TIEMPO DTE EL AÑO – CICLO A

DOMINGO XXVI

LUNES XXVI

2 DE OCTUBRE – LOS SANTOS ÁNGELES CUSTODIOS

MARTES XXVI

MIÉRCOLES XXVI

JUEVES XXVI

VIERNES XXVI

SÁBADO XXVI

TIEMPO DTE EL AÑO – CICLO A

DOMINGO XXVI

MISA DE NUESTRA SEÑORA DE LUJÁN

Con motivo de la 49ª Peregrinación Arquidiocesana a Luján, que tendrá lugar los días 30 de septiembre y 1 de octubre próximos, el Sr. Arzobispo, Mons. Jorge García Cuerva, y su Consejo Episcopal disponen que en esos días en todas las parroquias e iglesias de esta Arquidiócesis, se celebre la Misa de Nuestra Señora de Luján.

Esta resolución se basa en la conveniencia de que todo el pueblo de Dios participe más plenamente de este acontecimiento de nuestra Iglesia Arquidiocesana, uniéndose así a los peregrinos y a las intenciones por las que se realiza la Peregrinación bajo el lema “Madre, estamos en tus manos, danos fuerza para unirnos”. Además permite que se honre convenientemente a la Patrona de nuestra Patria.

Más información en: www.peregrinacionlujan.org.ar

Vicaría General

Arquidiócesis de Buenos Aires

Tengan un mismo amor

PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Ezequiel            18, 24-28

Ustedes dirán: «El proceder del Señor no es correcto.» Escucha, casa de Israel: ¿Acaso no es el proceder de ustedes, y no el mío, el que no es correcto?

Cuando el justo se aparta de su justicia, comete el mal y muere, muere por el mal que ha cometido. Y cuando el malvado se aparta del mal que ha cometido, para practicar el derecho y la justicia, él mismo preserva su vida. El ha abierto los ojos y se ha convertido de todas las ofensas que había cometido: por eso, seguramente vivirá, y no morirá.

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 24, 4-5. 6-7. 8-9 (R.: 6a)

R.        Acuérdate, Señor, de tu compasión.

Muéstrame, Señor, tus caminos,

enséñame tus senderos.

Guíame por el camino de tu fidelidad;

enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvador,

y yo espero en ti todo el día.  R.

Acuérdate, Señor, de tu compasión y de tu amor,

porque son eternos.

No recuerdes los pecados ni las rebeldías de mi juventud:

por tu bondad, Señor,

acuérdate de mi según tu fidelidad.  R.

El Señor es bondadoso y recto:

por eso muestra el camino a los extraviados;

él guía a los humildes para que obren rectamente

y enseña su camino a los pobres.  R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo

a los cristianos de Filipos   2, 1-11

Hermanos:

Si la exhortación en nombre de Cristo tiene algún valor, si algo vale el consuelo que brota del amor o la comunión en el Espíritu, o la ternura y la compasión, les ruego que hagan perfecta mi alegría, permaneciendo bien unidos.

Tengan un mismo amor, un mismo corazón, un mismo pensamiento. No hagan nada por espíritu de discordia o de vanidad, y que la humildad los lleve a estimar a los otros como superiores a ustedes mismos. Que cada uno busque no solamente su propio interés, sino también el de los demás.

Tengan los mismos sentimientos de Cristo Jesús. El, que era de condición divina, no consideró esta igualdad con Dios como algo que debía guardar celosamente: al contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de servidor y haciéndose semejante a los hombres. Y presentándose con aspecto humano, se humilló hasta aceptar por obediencia la muerte y muerte de cruz.

Por eso, Dios lo exaltó y le dio el Nombre que está sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y toda lengua proclame para gloria de Dios Padre: «Jesucristo es el Señor.»

Palabra de Dios.

            O bien más breve:

Lectura de la carta del apóstol san Pablo

a los cristianos de Filipos 2, 1-5

Hermanos:

Si la exhortación en nombre de Cristo tiene algún valor, si algo vale el consuelo que brota del amor o la comunión en el Espíritu, o la ternura y la compasión, les ruego que hagan perfecta mi alegría, permaneciendo buen unidos.

Tengan un mismo amor, un mismo corazón, un mismo pensamiento. No hagan nada por espíritu de discordia o de vanidad, y que la humildad los lleve a estimar a los otros como superiores a ustedes mismos. Que cada uno busque no solamente su propio interés, sino también el de los demás.

Tengan los mismos sentimientos de Cristo Jesús.

Palabra de Dios.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Mateo   21, 28-32

Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:

« ¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: «Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña.» El respondió: «No quiero.» Pero después se arrepintió y fue. Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: «Voy, Señor», pero no fue.

¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?»

«El primero», le respondieron.

Jesús les dijo: «Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios. En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • El año 597, Ezequiel, que pertenecía a la clase alta de Jerusalén, sacerdote y cortesano del rey Joaquín, fue también deportado a Babilonia con toda su familia con los nobles y artesanos y todos los hombres aptos para la guerra a Babilonia.
  • Fue allí donde los judíos tuvieron que soportar las burlas de los babilonios que interpretaban la destrucción de Jerusalén, como una victoria de sus dioses sobre Yahvé.
  • Allí, «junto a los canales de Babilonia», los cautivos aprendieron a meditar sobre los castigos de que eran objeto y a cantar su dolor con salmos llenos de añoranza. En esa situación Ezequiel, cuyo nombre significa «Dios fuerte», tomó la palabra para iluminar la situación diciendo que no es cierto que Dios castigue por los pecados ajenos, pero que Dios es justo cuando castiga al culpable, lo es aún más cuando da ocasión para la penitencia y perdona al pecador arrepentido.
  • Dios no busca la muerte del pecador, y lo que quiere es que se convierta y viva.

***

  • Pablo está en la cárcel cuando escribe a los filipenses, ya ha comparecido ante el tribunal, pero la sentencia está todavía pendiente. Hoy  leemos un fragmento que habla de la unidad y armonía que debe reinar entre los creyentes, y pone a la humildad como fundamento de esta concordia.
  • Encarcelado y juzgado por ser cristiano, Pablo puede pedir con honradez y autoridad, a los miembros de la comunidad de Filipos que con su egoísmo, envidia y presunción habían empezado a causar estragos, convirtiéndose en un anti-signo escandaloso de testimonio cristiano; que tengan la grandeza de ánimo suficiente para superar el propio interés y abrirse con sencillez a los demás.
  • Pablo se basa en la pedagogía humana de Cristo Jesús, que siendo Dios, se hace hombre, y buscando el interés de los demás se despojó de su rango. Esta pauta existencial de Cristo Jesús señala al cristiano, la dinámica para su propia vida.
  • Pablo quiere que lleven una vida, en la que se manifiesten los mismos sentimientos de Cristo; quiere que vivan en Cristo y se dejen empapar de sus sentimientos, de su misericordia, de su humildad, espíritu de servicio, y de su obediencia al Padre hasta la muerte.

