Lectura del primer libro de Samuel          26, 2. 7-9. 12-14. 22-23

Saúl bajó al desierto de Zif con tres mil hombres, lo más selecto de Israel, para buscar a David en el desierto.

David y Abisai llegaron de noche, mientras Saúl estaba acostado, durmiendo en el centro del campamento. Su lanza estaba clavada en tierra, a su cabecera, y Abner y la tropa estaban acostados alrededor de él.

Abisai dijo a David: «Dios ha puesto a tu enemigo en tus manos. Déjame clavarlo en tierra con la lanza, de una sola vez; no tendré que repetir el golpe.» Pero David replicó a Abisai: «¡No, no lo mates! ¿Quién podría atentar impunemente contra el ungido del Señor?.»

David tomó la lanza y el jarro de agua que estaban a la cabecera de Saúl, y se fueron. Nadie vio ni se dio cuenta de nada, ni se despertó nadie, porque estaban todos dormidos: un profundo sueño, enviado por el Señor, había caído sobre ellos.

Luego David cruzó al otro lado y se puso en la cima del monte, a lo lejos, de manera que había un gran espacie entre ellos.

David respondió, diciendo: «¡Aquí está la lanza del rey! Que cruce uno de los muchachos y la recoja. El Señor le pagará a cada uno según su justicia y su lealtad. Porque hoy el Señor te entregó en mis manos, pero yo no quise atentar contra el ungido del Señor.

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 102, 1-2. 3-4. 8 y 10. 12-13 (R.: 8a)

R.        El Señor es bondadoso y compasivo.

De David. Bendice al Señor, alma mía,

que todo mi ser bendiga a su santo Nombre,

bendice al Señor, alma mía,

y nunca olvides sus beneficios.  R

El perdona todas tus culpas

y cura todas tus dolencias;

rescata tu vida del sepulcro,

te corona de amor y de ternura.  R

El Señor es bondadoso y compasivo,

lento para enojarse y de gran misericordia;

no nos trata según nuestros pecados

ni nos paga conforme a nuestras culpas.  R

Cuanto dista el oriente del occidente,

así aparta de nosotros nuestros pecados.

Como un padre cariñoso con sus hijos,

así es cariñoso el Señor con sus fieles.  R

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo

a los cristianos de Corinto 15, 45-49

Hermanos:

El primer hombre, Adán, fue creado como un ser viviente; el último Adán, en cambio, es un ser espiritual que da la Vida. Pero no existió primero lo espiritual sino lo puramente natural; lo espiritual viene después.

El primer hombre procede de la tierra y es terrenal; pero el segundo hombre procede del cielo. Los hombres terrenales serán como el hombre terrenal, y los celestiales como el celestial.

De la misma manera que hemos sido revestidos de la imagen del hombre terrenal, también lo seremos de la imagen del hombre celestial.

Palabra de Dios.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas   6, 27-38

Jesús dijo a sus discípulos:

Pero yo les digo a ustedes que me escuchan: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian. Bendigan a los que los maldicen, rueguen por lo que los difaman. Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; al que te quite el manto, no le niegues la túnica. Dale a todo el que te pida, y al que tome lo tuyo no se lo reclames.

Hagan por lo demás lo que quieren que los hombres hagan por ustedes. Si aman a aquellos que los aman, ¿qué mérito tienen? Porque hasta los pecadores aman a aquellos que los aman. Si hacen el bien a aquellos que se lo hacen a ustedes, ¿qué mérito tienen? Eso lo hacen también los pecadores. Y si prestan a aquellos de quienes esperan recibir, ¿qué mérito tienen? También los pecadores prestan a los pecadores, para recibir de ellos lo mismo.

Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada en cambio. Entonces la recompensa de ustedes será grande y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno con los desagradecidos y los malos.

Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den, y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • La primera lectura nos presenta el ejemplo del rey David. Es un punto de partida simple y claro: siendo perseguido se halla frente a la ocasión para quedarse con el poder matando a Saúl, pero no da paso a la natural venganza.
  • David es imagen del hombre que se domina, que domestica su comportamiento espontáneo, que, a pesar de la tribulación, reflexiona y sabe hacer el bien lúcidamente.

***

  • Pablo sigue empeñado en su reflexión sobre la resurrección de los muertos y recurre al libro del Génesis para sacar unas consecuencias que contraponen el hombre natural, biológico, genético, y el hombre espiritual, el de la resurrección. El primer Adán ha sido superado por el segundo Adán, el del cielo. Este, que viene del Dios infinito, no conoce los límites y las normas de la finitud: puede darse a sí mismo y repartir el amor divino de una manera ilimitada, y legar a su “descendencia, los cristianos, que están hechos a su imagen, el mismo don.

***

  • En el evangelio de hoy se hace presente la gratuidad del amor, como lo más elevado del amor humano, lo que lo hace realmente humano. Cuando se ama a los que nos aman…”, o a aquellos de quienes esperamos recibir recompensa, o a los que “pagan” el amor que se les otorga; ese amor no es verdadero amor, sino que es un egoísmo disfrazado de amor.
  • El amor de Jesús es el ideal del amor maduro, amor “oblativo”, que se da y se ofrece sin pedir nada a cambio, sin esperar el “pago”. Un amor capaz de amar a los que no pueden pagar, a los “no agradables, incluso a los desagradables, y también a los que “no se lo merecen”, y hasta a los enemigos. Ese amor maduro y gratuito es la eclosión de la capacidad humana de superar las propias limitaciones y tendencias naturales.
  • Atrás queda la ley del «talión” que evitaba que la gente se extralimitase con la venganza; la medida de la venganza debía ser la medida de la ofensa. Atrás queda la fórmula de «amarás al prójimo como a ti mismo», para dar paso a la novedad del amor evangélico. Pero la propuesta de Jesús va más allá: «Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica. A todo el que te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames…»
  • Jesús va mucho más lejos e invita a los discípulos a superar el egoísmo y a construir una nueva experiencia, donde la generosidad va más allá del compartir: consiste en dar y darse hasta quedarse sin nada. Compartir es de estricta justicia; dar hasta quedarse sin nada es propio de quien ha sustituido la jus­ticia, como patrón del comportamiento humano, por el amor como único mandamiento: «Ámense como yo los he amado», esto es, hasta perder lo que más queremos, la vida, para darla “a” y “por” los demás.
  • Fruto de un amar así es el perdón. El amor a los enemigos y la renuncia a la violencia para hacer justicia es lo que Dios hace día y noche con nosotros. Dios es misericordioso y ama sin medida. Lucas no propone “ser perfectos”, como lo hace Mateo desde una mentalidad acostumbrada a los preceptos y las normas, sino “ser misericordiosos”. Esta actitud es la forma y la medida para amar incluso a los enemigos y renunciar al odio, a la venganza y a la violencia.
  • Con mucha frecuencia no somos conscientes de la importancia que puede tener el perdón para el avance de un vínculo, de una familia; de la historia de un pueblo. Sin embargo, el perdón aniquila los obstáculos que nos llegan del pasado y que pretenden detenernos ahí; mientras la vida sigue avanzando. Paradojalmente el perdón da nuevas energías para seguir luchando. Reconstruye y humaniza a todo aquel que lo da y lo recibe porque ennoblece a quien perdona y a quien es perdonado.
  • La capacidad de perdón generoso es, para un pueblo, más importante y más liberadora que la capacidad de recordar esclavizadamente con espíritu vengativo las injusticias del pasado. Ser discípulo de Jesús exige de nosotros no precisamente una heroicidad ideal como muchas veces se ha planteado; exige de nosotros, algo radical y posible con su gracia, ser misericordiosos.

