PRIMERA LECTURA

Lectura de los Hechos de los Apóstoles     10, 25-26. 34-36. 43-48


Cuando Pedro entró, Cornelio fue a su encuentro y se postró a sus pies. Pero Pedro lo hizo levantar, diciéndole: «Levántate, porque yo no soy más que un hombre.»
Entonces Pedro, tomando la palabra, dijo: «Verdaderamente, comprendo que Dios no hace acepción de personas, y que en cualquier nación, todo el que lo teme y practica la justicia es agradable a él.»

Mientras Pedro estaba hablando, el Espíritu Santo descendió sobre todos los que escuchaban la Palabra. Los fieles de origen judío que habían venido con Pedro quedaron maravillados al ver que el Espíritu Santo era derramado también sobre los paganos. En efecto, los oían hablar diversas lenguas y proclamar la grandeza de Dios.

Pedro dijo: « ¿Acaso se puede negar el agua del bautismo a los que recibieron el Espíritu Santo como nosotros?» Y ordenó que fueran bautizados en el nombre del Señor Jesucristo. Entonces le rogaron que se quedara con ellos algunos días.

Palabra de Dios.

SALMO           Sal 97, 1. 2-3ab. 3cd-4 (R.: cf. 2b)


R. El Señor reveló su victoria a los ojos de las naciones.

Canten al Señor un canto nuevo,

porque él hizo maravillas:

su mano derecha y su santo brazo

le obtuvieron la victoria. R.


El Señor manifestó su victoria,

reveló su justicia a los ojos de las naciones:

se acordó de su amor y su fidelidad

en favor del pueblo de Israel. R.


Los confines de la tierra han contemplado

el triunfo de nuestro Dios.

Aclame al Señor toda la tierra,

prorrumpan en cantos jubilosos. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan     4, 7-10


Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.

El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.

Así Dios nos manifestó su amor: envió a su Hijo único al mundo, para que tuviéramos Vida por medio de él. Y este amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero, y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados.


Palabra de Dios.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Juan     15, 9-17


Jesús dijo a sus discípulos:

«Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.

Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto.
Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre.

No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá.

Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros.»


Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • El episodio de la conversión de Cornelio ha sido decisivo para la comunidad cristiana primitiva. Pedro, toma un papel protagónico en la misma, tomando posición de cara a la influencia del Templo y del judaísmo, en la vida de los primeros cristianos. 
  • La «visión» que tiene lo lleva a adoptar una actitud que repercutirá en el futuro: Dios no hace acepción de personas y la mejor prueba que propone, como confirmación de ello, consiste en hacer que los paganos participen de los beneficios de un Pentecostés, semejante en todo al de Jerusalén, incluso antes de ser bautizados. Se trata de la apertura de la misión, Pedro ha derribado el muro de separación que se levantaba hasta entonces entre la comunidad judía y los gentiles.
  • «Dios es amor». Esta es una de las grandes definiciones del Señor, según Juan. Es como una cuasi definición del ser de Dios. Juan no da una definición abstracta y metafísica de Dios, sino que al contemplar su obra en el mundo, su modo de revelarse llega a la conclusión de que «Dios es amor». En la obra salvífica del Hijo se hace visible el amor de Dios. En el sacrificio del Hijo único, tenemos la manifestación suprema del amor de Dios hacia el mundo.
  • Debemos amar, porque Dios se reveló como amor. La exhortación a amarse como hermanos, brota de la convicción de fe de que el Señor ha tomado la iniciativa de amarnos. La respuesta al amor que Dios tiene a los hombres está en el amor de los unos a los otros.
  • Nuestro amor es consecuencia de nuestro nacer de Dios. Por nuestro amor podemos conocer si estamos en comunión con el Señor. El que ama conoce a Dios. El conocimiento de Dios está más allá de la razón, al nivel del corazón; en la realidad de la caridad es donde conocemos a ese Dios que es vida infinita.

***

  • Juan, en las dos lecturas de este sexto domingo de Pascua,  presenta el toque distintivo de la vivencia de la fe pascual: el amor. Para Juan, el amor cristiano es cosa de Dios y no nuestra, la iniciativa es suya. Dios es amor, origen y motor del amor.
  • El signo más claro de ese amor, es Jesús. Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su propio Hijo. Jesús razona y actúa a partir del amor que le ha tenido el Padre. Un amor que llegó a sus últimas consecuencias con su resurrección, signo y esperanza de la resurrección de todos los que vivan con su vida.
  • Para Juan, este amor que nace en el Padre y pasa por Jesús, termina necesariamente en los hermanos. El amor pleno lleva a la comunicación de todo lo que se tiene y se es, y Dios es la vida total en la que no tiene cabida ningún tipo de muerte.
  • «Esto les mando: que se amen». Con estas precisas palabras termina el evangelio de este domingo. Con esas mismas palabras se despidió Jesús de sus discípulos durante la última cena, momentos antes de subir a la cruz para resucitar.
  • El amor cristiano tiene dos polos: quien no ama al hermano no conoce a Dios. Sin amor a Dios y a los hermanos, no hay fe cristiana y pascual. Y un amor que tiene que concretarse en frutos.
  • Jesús es la medida del amor de Dios y el ejemplo a seguir. Todas las palabras de Jesús, todos los hechos de su vida tienen este sentido. Jesús es el amor de Dios volcado a  los hombres.
  • «Como yo los he amado». El amor que Jesús nos encomienda, no es una simple empatía. No se trata sólo ni precisamente de mirar a todos con una sonrisa, o derramando palabras optimistas o aduladoras a diestra y siniestra. Se trata de amor afectivo y de amistad, de compañerismo fraternal, pero sobre todo de un amor también efectivo y operativo. Es el amor que arraiga en el corazón y produce sentimientos de ternura y compasión, de aceptación, respeto y estima traducido en frutos de justicia, de solidaridad y de fraternidad entre todos los hombres. Porque lo que Jesús nos propone es que nos amemos los unos a los otros como Él nos ha amado.
  • El amor que Jesús nos lega es simplemente el amor con el que el Padre, y Él mismo nos ha amado, y su forma de amar es la soberanía en la libertad. Su amor no depende del valor del otro, de la satisfacción que el otro produce o de lo que el otro ha hecho o dejado de hacer. El amor no está en dependencia de respuesta o de éxito. El amor no es impositivo porque respeta la libertad. Y no espera nada a cambio, porque no pretende ganar algo o retener al otro. No es un amor sentimental; quiere sencillamente lo que para el otro es bueno y recto. Por eso tiene libertad, riqueza y amplitud hasta el punto de abarcar al enemigo.
  • «Nadie tiene mayor amor que el que da la vida». Ese es el límite del amor cristiano, a él debemos tender y aspirar, no podemos conformarnos con un amor menor, no seríamos buenos seguidores de Jesús.
  • Jesús habla en el evangelio de hoy de la alegría de la fe y fundamenta esta alegría en la nueva situación de los discípulos. La alegría prometida por Jesús para aquellos que vivan este mandamiento es inconmensurable, porque no puede existir para el hombre mayor gozo que el de saberse amado así. El cristiano no tiene otra posibilidad de amor que el AMOR de Jesús, no puede amar de otra manera que como ama y amó Jesús. Es un programa de vida que nos abre a los mejores ideales y a la vez nos da, la más auténtica alegría.
  • Amar así es asomarse al misterio de amor de Dios, ser testigos de su misterio de amor, misterio ante el que no hay que temer, sino confiar; misterio, que no nos va a destruir, sino a revitalizar, a resucitar.
  • Cristiano, esencialmente, es alguien que sabe que es amado. Comenzamos a ser cristianos cuando vamos descubriendo _no con la cabeza_ sino en la historia de nuestra vida, el amor personal de Dios.  La buena noticia es anuncio de la gratuidad, de lo que no nos es debido, exigido, sino dado gratuitamente por amor, por un don de amor y de misericordia.
  • Somos amados y elegidos. No vivimos por casualidad, no somos un número más arrojado al universo; no; no somos huérfanos. Hemos sido elegidos en la persona de Cristo desde antes de la creación del mundo a reproducir la imagen de su Hijo. Cada uno de nosotros ha sido contemplado con amor «desde siempre», ha sido «atraído» y transformado por el amor que cura y santifica.
  • Jesús llama «amigos» a sus discípulos porque el amor no somete ni crea «siervos»: hace iguales. La amistad nace de la identidad de ideales y de la común experiencia de la entrega a los demás. Presupone grandes y fuertes aspiraciones; exige sinceridad absoluta, amor mutuo, conocimiento mutuo de ese amor y comunicación total de bienes. Esta comunicación mutua produce identificación e intimidad, situaciones vitales que van mucho más allá de la enseñanza; los amigos aprenden entre sí por sintonía y comunión.
  • El sentirnos elegidos, amados de Dios, da un gran sentido a nuestra vida. La elección es para una tarea como la suya, para una vida como la suya. Sus discípulos continuamos su misión de hacernos y hacer hombres adultos, libres y responsables. Lo hacemos como colaboradores que han aceptado la elección en libertad. Jesús espera que la misión de los suyos tenga un fruto duradero, que vaya cambiando la sociedad. La eficacia de la tarea no se mide tanto por su extensión como por su profundidad, de la que depende la duración del fruto.
  • El amor no es un mandamiento, sino una necesidad. «El que no ama está muerto», y el que no es amado enferma de muerte. Un amor concreto y liberador, un amor que puede unificar y dar sentido al resto de nuestras ocupaciones diarias: trabajar o estudiar, comer, pasear, dormir, divertirse, luchar por algún ideal. El amor es el que hará posible el deseo de eternizar lo que estamos haciendo. El amor es energía creadora y difusiva. Dios pone en nosotros esa energía para que se desarrolle. Valen los sentimientos, pero no bastan. Hay que amar también con el servicio y la entrega. Hay que abrir el corazón al otro, pero hay que tenderle también la mano que sostiene y ayuda.
  • Hoy, nuestro mundo está urgentemente necesitado de más y más testigos veraces del amor, testigos que sean, en última instancia, reflejo del amor de Dios, mensajeros y reveladores de ese amor. A nosotros, a la comunidad de seguidores de Jesús, a la Iglesia, se nos ha encomendado especialmente esta tarea.

