29 DE AGOSTO – MARTIRIO DE SAN JUAN BAUTISTA (M.O)
30 DE AGOSTO – SANTA ROSA DE LIMA – PATRONA DE AMÉRICA LATINA (F)
TIEMPO DTE EL AÑO – CICLO B
DOMINGO XXI
Tú tienes palabras de vida eterna
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Josué 24, 1-2a. 15-17. 18b
Josué reunió en Siquém a todas las tribus de Israel, y convocó a los ancianos de Israel, a sus jefes, a sus jueces y a sus escribas, y ellos se presentaron delante del Señor. Entonces Josué dijo a todo el pueblo:
«Si no están dispuestos a servir al Señor, elijan hoy a quién quieren servir: si a los dioses a quienes sirvieron sus antepasados al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos, en cuyo país ustedes ahora habitan. Yo y mi familia serviremos al Señor.»
El pueblo respondió: «Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a otros dioses. Porque el Señor, nuestro Dios, es el que nos hizo salir de Egipto, de ese lugar de esclavitud, a nosotros y a nuestros padres, y el que realizó ante nuestros ojos aquellos grandes prodigios. El nos protegió en todo el camino que recorrimos y en todos los pueblos por donde pasamos.
Por eso, también nosotros serviremos al Señor, ya que él es nuestro Dios.»
Palabra de Dios.
SALMO Sal 33, 2-3. 16-17. 18-19. 20-21. 22-23 (R.: 9a)
R. ¡Gusten y vean qué bueno es el Señor!
Bendeciré al Señor en todo tiempo,
su alabanza estará siempre en mis labios.
Mi alma se gloría en el Señor:
que lo oigan los humildes y se alegren.
Los ojos del Señor miran al justo
y sus oídos escuchan su clamor;
pero el Señor rechaza a los que hacen el mal
para borrar su recuerdo de la tierra.
Cuando ellos claman, el Señor los escucha
y los libra de todas sus angustias.
El Señor está cerca del que sufre
y salva a los que están abatidos.
El justo padece muchos males,
pero el Señor lo libra de ellos.
Él cuida todos sus huesos,
no se quebrará ni uno solo.
La maldad hará morir al malvado,
y los que odian al justo serán castigados;
pero el Señor rescata a sus servidores,
y los que se refugian en él no serán castigados.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Efeso 5, 21-33
Hermanos:
Sométanse los unos a los otros, por consideración a Cristo. Las mujeres deben respetar a su marido como al Señor, porque el varón es la cabeza de la mujer, como Cristo es la Cabeza y el Salvador de la Iglesia, que es su Cuerpo. Así como la Iglesia está sometida a Cristo, de la misma manera las mujeres deben respetar en todo a su marido.
Maridos, amen a su esposa, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella, para santificarla. Él la purificó con el bautismo del agua y la palabra, porque quiso para sí una Iglesia resplandeciente, sin mancha ni arruga y sin ningún defecto, sino santa e inmaculada. Del mismo modo, los maridos deben amar a su mujer como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama a sí mismo. Nadie menosprecia su propio cuerpo, sino que lo alimenta y lo cuida.
Así hace Cristo con la Iglesia, por nosotros, que somos los miembros de su Cuerpo. Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos serán una sola carne.
Este es un gran misterio: y yo digo que se refiere a Cristo y a la Iglesia.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 6, 60-69
Muchos de sus discípulos decían: « ¡Es duro este lenguaje! ¿Quién puede escucharlo?»
Jesús, sabiendo lo que sus discípulos murmuraban, les dijo: « ¿Esto los escandaliza? ¿Qué pasará, entonces, cuando vean al Hijo del hombre subir donde estaba antes? El Espíritu es el que da Vida, la carne de nada sirve. Las palabras que les dije son Espíritu y Vida. Pero hay entre ustedes algunos que no creen.»
En efecto, Jesús sabía desde el primer momento quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar.
Y agregó: «Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede.»
Desde ese momento, muchos de sus discípulos se alejaron de él y dejaron de acompañarlo.
Jesús preguntó entonces a los Doce: « ¿También ustedes quieren irse?»
Simón Pedro le respondió: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna. Nosotros hemos creído y sabemos que eres el Santo de Dios.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- Cuando las doce tribus llegan a la tierra prometida, Josué el sucesor de Moisés, el que condujo al pueblo de Israel a la tierra prometida las convoca para sellar un pacto de fidelidad al Señor. Los pone ante la gran disyuntiva: hay que escoger, por el Dios que ha conducido a Israel con todo lo que eso también implica en cuanto a estilo de vida liberado y liberador o por los dioses antiguos y los dioses de los pueblos vecinos más permisivos en cuanto a la vida moral, pero falsos y sin vida. Todo el pueblo responde que servirán al Dios verdadero. Los motivos que el pueblo da para seguir al Señor no son motivos teóricos sino experienciales. Es toda una historia de liberación vivida, que no hace imaginable otra posibilidad que no sea la de seguir al Señor. Aunque luego serían con frecuencia infieles a su promesa.
***
- En la segunda carta, Pablo parte de la relación entre el hombre y la mujer para hablar de la relación entre Cristo y la Iglesia. Para interpretar correctamente este texto no hay que olvidar las circunstancias culturales del tiempo y ambiente. El marido es la cabeza de la mujer y ésta su cuerpo y ambos unidos forman una sola carne, de la misma manera que Cristo es la cabeza de la iglesia y ésta su cuerpo a la que ama hasta el extremo de dar su vida por ella.
***
- Con la lectura de hoy termina el capítulo del evangelio de Juan que hemos leído durante estos últimos domingos. Pero no termina triunfalmente sino críticamente. Como reacción al discurso de Jesús sobre el pan de la vida, se dividen las posturas. Con total claridad, Juan nos presenta la crisis.
- A aquellos judíos orgullosos y suficientes, apegados a la ley y a la tradición de sus padres, ya les resultaba fastidiosa la libertad de este rabí frente al cumplimiento estricto de los preceptos que condicionaban y estrechaban la vida religiosa; por eso les resulta intolerable que les predique un Dios que tiene rostro de Padre y que mira con el mismo amor a todos los hombres sin distinción de raza, de categoría, de religión o de sexo; menos aún que un samaritano les dé lecciones, que una adúltera merezca una mirada de misericordia y que una mujer de vida dudosa lave sus pies con perfume, los enjuague con sus lágrimas y los seque con sus cabellos ante su mirada agradecida.
- Les resulta inaceptable que Jesús pretenda ser él, el objeto de fe, el depositario de la vida divina, el único que puede hacer pasar a los hombres a la realidad definitiva de la vida en Dios.
- Ahora, la afirmación de que hay que creer en Él para tener vida o de que hay que comer su Carne y beber su sangre los lleva al colmo del escándalo. Muchos de los que hasta entonces lo habían seguido, que han asistido a la multiplicación de los panes y a la posterior explicación de aquel signo encuentran desmedidas sus palabras, no están dispuestos a aceptar a Jesús como el camino de vida y se ven obligados a decidirse, a optar. Muchos deciden dejarlo: «Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?». Pasan del intento de apoderarse de Jesús para hacerlo rey a abandonarlo para siempre. Jesús no ablanda su discurso. Sus palabras son destinadas a provocar la “ruptura”. Se convierte en signo de contradicción. Su palabra invita u obliga a salir de uno mismo, a superar “la carne” para vivir en el “espíritu”, no cerrarse en lo humano, temporal y contingente para abrirse a lo que llegará a ser definitivo. «La posibilidad del escándalo es la encrucijada o significa lo mismo que hallarse en un cruce de caminos. Uno se inclina hacia el escándalo o hacia la fe; pero jamás se llega a la fe sino a través de la posibilidad del escándalo» (Kierkegaard).