PARA DISCERNIR

  • ¿Está mi vida instalada en un amor como el que me presenta Jesús en este texto?
  • ¿Soy capaz de amar a quienes no me gusta, a quienes me disgustan, a mis enemigos?
  • ¿Cómo puedo hacer para amar a quien está en una posición de enemigo social?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

“No juzguen y no serán juzgados” (Lc 6,37)

“No juzguen y no serán juzgados” (Lc 6,37). ¡Cuánto ama a los hombres, Dios mío, que prohíbe a los hombres de juzgar y se reserva a Usted su juicio, al único Padre, al único Maestro, al único Juez! ¡Cuánto ama a los hombres, que quiere que se amen tanto unos a otros y les da el mandamiento de mantener entre ellos una estima mutua, madre del amor, y  así se amen unos a otros!…

¡Qué bueno es Señor! Quiere tanto unirlos a usted, desarrollar en ellos su Amor, que les da el mandamiento apropiado para establecer en ellos su Amor. Como él suaviza su corazón y les impide de tener amargura con los hombres, los hace más suaves con Usted, ya que sólo tenemos un corazón, amargo con todos o suave con todos. Desviando su atención de los actos de los otros hombres al prohibirles de juzgarlos, les da facilidad para llevar toda su atención, sus miradas, su contemplación y todo su amor, sólo a Usted.

No juzguemos. Obedezcamos esta palabra de Jesús y otras semejantes… porque no tenemos el derecho de juzgar “¿Quién eres tú para criticar al servidor de otro?” (Rom14, 4). Por bondad, tengamos el corazón manso, suave, sin amargura. Ese corazón es indulgente, desvía los ojos del mal. La caridad no sequeda reflexionando sobre el mal: ella cree todo, espera todo (cf. 1 Cor 13,7).

San Carlos de Foucauld (1858-1916) – ermitaño y misionero en el Sahara – Meditaciones sobre el Evangelio (Anthologie, Seuil, 1958)

PARA REZAR

No se puede permanecer prisioneros del pasado:

es necesaria, para cada uno y para los pueblos,

una especie de “purificación de la memoria”,

a fin de que los males del pasado

no vuelvan a producirse más.

No se trata de olvidar todo lo que ha sucedido,

sino de releerlo con sentimientos nuevos,

aprendiendo, precisamente de las experiencias sufridas,

que sólo el amor construye,

mientras el odio produce destrucción y ruina.

La novedad liberadora del perdón debe sustituir

a la insistencia inquietante de la venganza.

Pedir y ofrecer perdón

es una vía profundamente digna del hombre

y, a veces, la única para salir de situaciones marcadas

por odios antiguos y violentos.

San Juan Pablo II – 1 de enero de 1997

Lectura del libro del Eclesiástico     1, 1-10

Toda sabiduría viene del Señor,

y está con Él para siempre.

¿Quién puede contar la arena de los mares,

las gotas de la lluvia y los días de la eternidad?

¿Quién puede medir la altura del cielo,

la extensión de la tierra, el abismo y la sabiduría?

Antes que todas las cosas fue creada la sabiduría

y la inteligencia previsora, desde la eternidad.

El manantial de la sabiduría es la palabra de Dios en las alturas,

y sus canales son los mandamientos eternos.

¿A quién fue revelada la raíz de la sabiduría

y quién conoció sus secretos designios?

¿A quién se le manifestó la ciencia de la sabiduría

y quién comprendió la diversidad de sus caminos?

Sólo uno es sabio, temible en extremo:

el Señor, que está sentado en su trono.

El mismo la creó, la vio y la midió,

y la derramó sobre todas sus obras:

a dio a todos los hombres, según su generosidad,

y la infundió abundantemente en aquellos que lo aman.

Palabra de Dios.

SALMO     Sal 92, lab. lc-2. 5 (R.: 1a)

R. ¡Reina el Señor, revestido de majestad!

¡Reina el Señor, revestido de majestad!

El Señor se ha revestido, se ha ceñido de poder.

El mundo está firmemente establecido:

¡no se moverá jamás! R.

Tu trono está firme desde siempre,

tú existes desde la eternidad.

Tus testimonios, Señor, son dignos de fe,

la santidad embellece tu Casa

a lo largo de los tiempos. R.

EVANGELIO

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos     9, 14-29

Después de la Transfiguración, Jesús, Pedro, Santiago y Juan, bajaron del monte. Llegaron donde estaban los otros discípulos y los encontraron en medio de una gran multitud, discutiendo con algunos escribas. En cuanto la multitud distinguió a Jesús, quedó asombrada y corrieron a saludarlo. El les preguntó: «¿Sobre qué estaban discutiendo?.»

Uno de ellos le dijo: «Maestro, te he traído a mi hijo, que está poseído de un espíritu mudo. Cuando se apodera de él, lo tira al suelo y le hace echar espuma por la boca; entonces le crujen sus dientes y se queda rígido. Le pedí a tus discípulos que lo expulsaran pero no pudieron.»

«Generación incrédula, respondió Jesús, ¿hasta cuando estaré con ustedes? ¿Hasta cuando tendré que soportarlos? Tráiganmelo.» Y ellos se lo trajeron. En cuanto vio a Jesús, el espíritu sacudió violentamente al niño, que cayó al suelo y se revolcaba, echando espuma por la boca.

Jesús le preguntó al padre: «¿Cuánto tiempo hace que está así?.»

«Desde la infancia, le respondió, y a menudo lo hace caer en el fuego o en el agua para matarlo. Si puedes hacer algo, ten piedad de nosotros y ayúdanos.»

«¡Si puedes…!», respondió Jesús. «Todo es posible para el que cree.»

Inmediatamente el padre del niño exclamó: «Creo, ayúdame porque tengo poca fe.»

Al ver que llegaba más gente, Jesús increpó al espíritu impuro, diciéndole: «Espíritu mudo y sordo, yo te lo ordeno, sal de él y no vuelvas más.» El demonio gritó, sacudió violentamente al niño y salió de él, dejándolo como muerto, tanto que muchos decían: «Está muerto.» Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó, y el niño se puso de pie.

Cuando entró a la casa y quedaron solos, los discípulos le preguntaron: «¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?.»

Él les respondió: «Esta clase de demonios se expulsa sólo con la oración.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Hoy escuchamos los primeros versículos, que son como un himno a la sabiduría. Con una frase inicial que es el resumen de todo: la verdadera sabiduría viene del Señor y está con él eternamente. Es sabiduría trascendente, misteriosa, insondable.
  • La Sabiduría viviente de Dios se llama Cristo Jesús y de su plenitud hemos recibido todos.

