TIEMPO DTE EL AÑO – CICLO B
TIEMPO DTE EL AÑO – CICLO B
DOMINGO XXV
El que quiera ser el primero que sea servidor de todos
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de la Sabiduría 2, 12. 17-20
Dicen los impíos:
«Tendamos trampas al justo, porque nos molesta y se opone a nuestra manera de obrar; nos echa en cara las transgresiones a la Ley y nos reprocha las faltas contra la enseñanza recibida. Veamos si sus palabras son verdaderas y comprobemos lo que le pasará al final.
Porque si el justo es hijo de Dios, Él lo protegerá y lo librará de las manos de sus enemigos. Pongámoslo a prueba con ultrajes y tormentos, para conocer su temple y probar su paciencia. Condenémoslo a una muerte infame, ya que él asegura que Dios lo visitará.»
Palabra de Dios.
SALMO Sal 53, 3-4. 5. 6 y 8 (R.: 6b)
R. El Señor es mi verdadero sostén.
Dios mío, sálvame por tu Nombre,
defiéndeme con tu poder.
Dios mío, escucha mi súplica,
presta atención a las palabras de mi boca.
Porque gente soberbia se ha alzado contra mí,
hombres violentos atentan contra mi vida,
sin tener presente a Dios.
Pero Dios es mi ayuda,
el Señor es mi verdadero sostén:
Te ofreceré un sacrificio voluntario,
daré gracias a tu Nombre, porque es bueno.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol Santiago 3, 16-4, 3
Hermanos:
Donde hay rivalidad y discordia, hay también desorden y toda clase de maldad. En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es, ante todo, pura; y además, pacífica, benévola y conciliadora; está llena de misericordia y dispuesta a hacer el bien; es imparcial y sincera. Un fruto de justicia se siembra pacíficamente para los que trabajan por la paz.
¿De dónde provienen las luchas y las querellas que hay entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que combaten en sus mismos miembros? Ustedes ambicionan, y si no consiguen lo que desean, matan; envidian, y al no alcanzar lo que pretenden, combaten y se hacen la guerra. Ustedes no tienen, porque no piden. O bien, piden y no reciben, porque piden mal, con el único fin de satisfacer sus pasiones.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 9, 30-37
Al salir de allí atravesaron la Galilea; Jesús no quería que nadie lo supiera, porque enseñaba y les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo matarán y tres días después de su muerte, resucitará.» Pero los discípulos no comprendían esto y temían hacerle preguntas.
Llegaron a Cafarnaún y, una vez que estuvieron en la casa, les preguntó: «¿De qué hablaban en el camino?» Ellos callaban, porque habían estado discutiendo sobre quién era el más grande.
Entonces, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: «El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos.»
Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo: «El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a aquel que me ha enviado.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- El autor del libro de la Sabiduría pone en boca de los impíos un estilo de vida basado en una mentalidad hedonista. Liberarse es para ellos alejarse de toda preocupación que pueda poner freno a los placeres de la vida. En esa situación, la sola presencia del “justo” se les hace insufrible y ponen a prueba su fidelidad. “El justo” es la piedra de choque de sus contemporáneos.
***
- Estos versículos de la carta de Santiago hay que encuadrarlos dentro del tema de la fe y las obras. La conversión que exige el Evangelio debe llevar a una transformación mucho más radical de la persona humana. Un cambio de actitud que no se manifiesta en obras es estéril; “Quien no vive como piensa acaba pensando cómo vive”.
***
- En la línea del domingo pasado, Jesucristo continúa anunciando a sus discípulos el camino del Mesías según Dios. La respuesta va acompañada con la afirmación acerca de quién es mayor en el Reino de los Cielos. Ante las pretensiones “lógicas” de sus apóstoles, Jesús expresa un criterio opuesto que supone un cambio total de actitud. La discusión de los discípulos preocupados en el reparto de los cargos de gobierno en un reino al estilo del mundo es desarmada y reorientada a través de una situación tomada de la vida diaria.
- Jesús toma un niño y lo pone en medio de ellos. Con este hermoso gesto Jesús presentaba concretamente lo que en sus palabras podía dar margen a interpretaciones equívocas. En la cultura antigua el niño era considerado insignificante. Por su edad y condición física no estaba en condiciones de participar en la guerra, ni en la vida productiva, ni en la política, ni en la vida religiosa. El niño es presentado como la imagen de todos los que no son considerados dignos de atención y de valoración.
- La imagen del niño para Jesús dice mucho más y es signo de la actitud que debe tener todo aquel que quiera pertenecer al Reino. Jesús pone de manifiesto que los niños pueden entender el mensaje del Reino porque aún no tienen prejuicios y no pueden ostentar riquezas ni poder. La novedad de Jesús consiste en engrandecer lo pequeño, lo simple e insignificante.
- Desde Cristo el criterio acerca de la autoridad cambia radicalmente y sus palabras piden una fe real y amor hecho servicio hacia todos; dentro y fuera de la Iglesia. A nuestro modo todos tenemos nuestra autoridad. Autoridad como padres de familia, como jefes en cualquier empresa o trabajo, como líder nato en cualquier ámbito, como docentes o maestros en el camino de la fe.
- Ejercer la autoridad en la fe es vivir el afán cotidiano de servir a aquellos que Dios nos confía con todo lo que somos, gastándonos sin reserva, dejando nuestra vida en este propósito; movidos por un amor concreto como el de Jesús que, «Habiendo amado a los suyos, los amó hasta el extremo». Este es el test de la fe de los cristianos que ejercen autoridad.
- Ante los espejismos del éxito mundano, Jesucristo nos anuncia la Buena Noticia del triunfo según Dios, que es el triunfo del Siervo que con su vida entregada instaura otra lógica y otras actitudes. El verdadero camino de éxito pasa por el despojamiento y la entrega; ser como el último hacerse servidor de todos. En esta propuesta no hay espacio para la competencia agresiva ni para la vanidad de las apariencias, no hay espacio para el poder manipulador ni la fuerza del dinero, no hay espacio para el que se impone por la fuerza o la violencia. Sólo tiene espacio y cabida el servicio solidario y fraterno a todos, el compartir generoso, el amor por la justicia y la verdad, el perdón incondicional, la cercanía a los pequeños de este mundo. Finalmente la muerte que les anuncia Jesús será el último servicio por el que el Padre le entregará el Reino.
- Las palabras de este domingo son un enérgico llamado a una conversión personal e institucional y pastoral. Los cristianos debemos vivir el ejercicio de la autoridad con el estilo de Cristo que no vino a ser servido sino a servir. La Iglesia como comunidad animada por el Espíritu de Jesús está llamada a instaurar ese estilo inconfundible del Señor hecho siervo para hacer creíble el Evangelio que anuncia y no quedar entrampada en las formas mundanas de pensar y actuar.
- La Iglesia del servidor de los hombres es la que actúa callada y anónimamente; la que no aparenta, no busca honores, ni se encumbra haciendo alarde de ciencia o de autoridad. La Iglesia que abraza a los pequeños y los recibe en nombre de Jesús sintiendo el gozo y el orgullo de no tener más poder que el que otorga el amor sencillo y desinteresado. Cualquier afán de dominio sobre los demás velará el rostro de Jesús que debe transparentar.
- Para cada discípulo y para la Iglesia en su totalidad no hay otra ruta para el seguimiento de Jesucristo que la del Servidor ni otra fuente de eficacia que la que brota de la Cruz.
PARA DISCERNIR
- ¿Por dónde pasan mis expectativas en la búsqueda del reino?
- ¿Cuáles son los criterios determinantes de mis valoraciones?
- ¿Qué concepción tengo del poder?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Dame un corazón de niño
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
El niño pequeño sabe que lo es y acepta el hecho sin fingir ser grande, por lo que su mundo es un mundo de maravilla. Para todo chiquillo pequeño, su padre es un gigante.
