29 DE AGOSTO – MARTIRIO DE SAN JUAN BAUTISTA (M. O)
30 DE AGOSTO – STA. ROSA DE LIMA, VIRGEN (F)
TIEMPO DTE EL AÑO – CICLO A
DOMINGO XXI
¿Ustedes quién dicen que soy yo?
PRIMERA LECTURA
Lectura del profeta Isaías 22,19-23
Así dice el Señor a Sobná, mayordomo de palacio: «Te echaré de tu puesto, te destituiré de tu cargo. Aquel día, llamaré a mi siervo, a Eliacín, hijo de Elcías: le vestiré tu túnica, le ceñiré tu banda, le daré tus poderes; será padre para los habitantes de Jerusalén, para el pueblo de Judá. Colgaré de su hombro la llave del palacio de David: lo que él abra nadie lo cerrará, lo que él cierre nadie lo abrirá. Lo hincaré como un clavo en sitio firme, dará un trono glorioso a la casa paterna.»
Palabra de Dios.
SALMO Sal 137, 1-3.6.8 b c
R: Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario,
daré gracias a tu nombre. R.
Por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera a tu fama;
cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R.
El Señor es sublime, se fija en el humilde,
y de lejos conoce al soberbio.
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Roma 11, 33-36
Hermanos
¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él le devuelva? Él es el origen, guía y meta del universo. A él la gloria por los siglos. Amén.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 16,13-20
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?» Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.» Él les preguntó: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?» Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.» Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.» Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- Hacia el año 700 a. C., el pequeño reino de Judá se hallaba comprometido políticamente por Egipto y Asiria. Ezequías aconsejado por el profeta Isaías confiaba más en Dios que en las alianzas con los pueblos vecinos y en las intrigas. Había en Jerusalén un partido que buscaba la guerra contra los dominadores del Norte entre los cuales se encontraba un alto funcionario de la corte, mayordomo de palacio de Ezequías llamado Sobná. Este funcionario se siente seguro en su puesto; se exhibe ante los habitantes de Jerusalén en carrozas lujosas, vive en palacios y construye su futuro sepulcro.
- Isaías dirige su crítica a Sobná, y su amenaza es porque fomenta las alianzas con los extranjeros y favorece la guerra, porque confía más en su política que en el poder salvador de Dios. Pero el Señor no lo perdonará, sino que lo arrojará a la fuerza, y andará errante por la llanura y sus bienes irán a parar a poder de sus adversarios.
- Dios quiere sustituir un funcionario indigno por otro digno. Es el Señor quien elige y quien concede y quita el poder, quien ejecuta el rito de la investidura. El «funcionario» está para servir y no para aprovecharse del cargo. El profeta sigue llamando al pueblo a una fe absoluta y casi heroica.
***
- La salvación es un misterio, que excede también todas las exigencias de la humana voluntad. Dios está por encima del conocimiento y de la voluntad humana; es un misterio de gracia.
- En la historia de la salvación Dios es el que tiene la iniciativa y es el Señor de los acontecimientos, hasta conseguir lo que se propone. Todo el universo se mueve según el designio y la divina misericordia. En todo este capítulo, Pablo ha desarrollado su pensamiento en torno al problema de la desobediencia de Israel al evangelio de Jesucristo.
- La historia de la humanidad se le presenta a Pablo como una carrera entre judíos y paganos. Unos fueron los primeros en obedecer, pero después desobedecen; los otros, que empezaron por desobedecer, terminaron obedeciendo. Pero, la clave de todo ello está en la misericordia de Dios; Dios ha querido encerrarnos a todos, judíos y gentiles, en la desobediencia, para tener con todos los pueblos una misma misericordia.
***
- Saliendo de Betsaida y remontando el valle del Jordán, Jesús se retira con los «doce» a la región de Cesárea de Filipo, al pie del monte Hermón. La región se encuentra al noreste de Galilea de los paganos. Sin ser una región totalmente extranjera, participa mucho de esta realidad.
- El Maestro quiere iniciar a sus discípulos en el misterio de su persona. Para introducir el tema, Jesús comienza preguntando qué han oído ellos sobre su persona y su misión, de la gente. La conversación gira en torno a la persona de Jesús y su identidad.
***
- Jesús pide la adhesión de sus discípulos a su persona, frente a la incredulidad de la mayoría de los dirigentes judíos y de algunos del pueblo. Ante la pregunta de Jesús, Pedro respondió a título personal y, quizás, en nombre de todos sus compañeros.
- La respuesta del Apóstol es producto de la experiencia del trato con el Maestro. Un trato que fue creciendo de primeros encuentros, tal vez casuales a tratos cada vez más profundos e íntimos, con aquel galileo de personalidad atrayente y palabra convincente.
- Sin este camino, no hubiera sido posible que lo confesara como el Mesías, el Hijo de Dios vivo. La fe es una experiencia de amor, es un encuentro existencial con quien sabemos que nos ama. Es un don y después, una respuesta. No es producto de un conocimiento humano, pero sí de una búsqueda sincera y honesta, abierta a la verdad.
- La respuesta de Pedro, se entronca en la auténtica tradición judía, que esperaba a un Mesías o elegido, un consagrado por Dios, anunciado durante siglos por los profetas que iba a llevar a cabo, la salvación definitiva de su pueblo.
- Pero por otro lado, la respuesta de Pedro es la que brota de su encuentro personal con Jesús a través de sus enseñanzas, sus palabras y sus gestos. La experiencia de caminar, cansarse, sufrir y gozar con Jesús en la misión que su Padre le había encomendado, confirman en el corazón de Pedro la identidad del Nazareno.
- Pedro hace esta profesión de fe a partir de su adhesión y de su fidelidad esperanzada a las promesas que Dios había hecho al pueblo elegido y, a partir de su experiencia de encuentro con el Señor, en el cual puede descubrir palpablemente el cumplimiento de esas promesas.
- Los que han conocido a Jesús y lo han escuchado, incluso los que fueron curados por Él, fueron capaces de verlo como profeta excepcional. Pero aceptar que aquel hombre que no tiene una imagen de Dios victorioso, que puede aniquilar a sus enemigos, es el Mesías, Hijo del Dios vivo, les resulta más difícil.
- Sin embargo, la roca firme sobre la que el discípulo creyente se apoya, es la debilidad de un hombre que vivirá la vida en una entrega total de amor, y morirá en la cruz. Creer es aceptar ese modo tan desconcertante de obrar que tiene Dios y además seguir a Jesús en su modo de vivir no menos desconcertante.
- Sobre la debilidad de esta «piedra» se fundamenta el creyente, y sobre esta «piedra» Jesús edifica su nuevo pueblo, la Iglesia. Jesús, convoca a aquellos que quieran sostenerse en esa fe que Pedro ha proclamado, y promete que, sostenidos en esa aparente debilidad, no serán vencidos ni por las fuerzas de mal, ni por cualquier tipo de desamor que pueda existir en el mundo.
***
- Confesar que Jesús es el Hijo de Dios es el primer paso de la fe, propiamente dicha; pero no es la meta final; porque a partir de esa confesión se inicia una nueva comprensión de la vida, un nuevo sentido y por lo tanto una nueva forma de vivir. Al escuchar que también a nosotros Jesús nos pregunta «Ustedes, ¿quién dicen que soy yo?», no tenemos que buscar sólo en las reservas de nuestros conocimientos, sino en el “cómo vivimos cada día” para que nos lleve al fondo de nuestro corazón.