***

  • Luego de bajar del monte con sus tres acompañantes, Jesús es saludado por la gente. Quiere saber sobre que discutían un grupo de sus discípulos y la gente.
  • Esta vez la escena es un caso de aparente epilepsia, que es atribuido por la mentalidad de aquella época a la acción del demonio.
  • Atribuían a los «espíritus impuros» todo lo que atacaba al hombre de un modo más espectacular. Jesús llevará a cabo esta curación en dos tiempos: hay primero un exorcismo que le libra del «espíritu impuro» y deja  al muchacho como muerto; luego la curación definitiva, hecha más sencillamente a la  manera de otras curaciones: Jesús lo tomó de la mano y lo levantó.
  • Para el seguimiento de Jesús es necesario, por la misericordia de Dios, llenarse de la fuerza del amor y ponerse de pie. Pero, sobre todo, es necesario tener fe.
  • La falta de la verdadera fe es la que impide experimentar la salvación que Jesús ofrece. Por eso el Señor se dirige primero a todos, y los llama «generación incrédula»; después con el padre del muchacho, a quien invita a creer. Y finalmente con sus discípulos, a quien les explica su impotencia para curar: por falta de oración.
  • El padre del muchacho intuye las puertas que abre la fe, y, a la invitación de Jesús, hace una admirable  «profesión de fe»… llena de humildad. «¡Sí, creo! Pero, Señor, ven a robustecer mi pobre fe, pues siento ¡que no creo todavía suficiente!
  • Jesús aparece de nuevo como más fuerte que el mal. Tiene la fuerza de Dios. Igual que en la montaña los tres discípulos han sido testigos de su gloria divina, ahora todos presencian asombrados otra manifestación mesiánica: ha venido a librar al mundo de sus males, incluso de los demoníacos, de la enfermedad y de la muerte.
  • El que salva y el  que libera es Dios. Y nosotros, sólo si nos mantenemos unidos a Él por la oración. Esta es la lección que nos da hoy Jesús. 
  • Nuestro camino de fe se realiza trabajando a favor del Reino de Dios, hasta que éste llegue a su plenitud, en el Reino eterno, descubrir sus caminos y seguirlos  con un gran amor hecho gesto, palabra servicial y salvadora.

PARA DISCERNIR

  • ¿Sé pedir con sencillez y humildad?
  • ¿Me apoyo en mis fuerzas o soy capaz de abandonarme en el poder de Dios?
  • ¿De qué manera la fe ha renovado mi vida?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Todo es posible para el que cree

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

Ven y ayuda mi poca fe

Aleja la duda de tu alma, y nunca temas dirigir a Dios tu plegaria, diciéndote: «¿Cómo podría yo orar, cómo podría yo ser escuchado, después de haber ofendido tanto a Dios?» No razones de esta manera; sino vuélvete al Señor con todo tu corazón, y órale con plena confianza. Conocerás entonces toda la extensión de su misericordia; verás que, lejos de abandonarte, colmará los deseos de tu corazón. Porque Dios no es como los hombres que se acuerdan del mal; en él no hay ningún resentimiento, sino una tierna compasión hacia sus criaturas. Purifica, pues, tu corazón de todas las vanidades del mundo, del mal y del pecado…, y ora al Señor. Lo alcanzarás todo…, si haces tu oración con total confianza.

Pero si la duda se desliza en tu corazón, ninguna de tus peticiones verás atendida. Los que dudan de Dios son almas dobles; no consiguen nada de lo que piden… Cualquiera que dude, a no ser que se convierta, difícilmente será escuchado y salvado. Purifica, pues, tu alma de la duda, revístete de la fe, porque es poderosa, y cree firmemente que Dios escuchará tus peticiones. Y si ocurre que se retrasa un poco en escuchar tu petición, no caigas en la duda por el mero hecho de no haberlo obtenido todo inmediatamente; este retraso es para hacerte crecer más en la fe. No dejes, pues, de pedir lo que deseas… Aleja de ti la duda; es perniciosa e insensata, quita a muchos la raíz de la fe, incluso a los que estaban muy firmes en ella… La fe es fuerte y poderosa; lo promete todo y tiene éxito en todo; la duda, falta de confianza, fracasa en todo…

Pastor de Hermas (siglo II)

PARA REZAR

Creemos en Dios Padre, de infinita sabiduría

poder y amor, que expresa su misericordia

en todas sus obras y que quiere siempre el bien de sus hijos.

Creemos en Jesucristo, Hijo de Dios, nacido de mujer,

don de la inagotable gracia del Padre,

fundamento de nuestra esperanza y promesa

de nuestra liberación del pecado y de la muerte.


Creemos en el Espíritu Santo, la presencia divina

en nuestras vidas, por el cual conocemos la verdad de Cristo

y hallamos fortaleza y auxilio en tiempo de necesidad.

Creemos que esta fe debe manifestarse en servicio,

movida por el amor, siguiendo el ejemplo

de nuestro bendito Señor, de manera que el Reino de

Dios se haga realidad en la tierra.

Lectura del libro del Eclesiástico     2, 1-11
 
Hijo, si te decides a servir al Señor,
prepara tu alma para la prueba.
Endereza tu corazón, sé firme,
y no te inquietes en el momento de la desgracia.
Únete al Señor y no se separes,
para que al final de tus días seas enaltecido.
Acepta de buen grado todo lo que te suceda,
y sé paciente en las vicisitudes de tu humillación.
Porque el oro se purifica en el fuego,
y los que agradan a Dios, en el crisol de la humillación.
Confía en él, y él vendrá en tu ayuda,
endereza tus caminos y espera en Él.

Los que temen al Señor, esperen su misericordia,
y no se desvíen, para no caer.
Los que temen al Señor, tengan confianza en Él,
y no les faltará su recompensa.
Los que temen al Señor, esperen sus beneficios,
el gozo duradero y la misericordia.
Fíjense en las generaciones pasadas y vean:
¿Quién confió en el Señor y quedó confundido?
¿Quién perseveró en su temor y fue abandonado?
¿Quién lo invocó y no fue tenido en cuenta?
Porque el Señor es misericordioso y compasivo,
perdona los pecados
y salva en el momento de la aflicción.
 
Palabra de Dios.
 
SALMO
    Sal 36, 3-4. 18-19. 27-28. 39-40 (R.: cf. 5)

R. ¡Confía tu suerte al Señor!

Confía en el Señor y practica el bien;
habita en la tierra y vive tranquilo:
que el Señor sea tu único deleite,
y él colmará los deseos de tu corazón. R.
 
El Señor se preocupa de los buenos,
su herencia permanecerá para siempre;
no desfallecerán en los momentos de penuria,
y en tiempos de hambre quedarán saciados. R.
 
Aléjate del mal, practica el bien,
y siempre tendrás una morada,
porque el Señor ama la justicia
y nunca abandona a sus fieles. R.
 