***

  • En el evangelio de hoy y en el de los dos próximos domingos vamos a leer tres parábolas de Jesús dirigidas todas ellas «a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo». Jesús se enfrenta en el evangelio con unas conductas que por religiosas son impenetrables del Evangelio, y ejemplariza otras que, aunque aparentemente inmorales, sí son accesibles.
  • Los dos hijos tipifican los dos grandes grupos en que se dividía el pueblo de Israel: los «justos» y los «pecadores», pero ambos son considerados como hijos y son objeto del amor del Padre, al tiempo que tienen también necesidad de perdón.
  • La parábola describe sus actitudes contrarias. En primer lugar la del que es considerado pecador por su desobediencia y respuesta negativa, pero que es capaz de arrepentirse y hacer la voluntad de su padre. El segundo hijo, caracteriza a aquellos que se creen «justos» y dicen que sí, y llegado el momento decisivo no obedecen.
  • Las palabras de Jesús se dirigen a los notables del pueblo diciéndoles que ellos son los que dicen y no hacen, que externamente son piadosos pero que en realidad no cumplen la voluntad de Dios. En cambio, «los publicanos y las prostitutas», considerados como personas cuya conversión era imposible a causa de su clase de vida, sustituyen a los primeros en el camino hacia el Reino. El pueblo de Israel, el pueblo escogido, a pesar de haberse comprometido en la alianza con Dios, a la hora de la verdad ha sido infiel; en cambio, los que aparecían como alejados de la alianza con Dios, son los únicos que se han sentido tocados por la llamada del Reino y han respondido.
  • Toda la fuerza de la parábola está en el hacer o el dejar de hacer, que es lo que en definitiva cuenta ante Dios. Que los pecadores acepten la predicación del Reino y los justos la rechacen fue una situación histórica muy concreta. Los que creyeron la predicación de Juan Bautista manifestaron con hechos concretos su conversión. Los que no se tomaron seriamente al Bautista, experimentan un endurecimiento que les impide incluso convertirse.
  • Son dos posturas viejas como la humanidad: la hipocresía y la  sinceridad; la apariencia y la autenticidad, la mentira y la verdad.
  • El amor es una adhesión personal que se traduce en hacer mía la voluntad del otro. Quien ama procura una fusión de voluntades sin confusión de  libertades ni de personalidades.
  • El amor se manifiesta en actos de obediencia, que es donación  desinteresada, nunca en actos de dominio o acatamiento. Para ser feliz el hombre necesita  expresar en su existencia concreta de cada día la esencia de su ser íntimo y personal. La  esencia la expresamos en la existencia. Lo que somos y sentimos en la intimidad personal lo expresamos en la vida cotidiana.
  • En la vida del discípulo lo más importante son los hechos, los hechos de vida, las demostraciones prácticas de que creemos en un Dios Padre y amor, los testimonios vivos de que confiamos tanto en Dios que no tenemos miedo a nada ni a nadie, el espíritu de servicio, el desprendimiento y la austeridad, el trabajo por la justicia, el perdón, la confianza en Él, la fraternidad vivida día a día, junto a cada hombre y su necesidad concreta, su dolor personal, su necesidad específica.
  • Ante Dios, no cuenta el saber mucho y mejor que los otros, ni tener como ciertas las verdades que la Iglesia nos propone, sino llevar una vida coherente con el evangelio que es claro y constante en repetirnos que quiere derecho y justicia, que quiere amor y fraternidad, que quiere paz y unidad entre los hombres, que quiere que vivamos con dignidad y que alcancemos un día, junto a Él, la plenitud de la vida.
  • La existencia del discípulo se unifica buscando el Reino de Dios y su justicia. Todo lo demás se nos da por añadidura. Frente a la tentación de la dicotomía, el compromiso real que busca la fecundidad y no se conforma con sentimientos dará a nuestras vidas una unidad totalizadora y trascendente.
  • La viña a la que Dios nos pide que vayamos a trabajar es la viña del mundo y de los hombres; y la tarea a realizar es practicar el derecho y la justicia; conseguir una vida mejor para el hombre; hacer que brille ante toda la creación la grandeza del ser humano; conseguir que la fraternidad sea una realidad que alcance a todos; evitar todo dolor, todo sufrimiento, toda soledad.
  • No es suficiente cumplir con lo que Dios quiere. Se trata de vivir la vida de tal modo que quede de manifiesto nuestro vínculo real con Aquél que es Señor del Reino que se busca. El Padre envía y la viña nos espera.

PARA DISCERNIR

  • ¿Hasta dónde llega nuestro compromiso de fe?
  • ¿Me conformo con la Misa y algunas oraciones?
  • ¿Mi fe se manifiesta en actitudes con repercusiones sociales?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Aquí estoy Señor envíame

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

Las prostitutas en el Reino

…”Sería trágico si esa parábola del Evangelio hiciera a los cristianos menos atentos a combatir el fenómeno degradante de la prostitución. Jesús tenía demasiado respeto por la mujer como para no sufrir, él primero, viéndola reducida a prostituta. Si la aprecia no es por su manera de vivir, sino por su capacidad de cambiar y de poner al servicio del bien la propia capacidad de amar. El Evangelio no empuja pues a campañas moralistas contra las prostitutas, pero tampoco a bromear con el fenómeno, como si fuera cosa de nada.

Hoy, entre otras cosas, la prostitución se presenta bajo una forma nueva que logra hacer dinero a manos llenas, sin los riesgos que siempre han corrido las pobres mujeres en la calle. Esta forma consiste en ver el propio cuerpo con la tranquilidad de estar tras una máquina fotográfica o una videocámara. Lo que la mujer hace –o es obligada a hacer— cuando se presta a la pornografía y a ciertos excesos de la publicidad es vender el propio cuerpo. Es una forma de prostitución peor, en cierto sentido, que la tradicional, porque no respeta la libertad y los sentimientos de la gente, imponiéndose a menudo públicamente, sin que nos podamos defender de ello.

Fenómenos así suscitarían hoy en Cristo la misma cólera que mostraba por los hipócritas de su tiempo. Porque se trata precisamente de hipocresía. Fingir que todo está en su sitio, que es inocuo, que no existe trasgresión alguna, ni peligro para nadie, dándose hasta un cierto –estudiado— aire de inocencia e ingenuidad al arrojar el propio cuerpo al pasto de la concupiscencia de otros.

Pero traicionaría el espíritu del Evangelio si no sacara a la luz la esperanza que esa parábola de Cristo ofrece a las mujeres que por las circunstancias más diversas (frecuentemente por desesperación) se han visto en las calles, víctimas la mayoría de las veces de explotadores sin escrúpulos. El Evangelio es «evangelio», esto es, buena noticia, anuncio de rescate, de esperanza, también para las prostitutas. Es más, tal vez primero que nada para ellas. Jesús ha querido que fuera así”…


Padre Raniero Cantalamessa OFM Cap

PARA REZAR

SER DISCIPULOS (fragmento)

…Ser discípulo es construir comunidad de seguidores.

El camino del Reino se hace unidos;

no en solitaria, liberal y egoísta relación con Dios

sin los hermanos.

La comunidad se hace

en el camino,

se nutre del compromiso

y la práctica de todos,

se fortalece

en la oración compartida

y en la búsqueda incesante

de la palabra de Dios

aplicada a nuestros días.

Ser discípulo es morir

al dios que todos nos hacemos,

para nacer al Dios de Jesús,

Padre, Liberador

y lleno de misericordia-amor concreto por su pueblo.

Ser discípulo es aceptar a Dios

ser Dios.

Destruir los ídolos

que encierran al corazón

y ponerse en sus manos

para hacer su voluntad,

el Reino y la Vida.

Ayúdanos Señor

a ser tus discípulos

con alegría y fidelidad.

Abre nuestro corazón

a tu palabra,

abre nuestra mirada

para ver desde Dios la vida,

la historia,

el sufrimiento de tantos,

los compromisos y las opciones

que puedan recrear tu camino

en el aquí y ahora

de nuestros días”.

Marcelo A. Murúa.

LUNES XXVI

2 DE OCTUBRE – LOS SANTOS ÁNGELES CUSTODIOS

Él te encomendó a sus ángeles para que te cuiden en tus caminos

Lectura del  Libro del Éxodo                           23,20-23a

Yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que te proteja en el camino y te conduzca hasta el lugar que te he preparado.

Respétalo y escucha su voz. No te rebeles contra él, porque no les perdonará las transgresiones, ya que mi Nombre está en él.

Si tú escuchas realmente su voz y haces todo lo que te diga, seré enemigo de tus enemigos y adversario de tus adversarios.

Entonces mi ángel irá delante de ti y te introducirá en el país de los amorreos, los hititas, los perizitas, los cananeos, los jivitas y los jebuseos, y los exterminará.

Palabra de Dios

SALMO        Sal 91(90) ,1-2.3-4.5-6.10-11.

Tú que vives al amparo del Altísimo

y resides a la sombra del Todopoderoso,

di al Señor: «Mi refugio y mi baluarte,

mi Dios, en quien confío». R:

El te librará de la red del cazador

y de la peste perniciosa;

te cubrirá con sus plumas,

y hallarás un refugio bajo sus alas. R:

No temerás los terrores de la noche,

ni la flecha que vuela de día,

ni la peste que acecha en las tinieblas,

ni la plaga que devasta a pleno sol.  R:

No te alcanzará ningún mal,

ninguna plaga se acercará a tu carpa,

porque él te encomendó a sus ángeles

para que te cuiden en todos tus caminos.

O de la feria:

Zac 8, 1-8

S.R. 101,16-21.29.22-23

El Evangelio es propio de esta memoria

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Mateo   18, 1-5. 10

En aquel momento los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: «¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?».

Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: «Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos.

Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos.

El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo.

Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial.