La capacidad de maravillarse ha sido extinguida en muchas universidades. El hombre empieza interesándose en si es el primero o el último de la clase, o en si figura entre los medianos y pretende elevarse o no. Ese interés en sí mismo y en la calibración moral que tiene, envenena la vida de los orgullosos, porque pensar demasiado en uno mismo es siempre una forma de la soberbia.
El deseo de aprender, de cambiar y de crecer es una cualidad propia de quien se olvida a sí mismo y es realmente humilde.
El orgullo y el exhibicionismo nos imposibilitan el aprender, y hasta nos impiden enseñar lo que sabemos. Sólo el ánimo que se humilla ante la verdad desea transmitir su sabiduría a otras mentalidades. El mundo nunca ha conocido educador más humilde que Dios mismo, que enseñaba con parábolas sencillas y ejemplos comunes que se referían a ovejas, cabras y lirios del campo, sin olvidar los remiendos de las ropas gastadas, ni el vino de las botas nuevas.
El orgullo es como un perro guardián de la mente, que aleja la prudencia y la alegría de la vida. El orgullo puede reducir todo el vasto universo a la dimensión de un solo yo restringido a sí mismo y que no desea expandirse.
Fulton J. Sheen, Paz interior
PARA REZAR
Toda la providencia es un anhelo de servir.
Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco.
Donde hay un árbol que plantar, plántalo tú;
donde hay un error que enmendar, enmiéndalo tú;
donde haya un esfuerzo que todos esquiven, acéptalo tú;
se el que apartó del camino la piedra,
el odio de los corazones
y las dificultades del problema.
Hay la alegría de ser sano y la de ser justo,
pero hay sobre todo, la inmensa,
la hermosa alegría de servir.
Qué triste sería el mundo
si todo él estuviera hecho;
si no hubiera un rosal que plantar,
una empresa que emprender.
No caigas en el error
de que sólo se hacen méritos
con los grandes trabajos;
hay pequeños servicios:
arreglar una mesa,
ordenar unos libros,
peinar una niña.
Aquél el que critica,
éste el que destruye;
sé tú el que sirve.
El servir no es una faena de seres inferiores.
Dios que es el fruto y la luz, sirve.
Pudiera llamarse… ¡el que sirve!
Y tiene sus ojos en nuestras manos
y nos pregunta cada día:
¿Serviste hoy? ¿A quién?
¿Al árbol? ¿A tu hermana? ¿A tu madre?
Gabriela Mistral
Sean luz
Lectura del libro de los Proverbios 3, 27-34
No niegues un beneficio al que lo necesite, siempre que esté en tus manos hacerlo. No digas a tu prójimo: «Vuelve después, mañana te daré», si tienes con qué ayudarlo.
No trames el mal contra tu prójimo, mientras vive confiado junto a ti. No litigues con un hombre sin motivo, si no te ha causado ningún mal. No envidies al hombre violento ni elijas ninguno de sus caminos.
Porque el hombre perverso es abominable para el Señor, y él reserva su intimidad para los rectos. La maldición del Señor está en la casa del malvado, pero él bendice la morada de los justos. El se burla de los insolentes y concede su favor a los humildes.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 14, 2-3a. 3b-4b. 5 (R.: cf. 1b)
R. Señor, el justo habitará en tu santa montaña.
El que procede rectamente
y practica la justicia;
el que dice la verdad de corazón
y no calumnia con su lengua. R.
El que no hace mal a su prójimo
ni agravia a su vecino,
el que no estima a quien Dios reprueba
y honra a los que temen al Señor. R.
El que no presta su dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que procede así, nunca vacilará. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 8, 16-18
Jesús dijo a la gente:
«No se enciende una lámpara para cubrirla con un recipiente o para ponerla debajo de la cama, sino que se la coloca sobre un candelero, para que los que entren vean la luz. Porque no hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y divulgado.
Presten atención y oigan bien, porque al que tiene, se le dará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que cree tener.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- Durante dos semanas leeremos una selección del Libro de los Proverbios, hecho de cientos de frases breves, atribuidas a Salomón o a otros sabios del AT. En este libro se nos invita a una reflexión entre humana y creyente sobre la historia y la vida. Los Libros Sapienciales son los últimos escritos del Antiguo Testamento, se escribieron justo antes de la aparición de Jesús.
- Una idea subrayada es que Dios no es amigo de los malvados. Estos pueden reírse de todos, incluso de Dios, pero al final «Dios se burla de los burlones y concede su favor a los humildes».
- Esas máximas de Sabiduría se han introducido en la Biblia debido al criterio de los «sabios», que creyeron que toda «sabiduría humana» deriva de la Sabiduría de Dios, puesto que, cuando el hombre descubre una parte de verdad, participa de alguna manera de la inteligencia divina.
***
- Jesús aprovechaba el enorme y rico caudal de la sabiduría popular de su pueblo para convertirlo en parte fundamental de su enseñanza. Esta lámpara que aparece en esta parábola, ilumina toda la habitación, lo mismo que la palabra de Dios, que nos es dada como semilla en la tierra de nuestra vida, tiende a iluminar hasta los últimos rincones del corazón.
- La luz simboliza en general todo lo referido al bien, en contraste con las tinieblas que representan al ámbito del mal. El templo, Jerusalén y el ser humano mismo pueden ser luz, pero la luz por antonomasia es Dios y Aquel a quien ha constituido “luz de las naciones y gloria de su pueblo”, a quien seguimos para “alcanzar la luz de la vida”.
- Lucas subraya que la comunidad debe ser luz. Dios, en Jesús, ilumina a todo hombre que viene a este mundo, pero no sólo a los individuos sino también a la comunidad. Las comunidades cristianas necesitan dejarse iluminar para hacer brillar el proyecto de Dios.
- La comunidad cristiana se forma no para ocultarse sino para que todos la vean, y pueda dar testimonio del proyecto de Dios, en medio de los hermanos.
- Una comunidad cristiana tampoco se constituye para ser un círculo cerrado impenetrable, un gheto de elegidos y salvados. La buena noticia, no puede estar cautiva en las limitaciones de nuestras instituciones, sino que debe hacerse parte de la vida diaria del creyente. La vida de la fe es un don para dar, para entregar gratuita y generosamente.
- Se renueva la invitación de Jesús para ser luz en nuestro mundo y nuestro tiempo, oscurecido por el odio y la violencia sin sentido, por la falta de armonía y paz, por las injusticias y la insensibilidad de muchos hombres, cegados por la ambición y la sed de poder.
- Ser luz es una invitación a vivir con la impronta de la vida de Jesús en nuestro corazón, en nuestros ojos, en nuestras palabras en nuestro propio sentir, allí donde cada día debemos vivir, trabajar, crear, cantar, reír y llorar, soñar…
PARA DISCERNIR
- ¿Dejo iluminar las distintas realidades de mi vida por la Palabra de Jesús?
- ¿Soy consciente de la responsabilidad que se me ha confiado de ser luz?
- ¿Qué zonas de mi vida me cuesta más iluminar?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Quiero dar tu luz Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
“Ustedes son la luz del mundo”
Mis queridos jóvenes:
La impresionante ceremonia que se realiza esta noche está llena del más hondo significado. En lo alto de un cerro, bajo las miradas de nuestro Padre Dios y protegidos por el manto maternal de María, que eleva sus manos abiertas a lo alto intercediendo por nosotros, se reúne, caldeada de entusiasmo, una juventud ardiente, portadora de antorchas brillantes, llena el alma de fuego y de amor, mientras a los pies la gran ciudad yace en el silencio pavoroso de la noche.