- La verdadera profesión de fe, no es precisamente una adhesión a un conjunto de verdades, a una doctrina, sino a una persona. Nosotros estamos llamados a recorrer el mismo camino de Pedro.
- La mayoría de nosotros conocimos a Cristo por la cultura en la que nacimos, porque se nos regaló la fe en el bautismo y la pertenencia a la Iglesia, del mismo modo que Pedro estaba inserto en la vida y en la fe de su pueblo; pero igual que él, necesitamos profesar nuestra fe en Él a partir de un encuentro personal.
- Ante los desafíos para vivir la fe hoy, y para dar verdadera razón de nuestra esperanza, no son suficientes las respuestas aprendidas de memoria, por muy ciertas que sean. La fe nos exige creer en Jesús desde la experiencia del encuentro y en la experiencia cotidiana de la vida.
- Jesús no es una imagen para la devoción sino un ser vivo, con rasgos determinados y determinantes, «alguien» que está cerca de nosotros compartiendo todos y cada uno de los momentos de nuestra vida y alguien que está por su espíritu “en nosotros” ayudándonos a vivir en la fe.
- Cuando decimos que creemos que Jesús es el Mesías, reconocemos y aceptamos su palabra, su forma de vida, el camino que emprendió, su persona entera, como camino por dónde hay que andar; para que la vida merezca la pena, para que se realicen las verdaderas esperanzas, las aspiraciones más profundas, más auténticas que todos los hombres llevamos dentro. Jesús lleva a plenitud el ser del hombre y por lo tanto la vida misma. Por eso, para ser y vivir verdaderamente como hombre es necesario vivir como Él.
- A Jesús lo iremos conociendo en la medida en que nos entreguemos a Él. Sólo hay un camino para ahondar en su misterio, y este camino es el del seguimiento.
- Seguir humildemente sus pasos, abrirnos con Él al Padre, actualizar sus gestos de amor y ternura, mirar la vida con sus ojos, compartir su destino doloroso, esperar su resurrección. Esta vida en la fe, no es cuestión de teorías ni ideologías, sino un don gratuito que se recibe en el trato personal con el Padre y reclama mantenerse en ese trato familiar que no es de sangre sino de espíritu, que nos lleva a aceptar que Jesús de Nazaret es el Salvador del mundo y fiarnos de Él hasta tal punto que hacemos historia traduciendo sus palabras en hechos.
- La iglesia es esta comunidad de creyentes que confiesan a Jesús como Mesías, como «el Hijo de Dios vivo», confesión que la compromete a vivir de acuerdo con ella.
- La gran novedad que la Iglesia anuncia al mundo es que Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, la Palabra y la Vida, vino al mundo a hacernos “partícipes de la naturaleza divina” (2 Pe 1, 4), a participarnos de su propia vida. Es la vida que comparte con el Padre y el Espíritu Santo, la vida eterna. Su misión es manifestar el inmenso amor del Padre, que quiere que seamos hijos suyos. Aparecida 348
PARA DISCERNIR
- ¿Qué invitación recibo hoy desde esta Palabra en mi vida de fe?
- ¿Qué implica para mí hoy decirme creyente?
- ¿Qué aspectos de mi vida necesitan ser tocados por la fe?
REPITAMOS Y VIVAMOS HOY LA PALABRA
Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Tú eres… el Hijo del Dios vivo»
El Señor había preguntado: « ¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?» Seguramente que la simple vista de su cuerpo manifestaba que era el Hijo del hombre, pero haciendo esta pregunta quería hacer comprender que, al verle había algo más en él, había algo que necesitaba ser discernido… El objeto de la pregunta era un misterio, a él debía tender la fe de los creyentes.
La confesión de Pedro obtuvo plenamente la respuesta merecida por haber visto en el hombre al Hijo de Dios. Él es «dichoso», alabado por haber extendido su vista más allá de la de los ojos humanos, no prestando atención a lo que venía de la carne y de la sangre, sino contemplando al Hijo de Dios revelado por el Padre celestial. Pedro fue juzgado digno de ser el primero en reconocer que Cristo era Dios. ¡Qué fundamento que tiene la suerte de dar a la Iglesia el título de su nombre nuevo! Se convierte en la piedra digna de edificar la Iglesia, de manera que rompe las leyes del infierno… y todas las demás cárceles de muerte. Dichoso portero del cielo a quien se le confían las llaves de acceso a la eternidad; su sentencia en la tierra se adelanta a la autoridad del cielo, de manera que lo que se ligue o desligue en la tierra será ligado o desligado en el cielo.
Jesús, además, ordena a los discípulos que no digan a nadie que él es Cristo, porque era necesario que otros, es decir, la Ley y los profetas, fueran testimonios de su Espíritu, mientras que el testimonio de la resurrección es propio de los apóstoles. Y puesto que la bienaventuranza de los que conocen a Cristo en el Espíritu ha sido manifestada, se manifiesta, a su vez, el peligro de desconocer su humildad y su Pasión.
San Hilario (hacia 315-367), obispo de Poitiers, doctor de la Iglesia
Comentario sobre Mateo, 16
PARA REZAR
Creo en un Dios que sin límites me ama,
que vino a darnos luz, como nos da el sol, cada mañana.
Creo en un Dios que penetra mi pensamiento,
que se mete en mi corazón y conoce mis sentimientos.
Comunidad:
Creo en un Dios que sabe todo lo que me pasa,
que sufre y ríe conmigo, que me sostiene y que me abraza.
Creo en un Dios que en mí ve lo bueno,
que perdona lo malo y me hace un ser nuevo.
Creo en un Dios que es verdad y es camino,
que es pan y que es agua, alimento de peregrinos.
Creo en un Dios que es humano y es divino,
que está en el cielo y a la vez aquí, en mi destino.
Creo en un Dios que se muestra pequeño,
que se manifiesta humilde, pero que de todo es dueño.
Comunidad:
Creo en un Dios que es Padre, que es Hijo,
y que es Espíritu Santo. Que es Uno y es Trino.
Creo en un Dios que es Dios de mis padres,
un Dios que por su pueblo hizo y hará cosas grandes.
En ese Dios creo, con una fe sin tiempo,
con una fe simple, que nace desde adentro.
Comunidad:
En ese Dios creo, con fe verdadera,
con toda mi fuerza y mi alma entera.
En ese Dios creo, el mismo de ayer,
el que será mañana y será para siempre.
En ese Dios creo, pues vela por el universo,
porque está en la inmensidad y también en cada verso,
en cada palabra, en cada mirada, en cada sonrisa y en cada gesto
que desde el ser humano nacen para ir haciendo en la tierra su Reino.
Comunidad:
En ese Dios creo, en Él está mi esperanza,
a Él doy mi canto y dedico mi alabanza,
a Él ofrendo mi vida, pobre, consagrada,
y le entrego esta fe, pequeña, que de creer no se cansa.
Gerardo Oberman
LUNES XXI
Ay de los que cierran a los hombres el Reino
Principio de la primera carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Tesalónica 1, 1-10
Pablo, Silvano y Timoteo saludan a la Iglesia de Tesalónica, que está unida a Dios Padre y al Señor Jesucristo. Llegue a ustedes la gracia y la paz.
Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes, cuando los recordamos en nuestras oraciones, y sin cesar tenemos presente delante de Dios, nuestro Padre, cómo ustedes han manifestado su fe con obras, su amor con fatigas y su esperanza en nuestro Señor Jesucristo con una firme constancia.