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Los fariseos y saduceos mantenían una disputa sobre si los ángeles existen o no. Los saduceos decían que éstos no eran otra cosa que invenciones, fantasías de ignorantes.
  • Jesús, quiso dejar bien clara la doctrina, y lo hace de manera desconcertante. «Llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: cuídense de menospreciar a uno de estos pequeños; porque sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos».
  • Los niños no contaban en aquella sociedad y estaban desposeídos de toda clase de derechos; eran con frecuencia despreciados por la gente y no tenidos en cuenta para la toma de decisiones dentro de la casa. La palabra griega con la que se dice niño, denomina con frecuencia a un niño en cuánto que ejerce de sirviente y ayuda en las tareas familiares. A esta clase de niños, se refiere el evangelio de hoy, cuando Jesús propone a uno de ellos como modelo a imitar. El mayor en el Reino de Dios es el niño y el que se hace como niño, porque representa en forma única el despojo de todo poder.
  • Los ángeles custodios nos revelan la presencia trascendente de Dios en cada persona, especialmente en los más pobres. Cuando Jesús invita a sus discípulos a cambiar, lo hace poniendo como modelos a “estos niños”, los servidores.
  • Dios, como Padre Providente, siempre vela por nosotros y se ha hecho cercano a nosotros por medio de Jesús, su Hijo hecho Hombre. Él siempre manifestó su amor para con los pobres y los enfermos, para con los pequeños y los pecadores; Él nunca permaneció indiferente ante el sufrimiento humano. Su amor preferencial para aquellos que son considerados como los niños, desprotegidos de todo y necesitados de todo, nos recuerda cuál debe ser también el camino preferencial en el amor de la Iglesia.
  • Hay muchos que necesitan quien vele por ellos y por sus intereses. Dios nos ha enviado a ellos para que les manifestemos de un modo real, efectivo, el amor misericordioso del Señor que nos ha concedido y que quiere que llegue a todos por medio de su Iglesia. Esta presencia de Dios en los más pobres, que son los más grandes en el Reino, es lo que da a los pobres esa trascendencia que hace que sus ángeles en los cielos vean continuamente el rostro de Dios.
  • Los niños son delante de Dios, los más importantes de los hombres; lo que a ellos ocurre tiene inmediata resonancia ante el Padre del cielo.
  • Como discípulos que viven unidos a Cristo, debemos preocuparnos de cuidar de nuestros hermanos necesitados, como Dios ha velado por nosotros. Quien sirve más, ese es el más grande. La grandeza consiste en servir.

PARA DISCERNIR

  • ¿Somos conscientes de lo que nos define como discípulos?
  • ¿Valoro a los más pequeños y desposeídos?
  • ¿Experimento la fe como una vocación de servicio?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Dame un corazón de niño

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

«Voy a enviarte un ángel  por delante para que te cuide en el camino y te lleve al lugar que he preparado»

 …”A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en todos tus caminos» (Sl 90,11) ¡Qué respeto debe suscitar en ti esta palabra, qué fervor debe hacer nacer en ti, y qué confianza te debe inspirar! El respeto a causa de su presencia, el fervor a causa de su benevolencia, la confianza a causa de su vigilancia… Ellos están aquí, a tu lado, y no solamente contigo sino para ti. Están presentes para protegerte, para socorrerte. ¿Cómo pagarás al Señor todo el bien que te ha hecho? (Sl 115, 3) Es a él solo a quien se debe rendir honor por esta ayuda; es él quien ha dado estas órdenes. «Todo don perfecto» (St 1,17) no puede venir más que de él. Pero no podemos dejar de agradecer, respecto a los ángeles, su gran caridad con la que obedecen y la gran necesidad que tenemos de su ayuda.

Seamos, pues, respetuosos y agradecidos  por la vigilancia que nos ofrecen; amémoslos agradecidos y honrémoslos tanto como podamos, pues tanto les debemos… En Dios amemos a sus ángeles, sabiendo que un día ellos serán coherederos con nosotros y que ya desde ahora el Padre dispone y ordena que nos hagan de guías y educadores. Porque ya «desde ahora somos hijos de Dios» aunque esto no aparezca ahora con claridad (1Jn 3,2), puesto que somos hijos todavía sometidos a intendentes y educadores, y de momento, en nada diferimos de los siervos.

Sin embargo, por pequeños que seamos y por largo y peligroso que sea el camino que nos falta recorrer, ¿qué podemos temer con tan buena guardia?… Los ángeles son fieles, son prudentes, son poderosos; ¿qué podemos temer? Tan sólo sigámosles, estemos unidos a ellos, y permaneceremos bajo la protección del Dios del cielo”… 

San Bernardo (1091-1153), monje cisterciense y doctor de la Iglesia – 12avo sermón sobre el salmo 90

PARA REZAR

Himno de Laudes al Santo Ángel de la Guarda

Ángel santo de la guarda,

compañero de mi vida,

tú que nunca me abandonas,

ni de noche ni de día.

Aunque espíritu invisible,

sé que te hallas a mi lado,

escuchas mis oraciones

y cuenta todos mis pasos.

En las sombras de la noche,

me defiendes del demonio,

tendiendo sobre mi pecho

tus alas de nácar y oro.

Ángel de Dios,

que yo escuche tu mensaje y que lo siga,

que vaya siempre contigo hacia Dios,

que me lo envía.

Testigo de lo invisible,

presencia del cielo amiga,

gracias por tu fiel custodia,

gracias por tu compañía.

En presencia de los Ángeles,

suba al cielo nuestro canto:

gloria al Padre, gloria al Hijo,

gloria al Espíritu Santo. Amén.

MARTES XXVI

Se encaminó decididamente hacia Jerusalén

Lectura de la profecía de Zacarías            8, 20-23

Así habla el Señor de los ejércitos:

Vendrán asimismo pueblos y habitantes de muchas ciudades. Los habitantes de una ciudad irán a otra, diciendo: «Vamos a apaciguar el rostro del Señor y a buscar al Señor de los ejércitos; yo también quiero ir.»

Pueblos numerosos y naciones poderosas vendrán a Jerusalén a buscar al Señor de los ejércitos y a apaciguar el rostro del Señor.

Así habla el Señor de los ejércitos:

En aquellos días, diez hombres de todas las lenguas que hablan las naciones, tomarán a un judío por el borde de sus vestiduras y le dirán: «Queremos ir con ustedes, porque hemos oído que Dios está con ustedes.»

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 86, 1-3. 4-5. 6-7 (R.: Zac 8, 23)

R.        Dios está con nosotros.

¡Esta es la Ciudad que fundó el Señor

sobre las santas Montañas!

El ama las puertas de Sión

más que a todas las moradas de Jacob.

Cosas admirables se dicen de ti, Ciudad de Dios.  R.

«Contaré a Egipto y a Babilonia

entre aquellos que me conocen;

filisteos, tirios y etíopes han nacido en ella.»

Así se hablará de Sión:

«Este, y también aquél,

han nacido en ella,

y el Altísimo en persona la ha fundado.»  R.

Al registrar a los pueblos, el Señor escribirá:

«Este ha nacido en ella.»

Y todos cantarán, mientras danzan:

«Todas mis fuentes de vida están en ti.»  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas   9, 51-56

Cuando estaba por cumplirse el tiempo de su elevación al cielo, Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén y envió mensajeros delante de él. Ellos partieron y entraron en un pueblo de Samaría para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron porque se dirigía a Jerusalén.

Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron esto, le dijeron: «Señor, ¿quieres que mandemos caer fuego del cielo para consumirlos?» Pero él se dio vuelta y los reprendió. Y se fueron a otro pueblo.

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Inmersos entre paganos, durante su largo destierro, los judíos más fervorosos adquirieron conciencia de que su fe iba destinada a todos los hombres. Y expresaban esta convicción anunciando que todos los pueblos irían un día, en peregrinación, a Jerusalén.
  • El universalismo forma parte del alma de Israel: “Pueblos numerosos y naciones poderosas vendrán a Jerusalén a implorar al Señor del universo y a buscar su rostro”.
  • No se trata pues de una unidad política, ni de la capital de un imperio terrestre; esa reunión de la humanidad está suscitada por la fe, es únicamente religiosa.
  • El profeta Zacarías, con dos oráculos, no sólo anuncia el bienestar del pueblo en su vuelta a Sión, sino que afirma el carácter universal de la salvación que Dios tiene programada.
  • En torno al Dios de los judíos y su Mesías se reunirán todas las naciones como un sólo pueblo que alabe su Nombre. Todos se enterarán de que la Palabra salvadora, la Verdad plena, está en Jerusalén, y correrán a «consultar» al Dios verdadero.