- Y sólo sigue con él un pequeño grupo liderado por Pedro que no responden diciendo que todo lo que Jesús les propone les resulta fácil y sin problemas pero sin embargo intuyen que lo que han encontrado en Jesús no lo encontrarán en nadie ni en nada: «¿A quién vamos a ir? Sólo tú tienes palabras de vida eterna».
- Sólo aquellos que crean que Jesús tiene palabras de vida eterna, pueden estar dispuestos a seguirlo y ser sus discípulos. La fe cristiana se decide, en última instancia, en torno a la persona de Jesús. Es una elección que no admite la posibilidad de coartadas o escapismos.
- El escándalo de Cafarnaún es, en definitiva, el escándalo de la cruz. El camino de Dios nunca es el camino de los hombres. Dios no ofrece garantías de éxito humano ni promete puestos de influencia.
- La intervención de Dios en la historia del mundo como en las situaciones personales exige una respuesta decisiva: un sí o un no. Cada acción del discípulo debe ser la respuesta a un juicio interior que opta o no por la luz que ilumina a todo hombre que ha venido a este mundo. Creer no es fácil. La fe es un misterio; es don de Dios y respuesta humana.
- Creer es la aceptación positiva del programa de Jesús. Creer en Cristo significa aceptar su evangelio, aceptar lo que nos dice y su estilo de vida exigente que choca contra los valores que aplaude el mundo y con nuestro egoísmo o nuestra comodidad que instintivamente busca hacer caminar a Dios por nuestra propia vereda.
- Creer no es una respuesta triunfal y segura de sí misma; en ella hay lugar para la duda que brota de la conciencia de la propia debilidad. Creer, también, es admitir que Dios viene a salvar nuestra débil situación. Creer es aceptar el amor que Dios nos tiene y optar, con su ayuda, por darle una respuesta que se manifiesta en el seguimiento de Jesús. Porque nuestra fe de discípulos no es el asentimiento de esta o aquella verdad dogmática aislada, sino lanzarse en el seguimiento de Jesús fiándose de su palabra a pesar de todo. Para el creyente la única garantía no es visible. Creer es asentir contra toda evidencia. La fe supone una elección y una decisión apoyadas en la elección que Dios ha hecho antes de nosotros. Somos discípulos porque “hemos aceptado el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él” y por lo tanto dejamos que el Espíritu nos eduque en el pensamiento de Cristo, para ver la historia como Él, para juzgar la vida como él, elegir y amar como Él, a esperar como enseña Él, a vivir en Él la comunión con el Padre y los hermanos.
PARA DISCERNIR
- ¿Dónde pongo mis esperanzas?
- ¿Acepto el camino de la crisis como camino de crecimiento?
- ¿En quién me sostengo ante las dificultades del camino?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Tú tienes palabras de vida eterna
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
… «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna» (Jn 6,68).
… «¿También vosotros?» La pregunta de Cristo sobrepasa los siglos y llega hasta nosotros, nos interpela personalmente y nos pide una decisión. ¿Cuál es nuestra respuesta? Queridos jóvenes, si estamos aquí hoy es porque nos vemos reflejados en la afirmación del apóstol Pedro: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna» (Jn 6,68).
Muchas palabras resuenan en vosotros, pero sólo Cristo tiene palabras que resisten al paso del tiempo y permanecen para la eternidad. El momento que estáis viviendo os impone algunas opciones decisivas: la especialización en el estudio, la orientación en el trabajo, el compromiso que debéis asumir en la sociedad y en la Iglesia. Es importante darse cuenta de que, entre todas las preguntas que surgen en vuestro interior, las decisivas no se refieren al «qué». La pregunta de fondo es «quién»: hacia «quién» ir, a «quién» seguir, a «quién» confiar la propia vida.
Pensáis en vuestra elección afectiva e imagino que estaréis de acuerdo: lo que verdaderamente cuenta en la vida es la persona con la que uno decide compartirla. Pero, ¡atención! Toda persona es inevitablemente limitada, incluso en el matrimonio más encajado se ha de tener en cuenta una cierta medida de desilusión. Pues bien, queridos amigos: ¿no hay en esto algo que confirma lo que hemos escuchado al apóstol Pedro? Todo ser humano, antes o después, se encuentra exclamando con él: «¿A quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna». Sólo Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios y de María, la Palabra eterna del Padre, que nació hace dos mil años en Belén de Judá, puede satisfacer las aspiraciones más profundas del corazón humano.
En la pregunta de Pedro: «¿A quién vamos a acudir?» está ya la respuesta sobre el camino que se debe recorrer. Es el camino que lleva a Cristo. Y el divino Maestro es accesible personalmente; en efecto, está presente sobre el altar en la realidad de su cuerpo y de su sangre. En el sacrificio eucarístico podemos entrar en contacto, de un modo misterioso pero real, con su persona, acudiendo a la fuente inagotable de su vida de Resucitado.
Esta es la maravillosa verdad, queridos amigos: la Palabra, que se hizo carne hace dos mil años, está presente hoy en la Eucaristía. Por eso, el año del Gran Jubileo, en el que estamos celebrando el misterio de la encarnación, no podía dejar de ser también un año «intensamente eucarístico» (cf. Tertio millennio adveniente, 55).
La Eucaristía es el sacramento de la presencia de Cristo que se nos da porque nos ama. Él nos ama a cada uno de nosotros de un modo personal y único en la vida concreta de cada día: en la familia, entre los amigos, en el estudio y en el trabajo, en el descanso y en la diversión. Nos ama cuando llena de frescura los días de nuestra existencia y también cuando, en el momento del dolor, permite que la prueba se cierna sobre nosotros; también a través de las pruebas más duras, Él nos hace escuchar su voz.
Sí, queridos amigos, ¡Cristo nos ama y nos ama siempre! Nos ama incluso cuando lo decepcionamos, cuando no correspondemos a lo que espera de nosotros. Él no nos cierra nunca los brazos de su misericordia. ¿Cómo no estar agradecidos a este Dios que nos ha redimido llegando incluso a la locura de la Cruz? ¿A este Dios que se ha puesto de nuestra parte y está ahí hasta al final?
Celebrar la Eucaristía «comiendo su carne y bebiendo su sangre» significa aceptar la lógica de la cruz y del servicio. Es decir, significa ofrecer la propia disponibilidad para sacrificarse por los otros, como hizo Él.
Homilía de San Juan Pablo II enla Misa de Clausura de la XV Jornada Mundial de la Juventud (Tor Vergata, Roma, 20 de agosto del 2000)
PARA REZAR
A pesar de todo
A pesar de todo…
Creo en la fuerza silenciosa y la oración
que viene de lo alto.
A pesar de todo…
Creo en la serenidad,
nobleza y comprensión.
A pesar de todo…
Creo en la bondad espontánea, en el gesto comunitario de quien sirve.
A pesar de todo…
Creo en la luz radiante
reflejada en las manos que oran.
A pesar de todo…
Creo en el sufrimiento
que habla de renuncia y donación.
A pesar de todo…
Creo en la mirada comprensiva
de los que expresan paz interior
por su oración.
A pesar de todo…
Creo en la flor de la gratitud
que florece en el fondo del alma.
A pesar de todo…
Creo en el silencio y la oración
que todavía construyen islas de bienestar
en el barullo y la competencia.
A pesar de todo…
y sobre todo,
creo en el Amor.
En el amor
alimentado de oración, silencio y reflexión
que puede trasformar la tierra colocándola
más cerca del cielo.
Dios es silencio,
palabra hecha oración.