PARA DISCERNIR

  • ¿Qué situaciones de mi vida,  qué aspectos de mis relaciones me invita a revisar el amor de Jesús?
  • ¿Qué testimonio está hoy esperando mi realidad cotidiana familiar, laboral, comunitaria?
  • ¿Qué experiencia tengo de alegría? ¿Qué tiene que ver con la que Jesús me regala?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Señor, enséñanos a amarnos los unos a los otros

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

CARTA A DIOGNETO

…»En cuanto al misterio de la religión propia de los cristianos, no esperes que lo podrás comprender de hombre alguno. Los cristianos no se distinguen de los demás hombres ni por su tierra, ni por su lengua, ni por sus costumbres. En efecto, en lugar alguno establecen ciudades exclusivas suyas, ni usan lengua alguna extraña, ni viven un género de vida singular. La doctrina que les es propia no ha sido hallada gracias a la inteligencia y especulación de hombres curiosos, ni hacen profesión -como algunos hacen- de seguir una determinada opinión humana, sino que habitando en las ciudades griegas o bárbaras, según a cada uno le cupo en suerte, y siguiendo los usos de cada región en lo que se refiere al vestido y a la comida y a las demás cosas de la vida, se muestran viviendo un tenor de vida admirable y, por confesión de todos, extraordinario. Habitan en sus propias patrias, pero como extranjeros; participan en todo como los ciudadanos, pero lo soportan todo como extranjeros; toda tierra extraña les es patria, y toda patria les es extraña. Se casan como todos y engendran hijos, pero no abandonan a los nacidos. Ponen mesa común, pero no lecho. Viven en la carne, pero no viven según la carne. Están sobre la tierra, pero su ciudadanía es la del cielo.

Se someten a las leyes establecidas, pero con su propia vida superan las leyes. Aman a todos, y todos los persiguen. Se les desconoce y, con todo, se les condena. Son llevados a la muerte y con ello reciben la vida. Son pobres y enriquecen a muchos. Les falta todo, pero les sobre todo. Son deshonrados, pero se glorían en la misma deshonra. Son calumniados, y en ello son justificados. Se les insulta y ellos bendicen. Se les injuria y ellos dan honor. Hacen el bien y son castigados como malvados.

Ante la pena de muerte se alegran como si se les diera vida. Los judíos les declaran guerra como a extranjeros y los griegos los persiguen pero los mismos que les odian no pueden decir los motivos de su odio»…

PARA REZAR

Date cuenta

de la energía creadora

que hay en tu corazón,

capaz de renovar la vida.
Date cuenta

de que eres dichoso en la medida

en que quieras serlo:

Basta sonreír, compartir, vivir.

Date cuenta

que el sol jamás se cansa de calentar

ni el agua de dar vida

ni la tierra de germinar.

Date cuenta

que mañana puede ser mejor:

puede haber más paz, más fraternidad,

más contento, más deseos de vivir.

Date cuenta

que todo es posible para el que cree

en las alondras, en los niños,

en los hombres, en uno mismo,

en Dios.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 16, 11-15

Por aquellos días, zarpamos de Tróade y navegamos rumbo a Samotracia; al día siguiente, hacia Neápolis y de ahí a Filipo, colonia romana y ciudad principal de la región de Macedonia.

En Filipo nos quedamos unos días. El sábado salimos de la ciudad y nos fuimos por la orilla del río hasta un sitio donde solían tenerse las reuniones de oración. Allí nos sentamos y trabamos conversación con las mujeres que habían acudido.

Entre las que nos escuchaban, había una mujer, llamada Lidia, de la ciudad de Tiatira, comerciante en púrpura, que adoraba al verdadero Dios. El Señor le tocó el corazón para que aceptara el mensaje de Pablo. Después de recibir el bautismo junto con toda su familia, nos hizo esta súplica: «Si están convencidos de que mi fe en el Señor es sincera, vengan a hospedarse en mi casa». Y así, nos obligó a aceptar.

Palabra de Dios.

SALMO                 Sal 149, 1-6a.9b

R. El Señor es amigo de su pueblo. Aleluya.

Entonen al Señor un canto nuevo,

en la reunión litúrgica proclámenlo.

En su creador y rey, en el Señor,

alégrese Israel, su pueblo santo. R.

En honor de su nombre,

que haya danzas, alábenlo con arpa y tamboriles.

El Señor es amigo de su pueblo

y otorga la victoria a los humildes. R.

Que se alegren los fieles en el triunfo,

que inunde el regocijo sus hogares,

que alaben al Señor con sus palabras,

porque en esto su pueblo se complace. R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Juan            15, 26-16, 4

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando venga el Consolador, que yo les enviaré a ustedes de parte del Padre, el Espíritu de verdad que procede del Padre, él dará testimonio de mí y ustedes también darán testimonio, pues desde el principio han estado conmigo.

Les he hablado de estas cosas para que su fe no tropiece. Los expulsarán de las sinagogas y hasta llegará un tiempo, cuando el que les dé muerte creerá dar culto a Dios. Esto lo harán, porque no nos han conocido ni al Padre ni a mí. Les he hablado de estas cosas para que, cuando llegue la hora de su cumplimiento, recuerden que ya se lo había predicho yo».