***

  • Jesús quiere ir hasta el fin. Sabe cuál es su camino y se dispone con generosidad a seguirlo a pesar de que lo lleva a la cruz. Esta marcha hacia Jerusalén, ciudad de su Pascua, es una partida sin retorno.
  • Envía mensajeros delante suyo que entraron en Samaría para prepararle alojamiento; pero allí se negaron a recibirlo porque se dirigía a Jerusalén. Los judíos fieles siempre consideraron cismáticos a los Samaritanos cuando éstos construyeron un templo en la cumbre del monte Garetzim. Despreciados por los judíos, se tomaban su revancha, ocasionando toda clase de molestias a los peregrinos que atravesaban su país para subir a Jerusalén.
  • Jesús no evita pasar por esa tierra en la que un racismo y un desprecio recíproco hacía estragos. Era necesario, por tanto, que los mensajeros preparasen convenientemente el ambiente en Samaria, a fin de que éstos recibieran bien dispuestos a Jesús.
  • Ante el rechazo de los samaritanos, los discípulos Santiago y Juan le propusieron el castigo que Elías en el libro de los Reyes infligió a sus adversarios. El espíritu de poder está siempre ahí, en el corazón de los hombres.  Esos pobres discípulos creían ser los intérpretes de Dios, y disponer del fuego divino para juzgar a esos Samaritanos.  
  • Jesús fiel a su misma palabra no quiere arrancar la cizaña porque se haya mezclado con el trigo. El juicio vendrá más tarde. Increpa a los discípulos como si estuviesen endemoniados, y de hecho, están «poseídos» por una ideología que les impide actuar como personas sensatas: están repletos de odio, de intolerancia religiosa y de exaltación nacionalista.
  • Con energía Jesús les pide que se comporten de acuerdo al proyecto que Él mismo les ha enseñado. Las rivalidades históricas de sus pueblos no se remedian generando más odio y muerte. Jesús no vino a destruir sino a redimir.  Se marcharán a otra aldea sin impaciencias, sin ánimo justiciero, sin dejarse hundir por un fracaso. El desafío es seguir evangelizando, y no condenando: «porque el Hijo del Hombre ha venido a salvar».
  • La actitud de Santiago y Juan sigue estando presente en muchas religiones, ideologías y políticas. Por todos los medios los seres humanos a lo largo de la historia hemos buscado la forma de acabar con los que piensan, actúan o viven de forma diferente.
  • La reacción de Jesús con sus discípulos es un llamado para que los cristianos depongamos el odio, el resentimiento y la venganza, y construyamos espacios de diálogo y concertación que permitan construir la paz entre los pueblos.
  • Si somos llamados a proclamar la Buena Nueva a todas las naciones, y llevar la luz y la salvación que Dios ofrece a todos los hombres, no podemos excluir a nadie. Ni aun cuando seamos rechazados, difamados, perseguidos o se ponga en riesgo nuestra vida. El llamado es a orar por los que nos persiguen y maldicen, no a que hagamos bajar fuego contra ellos para hacerlos desaparecer.
  • Somos mensajeros de la Vida y del Amor que proceden de Dios, y no de la muerte ni del egoísmo que oscurecen la mente de los hombres, quitan la paz y destruyen la posibilidad del amor fraterno.

PARA DISCERNIR

  • ¿Somos conscientes de dónde venimos y a dónde vamos, en nuestra vida?
  • ¿Qué actitud tomo ante mis propios pecados, mis propios fracasos, ante los rechazos de los demás, ante las lentitudes o los retrasos de la Iglesia?
  • ¿Qué hacemos cuando algo nos sale mal, cuando experimentamos el rechazo por parte de alguien?
  • ¿Cómo reaccionamos cuando alguien no nos hace caso o nos lleva la contra?

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

La Iglesia de Dios en América Latina y El Caribe es sacramento de comunión de sus pueblos. Es morada de sus pueblos; es casa de los pobres de Dios. Convoca y congrega a todas sus diversísimas gentes en su misterio de comunión, sin discriminaciones ni exclusiones por motivos de sexo, raza, condición social y pertenencia nacional. Cuanto más la |Iglesia refleja, vive y comunica ese don de inaudita unidad, que encuentra en la comunión trinitaria su fuente, modelo y destino, resulta más significativo e incisivo su operar como sujeto de reconciliación y comunión en la vida de nuestros pueblos. Maria Santísima es la presencia materna indispensable y decisiva en la gestación de un pueblo de hijos y hermanos, de discípulos y misioneros de su Hijo.

Aparecida 524

PARA REZAR

Por el ecumenismo

Padre de toda la humanidad, queremos rezar
por todas las personas de buena voluntad.

Que los diferentes credos
se unan en el trabajo por la justicia y la paz.

Que al contemplar el estilo de vida
que nos mostró Jesús,
fortalezcamos nuestro deseo
por realizar el bien.

Que la Vida Religiosa Misionera
contribuya con la tarea de la unidad.

Que todas las comunidades
puedan descubrir el amor
que Dios Padre derrama
constantemente sobre sus hijos.

Amén.

MIÉRCOLES XXVI

Te seguiré a donde vayas

Lectura del libro de Nehemías       2, 1-8

En el mes de Nisán, el vigésimo año del reinado de Artajerjes, siendo yo el encargado del vino, lo tomé y se lo ofrecí al rey. Como nunca había estado triste en su presencia, el rey me preguntó: « ¿Por qué tienes esa cara tan triste? Tú no estás enfermo. Seguramente hay algo que te aflige.»

Yo experimenté una gran turbación, y dije al rey: « ¡Viva el rey para siempre! ¿Cómo no voy a estar con la cara triste, si la ciudad donde están las tumbas de mis padres se encuentra en ruinas y sus puertas han sido consumidas por el fuego?»

El rey me dijo: « ¿Qué es lo que quieres?»

Yo me encomendé al Dios del cielo, y le respondí: «Si es del agrado del rey y tú estás contento con tu servidor, envíame a Judá, a la ciudad donde están las tumbas de mis padres, para que yo la reconstruya.»

El rey, que tenía a la reina sentada a su lado, me dijo: « ¿Cuánto tiempo durará tu viaje y cuándo estarás de regreso?» Al rey le pareció bien autorizar mi partida, y yo le fijé un plazo. Luego dije al rey: «Si el rey lo considera conveniente, se me podrían dar cartas para los gobernadores del otro lado del Eufrates, a fin de que me faciliten el viaje a Judá. También podrían darme una carta para Asaf, el supervisor de los parques del rey, a fin de que me provea de madera para armar las puertas de la ciudadela del Templo, para las murallas de la ciudad y para la casa donde voy a vivir.»

El rey me concedió todo eso, porque la mano bondadosa de mi Dios estaba sobre mí.

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 136, 1-2. 3. 4-5. 6 (R.: 6a)

R.        Que la lengua se me pegue al paladar si no me acordara de ti.

Junto a los ríos de Babilonia,

nos sentábamos a llorar,

acordándonos de Sión.

En los sauces de las orillas

teníamos colgadas nuestras cítaras.  R.

Allí nuestros carceleros

nos pedían cantos,

y nuestros opresores, alegría:

« ¡Canten para nosotros un canto de Sión!»  R.

¿Cómo podíamos cantar un canto del Señor

en tierra extranjera?

Si me olvidara de ti, Jerusalén,

que se paralice mi mano derecha.  R.

Que la lengua se me pegue al paladar

si no me acordara de ti,

si no pusiera a Jerusalén

por encima de todas mis alegrías.  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas   9, 57-62

Mientras Jesús y sus discípulos iban caminando, alguien le dijo a Jesús: «¡Te seguiré adonde vayas!»

Jesús le respondió: «Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza.»

Y dijo a otro: «Sígueme.» El respondió: «Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre.» Pero Jesús le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios.»

Otro le dijo: «Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos.» Jesús le respondió: «El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • La corte del poderoso rey de Persia tiene todavía esclavos extranjeros. Nehemías, judío de la diáspora, como encargado de la bodega real goza de la confianza del rey persa. Han llegado a sus oídos noticias de que en Jerusalén las cosas van mal.
  • Como judío de corazón vive intensamente el drama de sus hermanos, obligados a abandonar la restauración de la ciudad y del templo. La muralla de Jerusalén está llena de brechas, y sus puertas incendiadas.
  • Siendo tan sólo un esclavo, Dios lo va a buscar a su trabajo habitual para que sea el gran animador de la reconstrucción de Jerusalén.
  • Ese pobre servidor tiene un gran corazón y sufre por el sufrimiento de su pueblo. Nehemías se ha formado en la corte de Persia y ha adquirido competencia en la organización de una casa real. Se siente llamado a poner este conocimiento al servicio de sus compatriotas.
  • Solidario y sensible, amasa en su corazón un plan de acción: irá al país y reunirá alrededor de su persona los anhelos del pueblo. Entonces con habilidad llevará la conversación con el rey y logrará el permiso necesario.
  • Una ciudad no se reconstruye de un solo golpe. El compromiso de Nehemías supondrá un enorme y largo esfuerzo. Realista y práctico, Nehemías es también un hombre de oración que intercede, suplica, confiesa en el marco de la alianza entre Dios y su pueblo. Ora por la desgracia de sus hermanos, en las negociaciones con el rey, y por el pecado de su pueblo.
  • Su oración lleva consigo implicaciones personales y colectivas, en la línea de una auténtica oración litúrgica. Nehemías y el pueblo se identifican. Dios le concede lo que ha pedido, de tal forma que puede marchar hacia Jerusalén y disponer de todo el material para llevar a cabo la obra de reconstruir la ciudad. Nehemías, laico, y Esdras, sacerdote, trabajarán juntos en la gran obra.