No cerremos a los hombres el Reino
Principio de la segunda carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Tesalónica 1, 1-5. 11b-12
Pablo, Silvano y Timoteo saludan a la Iglesia de Tesalónica, que está unida a Dios, nuestro Padre y al Señor Jesucristo. Llegue a ustedes la gracia y la paz que proceden de Dios Padre y del Señor Jesucristo.
Hermanos, siempre debemos dar gracias a Dios a causa de ustedes, y es justo que lo hagamos, porque la fe de ustedes progresa constantemente y se acrecienta el amor de cada uno hacia los demás. Tanto es así que, ante las Iglesias de Dios, nosotros nos sentimos orgullosos de ustedes, por la constancia y la fe con que soportan las persecuciones y contrariedades. En esto se manifiesta el justo Juicio de Dios, para que ustedes sean encontrados dignos del Reino de Dios por el cual tienen que sufrir.
Que Dios los haga dignos de su llamado, y lleve a término en ustedes, con su poder, todo buen propósito y toda acción inspirada en la fe. Así el nombre del Señor Jesús será glorificado en ustedes, y ustedes en él, conforme a la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 95, 1-2a. 2b-3. 4-5 (R.: 3)
R. Anuncien entre los pueblos las maravillas del Señor.
Canten al Señor un canto nuevo,
cante al Señor toda la tierra;
canten al Señor, bendigan su Nombre. R.
Día tras día, proclamen su victoria,
anuncien su gloria entre las naciones,
y sus maravillas entre los pueblos. R.
Porque el Señor es grande y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Los dioses de los pueblos no son más que apariencia,
pero el Señor hizo el cielo. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 23, 13-22
« ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el Reino de los Cielos! Ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que quisieran.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para conseguir un prosélito, y cuando lo han conseguido lo hacen dos veces más digno de la Gehena que ustedes!
¡Ay de ustedes, guías ciegos, que dicen: «Si se jura por el santuario, el juramento no vale; pero si se jura por el oro del santuario, entonces sí que vale»! ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante: el oro o el santuario que hace sagrado el oro? Ustedes dicen también: «Si se jura por el altar, el juramento no vale, pero vale si se jura por la ofrenda que está sobre el altar.» ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar que hace sagrada esa ofrenda?
Ahora bien, jurar por el altar, es jurar por él y por todo lo que está sobre él. Jurar por el santuario, es jurar por él y por aquel que lo habita. Jurar por el cielo, es jurar por el trono de Dios y por aquel que está sentado en él.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- Tesalónica, puerto de mar, la actual Salónica, era la capital de la Macedonia romana, al norte de Grecia. Allí había permanecido Pablo unos meses y había fundado una comunidad cristiana, ayudado por Silas. Se convirtieron, no los judíos, sino unos paganos griegos, con envidia de los dirigentes de la sinagoga judía, que promovieron un alboroto popular contra Pablo, que lo obligó a huir.
- Pablo, en la primera carta, les pedía que siguieran progresando en su vida cristiana. Al saludo -de Pablo, Silvano y Timoteo, como en la primera carta-, sigue una alabanza y acción de gracias. Parece que Timoteo, enviado por Pablo a Tesalónica, había traído buenas noticias sobre la marcha de la comunidad, y por eso empieza la carta con palabras de alabanza: han sabido acoger la llamada de Dios y la salvación que les ha conseguido Jesús, han abandonado los ídolos que antes adoraban y ahora son famosos por «la actividad de su fe, el esfuerzo de su amor y el aguante de su esperanza».
- Han cumplido y Pablo les muestra su satisfacción y de nuevo les urge a que sigan creciendo para ser dignos de la vocación recibida, porque hay mucho que hacer todavía.
***
- Los ataques de Jesús contra los fariseos son una serie de lamentaciones que los descalifican comenzando con la fórmula «Ay de…». Son ocho lamentaciones, que Mateo coloca después de haber proclamado Jesús las Bienaventuranzas.
- La vocación de Israel no era la de ser un pueblo que cumpliera hasta las más mínimas obligaciones rituales, sino un pueblo que hiciera posible otra forma de vivir la historia, haciendo presente a Dios como su Señor y guía.
- El reino de Dios ha sido anunciado por Juan Bautista y por Jesús. Los letrados usan de la autoridad de su enseñanza para impedir que el pueblo acepte ese mensaje, que ellos son los primeros en rechazar. Son los sabios y entendidos a que alude Jesús a quienes se oculta el designio de Dios. He ahí la responsabilidad que tenían, por su saber, de haber preparado el camino al reino; sin embargo son ellos los que impiden que éste alcance sus objetivos.
- Los judíos sabían perfectamente que la ley era una mediación para hacer posible la realización de la voluntad de Dios en este mundo. Pero, como dice el refrán popular: hecha la ley, hecha la trampa. Jesús cuestiona profundamente la casuística pormenorizada y tramposa que inventa maneras «legales» de evadir la ley, y se vale de la «letra sagrada » para conseguir sus propios fines.
- Por eso Jesús vuelve a la intención original de la ley recordando que lo que santifica un objeto y hace obligatorio un deber, no es la letra misma de la ley, sino el espíritu que la anima.
- Jesús expresa, en forma de lamentaciones, su reprobación con respecto a la hipocresía de sus adversarios que, actuando como guías del pueblo han cerrado a los hombres las puertas del Reino de los cielos, y han puesto obstáculos a la acción de Dios en la historia. Siendo pésimos intérpretes de la Escritura; han sido malos pastores, han perdido la llave del Reino y siguen enseñando y deformando la ley de Dios y las conciencias de los hombres.
- Lamentablemente podemos constatar que hay fariseos en todos los sectores de la vida humana y social, pero los de la religión son especialmente destructivos. Persiguen a las personas y los cazan para llevarlos a su propia convicción religiosa; no a la de Dios. Tienden a transformar a los otros en copias de sí mismos imponiéndoles con temor su propia semejanza de egoísmo y falsedad. A lo largo de toda la historia y aún hoy, constatamos la presencia de este tipo de guías ciegos que nivelan y etiquetan a toda costa.
- El anuncio del evangelio está muy lejos de toda homologación de la vida y de la conciencia. El Evangelio no oprime el corazón ni achata la vida, sino es camino de libertad fecunda y creativa en el amor salvador de Cristo. Evangelizar, no es hacer proselitismo ni encajar en un molde a todo hombre; muy por el contrario, es llegar hasta la raíz más profunda de cada hombre, a su realidad más íntima y personal, iluminándola y haciéndola portadora de vida nueva.
PARA DISCERNIR
- ¿Manifiesto un espíritu farisaico en ciertas situaciones?
- ¿En qué cosas exijo lo que no cumplo?
- ¿Me aferro más a la ley que al espíritu?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Ir a Dios con verdadero arrepentimiento
…”El sentimiento de la presencia de Dios no es tan sólo el fundamento de la paz en una buena conciencia; es también el fundamento de la paz en el arrepentimiento. A primera vista puede parecer extraño que el arrepentimiento de un pecador pueda traer consigo consuelo y paz. Es cierto que el Evangelio promete cambiar la pena en gozo; es necesario que sepamos gozarnos incluso en el dolor, la debilidad y el desprecio. «Nos gloriamos en las tribulaciones, dice el apóstol Pablo, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu que se nos ha dado» (Rm 5, 3-5). Pero si hay una pena que pueda parecer un mal absoluto, si queda un mal bajo el reino del Evangelio, es -se puede bien creer- la conciencia de haber dejado maltrecho el Evangelio. Si hay un momento en que la presencia del Altísimo pueda parecer intolerable, es el momento en que, súbitamente, tomamos conciencia de haber sido ingratos y rebeldes en nuestra relación con él.
