TIEMPO DTE EL AÑO – CICLO A

DOMINGO XXIX

LUNES XXIX

MARTES XXIX

MIÉRCOLES XXIX

JUEVES XXIX

VIERNES XXIX

SÁBADO XXIX

SANTOS SIMÓN Y JUDAS, APÓSTOLES (F)

TIEMPO DTE EL AÑO – CICLO A

DOMINGO XXIX

A Dios lo que es de Dios

Lectura del libro del Profeta Isaías                        45,1.4-6


Así habla el Señor a su ungido, a Ciro, a quien tomé de la mano derecha, para someter ante él a las naciones y desarmar a los reyes para abrir ante él las puertas de las ciudades, de manera que no puedan cerrarse.

Por amor a Jacob, mi servidor, y a Israel, mi elegido, yo te llamé por tu nombre, te di un título insigne, sin que tú me conocieras. Yo soy el Señor, y no hay otro, no hay ningún Dios fuera de mí.

Yo hice empuñar las armas, sin que tú me conocieras, para que se conozca, desde el Oriente y el Occidente, que no hay nada fuera de mí. Yo soy el Señor, y no hay otro.


Palabra de Dios.

SALMO                                              Sal. 95,1.3-5.7-10ac

R: Aclamen la gloria y el poder del Señor.

Canten al Señor un canto nuevo,

cante al Señor toda la tierra;

anuncien su gloria entre las naciones,

y sus maravillas entre los pueblos. R.


Porque el Señor es grande y muy digno de alabanza,

más temible que todos los dioses.

Los dioses de los pueblos no son más que apariencia,

pero el Señor hizo el cielo. R.


Aclamen al Señor, familias de los pueblos,

aclamen la gloria y el poder del Señor;

aclamen la gloria del nombre del Señor.

Entren en sus atrios trayendo una ofrenda. R.


Adoren al Señor al manifestarse su santidad:

¡qué toda la tierra tiemble ante Él!

Digan entre las naciones: «¡El Señor reina!

El mundo está firme y no vacilará.

El Señor juzgará a los pueblos con rectitud».

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo

a los cristianos de Tesalónica            1,1-5b

Pablo, Silvano y Timoteo saludan a la Iglesia de Tesalónica, que está unida a Dios Padre y al Señor Jesucristo. Llegue a ustedes la gracia y la paz.

Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes, cuando los recordamos en nuestras oraciones, y sin cesar tenemos presente delante de Dios, nuestro Padre, cómo ustedes han manifestado su fe con obras, su amor con fatigas y su esperanza en nuestro Señor Jesucristo con una firme constancia.

Sabemos, hermanos amados por Dios, que ustedes han sido elegidos.

Porque la Buena Noticia que les hemos anunciado llegó hasta ustedes, no solamente con palabras, sino acompañada de poder, de la acción del Espíritu Santo y de toda clase de dones. Ya saben cómo procedimos cuando estuvimos allí al servicio de ustedes.

Palabra de Dios.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Mateo   22, 15-21

Los fariseos se reunieron entonces para sorprender a Jesús en alguna de sus afirmaciones.
Y le enviaron a varios discípulos con unos herodianos, para decirle: «Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios, sin tener en cuenta la condición de las personas, porque tú no te fijas en la categoría de nadie.

Dinos qué te parece: ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no?».
Pero Jesús, conociendo su malicia, les dijo: «Hipócritas, ¿por qué me tienden una trampa?

Muéstrenme la moneda con que pagan el impuesto». Ellos le presentaron un denario.
Y él les preguntó: «¿De quién es esta figura y esta inscripción?».

Le respondieron: «Del César». Jesús les dijo: «Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios».

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • La vuelta del destierro de Babilonia se retrasaba demasiado y los exiliados empiezan a perder la esperanza creyendo que su Dios los ha abandonado a tal punto de preguntarse si Yahvé es el verdadero Dios. En este ambiente de crisis aparece el mensaje de este personaje conocido como Isaías II dando un mensaje de esperanza: Yahvé es el único Dios verdadero y su poder no tiene límites.
  • La primera lectura comenta las gestas de Ciro en favor de Israel. El profeta ve todo lo que Ciro ha hecho, como parte del llamado divino; ve en Ciro, no sólo el rey de Persia, sino el ungido del Señor; es decir, ve en él un instrumento humano de los designios del Dios de la historia.
  • Ciro a pesar de ser un pagano; recibe, la investidura de parte de Dios. Pero esa misión y encargo confiado por Dios a Ciro, deben llevar al reconocimiento de que no existe otro Señor que el Dios de Israel. Ciro ha llegado a ser poderoso, pero su poder lo tiene por completo del Señor.
  • Si Ciro debe ser obedecido, no es por sí mismo, sino por estar investido del poder de Dios, porque es de Dios de quien él tiene el poder.

***

  • Pablo había predicado en Tesalónica antigua capital de la Macedonia con dificultades. La predicación del evangelio había dado fruto allí, constituyéndose una comunidad de creyentes.
  • El texto de hoy nos coloca frente a la sorprendente conciencia que manifiestan los predicadores de las primeras horas para quienes, anunciar el evangelio ha llegado a ser una urgencia inexcusable de la propia conciencia, ya que se sienten responsables ante Dios por ello. Por el evangelio, están dispuestos a sufrimientos y contradicciones de toda ciase, como de hecho soportan.
  • Esta conciencia de responsables del evangelio es la que los urge a vivir de una manera santa, justa e irreprensible con los demás. Por otra parte, piden a los tesalonicenses que vivan «como se merece Dios, que los ha llamado a su reino y gloria».