Palabra del Señor

PARA REFLEXIONAR

  • Conducidos por el Espíritu, Pablo y sus acompañantes se deciden a dejar Asia y entrar en Europa. Y así llegan a Filipos, capital de Macedonia y empieza la misión en Europa. Filipos era una colonia romana, con una población mayoritariamente griega y romana. No parece que hubiera una sinagoga para los judíos, por eso los prosélitos simpatizantes de la religión judía, se reúnen los sábados en la orilla del río para orar.
  • Allí acude Pablo y trata de convencerlos. Encuentra unas personas piadosas -sobre todo mujeres- que se reúnen allí para rezar. Dios «abre el corazón» a una vendedora de púrpura, llamada Lidia para que se convierta. Lidia pide el bautismo, y ofrece la hospitalidad de su casa a los misioneros ambulantes. Pablo habla, pero es Dios quien «dispone el corazón» a la escucha.
  • Pablo se adaptaba a las circunstancias que iba encontrando. A veces predicaba en la sinagoga, otras en una cárcel, o junto al río, o en la plaza de Atenas. Si le echaban de un sitio, iba a otro. Si lo aceptaban, se quedaba hasta consolidar la comunidad.

***

  • Continuamos con el «discurso después de la Cena». El tono va a cambiar porque Jesús quiere prevenir a sus discípulos de la lucha que conocerán frente al rechazo del mundo.
  • Serán odiados por el mundo, porque el mundo ama a los suyos, y los discípulos de Jesús, en principio, aunque «están en» el mundo, «no son del» mundo. Este sufrimiento de los cristianos se ve como una continuación del sufrimiento mismo de Cristo, a quien tampoco lo aceptó el mundo. A ellos también los perseguirán, porque el siervo no puede ser más que el Señor. Jesús quiere que cuando llegue esa hora no se tambalee su fe, sino que «se acuerden de lo que les había dicho».
  • Serán marginados y llegarán a darles muerte. Sin embargo, Dios defenderá a los suyos. Jesús envía otro ‘Defensor»: su Espíritu. El Espíritu de verdad que procede del Padre, dará «testimonio» de mí.
  • El Espíritu descubrirá la verdad sobre los acontecimientos de la vida de Cristo. Y los Apóstoles también darán testimonio de Cristo ya que estuvieron con El desde un principio. Es misión del Espíritu Santo revelar a los Apóstoles toda la verdad. Porque procede del que es verdadero por esencia, trae la energía creadora y salvadora de la verdad, del amor y del perdón. Las verdades se convierten en realidades de vida para quien lo recibe.
  • Este Espíritu de la Verdad dará testimonio de Jesucristo, es decir, hará que muchos hombres, a lo largo de los siglos, aceptemos su Palabra, confesemos esta verdad, recibamos su salvación, nos integremos a la comunidad de sus discípulos con todas las consecuencias que esto conlleva: exponerse, arriesgarse, dar la cara, sufrir.
  • «Testigo» aparece precisamente con el sentido de «mártir»; dar la vida es el gran testimonio, confesar con la sangre la Verdad. No solamente la muerte por Cristo sino también la vida cristiana vivida con todas sus consecuencias tiene un valor de «martirio» y por eso de testimonio.
  • Dar testimonio de Cristo en nuestro ambiente, siendo de palabra y de obra fieles a su estilo de vida y a sus enseñanzas, es hacer de la vida, historia de salvación. El Espíritu Santo está con nosotros. Es Él quien nos da la fuerza que necesitamos.

PARA DISCERNIR

  • ¿Me rebelo ante la no aceptación del mensaje que es luz para mi vida?
  • ¿MI fe se opaca o atemoriza ante la incomprensión de los demás?
  • ¿Me animo a mostrarme distinto?
  • ¿Me mantengo firme en mi credo aunque el entorno claudique?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

El Espíritu de la verdad dará testimonio sobre mí

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…El libro de los Hechos, que hemos ido leyendo en el Tiempo Pascual, nos ha narrado una sucesión de persecuciones, detenciones, azotes, y hasta la muerte, como la de Esteban.

A lo largo de los dos mil años, ha seguido la misma tónica. Como al Señor le crucificaron, a sus fieles los han crucificado de mil maneras. Si la comunidad de Jesús, fiel al Evangelio de su Maestro, da testimonio de justicia o de amor, o defiende valores que no son los que la sociedad defiende, o denuncia situaciones que se dan contra la dignidad humana o contra la voluntad de Dios, es lógico que sea odiada, porque resulta incómoda. A veces será perseguida hasta la muerte, y otras, desprestigiada, ignorada, impedida en su misión. La palabra griega para decir «testigo, testimonio» es la de «mártir, martiría». Dar testimonio del Evangelio de Jesús comporta muchas veces sufrimiento y martirio. Pero también ahora tenemos la ayuda del Espíritu, el abogado, el defensor. Con su fuerza podemos librar la batalla entre el bien y el mal, y permanecer fieles a Cristo en medio de un mundo que a veces se muestra claramente contrario a su Evangelio, y dar testimonio de Cristo en nuestro ambiente, siendo de palabra y de obra fieles a su estilo de vida y a sus convicciones.

Si celebramos bien la Pascua -y estamos en su sexta semana- ése debe ser uno de los signos de que nos estamos dejando comunicar la vida nueva del Resucitado y de su Espíritu: la valentía en dar testimonio de Jesús…

 J. Aldazabal. Enséñame tus caminos 3. El Tiempo Pascual día tras día.

PARA REZAR

La coherencia (a propósito de Juan Pablo II)

La coherencia no se compra,

la coherencia no se estudia en ninguna carrera.

La coherencia se va labrando

en el corazón con la adoración,

con la unción al servicio de los demás

y con la rectitud de conducta.

Sin mentiras, sin engaños, sin doblez.

Jesús dijo de Natanael una vez

cuando venía caminando:

«Aquí tienen a un israelita derecho,

sin doblez».

Creo que lo podemos decir de Juan Pablo,

el coherente.

Pero era coherente porque se dejó cincelar

por la voluntad de Dios.

Se dejó humillar por la voluntad de Dios.

Dejó que creciera en su alma

esa actitud obediencial que tuvo

nuestro padre Abraham

y desde allí todos los que lo siguieron.

Recordamos a un hombre coherente

que una vez nos dijo que este siglo

no necesita de maestros,

necesita de testigos,

y el coherente es un testigo…

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 16, 22-34

La multitud se amotinó en contra de ellos, y los magistrados les hicieron arrancar la ropa y ordenaron que los azotaran. Después de haberlos golpeado despiadadamente, los encerraron en la prisión, ordenando al carcelero que los vigilara con mucho cuidado. Habiendo recibido esta orden, el carcelero los encerró en una celda interior y les sujetó los pies en el cepo.

Cerca de la medianoche, Pablo y Silas oraban y cantaban las alabanzas de Dios, mientras los otros prisioneros los escuchaban. De pronto, la tierra comenzó a temblar tan violentamente que se conmovieron los cimientos de la cárcel, y en un instante, todas las puertas se abrieron y las cadenas de los prisioneros se soltaron. El carcelero se despertó sobresaltado y, al ver abiertas las puertas de la prisión, desenvainó su espada con la intención de matarse, creyendo que los prisioneros se habían escapado. Pero Pablo le gritó: «No te hagas ningún mal, estamos todos aquí.»

El carcelero pidió unas antorchas, entró precipitadamente en la celda y, temblando, se echó a los pies de Pablo y de Silas. Luego los hizo salir y les preguntó: «Señores, ¿qué debo hacer para alcanzar la salvación?»

Ellos le respondieron: «Cree en el Señor Jesús y te salvarás, tú y toda tu familia.»

En seguida le anunciaron la Palabra del Señor, a él y a todos los de su casa. A esa misma hora de la noche, el carcelero los atendió y curó sus llagas. Inmediatamente después, fue bautizado junto con toda su familia. Luego los hizo subir a su casa y preparó la mesa para festejar con los suyos la alegría de haber creído en Dios.

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 137, 1-3. 7c-8

R.        Señor, tu derecha me salva.

Te doy gracias, Señor, de todo corazón,

te cantaré en presencia de los ángeles.

Me postraré ante tu santo Templo.  R.

Daré gracias a tu Nombre

por tu amor y tu fidelidad.

Me respondiste cada vez que te invoqué

y aumentaste la fuerza de mi alma.  R.