Y, sin embargo, no hay arrepentimiento verdadero sin pensar en Dios. El hombre arrepentido lleva en su corazón el pensamiento de Dios porque le busca; le busca porque es empujado por el amor. Por ello el mismo dolor de haber ofendido a Dios debe llevar consigo una verdadera suavidad, la del amor. ¿Qué es el arrepentimiento sino un impulso del corazón que nos lleva a entregarnos a Dios, tanto por el perdón como por la corrección, a amar su presencia por ella misma, a encontrar la corrección que viene de él y que es mejor que el descanso y la paz que el mundo podría ofrecernos sin él? Mientras el hijo pródigo estaba en el campo con los cerdos, sentía el dolor, sentía sólo el remordimiento, pero no el arrepentimiento. Pero cuando empezó a sentir un verdadero arrepentimiento, eso le condujo a levantarse, ir hacia su padre, confesarle su pecado, y su corazón se liberó de su miseria. El remordimiento, eso que el apóstol Pablo llama «el disgusto de este mundo» lleva a la muerte (2C 7,10). Los que están llenos de remordimientos, en lugar de ir a la fuente de toda vida, al Dios de toda consolación, no hacen más que rumiar sus propias ideas; no pueden confiar a nadie su dolor… Tenemos necesidad de un consuelo para nuestro corazón, para que salga de sus tinieblas y de su morosidad… Nuestro verdadero refugio es, nada menos, que la presencia de Dios”…
Cardenal John Henry Newman (1810-1890), presbítero, fundador de comunidad religiosa, teólogo – PPS Vol. 5, nº 22
PARA REZAR
Dios que quieres la vida del hombre:
Tú nos juzgas sobre el amor
Líbranos de buscar nuestra justificación
en leyes demasiado humanas,
tranquilizadores de conciencias
Ya que tu Hijo Jesús
resumió toda la Ley
en amarte a ti y a nuestros hermanos,
enséñanos a amar sin ningún tipo de cálculos,
y que tu salvación nos sea concedida
por añadidura,
En el nombre de tu Hijo Jesús,
Cristo, nuestro Señor.
¡Ay de los que están llenos de codicia y desenfreno!
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Tesalónica 2, 1-3a. 14-17
Acerca de la Venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, les rogamos, hermanos, que no se dejen perturbar fácilmente ni se alarmen, sea por anuncios proféticos, o por palabras o cartas atribuidas a nosotros, que hacen creer que el Día del Señor ya ha llegado. Que nadie los engañe de ninguna manera.
Dios los llamó, por medio de nuestro Evangelio, para que posean la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Por lo tanto, hermanos, manténganse firmes y conserven fielmente las tradiciones que aprendieron de nosotros, sea oralmente o por carta. Que nuestro Señor Jesucristo y Dios, nuestro Padre, que nos amó y nos dio gratuitamente un consuelo eterno y una feliz esperanza, los reconforte y fortalezca en toda obra y en toda palabra buena.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 95, 10. 11-12a. 12b-13 (R.: 13b)
R. El Señor viene a gobernar la tierra.
Digan entre las naciones: «¡El Señor reina!
El mundo está firme y no vacilará.
El Señor juzgará a los pueblos con rectitud.» R.
Alégrese el cielo y exulte la tierra,
resuene el mar y todo lo que hay en él;
regocíjese el campo con todos sus frutos. R.
Griten de gozo los árboles del bosque.
Griten de gozo delante del Señor,
porque Él viene a gobernar la tierra:
Él gobernará al mundo con justicia,
y a los pueblos con su verdad. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 23, 23-26
Jesús habló diciendo:
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que pagan el diezmo de la menta, del hinojo y del comino, y descuidan lo esencial de la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que filtran el mosquito y se tragan el camello!
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato, mientras que por dentro están llenos de codicia y desenfreno! ¡Fariseo ciego! Limpia primero la copa por dentro, y así también quedará limpia por fuera.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- La gran cuestión de las primeras epístolas de san Pablo es la «Parusía», la venida última de Jesús, la venida escatológica. Esto parece que es uno de los puntos de la doctrina cristiana que no terminaban de comprender los cristianos de Tesalónica.
- Muchos estaban convencidos del inminente retorno de Jesús, de tal modo que vivían relativizando el momento presente y siendo indiferentes en lo que se refería a sus deberes cotidianos.
- Pablo pretende repetir la enseñanza de Jesús acerca del tema: nadie sabe ni el día ni la hora… del día del Señor, y que no hagan caso de los rumores sobre visiones y revelaciones en ese sentido.
- La fecha final no importa mucho. Lo que sí importa es cómo vamos haciendo el camino y cómo nos preparamos para el encuentro final.
***
- El de los fariseos era uno de estos grupos de fanáticos religiosos que prometían el cielo y la tierra al pueblo de Israel, y que durante mucho tiempo consiguieron el apoyo popular haciéndose pasar por hombres justos y piadosos. Jesús con un marcado estilo profético, desenmascara el oportunismo y las verdaderas intenciones de estos grupos.
- Por la ley de los diezmos, Israel reconoce a Yahvé el derecho de propiedad sobre toda su tierra y sus bienes. La parte de Dios en estos bienes, servía para el mantenimiento del culto y sus ministros, y también para socorrer a los pobres. De los principales frutos de la tierra, los fariseos habían extendido el diezmo a los productos más mínimos, incluso a las hierbas que se emplean como condimento: la menta, el hinojo, el comino.
- Las comparaciones que hace Jesús ponen en evidencia la mentira con la que se encubren los fariseos. Estos se muestran como hombres extremadamente cumplidores de la Ley, pero no les importa la justicia ni la fidelidad a Dios.
- Dan importancia a cosas insignificantes, poco importantes ante Dios, y descuidan las que verdaderamente valen la pena. Jesús denuncia cómo letrados y fariseos aparentan una pretendida fidelidad a Dios hasta en lo mínimo, mientras omiten lo esencial, el amor al prójimo, explicitado en “justicia, buen corazón y lealtad”.
- Jesús quiere que la fidelidad a las observancias cultuales sea el reflejo de una fiel observancia del amor a los demás, durante toda la vida.
- Estos defectos no eran exclusivos de los fariseos de hace dos mil años. También hoy podemos caer en la misma trampa.
- En la vida hay cosas de poca importancia, y otras que verdaderamente valen la pena que les prestemos más atención. El llamado de Jesús es que no se descuiden tampoco las cosas pequeñas. A cada cosa hay que darle la importancia que tiene, ni más ni menos. En los detalles de las cosas pequeñas también puede haber amor y fidelidad. Aunque haya que dar más importancia a las grandes.
- Y del mismo modo podemos caer en el error de los fariseos, cuando sólo cuidamos la apariencia exterior y hacemos las cosas para que nos vean, nos alaben, o damos más importancia al parecer que al ser. Si nuestra vida de fe se reduce a ritos externos que no modifican nuestra conducta.
- Si cuidamos excesivamente la apariencia exterior, corremos el riesgo de no reconocer que por dentro podemos estar llenos de «robo y desenfreno».
Jesús nos repite, hoy también, que el culto exterior tales como la purificación de la «copa y del plato» tiene menos importancia que la pureza interior. - Al discípulo no se le pide una perfección artificial e impecable sino la coherencia del esfuerzo por una vida que se comprometa en la búsqueda y el trabajo por la justicia propia del reino. El reino no es apariencia sino una vida realizada en la verdad, que se construye con esfuerzo día a día en la cual cada detalle es importante.