***

  • El evangelio de hoy presenta una escena en las que los fariseos buscan el modo de comprometer a Jesús en sus palabras, con el fin de hallar un motivo para acusarlo.
  • En Jerusalén se dan cita todos los poderes. Allí Jesús se mueve en un campo de tensiones fuertes entre el poder de las autoridades judías, el estado de ánimo del pueblo judío, los intereses del dominador romano y las opiniones de los diversos grupos judíos.
  • El incidente de hoy gira en torno al tributo al César, el del próximo domingo sobre el mandamiento más importante de la Ley.
  • El impuesto al César recordaba a los judíos que eran un pueblo dominado por los extranjeros, por los paganos. Y esto era vivido como ultraje al Pueblo de Dios. Frente a la cuestión del impuesto se adoptaron en Israel diversas actitudes: los saduceos que eran los colaboracionistas de aquellos tiempos, no tenían inconveniente en pagar y someterse a un poder que los privilegiaba. Ellos poseen y adoptan la moneda del tributo, luego afirman que la imagen y la inscripción corresponden a la del emperador, por lo tanto se están sirviendo de lo que viene de él.  Tienen en sus manos todos los días el dinero del emperador pero no quieren adoptarlo cuando se trata de pagarle el tributo.
  • Los fariseos, por su parte, lo hacían de mala gana. Los más radicales eran los zelotes, para los que pagar el impuesto era ir en contra del primer mandamiento, que manda reconocer a Yahvé como único Dios, y defendían la lucha armada contra Roma como camino para defender la independencia nacional. 
  • La pregunta es insidiosa y fue planteada de manera que Jesús tuviera que escoger entre Dios y el emperador.
  • Si Jesús respondía que hay que pagar impuesto al César, se ganaba la enemistad de un pueblo muy nacionalista, furioso por el poder opresor del Imperio Romano. Si, por el contrario, Jesús rechazaba el impuesto, podía ser acusado de revoltoso contra el poder de Roma, sin embargo sale hábilmente de la trampa que le han tendido con una respuesta dialéctica. «La imagen de la moneda pertenece al César, pero los hombres no han de olvidar que llevan en sí mismos la imagen de Dios y, por lo tanto, sólo le pertenecen a Él». Jesús nos quiere decir: «dad al César lo que le pertenece a él, pero no olvidéis que vosotros mismos pertenecéis a Dios» G. Bornkamm.
  • La respuesta de Jesús es una denuncia de la incoherencia de sus adversarios: que en la vida cotidiana se amparan bajo señorío del emperador y aprovechan las ventajas que les trae esa situación, por lo tanto no tienen ningún motivo para plantear como un problema de fe el pago del tributo. Jesús no traiciona la verdad para estar en paz con los diversos grupos de poder sino que introduce un elemento nuevo que no estaba presente en la pregunta que le hacían. Jesús añade el “dar a Dios lo que es de Dios”, que supone el elemento fundante de su mensaje. Para Jesús, Dios y la causa del Reino de Dios son el único absoluto. Todas las otras realidades humanas no son negadas, se les reconoce su valor, pero no constituyen nunca un absoluto, para Jesús ningún César puede ocupar el lugar que Dios debe tener en la vida.
  • Para Jesús, el César y Dios no son dos autoridades de rango semejante. Dios está por encima de cualquier César y éste no puede nunca exigir lo que pertenece a Dios.
  • «Dar a Dios lo que es de Dios», y, «dar al César lo que es del César» expresa que la fidelidad al Señor, a quien debemos dar todo, incluye también el respeto al sentido social: «dar al César lo que es del César»
  • La frase de Jesús, no es sino una llamada a dar a Dios en nuestra vida el lugar que se merece, y a poner todo lo demás por debajo de Él. Ningún César, ningún ídolo, puede ponerse a la altura del Dios Padre de Jesús; aunque nosotros, a veces, seamos torpes como para cometer semejante disparate. La cuestión no es lo que hay que dar al César, sino lo que hay que darle a Dios.
  • La doctrina del evangelio no es, por lo tanto, ni indiferente ni neutra en lo que a la política respecta, pero la política no puede ser neutra en lo que respecta a Dios. “Dar a Dios lo que es de Dios” supone fidelidad a los deberes sociales y políticos, pero en la línea del espíritu y las exigencias del evangelio, porque todo depende de Dios. Todo hombre debe, pues, vivir su vida de hombre en cuanto hombre, y en el contexto social en que se encuentre, intentando trabajar por el progreso y el bienestar. Pero debe hacerlo obedeciendo a lo que el evangelio le indica.
  • Por otra parte, la proclamación del evangelio por la Iglesia debe recordar a la política, la primacía de Dios y la necesidad de ir por la vía de sus mandamientos, precisamente en orden a la felicidad humana de la comunidad, de esa comunidad a la que tiene el encargo de conducir a la felicidad. Ambos adagios son, en consecuencia, complementarios, pero el «den a Dios lo que es de Dios» es primero y de él dimana la obligación y el fundamento del segundo: «den al César lo que es del César». 
  • No hay que intentar buscar en Jesús, en el Evangelio, respuestas ante las diversas opciones políticas, porque sería utilizar a Jesús en función de nuestros intereses. El Evangelio de Jesús debe penetrar e iluminar, alimentar toda nuestra vida. Pero la responsabilidad de concretarlo, es nuestra. El evangelio de Jesucristo, como el Reino de Dios, no es sólo asunto de palabras, “sino  además fuerza del Espíritu Santo y convicción profunda”.
  • En unos tiempos en que crecen el poder del estado, el poder de los medios, el poder de la sociedad de consumo de manera insospechada, y a los ciudadanos les resulta cada vez más difícil defender su libertad, en medio de una realidad donde casi todo está dirigido y controlado perfectamente, los discípulos de Jesús no podemos dejar que nos roben nuestra conciencia y nuestra libertad. Tenemos que cumplir con honradez nuestros deberes ciudadanos, pero no podemos dejarnos modelar ni dirigir por ningún poder que nos enfrente con las exigencias fundamentales de la fe.
  • La Iglesia, a la que Cristo llamaba el «Reino de los Cielos», no puede renunciar a su clara condición de «peregrina en la tierra». Por eso ha de estar plenamente encarnada. Los cristianos tenemos una doble nacionalidad: «ciudadanos del cielo» y «ciudadanos de la tierra».
  • …”Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de los que sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón”… «Constitución sobre la Iglesia en el mundo actual».

PARA DISCERNIR

  • ¿Qué tengo que convertir para que Dios y el Reino sean mi único absoluto?
  • ¿Qué anuncio de libertad espera mi familia, mis compañeros de trabajo, mis vecinos, mi comunidad?
  • ¿Qué gracia le pido al Señor para darle a Él lo que Él se merece?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Dame un corazón coherente y valiente Señor

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

 …“Jesús enseña que hay dos tipos de poder: uno terreno y humano, y el otro celeste y divino. Y enseñó que se nos pide una doble obediencia: a las leyes humanas y a las divinas, y que debemos pagar un doble tributo: uno al César y otro a Dios.  

Al César le debemos dar la moneda que tiene la imagen e inscripción de él; a Dios, sin embargo, le debemos aquello impresa su imagen y semejanza divina: ‘Resplandezca sobre nosotros, Señor, la luz de tu rostro’ (Salmo 4,7). 

Fuimos creados a imagen y semejanza de Dios. Tú, oh cristiano, eres hombre: eres, por tanto, moneda del tesoro divino, eres el dinero que tiene impresa la imagen y la inscripción del rey divino.

Con Cristo te pregunto: ‘¿De quién es esta imagen y la inscripción?’.

Tú dices: de Dios.

Observo: ¿Entonces, por qué no le da a Dios lo que le pertenece? 

Si queremos ser imagen de Dios, debemos ser semejantes a Cristo, porque Él es la imagen de la bondad de Dios y forma de su substancia. Dios, ‘a aquellos que desde siempre conoció, también los predestinó a ser conformes a la imagen de su Hijo’ (Romanos 8,29).  

Y Cristo dio verdaderamente al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, porque observó a la perfección las dos tablas de la Ley divina ‘haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz”… 

San Lorenzo de Brindis, Homilía para el domingo 22 después de Pentecostés, 1.2.3 
 

PARA REZAR

Dame un corazón

Señor Jesús:
Mientras peregrino navegando,
sobre turbulentas aguas de mi vida,
dame la alegría de tener como brújula;
un corazón que me lleve hacia el puerto del amor.

Dame un corazón de POBRE,
capaz de amar, para abrirse y entregarse.

Dame un corazón PACIENTE,
capaz de amar, viviendo esperanzado.

Dame un corazón PACIFICO,
capaz de amar, sembrando la paz en el mundo.

Dame un corazón JUSTO,
capaz de amar, jugándose por la justicia.

Dame un corazón MISERICORDIOSO,
capaz de amar, comprendiendo y perdonando.

Dame un corazón SENSIBLE,
capaz de amar, llorando sin desalientos.

Dame un corazón PURO,
capaz de amar, descubriendo a Dios en el hombre.

Dame un corazón FUERTE,
capaz de amar, siendo fiel hasta la muerte.

Dame un corazón EVANGELICO,
capaz de amar.

LUNES XXIX

¿Para quién será lo que has amontonado?

Lectura de la carta del apóstol san Pablo

a los cristianos de Roma    4, 20-25

Hermanos:

Abraham no dudó de la promesa de Dios, por falta de fe, sino al contrario, fortalecido por esa fe, glorificó a Dios, plenamente convencido de que Dios tiene poder para cumplir lo que promete. Por eso, la fe le fue tenida en cuenta para su justificación.

Pero cuando dice la Escritura: Dios tuvo en cuenta su fe, no se refiere únicamente a Abraham, sino también a nosotros, que tenemos fe en aquel que resucitó a nuestro Señor Jesús, el cual fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación.

Palabra de Dios.

SALMO          Lc 1, 69-70. 71-72. 73-75 (R.: cf. 68)

R.        ¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque visitó a su pueblo!

Nos ha dado un poderoso Salvador

en la casa de David, su servidor,

como lo había anunciado mucho tiempo antes

por boca de sus santos profetas.  R.

Para salvarnos de nuestros enemigos

y de las manos de todos los que nos odian.

Así tuvo misericordia de nuestros padres

y se acordó de su santa Alianza.  R.

Del juramento que hizo a nuestro padre Abraham

de concedernos que, libres de temor,

arrancados de las manos de nuestros enemigos,

lo sirvamos en santidad y justicia bajo su mirada,

durante toda nuestra vida.  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas   12, 13-21

En aquel tiempo:

Uno de la multitud le dijo: «Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia.»

Jesús le respondió: «Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?» Después les dijo: «Cuídense de toda avaricia, porque aun en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas.»

Les dijo entonces una parábola: «Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo: «¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha.» Después pensó: «Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida.»

Pero Dios le dijo: «Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?»

Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Ante la promesa de Dios, Abraham no cedió a la duda con incredulidad. Humanamente, Abraham tenía todas las razones para desesperar, para «dudar» de su porvenir, era demasiado viejo para tener hijos. Su fe es una esperanza más allá de toda esperanza. La fe del patriarca, se mantiene en la seguridad de que Dios, es capaz de crear un futuro verdaderamente nuevo e inesperado.
  • Abraham no se ha encerrado en su pasado, sino que se ha fiado de Dios como aquel que puede hacer nuevas todas las cosas. Abraham no se ha apoyado en su edad, que no condecía con su esperanza; sino que ha superado esta realidad confiando a Dios el futuro.
  • La fe de Abraham es eminentemente personal. Está ligada a Aquel que había prometido, más que a lo que había prometido. Pablo señala un vínculo muy fuerte entre Cristo y nosotros: fue entregado «por» nosotros, y resucitó «por» nosotros.
  • Cristo resucitado es verdaderamente el “si” de la promesa de Dios. El objeto central de nuestra fe, es la «fe en Cristo Resucitado». Quienes mediante la muerte de Cristo hemos sido liberados de la esclavitud del pecado, sólo vemos plenamente realizada nuestra salvación, nuestra justificación, cuando participamos de la glorificación de Cristo Resucitado.