Sabemos, hermanos amados por Dios, que ustedes han sido elegidos. Porque la Buena Noticia que les hemos anunciado llegó hasta ustedes, no solamente con palabras, sino acompañada de poder, de la acción del Espíritu Santo y de toda clase de dones. Ya saben cómo procedimos cuando estuvimos allí al servicio de ustedes.
En todas partes se ha difundido la fe que ustedes tienen en Dios, de manera que no es necesario hablar de esto. Ellos mismos cuentan cómo ustedes me han recibido y cómo se convirtieron a Dios, abandonando los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar a su Hijo, que vendrá desde el cielo: Jesús, a quien él resucitó y que nos libra de la ira venidera.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 149, 1-2. 3-4. 5-6a y 9b (R.: 4a)
R. El Señor tiene predilección por su pueblo.
Canten al Señor un canto nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que Israel se alegre por su Creador
y los hijos de Sión se regocijen por su Rey. R.
Celebren su Nombre con danzas,
cántenle con el tambor y la cítara,
porque el Señor tiene predilección por su pueblo
y corona con el triunfo a los humildes. R.
Que los fieles se alegren por su gloria
y canten jubilosos en sus fiestas.
Glorifiquen a Dios con sus gargantas
ésta es la victoria de todos tus fieles. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 23, 13-22
« ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el Reino de los Cielos! Ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que quisieran.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para conseguir un prosélito, y cuando lo han conseguido lo hacen dos veces más digno de la Gehena que ustedes!
¡Ay de ustedes, guías ciegos, que dicen: «Si se jura por el santuario, el juramento no vale; pero si se jura por el oro del santuario, entonces sí que vale»! ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante: el oro o el santuario que hace sagrado el oro? Ustedes dicen también: «Si se jura por el altar, el juramento no vale, pero vale si se jura por la ofrenda que está sobre el altar.» ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar que hace sagrada esa ofrenda?
Ahora bien, jurar por el altar, es jurar por él y por todo lo que está sobre él. Jurar por el santuario, es jurar por él y por aquel que lo habita.
Jurar por el cielo, es jurar por el trono de Dios y por aquel que está sentado en él.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- Tesalónica era la capital de Macedonia, al norte de Grecia. Las dos cartas de san Pablo a los Tesalonicenses son las primeras epístolas escritas por él, hacia el año 51 y al mismo tiempo los primeros textos del Nuevo Testamento.
- Obligado a huir, a causa de la persecución, Pablo dejó allí una pequeña comunidad cristiana muy frágil que llevaba de vida sólo unos meses. Habiendo enviado a Timoteo para tener noticias, Pablo se entera de que los cristianos perseveran con firmeza y les envía una carta para felicitarlos y contestar a algunas preguntas.
- La persecución y la perseverancia son para Pablo una prueba del justo juicio de Dios, que quiere hacerlos dignos de su reino.
***
- Los ataques de Jesús contra los fariseos van a continuar durante tres días, con una serie de lamentaciones que les descalifican comenzando con la formula «ay de…». Son ocho lamentaciones, que Mateo coloca después de haber proclamado Jesús las Bienaventuranzas.
- La vocación de Israel no era la de ser un pueblo que cumpliera hasta las más mínimas obligaciones rituales, sino un pueblo que hiciera posible otra forma de vivir la historia, haciendo presente a Dios, como su Señor y guía.
- El reino de Dios ha sido anunciado por Juan Bautista y por Jesús. Los letrados usan de la autoridad de su enseñanza para impedir que el pueblo acepte ese mensaje, que ellos son los primeros en rechazar. Son los sabios y entendidos a que alude Jesús a quienes se oculta el designio de Dios. De ahí la responsabilidad que tenían por su saber de haber preparado el camino al reino, sin embargo son los que impiden que éste alcance sus objetivos.
- Los judíos sabían perfectamente que la ley era una mediación para hacer posible la realización de la voluntad de Dios en este mundo. Pero, como dice el refrán popular: hecha la ley, hecha la trampa. Jesús cuestiona profundamente la casuística pormenorizada y tramposa que inventa maneras «legales» de evadir la ley y se vale de la «letra sagrada » para conseguir sus propios fines.
- Por eso Jesús vuelve a la intención original de la ley recordando que lo que santifica un objeto y hace obligatorio un deber no es la letra misma de la ley, sino el espíritu que la anima.
- Jesús expresa, en forma de lamentaciones, su reprobación con respecto a la hipocresía de sus adversarios que actuando como guías del pueblo han cerrado a los hombres las puertas del Reino de los cielos, habiendo creado obstáculos a la acción de Dios en la historia. Siendo pésimos intérpretes de la Escritura; han sido malos pastores, han perdido la llave del Reino y siguen enseñando y deformando la Ley de Dios y las conciencias de los hombres.
- Lamentablemente podemos constatar que hay fariseos en todos los sectores de la vida humana y social, pero los de la religión son especialmente destructivos. Persiguen a las personas y los cazan para llevarlos a su propia convicción religiosa; no a la de Dios. Tienden a transformar a los otros en copias de sí mismos imponiéndoles con temor su propia semejanza de egoísmo y falsedad. A lo largo de toda la historia y aún hoy constatamos la presencia de este tipo de guías ciegos que nivelan y etiquetan a toda costa.
- El anuncio del evangelio está muy lejos de toda homologación de la vida y de la conciencia. El Evangelio no oprime el corazón ni achata la vida, sino que es camino de libertad fecunda y creativa en el amor salvador de Cristo. Evangelizar no es hacer proselitismo ni encajar en un molde a todo hombre; muy por el contrario, es llegar hasta la raíz más profunda de cada hombre, a su realidad más íntima y personal iluminándola y haciéndola portadora de vida nueva.
PARA DISCERNIR
- ¿Manifiesto un espíritu farisaico en ciertas situaciones?
- ¿En qué cosas exijo lo que no cumplo?
- ¿Me aferro más a ley que al espíritu?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Cantemos un canto nuevo
PARA REZAR
Dios que quieres la vida del hombre:
Tú nos juzgas sobre el amor
Líbranos de buscar nuestra justificación
en leyes demasiado humanas,
tranquilizadores de conciencias
Ya que tu Hijo Jesús
resumió toda la Ley
en amarte a ti y a nuestros hermanos,
enséñanos a amar sin ningún tipo de cálculos,
y que tu salvación nos sea concedida
por añadidura,
En el nombre de tu Hijo Jesús,
Cristo, nuestro Señor.
MARTES XXI
29 DE AGOSTO – MARTIRIO DE SAN JUAN BAUTISTA (M. O)
Juan era un hombre justo y santo
Lectura del profeta Jeremías 1, 17-19
Tú, ahora, muévete y anda a decirles todo lo que yo te mande. No temas enfrentarlos, porque yo también podría asustarte delante de ellos. Este día hago de ti una fortaleza, un pilar de hierro y una muralla de bronce frente a la nación entera: frente a los reyes de Judá y a sus ministros, frente a los sacerdotes y a los propietarios.
Ellos te declararán la guerra, pero no podrán vencerte, pues yo estoy contigo para ampararte -palabra de Yahvé-.»
Palabra de Dios
SALMO Sal 70,1-7
R: Mi boca contará tu auxilio
En ti, Señor, confío,
que no me decepcione.
En tu justicia tú querrás defenderme,
inclina a mí tu oído y sálvame. R.
Sé para mí una roca de refugio,
una ciudad fortificada en que me salve,
pues tú eres mi roca, mi fortaleza. R.
Líbrame, oh Dios, de la mano del impío,
de las garras del malvado y del violento,
pues tú eres, Señor, mi esperanza,
y en ti he confiado desde mi juventud. R.
