dónde va mi camino para entrar en la “morada” de Jesús?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Tú eres el camino, la verdad y la vida

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Mientras Jesús está ausente, los discípulos han de defenderse de la turbación y afirmar su fe en Dios y en Él mismo, puesto que llegará un día en que volverá el Señor a colocarlos junto a Sí en la vida bienaventurada. Cuando Jesús responde a Tomás, se da a conocer como Camino, Verdad y Vida.

Comenta San Agustín:

«Si lo amas, vete detrás de Él. Lo amo, contestas, ¿por qué camino seguirlo? Si el Señor Dios tuyo te hubiera dicho: “Yo soy la Verdad y la Vida”, tu deseo de la Verdad y tu amor a la Vida te llevarían ciertamente a la búsqueda del camino que te pudiera conducir a ellas y te dirías a ti mismo: “Magnífica cosa es la Verdad y magnífica cosa es la Vida, si existiera el camino de llegar a ellas mi alma”. ¿Buscas el camino? Oye lo primero que te dice: “Yo soy el Camino”… Dice primero por dónde has de ir y luego adónde has de ir. En el Señor del Padre está la Verdad y la Vida; vestido de nuestra carne es el Camino»

Tratado 34, 9 sobre el Evangelio de San Juan

PARA REZAR

Señor Jesús,
queremos seguirte
como los primeros apóstoles
a quienes llamaste
‘para que estuvieran contigo’.

Tú eres el camino hacia el Padre,
por eso no podremos extraviarnos
si te seguimos.
Tú eres luz, guía segura,
señal de pista hacia la meta;
sólo tú das sentido a nuestro vivir.

Tú eres la verdad de Dios,
eres nuestra raíz y nuestro cimiento,
la roca firme, la piedra angular,
el monte que no tiembla,
el ‘Amén’, el Sí total, continuo y gozoso
a la voluntad del Padre.

Tú eres la vida de Dios,
por eso nos animas
y nos salvas de todas las muertes
que amenazan con destruirnos.
Tú nos acompañarás
cuando atravesemos la frontera.
También entonces -entonces sobre todo-
serás nuestro alimento,
nuestro viático para el camino,
continuarás llamándonos y nosotros te seguiremos:
emprenderemos contigo nuestro último viaje.

Tú, Señor,
nos conduces, nos iluminas y nos salvas.
Nosotros creemos en ti
y no somos menos privilegiados
que tus primeros discípulos:
aunque te has ocultado a nuestra vista
has puesto ojos en nuestro corazón
y has reservado para nosotros una bienaventuranza:
‘Dichosos aquellos que sin ver
creerán en mí’.


Gonzalo

Lectura de la  segunda carta del apóstol

San Pablo a Timoteo                                               1,13-14; 2,1-3

Amado hijo:

Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús. Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros. 

Palabra de Dios. Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.  Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.  Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. 

Palabra de Dios

SALMO          Sal 95, 1-3.7-8a.10

R.        El Señor gobernará al mundo con justicia.

Canten al Señor un canto nuevo,

cante al Señor toda la tierra;

canten al Señor, bendigan su Nombre,

día tras día, proclamen su victoria.  R.

Anuncien su gloria entre las naciones,

y sus maravillas entre los pueblos.

Aclamen al Señor, familias de los pueblos,

aclamen la gloria y el poder del Señor;

aclamen la gloria del nombre del Señor. R.

Digan entre las naciones: «¡El Señor reina!

El mundo está firme y no vacilará.

El Señor juzgará a los pueblos con rectitud». R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Mateo   9,35-38

Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias.  

Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor.    

Entonces dijo a sus discípulos:

«La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos.

Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para su cosecha».

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Sabiendo que su muerte era inminente, la primera carta a Timoteo, a quien Pablo llama afectuosamente «hermano nuestro y colaborador de Dios en el anuncio de la Buena Noticia de Cristo», contiene una serie de recomendaciones prácticas sobre la necesidad de conservar y transmitir con fidelidad la tradición apostólica y sobre sus responsabilidades como evangelizador: avivar el don de Dios que estaba en él, no avergonzarse de dar testimonio del Señor, ni de aquellos que sufren por Él, retener de forma sana palabras que de Él había oído, y guardar el buen depósito en Él.
  • Pablo recuerda a Timoteo sobre los criterios que deben regir la elección de los ministros de la comunidad, y acerca de las obligaciones que tiene con respecto a las diversas categorías de fieles: ancianos y jóvenes, viudas, presbíteros y esclavos.
  • Aparece claramente la responsabilidad que tenemos todos los cristianos, hoy, acerca de lo que fue enseñado por los apóstoles de Cristo: igual que Timoteo, todos los cristianos hemos sido los beneficiarios de lo que fue revelado por los apóstoles; junto con las gracias que hemos recibido, también vienen las responsabilidades.