La salvación de los justos viene del Señor,
él es su refugio en el momento del peligro;
el Señor los ayuda y los libera,
los salva porque confiaron en Él. R.
   
EVANGELIO

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos     9,30-37

Al salir de allí atravesaron la Galilea; Jesús no quería que nadie lo supiera, porque enseñaba y les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo matarán y tres días después de su muerte, resucitará.» Pero los discípulos no comprendían esto y temían hacerle preguntas.

Llegaron a Cafarnaún y, una vez que estuvieron en la casa, les preguntó: «¿De qué hablaban en el camino?.» Ellos callaban, porque habían estado discutiendo sobre quién era el más grande.

Entonces, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: «El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos.»

Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo: «El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a aquel que me ha enviado.»

 
Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • La segunda página de este libro de sabiduría, el Eclesiástico, es un aviso muy realista: «Prepárate para las pruebas». La sabiduría, aunque es don de Dios y participación en su sabiduría eterna e insondable, es también aprendizaje y tarea por nuestra parte. Requiere valentía, fidelidad, perseverancia, aplicación. Si vienen pruebas, también exige el saberlas aguantar y sacar provecho de ellas.
  • El autor recurre a la historia, que está llena de personas que nos dan ejemplo de constancia y fidelidad a Dios, porque en las dificultades confiaron en Él: «¿Quién confió en el Señor y quedó defraudado?».
  • Las pruebas nos hacen madurar, nos hacen pensar, nos invitan a relativizar tantas cosas y a dar importancia a las que valen la pena.
  • Con la fuerza de Dios no hay dificultad insuperable. Con su luz vamos adquiriendo la verdadera sabiduría que nos trae también la felicidad. Confiemos en Dios. Eso iluminará de sabiduría nuestra jornada.

 ***

  • Jesús para ir educando a los suyos en el camino del discipulado, les anuncia por segunda vez su pasión y su muerte. Pero todavía no están dispuestos a entender lo que les está queriendo decir. Lo que les preocupa, y de eso discuten en el camino, es «quién será el más importante». Ya se ven en el Reino del Maestro, ocupando los puestos de honor.
  • Aún se ve lo difícil que es para los discípulos comprender la pasión, muerte y resurrección de Jesús. A pesar de haber escuchado, directamente de sus labios, los requerimientos para la construcción del Reino siguen preocupados más por el poder, que por entregar incondicionalmente la vida por el hermano como les propone el Maestro.
  • Jesús, en la serenidad de casa, con extrema delicadeza les da una lección para que vayan corrigiendo sus expectativas. Les aclara que no se puede ser el primero en su Reino si no se abandona toda tentativa de poder, asumiendo comprometidamente el servicio y la entrega por los demás.
  • Después, pone a un niño en medio de ellos y dice que el que recibe a un niño lo recibe a Él. Precisamente a un niño, que en el ambiente social de entonces era más bien marginado de la sociedad y tenido en muy poco.
  • La dificultad para entender la lección que Jesús dio a los apóstoles también la padecemos hoy. Tendemos a ocupar los primeros lugares, a buscar nuestros propios intereses, a despreciar a aquellos de los que no podemos esperar mucho. Nuestra naturaleza se rebela cuando podemos «ser el último de todos».
  • La salvación del mundo vino a través de la cruz de Cristo. Seguimos a un Salvador humilde, aparentemente fracasado, el Siervo de todos, hasta la Cruz. El discípulo no puede ser más que el maestro. Colaborar con Él en la construcción del reino significará muchas veces sufrimiento, otras veces renuncia y esfuerzo, y siempre entrega gratuita.

PARA DISCERNIR

  • ¿Acepto las consecuencias de renuncia y cruz en el seguimiento del Señor?
  • ¿Busco una salvación a mi medida?
  • ¿Reconozco en el servicio una fuente de Gracia?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Seamos primeros sirviendo a todos

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

«Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos»

¡Jesús!… ¡Qué humildad la tuya, Rey de la gloria, al someterte a todos los sacerdotes, sin hacer distinción alguna entre los que te aman y los que, por desgracia, son tibios o fríos en tu servicio…! A su llamada, tú bajas del cielo; pueden adelantar o retrasar la hora del santo sacrificio, que tú estás siempre pronto a su voz… ¡Qué manso y humilde de corazón me pareces, Amor mío, bajo el velo de la blanca hostia! (Mt 11,29). Ya no puedes abajarte más para enseñarme la humildad; por eso, para responder a tu amor, yo también quiero desear que mis hermanas me pongan siempre en el último lugar y convencerme de que ése es precisamente mi sitio.

Yo sé bien, Dios mío, que al alma orgullosa tú la humillas y que a la que se humilla le concedes una eternidad gloriosa; por eso quiero ponerme en el último lugar y compartir tus humillaciones, para «tener parte contigo»(Jn 13,8) en el reino de los cielos.

Pero tú, Señor, conoces mi debilidad; cada mañana hago el propósito de practicar la humildad, y por la noche reconozco que he vuelto a cometer muchas faltas de orgullo. Al ver esto, me tienta el desaliento, pero sé que el desaliento es también una forma de orgullo. Por eso quiero, Dios mío, fundar mi esperanza sólo en ti; ya que tú lo puedes todo, haz nacer en mi alma la virtud que deseo. Para alcanzar esta gracia de tu infinita misericordia, te repetiré muchas veces: «¡Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo»…

Santa Teresa del Niño Jesús (1873-1897), carmelita descalza, Doctora de la Iglesia -Oración 20

PARA REZAR

Gracias, Señor, por haberme llamado

a servir gratuitamente,
a dar mi tiempo, mis energías

y mi amor a quienes sufren.
Aquí estoy, Señor, envíame.
Dispón mi mente y mi corazón

a escuchar sin prejuicios,
a servir hasta las últimas consecuencias.

Envíame, Señor, a pesar de que yo también soy débil
así comprenderé que eres tú nuestra fuerza,
y mis hermanos descubrirán tu rostro

en mi presencia discreta.
Envíame, Señor, y así comprenderé

que la mayor felicidad está en servirte.

Amén.

Lectura del libro del Eclesiástico     4, 11-19
 
La sabiduría encumbra a sus hijos
y cuida de aquellos que la buscan.
El que la ama, ama la vida,
y los que la buscan ardientemente serán colmados de gozo.
El que la posee heredará la gloria,
y dondequiera que vaya, el Señor lo bendecirá.
Los que la sirven rinden culto al Santo
y los que la aman son amados por el Señor.
El que la escucha juzgará a las naciones
y el que le presta atención habitará seguro.
El que confía en ella la recibirá en herencia
y sus descendientes también la poseerán.
Al comienzo, ella lo conducirá por un camino sinuoso,
le infundirá temor y estremecimiento
y lo hará sufrir con su disciplina,
hasta que tenga confianza en él
y lo haya probado con sus exigencias.
Después, volverá a él por el camino recto,
lo alegrará y le revelará sus secretos.
Si él se desvía, ella lo abandonará
y lo dejará librado a su propia caída.
 
Palabra de Dios.
 