En ti me apoyé desde mis primeros pasos,
tú me atrajiste desde el seno de mi madre,
y para ti va siempre mi alabanza.
Pero ahora para muchos soy un escándalo,
y sólo me quedas tú, mi amparo seguro. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6, 17-29
En efecto, Herodes había mandado tomar preso a Juan y lo había encadenado en la cárcel por el asunto de Herodías, mujer de su hermano Filipo, con la que se había casado. Pues Juan le decía: «No te está permitido tener a la mujer de tu hermano.» Herodías lo odiaba y quería matarlo, pero no podía, pues Herodes veía que Juan era un hombre justo y santo, y le tenía respeto. Por eso lo protegía, y lo escuchaba con gusto, aunque quedaba muy perplejo al oírlo.
Herodías tuvo su oportunidad cuando Herodes, el día de su cumpleaños, dio un banquete a sus nobles, a sus oficiales y a los personajes principales de Galilea. En esa ocasión entró la hija de Herodías, bailó y gustó mucho a Herodes y a sus invitados. Entonces el rey dijo a la muchacha: «Pídeme lo que quieras y te lo daré.» Y le prometió con juramento: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.» Salió ella a consultar a su madre: « ¿Qué pido?» La madre le respondió: «La cabeza de Juan el Bautista.» Inmediatamente corrió a donde estaba el rey y le dijo: «Quiero que ahora mismo me des la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja.»
El rey se sintió muy molesto, pero no quiso negárselo, porque se había comprometido con juramento delante de los invitados. Ordenó, pues, a un verdugo que le trajera la cabeza de Juan. Este fue a la cárcel y le cortó la cabeza. Luego, trayéndola en una bandeja, se la entregó a la muchacha y ésta se la pasó a su madre. Cuando la noticia llegó a los discípulos de Juan, vinieron a recoger el cuerpo y lo enterraron.
Palabra del Señor
O bien de la feria:
1 Tesalonicenses 2, 1 – 8
S. R. 138, 1 – 6
PARA REFLEXIONAR
- Hacemos memoria del martirio de san Juan Bautista, el Precursor de Jesús. Toda la vida del Bautista gira en torno a la persona del Salvador, de manera que en torno a Él, la existencia y la tarea del Precursor cobran sentido.
- Desde las entrañas de su madre, siente la proximidad del Salvador. El abrazo de María y de Isabel, dos futuras madres, abre el diálogo entre el que prepara el camino y Aquel que es el mismo camino. El Salvador santifica a Juan, y éste salta de gozo dentro del vientre de su madre. En su misión de Precursor mantuvo este entusiasmo —que etimológicamente significa “estar lleno de Dios”—, le preparó los caminos, le allanó las rutas, le rebajó las cimas, lo anunció ya presente, y lo señaló como el Mesías: «He ahí el Cordero de Dios» (Jn 1,36).
- El trabajo de Juan Bautista continúa la línea de los antiguos profetas de Israel, que denunciaban los pecados sociales y anunciaban a su pueblo el tiempo de la presencia de Dios, que los haría salir del oprobio y de la crisis. Es difícil el destino de los profetas. Ser profeta, dice Guardini, significa decir a su tiempo contra su tiempo, lo que Dios manda decir. —No te es licito tener como esposa a Herodias, la mujer de tu hermano, le grita Juan a Herodes Antipas. Y Juan lo paga en la cárcel de Maqueronte.
- Su muerte confirmó la veracidad de su misión, ya que murió asesinado en el palacio del rey y siendo cómplices los que oprimían el país con su lujo, riqueza y escándalos. Su muerte testimonial es una clave importante para comprender el martirio de Jesús. Fue su Precursor en la vida, y también le precede ahora en la muerte cruel. Juan ha cumplido ya su misión. El misterio de la Cruz de Jesús está ya presente en este martirio. Su sangre no será inútil. «La cabeza de Juan Bautista predica mejor desde la bandeja que sobre sus hombros».
- La memoria de los mártires o «testigos» ha sido siempre clave e importante para la vida de la iglesia cristiana. El cristianismo no puede ser entendido, sino como un testimonio fuerte y vivo, del nuevo mundo que irrumpe en la historia en la persona de Jesús de Nazaret. El seguimiento de Cristo no es posible si no estamos dispuestos a asumir la cruz, que significa oponerse a las estructuras de pecado existentes en el mundo y la historia.
- Que la fiesta del Martirio de san Juan Bautista sea una invitación para que nuestra vida también gire en torno a la persona de Jesús, lo cual le dará su pleno sentido, y que su ejemplo “nos entusiasme”, para que llenos de Dios, también demos testimonio de nuestra fe en Jesús con valentía.
- «Está encerrado, en la tiniebla de una mazmorra, aquel que había venido a dar testimonio de la Luz, y había merecido de la boca del mismo Cristo (…) ser denominado “antorcha ardiente y luminosa”. Fue bautizado con su propia sangre aquél a quien antes le fue concedido bautizar al Redentor del mundo». San Beda.
PARA DISCERNIR
- ¿Qué lugar ocupa la defensa de la verdad en mi opción de fe?
- ¿Hasta dónde arriesgo por defender lo que es justo?
- ¿Acomodo la realidad a mi conveniencia?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Señor, mi destino está en tus manos
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
“A ti niño, te llamarán profeta del Altísimo” (Lc 1,76)
Entre los títulos de gloria del santo y bienaventurado Juan Bautista, celebramos hoy su fiesta, no sé a cuál de ellas darle preferencia: ¿a su nacimiento milagroso o a su muerte más milagrosa todavía? Su nacimiento aportó una profecía (Lc 1,67s), su muerte la verdad; Su nacimiento anunció la llegada del Salvador, su muerte condenó el incesto de Herodes. Este hombre santo… mereció a los ojos de Dios, no desaparecer de la misma manera que otros hombres de este mundo: dejó este cuerpo recibido del Señor, confesándolo. Juan cumplió en todo la voluntad de Dios, ya que su vida y su muerte corresponden a sus designios…
Todavía está en el vientre de su madre cuando ya celebra la llegada del Señor, por sus movimientos de alegría, ya que no podía hacerlo con su voz. Isabel le dice a María: “En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre» (Lc 1,44). Juan exulta pues, antes de nacer, y antes de que sus ojos no reconozcan al que se presenta al mundo, su espíritu reconoce al que es el Maestro. Pienso que este es el sentido de la frase del profeta: «Antes de formarte en el vientre materno, te conocí; antes de que salieras del seno materno, te consagré» (Jr 1,5). No nos asombremos pues, si encerrado en la prisión por mandato de Herodes, continuó predicando a Cristo a través de sus discípulos (Mt 11,2), ya que, encerrado en el seno de su madre, ya anunciaba, por sus estremecimientos la llegada del Señor.
San Máximo de Turín (¿-c. 420) – -obispo – Sermón, 36
PARA REZAR
A la orilla de un río
un hombre predicaba
y hablaba de otro hombre
que estaba por llegar.
Era Juan el Bautista,
era voz que gritaba
que llegaba la hora
de la verdad.
Hubo un hombre enviado por Dios,
era su nombre Juan,
él no era la luz,
pero vino a preparar
los caminos que conducen a Jesús.
A todo el que quería
conocer los caminos
que Dios recorre a diario,
hablando al corazón,
el Bautista le hablaba
de amor y de justicia,
porque estaba a las puertas
el Salvador.
Pero el hombre que hablaba
de amor y de justicia,
fue un día encarcelado
por capricho de un rey.