- Ser discípulo significa, testimoniarlo en la vida cotidiana con coherencia, con claridad, con humildad, con gozo y con valentía. El discípulo de Jesucristo ha de comprometerse con coherencia de vida y de acción, en la transformación de la realidad en el ámbito político, económico, laboral, cultural y social de modo que celebre en la fe, la liberación que Cristo va operando en el mundo.
PARA DISCERNIR
- ¿Me quedo en lo accesorio de la fe o trato que toque la raíz de mi vida?
- ¿Qué tipo de perfección busco?
- ¿Qué lugar le doy a la gracia y qué lugar al esfuerzo?
REPITAMOS Y VIVAMOS HOY LA PALABRA
Tus palabras son espíritu y vida
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…“Caminar tras los pasos de Jesús conduce siempre a la obediencia al Padre que marca totalmente la vida de Jesús, y sin la cual ésta permanecería absolutamente inaccesible. En esta obediencia echa también sus raíces la particular amistad de Jesús con los hombres, su presencia junto a los marginados y los humillados, los pecadores y los perdidos. La imagen de Dios que brota en la pobreza de la obediencia de Jesús, en el abandono total de su vida al Padre, no es, de hecho, la imagen de un Dios tirano que humilla; tampoco es la imagen de Dios como exaltación del dominio y de la autoridad terrenos. Es la imagen luminosa de Dios que levanta y libera, que introduce a los culpables y a los humillados en un nuevo y prometedor futuro y sale a su encuentro con los brazos abiertos de su misericordia. Una vida tras los pasos de Jesús es una vida que se sitúa en esta pobreza de la obediencia de Jesús. En la oración nos atrevemos a practicar esta pobreza, el abandono sin cálculos de nuestra vida al Padre. De este comportamiento brota el vivo testimonio del Dios de nuestra esperanza en el centro de nuestro mundo.
El precio que debemos pagar por este testimonio es alto, el riesgo de esta obediencia es grande: conduce a una vida con muchos frentes. Jesús no fue ni un loco ni un rebelde, pero es seguro que fue algo parecido a ambos, hasta confundirse con ellos. Por último, fue escarnecido por Herodes como si fuera un loco, y enviado a la cruz por sus paisanos como rebelde. El que le sigue, el que no teme la pobreza de la obediencia, el que no aleja de sí el cáliz, debe contar con ser víctima de esta confusión y de acabar en todos los frentes –y de modos siempre nuevos–cada vez más”…
Sínodo de Wurzburg, «Nuestra esperanza en eI Reino” documento 6
PARA REZAR
Gracias Padre, porque tomas nuestras vidas en serio,
cuando viniste a nosotros,
fue para trabajar con tus manos de hombre
y para hablarle al pueblo de todos los días.
Tú no creaste el universo
fuera de nuestra historia,
sino que, humildemente, abriste una brecha
en nuestro trabajo diario.
Creemos
que hoy como, siempre,
Tú vienes y estás presente
donde quiera que los hombres realicen
su trabajo humano con la fe de la esperanza.
Permítenos, pues, contar para ti
el canto diario de nuestra vida
y bendecirte
con las sencillas palabras de nuestra fe.
¡Ay de ustedes que por fuera parecen justos!
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Tesalónica 3, 6-10. 16-18
Les ordenamos, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, que se aparten de todo hermano que lleve una vida ociosa, contrariamente a la enseñanza que recibieron de nosotros. Porque ustedes ya saben cómo deben seguir nuestro ejemplo. Cuando estábamos entre ustedes, no vivíamos como holgazanes y nadie nos regalaba el pan que comíamos. Al contrario, trabajábamos duramente, día y noche, hasta cansarnos, con tal de no ser una carga para ninguno de ustedes. Aunque teníamos el derecho de proceder de otra manera, queríamos darles un ejemplo para imitar.
En aquella ocasión les impusimos esta regla: el que no quiera trabajar, que no coma.
Que el Señor de la paz les conceda la paz, siempre y en toda forma. El Señor esté con todos ustedes.
El saludo es de mi puño y letra. Esta es la señal característica de todas mis cartas: así escribo yo, Pablo.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos ustedes.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 127, 1-2. 4-5 (R.: cf. 1a)
R. ¡Felices los que temen al Señor!
¡Feliz el que teme al Señor
y sigue sus caminos!
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás feliz y todo te irá bien. R.
¡Así será bendecido
el hombre que teme al Señor!
¡Que el Señor te bendiga desde Sión
todos los días de tu vida:
que contemples la paz de Jerusalén. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 23, 27-32
Jesús habló diciendo:
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que parecen sepulcros blanqueados: hermosos por fuera, pero por dentro llenos de huesos de muertos y de podredumbre! Así también son ustedes: por fuera parecen justos delante de los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que construyen los sepulcros de los profetas y adornan las tumbas de los justos, diciendo: «Si hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no nos hubiéramos unido a ellos para derramar la sangre de los profetas»! De esa manera atestiguan contra ustedes mismos que son hijos de los que mataron a los profetas. ¡Colmen entonces la medida de sus padres!
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- Terminamos hoy la lectura de la segunda carta de Pablo a los de Tesalónica.
- La certeza de la inminente vuelta del Señor, como juez de la historia llevaba a varios miembros de la comunidad a pensar que ya no valía la pena trabajar no sólo en lo material, sino también en lo espiritual y comunitario.
- Al no tener nada que hacer, se metían en todo con chismes y habladurías, sembraban desorden trastornando la vida de la comunidad. Esta actitud, también tenía como consecuencia un abuso de la caridad del resto de los hermanos para poder subsistir.
- Pablo invita una vez más a tomar conciencia del valor del trabajo. Es necesario que cada uno coma el fruto de su trabajo para no ser gravoso a nadie. Sus palabras son claras: «el que no trabaja, que no coma» y se pone a sí mismo como ejemplo de trabajador. San Pablo era tejedor y así, con sus propias manos, se ganó la vida cuando estuvo en esa ciudad. No vivió de forma desordenada ni comió el pan de otro, aun gozando de ese derecho. Al contrario, trabajó duramente, noche y día, además de su trabajo apostólico.
- Exhorta a seguir su ejemplo sin dejarse llevar por los rumores de un próximo fin del mundo. La carta termina con deseos de paz y de gracia para la comunidad.
***
- Nos encontramos con las últimas lamentaciones lanzadas por Jesús a causa de los fariseos y maestros de la ley. Para Jesús, no hay peor cosa que tratar de aparentar algo distinto a lo que se es, los fariseos eran muy cuidadosos de que su imagen tuviera una correcta relación con lo que se encontraba en la ley, aunque no fuera realidad en sus vidas concretas.
- Escribas y fariseos habían identificado el reino de Dios con las estructuras religiosas del judaísmo, pretendían defender los derechos de Dios defendiendo un cúmulo de leyes, preceptos y tradiciones que consideraban inamovibles.
- Jesús es misericordioso y compasivo con los pecadores y débiles, pero lo descubrimos condenando actitudes hipócritas y forzadas. Jesús apuesta a una valoración incondicional de la vida de la persona. La vida humana está por encima de instituciones y leyes. Lo que cuenta es lo que somos ante Dios, y no lo que aparentamos delante de los hombres.
- El fariseísmo, tal como fue denunciado por Jesús es la sombra de la actitud religiosa, es su trampa y nadie está exento de caer en ella. Cuando todo el esfuerzo se coloca en mantener viva una estructura y una fachada, corremos el riesgo que el interior no se desarrolle ni crezca. La tentación constante de todo creyente, será siempre, hacer de la religión una máscara con la que cubrir su verdadero rostro, una postura que le impida su verdadero cambio interior.
- La lucha del hombre de fe, será batallar contra la fina hipocresía de predicar sin poner en práctica, de decir sin hacer, de aparentar sin ser, de buscar un lugar, de odiar con el pretexto de defender los derechos de aquel que es el amor por excelencia.