***

  • El legalismo al que se había llegado en el seno del judaísmo hacía de los miembros del pueblo personas infantiles, temerosas, dependientes, incapaces de resolver hasta los asuntos domésticos. Un hombre le pide a Jesús que medie en una cuestión de herencia, un asunto meramente familiar y banal que con frecuencia era resuelto por  los rabinos que hacían esta clase de servicio.
  • En aquella época no existían los bienes de la familia  puesto que todo era del padre  y el hijo mayor era el heredero de todos los bienes. Si bien el tener muchos hijos era signo de la bendición Dios, la práctica familiar acerca de la herencia era injusta y desequilibrada porque el hijo mayor era quien tenía derecho a quedarse con todo; y no estaba obligado a dar algo a los demás hermanos.
  • Jesús les hace notar que se equivocan al pensar que Él tiene que intervenir en todo y aclara que no es juez ni mediador en asuntos como éste. Su respuesta negándose a resolver cuestiones de dinero deja claro que para Él la fuente de la vida no se encuentra en el “tener”. Para hacerlo, desenmascara la tendencia perniciosa a la codicia, al acaparamiento en que viven tantos contemporáneos suyos.
  • La parábola que usa para ilustrar remite al tema del juicio; noción que irá creciendo cada vez más. 
  • Al pedir que se busquen las cosas de arriba  llama a dar un paso importante. En el fondo, ni el trabajo, ni los bienes son la última palabra sobre el hombre; tanto uno como otro no tienen respuesta ante la muerte, y la muerte es la mayor cuestión que aflige al hombre.
  • «Que nadie crea que es dueño de su propia vida» (San Jerónimo). El hombre se halla siempre tentado a buscar su salvación en los bienes, en las posesiones, a poner en las riquezas su seguridad. La ambición, el acaparamiento y el enriquecimiento son siempre fuente de conflictos, agresiones y opresión. Uno quita a otro sus derechos para apoderarse de un capital. El dinero se transforma en la medida de toda acción humana dejando de lado los grandes valores que deben sostener la vida de los hombres en la sociedad.
  • El pecado no consiste en ser rico ni preocuparse del futuro, sino olvidar a Dios y cerrarse a los demás. Ser ricos ante Dios significa dar importancia a aquellas cosas que nos llevaremos con nosotros en la muerte: las obras del reino. El saber compartir con otros nuestros bienes es la única riqueza que vale la pena ante Dios.
  • El discípulo debe estar siempre en guardia contra esta tentación que se va metiendo bajo la apariencia de necesidad. El proyecto de Jesús es  la realización de una comunidad fraterna donde se respeta el derecho y la dignidad de todos y para eso nos pide que pongamos a Dios y su reinado como supremo valor de la vida.
  • Jesús no viene a solucionar conflictos humanos que los hombres pueden y deben resolver; Él viene a salvar a los hombres, todos e integralmente. Viene a encender en el mundo el fuego de un amor nuevo, que ilumina y resuelve desde una nueva lógica y una justicia distinta todos los litigios entre los hermanos.

PARA DISCERNIR

  • ¿Dónde pongo mi confianza?
  • ¿Qué lugar le doy a los bienes materiales?
  • ¿Qué signos doy de buscar la verdadera salvación?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Dame la riqueza de tu gracia, y quedaré libre de toda codicia

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

¿Amasar para sí mismo o ser rico ante Dios?

 « ¿Qué voy a hacer? ¡Construiré graneros más grandes!» ¿Por qué habían producido tanto las tierras de este hombre que no iba a hacer más que un mal uso de sus riquezas? Para que se manifiesta con mayor esplendor la inmensa bondad de Dios que da su gracia a todos, «porque hace caer la lluvia sobre justos e injustos, hace salir el sol tanto sobre los malvados como sobre los buenos» (Mt 5,45)… Los beneficios de Dios para este hombre rico eran: una tierra fecunda, un clima templado, abundantes semillas, bueyes para labrar, y todo lo que asegura la prosperidad. Y él ¿qué le devolvía? Un mal humor, misantropía y egoísmo. Es así como agradecía a su bienhechor.

Olvidaba que todos pertenecemos a la misma naturaleza humana; no pensó que era necesario distribuir lo superfluo a los pobres; no tuvo en cuenta ninguno de los preceptos divinos: «No niegues un favor a quien es debido, si en tu mano está el hacérselo» (Pr 3, 27), «la piedad y la lealtad no te abandonen» (3,3), «parte tu pan con el hambriento» (Is 58,7). Todos los profetas y los sabios le proclamaban estos preceptos, pero él se hacía el sordo. Sus graneros estaban a punto de romperse por demasiado estrechos para el trigo que metía, pero su corazón no estaba saciado… No quería despojarse de nada aunque no llegara a poder guardar todo lo que poseía. Este problema le angustiaba: « ¿Qué haré?» se repetía. ¿Quién no tendría lástima de un hombre tan obsesionado? La abundancia le hace desdichado… se lamenta igual como los indigentes: « ¿Qué haré? ¿Cómo voy a alimentarme, vestirme?»…

Considera, hombre, quien te ha colmado de estos dones. Reflexiona un poco sobre ti mismo: ¿Quién eres? ¿Qué es lo que se te ha confiado? ¿De quién has recibido esta carga? ¿Por qué has sido escogido tú? Eres el servidor del Dios bueno; estas encargado de tus compañeros de servicio…  « ¿Qué haré?» La respuesta era muy sencilla: «Saciaré a los hambrientos, invitaré a los pobres… Todos los que no tenéis pan, venid a llenaros de los dones que Dios me ha concedido y que fluyen como de una fuente».

San Basilio. Homilía 31

PARA REZAR

Señor: la riqueza no Me interesa,

la miseria no me inquieta,

sólo tu amor me apasiona:

es a Ti a quien necesito.

Tu amor mata a los amantes,

los sumerge en el mar “Amor”

y los colma de su manifestación:

es a Ti a quien necesito.

Beberé el vino de tu amor,

me volveré loco por Ti

y me marcharé al desierto;

día y noche sé Tú mi preocupación:

es a Ti a quien necesito.

Hasta si hubiese muerto,

si mis cenizas se lanzaran al viento,

mi polvo seguiría gritando:

es a Ti a quien necesito.

Yanus Emre

MARTES XXIX

Estén prevenidos y oren incesantemente

Lectura de la carta del apóstol san Pablo

a los cristianos de Roma    5, 12. 15b. 17-21

Hermanos: Por lo tanto, por un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron.

Porque si la falta de uno solo provocó la muerte de todos, la gracia de Dios y el don conferido por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, fueron derramados mucho más abundantemente sobre todos.

En efecto, si por la falta de uno solo reinó la muerte, con mucha más razón, vivirán y reinarán por medio de un solo hombre, Jesucristo, aquellos que han recibido abundantemente la gracia y el don de la justicia.

Por consiguiente, así como la falta de uno solo causó la condenación de todos, también el acto de justicia de uno solo producirá para todos los hombres la justificación que conduce a la Vida. Y de la misma manera que por la desobediencia de un solo hombre, todos se convirtieron en pecadores, también por la obediencia de uno solo, todos se convertirán en justos.

Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia. Porque así como el pecado reinó produciendo la muerte, también la gracia reinará por medio de la justicia para la Vida eterna, por Jesucristo, nuestro Señor.

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 39, 7-8. 9. 10. 17 (R.: cf. 8a y 9a)

R.        Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Tú no quisiste víctima ni oblación;

pero me diste un oído atento;

no pediste holocaustos ni sacrificios,

entonces dije: «Aquí estoy.»  R.

«En el libro de la Ley está escrito

lo que tengo que hacer:

yo amo, Dios mío, tu voluntad,

y tu ley está en mi corazón.»  R.

Proclamé gozosamente tu justicia

en la gran asamblea;

no, no mantuve cerrados mis labios,

tú lo sabes, Señor.  R.

Que se alegren y se regocijen en ti

todos los que te buscan

y digan siempre los que desean tu victoria:

« ¡Qué grande es el Señor!»  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas   12, 35-38

Jesús dijo a sus discípulos: «Estén preparados, ceñidos y con las lámparas encendidas. Sean como los hombres que esperan el regreso de su señor, que fue a una boda, para abrirle apenas llegue y llame a la puerta.