Esta escena me recuerda otra, ocurrida hace casi dos mil años, también sobre un monte al caer las tinieblas de la noche… En lo alto, Jesús y sus apóstoles, a los pies una gran muchedumbre, y más allá las regiones sepultadas en las tinieblas y en la oscuridad de la noche del espíritu (cf. Sal 106,10). Y Jesús conmovido profundamente ante el pavoroso espectáculo de las almas sin luz, les dice a sus apóstoles «ustedes son la luz del mundo» (Mt 5,14). Ustedes son los encargados de iluminar esa noche de las almas, de caldearlas, de transformar ese calor en vida, vida nueva, vida pura, vida eterna…
También a ustedes, jóvenes queridísimos, Jesús les muestra ahora esa ciudad que yace a sus pies, y como entonces se compadece de ella: «Tengo compasión de la muchedumbre» (Mc 8,2). Mientras ustedes –muchos, pero demasiado pocos a la vez– se han dado cita de amor en lo alto… ¡Cuántos, cuántos… a estas mismas horas ensucian sus almas, crucifican de nuevo a Cristo en sus corazones, en los sitios de placer, desbordantes de una juventud decrépita, sin ideales, sin entusiasmo, ansiosa únicamente de gozar, aunque sea a costa de la muerte de sus almas…! Si Jesús apareciese en estos momentos en medio de nosotros, extendiendo compasivo su mirada y sus manos sobre Santiago y sobre Chile, les diría: «Tengo compasión de esa muchedumbre…» (Mc 8,2).
Allí a nuestros pies yace una muchedumbre inmensa que no conoce a Cristo, que ha sido educada durante años y años sin oír apenas nunca pronunciar el nombre de Dios, ni el santo nombre de Jesús.
Yo no dudo, pues, que si Cristo descendiese al San Cristóbal esta noche caldeada de emoción les repetiría mirando la ciudad oscura: «Me compadezco de ella», y volviéndose a ustedes les diría con ternura infinita: «Ustedes son la luz del mundo… Ustedes son los que deben alumbrar estas tinieblas”…
Discurso del padre Hurtado a los jóvenes reunidos en la cima del Cerro San Cristóbal, en octubre de 1938.
PARA REZAR
Luz nacida de la Luz,
Jesús, Verbo desde toda la eternidad,
ilumina nuestra historia,
sé la palabra que nos inicia en los secretos del Reino.
Bendito seas, Padre de bondad:
hemos acogido la palabra de tu Hijo
y comulgado su cuerpo.
Danos el deseo de caminar tras El
y de hacer nuestra la palabra que El le dio vida:
que ella sea nuestra herencia y gozo,
y así conoceremos el gozo de vivir como hijos.
Hermanos por la palabra
Lectura del libro de los Proverbios 21, 1-6. 10-13
El corazón del rey es una corriente de agua en manos del Señor: él lo dirige hacia donde quiere. Al hombre le parece que todo su camino es recto, pero el Señor pesa los corazones.
Practicar la justicia y el derecho agrada al Señor más que los sacrificios.
Los ojos altaneros, el corazón arrogante, la luz de los malvados: todo eso es pecado. Los proyectos del hombre laborioso son pura ganancia, el que se precipita acaba en la indigencia.
Tesoros adquiridos con engaños son ilusión fugaz de los que buscan la muerte. El alma del malvado desea el mal, él no se apiada de su prójimo. El simple se hace sabio cuando se castiga al insolente, y asimila la ciencia cuando se instruye al sabio. El justo observa la casa del malvado y precipita en la desgracia a los malos. El que cierra los oídos al clamor del débil llamará y no se le responderá.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 118, 1. 27. 30. 34. 35. 44 (R.: 35a)
R. Condúceme, Señor, por la senda de tus mandamientos.
Felices los que van por un camino intachable
los que siguen la ley del Señor. R.
Instrúyeme en el camino de tus leyes,
y yo meditaré tus maravillas. R.
Elegí el camino de la verdad,
puse tus decretos delante de mí. R.
Instrúyeme, para que observe tu ley
y la cumpla de todo corazón. R.
Condúceme por la senda de tus mandamientos,
porque en ella tengo puesta mi alegría. R.
Yo cumpliré fielmente tu ley:
lo haré siempre, eternamente. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 8, 19-21
Su madre y sus hermanos fueron a verlo, pero no pudieron acercarse a causa de la multitud. Entonces le anunciaron a Jesús: «Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren verte.»
Pero él les respondió: «Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- Siguen las reflexiones del sabio, llenas de sentido común y de sensibilidad religiosa brindando criterios de sabiduría para la vida. La amplia colección de máximas y sentencias, en las que se ha ido sedimentando la sabiduría de todas las generaciones de Israel, tienen el propósito de convertir a todo israelita en un verdadero hombre: fuerte, dueño de sí, libre interiormente, laborioso, competente, recto. Los comportamientos que sugieren están más allá de la alianza y de su moral, pero hacen al hombre capaz de responder con fidelidad.
- Ante la tentación de las apariencias, las virtudes que nos sugiere el fragmento de hoy son las habituales: no presumir de uno mismo ni de su propia rectitud, practicar el derecho y la justicia, la humildad y la diligencia, no ser mentirosos ni violentos, no cerrar el oído al clamor del necesitado porque no será escuchado cuando grite. Es Dios quien conoce el corazón humano y sabe si es sólido o no, y prefiere la justicia y la misericordia a los sacrificios.
***
- Cuando Jesús se entera de que su familia lo busca, no acude como hubiese sido lo normal, sino que responde con una frase que a simple vista nos desconcierta: «Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la palabra de Dios y lo ponen en práctica».
- La venida de María y de los parientes de Jesús se realiza inmediatamente después del discurso de Jesús sobre la verdadera escucha de la Palabra. La llegada de María lleva la enseñanza de Jesús sobre la “escucha” a su punto final, ella es la confirmación de todo lo que Jesús acaba de enseñar.
- María es la primera que ha escuchado la Palabra de Dios y de Ella nace Aquel que es la Palabra. Al mismo tiempo es la que cumplió la voluntad de Dios con radicalidad absoluta: «He aquí la esclava del Señor: hágase en mí según tu palabra».
- María está unida estrechamente a Jesús, por lazos más fuertes que los de la simple familiaridad, la actitud obediencial a la Palabra de Dios funda el verdadero vínculo. Precisamente porque creyó en la Palabra de Dios fue que llegó a ser la Madre del Hijo santo de Dios.
- María es modelo de todo discípulo, porque ella sabe hacer el recorrido espiritual que va del “oír” al “hacer” la Palabra de Dios, y esto es precisamente lo que Jesús le ha dicho a sus discípulos que deben hacer para ser de los suyos.
- Aunque la primera impresión es que Jesús quisiera poner distancia de su familia, en realidad los está poniendo de modelo de aquella escucha auténtica que lleva al cambio de actitud y comportamiento, ellos son los que “escuchan la Palabra de Dios y la practican”.
- Nuestros vínculos con Jesús no pueden ser solamente los de la inteligencia que se adhiere a una palabra portadora de verdad. Tampoco son solamente los vínculos de la voluntad que acepta dócilmente una ley. Son vínculos del corazón que elige sus mismas opciones fundamentales y acepta en comunión, su mismo destino. Escuchar la palabra y hacerla, crea entre Cristo y nosotros, esos vínculos del corazón que hacen a dos seres inseparables entre sí, en comunión de vida y destino a pesar de las distancias, de las oscuridades, de las incomprensiones que la vida puede presentar en algún momento.
PARA DISCERNIR
- ¿Mi escucha de la Palabra es como la de María?
- ¿Qué obstáculos encuentro para vivir lo que escucho?
- ¿Siento que la Palabra crea un vínculo nuevo con Jesús y la realidad?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Quiero obedecer tu Palabra Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Vivía de fe como nosotros
…”¡Cuánto me hubiera gustado ser sacerdote para predicar sobre la Santísima Virgen! Un solo sermón me habría bastado para decir todo lo que pienso al respecto.