***

  • Jesús en el camino hacia Jerusalén, donde va al encuentro con su destino, establece criterios para aquellos que quieren ser sus discípulos. Con mucha claridad muestra lo que significa renunciar a sí mismo, tomar la cruz y seguirlo.
  • En territorio samaritano se presentan a Jesús tres candidatos al discipulado y a la misión. El primer y el tercer candidato se presentan espontáneamente a Jesús mientras que el segundo es llamado directamente. El evangelio  nos coloca frente a tres actitudes. Las respuestas que encontramos no debemos tomarlas al pie de la letra, sino como una manera expresiva de acentuar la radicalidad del seguimiento que pide Jesús, y su urgencia, porque hay mucho trabajo y no nos podemos entretener en cosas secundarias.
  • La existencia de Jesús se tipifica en forma de camino, por lo tanto la de sus discípulos tendrá que aparecer como seguimiento. Frente a aquéllos que quieran seguirlo, poniéndole condiciones, Jesús exige renuncia e incondicionalidad confiada en las manos del Padre.
  • Seguir a Jesús exige el «en seguida» y el «totalmente». El Reino de Jesús no es una mezcla entre el sí y el no; por eso lo recibe el que se arriesga.
  • Jesús convoca a todos los hombres, invitándonos a construir el Reino. Esto implica: abandono del pasado para dar paso a la novedad del evangelio, pasión por el presente vivido en la entrega y la generosidad, mirada puesta en el futuro, sostenidos por la esperanza en un Dios que no defrauda.

PARA DISCERNIR

  • ¿Acepto las condiciones de Jesús para seguirlo?
  • ¿Cuáles son mis excusas?
  • ¿Siento pasión por el reino?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Te seguiré adonde vayas

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

Escribe la Santa:

…”Un domingo, contemplando una imagen de Nuestro Señor en la Cruz, quedé profundamente impresionada al ver la sangre que caía de una de sus manos divinas. Experimenté una pena inmensa al pensar que aquella sangre caía al suelo sin que nadie se cuidara de recogerla; y resolví mantenerme constantemente en espíritu al pie de la cruz para recibir el divino rocío que goteaba, comprendiendo que luego tendría que derramarlo sobre las almas. “El grito de Jesús en la cruz: “¡Tengo sed!”, resonaba continuamente en mi corazón. Aquellas palabras encendían en mí un ardor muy vivo y desconocido. Deseaba dar de beber a mí Amado. Yo misma me sentía devorada por la sed de almas. No eran todavía las almas de los sacerdotes las que me atraían, sino la de los grandes pecadores. Me abrasaba el deseo de librarlas del fuego eterno”…

De Santa Teresita del Niño Jesús

PARA REZAR

Una cosa yo he aprendido
de mi vida al caminar,
no puedo ganarle a Dios,
cuando se trata de dar.

Por más que yo quiero darle,
siempre me gana Él a mí,
porque me regresa más
de lo que yo le pedí.

Se puede dar sin amor,
no se puede amar sin dar,
si yo doy no es porque tengo,
más bien tengo porque doy.

Y cuando Dios me pide,
es que me quiere dar,
y cuando Dios me da,
es que me quiere pedir.

Si tú quieres, haz el intento
y comienza a darle hoy,
y verás que en poco tiempo
tú también podrás decir:

Una cosa yo he aprendido
de mi vida al caminar,
no puedo ganarle a Dios
cuando se trata de dar.

Amigos de la Tarahumara

JUEVES XXVI

¡Vayan!  Yo los envío

Lectura del libro de Nehemías       8, 1-4a. 5-6. 7b-12

Todo el pueblo se reunió como un solo hombre en la plaza que está ante la puerta del Agua. Entonces dijeron a Esdras, el escriba, que trajera el libro de la Ley de Moisés, que el Señor había dado a Israel. El sacerdote Esdras trajo la Ley ante la Asamblea, compuesta por los hombres, las mujeres y por todos los que podían entender lo que se leía. Era el primer día del séptimo mes. Luego, desde el alba hasta promediar el día, leyó el libro en la plaza que está ante la puerta del Agua, en presencia de los hombres, de las mujeres y de todos los que podían entender. Y todo el pueblo seguía con atención la lectura del libro de la Ley.

Esdras, el escriba, estaba de pie sobre una tarima de madera que habían hecho para esa ocasión. Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo -porque estaba más alto que todos- y cuando lo abrió, todo el pueblo se puso de pie. Esdras bendijo al Señor, el Dios grande, y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: « ¡Amén! ¡Amén!» Luego se inclinaron y se postraron delante del Señor con el rostro en tierra.

Los levitas exponían la Ley al pueblo, que se mantenía en sus puestos. Ellos leían el libro de la Ley de Dios, con claridad, e interpretando el sentido, de manera que se comprendió la lectura.

Entonces Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote escriba, y los levitas que instruían al pueblo, dijeron a todo el pueblo: «Este es un día consagrado al Señor, su Dios: no estén tristes ni lloren.» Porque todo el pueblo lloraba al oír las palabras de la Ley.

Después añadió: «Ya pueden retirarse; coman bien, beban un buen vino y manden una porción al que no tiene nada preparado, porque este es un día consagrado a nuestro Señor. No estén tristes, porque la alegría en el Señor es la fortaleza de ustedes.»

Y los levitas serenaban al pueblo, diciendo: « ¡Tranquilícense! Este día es santo: no estén tristes.»

Todo el pueblo se fue a comer y a beber, a repartir porciones y a hacer grandes festejos, porque habían comprendido las palabras que les habían enseñado.

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 18, 8. 9. 10. 11 (R.: 9a)

R.        Los preceptos del Señor son rectos, alegran el corazón.

La ley del Señor es perfecta,

reconforta el alma;

el testimonio del Señor es verdadero,

da sabiduría al simple.  R.

Los preceptos del Señor son rectos,

alegran el corazón;

los mandamientos del Señor son claros,

iluminan los ojos.  R.

La palabra del Señor es pura,

permanece para siempre;

los juicios del Señor son la verdad,

enteramente justos.  R.

Son más atrayentes que el oro,

que el oro más fino;

más dulces que la miel,

más que el jugo del panal.  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas   10, 1-12

El Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir.

Y les dijo: «La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino.

Al entrar en una casa, digan primero: «¡Que descienda la paz sobre esta casa!” Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario.

No vayan de casa en casa. En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; curen a sus enfermos y digan a la gente: «El Reino de Dios está cerca de ustedes.» Pero en todas las ciudades donde entren y no los reciban, salgan a las plazas y digan: «¡Hasta el polvo de esta ciudad que se ha adherido a nuestros pies, lo sacudimos sobre ustedes! Sepan, sin embargo, que el Reino de Dios está cerca.»

Les aseguro que en aquel Día, Sodoma será tratada menos rigurosamente que esa ciudad.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Con la tenaz colaboración de Nehemías, de Esdras y de los levitas, se llegó a una reconstrucción humana y religiosa de aquella generación que había vuelto del destierro herida en su identidad social y religiosa.
  • El Israel que ha vuelto del exilio, tiene conciencia de que están ante un nuevo principio dentro de la historia de salvación. Después de la gran prueba el pueblo ha vuelto a nacer.
  • El recuerdo de la liberación de Egipto y la alianza del Sinaí permanece vivo entre los restauradores. La liberación de Egipto se compara con la de la cautividad de Babilonia, pero se hace necesario renovar la alianza. Esto lleva consigo, como en la alianza del Sinaí, la proclamación de la ley y un sacrificio de comunión, una comida sagrada. Palabra y sacrificio de comunión, dos realidades litúrgicas íntimamente unidas. 
  • Esdras se dispone a hacerlo con toda solemnidad y convoca, en honor de Dios, una reunión festiva de todo el pueblo. Israel como asamblea del pueblo congregada para el culto actualiza la antigua alianza.
  • Esdras, vuelto hacia la plaza, proclama solemnemente las palabras que contienen la Ley de Dios, y ante la explicación que hacen los levitas, el Pueblo reconoce que ha sido infiel al Señor, se entristece y llora. La Palabra de Dios interpela, revela los pecados. Escuchar a Dios es oír unas exigencias infinitas que hacen sentir tanto más nuestras pobrezas.
  • Pero el Señor ha sido misericordioso con su Pueblo; lo ha reinstalado en la tierra prometida y hay que celebrar. Cuando Dios habla, hay que responder. Todo el pueblo, alzando las manos, respondió: «¡Amén! ¡Amén!» Luego se inclinaron y se postraron ante el Señor, rostro en tierra. No basta con alegrarse con el Señor, es necesario volver la mirada hacia los que nada tienen y compartir con ellos lo que se tiene.