- Jesús confirma como perenne y absoluta, y por lo tanto perteneciente al reino la ley suprema del amor a Dios y al prójimo. Este amor sincero que nos da la humildad como para hacernos los últimos, los servidores de los hermanos, de tal modo que brille en todo y en todos, la luz del reino.
PARA DISCERNIR
- ¿Descubrimos las leyes como mediaciones y no como fin en nuestro camino de fe?
- ¿En qué espacios descubrimos que se nos filtra el espíritu de hipocresía?
- ¿Vivimos las instituciones como espacios de humanización y valores cristianos?
REPITAMOS Y VIVAMOS HOY LA PALABRA
Escucha, Señor, ten compasión de mí. Señor, ven en mi ayuda
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Señor, quita mi corazón de piedra»
… Amamos a Cristo como él nos ha amado. Nos ha dejado un ejemplo para que sigamos sus huellas (1P2, 21). Porque él dice: «Ponme como un sello sobre tu corazón» (Ct 8,6), esto viene a decir: «Ámame como yo te amo. Llévame en tu espíritu, en tu memoria, en tu deseo, en tus suspiros, en tus gemidos y tus sollozos. Acuérdate, hombre en qué estado yo te he creado, cuánto te he elevado por encima de otras criaturas, con qué dignidad te he ennoblecido, cómo te he coronado de gloria y honor, cómo te he situado un poco inferior a los ángeles, y cómo todo lo he puesto bajo tus pies (Ps 8). Acuérdate no solo de todo esto que he hecho por ti sino de qué pruebas y qué humillaciones he sufrido por ti…Y tú, si me amas, muéstralo; no de palabra y de lengua, sino en acto y verdad…Ponme como un sello sobre tu corazón y ámame con todas tus fuerzas»…
Señor, quita mi corazón de piedra, este corazón duro e incircunciso. Dame un corazón nuevo, un corazón de carne, un corazón puro (Ez 36, 26). Tú que purificas los corazones, que amas los corazones puros, toma posesión de mi corazón, ven y vive…
Baudoin de Ford (? 1190), abad cisterciense Tratado 10.
PARA REZAR
Jesús, tú fuiste coherente, verdadero hasta el fondo contigo mismo: proclamaste tu Evangelio con alegría.
Tú pusiste la luz en lo alto para que alumbrase a todos.
Tú sembraste por los caminos semillas de vida.
Tú miraste a los ojos del hombre con un corazón limpio.
Tú dijiste que lo esencial era amar, amar siempre.
Tú buscaste lo mejor del hombre.
Te pusiste al lado del pobre y del indefenso.
Tocaste con tu mano al marginado.
Acogiste con ternura a los más abandonados.
Llevaste por los caminos la alegría y la paz.
Dejaste un beso de ternura en todos los dolores.
Aquí estoy ante ti, callado y desconcertado.
Sin entender del todo los porqués, pero abierto a tu palabra, a tu misterio.
Dime, también hoy, tu palabra. Dime, Señor, tu amor.
29 DE AGOSTO – MARTIRIO DE SAN JUAN BAUTISTA (M.O)
Veía que Juan era un hombre justo
Lectura del profeta Jeremías 1, 17-19
Tú, ahora, muévete y anda a decirles todo lo que yo te mande. No temas enfrentarlos, porque yo también podría asustarte delante de ellos. Este día hago de ti una fortaleza, un pilar de hierro y una muralla de bronce frente a la nación entera: frente a los reyes de Judá y a sus ministros, frente a los sacerdotes y a los propietarios.
Ellos te declararán la guerra, pero no podrán vencerte, pues yo estoy contigo para ampararte -palabra de Yahvé-.»
Palabra de Dios
SALMO 70,1-7
R: Mi boca contará tu auxilio
En ti, Señor, confío,
que no me decepcione.
En tu justicia tú querrás defenderme,
inclina a mí tu oído y sálvame.
Sé para mí una roca de refugio,
una ciudad fortificada en que me salve,
pues tú eres mi roca, mi fortaleza.
Líbrame, oh Dios, de la mano del impío,
de las garras del malvado y del violento,
pues tú eres, Señor, mi esperanza,
y en ti he confiado desde mi juventud.
En ti me apoyé desde mis primeros pasos,
tú me atrajiste desde el seno de mi madre,
y para ti va siempre mi alabanza.
Pero ahora para muchos soy un escándalo,
y sólo me quedas tú, mi amparo seguro.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6, 17-29
En efecto, Herodes había mandado tomar preso a Juan y lo había encadenado en la cárcel por el asunto de Herodías, mujer de su hermano Filipo, con la que se había casado. Pues Juan le decía: «No te está permitido tener a la mujer de tu hermano.» Herodías lo odiaba y quería matarlo, pero no podía, pues Herodes veía que Juan era un hombre justo y santo, y le tenía respeto. Por eso lo protegía, y lo escuchaba con gusto, aunque quedaba muy perplejo al oírlo.
Herodías tuvo su oportunidad cuando Herodes, el día de su cumpleaños, dio un banquete a sus nobles, a sus oficiales y a los personajes principales de Galilea. En esa ocasión entró la hija de Herodías, bailó y gustó mucho a Herodes y a sus invitados. Entonces el rey dijo a la muchacha: «Pídeme lo que quieras y te lo daré.» Y le prometió con juramento: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.» Salió ella a consultar a su madre: « ¿Qué pido?» La madre le respondió: «La cabeza de Juan el Bautista.» Inmediatamente corrió a donde estaba el rey y le dijo: «Quiero que ahora mismo me des la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja.»
El rey se sintió muy molesto, pero no quiso negárselo, porque se había comprometido con juramento delante de los invitados. Ordenó, pues, a un verdugo que le trajera la cabeza de Juan. Este fue a la cárcel y le cortó la cabeza. Luego, trayéndola en una bandeja, se la entregó a la muchacha y ésta se la pasó a su madre. Cuando la noticia llegó a los discípulos de Juan, vinieron a recoger el cuerpo y lo enterraron.
Palabra del Señor
O bien de la feria:
1 Corintios 1, 1-9
S.R. 144, 2-7
PARA REFLEXIONAR
- Hacemos memoria del martirio de san Juan Bautista, el Precursor de Jesús. Toda la vida del Bautista gira en torno a la persona del Salvador, de manera que en torno a Él, la existencia y la tarea del Precursor cobran sentido.
- Desde las entrañas de su madre, siente la proximidad del Salvador. El abrazo de María y de Isabel, dos futuras madres, abre el diálogo entre el que prepara el camino y Aquel que es el mismo camino. El Salvador santifica a Juan, y éste salta de gozo dentro del vientre de su madre. En su misión de Precursor mantuvo este entusiasmo —que etimológicamente significa “estar lleno de Dios”—, le preparó los caminos, le allanó las rutas, le rebajó las cimas, lo anunció ya presente, y lo señaló con el dedo como el Mesías: «He ahí el Cordero de Dios» (Jn 1,36).
- El trabajo de Juan Bautista continúa la línea de los antiguos profetas de Israel, que denunciaban los pecados sociales y anunciaban a su pueblo el tiempo de la presencia de Dios, que los haría salir del oprobio y de la crisis. Es difícil el destino de los profetas. Ser profeta, dice Guardini, significa decir a su tiempo contra su tiempo, lo que Dios manda decir. —No te es lícito tener como esposa a Herodías, la mujer de tu hermano, le grita Juan a Herodes Antipas. Y Juan lo paga en la cárcel de Maqueronte.