Ante todo, hubiera hecho ver qué poco se conoce su vida. No habría que decir de ella cosas inverosímiles o que no sabemos; por ejemplo que de muy pequeñita, a los tres años, la Santísima Virgen fue al templo para ofrecerse a Dios con ardientes sentimientos de amor, totalmente extraordinarios, cuando tal vez fue allá sencillamente por obedecer a sus padres… Para que un sermón sobre la Virgen me guste y me aproveche, tiene que hacerme ver su vida real, no su vida supuesta; y estoy segura de que su vida real fue extremadamente sencilla. Nos la presentan inaccesible, habría que presentarla imitable, hacer resaltar sus virtudes, decir que ella vivía de fe igual que nosotros, probarlo por el Evangelio, donde leemos. «No comprendieron lo que quería decir». Y esta otra frase, no menos misteriosa: «Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño». Esta admiración supone una cierta extrañeza, ¿no te parece, Madrecita?
Sabemos muy bien que la Santísima Virgen es la Reina del cielo y de la tierra, pero es más madre que reina; y no se debe decir que a causa de sus prerrogativas eclipsa la gloria de todos los santos como el sol al amanecer hace que desaparezcan las estrellas. ¡Dios mío, qué cosa más extraña! ¡Una madre que hace desaparecer la gloria de sus hijos…! Yo pienso todo lo contrario, yo creo que ella aumentará con mucho el esplendor de los elegidos. Está bien hablar de sus privilegios, pero no hay que quedarse ahí… ¡Y quién sabe si en ese caso algún alma no llegará incluso a sentir cierto distanciamiento de una criatura tan superior y a decir: «Si eso es así, mejor irse a brillar como se pueda en un rincón».
Lo que la Santísima Virgen tiene sobre nosotros es que ella no podía pecar y que estaba exenta del pecado original. Pero por otra parte, tuvo menos suerte que nosotros, porque ella no tuvo una Santísima Virgen a quien amar, y eso es una dulzura más para nosotros y una dulzura menos para ella.”…
Santa Teresa del Niño Jesús (1873-1897), Últimas Conversaciones, 21 – 08 – 1897
PARA REZAR
Señor, nos unimos a toda la Iglesia
y te pedimos para que
podamos asumir la responsabilidad
que nos corresponde por ser bautizados.
Asiste el peregrinar
y el trabajo de tu pueblo,
para que entre todos,
buscando vivir la fidelidad a tus enseñanzas,
podamos ser signos de paz,
de esperanza y de amor,
en medio de una sociedad
que vive los desafíos
de la mentira y la corrupción.
En tus manos depositamos
el deseo de vivir
y de formar comunidades eclesiales,
en las cuales todos se sientan hermanos
en torno a tu Palabra.
Amén.
MIÉRCOLES XXV
Anunciar desde la vida
Lectura del libro de los Proverbios 30, 5-9
Toda palabra de Dios es acrisolada, Dios es un escudo para el que se refugia en él. No añadas nada a sus palabras, no sea que te reprenda y seas tenido por mentiroso.
Hay dos cosas que yo te pido, no me las niegues antes que muera: aleja de mí la falsedad y la mentira; no me des ni pobreza ni riqueza, dame la ración necesaria, no sea que, al sentirme satisfecho, reniegue y diga: « ¿Quién es el Señor?», o que, siendo pobre, me ponga a robar y atente contra el nombre de mi Dios.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 118, 29. 72. 89. 101. 104. 163 (R.: 105a)
R. Señor, tu palabra es una lámpara para mis pasos.
Apártame del camino de la mentira,
y dame la gracia de conocer tu ley. R.
Para mí vale más la ley de tus labios
que todo el oro y la plata. R.
Tu palabra, Señor, permanece para siempre,
está firme en el cielo. R.
Yo aparto mis pies del mal camino,
para cumplir tu palabra. R.
Tus preceptos me hacen comprender:
por eso aborrezco el camino de la mentira. R.
Odio y aborrezco la mentira;
en cambio, amo tu ley. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 1-6
Jesús convocó a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para curar las enfermedades. Y los envió a proclamar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos, diciéndoles: «No lleven nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni tampoco dos túnicas cada uno. Permanezcan en la casa donde se alojen, hasta el momento de partir. Si no los reciben, al salir de esa ciudad sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos.»
Fueron entonces de pueblo en pueblo, anunciando la Buena Noticia y curando enfermos en todas partes.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- Los últimos pensamientos que leemos del Libro de los Proverbios se basan también en el valor de la Palabra de Dios, que es nuestro mejor tesoro y escudo.
- El sabio pide a Dios no buscar demasiadas riquezas, ni tampoco desear la miseria. Relativizar los bienes que la vida nos quiera dar para tener la libertad interior para buscar lo que merece el valor mayor, Dios.
- La argumentación es que si tiene demasiados bienes, se olvida de Dios y si está en la miseria, está la tentación de maldecir a Dios y empezar a robar.
***
- En la acción evangelizadora de Jesús, la palabra y gesto estaban indisolublemente unidos. Vemos como en muchas ocasiones la acción compasiva en favor de los enfermos, marginados y oprimidos era la primera palabra para el anuncio del evangelio. Su predicación anuncia la inauguración del Reino, y sus exorcismos confirman el final del reino de Satanás.
- La misión de los doce debe reproducir los rasgos de la misión de Jesús; tiene que estar respaldada por el testimonio. Además, serán una prefiguración de la Iglesia; en ellos es toda la comunidad de testigos la que se levanta para dar testimonio de Cristo y de su mensaje.
- Desde su nacimiento, la Iglesia está hecha para el anuncio. La Iglesia es evangelizadora y misionera por naturaleza.
- La evangelización no es un anuncio que se pueda realizar de acuerdo al modo y criterio de una campaña política o publicitaria. La evangelización tal como fue vivida por Jesús, tal como debe vivirla la Iglesia, no consiste en trasplantar a los hombres, a una sociedad en la que encontrarían la salvación, gracias a la adopción de unos ritos y la adhesión a un sistema de pensamiento.
- La Evangelización es la revelación del plan de salvación en el cual podemos reconocer que toda realidad pertenece ya al universo íntimo de Dios. Y esta revelación sólo la pueden hacer el creyente y la Iglesia situándose en el corazón de toda realidad, de toda palabra, pensamiento, amor, cultura, sociedad, civilización. No para poner a Jesús allí donde no está, sino para mostrar que Él está ya en todas partes.
- Camino para esto, son los evangelizadores que llevan la buena noticia a los pobres, desde la experiencia de ser una comunidad viva, que practica las exigencias de Jesús. El evangelizador necesita constantemente dejarse evangelizar por la fuerza de la palabra y por la vida de los hermanos.
- Leer, rezar, vivir y compartir el Evangelio, a fin de que penetre en nuestro interior. De ese modo, poco a poco, podremos encontrar los modos concretos para anunciar el evangelio; con una creatividad que es respuesta a las necesidades de los hombres y comunión con el proyecto de Dios.
PARA DISCERNIR
- ¿Experimento la misión como parte ineludible de mi vida de cristiano?
- ¿Me dejo evangelizar por la vida de mis hermanos?
- ¿Me renuevo en el encuentro con la Palabra?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Enviados por Ti Señor, te anunciamos
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…”Aquí reside el misterio del ministerio: que precisamente nosotros, que somos pecadores, enfermos, vulnerables, necesitados de que se interesen por nosotros, precisamente nosotros, hemos sido elegidos para transmitir, mediante ese amor nuestro tan limitado y condicionado, el amor ilimitado e incondicionado de Dios. Porque el verdadero ministerio debe ser recíproco. Cuando los miembros de una comunidad de fe no pueden conocer y amar de verdad a su pastor, el oficio mismo de pastor se convierte muy pronto en un modo solapado de ejercer el poder sobre los otros, y empieza a manifestarse autoritario y dictatorial.