Tu derecha me salva.

El Señor lo hará todo por mí.

Tu amor es eterno, Señor,

¡no abandones la obra de tus manos!  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Juan     16, 5-11

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

«Ahora me voy al que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta: «¿A dónde vas?» Pero al decirles esto, ustedes se han entristecido. Sin embargo, les digo la verdad: les conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Paráclito no vendrá a ustedes. Pero si me voy, se lo enviaré.

Y cuando él venga, probará al mundo dónde está el pecado, dónde está la justicia y cuál es el juicio.

El pecado está en no haber creído en mí. La justicia, en que yo me voy al Padre y ustedes ya no me verán. Y el juicio, en que el Príncipe de este mundo ya ha sido condenado.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • El escenario de la narración de hoy es la ciudad y colonia romana de Filipos, donde Pablo funda la primera comunidad cristiana de Europa con ocasión de su segundo viaje. El relato presenta a Pablo que ha liberado de un demonio de adivinación, a una esclava que los había seguido por toda la ciudad dando grandes gritos. Los dueños de la esclava, la explotaban haciéndola adivinar por dinero y ven que han perdido una fuente de ingresos, por eso denuncian a Pablo y Silas que son luego  detenidos.
  • Estando en la cárcel se produce un terremoto que abre las puertas de la prisión y deshace las ligaduras de todos. El carcelero de Filipos fue preservado del suicidio por la confortadora palabra de Pablo: “no te hagas daño, aquí estamos todos”.
  • La liberación milagrosa y la actitud honesta de Pablo que no aprovecha para escapar lleva a la conversión del carcelero y de su familia. Y lo que había comenzado tan dolorosa y dramáticamente termina en la alegría y en la luz y los cantos de la fiesta. El carcelero junto con su familia hace fiesta por la fe recibida, y agasaja a los apóstoles.
  • Pablo no duda en invocar sus derechos de ciudadano romano y fuerza a los magistrados a presentar excusas. La palabra de Dios no podrá ser encadenada, aunque encadenen a sus predicadores.

***

  • Los discípulos siguen sin comprender la muerte como marcha al Padre; para ellos es el fin de todo. Se llenan de tristeza al pensar en la ausencia, que ellos interpretan como separación definitiva. El mundo se presenta para ellos como un adversario muy fuerte y, sin Jesús, se sienten indefensos.
  • Cristo afirma que vuelve al Padre porque su misión ha terminado y el Espíritu Paráclito será el testigo de su presencia. El modo de vida que El tendrá después de su resurrección no será ya perceptible por los sentidos, sino solamente por la fe. Cristo trata de convencer a sus apóstoles de que no busquen ya una presencia física, sino que descubran en la fe la presencia «espiritual».
  • La nueva presencia del Señor en medio de los suyos presentará las características de un juicio. En el curso de su pasión, Cristo perderá su proceso contra el mundo: será convicto de pecado. Pero el Espíritu apelará y cambiará la sentencia: se hará justicia a Cristo ante el tribunal del Padre y el mundo será convicto de pecado. Según Jesús, el Espíritu, el Abogado, es el que hará justicia mostrando a los discípulos la justicia de Dios que resucitando a Jesús de entre los muertos lo ha glorificado delante de toda la humanidad.
  • Aparte del aspecto judicial de la presencia del Espíritu, el Evangelio subraya su papel educativo. Cristo aún tiene muchas revelaciones que hacer; no son verdades nuevas que Jesús no haya enseñado; pero falta aún profundizar en su enseñanza, comprenderla mejor y confrontarla con los acontecimientos. Los apóstoles no pueden realizar este trabajo, porque sólo disponen, todavía, de un conocimiento demasiado humano.
  • Jesús dice a los discípulos que la presencia y ayuda del Espíritu Santo es más necesaria que su misma presencia externa. El Espíritu va a dar a los discípulos la posibilidad de amar como Jesús. Hasta ahora Jesús es para ellos un modelo; el Espíritu hará que sea la fuente interior de su vida. Enviando al Espíritu, Jesús es consciente de multiplicar su Presencia: el Espíritu no tiene ningún límite, puede invadirlo todo.
  • La Iglesia en su misión profética, corriendo todos los riesgos que esto signifique, no sólo debe denunciar el pecado del mundo, sino proponer y trabajar dando respuestas concretas, nacidas del Evangelio para una vida y un camino nuevo del hombre. Gracias al querer del Padre, la redención del Hijo y la acción constante del Espíritu Santo, todos podemos responder con total fidelidad a su llamada, ayudando a los otros a hacerlo.
  • No estamos solos, tenemos en nosotros, en cada uno de nosotros, en la realidad de nuestra vida personal, el don, la presencia, la fuerza del Espíritu que nos ha sido dado para ser testigos de Jesucristo.

PARA DISCERNIR

  • ¿Soy consciente de la lucha que se juega en mi vida y en el mundo?
  • ¿Asumo  los valores de Cristo y trato de crecer en ellos para que el enemigo no me agarre desprevenido?
  • ¿Pido al Espíritu su fuerza y su luz?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

El Príncipe de este mundo ya ha sido condenado

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…En el Evangelio, Jesús nos comunica la fuerza del Espíritu. El es consciente de la misión que se le ha encomendado: dar testimonio del Padre. Toda su acción y sus palabras son la expresión de la voluntad de Dios. Después de su muerte, los discípulos continúan su obra bajo la dirección del Espíritu. Ellos saben que continuar la obra no es repetir milimétricamente los gestos de Jesús. La repetición, la imitación, constituyen una acción puramente exterior. Los discípulos se abren al Espíritu del Resucitado para que los transforme y los configure con el Hijo. De este modo, su acción y sus palabras se convierten en una fuerza creativa que actualiza la presencia de Jesús en nuestra historia humana.

El Espíritu de Jesús es para la comunidad de discípulos una luz que ilumina la realidad. Así, se descubre quién incurre en pecado: todo aquél que prescinde de una opción ética para vivir; quién es inocente: el ser humano que entrega su vida como testimonio de la justicia y la verdad; y quién recibe el juicio de Dios: el sistema que tiene la injusticia como ley…

Servicio Bíblico Latinoamericano

PARA REZAR

Pedimos el espíritu

Querido Jesús:

nos enseñaste con palabras y con tu ejemplo

cuál es la misión y el objetivo de la Iglesia, tu pueblo,

para que ella sea, en medio de la humanidad,

la gran manifestación de la presencia

de Dios Salvador,

sin tener en cuenta la raza,

el color o la cultura de cada pueblo,

pues todos por igual estamos llamados

a participar del Reino.

Por eso le pedimos a Dios, por tu intermedio,

que toda la Iglesia, como esta comunidad,

sepa hacerse todo para todos

a fin de que la buena noticia

sea divulgada y conocida

por todos los que buscan

la verdad con sincero corazón.

Te pedimos que envíes tu Santo Espíritu

como lo enviaste sobre los Apóstoles en Pentecostés

para que no solo vivamos conforme a tu Palabra

sino también para que seamos una comunidad misionera.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles     1, 12-14; 2, 1-4

Los Apóstoles regresaron entonces del monte de los Olivos a Jerusalén: la distancia entre ambos sitios es la que está permitido recorrer en día sábado. Cuando llegaron a la ciudad, subieron a la sala donde solían reunirse. Eran Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago, hijo de Alfeo, Simón el Zelote, y Judas, hijo de Santiago. Todos ellos, íntimamente unidos, se dedicaban a la oración, en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús y de sus hermanos.
Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que resonó en toda la casa en que se encontraban. Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse.

Palabra de Dios.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo

a los cristianos de Efeso    1, 3 – 14

Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales en el cielo, y nos ha elegido en él, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e irreprochables en su presencia, por el amor.

Él nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, que nos dio en su Hijo muy querido.

En él hemos sido constituidos herederos, y destinados de antemano -según el previo designio del que realiza todas las cosas conforme a su voluntad- a ser aquellos que han puesto su esperanza en Cristo, para alabanza de su gloria.