***

  • El evangelio de hoy, hace un breve resumen de la actividad apostólica de Jesús, y el inicio del “Sermón de la Misión”: “Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia”.
  • Mateo, en pocas palabras, describe los puntos centrales de la actividad misionera de Jesús: no espera a que la gente venga hasta Él, sino que Él mismo va en busca de la gente, recorriendo todas las ciudades y poblados; enseña en las sinagogas, esto es, en las comunidades. Jesús anuncia la Buena Nueva del Reino, allí donde la gente está reunida por su fe en Dios. Jesús no enseña doctrinas, sino que en todo lo que dice y hace, deja transparentar algo de la Buena Nueva que lo anima por dentro. Curar todo tipo de dolencia y enfermedad, que era lo que más marcaba la vida de la gente pobre. Ante esta realidad, vemos que lo que más marca la actividad de Jesús, es dar consuelo a la gente para aliviar su dolor.
  • Jesús siente compasión ante la situación de la gente, porque “estaban humillados y abatidos como ovejas sin pastor”. Su compasión, va más allá de un sentimiento de piedad o un momento de emoción. La compasión de la Biblia está expresada en la acción. Su compasión lo llevó a que entregara su vida.
  • Cuando la compasión de Dios nos confronta requiere una respuesta. Requiere que asumamos una escucha activa. Hoy, nos encontramos ante el mismo problema de aquel entonces, la cosecha es abundante, pero pocos son los obreros.
  • La tarea misionera es mucha y no la podemos abarcar totalmente, por eso la primera cosa que Jesús pide a los discípulos es rezar: “Rueguen, al Dueño de la cosecha que envíe obreros”. El primer paso es la apertura del corazón a Dios, y el encuentro vivo con los sentimientos de Jesús. La oración es la primera forma de compromiso de los discípulos con la misión. El Señor no nos envió a realizar muchas actividades, sino a vivirlas desde su compasión y su amor, que necesitan de nuestras rodillas delante del Dios de la vida. Es la obra del reino, no simple asistencialismo.

PARA DISCERNIR

  • ¿Experimento los mismos sentimientos de Jesús ante una sociedad humillada y abatida?
  • ¿Mi compasión se traduce en obras o queda en un mero sentimentalismo?
  • ¿Reconozco en los dones recibidos una responsabilidad a realizar?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Aquí estoy Señor, envíame

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…”Debemos dar un tono de valentía a nuestra vida cristiana, tanto a la privada como a la pública, para no convertirnos en seres insignificantes en el plano espiritual e incluso en cómplices del hundimiento general. ¿Acaso no buscamos, de manera ilegítima, en nuestra libertad un pretexto para dejarnos imponer por los otros el yugo de opiniones inaceptables?

Sólo son libres los seres que se mueven por sí mismos, nos dice santo Tomás. Lo único que nos ata interiormente, de manera legítima, es la verdad. Esta hará de nosotros hombres libres (cf. Jn 8,32). La actual tendencia a suprimir todo esfuerzo moral y personal no presagia, por consiguiente, un auténtico progreso verdaderamente humano. La cruz se yergue siempre ante nosotros. Y nos llama al vigor moral, a la fuerza del espíritu, al sacrificio (cf. Jn 12,25) que nos hace semejantes a Cristo y puede salvarnos tanto a nosotros como al mundo”…

 San Pablo VI, Audiencia general del 21 de marzo de 1975.

PARA REZAR

Oración del enviado

«Vayan por todo el mundo…»

Estas palabras están dichas para mí.

Soy continuador de tu obra.

Soy tu compañero en la misión.

La mies es mucha y los operarios pocos.

Quiero ser uno de ellos.

Muchas personas están caídas y pasamos de largo.

Quiero ser buen samaritano.

Conviérteme primero a mí,

para que yo pueda anunciar a otros

la Buena Noticia.

Dame audacia.

En este mundo escéptico y autosuficiente,

tengo miedo.

Dame esperanza.

En esta sociedad recelosa y cerrada,

yo también tengo poca confianza en las personas.

Dame amor.

En esta tierra no solidaria y fría

yo también siento poco amor.

Dame constancia.

En este ambiente cómodo y superficial,

yo también me canso fácilmente.

Conviérteme primero a mí,

para que yo pueda anunciar a otros

la Buena Noticia.

Oremos

Dios nuestro, que has hecho crecer a tu Iglesia en América, con la dedicación pastoral y el celo por la verdad del obispo santo Toribio, concede al pueblo a ti consagrado crecer constantemente en la fe y en la santidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Por Mari