El mundo en el que vivimos -un mundo de eficiencia y control-no tiene ningún modelo que ofrecer a quien desee hacer de pastor como lo hizo Jesús. Hasta las llamadas «profesiones asistenciales» se han visto secularizadas de un modo tan radical que la reciprocidad sólo puede ser considerada como una debilidad y una forma de confusión de roles. El liderato del que habla Jesús es de una modalidad radicalmente diferente de la que ofrece el mundo. Es un liderato de servicio, en el que el líder es un siervo vulnerable, que necesita a los otros no menos de lo que los otros le necesitan a él. Por consiguiente, en la Iglesia de mañana, habrá necesidad de un tipo completamente nuevo de liderato, no modelado sobre los juegos de poder, sino sobre Jesús, líder-siervo venido a dar la vida por la salvación de muchos”…
H. J. M. Nouwen, edición española: En el nombre de Jesús, Promoción Popular Cristiana, Madrid
PARA REZAR
Señor, haz que tus dones
se hagan vida en nuestra Comunidad.
Necesitamos personas
que sepan escuchar.
Personas que crean la paz.
Personas que construyan la unidad y la comunidad,
que equilibran y reconcilian,
que dan testimonio
y que dicen la vedad, sin lastimar.
Necesitamos personas
en las que tu Espíritu resplandece,
que irradien esperanza
y desinteresadamente se comprometan,
para Ti y tu Reino.
Señor, danos personas capaces
de conmover a otros con su actitud,
personas que rezan
y que también hacen realidad esa oración.
Señor, convierte nuestra Comunidad,
en una comunidad misionera,
digna de ser colaboradora tuya,
en el servicio de la salvación del mundo.
Amén.
Reconocer a Jesús
Lectura del libro del Eclesiastés 1, 2-11
¡Vanidad, pura vanidad!, dice Cohélet. ¡Vanidad, pura vanidad! ¡Nada más que vanidad! ¿Qué provecho saca el hombre de todo el esfuerzo que realiza bajo el sol? Una generación se va y la otra viene, y la tierra siempre permanece. El sol sale y se pone, y se dirige afanosamente hacia el lugar de donde saldrá otra vez. El viento va hacia el sur y gira hacia el norte; va dando vueltas y vueltas, y retorna sobre su curso.
Todos los ríos van al mar y el mar nunca se llena; al mismo lugar donde van los ríos, allí vuelven a ir.
Todas las personas están gastadas, más de lo que se puede expresar.
¿No se sacia el ojo de ver y el oído no se cansa de escuchar? Lo que fue, eso mismo será; lo que se hizo, eso mismo se hará: ¡no hay nada nuevo bajo el sol!
Si hay algo de lo que dicen: «Mira, esto sí que es algo nuevo.» en realidad, eso mismo ya existió muchísimo antes que nosotros. No queda el recuerdo de las cosas pasadas, ni quedará el recuerdo de las futuras en aquellos que vendrán después.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 89, 3-4. 5-6. 12-13. 14 y 17 (R.: 1)
R. Señor, tú has sido nuestro refugio a lo largo de las generaciones.
Tú haces que los hombres vuelvan al polvo,
con sólo decirles: «Vuelvan, seres humanos.»
Porque mil años son ante tus ojos
como el día de ayer, que ya pasó,
como una vigilia de la noche. R.
Tú los arrebatas, y son como un sueño,
como la hierba que brota de mañana:
por la mañana brota y florece,
y por la tarde se seca y se marchita. R.
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que nuestro corazón alcance la sabiduría.
¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo…?
Ten compasión de tus servidores. R.
Sácianos en seguida con tu amor,
y cantaremos felices toda nuestra vida.
Que descienda hasta nosotros la bondad del Señor;
que el Señor, nuestro Dios,
haga prosperar la obra de nuestras manos. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 7-9
El tetrarca Herodes se enteró de todo lo que pasaba, y estaba muy desconcertado porque algunos decían: «Es Juan, que ha resucitado.» Otros decían: «Es Elías, que se ha aparecido», y otros: «Es uno de los antiguos profetas que ha resucitado.»
Pero Herodes decía: «A Juan lo hice decapitar. Entonces, ¿quién es este del que oigo decir semejantes cosas?» Y trataba de verlo.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- Después del Libro de los Proverbios, durante tres días leemos una breve selección del libro sapiencial llamado Qohelet que significa «el predicador», el que habla a los demás en una asamblea de hermanos. De ahí el nombre griego de «Eclesiastés», el que habla a la asamblea o iglesia. La primera frase, ya resume todo el espíritu del libro; que está marcado por un sano escepticismo proveniente de la experiencia humana: todo es vanidad» o «vaciedad”, «nada hay nuevo bajo el sol»…
- El autor de estas palabras decepcionantes, vivía hacia el siglo III a. de J.C. en una época de brillante civilización: el Helenismo, en que, muchos de sus contemporáneos se lanzaban ávidamente a la facilidad, al confort, incluso al lujo de la civilización griega; y quiere expresar en un lenguaje práctico, algunos de los sentimientos humanos más corrientes: el desencanto… el aburrimiento… el peso de la condición humana… la aparente absurdidad de la vida y de la muerte…
- La vida para el Eclesiastés es de carácter cíclico, todo se repite indefinidamente en una triste monotonía. Esta sabiduría no está aún iluminada por la meditación de la historia de la salvación que lleva a la escatología.
- Porque carece del sentido de la historia, carece también del sentido del hombre. No se lo imagina liberado de las presiones y de las alienaciones por su Señor, y capaz incluso, de colaborar en la construcción del tiempo de Dios.
***
- La misión realizada por los discípulos suscita interés en los destinatarios por conocer a fondo la identidad de Jesús. Jesús en su época causó desconcierto y confusión. A todos les inquietaba este hombre que andaba por todos los caminos haciendo prodigios y anunciando una buena noticia a los pobres. Algunos lo unían a la figura de Juan el Bautista.
- Varios de los seguidores de Juan fueron más tarde sus discípulos. Otros lo veían como un nuevo Elías, profeta que vendría a realizar el juicio decisivo de Dios sobre Israel. Muchos lo asimilaban a la fuerte tradición profética y lo veían en la línea de los grandes del Pueblo elegido. De las opiniones divididas acerca de Jesús, no estaban ajenos ni los miembros más sencillos ni los grandes jefes religiosos, ni los gobernantes.
- La misión apostólica parece ser tan efectiva, que hasta el tetrarca Herodes resulta interesado en conocer a Jesús. La pregunta que plantea es provocada por lo que conoce que Jesús ha realizado hasta ese momento y de lo cual el mismo evangelio nos da testimonio. La figura de Jesús lo inquieta, pero no lo mueve la búsqueda de la verdad, sino el temor a que salgan a la luz pública las maldades que había obrado en el pasado.
- Nuestra sociedad, en distintos ámbitos y medios informáticos, sigue opinando y hablando de Jesús desde perspectivas muy diversas. También hoy oímos decir con relación a Jesús todo tipo cosas, pero junto a esas opiniones se nos hace imprescindible preguntar a Jesús mismo en la Iglesia quién es Él. Siguiendo el camino que nos propone Lucas, el reconocimiento verdadero y la confesión de fe sólo es posible a partir de la visión, la escucha y el discernimiento de las obras de Jesús; sólo así se conseguirá captar a fondo su identidad.
- La presencia de tantos ídolos y líderes mediáticos, llevados a una fama tan desmedida como pasajera e inconsistente, son una invitación a renovar con firmeza nuestra fe en Aquel cuyas palabras de vida eterna y cuyos gestos visibles de compasión, ternura y perdón, nos recuerdan y anuncian la salvación que sólo Dios puede ofrecernos.
- Acercarse a Jesús, beber de su evangelio, compartir desde nuestras manos sus gestos salvadores, crear espacios de comunión y encuentro en nuestro corazón por la oración nos revelarán una y otra vez su identidad y la nuestra.
- “Él debe ser vuestro amigo y vuestro apoyo en el camino de la vida. Sólo Él tiene palabras de vida eterna» San Juan Pablo II.
PARA DISCERNIR
- ¿Qué es lo que más me atrae de la identidad de Jesús?
- ¿Qué nos hace falta para crecer en la confesión de la verdadera fe?