- Su muerte confirmó la veracidad de su misión, ya que murió asesinado en el palacio del rey y siendo cómplices los que oprimían el país con su lujo, riqueza y escándalos. Su muerte testimonial es una clave importante para comprender el martirio de Jesús. Fue su Precursor en la vida, y también le precede ahora en la muerte cruel. Juan ha cumplido ya su misión. El misterio de la Cruz de Jesús está ya presente en este martirio. Su sangre no será inútil. «La cabeza de Juan Bautista predica mejor desde la bandeja que sobre sus hombros».
- La memoria de los mártires o «testigos» ha sido siempre clave e importante para la vida de la iglesia cristiana. El cristianismo no puede ser entendido, sino como un testimonio fuerte y vivo, del nuevo mundo que irrumpe en la historia en la persona de Jesús de Nazaret. El seguimiento de Cristo no es posible si no estamos dispuestos a asumir la cruz, que significa oponerse a las estructuras de pecado existentes en el mundo y la historia.
- Que la memoria del Martirio de san Juan Bautista sea una invitación para que nuestra vida también gire en torno a la Persona de Jesús, lo cual le dará su pleno sentido, y que su ejemplo “nos entusiasme”, para que llenos de Dios, también demos testimonio de nuestra fe en Jesús con valentía.
- «Está encerrado, en la tiniebla de una mazmorra, aquel que había venido a dar testimonio de la Luz, y había merecido de la boca del mismo Cristo (…) ser denominado “antorcha ardiente y luminosa”. Fue bautizado con su propia sangre aquél a quien antes le fue concedido bautizar al Redentor del mundo». San Beda.
PARA DISCERNIR
- ¿Qué lugar ocupa la defensa de la verdad en mi opción de fe?
- ¿Hasta dónde arriesgo por defender lo que es justo?
- ¿Acomodo la realidad a mi conveniencia?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Señor, mi destino está en tus manos
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…”En primer lugar, la vida en sí misma es el don más grande que se pueda ofrecer -cosa que nosotros olvidamos constantemente-. Cuando pensamos en nuestra entrega a los demás, lo que nos viene de inmediato a la mente son nuestros talentos únicos: nuestras capacidades para hacer cosas especiales particularmente bien […]. Sin embargo, cuando hablamos de talentos, tendemos a olvidar que nuestro verdadero don no es lo que podemos hacer, sino quiénes somos. La verdadera pregunta no es: « ¿Qué podemos ofrecernos el uno al otro?», sino: «¿Quiénes podemos ser para los otros?» Es a buen seguro una cosa estupenda que podamos repararle algo al vecino, ofrecerle consejos útiles a un amigo, sabios pareceres a un colega, volver a dar la salud a un enfermo o anunciar una buena noticia a un feligrés. Pero hay un don que es el mayor de todos. Se trata del don de nuestra vida, que brilla en todo lo que hacemos. Al envejecer, descubro cada vez más que el don más grande que tengo para ofrecer es mi alegría de vivir, mi paz interior, mi silencio y mi soledad, mi sentido del bienestar. Cuando me pregunto: «¿Quién me es de más ayuda?», debo responder: «Aquel o aquella que esté dispuesto a compartir conmigo su vida».
Es útil practicar una distinción entre talentos y dones. Nuestros dones son más importantes que nuestros talentos. Podemos tener sólo pocos talentos, pero tenemos muchos dones. Nuestros dones son los muchos modos a través de los que expresamos nuestra humanidad. Forman parte de lo que somos: amistad, bondad, paciencia, alegría, paz, perdón, amabilidad, amor, esperanza, confianza, etc. Estos son los verdaderos dones que hemos de ofrecer a los otros”…
H. J. M. Nouwen, edición española: Tú eres mi amado, Promoción Popular Cristiana, Madrid 1997.
PARA REZAR
A la orilla de un río
un hombre predicaba
y hablaba de otro hombre
que estaba por llegar.
Era Juan el Bautista,
era voz que gritaba
que llegaba la hora
de la verdad.
Hubo un hombre enviado por Dios,
era su nombre Juan,
él no era la luz,
pero vino a preparar
los caminos que conducen a Jesús.
A todo el que quería
conocer los caminos
que Dios recorre a diario,
hablando al corazón,
el Bautista le hablaba
de amor y de justicia,
porque estaba a las puertas
el Salvador.
Pero el hombre que hablaba
de amor y de justicia,
fue un día encarcelado
por capricho de un rey.
Su cabeza cortaron,
su voz siguió gritando
los abusos de un hombre
en el poder.
VIERNES XXI
30 DE AGOSTO – SANTA ROSA DE LIMA – PATRONA DE AMÉRICA LATINA (F)
Vende todo lo que posee y compra el campo
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Corinto 10, 17-11, 2
Hermanos:
El que se gloría, que se gloríe en el Señor. Porque el que vale no es el que se recomienda a sí mismo, sino aquel a quien Dios recomienda.
¡Ojalá quisieran tolerar un poco de locura de mi parte! De hecho, ya me toleran. Yo estoy celoso de ustedes con el celo de Dios, porque los he unido al único Esposo, Cristo, para presentarlos a Él como una virgen pura.
Palabra de Dios.
SALMO 148, 1-2. 11-13a. 13c-14
R. ¡Los jóvenes y las vírgenes, alaben el nombre del Señor!
Alaben al Señor desde el cielo,
alábenlo en las alturas;
alábenlo, todos sus ángeles,
alábenlo, todos sus ejércitos. R.
Los reyes de la tierra y todas las naciones,
los príncipes y los gobernantes de la tierra;
los ancianos, los jóvenes y los niños,
alaben el Nombre del Señor. R.
Su majestad está sobre el cielo y la tierra,
y Él exalta la fuerza de su pueblo.
¡A Él, la alabanza de todos sus fieles,
y de Israel, el pueblo de sus amigos! R.
EVANGELIO
Lectura del Santo Evangelio según san Mateo 13, 44-46
Jesús dijo a la multitud:
El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo.
El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- El verdadero apóstol no puede basar la eficacia de la Palabra en la ciencia humana. El verdadero apóstol es consciente de que es una persona, puesta por Dios, para colaborar en la construcción del Reino de Dios entre nosotros. Su orgullo será haber sido dócil al Espíritu.
- Para lograr eso el Señor ha entregado su vida, para purificarnos de todo pecado. Pero esa purificación no se puede quedar en la simple confesión de los pecados, sino que debe llevarnos a volver con sinceridad a Dios y a dejarnos transformar por Él en criaturas nuevas. Entonces seremos, realmente, dignos del Señor.
***
- El Reino es Cristo. Y Él nos ha amado de tal forma que lo dejó todo, incluso entregó su propia vida con tal de «comprarnos» para Dios, de manera que no vivamos ya para nosotros mismos, sino para Aquel que por nosotros murió y resucitó.
- En la medida que hemos sido amados por Dios, estamos llamados a amar a nuestro prójimo de tal forma que no sólo le anunciemos el Evangelio de la gracia, sino que seamos capaces de entregarlo todo con tal de que, junto con nosotros, alcance la salvación que Dios ofrece a todos. Es necesario abrir los ojos para trabajar de una y mil formas para que el Reino de Dios se haga realidad en el corazón del mundo.
- El Señor nos ofrece lo más grande de sí mismo: Su Vida y su Espíritu, para que, recibidos por nosotros, nos transformen, cada día en mejores hijos de nuestro Dios y Padre.
- Aceptar el compromiso de la fe nos une al Señor, nos abre a nuestro trabajo por el Reino. Abramos los ojos ante la realidad que nos rodea. En medio de un mundo, en el cual anidan muchas posibilidades, en medio de muchas esperanzas perdidas, la Iglesia está llamada a entregarse para que salgan a la luz todos esos tesoros escondidos, y así, todos juntos podamos construir una sociedad más fraterna, más justa y más solidaria.