Palabra de Dios.

SALMO          Lc 1, 46-48. 49-50. 51-53. 54-55 (R.: cf. 49)

R.        El Señor hizo en mí maravillas: ¡gloria al Señor!

«Mi alma canta la grandeza del Señor,

y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador,

porque él miró con bondad la pequeñez de su servidora.

En adelante todas las generaciones me llamarán feliz.  R.

Porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas:

¡su Nombre es santo!

Su misericordia se extiende de generación en generación

sobre aquellos que lo temen.  R.

Desplegó la fuerza de su brazo,

dispersó a los soberbios de corazón.

Derribó a los poderosos de su trono

y elevó a los humildes.

Colmó de bienes a los hambrientos

y despidió a los ricos con las manos vacías.  R.

Socorrió a Israel, su servidor,

acordándose de su misericordia,

como lo había prometido a nuestros padres,

en favor de Abraham

y de su descendencia para siempre.»  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Juan     19, 25-27

Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo.» Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre.»

Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • El Señor dirige su palabra a estos testigos fieles y silenciosos que permanecen al pie de la cruz: María y Juan que lo observan con dolorosa atención. Jesús mirando a la Madre le dice: «Mujer, he aquí a tu hijo”. Jesús le encomienda la nueva misión de extender su maternidad a todos los hombres representados por Juan.
  • En el momento oportuno, cuando Jesús llega a su máxima entrega, María está a la altura del Amor de su Hijo y se entrega plenamente a la voluntad de Dios sobre los hombres, y por eso se le encarga la maternidad de todos los hombres.
  • Esta nueva maternidad de María, engendrada por la fe, es fruto del nuevo amor que maduró en ella definitivamente al pie de la cruz. La esperanza de María al pie de la cruz encierra una luz más fuerte que la oscuridad que reina  en los que lo llevaron a la cruz. Al pie de la cruz nace la esperanza de la Iglesia y de la humanidad.
  • Esta es la gran herencia que Cristo concede desde la Cruz a la humanidad. Es como una segunda Anunciación para María. Hacía más de treinta años que el ángel la invitaba a entrar en los planes salvadores de Dios. Ahora, es su propio Hijo el que le anuncia la nueva tarea. María desde ese momento es la Madre por excelencia. María Madre de Dios, Madre de Cristo, Madre de los hombres. Esta nueva maternidad agranda su corazón, aún más, hasta límites insospechados. Jesús entrega a su Madre como Madre de todos los vivientes: a los solos, a los abandonados, a los desprotegidos, a todos los que se harán  hijos de Dios por la gracia.
  • …“Con la maternidad divina, María abrió plenamente su corazón a Cristo y, en él, a toda la humanidad. La entrega total de María a la obra de su Hijo se manifiesta sobre todo, en la participación en su sacrificio. Según el testimonio de san Juan, la Madre de Jesús «estaba junto a la cruz». Por consiguiente, se unió a todos los sufrimientos que afligían a Jesús. Participó en la ofrenda generosa del sacrificio por la salvación de la humanidad. Esta unión con el sacrificio de Cristo dio origen en María a una nueva maternidad. Ella que sufrió por todos los hombres, se convirtió en madre de todos los hombres. Jesús mismo proclamó esta nueva maternidad cuando le dijo desde la cruz: «Mujer, he ahí a tu hijo». Así quedó María constituida madre del discípulo amado y, en la intención de Jesús, madre de todos los discípulos, de todos los cristianos. Esta maternidad universal de María, destinada a promover la vida según el Espíritu, es un don supremo de Cristo crucificado a la humanidad. Al discípulo amado le dijo Jesús: «He ahí a tu madre», y desde aquella hora «la acogió en su casa», o mejor, «entre sus bienes», entre los dones preciosos que le dejó el Maestro crucificado. Las palabras «He ahí a tu madre» están dirigidas a cada uno de nosotros. Nos invitan a amar a María como Cristo la amó, a recibirla como Madre en nuestra vida, a dejarnos guiar por ella en los caminos del Espíritu Santo”…  San Juan Pablo II
  • La Virgen en Luján eligió el lugar donde quedarse para siempre junto al pueblo argentino. Desde ahí su maternidad se extendió a todos los argentinos. Ella recoge nuestras súplicas, ella asume los dolores de este pueblo como asumió los de su hijo en la espera confiada de la Pascua. La incesante peregrinación de fieles que hace ya casi cuatro siglos acuden a sus pies la transformaron en nuestra patrona, en nuestra protectora, en nuestra Reina pero sobre todo en nuestra Madre.

PARA REZAR

María Santísima, Nuestra Señora de Luján,

venimos a tu casa a orar, peregrinos de tu amor materno.

Sólo Dios salva a hombres y pueblos.

Necesitamos dones materiales

y estructuras sociales y políticas,

pero precisamos antes corazones nuevos,

que rechazando la codicia, la ambición y todo pecado,

se vuelvan a Dios y acojan su perdón y su gracia.

Todos somos indigentes espirituales

y especialmente quienes tenemos

la responsabilidad de la dirigencia.

Por todos venimos a implorar tu bondad.

Que tu corazón de Madre lleve al Señor.

Jesús el clamor del pueblo que necesita de tu ternura,

y de la misericordia de tu Hijo.

Venimos con la humildad y la confianza

de tus hijos más pequeños,

en nombre de nuestro pueblo que es el tuyo,

que te honra con la sencillez de su vida

y la dignidad de su sufrimiento.

Pide a tu Hijo, como en Caná,

que tengamos pan para cada mesa,

trabajo para cada mano,

salud para cada familia,

educación para cada niño y cada joven,

esperanza para todos.

Que el Señor nos dé especialmente a los dirigentes,

ojos limpios que permitan reconocernos como pueblo

y nos dé la fuerza y el coraje de la solidaridad fraterna.

Amén

Obispos Argentinos

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 18, 1-8

Pablo dejó Atenas y fue a Corinto. Allí encontró a un judío llamado Aquila, originario del Ponto, que acababa de llegar de Italia con su mujer Priscila, a raíz de un edicto de Claudio que obligaba a todos los judíos a salir de Roma. Pablo fue a verlos, y como ejercía el mismo oficio, se alojó en su casa y trabajaba con ellos haciendo tiendas de campaña. Todos los sábados, Pablo discutía en la sinagoga y trataba de persuadir tanto a los judíos como a los paganos.

Cuando Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo se dedicó por entero a la predicación de la Palabra, dando testimonio a los judíos de que Jesús es el Mesías. Pero como ellos lo contradecían y lo injuriaban, sacudió su manto en señal de protesta, diciendo: «Que la sangre de ustedes caiga sobre sus cabezas. Yo soy inocente de eso; en adelante me dedicaré a los paganos.»

Entonces, alejándose de allí, fue a lo de un tal Ticio Justo, uno de los que adoraban a Dios y cuya casa lindaba con la sinagoga. Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor, junto con toda su familia. También muchos habitantes de Corinto, que habían escuchado a Pablo, abrazaron la fe y se hicieron bautizar.

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 97, 1. 2-3ab. 3bc-4 (R.: cf. 2b)

R.        El Señor reveló su victoria a los ojos de las naciones.

Canten al Señor un canto nuevo,

porque él hizo maravillas:

su mano derecha y su santo brazo

le obtuvieron la victoria.  R.

El Señor manifestó su victoria,

reveló su justicia a los ojos de las naciones:

se acordó de su amor y su fidelidad

en favor del pueblo de Israel.  R.

Los confines de la tierra han contemplado

el triunfo de nuestro Dios.

Aclame al Señor toda la tierra,

prorrumpan en cantos jubilosos.  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Juan     16, 16-20

Jesús dijo a sus discípulos:

«Dentro de poco, ya no me verán, y poco después, me volverán a ver.» Entonces algunos de sus discípulos comentaban entre sí: « ¿Qué significa esto que nos dice: «Dentro de poco ya no me verán, y poco después, me volverán a ver»? ¿Y qué significa: «Yo me voy al Padre»?» Decían: « ¿Qué es este poco de tiempo? No entendemos lo que quiere decir.»