- ¿Qué me ayuda en mi camino de conocimiento de Jesús?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Señor Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios Vivo
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Herodes tenía ganas de verlo»
“…El Señor no es visto en este mundo más que cuando él quiere. ¿Qué tiene ello de sorprendente? En la resurrección misma no se concedió ver a Dios más que a aquellos que tenían puro el corazón: «Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios» (Mt 5,8). Cuántos bienaventurados había ya enumerado y, sin embargo no les había prometido esta posibilidad de ver a Dios. Si los que tienen limpio el corazón verán a Dios, indudablemente que los demás no lo verán…; el que no ha querido ver a Dios, no lo verá.
Porque no es en un lugar determinado donde se ve a Dios, sino en el corazón limpio. No son los ojos del cuerpo los que buscan a Dios; no se deja él abarcar con la mirada, ni poderlo coger al tocarlo, ni oído en la conversación, ni reconocido en su andar. Se le cree ausente y se le ve; está presente y no se le ve. Por otra parte, los mismos apóstoles no todos veían a Cristo; por eso les dijo: «Tanto tiempo que estoy con vosotros ¿y todavía no me conoces?» (Jn 14,9). En efecto, cualquiera que ha conocido: «cual es lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo –el amor de Cristo que sobrepasa a todo conocimiento» (Ef. 3, 18-19) éste ha visto a Cristo, ha visto al Padre. Porque los demás no es según la carne que conocemos a Cristo (2C 5,16), sino según el Espíritu: «El Espíritu que está frente a nosotros, es el Ungido del Señor, el Cristo» (Lm 4,20). ¡Que en su misericordia se digne llenarnos de la plenitud de Dios, para que podamos verle!”…
San Ambrosio (hacia 340-397), Comentario al Evangelio de san Lucas, I, 27
PARA REZAR
Creemos
CREEMOS en Dios,
Padre de la Madre Tierra,
creador de la Vida y la Libertad,
imagen y semejanza del Hombre Nuevo,
esperanza de los pobres
CREEMOS en Jesucristo,
el primer bienaventurado,
compañero en el sufrimiento,
hermano en la Resurrección,
camino por donde pasa el Reino de la Paz.
CREEMOS en María,
vientre fecundo donde crece la Iglesia Viva,
amiga solidaria de los sufrimientos
de las mujeres en el campo y la ciudad.
CREEMOS en el Espíritu,
que anima la construcción de la sociedad nueva,
en la fuerza santificadora que impulsa a los pobres
en la Iglesia de los bienaventurados,
como una primavera entre el dolor de América Latina.
En los cristianos y misioneros comprometidos,
que llevan encendidas sus lámparas
para que empiece la fiesta del Reino.
RECONOCEMOS un solo Bautismo
en la sangre de los mártires,
confesamos nuestra Fe en la ley del Amor,
esperamos la Resurrección del Pueblo
y nos alegramos alabando al Señor
que ha puesto su mirada
en los desheredados del pan, de la casa y de la tierra.
Así sea.
Tú eres el Mesías de Dios
Lectura del Libro de Eclesiastés 3,1-11
Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol: un tiempo para nacer y un tiempo para morir, un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado; un tiempo para matar y un tiempo para curar, un tiempo para demoler y un tiempo para edificar; un tiempo para llorar y un tiempo para reír, un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar; un tiempo para arrojar piedras y un tiempo para recogerlas, un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse; un tiempo para buscar y un tiempo para perder, un tiempo para guardar y un tiempo para tirar; un tiempo para rasgar y un tiempo para coser, un tiempo para callar y un tiempo para hablar; un tiempo para amar y un tiempo para odiar, un tiempo de guerra y un tiempo de paz.
¿Qué provecho obtiene el trabajador con su esfuerzo? Yo vi la tarea que Dios impuso a los hombres para que se ocupen de ella. El hizo todas las cosas apropiadas a su tiempo, pero también puso en el corazón del hombre el sentido del tiempo pasado y futuro, sin que el hombre pueda descubrir la obra que hace Dios desde el principio hasta el fin.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 144 (143), 1-2.3-4.
R: Bendito el Señor mi Roca
Bendito sea el Señor, mi Roca,
el que adiestra mis brazos para el combate
y mis manos para la lucha.
El es mi bienhechor y mi fortaleza,
mi baluarte y mi libertador;
él es el escudo con que me resguardo,
y el que somete los pueblos a mis pies.
Señor, ¿qué es el hombre para que tú lo cuides,
y el ser humano, para que pienses en él?
El hombre es semejante a un soplo,
y sus días son como una sombra fugaz.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 18-22
Un día en que Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con él, les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos le respondieron: «Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado.»
«Pero ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy yo?»
Pedro, tomando la palabra, respondió: «Tú eres el Mesías de Dios.»
Y él les ordenó terminantemente que no lo dijeran a nadie.
«El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- La liturgia en esta semana, nos propone sólo tres cortos extractos del Libro del Eclesiastés. Se trata de un libro breve y fascinante. Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo.
- El autor cita de ese modo, de una manera poética y monótona, una serie de acciones humanas, opuestas y contradictorias, que siguen el ritmo de la vida del hombre: ¡hacer y deshacer!
- El autor del Eclesiastés no es un ateo. El tiempo, finalmente, tiene pues un sentido; pero no en sí mismo, sino en Dios, en la eternidad de Dios.
- Pero tampoco se trata de buscar el sentido del tiempo solamente en el más allá, después, como si fuera necesario refugiarse en el cielo y huir de lo temporal para descubrir el sentido de lo eterno.
- Algo de lo “permanente” se construye en el núcleo mismo de lo que fluye y pasa. “Incluso si en mí el hombre exterior se va arruinando, el hombre interior se construye día a día”, decía san Pablo, que próximo a la muerte, era consciente de ir hacia la vida, una vida que ya había comenzado.
***
- Después de haber dado el signo mesiánico por excelencia, Jesús se retira a orar como en otros acontecimientos muy significativos para su ministerio. Los discípulos están presentes mientras Jesús reza, pero no participan en la oración, no comparten todavía su intimidad. Mientras tanto, flota en el ambiente la gran pregunta: « ¿Será el Mesías?»
- Los discípulos, igual que muchos, al ver las actitudes de Jesús estaban desconcertados respecto a su verdadera identidad. Jesús no se sometía a sus expectativas nacionalistas, milagreras, autoritarias o de cualquier tipo. Jesús se mostraba como un ser profundamente auténtico que fundaba su identidad humana, en una inquebrantable fe en el Reino y en la relación filial con Dios.
- Los discípulos esperaban que Él fuera el liberador de Israel. Sus expectativas mesiánicas, apuntaban a la liberación de la opresión romana con la institucionalización de un gobierno propio.
- Jesús toma la iniciativa. Quiere que se definan. Entre la gente se barajan toda suerte de opiniones. La mayoría lo tienen por una reencarnación de Juan Bautista. Otros por Elías que había de preceder a la venida del Mesías. Unos terceros creen que es un profeta de los antiguos que ha vuelto a la vida. Nadie, se atreve a decir que es el Mesías. Lleva una carga política y peligrosa en exceso. Además, tantos que pretendían serlo han fracasado y finalmente fueron aplastados por los romanos.
- Por otro lado, la gente esperaba un Mesías-rey carismático, de casta davídica, con fuerza y poder, con un ejército aguerrido. Jesús, por el contrario, habla del reino de Dios, pero no lo entronca con David. No tiene a los poderosos de su lado y no acepta la violencia.
- La confesión de fe de Pedro, aunque reconoce el carácter trascendente de la misión de Jesús, tiene todavía el tinte de sus ideales políticos. Por eso, Jesús tiene que aclararle cuál es el destino del “Hijo del Hombre”. La misión y la vida de Jesús rebasaban las expectativas vigentes e iniciaban una nueva manera de concebir las relaciones con Dios, con el hermano y la búsqueda de un mundo mejor.