SALMO
     Sal 118, 165 y 168. 171-172. 174-175  

R. ¡Tu ley es mi alegría, Señor!

Los que aman tu ley gozan de una gran paz,
nada los hace tropezar.
Yo observo tus mandamientos y tus prescripciones,
porque tú conoces todos mis caminos. R. 
 
Que mis labios expresen tu alabanza,
porque me has enseñado tus preceptos.
Que mi lengua se haga eco de tu promesa,
porque todos tus mandamientos son justos. R. 
 
Yo ansío tu salvación, Señor,
y tu ley es toda mi alegría.
Que yo viva y pueda alabarte,
y que tu justicia venga en mi ayuda. R.
 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 9, 38-40

Juan le dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros.»

Pero Jesús les dijo: «No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí. Y el que no está contra nosotros, está con nosotros.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • La sabiduría aparece personificada: es como una madre que instruye a sus hijos, una maestra que busca el bien de sus discípulos. Actúa como mediadora entre Dios y los creyentes.
  • El autor del libro enumera las ventajas que vienen a los que aman la sabiduría y la consiguen: tendrán vida, gozarán del favor y de la gloria y la bendición de Dios, aprenderán a juzgar rectamente.
  • Para nosotros, cristianos, la sabiduría de Dios está bien cercana y continuamente presente en Cristo Jesús; Maestro, Palabra viviente de Dios. Él nos invita a seguirlo, nos acompaña en nuestro camino, nos ayuda a discernir y a ver las cosas y los acontecimientos desde los mismos ojos de Dios.

 ***

  • En el episodio de hoy, uno de los discípulos, Juan, corre donde Jesús para pedir autorización y detener a uno que expulsaba demonios en nombre de Jesús sin ser del grupo.
  • La respuesta de Jesús está en consonancia con toda la novedad del Evangelio. Abre la posibilidad para que todo el que quiera obrar el bien en su nombre lo haga. No obliga a todos a meterse bajo el mismo paraguas. La preocupación de Jesús es verdaderamente universal porque le preocupa el bien de la humanidad y no los intereses de su pequeño grupo. Hacer el bien a los demás es más importante que los protagonismos.
  • Frente a los criterios pequeños de los discípulos, el Señor abre la posibilidad a un horizonte más amplio, el que no está contra nosotros, está con nosotros. Junto al espíritu estrecho y sectario de Juan, el trueno, tenemos aquí la apertura total de Jesús que invita a sus discípulos a confiar en el Espíritu Santo.
  • Mientras que los criterios humanos tienden a estandarizar todo con sus medidas, Jesús abre de par en par, y para todos, el mensaje de salvación. Dios actúa en todas partes y el Espíritu no es propiedad de ningún grupo, ni de ninguna estructura. El Espíritu sopla donde quiere.

PARA DISCERNIR

  • ¿Experimento mi vida de fe como un derecho o privilegio frente a los demás?
  • ¿Divido fácilmente entre los míos y  los de otro lado?
  • ¿Integro a los distintos?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Es de los nuestros el que obra el bien

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

¿Acaso van con nosotros?

Por último, quienes todavía no recibieron el Evangelio, se ordenan al Pueblo de Dios de diversas maneras. En primer lugar, aquel pueblo que recibió los testamentos y las promesas y del que Cristo nació según la carne (cf. Rm 9,4-5). Por causa de los padres es un pueblo amadísimo en razón de la elección, pues Dios no se arrepiente de sus dones y de su vocación (cf. Rm 11, 28-29). Pero el designio de salvación abarca también a los que reconocen al Creador, entre los cuales están en primer lugar los musulmanes, que, confesando adherirse a la fe de Abraham, adoran con nosotros a un Dios único, misericordioso, que juzgará a los hombres en el día postrero.

Ni el mismo Dios está lejos de otros que buscan en sombras e imágenes al Dios desconocido, puesto que todos reciben de El la vida, la inspiración y todas las cosas (cf. Hch 17,25-28), y el Salvador quiere que todos los hombres se salven (cf. 1 Tm 2,4). Pues quienes, ignorando sin culpa el Evangelio de Cristo y su Iglesia, buscan, no obstante, a Dios con un corazón sincero y se esfuerzan, bajo el influjo de la gracia, en cumplir con obras su voluntad, conocida mediante el juicio de la conciencia, pueden conseguir la salvación eterna. Y la divina Providencia tampoco niega los auxilios necesarios para la salvación a quienes sin culpa no han llegado todavía a un conocimiento expreso de Dios y se esfuerzan en llevar una vida recta, no sin la gracia de Dios. Cuánto hay de bueno y verdadero entre ellos, la Iglesia lo juzga como una preparación del Evangelio y otorgado por quien ilumina a todos los hombres para que al fin tengan la vida.

Concilio Vaticano II – Constitución dogmática sobre la Iglesia “Lumen gentium”

PARA REZAR

Este es tu reino entre nosotros, Señor,

vivir en tu amor ser tus hijos

y contemplar tu rostro,

tal como lo manifestó tu hijo amado, Jesús.

Ahora sabemos que la auténtica sabiduría

está amasada de vida diaria, de trabajo,

de alegrías y penas, de oración y evangelio;

de un caminar constante hacia un mundo nuevo

que renace a su liberación y a la paz definitiva.

Porque esta sabiduría no nos aleja del mundo

sino que nos hace vivir en plenitud

dando sentido a nuestra vida

para volcarnos a un gran proyecto:

una nueva humanidad.

Lectura del libro del Eclesiástico     5, 1-8

No te fíes de tus riquezas

ni digas: «Con esto me basta.»

No dejes que tu deseo y tu fuerza

te lleven a obrar según tus caprichos.

No digas: «¿Quién podrá dominarme?»,

porque el Señor da a cada uno su merecido.

No digas: «Pequé, ¿y qué me sucedió?»,

porque el Señor es paciente.

No estés tan seguro del perdón,

mientras cometes un pecado tras otro.

No digas: «Su compasión es grande;

Él perdonará la multitud de mis pecados»,

porque en él está la misericordia, pero también la ira,

y su indignación recae sobre los pecadores.

No tardes en volver al Señor,

dejando pasar un día tras otro,

porque la ira del Señor irrumpirá súbitamente

y perecerás en el momento del castigo.

No te fíes de las riquezas adquiridas injustamente:

de nada te servirán en el día de la desgracia.

Palabra de Dios.

SALMO     Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6 (R.: 39, 5a)

R. ¡Feliz el que pone su confianza en el Señor!

¡Feliz el hombre

que no sigue el consejo de los malvados,

ni se detiene en el camino de los pecadores,

ni se sienta en la reunión de los impíos,

sino que se complace en la ley del Señor

y la medita de día y de noche! R.

El es como un árbol

plantado al borde de las aguas,

que produce fruto a su debido tiempo,

y cuyas hojas nunca se marchitan:

todo lo que haga le saldrá bien. R.

No sucede así con los malvados:

ellos son como paja que se lleva el viento,

porque el Señor cuida el camino de los justos,

pero el camino de los malvados termina mal. R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 9, 41-50

Jesús dijo a sus discípulos:

«Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo.

Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar.

Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos a la Gehena, al fuego inextinguible. Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo, porque más te vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies a la Gehena. Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos a la Gehena, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.

Porque cada uno será salado por el fuego.

La sal es una cosa excelente, pero si se vuelve insípida, ¿con qué la volverán a salar?

Que haya sal en ustedes mismos y vivan en paz unos con otros.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • El sabio nos da hoy un serio aviso: «No confíes en tus riquezas… no confíes en tus fuerzas, porque el Señor te exigirá cuentas».
  • Algunos se sienten seguros porque se fían de sus riquezas; otros se sienten «poderosos» porque se escudan en la bondad y la paciencia de Dios: «He pecado y nada malo me ha sucedido, porque él es un Dios paciente». Esto no debe ser excusa para hacer nuestro capricho; Dios tiene mucha paciencia, pero también es justo.
  • La consigna del sabio: «No tardes en volverte a él y no des largas de un día para otro», nos invita a que no nos fiemos de nuestras fuerzas, ni estemos demasiado satisfechos de cómo vaya nuestra vida, sino más bien que pensemos si estamos dando los frutos que Dios espera de nosotros y nos preocupemos de hacer el bien.

 ***

  • El evangelio de hoy nos recuerda una serie de rasgos que deberían presentar los que quieren seguir al Maestro de Nazaret. Jesús invita a una actitud resuelta, incluso radical.
  • Estamos ante expresiones que han de ser comprendidas en su significado y no aceptadas en su sentido literal, porque llevarían a constatar una incoherencia con el resto del mensaje de Jesús.
  • Las imágenes que usa Jesús son fuertes: hay que extirpar todo lo que en uno mismo se oponga a vivir el mensaje de salvación y cause daño a los que quieren ser fieles a él. Sólo una decisión fuerte lleva a la vida, la opción contraria lleva a la muerte. La imagen de la vida, está en paralelo con la del reino de Dios. La propuesta invita a asegurar la plenitud de vida tanto en el mundo pre­sente como en el futuro. Hay que hacer opciones, por dolorosas que sean, pues son opciones entre el éxito y el fracaso de la existencia: toda tarea, comportamiento o anhelo  que esté viciado por el egoísmo o la ambición de poder hay que suprimirla, porque pone en peligro la fidelidad al mensaje e impide  nuestro crecimiento.
  • La petición de Jesús trae de la mano la actitud de conversión y ésta “compromete” toda la vida.
  • Las palabras fuertes en los pasajes de hoy, nos hablan de mensajes fuertes y arriesgados, sin apelación, destinados a concientizar a las personas y enfrentarlas sin posiciones lavadas ante la presencia trágica del mal. No es cuestión de irnos cortando de a partes (lo que por cierto no haremos), sino de convertir el corazón y  desde la vida de la gracia darle a nuestro cuerpo y nuestra alma la unidad que necesitan.

PARA DISCERNIR

  • ¿Qué parte de mí  arrancaría con fuerza?
  • ¿Con qué lugar de mi corazón está conectado lo que arrancaría?
  • ¿Cuáles son los caminos positivos para revertir la situación, sin bisturí, ni navaja, ni hacha?
  • ¿Qué situaciones avalo con el refugio de “todos los hacen”?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

No escandalicemos a los pequeños que tienen fe

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

Los caminos para entrar en la vida eterna

 
…” ¿Queréis que os indique los caminos de la conversión? Son numerosos, variados y diferentes, pero todos conducen al cielo. El primer camino de la conversión es aborrecer nuestros pecados. “Empieza tú a confesar tus pecados para ser justo.” (Is 43,26) Esto porque dice el profeta: “Me dije: -confesaré al Señor mis culpas.- Y tú perdonaste mi falta y mi pecado.” (Sal 31,5) Condena tú mismo las faltas que has cometido y esto bastará para que el Maestro te escuche. El que condena sus pecados irá con más cuidado para no recaer en ellos…

Hay un segundo camino que no es inferior al primero y es: no guardar rencor a nuestros enemigos, dominar nuestra cólera para perdonar las ofensas que nos infligen nuestros compañeros de servicio, porque así obtendremos el perdón de las ofensas contra el Maestro. Es la segunda manera de obtener la purificación de nuestras faltas. “Si perdonáis a vuestros deudores, dice el Señor, mi Padre que está en el cielo perdonará también vuestras faltas.” (Mt 6,14)

¿Quieres conocer el tercer camino de la conversión? ES la oración ferviente y atenta desde el fondo del corazón… El cuarto camino es la limosna. Tiene un poder considerable e indecible… Luego, la modestia y la humildad no son medios menores para destruir el pecado desde la raíz. Tenemos como testimonio de ello el publicano que no podía proclamar sus buenas acciones sino que en su lugar ofreció su humildad y depositó ante el Señor el pesado fardo de sus faltas.

(Lc 18,9ss)

Acabamos de indicar cinco caminos hacia la conversión… ¡No te quedes inactivo sino que cada día avanza por estos caminos! Son fáciles, y a pesar de tus miserias puedes ir por ellos”…

Juan Crisóstomo obispo de Antioquia y Constantinopla, doctor de la Iglesia
Sermón sobre el demonio tentador; PG 49, 263-264

PARA REZAR

La alegría de los limpios de corazón

Felices los que tienen

un corazón puro,

porque verán a Dios.

¡Feliz de ti!

Si tienes un corazón limpio,

libre de maldades y malicias,

libre de dobleces y falsedades,

libre de orgullo y autosuficiencia,

libre de odios y rencores.

Feliz de ti

si tienes un corazón limpio,

libre de cegueras y caprichos,

de egoísmos y resentimientos,

abierto a la verdad y el amor,

para buscarlos apasionadamente.

Lectura del libro del Eclesiástico     6, 5-17

Las palabras dulces multiplican los amigos

y un lenguaje amable favorece las buenas relaciones.

Que sean muchos los que te saludan,

pero el que te aconseja, sea uno entre mil.

Si ganas un amigo, gánalo en la prueba,

y no le des confianza demasiado pronto.

Porque hay amigos ocasionales,

que dejan de serlo en el día de tu aflicción.

Hay amigos que se vuelven enemigos,

y para avergonzarte, revelan el motivo de la disputa.

Hay amigos que comparten tu mesa

y dejan de serlo en el día de la aflicción.

Mientras te vaya bien, serán como tú mismo

y hablarán abiertamente con tus servidores;

pero si te va mal, se pondrán contra ti

y se esconderán de tu vista.

Sepárate de tus enemigos

y sé precavido con tus amigos.

Un amigo fiel es un refugio seguro:

el que lo encuentra ha encontrado un tesoro.

Un amigo fiel no tiene precio,

no hay manera de estimar su valor.

Un amigo fiel es un bálsamo de vida,

que encuentran los que temen al Señor.

El que teme al Señor encamina bien su amistad,

porque como es él, así también será su amigo.

Palabra de Dios.