Jesús se dio cuenta de que deseaban interrogarlo y les dijo: «Ustedes se preguntan entre sí qué significan mis palabras: «Dentro de poco, ya no me verán, y poco después, me volverán a ver».

Les aseguro que ustedes van a llorar y se van a lamentar; el mundo, en cambio, se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Corinto, capital de la provincia de Acaya, era una ciudad de ambiente romano, activa en su comercio y de mala fama por sus costumbres. Aquí va a estar Pablo un año y medio fundando una comunidad cristiana a la que luego escribirá dos cartas.
  • Desde Atenas, Pablo pasa a Corinto, sin acompañantes. El pasaje de los hechos nos da detalles del estilo evangelizador de Pablo. Permanece en la ciudad y trabaja para mantenerse colaborando con Áquila y Prisca, un matrimonio que acaba de ser expulsado de Roma y que son fabricantes de lonas. Lo hará hasta que lleguen Silas y Timoteo, que le permiten dedicarse de lleno a la predicación,
  • Comienza los sábados a ir a la sinagoga a predicar a Jesús como el Mesías esperado, pero los judíos no lo aceptan, lo que provoca la ruptura de Pablo. Ellos serán responsables de no haber sabido reconocer al Mesías enviado por Dios. Se dedica entonces a predicar a los paganos, que en buen número se convierten.
  • Pablo cosecha éxitos y fracasos a la vez. Los judíos lo rechazan, salvo el jefe de la sinagoga llamado Crispo. Los paganos que van convirtiéndose formarán el primer núcleo de la comunidad.
  • En medio de lo apremiante de su acción evangelizadora Pablo da ejemplo de paciencia quedándose largo tiempo, y de desinterés económico prefiriendo trabajar para no ser una carga para nadie.

***

  • Después de compartir juntos tantos momentos, los discípulos  experimentan la partida de Jesús como algo negativo. Esta situación les causa desconcierto y dolor. El mismo Jesús se anticipa, y  trata de sanar en ellos las heridas que la experiencia de angustia y desconsuelo grabará en sus corazones el viernes santo.
  • El Señor es realista y no quiere crear falsas expectativas ni engañar a sus discípulos. Se cumplirá lo anunciado por los profetas. Sabe que el momento que  se acerca es doloroso y lo anuncia con pocas y sencillas palabras. La claridad del maestro es el primer paso en su pedagogía contra el escándalo que su pasión provocará en los discípulos.
  • Pero no se queda en el dato objetivo de lo que habrá de suceder sino que trata de explicar a los suyos lo que sucederá, de tal modo que puedan descubrir los signos de los tiempos; la realización del plan salvador de Dios.
  • Jesús no sale de este mundo hacia la nada, hacia el absurdo de la muerte sin fondo. Va hacia el Padre, hacia la plenitud de la vida. La muerte no será la última palabra: Dios, una vez más, va a escribir derecho en líneas torcidas que conducen aparentemente al fracaso. Jesús seguirá estando presente de un modo más misterioso, en medio de los suyos. El grupo de discípulos no puede entender que el camino de Jesús pase por la cruz.
  • Jesús les anuncia que la tristeza se convertirá en alegría, y así como serán partícipes del poder del pecado y de la muerte, podrán proclamar la fuerza incontenible del amor que se manifestará en la resurrección.
  • Esto es algo que no resulta fácil de entender en un primer momento, pero que luego se vuelve una constante y un camino de espiritualidad salvadora para el creyente: por encima de la más espesa noche, se prepara el nacimiento del nuevo día, el grano de trigo tiene que caer en tierra y morir para dar fruto, es necesario pasar por la muerte para alcanzar la resurrección.
  • También a nosotros nos resulta cuesta arriba entender por qué el camino de la Vida tiene que pasar por la muerte, o la renuncia, o el dolor. Nos gustaría una Pascua de resurrección sin el paso por el Viernes Santo.
  • El mundo propone una vida sin Dios, que trata de negar el dolor, el sufrimiento y esconder hasta la misma muerte. Jesús cargando en su carne el dolor, no renunciando ni yendo por la salida fácil, le ha quitado todo poder a la muerte, y la resurrección ha transformado definitivamente la realidad del universo para todo el que cree.
  • La muerte de Jesús no lo ha alejado de nuestra vida. Una vez cumplida su misión, el enviado del Padre volverá para habitar en nuestro propio interior, identificándose con nosotros, para que podamos identificarnos con Él de tal forma, que el mundo lo siga contemplando desde su Iglesia, la cual tiene que continuar en el mundo por la fuerza del Espíritu Santo su obra de salvación.

PARA DISCERNIR

  • ¿Cuáles son mis esperanzas?
  • ¿Cuáles mis anhelos más profundos?
  • ¿De qué manera la espera de lo que va a venir ilumina mi hoy?
  • ¿De qué manera mi hoy alimenta mi esperanza?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Nuestra tristeza se convertirá en gozo

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…La alegría es esencial en la vida espiritual. Si pensamos o decimos cualquier cosa de Dios y no lo hacemos con alegría, nuestros pensamientos y nuestras acciones serán estériles. Podemos ser infelices por muchas causas, pero podemos encontrar aún alegría, porque ésta procede de saber que Dios nos ama. Estamos inclinados a pensar que cuando estamos tristes no podemos estar contentos, pero en la vida de una persona que pone a Dios en el centro pueden coexistir el dolor y la alegría. No resulta fácil de comprender, pero cuando pensamos en alguna de nuestras experiencias más profundas, como asistir al nacimiento de un niño o a la muerte de un amigo, con frecuencia forman parte de la misma experiencia un gran dolor y una gran alegría, y descubrimos a menudo la alegría en medio del dolor.

Recuerdo los momentos más dolorosos de mi vida como momentos en los que he llegado a ser consciente de una realidad espiritual mucho más grande que yo, y que me permitía vivir mi dolor con esperanza. Incluso me atrevo a decir: «Mi dolor fue el lugar en el que encontré mi alegría». La alegría no es cualquier cosa que simplemente nos sucede. Debemos elegir la alegría y seguir eligiéndola cada día. Se trata de una elección basada en el conocimiento de que pertenecemos a Dios y hemos encontrado en Dios nuestro refugio y nuestra salvación, y que nada, ni siquiera la muerte, nos lo puede arrebatar…

H. J. M. Nouwen, Vivir en el Espíritu, Brescia 19984, pp. 17s.

PARA REZAR

Salmo de alegría y esperanza

Con un corazón limpio y

sincero queremos darte gracias.

Tu Palabra es sincera y  llena el corazón de alegría;

tus obras son grandiosas,

y están iluminadas de verdad;

Tú amas, Dios nuestro, la justicia; toda la tierra está rociada

con la lluvia de tu bondad.

Dios, nos sentimos pequeños,

como granitos de arena, ante ti;

Tú tienes palabras de vida que no pasan;

palabras que se hacen acción;

solamente Tú, Señor, tienes poder

para hacer lo que dices.

Tú contemplas nuestro suelo

desde la altura de tus cielos;

tu corazón de Padre ama,

uno a uno, a todos los hombres;

desde tu casa te alegra el bien del hombre

y su progreso; desde tu casa te entristece

el mal del hombre y su retroceso.

Tus ojos llenos de amor y ternura

cuidan de la obra de tus manos,

todos los que esperamos en el triunfo de tu amor,

 tendremos respuesta; porque Tú,

Oh Dios, has liberado nuestra alma de la muerte

entregando en la cruz al Hijo amado,

al Enviado: El nos ha dado vida nueva

y en El te decimos: Abba, Padre.