***

  • Jesús envía un grupo de 72 discípulos a anunciar el evangelio en tierra samaritana. No teniendo en cuenta las divisiones étnicas y los conflictos entre el pueblo samaritano y el pueblo judío, decide comunicar la Buena Nueva a todos los hombres. Para lograrlo se apoya en esta comunidad de discípulos que sale con su mandato, del mismo modo que antes habían salido el grupo de los doce.
  • Junto al envío Jesús da claras indicaciones: pide a sus enviados renuncia a toda seguridad humana y abandono. Que la experiencia de inseguridad los lleve a poner la confianza sólo en Dios para que todo lo que hagan, lo hagan en nombre de ese Padre misericordioso y providente, “que quiere que todos los hombres y mujeres se salven y hace salir el sol sobre justos e injustos”.
  • La buena noticia será el anuncio de que «Ya ha llegado el reino de Dios». Empieza un orden nuevo, que se ha de notar por los frutos abundantes que produce. Jesús los envía de dos en dos, formando una pequeña comunidad, para que muestren con hechos lo que anuncian de palabra. Han de compartir techo y mesa con aquellos que los reciben, curando a los enfermos que haya, liberando a la gente de todo aquello que los atormente.
  • El mensaje del Reino es llamada a la realización gozosa de la comunión entre los hombres. Anuncio que exige signos visibles. Partir y compartir el alimento y la vida de los hombres. Compasión y solidaridad como expresión del triunfo sobre el dolor producido por el egoísmo e indiferencia de los hombres.
  • Junto al gozo del anuncio que se brinda, se debe estar dispuesto a aceptar la incomprensión y el rechazo que llega por parte de aquellos que viven y construyen un mundo al margen y en oposición a los valores del Reino de Dios. Por eso la Palabra de anuncio, será también palabra de denuncia dolorida ante los obstáculos a la realización de una convivencia más humana de acuerdo al querer de Dios.
  • El Reino apremia y necesita ser proclamado por todas partes y a toda persona, y de forma urgente por eso no hay tiempo que perder. Este Reino iniciado con la llegada de Jesús, debe extenderse para que la Creación llegue a su plenitud.
  • Nosotros hoy, como Iglesia, debemos ser plenamente conscientes de nuestra misión. La evangelización no es obra exclusiva de algunos. La misión es la vocación y tarea de toda la comunidad cristiana. Nosotros también tenemos el compromiso de que el Reino acontezca aquí y ahora en palabras y gestos.

PARA DISCERNIR

  • ¿Siento apremio por anunciar el reino?
  • ¿Estoy dispuesto a soportar el rechazo?
  • ¿Acepto que el anuncio es mi vocación más profunda como cristiano?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

El Reino de Dios está cerca

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

“Rogad al dueño de la mies”

Recordando la recomendación de Jesús: “La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies” (Mt 9, 37-38), percibimos claramente la necesidad de orar por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. No ha de sorprender que donde se reza con fervor florezcan las vocaciones. La santidad de la Iglesia depende esencialmente de la unión con Cristo y de la apertura al misterio de la gracia que actúa en el corazón de los creyentes. Por ello quisiera invitar a todos los fieles a cultivar una relación íntima con Cristo, Maestro y Pastor de su pueblo, imitando a María, que guardaba en su corazón los divinos misterios y los meditaba asiduamente (cf. Lc 2, 19). Unidos a Ella, que ocupa un lugar central en el misterio de la Iglesia, podemos rezar:

Padre,

haz que surjan entre los cristianos

numerosas y santas vocaciones al sacerdocio,

que mantengan viva la fe

y conserven la grata memoria de tu Hijo Jesús

mediante la predicación de su palabra

y la administración de los Sacramentos

con los que renuevas continuamente a tus fieles.

Danos santos ministros del altar,

que sean solícitos y fervorosos custodios de la Eucaristía,

sacramento del don supremo de Cristo

para la redención del mundo.

Llama a ministros de tu misericordia

que, mediante el sacramento de la Reconciliación,

derramen el gozo de tu perdón.

Padre,

haz que la Iglesia acoja con alegría

las numerosas inspiraciones del Espíritu de tu Hijo

y, dócil a sus enseñanzas,

fomente vocaciones al ministerio sacerdotal

y a la vida consagrada.

Fortalece a los obispos, sacerdotes, diáconos,

a los consagrados y a todos los bautizados en Cristo

para que cumplan fielmente su misión

al servicio del Evangelio.

Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.

María Reina de los Apóstoles, ruega por nosotros.

Benedicto XVI – Mensaje para la Jornada Mundial de oración por las vocaciones, 07/05/2006 – (trad. © copyright Libreria Editrice Vaticana)

PARA REZAR

Te comparto mi esperanza

Te comparto mi esperanza de esperar cada momento
con la misma fuerza y ganas de la primera mañana.

Ofrecer siempre las manos abiertas y no cerradas,
saber entregar amor a través de la mirada.

Aprender a dar la vida, compartir la espera larga,
al lado de los que sufren, hacer la fe solidaria.

Soñar con las utopías, vivir para realizarlas,
luchando por los ideales, y la justicia sumarla.

Saber caminar con otros en lucha comunitaria, para que
todos los hombres vivan una vida más humana.

Vivir para los demás, como nos mostró Jesús,
hasta entregarnos su vida en lo alto de una cruz.

Vivir mirando las cosas con la mirada de Dios,
para hacer un mundo nuevo de Justicia, Paz y Amor.

No creas que será fácil caminar este camino pero
las crisis ayudan a ir descubriendo el sentido.

La verdad que hay en las cosas es un tesoro escondido,
quien equivoca la senda, tal vez su vida ha perdido.

El Evangelio te muestra como no errar el camino,
de veras, vale la pena a Jesucristo seguirlo.

Te comparto mi esperanza de empezar cada momento
con la misma fuerza y ganas de la primera mañana.

Marcelo A. Murúa

VIERNES XXVI

El que me rechaza, rechaza a aquel que me envió

Lectura del libro del profeta Baruc           1, 15-22

Al Señor, nuestro Dios, pertenece la justicia; a nosotros, en cambio, la vergüenza reflejada en el rostro, como sucede en el día de hoy: vergüenza para los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén, para nuestros reyes y nuestros jefes, para nuestros sacerdotes, nuestros profetas y nuestros padres. Porque hemos pecado contra el Señor, le hemos sido infieles y no hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios, que nos mandaba seguir los preceptos que él puso delante de nosotros.

Desde el día en que el Señor hizo salir a nuestros padres del país de Egipto, hasta el día de hoy, hemos sido infieles al Señor, nuestro Dios, y no nos hemos preocupado por escuchar su voz. Por eso han caído sobre nosotros tantas calamidades, así como también la maldición que el Señor profirió por medio de Moisés, su servidor, el día en que hizo salir a nuestros padres del país de Egipto, para darnos una tierra que mana leche y miel. Esto es lo que nos sucede en el día de hoy.

Nosotros no hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios, conforme a todas las palabras de los profetas que él nos envió. Cada uno se dejó llevar por los caprichos de su corazón perverso, sirviendo a otros dioses y haciendo el mal a los ojos del Señor, nuestro Dios.

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 78, 1-2. 3-5. 8. 9 (R.: 9b)

R.        Líbranos, Señor, a causa de tu Nombre.

Señor, los paganos invadieron tu herencia,

profanaron tu santo Templo,

hicieron de Jerusalén un montón de ruinas;

dieron los cadáveres de tus servidores

como pasto a las aves del cielo,

y la carne de tus amigos, a las fieras de la tierra.  R.

Derramaron su sangre como agua

alrededor de Jerusalén,

y nadie les daba sepultura.

Fuimos el escarnio de nuestros vecinos,

la irrisión y la burla de los que nos rodean.

¿Hasta cuándo, Señor? ¿Estarás enojado para siempre?

¿Arderán tus celos como un fuego?  R.

No recuerdes para nuestro mal

las culpas de otros tiempos;

compadécete pronto de nosotros,

porque estamos totalmente abatidos.  R.

Ayúdanos, Dios salvador nuestro,

por el honor de tu Nombre;

líbranos y perdona nuestros pecados,

a causa de tu Nombre.  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas   10, 13-16

¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros realizados entre ustedes, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y sentándose sobre ceniza. Por eso Tiro y Sidón, en el día del Juicio, serán tratadas menos rigurosamente que ustedes.