Su cabeza cortaron,
su voz siguió gritando
los abusos de un hombre
en el poder.
MIÉRCOLES XXI
30 DE AGOSTO – STA. ROSA DE LIMA, VIRGEN (F)
Vende todo lo que posee y compra el campo
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Corinto 10, 17-11, 2
Hermanos:
El que se gloría, que se gloríe en el Señor. Porque el que vale no es el que se recomienda a sí mismo, sino aquel a quien Dios recomienda.
¡Ojalá quisieran tolerar un poco de locura de mi parte! De hecho, ya me toleran. Yo estoy celoso de ustedes con el celo de Dios, porque los he unido al único Esposo, Cristo, para presentarlos a Él como una virgen pura.
Palabra de Dios.
SALMO 148, 1-2. 11-13a. 13c-14
R. ¡Los jóvenes y las vírgenes, alaben el nombre del Señor!
Alaben al Señor desde el cielo,
alábenlo en las alturas;
alábenlo, todos sus ángeles,
alábenlo, todos sus ejércitos. R.
Los reyes de la tierra y todas las naciones,
los príncipes y los gobernantes de la tierra;
los ancianos, los jóvenes y los niños,
alaben el Nombre del Señor. R.
Su majestad está sobre el cielo y la tierra,
y Él exalta la fuerza de su pueblo.
¡A Él, la alabanza de todos sus fieles,
y de Israel, el pueblo de sus amigos! R.
EVANGELIO
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 13, 44-46
Jesús dijo a la multitud:
El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo.
El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- El verdadero apóstol no puede basar la eficacia de la Palabra en la ciencia humana. El verdadero apóstol es consciente de que es una persona, puesta por Dios, para colaborar en la construcción del Reino de Dios entre nosotros. Su orgullo será haber sido dócil al Espíritu.
- Para lograr eso el Señor ha entregado su vida, para purificarnos de todo pecado. Pero esa purificación no se puede quedar en la simple confesión de los pecados, sino que debe llevarnos a volver con sinceridad a Dios y a dejarnos transformar por Él en criaturas nuevas. Entonces seremos, realmente, dignos del Señor.
***
- El Reino es Cristo. Y Él nos ha amado de tal forma que lo dejó todo, incluso entregó su propia vida con tal de «comprarnos» para Dios, de manera que no vivamos ya para nosotros mismos, sino para Aquel que por nosotros murió y resucitó.
- En la medida que hemos sido amados por Dios, estamos llamados a amar a nuestro prójimo de tal forma que no sólo le anunciemos el Evangelio de la gracia, sino que seamos capaces de entregarlo todo con tal de que, junto con nosotros, alcance la salvación que Dios ofrece a todos. Es necesario abrir los ojos para trabajar de una y mil formas para que el Reino de Dios se haga realidad en el corazón del mundo.
- El Señor nos ofrece lo más grande de sí mismo: Su Vida y su Espíritu, para que, recibidos por nosotros, nos transformen, cada día en mejores hijos de nuestro Dios y Padre.
- Aceptar el compromiso de la fe que nos une al Señor, nos abre a nuestro trabajo por el Reino. En medio de un mundo, en el cual anidan muchas posibilidades, en medio de muchas esperanzas perdidas, la Iglesia está llamada a entregarse para que salgan a la luz todos esos tesoros escondidos, y así, todos juntos podamos construir una sociedad más fraterna, más justa y más solidaria.
- El Señor espera de su Iglesia que trabaje con fervor para que su Evangelio se encarne en los hombres de nuestro tiempo. Entonces el Reino de Dios habrá empezado a hacerse realidad entre nosotros.
PARA DISCERNIR
- ¿Qué docilidad me reclama el Espíritu hoy?
- ¿En qué realidad me toca hoy hacer presente el Reino, dónde hace falta vivir los valores del Reino?
- ¿De qué manera hacemos crecer los dones de gracia recibidos?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Qué venga tu Reino Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
De los escritos de santa Rosa de Lima.
El salvador levantó la voz y dijo, con incomparable majestad: «¡Conozcan todos que la gracia sigue a la tribulación.
Sepan que sin el peso de las aflicciones no se llega al colmo de la gracia. Comprendan que, conforme al acrecentamiento de los trabajos, se aumenta juntamente la medida de los carismas. ¡Que nadie se engañe: esta es la única verdadera escala del paraíso, y fuera de la cruz no hay camino por donde se pueda subir al cielo!»
Oídas estas palabras, me sobrevino un ímpetu poderoso de ponerme en medio de la plaza para gritar con grandes clamores, diciendo a todas las personas, de cualquier edad, sexo, estado y condición que fuesen:
«Oíd pueblos, oíd, todo género de gentes: de parte de Cristo y con palabras tomadas de su misma boca, yo os aviso: Que no se adquiere gracia sin padecer aflicciones; hay necesidad de trabajos y más trabajos, para conseguir la participación íntima de la divina naturaleza, la gloria de los hijos de Dios y la perfecta hermosura del alma.»
Este mismo estímulo me impulsaba impetuosamente a predicar la hermosura de la divina gracia, me angustiaba y me hacía sudar y anhelar. Me parecía que ya no podía el alma detenerse en la cárcel del cuerpo, sino que se había de romper la prisión y, libre y sola, con más agilidad se había de ir por el mundo, dando voces:
«¡Oh, si conociesen los mortales qué gran cosa es la gracia, qué hermosa, qué noble, qué preciosa, cuántas riquezas esconde en sí, cuántos tesoros, cuántos júbilos y delicias! Sin duda emplearían toda su diligencia, afanes y desvelos en buscar penas y aflicciones; andarían todos por el mundo en busca de molestias, enfermedades y tormentos, en vez de aventuras, por conseguir el tesoro último de la constancia en el sufrimiento. Nadie se quejaría de la cruz ni de los trabajos que le caen en suerte, si conocieran las balanzas donde se pesan para repartir- los entre los hombres.»
PARA REZAR
Oración
Van a pasar por manos laboriosas
Los granos de un rosario de ilusiones,
Acógelas, Señor, que son hermosas,
Amor y don de nuestros corazones.
Mujer llena de Dios, oh Santa Rosa,
Vivir para el Señor, para el Amado,
Fue el ansia de tu amor, gracia divina,
Llevada de su fuerza y de su mano.
No olvides los que vamos de camino
Siguiendo en el desierto tus pisadas,
Aboga ante el Señor favor divino,
Seguir como seguiste sus llamadas.
Proclamen nuestros labios la grandeza
Del Padre que en el Hijo nos dio gozo,
Y, siendo nuestra herencia la pobreza,
Nos colma de su amor el Fuego Santo. Amén
JUEVES XXI
Estén preparados
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Tesalónica 3, 7-13
Hermanos, a pesar de las angustias y contrariedades, nos sentimos reconfortados por ustedes, al comprobar su fe. Sí, ahora volvemos a vivir, sabiendo que ustedes permanecen firmes en el Señor. ¿Cómo podremos dar gracias a Dios por ustedes, por todo el gozo que nos hacen sentir en la presencia de nuestro Dios? Día y noche, le pedimos con insistencia que podamos verlos de nuevo personalmente, para completar lo que todavía falta a su fe.