- “El hijo del Hombre tiene que padecer mucho”… Jesús anuncia el fracaso como el Mesías humano que esperan. Se lo predice a los discípulos para que cambien de manera de pensar y se habitúen a ser también ellos unos fracasados ante la sociedad judía, aceptando incluso una muerte infame con tal de cumplir su misión.
- Pero el fracaso no será definitivo. La resurrección del Hijo del Hombre marcará el principio de la verdadera liberación. El éxodo del Mesías a través de una muerte ignominiosa, posibilitará la entrada a la tierra prometida de la vida nueva, donde no pueda instalarse ninguna clase de poder que domine al hombre.
- El fracaso libremente aceptado es el único camino que puede ayudar al discípulo a cambiar de mentalidad frente a los intocables valores del éxito y de la eficacia.
- La primera etapa del discipulado nos conduce a la adhesión a la Persona de Jesús, como única respuesta valedera, a nuestras búsquedas más profundas.
- Pero después se hace necesario dar un paso más. El Mesías, necesita recorrer el camino hacia Jerusalén en que tiene lugar la historia de la Pasión. Esta es la suerte reservada al Hijo del Hombre y es también la suerte que debe ser asumida por todos sus seguidores si quieren, como Él, ser agentes de transformación de un mundo dominado por el egoísmo, la injusticia y el éxito aparente.
- La lucha por la verdad nos coloca en el horizonte de la Pasión, entendida como una actitud de coraje para encarnar los valores del Reino, en un mundo que trata de acallarlos a cualquier precio.
- El martirio es siempre una posibilidad real para los que asumen el camino del discipulado. La causa de Jesús necesita testigos confiables que asuman la posibilidad de la entrega de la propia vida para que los hombres tengan Vida.
PARA DISCERNIR
- ¿Acepto la cruz en el horizonte de mi camino de fe?
- ¿Me puedo identificar con un Mesías entregado y sufriente?
- ¿Vivo mi fe de acuerdo a las categorías del mundo?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Creo Señor, que eres el Mesías
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
…“¡Cristo! Siento la necesidad de anunciarlo, no puedo callarlo: « ¡Desdichado de mí si no anuncio el Evangelio! (1C 9,16). Para esto he sido enviado; soy apóstol, soy testigo. Cuanto más lejos está el objetivo más difícil es la misión, más me siento apremiado por el amor (2C 5,14). Debo proclamar su nombre: Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios vivo (Mt 16,16). Él es quien nos ha revelado al Dios invisible, el primer nacido de toda criatura, es el fundamento de toda cosa (Col 1,15s). Es el Señor de la humanidad y el Redentor: nació, murió y resucitó por nosotros; es el centro de la historia y del mundo. Él es el que nos conoce y nos ama; es el compañero y el amigo de nuestra vida. Es el hombre del dolor y de la esperanza; es el que ha de venir y un día será también nuestro juez, nosotros le esperamos, es la plenitud eterna de nuestra existencia, nuestra bienaventuranza.
Nunca acabaría de hablar de él: él es la luz, es la verdad; mucho más, es «el Camino, la Verdad y la Vida» (Jn 14,6). Es el Pan, la Fuente de agua viva que sacian nuestra hambre y nuestra sed (Jn 6, 35; 7, 38); Es el Pastor, nuestro guía, nuestro ejemplo, nuestro consuelo, nuestro hermano. Igual que nosotros, y más que nosotros, ha sido pequeño, pobre, humillado, trabajador, desdichado y paciente. Para nosotros habló, hizo milagros, y fundó un Reino nuevo en el que los pobres serán dichosos, en el que la paz es el principio de la vida de todos juntos, en el que los que son puros de corazón y los que lloran serán exaltados y consolados, en el que los que suspiran por la justicia serán escuchados, en el que los pecadores pueden ser perdonados, en el que todos son hermanos.
Jesucristo: vosotros habéis oído hablar de él, e incluso la mayoría sois ya de los suyos, sois cristianos. ¡Pues bien! A vosotros cristianos os repito su nombre, a todos os lo anuncio: Jesucristo es «el principio y el fin, el alfa y la omega» (Ap 21,6). ¡Él es el rey del mundo nuevo; es el secreto de la historia, la llave de nuestro destino; es el Mediador, el puente entre la tierra y el cielo…; el Hijo del hombre, el Hijo de Dios…, el Hijo de María… Jesucristo! Acordaos: es el anuncio que hacemos para la eternidad, es la voz que hacemos resonar por toda la tierra (Rm 10,18) y por los siglos de los siglos”…
San Pablo VI – Homilía en Manila, 29 – 11 – 1979
PARA REZAR
Ven Señor Jesús
Ven Señor Jesús, hijo de Dios
que entraste en el mundo como uno de tantos,
que podamos en tu Iglesia mostrarte
como único salvador y redentor.
Ven Señor Jesús, a nuestra historia
de miseria y de pecado para que comprendiendo
tu amor redentor descubramos que cada momento
de nuestra existencia
forma parte de una historia de salvación.
Ven Señor Jesús, y danos tu sabiduría y dulzura
que nos permita trabajar en las cosas cotidianas
dejando una impronta de tu presencia.
El Hijo del hombre va a ser entregado
Lectura del Eclesiastés 11, 9-12, 8
Alégrate, muchacho, mientras eres joven, y que tu corazón sea feliz en tus años juveniles. Sigue los impulsos de tu corazón y lo que es un incentivo para tus ojos; pero ten presente que por todo eso Dios te llamará a juicio. Aparta de tu corazón la tristeza y aleja de tu carne el dolor, porque la juventud y la aurora de la vida pasan fugazmente.
Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que lleguen los días penosos y vengan los años en los que dirás: «No encuentro en ellos ningún placer»; antes que se oscurezcan el sol y la luz, la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes cargadas de lluvia. En aquel día temblarán los guardianes de la casa y se encorvarán los hombres vigorosos; se detendrán las moledoras, que ya serán pocas, y se oscurecerán las que miran por las ventanas; se cerrarán las puertas de la calle, mientras declina el ruido del molino; cesará el canto de los pájaros y enmudecerán las que entonan canciones.
Entonces se temerán las cuestas empinadas y los terrores acecharán por el camino.
El almendro estará florecido, se pondrá pesada la langosta y la alcaparra perderá su eficacia. Porque el hombre se va a su morada eterna, mientras las plañideras rondan por la calle.
Sí, acuérdate de él antes que se corte la hebra de plata y se quiebre la ampolla de oro, antes que se haga pedazos el cántaro en la fuente y se rompa la cuerda del aljibe; antes que el polvo vuelva a la tierra, como lo que es, y el aliento vuelva a Dios, porque es él quien lo dio.
¡Vanidad, pura vanidad!, dice Cohélet. ¡Nada más que vanidad!
Palabra de Dios.
SALMO Sal 89, 3-4. 5-6. 12-13. 14 y 17 (R.: 1)
R. Señor, tú has sido nuestro refugio a lo largo de las generaciones.
Tú haces que los hombres vuelvan al polvo,
con sólo decirles: «Vuelvan, seres humanos.»
Porque mil años son ante tus ojos
como el día de ayer, que ya pasó,
como una vigilia de la noche. R.
Tú los arrebatas, y son como un sueño,
como la hierba que brota de mañana:
por la mañana brota y florece,
y por la tarde se seca y se marchita. R.
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que nuestro corazón alcance la sabiduría.
¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo…?
Ten compasión de tus servidores. R.
Sácianos en seguida con tu amor,
y cantaremos felices toda nuestra vida.
Que descienda hasta nosotros la bondad del Señor;
que el Señor, nuestro Dios,
haga prosperar la obra de nuestras manos. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 43b-45
Mientras todos se admiraban por las cosas que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: «Escuchen bien esto que les digo: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres.»