¡Felices los servidores a quienes el señor encuentra velando a su llegada! Les aseguro que él mismo recogerá su túnica, los hará sentar a la mesa y se pondrá a servirlos. ¡Felices ellos, si el señor llega a medianoche o antes del alba y los encuentra así!»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Pablo presenta una humanidad pecadora a la que se ofrece una justificación totalmente gratuita, por la fe. Así desarrolla su afirmación inicial de que el evangelio es «fuerza de salvación de Dios».
  • Por Adán vino el pecado, la desobediencia, la condenación, la muerte. Por Cristo vino el don gratuito, la obediencia, la justificación, la vida. Entre Adán y Jesús, dice, no hay medida común. No hay similitud entre ambos; hay oposición.
  • Por el delito de uno solo, Adán, murieron todos, entra en acción el poder del mal y se extiende a toda la humanidad. Pero ha sucedido otra cosa más importante: «gracias a Jesucristo vivirán y reinarán todos los que han recibido como un derroche de gracia el don de la salvación».
  • La gracia sobrepasa al pecado. La solidaridad en el mal no es nada frente a la superabundancia de solidaridad en el bien. En el plan de los designios divinos, el mal es incomprensible si no está destinado a ser salvado en Jesús.
  • El cumplimiento de la justicia por uno solo, condujo a todos los hombres a la justificación que da la vida.
  • Por eso el hombre no se justifica por cumplir la Ley, sino por creer en Cristo Jesús. Efectivamente, la salvación no es consecuencia de nuestras obras, sino un don gratuito de Dios, ofrecido a nosotros por medio de su Hijo, hecho uno de nosotros.

***

  • La imagen de los lomos ceñidos evoca el traje de trabajo, también la ropa de viaje que se ponían los judíos para celebrar la Pascua. De este modo esperaban al Mesías, procurando que las lámparas estuvieran siempre encendidas, como aparece en parábola de las vírgenes prudentes.
  • El amo que encuentra a sus servidores vigilando y se pone el traje de trabajo, haciéndolos sentar a la mesa para servirlos, es el mismo Jesús, que en la víspera de su muerte, se ciñe la toalla para lavar los pies a los suyos. “El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir”. Lo que aquí se evoca  es la nueva Pascua, la del don total de Jesús, la Pascua de las “bodas” del Cordero.
  • El discípulo podrá compartir la vida del maestro, la vida plena, “teniendo  puesta la ropa de trabajo y con las lámparas encendidas a la espera, para abrir la puerta”. Teniendo una disposición incesante al servicio. Hacerse siervo es el camino que mostró Jesús a lo largo de su vida, manifestó claramente en la cena y ratificó son su sangre en la cruz. Ése es el servicio de Jesús: morir en rescate por todos.
  • Jesús abajándose para servir y al llamarlos amigos acaba con todo tipo de servidumbre. Servir es el único camino para llegar a compartir la vida de Jesús.
  • Velar teniendo la lámpara encendida, es estar siempre listo, incluso durante la noche. Velar, es renunciar al sueño de la noche, para terminar un trabajo urgente, o para no ser sorprendido por un enemigo. En un sentido más simbólico, es luchar contra el entorpecimiento, la negligencia, para estar siempre en estado de disponibilidad.
  • Jesús nos llama para estar al servicio del Reino, trabajando para que su amor llegue a todos, especialmente al que tiene hambre, sed, está desnudo, huérfano, enfermo o encarcelado. La Iglesia que tiene como misión estar al servicio de toda la humanidad debe tener siempre el traje de trabajo, la cintura ceñida y la lámpara encendida; siempre dispuesta a servir, siempre dispuesta a hacer el bien, siempre dispuesta a dar su voz a los que no tienen voz, siempre dispuesta a defender la vida y los derechos de todos los hombres. En su corazón debe conservar y cuidar la luz de Dios que brota de la Pascua de Jesús.
  • Es a la luz del amor de Cristo que podremos realizar nuestra acción evangelizadora y de servicio a los demás, como una acción salvadora que procede de Dios. Cristo nos llama a ser un signo del Evangelio de su amor, desde el honor más grande, que es: identificarnos con Jesús desde un estilo de vida servidor como el suyo.

PARA DISCERNIR

  • ¿Experimento en el servicio mi identificación con Cristo?
  • ¿Estoy convencido que en el amor desinteresado y generoso se realiza mi encuentro con Cristo?
  • ¿Cuál es la ropa de trabajo que necesito ponerme para responder al llamado del Señor?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Señor aquí tienes mi lámpara encendida

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

Tened encendidas las lámparas»

…”La oración hecha durante la noche tiene un gran poder, mayor que la que se hace durante el día. Es por eso que todos los santos han tenido la costumbre de orar de noche, combatiendo el amodorramiento del cuerpo y la dulzura del sueño, sobreponiéndose a su naturaleza corporal. El mismo profeta decía: «Estoy agotado de gemir: de noche lloro sobre el lecho, riego mi cama con lágrimas» (Sl 6,7) mientras suspiraba desde lo hondo de su corazón con una plegaria apasionada. Y en otra parte dice: «Me levanto a medianoche a darte gracias por tus justos juicios.» (Sl 118, 62). Por cada una de las peticiones que los santos querían dirigir a Dios con fuerza, se armaban con la oración durante la noche y así recibían lo que pedían.

El mismo Satanás nada teme tanto como la oración que se hace durante las vigilias. Aunque estén acompañadas de distracciones, no dejan de dar fruto, a no ser que se pida lo que no es conveniente. Por eso entabla severos combates contra los que velan para hacerles desdecir, tanto como sea posible, de esta práctica, sobre todo si se mantienen perseverantes. Pero los que se ven fortificados contra estas astucias perniciosas y han saboreado los dones de Dios concedidos durante las vigilias, y han experimentado personalmente la grandeza de la ayuda que Dios les concede, le desprecian enteramente a él y a todas sus estratagemas”…

San Isaac de Siria (siglo VII), monje en Nínive, cerca de Mosul en el actual Irak – Sermones ascéticos

PARA REZAR

Dame un corazón

Señor Jesús
Mientras peregrino navegando
Sobre turbulentas aguas de mi vida
Dame la alegría de tener como brújula
Un corazón que me lleve hacia el puerto del amor

Dame un corazón de POBRE
Capaz de amar, para abrirse y entregarse.

Dame un corazón PACIENTE
Capaz de amar, viviendo esperanzado

Dame un corazón PACIFICO
Capaz de amar, sembrando la paz en el mundo.

Dame un corazón JUSTO
Capaz de amar, juzgándose por la justicia

Dame un corazón MISERICORDIOSO
Capaz de amar, comprendiendo y perdonando

Dame un corazón SENSIBLE
Capaz de amar, llorando sin desalientos

Dame un corazón PURO
Capaz de amar, descubriendo a Dios en el hombre

Dame un corazón FUERTE
Capaz de amar, siendo fiel hasta la muerte

Dame un corazón EVANGELICO
Capaz de amar

MIÉRCOLES XXIX

Al que se le dio mucho, se le pedirá mucho

Lectura de la carta del apóstol san Pablo

a los cristianos de Roma    6, 12-18

Hermanos:

No permitan que el pecado reine en sus cuerpos mortales, obedeciendo a sus malos deseos. Ni hagan de sus miembros instrumentos de injusticia al servicio del pecado, sino ofrézcanse ustedes mismos a Dios, como quienes han pasado de la muerte a la Vida, y hagan de sus miembros instrumentos de justicia al servicio de Dios. Que el pecado no tenga más dominio sobre ustedes, ya que no están sometidos a la Ley, sino a la gracia.

¿Entonces qué? ¿Vamos a pecar porque no estamos sometidos a la Ley sino a la gracia? ¡De ninguna manera! ¿No saben que al someterse a alguien como esclavos para obedecerle, se hacen esclavos de aquel a quien obedecen, sea del pecado, que conduce a la muerte, sea de la obediencia que conduce a la justicia?

Pero gracias a Dios, ustedes, después de haber sido esclavos del pecado, han obedecido de corazón a la regla de doctrina, a la cual fueron confiados, y ahora, liberados del pecado, han llegado a ser servidores de la justicia.

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 123, 1-3. 4-6. 7-8 (R.: 8a)

R.        Nuestra ayuda está en el nombre del Señor.

Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte

-que lo diga Israel-

si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,

cuando los hombres se alzaron contra nosotros,

nos habrían devorado vivos.