Que el mismo Dios, nuestro Padre, y nuestro Señor Jesucristo, nos allanen el camino para ir allí. Que el Señor los haga crecer cada vez más en el amor mutuo y hacia todos los demás, semejante al que nosotros tenemos por ustedes. Que él fortalezca sus corazones en la santidad y los haga irreprochables delante de Dios, nuestro Padre, el día de la Venida del Señor Jesús con todos sus santos.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 89, 3-4. 12-13. 14 y 17 (R.: 14)
R. Señor, sácianos con tu amor, y cantaremos felices.
Tú haces que los hombres vuelvan al polvo,
con sólo decirles: «Vuelvan, seres humanos.»
Porque mil años son ante tus ojos
como el día de ayer, que ya pasó,
como una vigilia de la noche. R.
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que nuestro corazón alcance la sabiduría.
¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo…?
Ten compasión de tus servidores. R.
Sácianos en seguida con tu amor,
y cantaremos felices toda nuestra vida.
Que descienda hasta nosotros la bondad del Señor;
que el Señor, nuestro Dios,
haga prosperar la obra de nuestras manos. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 24, 42-51
Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor. Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa. Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada.
¿Cuál es, entonces, el servidor fiel y previsor, a quien el Señor ha puesto al frente de su personal, para distribuir el alimento en el momento oportuno? Feliz aquel servidor a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo. Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes. Pero si es un mal servidor, que piensa: «Mi señor tardará», y se dedica a golpear a sus compañeros, a comer y a beber con los borrachos, su señor llegará el día y la hora menos pensada, y lo castigará. Entonces él correrá la misma suerte que los hipócritas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- Estamos en el año 51 y Pablo está lejos de Tesalónica. Teme las consecuencias de las falsas predicaciones y de las persecuciones que sufren los cristianos. Concluye la primera parte de su carta a los tesalonicenses con una oración, pidiendo a Dios la alegría de volver a ver a los suyos para hacerlos progresar en la fe.
- La principal preocupación del fundador de la comunidad parece ser las virtudes teologales, fundamento de la vida del cristiano.
- Pablo había debido abandonar Tesalónica sin haber podido acabar la catequesis necesaria. La fe de la comunidad es frágil y el informe de Timoteo, probablemente le ha revelado sus lagunas.
- El apóstol estima en efecto, que él es responsable del amor que los tesalonicenses se testimonian mutuamente, ya que este amor es reflejo del que él les ha testimoniado.
- Pablo descubre el contexto de su vida de apóstol: vive «en medio de congojas y tribulaciones». Esta fuerza, esta perseverancia que, a pesar de los obstáculos, experimentan los que tienen fe, no proviene de sí mismos, es una fuerza «en el Señor».
***
- Hay que estar siempre preparados. Jesús en el evangelio de hoy nos habla de la incertidumbre del momento en que vendrá el Señor. Si queremos que nos encuentre velando en el momento de su llegada, no nos podemos distraer, ni quedarnos dormidos.
- Jesús conoce perfectamente la tendencia que tenemos a dejarnos envolver en las preocupaciones y búsquedas cotidianas, a tal punto que muchas veces terminamos sucumbiendo ante ellas. Las distracciones, los trabajos y los compromisos sociales toman completamente nuestra conciencia humana y terminamos por no descubrir lo que pasa en nuestro entorno.
- Cada día, cada hora, en cada instante, el Señor está cerca de nuestra vida. A través de las llamadas de nuestro corazón, a través de las personas que nos rodean, de los hechos que se van sucediendo, de los sufrimientos y necesidades del mundo, el Señor llama a nuestra puerta.
- Necesitamos estar atentos a la novedad que irrumpe y discernirla cristianamente para poder responder. La vida cristiana no es un reposo, sino una atenta vigilia en el amor y la conversión hecha cálido servicio en la comunidad, y desde allí a toda la humanidad.
PARA DISCERNIR
- ¿Experimento las llamadas de Dios en la vida cotidiana?
- ¿Hay hechos que me resultan intrascendentes?
- ¿En qué acontecimientos experimento de un modo especial la llegada del Señor?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Espero en ti Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…”Si la trascendencia divina trasciende y abarca desde dentro el presente, el pasado y el futuro del hombre, en cuanto el hombre haya reconocido el primado del futuro en nuestra temporalidad, el fiel lo pondrá antes que nada, y con razón, en relación con la trascendencia de Dios. Por eso pondrá a Dios en relación con el futuro del hombre y en última instancia, puesto que el hombre es persona en una comunidad de hombres, con el futuro de toda la humanidad. Este es un terreno particularmente fértil para una nueva imagen de Dios en nuestra cultura; naturalmente, con el presupuesto de una auténtica fe en la realidad invisible de Dios, verdadera y propia fuente que, partiendo del mundo, estimula la formación de un «concepto» de Dios.
En semejante contexto cultural de vida, el Dios de los fieles se manifiesta a nosotros mismos como «el que viene», como el Dios que es nuestro futuro. Surge aquí entonces un cambio profundo: aquel a quien nosotros, en tiempos pasados, guiados por una imagen del hombre un tanto anticuada y por una concepción vieja del mundo, llamábamos el «totalmente otro» se presenta ahora como el «totalmente nuevo», como alguien que es nuestro futuro y crea un nuevo futuro humano. Se muestra como el Dios que, en Jesucristo, nos proporciona la posibilidad de crear el futuro, esto es, de hacerlo todo nuevo y de superar la historia pecaminosa de nosotros mismos y de todos los demás. Esta nueva cultura hará ciertamente que, de una manera maravillosa, redescubramos el alegre anuncio del Antiguo y del Nuevo Testamento, a saber: que el Dios de la promesa nos da la tarea de ponernos en camino hacia la tierra prometida, hacia una tierra que nosotros, como en un tiempo Israel y siempre con la confianza de la promesa, debemos transformar y hacer fértil”…
E. Schillebeeckx, Experiencia de fe, Friburgo 1984, p. 87
PARA REZAR
Dame Señor, la sencillez de espíritu,
la del alma dormida en su silencio,
abierta a todo con grandes ojos niños.
Dame, Señor, el abandono firme
ante el futuro ignoto y tu aventura
soñada tantas veces en secreto.
Estoy contigo. Piensa cuanto quieras
para hacerme sufrir o para verte.
Bien sé que lo prepara tu ternura.
Hazme a diario un pobre sorprendido
de cada hoja, de cada mano abierta
tendida a la penumbra de mí mismo.
Viviré así este miedo más alegre,
con un verbo, no más, entre mis labios:
Saberte junto a mí, Jesús,… saberte.
Pedro M. Lamet
VIERNES XXI
Ya viene el esposo salgan a su encuentro
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Tesalónica 4, 1-8
Hermanos: Los rogamos y les exhortamos en el Señor Jesús, que vivan conforme a lo que han aprendido de nosotros sobre la manera de comportarse para agradar a Dios. De hecho, ustedes ya viven así: hagan mayores progresos todavía. Ya conocen las instrucciones que les he dado en nombre del Señor Jesús.
La voluntad de Dios es que sean santos, que se abstengan del pecado carnal, que cada uno sepa usar de su cuerpo con santidad y respeto, sin dejarse arrastrar por los malos deseos, como hacen los paganos que no conocen a Dios. Que nadie se atreva a perjudicar ni a dañar en esto a su hermano, porque el Señor hará justicia por todas estas cosas, como ya se lo hemos dicho y atestiguado. Dios, en efecto, no nos llamó a la impureza, sino a la santidad. Por eso, el que desprecia estas normas, no desprecia a un hombre, sino a Dios, a ese Dios que les ha dado su Espíritu Santo.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 96, 1 y 2b. 5-6. 10. 11-12 (R.: 12a)
R. Alégrense, justos, en el Señor.
¡El Señor reina! Alégrese la tierra,
regocíjense las islas incontables.