SALMO     Sal 118, 12 y 16. 18 y 27. 34-35 (R.: 35a)

R. ¡Condúceme por la senda de tus mandamientos, Señor!.

Tú eres bendito, Señor:

enséñame tus preceptos.

Mi alegría está en tus preceptos:

no me olvidaré de tu palabra. R.

Abre mis ojos,

para que contemple las maravillas de tu ley.

Instrúyeme en el camino de tus leyes,

y yo meditaré tus maravillas. R.

Instrúyeme, para que observe tu ley

y la cumpla de todo corazón.

Condúceme por la senda de tus mandamientos,

porque en ella tengo puesta mi alegría. R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 10, 1-12

Jesús fue a la región de Judea y al otro lado el Jordán. Se reunió nuevamente la multitud alrededor de él y, como de costumbre, les estuvo enseñando una vez más.

Se acercaron algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le plantearon esta cuestión: «¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?.»

El les respondió: «¿Qué es lo que Moisés les ha ordenado?.»

Ellos dijeron: «Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y

separarse de ella.»

Entonces Jesús les respondió: «Si Moisés les dio esta prescripción fue

debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y mujer. Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, y los dos no serán sino una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido.»

Cuando regresaron a la casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre esto. El les dijo: «El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra aquella; y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Hoy leemos un pequeño tratado sobre la amistad: cómo se consiguen amigos, quién es el verdadero amigo, cómo hay que tratarlos. Es un canto hecho de sentido común y experiencia.
  • La amistad es una de las mejores riquezas humanas. Un amigo fiel y sincero es un verdadero tesoro. Es una medicina para nuestros males. El camino se nos hace mucho más fácil cuando lo podemos compartir.

 ***

  • Marcos ha agrupado, entre el segundo y el tercer anuncio de la Pasión una serie de enseñanzas de Jesús sobre los problemas candentes de la vida cristiana.
  • Los fariseos buscan desacreditar a Jesús y le tienden una trampa encerrándolo en la alternativa de «lo permitido y lo prohibido»… «¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?». De acuerdo  a su respuesta será acusado de traidor a las exigencias de la Ley, o lo pondrán en contradicción con su predicación. Jesús no entra en discusión sino que los lleva hasta los orígenes: «Al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer… Lo que Dios ha unido, que el hombre no lo separe”. No es bueno aferrarse a la ley olvidando el impulso de la vida. Se trata de acercarse al plan original de Dios: el amor es más delicado y exigente que cualquier ley.
  • El matrimonio es una «voluntad» de Dios, inscrita en la naturaleza profunda del hombre y de la mujer, desde el origen. La intensidad del instinto que empuja un sexo hacia el otro para unirse y «ser uno» “dejando a su padre y a su madre” para fundar una nueva familia, ponen la indisolubilidad como el deseo más profundo del amor.
  • En el contexto de la sociedad judía de su tiempo, en el que el divorcio era legal, y se ponía en juego la dignidad de la mujer, que podía ser rechazada, pero que no podía a su vez divorciarse del hombre, la respuesta de Jesús establece una distinción considerablemente importante: la Ley del Deuteronomio no es un «mandamiento» sino un «permiso» concedido por Moisés, «por la dureza de corazón del pueblo». Pero no es para Jesús una abolición de la ley fundamental del matrimonio, la cual subsiste. Además, es una afirmación de la igualdad de derechos del varón y la mujer en la vida matrimonial.
  • La licitud pone una medida, pero el Evangelio presenta la desmesura de ley del amor. Porque Dios siempre está más allá de toda especulación posible.
  • El hombre de hoy desconfía de la posibilidad de vivir una fidelidad duradera. Influidos por una sociedad de consumo que incita constantemente  a  satisfacer las necesidades que ella misma va creando, y usa, gasta y tira según su conveniencia, fuimos perdiendo la capacidad de pensar y apostar por un amor que sea total, una entrega que sea gratuita y estable, una opción que nos comprometa de por vida.

PARA DISCERNIR

  • ¿Cómo vivo la relación hombre-mujer?
  • ¿Qué lugar ocupa la fidelidad en mi escala de valores?
  • ¿Creo en la posibilidad de compromisos de por vida?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Maridos, amen a sus mujeres como Cristo amó a su Iglesia

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…”El marido y la mujer, que por el pacto conyugal «ya no son dos, sino una sola carne», con la unión íntima de sus personas y actividades se ayudan y se sostienen mutuamente, adquieren conciencia de su unidad y lo logran cada vez más plenamente. Esta íntima unión, como mutua entrega de dos personas, lo mismo que el bien de los hijos, exige plena fidelidad conyugal y urge su indisoluble unidad.

Cristo nuestro Señor bendijo abundantemente este amor multiforme, nacido de la fuente divina de la caridad y que está formado a semejanza de su unión con la Iglesia (Ef. 5,32). Porque así como Dios antiguamente se adelantó a unirse a su pueblo por una alianza de amor y de fidelidad, así ahora el Salvador de los hombres y Esposo de la Iglesia sale al encuentro de los esposos cristianos por medio del sacramento del matrimonio. Además, permanece con ellos para que los esposos, con su mutua entrega, se amen con perpetua fidelidad, como Él mismo amó a la Iglesia y se entregó por ella (Ef. 5,25).

El genuino amor conyugal es asumido en el amor divino y se rige y enriquece por la virtud redentora de Cristo y la acción salvífica de la Iglesia para conducir eficazmente a los cónyuges a Dios y ayudarlos y fortalecerlos en la sublime misión de la paternidad y la maternidad. Por ello los esposos cristianos, para cumplir dignamente sus deberes de estado, están fortificados y como consagrados por un sacramento especial, con cuya virtud, al cumplir su misión conyugal y familiar, imbuidos del espíritu de Cristo, que satura toda su vida de fe, esperanza y caridad, llegan cada vez más a su propia perfección y a su mutua santificación, y, por tanto, conjuntamente, a la glorificación de Dios”…

Concilio Vaticano II – «Gaudium et spes», 48

PARA REZAR

Oración de los esposos

Señor:

Haz de nuestro hogar

un sitio de tu amor.

Que no haya injuria

porque Tú nos das comprensión.

Que no haya amargura

porque Tú nos bendices.

Que no haya egoísmo

porque Tú nos alientas.

Que no haya rencor

porque Tú nos das el perdón.

Que no haya abandono

porque Tú estás con nosotros.

Que sepamos marchar hacia Ti

en nuestro diario vivir.

Que cada mañana amanezca

un día más de entrega y sacrificio.

Que cada noche nos encuentre

con más amor de esposos.

Haz, Señor, de nuestras vidas

que quisiste unir

una página llena de Ti.

Haz, Señor, de nuestros hijos

lo que Tú anhelas:

ayúdanos a educarles

y orientarles por el camino.

Que nos esforcemos

en el consuelo mutuo.

Que hagamos del amor

un motivo para amarte más.

Que demos lo mejor de nosotros

para ser felices en el hogar.

Que cuando amanezca

el gran día de ir a tu encuentro

nos concedas el hallarnos unidos

para siempre en ti.