Cuando ardió su furor contra nosotros.  R.

Las aguas nos habrían inundado,

un torrente nos habría sumergido,

nos habrían sumergido las aguas turbulentas.

¡Bendito sea el Señor, que no nos entregó

como presa de sus dientes!  R.

Nuestra vida se salvó como un pájaro

de la trampa del cazador:

la trampa se rompió y nosotros escapamos.

Nuestra ayuda está en el nombre del Señor,

que hizo el cielo y la tierra.  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas   12, 39-48

Jesús dijo a sus discípulos: «Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no dejaría perforar las paredes de su casa. Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre llegará a la hora menos pensada.»

Pedro preguntó entonces: «Señor, ¿esta parábola la dices para nosotros o para todos?»

El Señor le dijo: «¿Cuál es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el momento oportuno? ¡Feliz aquel a quien su señor, al llegar, encuentra ocupado en este trabajo! Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes.

Pero si este servidor piensa: «Mi señor tardará en llegar», y se dedica a golpear a los servidores y a las sirvientas, y se pone a comer, a beber y a emborracharse, su señor llegará el día y la hora menos pensada, lo castigará y le hará correr la misma suerte que los infieles.

El servidor que, conociendo la voluntad de su señor, no tuvo las cosas preparadas y no obró conforme a lo que él había dispuesto, recibirá un castigo severo. Pero aquel que sin saberlo, se hizo también culpable, será castigado menos severamente.

Al que se le dio mucho, se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho, se le reclamará mucho más.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Pablo llega a considerar el cuerpo humano como el templo del Espíritu Santo, miembro de Cristo, símbolo de la Iglesia; y exhorta por lo tanto a que no reine el pecado en nuestro cuerpo mortal, obedeciendo a sus concupiscencias.
  • El cuerpo ha de estar sin pecado, santificado hasta constituir una ofrenda sagrada digna del Altísimo.
  • Habiendo sido, por gracia, justificado por Cristo, el creyente es un hombre nuevo que tiene que poner todo su ser al servicio de esta «justicia» que Dios ha concedido gratuitamente. San Pablo no dice: «hagan obras buenas para ser justos»  porque ésta sería la doctrina farisaica judía, sino que, porque «somos justos, tenemos que vivir según esta justicia».
  • Así, lo que rige la vida del cristiano, es el dinamismo interior de la fe. El hombre llega a ser justo, primero y esencialmente en virtud de la «acción de Dios» en él, que se ha de recibir por la fe, pero que Dios mismo opera en lo íntimo de su ser.
  • La condición humana se expresará en el dilema de hacernos esclavos del pecado o hacernos, libremente, esclavos de Dios. Toda la vida cristiana consiste en esta elección. Someterse a Dios, es la única verdadera libertad. El que ama se ajusta espontáneamente a la voluntad de aquel a quien ama.
  • La obediencia a Cristo nos lleva a la Vida. La obediencia al pecado nos lleva a la muerte. No podemos servir, al mismo tiempo, a Dios y al demonio. No podemos decir que permanecemos en la gracia, si al mismo tiempo, vivimos pecando. Quienes viven pecando no conocen ni tienen con ellos a Dios. Los que tenemos a Dios por Padre, nos hemos de comportar a la altura de nuestro ser de hijos de Dios, llevando una vida intachable y justa a los ojos del Señor.

***

  • Estas parábolas nos muestran que el tiempo de la espera es tiempo de servicio. El reino se refleja de forma decisiva en el hoy de nuestra vida. La primera parábola denuncia la actitud de Israel de haberse confiado demasiado en su condición de pueblo elegido y no asumir los compromisos que implicaban ser el pueblo de la alianza.
  • Pedro, con  su pregunta, pone de manifiesto que quizá en su interior se sentía muy seguro del Reino. Ya no tenía nada que temer dado que había sido elegido responsable. La respuesta de Jesús aclara que cuanto mayor es la responsabilidad, tanto más serán también las cuentas a rendir.
  • La segunda parábola es otra denuncia contra la actitud obstinada de Israel que no se mantuvo despierto luchando diariamente por hacer posible el proyecto de Dios.
  • El llamado a la vigilancia va dirigido especialmente a los responsables de la comunidad, que tienen el encargo especial de velar por el rebaño. La tentación típica al tardar el Señor, es la de olvidarse de que sólo se es administrador, y actuar como si se fuera dueño buscando caprichosamente el propio interés, explotando al rebaño y apacentándose a sí mismos.
  • El papel esencial del  administrador es «dar a cada uno el alimento a sus horas»,  para lo cual es necesario vivir una doble fidelidad: al amo y la comunidad. Fidelidad que es posible cuando se valora la gracia que se nos ha confiado y estamos atentos a las necesidades de aquellos que nos fueron encomendados. Si bien el administrador ha recibido mayores responsabilidades, también ha recibido los dones para poder llevarlas a cabo.
  • Unida a su Señor, la Iglesia está llamada a ser un signo visible del amor del Padre por la humanidad. Somos llamados a la vida para algo, y ese algo es tan importante, que de él depende la plenitud de vida de los hombres que comparten nuestra historia.
  • Llenos de todo, en una carrera muchas veces sin rumbo, por superficialidad o por falsa humildad, los hombres dejamos de preguntarnos ¿qué espera el mundo de nosotros? La vida espera algo de nosotros y tenemos una misión en este mundo que lleva nuestro nombre y nadie más puede hacer. Si no la hacemos nosotros nadie lo va a hacer. Tenemos que descubrir cuál es nuestro camino y cuál es nuestra misión para que nuestra vida cobre sentido. El modo desde el cual llegará la salvación, tomará el matiz que le imponga cada vida particular, que haya aceptado la invitación del Señor.
  • Dios pone en nuestras manos su Vida y su Palabra. Aceptarlo es entrar en comunión con su propio Hijo y hacer nuestra, tanto la vida, como la misión del Enviado del Padre, continuando su obra de salvación en favor de los hombres de nuestro tiempo, aun cuando en ese empeño tengamos que entregar nuestra propia vida.
  • …“La conciencia de ser administradores y no dueños de lo que se nos ha encomendado debe llevarnos a concebir nuestra libertad en términos de responsabilidad”… Saint Exupery

PARA DISCERNIR

  • ¿Soy consciente de los dones recibidos?
  • ¿Cómo vivo mi fidelidad al don recibido y a las necesidades de mis hermanos?
  • ¿Qué noto que se me pide?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Quiero ser un servidor

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…“La educación progresiva de nuestro pensamiento cristiano y su correlativo obrar (en proporción al estado y a la llamada recibida por cada uno) con respecto a todos los grandes problemas de la vida y de la historia, tiene que ver con lo que podríamos llamar la «sabiduría de la praxis». Esta última consiste sobre todo en la adquisición de hábitos virtuosos: unos hábitos que son necesarios todos ellos no sólo para actuar, sino también y en primer lugar para pensar correcta y exhaustivamente sobre los juicios y las consiguientes acciones que puedan exigir los problemas de las vicisitudes de la vida individual, familiar, social, política e internacional que el hoy presenta a la conciencia de cada uno y de la comunidad cristiana.

Es preciso reconocer que los resultados poco brillantes de las experiencias de los cristianos en la vida social y política no se deben tanto a la malicia de los adversarios, ni tampoco únicamente a las propias deficiencias culturales, como sobre todo a deficiencias de los hábitos virtuosos adecuados, y no sólo en el sentido de carencias de las dotes sapienciales necesarias para ver las direcciones concretas de la acción social y política. Justamente, creo que la causa de muchos fracasos ha sido, en primer lugar, la falta de sabiduría de la praxis: esa sabiduría que -supuestas las esenciales premisas teologales de la fe, la esperanza y el amor cristiano- requiere además un delicadísimo equilibrio de probada prudencia y de fortaleza magnánima; de luminosa templanza afinada justicia, tanto individual como política; de humildad y sincera y de mansa, aunque real, independencia en el juicio; de sumisión y, al mismo tiempo, deseo veraz de unidad, aunque también de espíritu de iniciativa y sentido de la propia responsabilidad; de capacidad de resistencia y, al mismo tiempo, mansedumbre evangélica”…

G. Dossetti, La palabra y el silencio, Bolonia 1997, p. 93.

PARA REZAR

Me da miedo, Señor, decirte «Sí»

Me da miedo, Señor, decirte «sí»,
porque… ¿a dónde me vas a llevar?
Me da miedo de que me toque la «gran suerte».
Me da miedo firmar un acuerdo sin leerlo.
Me da miedo un «sí» que luego trae muchos «síes»…
Me da miedo poner mi mano en la tuya
porque… no me la vas a soltar.
Me da miedo mirarte a los ojos
porque me vas a hipnotizar.
Me da miedo lo que me vas a exigir
porque eres un Dios muy insistente…

Michel Quoist

JUEVES XXIX

He venido a traer fuego sobre la tierra

Lectura de la carta del apóstol san Pablo

a los cristianos de Roma 6, 19-23

Hermanos:

Voy a hablarles de una manera humana, teniendo en cuenta la debilidad natural de ustedes. Si antes entregaron sus miembros, haciéndolos esclavos de la impureza y del desorden hasta llegar a sus excesos, pónganlos ahora al servicio de la justicia para alcanzar la santidad.