Emilio  Mazariegos

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 18, 9-18

Una noche, el Señor dijo a Pablo en una visión: «No temas. Sigue predicando y no te calles. Yo estoy contigo. Nadie pondrá la mano sobre ti para dañarte, porque en esta ciudad hay un pueblo numeroso que me está reservado.» Pablo se radicó allí un año y medio, enseñando la Palabra de Dios.

Durante el gobierno del procónsul Galión en Acaya, los judíos se confabularon contra Pablo y lo condujeron ante el tribunal, diciendo: «Este hombre induce a la gente a que adore a Dios de una manera contraria a la Ley.»

Pablo estaba por hablar, cuando Galión dijo a los judíos: «Si se tratara de algún crimen o de algún delito grave, sería razonable que los atendiera. Pero tratándose de discusiones sobre palabras y nombres, y sobre la Ley judía, el asunto les concierne a ustedes; yo no quiero ser juez en estas cosas.» Y los hizo salir del tribunal.

Entonces todos se apoderaron de Sóstenes, el jefe de la sinagoga, y lo golpearon ante el tribunal. Pero a Galión todo esto lo tuvo sin cuidado.

Pablo permaneció todavía un cierto tiempo en Corinto. Después se despidió de sus hermanos y se embarcó hacia Siria en compañía de Priscila y de Aquila. En Cencreas, a raíz de un voto que había hecho, se hizo cortar el cabello.

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 46, 2-3. 4-5. 6-7 (R.: 8a)

R.        Dios es el Rey de toda la tierra.

Aplaudan, todos los pueblos,

aclamen al Señor con gritos de alegría;

porque el Señor, el Altísimo, es temible,

es el soberano de toda la tierra.  R.

El puso a los pueblos bajo nuestro yugo,

y a las naciones bajo nuestros pies;

él eligió para nosotros una herencia,

que es el orgullo de Jacob, su predilecto.  R.

El Señor asciende entre aclamaciones,

asciende al sonido de trompetas.

Canten, canten a nuestro Dios,

canten, canten a nuestro Rey.  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Juan     16, 20-23a

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

«Les aseguro que ustedes van a llorar y se van a lamentar; el mundo, en cambio, se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo.

La mujer, cuando va a dar a luz, siente angustia porque le llegó la hora; pero cuando nace el niño, se olvida de su dolor, por la alegría que siente al ver que ha venido un hombre al mundo.

También ustedes ahora están tristes, pero yo los volveré a ver, y tendrán una alegría que nadie les podrá quitar. Aquel día no me harán más preguntas.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • La acción misionera de Pablo siempre tiene como meta los centros más importantes. Ahora Corinto, «la ciudad de los mares», puente entre Oriente y Occidente, floreciente centro comercial, será la tercera ciudad de Europa que recibe el Evangelio. Pablo en año y medio funda la Iglesia, que será la destinataria de dos de sus principales cartas.
  • En Corinto, Pablo  una vez más será citado ante la Justicia, acusado de ser un perturbador. Una noche, el Señor dijo a Pablo en una visión: «No temas, habla sin callar nada, porque yo estoy contigo.»
  • La estadía de Pablo en Corinto no debió resultarle fácil por dificultades externas e internas. El motivo que le da Dios es de infinita ternura: «muchos de esta ciudad son pueblo mío».
  • Pablo sigue exponiendo las Escrituras que llevan a Cristo, pero los judíos se sublevaron contra él, lo persiguen acusándolo que persuadía a la gente para que adore a Dios de un modo extraño a la Ley.
  • El procónsul Galión, hermano de Séneca, se desentiende irónicamente de la discusión, al ver que no afecta al orden público, sino a cuestiones internas de religión, y no hace caso tampoco al ver que apalean precisamente al jefe de la sinagoga, que ahora es Sóstenes.

***

  • Perder a Jesús debió ser un golpe durísimo para los discípulos a pesar de haberlos preparado para el momento culminante, el de su Pasión y muerte en la cruz. La muerte no tendría la última palabra y ellos deben saberlo.
  • Era necesario que los discípulos de ayer y los de mañana supieran que, aunque la muerte es un drama doloroso y es difícil de entender, esa tristeza se convertirá en gozo al constatar que existe la vida eterna. Todo no acaba en este mundo, los sufrimientos de ahora tienen sentido si se ofrecen a Dios, como Jesús ofreció los suyos.
  • Al evocar la imagen de la mujer parturienta para describir el sufrimiento que espera a los discípulos, Jesús les enseña a reconocer en ellos el signo de la venida de los últimos tiempos. En la Escritura los dolores del parto caracterizan un castigo terrible, sin embargo, son los únicos dolores que tienen un sentido porque traen una nueva vida al mundo. Para Jesús, los sufrimientos de esta vida no son sufrimientos de agonía, que conducen a la muerte. Son sufrimientos de parto, de alumbramiento, que conducen a la vida. Es una visión nueva de las cosas. Todo sufrimiento, dice Jesús, es fecundo.
  • La alegría es un fruto característico de la Pascua. La alegría que nos propone Jesús es la misma que vivió él: alegría que supone fidelidad y solidaridad hasta la muerte, pero que engendra nueva vida.
  • La alegría que brota de la Pascua es profunda, pasa a veces por el crisol del dolor y la renuncia, pero que es fecunda. Una alegría que no se produce al margen de las pruebas de la vida, sino como una victoria sobre ellas.
  • El intento de negar el dolor es inútil y está llamado al fracaso. Todo sufrimiento vivido desde el amor nos hace crecer y madurar.
  • La alegría de Dios es duradera, es interior porque es producida directamente por el Espíritu Santo. Aunque pasemos por situaciones difíciles y apremiantes, la alegría interior se convierte en un río interno que nos hace capaces de afrontar con entereza los problemas y dificultades, por más difíciles o graves que éstos sean.

PARA DISCERNIR

  • ¿Cuáles son los motivos de mis alegrías? ¿Dónde busco la alegría?
  • ¿Rehuyo todo sufrimiento o esfuerzo? ¿Cuáles son las cosas que me provocan tristeza?
  • ¿Qué lugar ocupa Cristo en mis alegrías y en mis tristezas?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DIA

Nadie nos podrá quitar esta alegría

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…Jesús emplea la imagen de la mujer que espera dar a luz: antes del parto se afana y está triste y preocupada porque se le viene encima un trance doloroso que, incluso, pone en peligro su salud, su vida. Pero que una vez ha dado a luz se alegra por la vida que ha nacido, con la cual ella hace que la raza humana siga adelante. Esta imagen, tan común en la Biblia (por ej: Is 13, 8; Mt 24, 8; etc.), es empleada por Jesús para expresar la situación de su pequeña comunidad en el mundo: ella es como una madre que se preocupa y está triste antes de dar a luz a tantos seres humanos por la fe en Dios Padre y en su Hijo Jesucristo; pero que se alegra cuando puede reunir en torno a la mesa del Señor a todos los hijos de su fecundidad misionera, de su testimonio evangélico.

Acercándonos al final de este tiempo pascual debemos renovar la alegría que llena a la Iglesia por la resurrección de Jesucristo, por la acción de Dios que lo ha constituido Señor de la historia, juez de vivos y muertos. Y esta alegría pascual nos debe ayudar a sobrellevar con fortaleza las persecuciones, los odios, discriminaciones y sufrimientos de la evangelización…

Diario Bíblico. Cicla (Confederación Internacional Claretiana de Latinoamérica).

PARA REZAR

HIMNO A LA ALEGRIA

Escucha hermano 
la canción de la alegría
el canto alegre 
del que espera un nuevo día.

Ven canta sueña cantando
vive soñando un nuevo sol
en que los hombres 
volverán a ser hermanos.

Si en tu camino 
solo existe la tristeza 
y el canto amargo 
de la soledad completa.

Si es que no encuentras 
la alegría en esta tierra 
búscala hermano más allá 
de las estrellas.

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 18, 23-28

Después de haber permanecido un tiempo en Antioquía, partió de nuevo y recorrió sucesivamente la región de Galacia y la Frigia, animando a todos los discípulos.