La Justicia y el Derecho son la base de su trono. R.
Las montañas se derriten como cera
delante del Señor, que es el dueño de toda la tierra.
Los cielos proclaman su justicia
y todos los pueblos contemplan su gloria. R.
Tú amas, Señor, a los que odian el mal,
proteges la vida de tus fieles
y los libras del poder de los malvados. R.
Nace la luz para el justo,
y la alegría para los rectos de corazón.
Alégrense, justos, en el Señor
y alaben su santo Nombre. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 25, 1-13
El Reino de los Cielos será semejante a diez jóvenes que fueron con sus lámparas al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco, prudentes. Las necias tomaron sus lámparas, pero sin proveerse de aceite, mientras que las prudentes tomaron sus lámparas y también llenaron de aceite sus frascos. Como el esposo se hacía esperar, les entró sueño a todas y se quedaron dormidas. Pero a medianoche se oyó un grito: «Ya viene el esposo, salgan a su encuentro.»
Entonces las jóvenes se despertaron y prepararon sus lámparas. Las necias dijeron a las prudentes: «¿Podrían darnos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se apagan?» Pero estas les respondieron: «No va a alcanzar para todas. Es mejor que vayan a comprarlo al mercado.»
Mientras tanto, llegó el esposo: las que estaban preparadas entraron con él en la sala nupcial y se cerró la puerta. Después llegaron las otras jóvenes y dijeron: «Señor, señor, ábrenos», pero él respondió: «Les aseguro que no las conozco.»
Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- La vida cristiana es una marcha hacia adelante, un progreso constante. La fe nos invita y nos provoca a una conversión, a una conducta nueva: «de parte del Señor Jesús». Así nuestra manera humana de portarnos va cambiando y se va conformando según la fe.
- Al desenfreno, Pablo opone el amor verdadero, como camino de santidad, que tiene por base el respeto del otro y el control de sí mismo. Si «me dejo llevar por mi pasión», me pongo en la pendiente del más alienante de los egoísmos.
- Dios nos ha llamado, y no nos llamó a la impureza sino a la santidad. Así pues el que esto desprecia no desprecia a un hombre sino a Dios, que nos hace don de su Espíritu Santo.
***
- La imagen de los esponsales era tradicional en la Biblia, Jesús, manifiestamente, la tomó a cuenta propia: Dios ama a la humanidad, la humanidad va al encuentro de Dios, el hombre está hecho para la intimidad con Dios, para el intercambio de amor con El. Esto es para Jesús la vida cristiana: una marcha hacia el «encuentro” con alguien que nos ama. La llegada es imprevista, la hora es imprecisa. No se sabe cuándo llegará.
- Diez jóvenes doncellas simbolizan la espera de la comunidad cristiana. Cada una con su lámpara cargada de aceite simboliza la medida del amor de los que velan.
- El amor es una vigilancia cotidiana, expresada en número diez que simboliza la acción humana, porque diez son los dedos de las manos.
- Es Dios el que se acerca a la vida cotidiana. Velar no consiste sólo en no quedarse dormido, sino más bien en prever, en estar alerta al menor signo que anuncie la llegada, en mantener viva la esperanza y estar atento a brindar el gesto de amor esperado.
- La fiesta de boda a la que estamos invitados sucede cada día, en los pequeños encuentros con el Señor, en las continuas ocasiones que nos proporciona para poderlo descubrir en las personas, en los signos de los tiempos y más explícitamente en los sacramentos. Y como «no sabemos ni el día ni la hora» del encuentro final, esta vigilancia diaria, hecha de amor y seriedad, nos va preparando para que no falte aceite en nuestra lámpara.
- Vigilar no significa vivir con miedo y angustia. Quiere decir vivir de manera responsable nuestra vida como respuesta a Dios. El Señor espera continuamente nuestra respuesta de fe y amor, constante y paciente, en medio de las ocupaciones y preocupaciones que van tejiendo nuestra vida.
- La respuesta que se espera de nosotros, nadie la puede hacer en nuestro lugar. Nuestra respuesta a Dios es personal e intransferible. El evangelio lo quiere expresar con la negativa de las vírgenes prudentes a ceder parte de su aceite, para las lámparas apagadas de las vírgenes necias.
- No podemos esperar un mañana que quizá no vendrá, para encender la lámpara de nuestro amor a Dios y a nuestros hermanos. Hay que vivir en cada segundo de nuestra vida toda la pasión que hay en el corazón del Señor.
- No nos podemos dormir sobre el compromiso, creyendo que éste es suficiente para asegurar la entrada al Reino. Si dejamos apagar la lámpara de la fe por no alimentarla con el aceite de la perseverancia y la oración, no estaremos preparados para descubrir al Señor que llega. La perseverancia en los momentos críticos o incluso frente a la muerte, no se puede improvisar en un minuto, se va amasando durante toda la vida.
PARA DISCERNIR
- ¿Cómo mantengo la lámpara de mi fe encendida?
- ¿Me preocupa y me ocupo del presente?
- ¿Cómo afronto los momentos de dificultad?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Que nuestras lámparas no se apaguen
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…En primer lugar, la vida en sí misma es el don más grande que se pueda ofrecer-cosa que nosotros olvidamos constantemente-. Cuando pensamos en nuestra entrega a los demás, lo que nos viene de inmediato a la mente son nuestros talentos únicos: nuestras capacidades para hacer cosas especiales particularmente bien […]. Sin embargo, cuando hablamos de talentos, tendemos a olvidar que nuestro verdadero don no es lo que podemos hacer, sino quiénes somos. La verdadera pregunta no es: «¿Qué podemos ofrecernos el uno al otro?», sino: «¿Quiénes podemos ser para los otros?» Es a buen seguro una cosa estupenda que podamos repararle algo al vecino, ofrecerle consejos útiles a un amigo, sabios pareceres a un colega, volver a dar la salud a un enfermo o anunciar una buena noticia a un feligrés. Pero hay un don que es el mayor de todos. Se trata del don de nuestra vida, que brilla en todo lo que hacemos. Al envejecer, descubro cada vez más que el don más grande que tengo para ofrecer es mi alegría de vivir, mi paz interior, mi silencio y mi soledad, mi sentido del bienestar. Cuando me pregunto: «¿Quién me es de más ayuda?», debo responder: «Aquel o aquella que esté dispuesto a compartir conmigo su vida».
Es útil practicar una distinción entre talentos y dones. Nuestros dones son más importantes que nuestros talentos. Podemos tener sólo pocos talentos, pero tenemos muchos dones. Nuestros dones son los muchos modos a través de los que expresamos nuestra humanidad. Forman parte de lo que somos: amistad, bondad, paciencia, alegría, paz, perdón, amabilidad, amor, esperanza, confianza, etc. Estos son los verdaderos dones que hemos de ofrecer a los otros…
H. J. M. Nouwen, edición española: Tú eres mi amado, Promoción Popular Cristiana, Madrid 1997.
PARA REZAR
Señor: Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez.
Sólo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto, no criticaré a nadie y no pretenderé mejorar a nadie sino a mí mismo.
Sólo por hoy seré feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no sólo en el otro mundo, sino en éste también.
Sólo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten a mis deseos.
Sólo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura, recordando que, como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la buena lectura es necesaria para la vida del alma.
Señor: Sólo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie.
Sólo por hoy me haré un programa detallado. Y me guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión.