Y tú, Cafarnaún, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno.

El que los escucha a ustedes, me escucha a mí; el que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza, rechaza a aquel que me envió.

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Este Baruc es probablemente el secretario y hombre de confianza del profeta Jeremías. Lo encontramos en Babilonia, a la muerte de Jeremías, hacia el 580 antes de Cristo.
  • En esta época muchos judíos se encontraban en la Dispersión, reunidos en pequeñas comunidades en ciudades paganas.
  • Esta situación ha hecho que el pueblo reflexione sobre su «historia nacional» de pecado y clame a Yahvé.
  • Los textos que leemos hoy contienen una larga oración litúrgica. Es una oración emocionada, humilde, en la que reconocen que son culpables de lo que les está pasando, porque todos han sido infieles a Dios, empezando por los políticos y sacerdotes.
  • El pensamiento judío, como también el pensamiento popular de muchos pueblos, piensa que hay una relación entre el pecado y la desgracia, por eso la plegaria empieza con una confesión sincera y lúcida de los pecados de toda la comunidad de ahora y de antes, sigue con el reconocimiento del sentido del castigo divino y termina pidiendo misericordia. En un clima de serenidad aparece claramente la teología del pecado, de la conversión y del perdón,
  • El principal pecado, del que todos son responsables, reside en haber despreciado la palabra de Dios: «Desde el día en que el Señor sacó a nuestros padres de Egipto hasta hoy no hemos hecho caso al Señor, nuestro Dios. Se recuerda constantemente el beneficio del éxodo, que contrasta con la dureza de corazón del pueblo.
  • Dios es siempre fiel a su amor por nosotros. Jamás dejará de amarnos, por muchas ofensas y rebeldías que hayamos hecho en contra suya, pues en medio de nuestras infidelidades, Él permanece fiel, ya que no puede desdecirse a sí mismo.
  • Como respuesta a esta fidelidad  y amor no sólo hemos de reconocer nuestras faltas, sino que necesitamos arrepentirnos y pedir perdón, lo que nos llevará a reiniciar un nuevo camino de lealtad en la presencia del Señor.

***

  • Jesús y los suyos tenían ya experiencia de fracaso en su trabajo evangelizador. Acababan de dejar Galilea, de donde conservaban algunos recuerdos amargos. En su paso por Samaria no los habían querido hospedar y en Jerusalén les esperaban cosas aún peores.
  • El Evangelio de hoy narra las tres lamentaciones de Jesús contra tres ciudades galileas: Betsaida, Corozaín y Cafarnaún. La decepción es mayor por Cafarnaún, ciudad que Jesús había hecho centro de su predicación. Ha constatado con dolor que en los lugares donde se podía esperar una buena aceptación de su mensaje es donde encuentra más obstinación y dureza de corazón. Por el contrario, en las ciudades de Tiro y de Sidón,  donde no esperaba nada ha encontrado mejor disposición para aceptar el mensaje.
  • Jesús culmina su lamento poniendo de manifiesto la íntima relación entre él y su Padre que lo ha enviado y anuncia que, al final, habrá un juicio duro para los que no han sabido acoger al enviado de Dios.
  • También hoy encontraríamos esta lamentación ante muchas de nuestras actitudes. Nos armamos de una falsa seguridad que nos aísla del llamado incesante que hay en la vida al cambio y al crecimiento. Nos cerramos en una fe estática que anula nuestra capacidad de cambio, de ajuste de nuestro modo de ver, sentir, pensar.
  • Otras veces aceptamos parcialmente el mensaje tratando de acomodarlo a nuestras conveniencias y negando aquello que nos resulta arduo o enfrentado a nuestros intereses. No se trata muchas veces de un rechazo explícito y verbal pero sí es el rechazo práctico de mutilar o hacer caso omiso de los aspectos más comprometedores y de mayor exigencia del evangelio.
  • Nos apegamos a costumbres, tradiciones, mandatos y dogmatismos cerrándonos a la acción siempre novedosa del Espíritu; empobreciendo cada vez más las posibilidades de enriquecimiento del mensaje. Nos creemos poseedores de una verdad dada, fuera de la cual nadie tiene nada que decir, nada que aportar. Nos conformamos con repetir, sin llegar a la raíz de la vida para dejarnos transformar, y transformar desde ahí la realidad, con la novedad que Jesús trae.
  • Las palabras finales de este Evangelio son una llamada a la conversión y traen esperanza. Escuchemos la voz de Jesús para que el amor supere progresivamente el egoísmo arraigado en nuestra vida y en nuestras estructuras. La conversión es un trabajo siempre inacabado y es el camino por el cual Dios nos recreará y recreará su Iglesia.

PARA DISCERNIR

  • ¿Qué frutos de conversión da en mí el anuncio del evangelio?
  • ¿Me acostumbré a la Palabra de Jesús?
  • ¿Vivo en espíritu de conversión constante?

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

«El que os escucha a vosotros a mí me escucha; el que os rechaza a vosotros a mí me rechaza »

Nuestro tiempo es dramático y al mismo tiempo fascinador. Mientras por un lado los hombres dan la impresión de ir detrás de la prosperidad material y de sumergirse cada vez más en el materialismo consumista, por otro, manifiestan la angustiosa búsqueda de sentido, la necesidad de interioridad, el deseo de aprender nuevas formas y modos de concentración y de oración. No sólo en las culturas impregnadas de religiosidad, sino también en las sociedades secularizadas, se busca la dimensión espiritual de la vida como antídoto a la deshumanización… La Iglesia tiene un inmenso patrimonio espiritual para ofrecer a la humanidad: en Cristo, que se proclama «el Camino, la Verdad y la Vida» (Jn 14,6).

La Iglesia debe de ser fiel a Cristo; ella es su cuerpo y recibe la misión de hacerle presente. Es necesario que “siga el mismo camino que Cristo, el camino de la pobreza, de la obediencia, del servicio y de la inmolación de sí hasta la muerte, de la cual salió victorioso por su resurrección” (Vaticano II, AG 59). Así pues, la Iglesia debe hacer todo lo posible para realizar su misión en el mundo y llegar a todos los pueblos; tiene también el derecho, concedido por Dios, de llevar a cabo la realización de su plan. La libertad religiosa, a veces todavía limitada o restringida, es la condición y la garantía de todas las libertades que fundamentan el bien común de las personas y de los pueblos. Es de desear que se conceda a todos y en todo lugar la verdadera libertad religiosa… Se trata de un derecho inalienable de toda persona humana.

Por otra parte, la Iglesia se dirige al hombre en el respeto total hacia su libertad; la misión no restringe la libertad sino que la favorece. La Iglesia propone; no impone jamás; respeta a las personas y a las culturas, y se detiene ante el altar de la conciencia. A los que, bajo diversos pretextos, se oponen a su actividad misionera, la Iglesia les repite: “¡Abrid las puertas a Cristo!”   

San Juan Pablo II – Papa
Encíclica “Redemptoris missio”, § 38-39 (trad.  Libreria Editrice Vaticana)

PARA REZAR

Oración de amor y amistad

Señor:
Qué hermoso es tener un corazón
con capacidad para amar y perdonar,
para ayudar y comprender,
para creer y confiar.

Pero qué difícil me resulta practicarlo,
hacerlo vida en mis actos de cada día.
Mis fuerzas son muy limitadas
y son más las horas bajas que las buenas.

Tú siempre estás ahí, esperándome,
creyendo en mí, confiando en mí.

Que una caída de hoy sea un peldaño
que me acerque más a ti y a mis hermanos;
que cada día tenga el coraje
de volver a empezar en el camino del amor.

Que al cerrar cada noche,
pueda refugiarme en tu regazo
de Padre compresivo y amoroso.

Dame la valentía de saber unir
mi mano a otros hombres, mis hermanos,
para hacer crecer entre todos
el arco iris del amor y de la amistad.

Lidia María de Jesús

SÁBADO XXVI

Que sus nombres estén escritos en el cielo

Lectura del libro del profeta Baruc           4, 5-12. 27-29

¡Ánimo, pueblo mío, memorial viviente de Israel! Ustedes fueron vendidos a las naciones, pero no para ser aniquilados; es por haber excitado la ira de Dios, que fueron entregados a sus enemigos. Ustedes irritaron a su Creador, ofreciendo sacrificios a los demonios y no a Dios; olvidaron al Dios, eterno, el que los sustenta, y entristecieron a Jerusalén, la que los crió.