Pero ellos no entendían estas palabras: su sentido les estaba velado de manera que no podían comprenderlas, y temían interrogar a Jesús acerca de esto.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- El Eclesiastés, se termina con una hermosísima evocación de la «juventud», los buenos años que hay que aprovechar, porque la vejez acecha. La juventud es un don de Dios que hay que vivir en la expansión y alegría, pero del que tendremos que rendir cuentas.
- Los jóvenes serán sabios si son capaces de aprovechar la vida viviéndola en plenitud, pero responsablemente haciendo el bien, que es la mejor manera de construirse un futuro válido, sin olvidar que la juventud es pasajera y vanidad como todo lo restante.
- Contrasta con esa visión, la descripción que hace el autor de la vejez en forma poética. Se compara la ancianidad con una casa todavía habitada, pero que se degrada lentamente. El vigor de los hombres va disminuyendo y la belleza de las mujeres se marchita. La voz del molino es la voz humana, y las flores del almendro los cabellos blancos. Los guardias que tiemblan son los brazos, y los hombres vigorosos que se doblan son las piernas; las mujeres que dejan de moler son los dientes, y las ventanas que han de cerrarse son los ojos. La langosta desfalleciente y el fruto de la alcaparra representarían el sexo.
- A los ancianos se les recomienda una sana resignación. No vale desesperar, ni hacerse ilusiones exageradas. Resulta inútil añorar la juventud. Lo mejor es vivir cada edad de la vida con realismo.
- Cada cosa tiene su tiempo, tanto jóvenes como ancianos deben saber ofrecer a Dios lo mejor de su vida. Ya sea energía y vigor, o debilidad y reposo.
***
- Los discípulos «no comprendían» las palabras de Jesús, no porque éstas fueran oscuras o ininteligibles, sino porque su proceder no iba conforme a las ideas vigentes. No podían admitir que el camino del enviado de Dios tuviera que pasar necesariamente por la cruz. Ellos, igual que gran parte del pueblo, esperaban un Cristo triunfante que mediante un poder absoluto y arrollador realizara la liberación tan esperada. Las palabras de Jesús cuestionaban hondamente a los discípulos y había “algo” que les impedía comprender.
- Ese “algo” eran las falsas expectativas mesiánicas que tenían y no coincidían con el obrar de Jesús. Esto lo llevó en el momento de la prueba a enfrentar su destino en absoluta soledad.
- Ese “algo” era un mundano triunfalismo que los volvía ciegos ante la novedad definitiva de un Dios, que se abaja hasta las profundidades más absolutas de la vida de los hombres, para elevarlas hacia Dios. Esa ceguera les impedía ponerse del lado del hombre, que realmente los podía salvar.
- Todavía hoy, el anuncio de la pasión de Jesús continúa provocándonos y desconcertándonos. Que el Autor de la Vida anuncie su entrega en manos de aquéllos por quienes ha venido a darlo todo es una clara provocación. Tal es así que los mercaderes de muchas seudo religiones siguen proclamando que “hay que parar de sufrir”. El cristiano no elige el sufrimiento por el sufrimiento mismo. Opta por la vida y ésta tiene sus límites; muchas veces dolorosos. El sufrimiento está ahí, aunque no lo llamemos. La verdad y la justicia se luchan y se paren y no hay parto sin dolor.
- Aceptar el camino de la cruz de Jesús es dejarlo ser nuestro redentor, más aún, es dejarnos amar por Dios, y salir de nuestras cortas categorías de la inmediatez y del éxito.
- Cristo asumió libremente el dolor hasta la muerte, para que sea para nosotros, camino de encuentro con el Padre de toda vida y no castigo de Dios. Olvidamos una y otra vez, que Cristo vino a redimirnos del pecado, y no se redime lo que no se asume. Por eso cargó sobre sí todos nuestros sufrimientos y por sus llagas hemos sido curados. El camino de nuestra verdadera liberación pasa por dejarnos perdonar por un Dios que nos ama hasta el punto de morir por nosotros.
- Una de las claves de la sabiduría cristiana que nos lleva a la verdadera libertad, es el reconocimiento de la grandeza y de la inmensidad del Amor de Dios, al mismo tiempo que admitimos nuestra pequeñez.
PARA DISCERNIR
- ¿Acepto el camino del dolor?
- ¿Me desilusiona un Jesús que sufre?
- ¿Cómo vivo mis sufrimientos?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Quiero seguirte Señor, quiero imitar tu entrega
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres»
…”Los soldados romanos, después de flagelar a Jesús, coronarlo de espinas y revestirlo de un manto de burla, lo condujeron a Pilato. Este militar de corazón duro, aparentemente se sobrecogió al ver a este hombre desecho, roto. Lo presentó a la multitud, invitándola a la compasión, declarando: «Idou ho anthropos; Ecce homo» que nosotros traducimos habitualmente por: « ¡Ahí tenéis al hombre!» (Jn 19,5). Pero, en griego, quiere decir más exactamente: « ¡Ved, este es el hombre!» En boca de Pilato, estas palabras eran las de un cínico que quiere decir: «Nos gloriamos de ser hombres, pero ahora, miradle, este gusano de tierra, es el hombre! ¡Cuán menospreciable y pequeño es!». En estas cínicas palabras, el evangelista Juan, ha reconocido, sin embargo, unas palabras proféticas que ha transmitido a la cristiandad.
Sí, Pilato tiene razón al decir: «¡Ved, este es el hombre!». En él, en Jesucristo, podemos leer qué es el hombre, el proyecto de Dios, y cuál es el trato que le reservamos. Viendo a Jesús destrozado podemos ver cuán cruel, pequeño y mezquino puede llegar a ser el hombre. En él podemos leer la historia del odio del hombre y la historia del pecado. Pero en él, en su amor que sufre por nuestra culpa, podemos ver todavía mejor la respuesta de Dios: Sí, éste es el hombre que Dios ha amado hasta el polvo, que Dios ha amado hasta el punto de seguirle hasta el último sufrimiento de la muerte. Hasta en la máxima bajeza, sigue siendo el llamado de Dios, el hermano de Jesucristo, llamado a tomar parte en el amor eterno de Dios.
La pregunta «¿Qué es el hombre?» encuentra su respuesta en la imitación de Jesucristo. Poniendo nuestros pasos en los suyos, podemos aprender día tras día qué es el hombre en la paciencia del amor y del sufrimiento junto a Jesucristo, y así llegar a ser hombres. Así es que queremos levantar los ojos hacia aquel que Pilato y la Iglesia nos presentan. El hombre, es Él. Pidámosle que nos enseñe a llegar a ser verdaderamente unos hombres, a ser hombre”…
Papa Benedicto XVI – Sermones de Cuaresma 1981, nº 3
PARA REZAR
Jesús: que tu salvación no sea inútil para nadie
Para los que ya murieron, sea Resurrección.
Los que no te conocen, un verdadero rescate.
Los que conociéndote no creen, un reto.
Los que creyendo no te buscan, una llamada.
Los que te buscan y no logran salir de sus errores, un regalo.
Los arrastrados por la maldad que no han podido encontrarte,
sea esperanza de purificación.
Sacerdotes y religiosas que están cerca de Ti,
sea camino de cristificación y su fin único.
Los que aceptando la salvación no saben cómo asumirla desde el alma,
sea la muestra de tu amor, fuente de sabiduría y paz.
Los autosuficientes que creen que no necesitan ser salvados,
sea la única verdad.
Los que no entienden ni valoran tu sacrificio redentor,
sea reconciliación profunda.
Los que sufren y se debaten en luchas sin sentido,
sea aliciente que reconforte.
Los que deseamos tu salvación y nuestro camino ha sido de
búsquedas y caídas, sea un pozo profundo de misericordia.
Los acusados, calumniados, incomprendidos, perseguidos,
desechados, sea tu justificación prometida.
Para culpables e inocentes,
sea la liberación que nos acerca a TI.
PARA TODOS,
SIGAS SIENDO PROMESA ETERNA DE PERDÓN Y VIDA
María Eugenia Ochoa Medina – MVP – Colombia