Amén.

Lectura del libro del Eclesiástico     17, 1-15

El Señor creó al hombre de la tierra

y lo hace volver de nuevo a ella.

Le señaló un número de días y un tiempo determinado,

y puso bajo su dominio las cosas de la tierra.

Lo revistió de una fuerza semejante a la suya

y lo hizo según su propia imagen.

Hizo que todos los vivientes lo temieran,

para que él dominara las fieras y los pájaros.

Le dio una lengua, ojos y oídos,

el poder de discernir y un corazón para pensar.

Él colmó a los hombres de saber y entendimiento,

y les mostró el bien y el mal.

Les infundió su propia luz,

para manifestarles la grandeza de sus obras,

y les permitió gloriarse eternamente de sus maravillas:

así alabarán su Nombre santo,

proclamando la grandeza de sus obras.

Les concedió además la ciencia

y les dio como herencia una Ley de vida;

estableció con ellos una alianza eterna

y les hizo conocer sus decretos.

Ellos vieron con sus ojos la grandeza de su gloria

y oyeron con sus oídos la gloria de su voz.

Él les dijo: «Cuídense de toda injusticia»,

y dio a cada uno preceptos acerca del prójimo.

Los caminos de los hombres están siempre ante él

y no pueden ocultarse a sus ojos.

Palabra de Dios.

SALMO     Sal 102, 13-14. 15-16. 17-18a

R. ¡El amor del Señor permanece para siempre!.

Como un padre cariñoso con sus hijos,

así es cariñoso el Señor con sus fieles;

él conoce de qué estamos hechos,

sabe muy bien que no somos más que polvo. R.

Los días del hombre son como la hierba:

él florece como las flores del campo;

las roza el viento, y ya no existen más,

ni el sitio donde estaban las verá otra vez. R.

Pero el amor del Señor permanece para siempre,

y su justicia llega hasta los hijos y los nietos

de los que lo temen

y observan su Alianza. R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 10, 13-16

Le trajeron entonces a unos niños para que los tocara, pero los discípulos los reprendieron. Al ver esto, Jesús se enojó y les dijo: «Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él.»

Después los abrazó y los bendijo, imponiéndoles las manos.

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • La página de hoy es como un eco al libro del Génesis, una meditación de sus primeros capítulos, la creación del hombre. Es un himno de alabanza a Dios por haber creado la raza humana.
  • El hombre es obra de Dios, está hecho a imagen de Dios. Ha recibido la facultad de dominar la tierra y todo ser viviente; boca, lengua, ojos, oídos, inteligencia: para que sepa alabar a Dios y reconocer su presencia. Y ha recibido de Dios la alianza y una «ley que da vida».
  • Es una visión de la grandeza del hombre en la creación, y su dependencia de Dios. Somos invitados a admirar y amar a Dios que nos ha pensado y creado; nos conoce, nos ha amado desde siempre y al que estamos presentes en todo momento.

 ***

  • Marcos, Mateo y Lucas cuentan esta escena. Pero solamente Marcos dice que los abrazaba.
  • Los niños en la antigüedad eran el símbolo del más absoluto desamparo. Eran los que sufrían las primeras consecuencias de la guerra, el hambre o la enfermedad. Cuando se insultaba a alguien diciéndole «niño», le querían decir que era vulnerable, débil o indefenso.
  • Cuando una persona importante llegaba a una aldea, las madres buscaban acercarle los niños para que recibieran influencias benéficas, que los protegieran de la enfermedad y de la muerte. Los niños no tenían libre acceso a estos personajes porque eran seres que no contaban.
  • Los discípulos querían evitar que los niños tocaran a Jesús porque eso no estaba bien para una persona reconocida como el maestro de Nazaret. Pero Jesús, no les permite que se conviertan en barrera, aquellos que están llamados a ser puente. No sólo que permite que se acerquen, pide con vehemencia que los dejen acercarse, los abraza, bendice e impone las manos.
  • Estos gestos, nos descubren a un Jesús humano, que reacciona ante el atropello, pero que a la vez puede mostrar una infinita ternura. 
  • Esta actitud de Jesús es de avanzada. Aprovecha para anunciar a los discípulos que el reino de Dios es de los que son como niños, de los que no cuentan, de los que son maltratados, de los que tienen dificultades para acercarse a Él, de los que tienen que ser presentados por otros, de los que, en medio de su fragilidad e impotencia, desean ser acariciados.
  • No se nos invita a un infantilismo espiritual ni a una nostalgia de la inocencia pasada, pero sí, a no sentirnos llenos de riquezas y confiados en nuestras fuerzas sino a la sana inseguridad de nosotros que nos lleva a estar convencidos de la necesidad que tenemos de Dios.
  • Es una invitación a ponernos en un vínculo con Dios, nuestro Padre, de total «dependencia» de Él.
  • En esos niños que Jesús abraza y bendice están significados no sólo todos los niños del mundo, sino también todos los hombres, a quienes el Señor muestra cómo deben «recibir» el Reino de Dios.

PARA DISCERNIR

  • ¿Tengo la sencillez de un niño para mirar la vida?
  • ¿Me enredo tratando de racionalizar todo sin llegar a nada?
  • ¿Descubro mi necesidad  vital de Dios?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Jesús, dame un corazón de niño

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…”A Jesús le complace mostrarme el único camino que conduce a la hoguera divina, a saber: el abandono del niño que se adormece sin miedo entre los brazos de su Padre. «El que sea pequeño que venga acá» (Prov 9,4), ha dicho el Espíritu Santo por boca de Salomón, y este mismo Espíritu de amor ha dicho aún que «es a los pequeños a quienes se concede la misericordia» (Sab 6,7).

¡Ah!, si todas las almas endebles e imperfectas sintieran lo que siente la más pequeña entre ellas, el alma de su Teresa, ninguna desesperaría de llegar a la cumbre de la montaña de amor, puesto que Jesús no pide grandes acciones, sino sólo el abandono y el reconocimiento. ¡Ah!, lo siento más que nunca, Jesús está sediento, no encuentra sino ingratos e indiferentes entre los discípulos del mundo, e incluso entre sus mismos discípulos encuentra pocos corazones que se abandonen a él sin reservas y comprendan la ternura de su amor infinito”…

Teresa del Niño Jesús. Obras completas

PARA REZAR

Al Niño Jesús

Tú, Jesús, me conoces,

Tú mi nombre conoces, y me llamas

con la dulce mirada de tus ojos…

Ellos me comunican tu palabra:

«Simple abandono, conducir yo quiero,

mi amada, tu barquilla».

Y con tu voz de niño, ¡oh maravilla!,

sólo con tu voz débil,

calmas el mar rugiente,

pones paz en el viento.

Si mientras brama la tormenta, ¡oh Niño!,

Tú te quieres dormir,

posa tu linda cabecita blonda

sobre mi corazón.

¡Qué encantador sonríes cuando duermes!

Con mi canto más dulce

yo meceré tu cuna tiernamente,

¡Oh hermoso Niño mío!

Santa Teresita del Niño Jesús