Cuando eran esclavos del pecado, ustedes estaban libres con respecto de la justicia. Pero, ¿qué provecho sacaron entonces de las obras que ahora los avergüenzan? El resultado de esas obras es la muerte.

Ahora, en cambio, ustedes están libres del pecado y sometidos a Dios: el fruto de esto es la santidad y su resultado, la Vida eterna. Porque el salario del pecado es la muerte, mientras que el don gratuito de Dios es la Vida eterna, en Cristo Jesús, nuestro Señor.

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6 (R.: 5a)

R.        ¡Feliz el que pone en el Señor toda su confianza!

¡Feliz el hombre

que no sigue el consejo de los malvados,

ni se detiene en el camino de los pecadores,

ni se sienta en la reunión de los impíos,

sino que se complace en la ley del Señor

y la medita de día y de noche!  R.

El es como un árbol

plantado al borde de las aguas,

que produce fruto a su debido tiempo,

y cuyas hojas nunca se marchitan:

todo lo que haga le saldrá bien.  R.

No sucede así con los malvados:

ellos son como paja que se lleva el viento,

porque el Señor cuida el camino de los justos,

pero el camino de los malvados termina mal.  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas   12, 49-53

Jesús dijo a sus discípulos:

«Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente!

¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división. De ahora en adelante, cinco miembros de una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • San Pablo ha empleado la imagen de la esclavitud para hablar de la «obediencia a Dios», de la «docilidad a las inspiraciones del Espíritu». Pablo sabe muy bien que éste no es, el lenguaje conveniente; pero ningún lenguaje humano puede traducir perfectamente la relación del hombre con Dios. Pablo juega con la oposición «esclavo» y «libre».
  • Antes de su bautismo, los destinatarios de esta carta habían vivido como paganos. Pablo apela a sus recuerdos. En otros tiempos, ofrecieron sus miembros como esclavos a la impureza y llegaron al desorden. Ahora los invita a hacer de sus miembros, esclavos de la justicia para llegar a la santidad.
  • La experiencia del pecado es el medio pedagógico de conducir al pecador a la santidad. Nadie puede salir del pecado si se complace en él.
  • “Someterse a la justicia”, “ser justo”, es para un hombre; “ser verdaderamente hombre”; es corresponder exactamente a «la imagen que Dios tiene de él», siendo así que es Dios el que lo ha creado. «Llegar a la santidad» es una especie de sinónimo de alcanzar la justicia. El único que realiza esta perfección del hombre es Jesús: la perfecta realización del hombre, según Dios.
  • Si en verdad hemos aceptado que el Señor nos libere de nuestra esclavitud al pecado, no podemos continuar siendo esclavos de la maldad. Quien continúe sujetando su vida al pecado, por su servicio a él, recibirá como pago la muerte. Porque el salario del pecado es la muerte; pero el don de Dios es la vida eterna, en Cristo Jesús. 
  • Antes «hacíamos el mal» y los frutos de esa esclavitud nos llevaban a la muerte; ahora, entregados a Dios, «producimos frutos que llevan a la santidad y acaban en vida eterna». A eso conduce nuestra unión con Cristo, que es el que ha vencido al mal y al pecado con su entrega en la cruz.

***

  • Lucas utiliza la imagen del fuego para describir el impacto que debe producir en el corazón del creyente la predicación de Jesús. El fuego, el agua son elementos que hacen referencia a la transmisión de la vida, pero también pueden ser causa de destrucción y muerte.
  • La imagen del fuego simbólicamente habla de purificación. Con el fuego, en el crisol,  se separa el oro de la escoria. Las palabras de Jesús anunciando que  ha venido a traer fuego a la tierra se refieren a esta purificación que Dios quiere hacer en su pueblo. El tiempo está cumplido, el evangelio y la pasión, tienen que crear el proceso de división para que sea quemado todo lo que no sirve, todas aquellas estructuras de pecado y condicionamientos que son destructoras de la vida del hombre y se oponen al plan de salvación.
  • Dios ha venido para un juicio, y en este evangelio aparece el ansia del Enviado por llevar a término su misión. Pero se trata de un juicio de salvación, a pesar del endurecimiento brusco del discurso de Jesús que anuncia la muerte irremediable del Justo.
  • Las palabras de Jesús no alcanzan para convencer al hombre; será necesario que el juicio se manifieste en la pasión del Hijo. Sumergidos en la muerte de Cristo, lavados por su sangre será posible para los que creen alcanzar la salvación, participar de la resurrección.
  • El Evangelio es fuego. La Iglesia no es un grupo de amigos ni un “club”. El abrazo de la paz que nos damos unos a otros no es una simple cortesía, ni el bautismo es rito de admisión social. Quien toma sobre sí el yugo de Jesús, sabe que es un yugo ligero, porque Jesús fue el primero en conocer el bautismo de sangre, sólo Él tiene derecho a exigir lo mismo a los demás porque se ofrece como garantía.
  • Jesús desea que su fuego esté ardiendo. Con esta frase se dirige a Jerusalén, y ahora a nosotros invitándonos  pasar la prueba del fuego. El amor es pasión. La Iglesia, necesita encenderse en el fuego del amor, y aceptar ser bautizada en la muerte para proclamar la resurrección. Fue el camino de Cristo. Es el camino que deberá seguir la Iglesia si quiere ser fiel a su Señor. Cuando prende el fuego, se corre el riesgo de perder el control si sopla el viento. La Iglesia, que se anima con su Señor al bautismo del fuego, no podrá poner trabas al soplo del Espíritu. La Iglesia que se deja poseer por la palabra, revela la desmesura del amor de Cristo y se hace portadora de ese mismo amor que es el único que salva.

PARA DISCERNIR

  • ¿Vivo el evangelio con pasión?
  • ¿Dejo que la  Palabra encienda en mí ansias de construir el reino?
  • ¿Acepto los riesgos de vivir el evangelio hasta el final?

REPITAMOS Y VIVAMOS HOY LA PALABRA

Aumenta mi fe, para que viva en la caridad

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…”El poder de la fe suscitará un nuevo tipo de hombre capaz de dominar su propio poder. Para ello hace falta la fuerza desnuda del espíritu animado por el Espíritu; es necesario crear, siguiendo la estela de la fe y la contemplación, un auténtico estilo de humilde y fuerte soberanía. Una nueva santidad, una santidad hecha de ruptura ascética y transfiguración cósmica, nos permitirá, con el ejemplo y también con una misteriosa transfusión, un cambio progresivo de las mentalidades y la posibilidad de una cultura que sirva de mediación entre el Evangelio y la sociedad, entre el Evangelio y el orden político.

En el fondo, no se trata de negar la violencia, sino de canalizarla y transfigurarla, como hizo la Iglesia en la alta Edad Media al transformar al guerrero salvaje en caballero, al jefe cruel y despótico en «santo príncipe». Para esto se hacen necesarias la ascesis y la aventura, «la lucha interior más dura que una batalla entre hombres», el gusto por servir y crear, la exigencia de iluminar la vida con la belleza «que engendra toda comunión», como decía

Dionisio el Areopagita.”…

O. Clément, EI poder crucificado.

PARA REZAR

Muere lentamente

quien se transforma en esclavo del hábito,

repitiendo todos los días los mismos trayectos,

quien no cambia de marca

y no arriesga vestir un color nuevo

y no le habla a quien no conoce.

Muere lentamente

quien hace de la televisión su gurú.

Muere lentamente

quien evita una pasión,

quien prefiere el negro sobre blanco

y los puntos sobre las «íes» a un remolino de emociones,

justamente las que rescatan el brillo de los ojos,

sonrisas de los bostezos,

corazones a los tropiezos y sentimientos.

Muere lentamente

quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo,

quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño,

quien no se permite, por lo menos una vez en la vida,

huir de los consejos sensatos.

Muere lentamente

quien destruye su amor propio,

quien no se deja ayudar.

Muere lentamente

quien pasa los días quejándose de su mala suerte

o de la lluvia incesante.