Un judío llamado Apolo, originario de Alejandría, había llegado a Efeso. Era un hombre elocuente y versado en las Escrituras. Había sido iniciado en el Camino del Señor y, lleno de fervor, exponía y enseñaba con precisión lo que se refiere a Jesús, aunque no conocía otro bautismo más que el de Juan.

Comenzó a hablar con decisión en la sinagoga. Después de oírlo, Priscila y Aquila lo llevaron con ellos y le explicaron más exactamente el Camino de Dios. Como él pensaba ir a Acaya, los hermanos lo alentaron, y escribieron a los discípulos para que lo recibieran de la mejor manera posible.

Desde que llegó a Corinto fue de gran ayuda, por la gracia de Dios, para aquellos que habían abrazado la fe, porque refutaba vigorosamente a los judíos en público, demostrando por medio de las Escrituras que Jesús es el Mesías.

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 46, 2-3. 8-9. 10 (R.: 8a)

R.        Dios es el Rey de toda la tierra

Aplaudan, todos los pueblos,

aclamen al Señor con gritos de alegría;

porque el Señor, el Altísimo, es temible,

es el soberano de toda la tierra.  R.

El Señor es el Rey de toda la tierra,

cántenle un hermoso himno.

El Señor reina sobre las naciones

el Señor se sienta en su trono sagrado.  R.

Los nobles de los pueblos se reúnen

con el pueblo del Dios de Abraham:

del Señor son los poderosos de la tierra,

y él se ha elevado inmensamente.  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Juan     16, 23b-28

Jesús dijo a sus discípulos:

«Les aseguro que todo lo que pidan al Padre, él se lo concederá en mi Nombre. Hasta ahora, no han pedido nada en mi Nombre. Pidan y recibirán, y tendrán una alegría que será perfecta. Les he dicho todo esto por medio de parábolas. Llega la hora en que ya no les hablaré por medio de parábolas, sino que les hablaré claramente del Padre.

Aquel día ustedes pedirán en mi Nombre; y no será necesario que yo ruegue al Padre por ustedes, ya que él mismo los ama, porque ustedes me aman y han creído que yo vengo de Dios. Salí del Padre y vine al mundo. Ahora dejo el mundo y voy al Padre.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Empieza el tercer viaje apostólico de Pablo, siempre desde Antioquía, su lugar de referencia, animando a los discípulos de las comunidades. En Éfeso se situará el centro de este viaje. La comunión y la unidad de la Iglesia, hacen una intensa «comunicación de experiencias y de oraciones».
  • La lectura hace un paréntesis en la historia de Pablo, hablando de Apolo, que era un judío que se había formado en Alejandría, muy elocuente y experto en la Escritura. Su trabajo, es la ocasión de ser testigo del Señor. Apolo no ha esperado a tener la verdad total para hablar de Jesús. Aunque conocía sólo el bautismo de Juan, predicaba en las sinagogas sobre Jesús dando a conocer lo que sabe.
  • En Éfeso, Apolo, tuvo la suerte de encontrarse con Priscila y Aquila, colaboradores de Pablo, lo llevaron con ellos y lo ayudaron a formarse mejor, explicándole con más detalle el camino del Señor. Apolo quiere ir a Corintio y los hermanos de la comunidad de Éfeso lo animan, y escriben una carta de presentación a los discípulos de Corintio. Apolo, en Corinto, predica en público con tanto éxito que provocará la formación de grupos en torno a su persona, lo que genera divisiones que Pablo reprende enérgicamente. Así todo, Pablo no desautoriza a Apolo sino que lo presenta como modelo de apóstol junto a sí mismo.

***

  • En el evangelio, Jesús, declara solemnemente a los discípulos que tienen pleno ac­ceso al Padre. El Maestro vuelve al Padre que lo envió al mundo, y les promete a sus discípulos, que la oración que dirijan al Padre en su nombre será eficaz. La única condición para la eficacia de la peti­ción es que sea hecha en unión con El, unida a la su obra, ya que ha venido para que tengamos vida abundante.
  • Jesús y el Padre están íntimamente unidos. Los discípulos al estar unidos a Jesús también lo están con el Padre. El Padre los ama, porque han creído a Cristo. Y por eso su oración es escuchada y su alegría es completa.
  • Por la fe en Cristo quedamos incorporados en su unión con el Padre. Dentro de esa unión misteriosa, pero de amor, es como tiene valor nuestra oración de hijos y de cristianos. La oración cristiana está arraigada en las palabras de Jesús: “permanezcan en mi amor”.
  • Jesús es el Mediador y la petición que hacemos por nosotros mismos o por los demás y sus necesidades, va al Padre avalada y unida a la de Cristo, que es intercesor absoluto por el bien de la humanidad y de cada uno de nosotros.
  • Pedir al Padre en el nombre de Jesús, es pedir confiándonos en los méritos del Hijo muy amado de Dios, que entregó su vida para cumplir la voluntad del Padre y dar la salvación a todos los hombres.
  • Jesús invita a pedir con la seguridad de que el Padre escucha siempre nuestra oración. Esto no significa que tenga que responder afirmativamente a lo que le pedimos, sino que somos nosotros los que tenemos que responder a lo que Él quiere. Orar es como entrar en la esfera de Dios y ponernos en su sintonía con la certeza de que quiere nuestra salvación. Su amor, dador de vida, es ayuda eficaz, pero sólo adquiere realidad cuando encuentra respuesta. No se impone, se ofrece como don gratuito.
  • La unión con Jesús, nos lleva a descubrir que pedir implica estar dispuesto a dar. Si no estamos dispuestos a dar a nuestros hermanos que esperan de nosotros, no estamos unidos a Jesús que nos dio el ejemplo dando su propia vida. Cuando recibimos lo que pedimos nos llenamos de alegría, pero cuando damos, nuestra alegría es más grande todavía porque nos sentimos amando y amados porque Dios ama al que da con alegría.

PARA DISCERNIR

  • ¿Mi oración apunta a mis necesidades parciales o me abro a las necesidades del mundo?
  • ¿Mi oración parte de mi o parte de Dios en mí?
  • ¿Cómo miro la realidad y sus necesidades?
  • ¿Pido cosas o me atrevo a pedir que se realice su reino?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Pidan y recibirán, para que la alegría sea completa

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

Pedid y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa

Esta alegría plena no es la de los sentidos carnales, sino la alegría espiritual; y cuando sea tan grande que nada pueda añadirse a ella, será evidentemente completa. Así pues, cualquier cosa que pidamos y que tenga como fin la consecución de esta alegría plena es precisamente lo que debemos pedir en el nombre de Cristo, si comprendemos de manera justa el sentido de la gracia divina y si el objeto de nuestras oraciones es la verdadera felicidad en la vida eterna. Cualquier otra cosa que pidamos no tiene valor alguno, no porque sea inexistente por completo, sino porque, frente a un bien tan grande como la vida eterna, cualquier otra cosa que podamos desear fuera de ella es menos que nada…

San Agustín, Comentario al evangelio de Juan, 102,2.

PARA REZAR

Salmo por la justicia y la paz

Cristo, en tus manos el Padre ha puesto todo poder;

en tus manos ha puesto la justicia para la historia;

conduce a tu pueblo elegido con justicia y equidad,

y a los humildes levántalos del polvo de la tierra.

Que de los montes, de lo alto, venga la paz para tu pueblo;

que la justicia descienda hasta el último rincón de tu Reino;

que los pobres, los oprimidos, los marginados tengan pan;

que los hijos de los pobres, los sin nada, tengan techo.

Que el hombre nuevo, Señor Jesús, se comprometa

en la lucha por la justicia,

para que la voluntad de tu Padre se haga realidad;

que la paz surja de los bienes compartidos entre todos,

como hermanos, y los más débiles

puedan levantarse y ser de los que pueden compartir.

Que tu Espíritu de amor y comunión entre los hombres,

nos ayude, paso a paso, a hacer un pueblo unido en alianza.

Emilio Mazariegos