Sólo por hoy creeré firmemente –aunque las circunstancias demuestren lo contrario- que tu providencia se ocupa de mí como si nadie más existiera en el mundo.
Sólo por hoy no tendré temores. De modo particular, no tendré miedo de gozar de lo que es bello y de creer en la bondad.
San Juan XXIII
SÁBADO XXI
A quien tiene se le dará y tendrá de más
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Tesalónica 4, 9-11
Hermanos:
Acerca del amor fraterno, no es necesario que les escriba, porque Dios mismo les ha enseñado a amarse los unos a los otros, y así lo están haciendo con todos los hermanos de Macedonia.
Pero yo los exhorto, hermanos, a hacer mayores progresos todavía. Que sea cuestión de honor para ustedes vivir en paz, cumpliendo cada uno sus obligaciones y trabajando con sus manos, de acuerdo con mis directivas.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 97, 1. 7-8. 9 (R.: cf. 9)
R. El Señor viene a gobernar a los pueblos con rectitud.
Canten al Señor un canto nuevo,
porque el hizo maravillas:
su mano derecha y su santo brazo
le obtuvieron la victoria. R.
Resuene el mar y todo lo que hay en él,
el mundo y todos sus habitantes;
aplaudan las corrientes del océano,
griten de gozo las montañas al unísono. R.
Griten de gozo delante del Señor,
porque él viene a gobernar la tierra:
él gobernará al mundo con justicia,
y a los pueblos con rectitud. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 25, 14-30
Jesús dijo a sus discípulos esta parábola:
El Reino de los Cielos es también como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores y les confió sus bienes. A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió.
En seguida, el que había recibido cinco talentos, fue a negociar con ellos y ganó otros cinco. De la misma manera, el que recibió dos, ganó otros dos, pero el que recibió uno solo, hizo un pozo y enterró el dinero de su señor.
Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores. El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presentó otros cinco. «Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco que he ganado.» «Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor.»
Llegó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: «Señor, me has confiado dos talentos: aquí están los otros dos que he ganado.» «Está bien, servidor bueno y fiel, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor.»
Llegó luego el que había recibido un solo talento. «Señor, le dijo, sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!»
Pero el señor le respondió: «Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido, tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses.
Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez, porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Echen afuera, a las tinieblas, a este servidor inútil; allí habrá llanto y rechinar de dientes.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- Cuando Pablo escribe esta carta, no ha sido redactado totalmente ningún «evangelio». Pero es ya vivido y propagado en su autenticidad. El amor de los demás considerados como hermanos hasta el amor de los mismos enemigos. Esto será el núcleo, el corazón de los evangelios.
- Una comunidad tiene que crecer, porque siempre es débil e incipiente su seguimiento de Cristo. Las recomendaciones de hoy tratan de la caridad fraterna, en la que también tiene que mejorar.
- Hay detalles concretos del amor fraterno, que Pablo quiere recordar a la comunidad: mantener la calma, ocuparse de sus propios asuntos y el trabajo con las propias manos».
***
- Concluye hoy el «discurso escatológico», sobre la vigilancia que debe caracterizar a los cristianos ante la venida del Señor. Después de las parábolas del ladrón, de la vuelta del amo y de las jóvenes que esperan al novio, hoy Jesús nos transmite su enseñanza con la de los talentos.
- La petición de cuentas por parte del amo constituye el punto clave de la parábola. Los dos primeros servidores dan prueba de una fidelidad creativa: han aprovechado la ausencia del amo para producir un fruto abundante; han asumido sus responsabilidades, y el amo les confía otras nuevas. El tercer servidor, sin embargo, prefiere encerrar su talento; a los ojos de la Ley, se veía así libre de toda responsabilidad.
- Un talento era equivalente a treinta y cinco kilos de un metal precioso. El «talento» era una de esas cifras soñadas que se utilizaba para referirse a riquezas fabulosas a las cuales muy pocos tenían acceso.
- La parábola nos remite a cada uno a nuestra verdad de hombres amados por Dios. El tiempo de vigilancia en el Reino es el espacio de libertad que se da a cada hombre para que se haga cargo de sus responsabilidades. Responsabilidad y fidelidad van de la mano. La parábola nos habla de la fidelidad a lo encomendado.
- Fidelidad no es conservar prolija y cuidadosamente el patrimonio ni se reduce a vivir de recuerdos. Fidelidad es hacer fructificar.
- Nuestra vida como cristianos es infiel si esconde la Palabra viva bajo el peso de las costumbres, de los hábitos, bajo una minucia exagerada o un control excesivo y estéril. No hay mayor error que enterrar el talento, como si se tratara no de un tesoro sino de una reliquia.
- Quien no produce fruto no crece ni hace crecer el reino. Fidelidad es dejar que el Espíritu actúe y ver como se multiplica la herencia de gracia que el Señor nos ha dejado. Aunque creamos tener poco, como el empleado que recibió únicamente un talento, sin embargo, ese «poco» es tan grande que podríamos considerarnos inmensamente ricos.
PARA DISCERNIR
- ¿Valoramos la vida y todo lo que el Señor no ha dado?
- ¿Damos gracias por lo que tenemos o vivimos lamentándonos por lo que nos falta?
- ¿De qué manera hacemos crecer los dones de gracia recibidos?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Pongo toda mi esperanza en el Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…”Cuando los cristianos decimos que creemos en la vida eterna que nos será dada, esta espera de lo que debe venir no es, en primer lugar, algo particularmente extraño. Por lo general, se habla de la esperanza de la vida eterna con un cierto pathos afectado, y lejos de mí criticarla, en caso de que se trate de una convicción seria. Pero me sucede siempre algo extraño cuando oigo hablar de este modo. Me parece que todos los esquemas de la imaginación, con los que se intenta explicar la vida eterna, la mayoría de las veces se adaptan muy poco al corte radical que se produce con la muerte. Nos imaginamos la vida eterna, que extrañamente ya ha sido señalada como «el más allá» y como lo que hay «después» de la muerte, demasiado repleta de aquellas realidades que nos han sido confiadas aquí: como continuación de la vida, como encuentro con aquellos que estaban junto a nosotros, como alegría y paz, como banquete y júbilo, como todo esto y otras cosas semejantes, que nunca cesarán y que siempre continuarán. Temo que la radical incomprensibilidad de lo que significa realmente vida eterna se vea minimizada, y que lo que nosotros llamamos, en esta vida eterna, contemplación directa de Dios sea rebajado a una alegre ocupación junto a tantas otras que llenan nuestra vida; la inexpresable enormidad de que la misma absoluta divinidad, desnuda y simple, entre en nuestra angosta dimensión de criaturas no tiene que ser percibida como auténtica”…
K. Rahner, La experiencia de un teólogo, Munich 1984, pp. 118ss.
PARA REZAR
Gracias Señor
Gracias, Señor, por todo cuanto me diste en.
Gracias por los días de sol y los nublados tristes, por las tardes
tranquilas y las noches obscuras.
Gracias por la salud y por la enfermedad, por las penas y
las alegrías.
Gracias por todo lo que me prestaste y luego me lo
pediste.
Gracias, Señor, por la sonrisa amable y por la mano amiga, por el
amor y por todo lo hermoso y por todo lo dulce, por las flores y las
estrellas, por la existencia de los niños y de las almas buenas.
Gracias por la soledad y por el trabajo, por las inquietudes, las dificultades y por las lágrimas por todo lo que me acercó a Ti.
Gracias por haberme conservado la vida y por haberme dado techo, abrigo y sustento.
Gracias, Señor.
Gracias, Señor.