Muere lentamente

quien abandona un proyecto antes de iniciarlo,

no preguntando de un asunto que desconoce

o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.

Evitemos la muerte en suaves cuotas,

recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo

mucho mayor que el simple hecho de respirar.

Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos

una espléndida felicidad.


Pablo Neruda

VIERNES XXIX

Sepan discernir el tiempo presente

Lectura de la carta del apóstol san Pablo

a los cristianos de Roma    7, 18-25a

Hermanos:

Sé que nada bueno hay en mí, es decir, en mi carne. En efecto, el deseo de hacer el bien está a mi alcance, pero no el realizarlo. Y así, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. Pero cuando hago lo que no quiero, no soy yo quien lo hace, sino el pecado que reside en mí.

De esa manera, vengo a descubrir esta ley: queriendo hacer el bien, se me presenta el mal. Porque de acuerdo con el hombre interior, me complazco en la Ley de Dios, pero observo que hay en mis miembros otra ley que lucha contra la ley de mi razón y me ata a la ley del pecado que está en mis miembros.

¡Ay de mí! ¿Quién podrá librarme de este cuerpo que me lleva a la muerte? ¡Gracias a Dios, por Jesucristo, nuestro Señor!

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 118, 66. 68. 76. 77. 93. 94 (R.: 68b)

R.        Señor, enséñame tus mandamientos.

Enséñame la discreción y la sabiduría,

porque confío en tus mandamientos.  R.

Tú eres bueno y haces el bien:

enséñame tus mandamientos.  R

Que tu misericordia me consuele,

de acuerdo con la promesa que me hiciste.  R.

Que llegue hasta mí tu compasión, y viviré

porque tu ley es toda mi alegría.  R.

Nunca me olvidaré de tus preceptos:

por medio de ellos, me has dado la vida.  R.

Sálvame, porque yo te pertenezco

y busco tus preceptos.  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas   12, 54-59

Jesús dijo a la multitud:

«Cuando ven que una nube se levanta en occidente, ustedes dicen en seguida que va a llover, y así sucede. Y cuando sopla viento del sur, dicen que hará calor, y así sucede.

¡Hipócritas! Ustedes saben discernir el aspecto de la tierra y del cielo;  ¿cómo entonces no saben discernir el tiempo presente?

¿Por qué no juzgan ustedes mismos lo que es justo? Cuando vas con tu adversario a presentarte ante el magistrado, trata de llegar a un acuerdo con él en el camino, no sea que el adversario te lleve ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y este te ponga en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Por pura gracia de Dios, hemos sido perdonados por la muerte de Cristo, y justificados por su gloriosa Resurrección. Así hemos sido liberados de la esclavitud del pecado y de la muerte. Por el Bautismo hemos sido introducidos en la esfera de Cristo, lo cual supone ser libres del pecado. Pero la práctica es distinta. La lucha continúa, y Pablo la describe dramáticamente en sí mismo: «el bien que quiero hacer no lo hago, y el mal que no quiero hacer, eso es lo que hago».
  • El hombre es un ser dividido, que aspira al bien y que hace el mal. El mal está pegado a nuestro ser, «habita» en nosotros. Más que una simple llamada «exterior», la tentación es interior, está «en el corazón» de uno mismo. El mal «habita» en lo hondo de nuestra conciencia que está falseada. Es un mal anterior a nuestra decisión, un mal «original».
  • Es la impotencia radical de toda voluntad sin la ayuda de la gracia.  El pecado aliena al hombre comprometiéndolo a un destino que contradice sus aspiraciones profundas y la vocación a la que Dios le llama. El pecado es el gran destructor del hombre.
  • Sentimos en nosotros esa doble fuerza de que habla Pablo: la ley del pecado, que contrarresta la atracción de la ley de la gracia.
  • Podremos liberarnos de nuestras malas inclinaciones y dejar de pecar gracias a Dios, y no a nosotros mismos. La Redención de Cristo alcanza a nuestro cuerpo, esclavo de la muerte, y lo libera de esa esclavitud. Más que volver a aquella inocencia del paraíso terrenal, entramos en la perfección del mismo Hijo de Dios, con el corazón inclinado al bien, dispuestos en todo a obedecer y a hacer la voluntad de Dios.

***

  • Lucas concluye este discurso de Jesús dirigido en primer lugar a sus discípulos y luego al resto de la gente. Jesús insiste en la idea de la necesidad de estar preparados para asumir con radicalidad la nueva vida del Reino.
  • Hay un tipo de tiempo que los griegos llamaban kronos, caracterizado por los cambios climáticos y estacionales; pero también es la característica de tiempo que normalmente manejamos y que nos permite contar las horas, días, meses y años, es el tiempo cuantitativo. El otro tipo de tiempo es el que los griegos denominaban kairós; esto es, “tiempo propicio”, “tiempo apto para…”. En la Sagrada Escritura, y en especial el Nuevo Testamento, esta calidad de tiempo se identifica con el “tiempo de Dios o el paso salvador de Dios”. En la mentalidad de Lucas, el kairós es aquella modalidad de tiempo que permite reconocer cómo un hecho o acontecimiento de la vida influye positiva o negativamente en la vida del hombre y en el mundo. Jesús se refiere a esta clase de tiempo. Pide que así como pueden reconocer cambios climáticos con sólo ver una nube o sentir la dirección del viento, puedan reconocer el paso de Dios entre ellos.
  • Jesús relaciona este discernimiento de los signos, con la reconciliación con los enemigos. Estas son tareas urgentes que se imponen a todo el que quiera ser discípulo del reino. Reconocer con una mirada amplia y profunda desde la realidad de las cosas, la llamada de Dios, se presenta imprescindible para poder dar una respuesta acorde y necesaria, no aquella que simplemente soluciona problemas, sino aquella que implanta la vida nueva del Evangelio de la gracia. La paz es signo del reino ya comenzado. La paz mesiánica que es  la profunda armonía de los hombres con el mundo, entre ellos y con Dios.
  • El discípulo verdadero es el que busca, trabaja y hace la paz; no almacena la gracia sólo en beneficio propio, sino que se hace transparente a la salvación concedida gratuitamente por Dios, a todos los hombres. Reconocer para responder.
  • En un mundo que vive el pecado a flor de piel, estamos llamados a actuar, para transfigurarlo en mundo de justicia. En un mundo de disgregación, tenemos que ser incansablemente signo de comunión. En un mundo de odio, estamos llamados a sanar heridas. En un mundo de guerras y de ruinas, necesitamos generar y crear espacios que muestren que la paz es posible. En un mundo de desconfianza, somos llamados a sembrar la semilla de la fe.
  • La unidad es la vocación de la Iglesia que quiere hacer creíble el anuncio del Evangelio. Un solo cuerpo, porque fuimos llamados a una esperanza común.
  • El Señor mismo es la gracia, que se hace presente, para que podamos escrutar nuestro tiempo y ver en él los motivos de esperanza.

PARA DISCERNIR

  • ¿Sabemos discernir los signos de los tiempos?
  • ¿Supimos descubrir el paso de Dios por nuestra vida?
  • ¿Podemos descubrir las llamadas de Dios en la historia y en nuestra vida cotidiana?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Ayudanos a vivir unidos  con todos por el vínculo de la paz

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…”«Por el amor que os tengáis los unos a los otros reconocerán todos que sois discípulos míos» (Jn 13,35). «Los unos a los otros», dice Cristo, no dice «a Dios». Nuestro amor a Dios sólo lo atestigua el amor fraterno. En efecto, «quien no ama a su hermano, al que ve, no puede amar a Dios, al que no ve» (1 Jn 4,20). Los buenos sentimientos de amor a Dios pueden producir ilusión, pero no así el amor fraterno. Por eso seremos juzgados por nuestro amor activo, por nuestro amor a todos los hombres indigentes que encontremos en nuestro camino (cf. Mt 25,31-46). Si de verdad nos hemos dejado reconciliar por Cristo Jesús con Dios, también debemos estar reconciliados entre nosotros; debemos recurrir a todo, a fin de que se recomponga también la unidad externa de la cristiandad, que internamente no hemos perdido nunca, dado que hemos sido redimidos en Cristo.

Esta unidad interna debe ser resorte vivo para la convivencia fraterna de todos los cristianos, entonces el amor a Cristo nos hará recobrar también la unidad externa como testimonio y anticipación de aquella unidad en la que nosotros y todos los hombres de buena voluntad seremos asumidos de manera bienaventurada para toda la eternidad en la gloria del Padre”…

P. Seethaler. La palabra de la cruz, Asís 1969.

PARA REZAR

Oración por la paz

Te suplicamos Oh Señor, Dios Nuestro;
que pongas la Paz del Cielo
en los corazones de los hombres,
para que puedas unir a las naciones
en una alianza inquebrantable,
en el Honor de Tu Santo Nombre.