Porque ella, al ver que la ira del Señor se desencadenaba contra ustedes, exclamó: «Escuchen, ciudades vecinas de Sión: Dios me ha enviado un gran dolor. Yo he visto el cautiverio que el Eterno infligió a mis hijos y a mis hijas. Yo los había criado gozosamente y los dejé partir con lágrimas y dolor. Que nadie se alegre al verme viuda y abandonada por muchos. Estoy desolada por los pecados de mis hijos, porque se desviaron de la Ley de Dios.

¡Ánimo, hijos, clamen a Dios, porque Aquel que los castigó se acordará de ustedes! Ya que el único pensamiento de ustedes ha sido apartarse de Dios, una vez convertidos, búsquenlo con un empeño diez veces mayor. Porque el que atrajo sobre ustedes estos males les traerá, junto con su salvación, la eterna alegría.»

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 68, 33-35. 36-37 (R.: 34a)

R.        El Señor escucha a los pobres.

Que lo vean los humildes y se alegren,

que vivan los que buscan al Señor:

porque el Señor escucha a los pobres

y no desprecia a sus cautivos.  R.

Que lo alaben el cielo, la tierra y el mar,

y todos los seres que se mueven en ellos.  R.

El Señor salvará a Sión

y volverá a edificar las ciudades de Judá:

el linaje de sus servidores la tendrá como herencia,

y los que aman su nombre morarán en ella.  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas   10, 17-24

Los setenta y dos volvieron y le dijeron llenos de gozo: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu Nombre.»

El les dijo: «Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Les he dado poder para caminar sobre serpientes y escorpiones y para vencer todas las fuerzas del enemigo; y nada podrá dañarlos. No se alegren, sin embargo, de que los espíritus se les sometan; alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo.»

En aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.»

Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: « ¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven! ¡Les aseguro que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron!»

Palabra del Señor.

Si de la memoria: Bienaventurada Virgen maría del Rosario

  • Hechos 1, 12-14
  • S. R: Lucas 1, 46-55
  • Lucas 1,26-38

PARA REFLEXIONAR

  • Sigue el profeta Baruc, esta vez animando al pueblo a volver decididamente a Dios.
  • El mismo profeta que hizo que las comunidades judías dispersas en el paganismo, fueran conscientes de su participación en el pecado del mundo; repite la idea de que las desgracias que los están abrumando las tienen bien merecidas, porque se entregaron a sus enemigos «olvidándose del Señor que los había criado».
  • Ahora, también abre la esperanza de su pueblo, le da ánimo porque el Dios que los castigó se acordará de ellos, y les mandará «el gozo eterno de la salvación». Pero es necesario convertirse a Él, volver a buscarlo con un redoblado empeño. El destierro ayudó al pueblo israelita a madurar en su fe.
  • Dios los llama afectuosamente «pueblo mío», haciéndole la promesa de un retorno definitivo.
  • Desde hermosas comparaciones nos habla de Dios: un padre a quien los hijos hacen sufrir, una madre abandonada por sus hijos. Un Dios que sufre más que nosotros por nuestros pecados.
  • Si muchas veces permite que quedemos atrapados en las redes del dolor, del sufrimiento, de la enfermedad como consecuencia de nuestras rebeldías en contra suya; sin embargo, Él siempre tiene puesta en nosotros su mirada amorosa; siempre está dispuesto a perdonarnos y a liberarnos de la mano de nuestros enemigos.
  • Él es nuestro Dios y Padre, y no enemigo a la puerta de nuestra casa. Un Dios compasivo, misericordioso y siempre fiel para con nosotros.

***

  • Los que habían sido enviados vuelven de la misión y se toman un tiempo para contarle al Maestro lo que han vivido. Este encuentro es el punto de partida para nuevas lecciones de Jesús para los misioneros. Los setenta y dos regresan alegres por el éxito de su trabajo: la victoria sobre el mal lograda por la invocación del nombre de Jesús. Experimentan la grandeza del ser discípulos de Jesús, que les ha dado poder sobre todo “poder enemigo”.
  • Pero Jesús no se queda en la acción, sino que los invita a levantar sus miradas hacia lo alto y alaba a Dios Padre, por la obra realizada por sus discípulos. Jesús se goza en la acción de gracias porque la revelación de Dios, ha llegado a los pequeños y han tenido acceso al corazón de un Padre que se desvela por sus hijos más pequeños y los ama a través de las acciones de su Hijo. Sin embargo la verdadera victoria, no es sólo la obra que han realizado por la salvación de otros sino la misma salvación de ellos.
  • Como Iglesia evangelizadora no podemos olvidar que evangelizamos y nos evangelizamos, que siempre somos discípulos, que lo que anunciamos debe ir en coherencia con lo que vivimos, que lo que proclamamos es lo que nos esforzamos en creer, que lo que damos es la expresión de lo que llevamos dentro.
  • La Iglesia es dichosa por la obra que se le encomienda pero sobre todo porque la Palabra de gracia sigue resonando en su interior y la invita a renovarse constantemente.
  • Hoy más que nunca, nuestro testimonio de vida es condición esencial para la eficacia de la misión. Debemos hacernos responsables del Evangelio que proclamamos.
  • Es necesario que nuestro esfuerzo evangelizador brote de una verdadera santidad de vida y que el anuncio, animado con la oración y el amor a la Eucaristía, vaya santificándonos.  El mundo exige y espera de nosotros: sencillez de vida, espíritu de oración, caridad para con todos y especialmente con los pequeños y los pobres, humildad, generosidad y alegre renuncia. Sólo es creíble para el mundo de hoy un Evangelio encarnado.

PARA DISCERNIR

  • ¿Experimento mi vida como misión?
  • ¿Me alegro de que la buena noticia llegue a los hombres?
  • ¿Dónde está mi felicidad como evangelizador?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Te alabo Padre

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

«En aquel momento, Jesús se llenó de alegría»

…”Por su misma esencia, el gozo cristiano es la participación espiritual en el gozo insondable, conjuntamente divino y humano, que está en el corazón de Jesucristo glorificado…Contemplémosle a lo largo de su vida terrestre; en su humanidad hizo experiencia de nuestros gozos. Jesús, manifiestamente ha conocido, apreciado, celebrado toda una gama de gozos humanos, de estos gozos simples y cotidianos, al alcance de todos. La profundidad de su vida interior no ha debilitado lo concreto de su mirada, ni su sensibilidad. Admira los pájaros y los lirios del campo. De buenas a primeras une en su mirar, la mirada de Dios sobre la creación al amanecer de la historia. Gustosamente exalta el gozo del sembrador y del segador, el del hombre que encuentra un tesoro escondido, el del pastor que recupera su oveja o el de la mujer que encuentra la moneda perdida, el gozo de los invitados a la fiesta, el gozo de las bodas. El del padre que acoge a su hijo el regresar de una vida de pródigo y el de la mujer que acaba de dar a luz a un hijo.

Estos gozos  humanos tienen para Jesús tanta consistencia que para él son signos de los gozos espirituales del Reino de Dios: gozo de los hombres que entran en este Reino, que vuelven a él o trabajan en él, gozo del Padre que los acoge. Por su parte, Jesús mismo manifiesta su satisfacción y su ternura cuando encuentra a unos niños que desean acercársele, a un hombre rico, fiel y preocupado de hacer todo de su parte, amigos que le abren la puerta de su casa como Marta, María, Lázaro. Su dicha se encuentra sobre todo al ver acogida la  Palabra, liberados los posesos, convertirse a una mujer pecadora o un publicano como Zaqueo, una viuda que coge de su propia indigencia para dar. Exulta igualmente de gozo cuando constata que la revelación del Reino, que permanece escondida a los sabios y entendidos, se da a los más pequeños. Sí, puesto que Cristo vivió nuestra condición humana y fue «probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado» (Heb 4,15) acogió y experimentó los gozos afectivos y espirituales como un don de Dios. Y no cesó en su empeño hasta que no hubo «anunciado a los pobres la Buena Noticia, y a los afligidos el gozo» (cfr. Lc 4,10)”…

San Pablo VI, papa de 1963-1978 – Exhortación apostólica sobre el gozo cristiano «Gaudete in Domino»

PARA REZAR

Señor ayúdame a anunciar a todos tu evangelio.
Que no me cierre a nadie,

y mire especialmente a los que más te necesitan.
Quiero caminar con ojos abiertos, pie firme 

y con el corazón en la mano,

mostrando mi fe, sin miedo ni vergüenza,
simplemente, viviéndola.
Llevando la Buena Noticia a la humanidad,

construyendo una Iglesia unida, justa y fraternal.
Que pueda vivir cada día, aún a costa mía,

la radicalidad del Evangelio,

para no desfigurar el mensaje de salvación

que los hombres merecen encontrar.

Por Mari