Purifícanos con la limpieza de Tu Verdad
y guía nuestros pasos en santidad interior.

Danos concordia y paz a nosotros
y a todos los seres vivos de la tierra,
como la distes a nuestros padres cuando te suplicaron,
con fe verdadera,
dispuestos a obedecer al Santísimo y Todo poderoso.

Concede a los que nos gobiernan y nos conducen en la tierra,
un recto uso de la soberanía que les has otorgado.
Señor, haz sus criterios conformes
a lo que es bueno y agradable a Tí,
para que, utilizando con reverencia, paz y bondad
el poder que les has concedido,
puedan encontrar favor ante Tus ojos.
Solo Tú puedes hacerlo,
esto y mucho más que esto.
Gloria a Tí!
Ahora y Siempre

S. Clemente de Roma

SÁBADO XXIX

SANTOS SIMÓN Y JUDAS, APÓSTOLES (F)

Eligió a doce de ellos y los nombró apóstoles

Lectura de la carta

a los cristianos de Éfeso    2, 19-22

Hermanos: Ya no son extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos del pueblo de Dios y miembros de la familia de Dios. Están edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor.

Por él también ustedes se van integrando en la construcción, hasta llegar a ser morada de Dios, por el Espíritu.

Palabra de Dios

Salmo     Sal  18,2-5

R: El mensaje del Señor llega a toda la tierra

Los cielos proclaman la gloria de Dios

y el firmamento anuncia la obra de sus manos.

Un día comunica su mensaje al otro día

y una noche se lo trasmite a la otra noche. R.

Sin que pronuncien una palabra,

sin que resuene su voz, a toda la tierra

llega su sonido y su mensaje hasta el fin del mundo. R.

Evangelio                                                                                                

Lectura del santo evangelio según San Lucas   6, 12-19

Por aquellos días, Jesús se retiró a la montaña a orar y se pasó la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, eligió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles. Eran Simón, a quien llamó Pedro, y su hermano Andrés; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el hijo de Alfeo, Simón, llamado el Fanático; Judas, el hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.

Al bajar con ellos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de tiro y Sidón, para escucharlo y hacerse curar de sus enfermedades. Los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban curados; y toda la gente quería tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.

Palabra del Señor

PARA REFLEXIONAR

  • “Judas” es una palabra hebrea que significa «alabanzas sean dadas a Dios». “Tadeo” quiere decir «valiente para proclamar su fe». El Apóstol Judas Tadeo, «el hermano de Santiago», era probablemente el hermano de Santiago el Menor; se lo menciona así por la notoriedad de Santiago en la Iglesia primitiva: «¿No es éste -se preguntan maravillados los habitantes de Nazaret, ante la fama que acompaña a Jesús- el carpintero, el hermano de Santiago y de Judas?».
  • Se atribuye a San Judas una de las epístolas canónicas, que tiene muchos rasgos comunes con la segunda epístola de San Pedro. No está dirigida a ninguna persona ni iglesia particular y exhorta a los cristianos a «luchar valientemente por la fe” que ha sido dada a los santos y amonesta contra los falsos maestros invitando a conservar la pureza de la fe.
  • Entre los apóstoles, parece que Simón y Judas tenían un sobrenombre para distinguirlos de otros apóstoles del mismo nombre. Simón era “Celotes”, para distinguirlo de Simón Pedro. Judas era “Tadeo”, para distinguirlo de Judas Iscariote.
  • El evangelio de hoy, con ocasión de la festividad de los apóstoles Simón y Judas, nos narra la elección de los doce. Jesús escoge a la mayoría de quienes serán roca de nuestra fe cristiana, de entre gente común. El ser llamados o escogidos al servicio de Dios, no es para envanecerse, ni gloriarse, mucho menos para ejercer el poder como lo hacen los poderosos de la tierra. Los llama al servicio y en la comunidad para que el Reino de Dios, se haga presente en medio de los hombres desde la vida de los mismos hombres.
  • Este llamado aparece en el evangelio en el marco de un día entero en la vida de Jesús. La convivencia humana con el maestro y entre ellos será el lugar de formación de estos hombres. No realizan un curso ni siguen un manual; la experiencia del discipulado se hace viviendo. Para aprender lo que significa “amar” era necesario que experimentaran el amor llevado hasta el extremo; no era cuestión de  aprender a dar una definición sobre el perdón sino realizar el ejercicio de perdonar, y hacerlo de corazón. El modelo era Jesús, pero cada uno tiene que hacerlo carne en su propia vida.
  • Jesús no los eligió en calidad de doce líderes de la nueva comunidad, sino para que proclamen con su comportamiento la alternativa de vida nueva y sociedad renovada que quiere proponer a Israel, primero, y, por extensión, a toda la humanidad.
  • Jesús se ha quedado entre nosotros y el camino del discipulado continúa abierto. Jesús sigue buscando y llamando hombres y mujeres que quieran ser testimonio del amor de Dios, desde una vida que sabe amar y lo demuestra; que aprende a perdonar y es signo de la humanidad reconciliada; y que no se avergüenza de contar a todos lo que Dios ha obrado y sigue obrando en la historia.

PARA DISCERNIR

  • ¿Me siento llamado a ser apóstol de Jesús?
  • ¿Mi camino en la fe, es un discipulado junto al Señor?
  • ¿Vivo con gozo la experiencia de anunciar a Jesús con mi vida?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Gracias por tu llamado Señor

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

«Llamó a sus discípulos, escogió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles»

…”La Tradición apostólica no es una colección de cosas, palabras, como una caja de cosas muertas; la Tradición es el río de la vida nueva que viene desde los orígenes, de Cristo hasta nosotros, y nos implica en la historia de Dios con la humanidad. Este tema de la Tradición… es de gran importancia para la vida de la Iglesia. El Concilio Vaticano II ha subrayado, a este respecto, que la Tradición es apostólica primero en sus orígenes: «Dispuso Dios benignamente que todo lo que había revelado para la salvación de los hombres permaneciera íntegro para siempre y se fuera transmitiendo a todas las generaciones. Por ello Cristo Señor, en quien se consuma la revelación total del Dios sumo (2C 1,20; 3,16-4,6), mandó a los Apóstoles que predicaran a todos los hombres el Evangelio, comunicándoles los dones divinos. Este Evangelio, prometido antes por los Profetas, lo completó El y lo promulgó con su propia boca, como fuente de toda la verdad salvadora y de la ordenación de las costumbres» (Dei Verbum 7). El Concilio prosigue subrayando que este compromiso ha sido fielmente llevado a cabo «por los apóstoles que por la predicación oral, en los ejemplos e instituciones, transmitieron todo lo que habían aprendido de la misma boca de Cristo, viviendo con él y viéndole actuar; y también que ellos mismos gozaban de sugerencias dadas por el Espíritu Santo». Con los apóstoles, añade el Concilio, colaboraron también «unos hombres de su mismo entorno, los cuales, bajo la inspiración del mismo Espíritu Santo, consignaron por escrito el mensaje de salvación».

Cabezas del Israel escatológico, en número de doce tal como lo eran las tribus del pueblo elegido, los apóstoles continuaron la «cosecha» comenzada por el Señor y lo hicieron, ante todo, transmitiendo el don recibido, la Buena Nueva del Reino llegado a los hombres en Jesucristo. El número de doce expresa no sólo la continuidad con la raíz santa, el Israel de las doce tribus, sino también el destino universal de su ministerio, portador de salvación hasta los extremos de la tierra. Se puede captar eso a partir del valor simbólico de los números en el mundo semítico: doce es el resultado de la multiplicación de tres, número perfecto, por cuatro, número que nos remite a los cuatro puntos cardinales, es decir, al mundo entero”…

Papa Benedicto XVI – Audiencia general del 3-5-2006

PARA REZAR

Oración a San Judas Tadeo

Dios nuestro que nos has dado a conocer

a tu Hijo por la predicación de los Apóstoles,

por intercesión de tu santo apóstol Judas Tadeo,

bendice y protege nuestra familia

y líbranos de todo mal, para que cada día conozcamos

y amemos más a Cristo y a nuestros semejantes.

Concédenos Señor, también por su intermedio,

la gracia de dedicar nuestra vida,

nuestras cualidades y nuestros esfuerzos

a hacerte conocer y amar y,

al final de nuestras vidas, lograr, como él,

un puesto junto a Ti en el cielo
Por Cristo nuestro Señor.

Por Mari