- El Señor espera de su Iglesia que trabaje con fervor para que su Evangelio se encarne en los hombres de nuestro tiempo. Entonces el Reino de Dios habrá empezado a hacerse realidad entre nosotros.
PARA DISCERNIR
- ¿Qué docilidad me reclama el Espíritu hoy?
- ¿En qué realidad me toca hoy hacer presente el Reino, dónde hace falta vivir los valores del Reino?
- ¿De qué manera hacemos crecer los dones de gracia recibidos?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Qué venga tu Reino Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
De los escritos de santa Rosa de Lima.
El salvador levantó la voz y dijo, con incomparable majestad: «¡Conozcan todos que la gracia sigue a la tribulación.
Sepan que sin el peso de las aflicciones no se llega al colmo de la gracia. Comprendan que, conforme al acrecentamiento de los trabajos, se aumenta juntamente la medida de los carismas. ¡Que nadie se engañe: esta es la única verdadera escala del paraíso, y fuera de la cruz no hay camino por donde se pueda subir al cielo!»
Oídas estas palabras, me sobrevino un ímpetu poderoso de ponerme en medio de la plaza para gritar con grandes clamores, diciendo a todas las personas, de cualquier edad, sexo, estado y condición que fuesen:
«Oíd pueblos, oíd, todo género de gentes: de parte de Cristo y con palabras tomadas de su misma boca, yo os aviso: Que no se adquiere gracia sin padecer aflicciones; hay necesidad de trabajos y más trabajos, para conseguir la participación íntima de la divina naturaleza, la gloria de los hijos de Dios y la perfecta hermosura del alma.»
Este mismo estímulo me impulsaba impetuosamente a predicar la hermosura de la divina gracia, me angustiaba y me hacía sudar y anhelar. Me parecía que ya no podía el alma detenerse en la cárcel del cuerpo, sino que se había de romper la prisión y, libre y sola, con más agilidad se había de ir por el mundo, dando voces:
«¡Oh, si conociesen los mortales qué gran cosa es la gracia, qué hermosa, qué noble, qué preciosa, cuántas riquezas esconde en sí, cuántos tesoros, cuántos júbilos y delicias! Sin duda emplearían toda su diligencia, afanes y desvelos en buscar penas y aflicciones; andarían todos por el mundo en busca de molestias, enfermedades y tormentos, en vez de aventuras, por conseguir el tesoro último de la constancia en el sufrimiento. Nadie se quejaría de la cruz ni de los trabajos que le caen en suerte, si conocieran las balanzas donde se pesan para repartir- los entre los hombres.»
PARA REZAR
Oración
Van a pasar por manos laboriosas
Los granos de un rosario de ilusiones,
Acógelas, Señor, que son hermosas,
Amor y don de nuestros corazones.
Mujer llena de Dios, oh Santa Rosa,
Vivir para el Señor, para el Amado,
Fue el ansia de tu amor, gracia divina,
Llevada de su fuerza y de su mano.
No olvides los que vamos de camino
Siguiendo en el desierto tus pisadas,
Aboga ante el Señor favor divino,
Seguir como seguiste sus llamadas.
Proclamen nuestros labios la grandeza
Del Padre que en el Hijo nos dio gozo,
Y, siendo nuestra herencia la pobreza,
Nos colma de su amor el Fuego Santo. Amén
A quien tiene, se le dará y tendrá de más
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Corinto 1, 26-31
Hermanos, tengan en cuenta quiénes son los que han sido llamados: no hay entre ustedes muchos sabios, hablando humanamente, ni son muchos los poderosos ni los nobles.
Al contrario, Dios eligió lo que el mundo tiene por necio, para confundir a los sabios; lo que el mundo tiene por débil, para confundir a los fuertes; lo que es vil y despreciable y lo que no vale nada, para aniquilar a lo que vale. Así, nadie podrá gloriarse delante de Dios.
Por él, ustedes están unidos a Cristo Jesús, que por disposición de Dios, se convirtió para nosotros en sabiduría y justicia, en santificación y redención, a fin de que, como está escrito: El que se gloría, que se gloríe en el Señor.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 32, 12-13. 18-19. 20-21 (R.: cf. 12b)
R. ¡Feliz el pueblo que el Señor se eligió como herencia!
¡Feliz la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se eligió como herencia!
El Señor observa desde el cielo
y contempla a todos los hombres. R.
Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles,
sobre los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y sustentarlos en el tiempo de indigencia. R.
Nuestra alma espera en el Señor:
él es nuestra ayuda y nuestro escudo.
Nuestro corazón se regocija en él:
nosotros confiamos en su santo Nombre. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 25, 14-30
Jesús dijo a sus discípulos esta parábola:
El Reino de los Cielos es también como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores y les confió sus bienes. A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió.
En seguida, el que había recibido cinco talentos, fue a negociar con ellos y ganó otros cinco. De la misma manera, el que recibió dos, ganó otros dos, pero el que recibió uno solo, hizo un pozo y enterró el dinero de su señor.
Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores. El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presentó otros cinco. «Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco que he ganado.» «Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor.»
Llegó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: «Señor, me has confiado dos talentos: aquí están los otros dos que he ganado.» «Está bien, servidor bueno y fiel, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor.»
Llegó luego el que había recibido un solo talento. «Señor, le dijo, sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!»
Pero el señor le respondió: «Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido, tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses.
Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez, porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Echen afuera, a las tinieblas, a este servidor inútil; allí habrá llanto y rechinar de dientes.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- La comunidad de Corinto no la forman personas humanamente muy importantes, sino gente sencilla; humildes artesanos, descargadores del muelle y seguramente gran cantidad de esclavos; gente poco considerada. Dios ama a los que el mundo desprecia.
- Pablo se atreve a decir a unos griegos que estaban acostumbrados a criterios de sabiduría humana para valorar a las personas, que lo que da valor a las personas es, lo que son en Cristo Jesús, que para los cristianos es «sabiduría, justicia, santificación y redención». «El que se gloría, que se gloríe en el Señor».
- Dios ha escogido lo necio del mundo para confundir a los sabios. Lo débil del mundo para cubrir de confusión a los fuertes.
***
- La petición de cuentas por parte del amo constituye el punto clave de la parábola. Los dos primeros servidores dan prueba de una fidelidad creativa: han aprovechado la ausencia del amo para producir un fruto abundante; han asumido sus responsabilidades, y el amo les confía otras nuevas. El tercer servidor, sin embargo, prefiere encerrar su talento; a los ojos de la Ley, se veía así libre de toda responsabilidad.
- Un talento era equivalente a treinta y cinco kilos de un metal precioso. El «talento» era una de esas cifras soñadas que se utilizaba para referirse a riquezas fabulosas a las cuales muy pocos tenían acceso.
- La parábola nos remite a cada uno a nuestra verdad de hombres amados por Dios. El tiempo de vigilancia en el Reino es el espacio de libertad que se da a cada hombre para que se haga cargo de sus responsabilidades. Responsabilidad y fidelidad van de la mano. La parábola nos habla de la fidelidad a lo encomendado.
- Fidelidad no es conservar prolija y cuidadosamente el patrimonio ni se reduce a vivir de recuerdos. Fidelidad es hacer fructificar.
- Nuestra vida como cristianos es infiel si esconde la Palabra viva bajo el peso de las costumbres, de los hábitos, bajo una minucia exagerada o un control excesivo y estéril.
- La Iglesia es infiel cuando deja de ser un deseo que hace brotar la vida, cuando la búsqueda se ve entorpecida y se deja de lado, cuando el temor nos paraliza, cuando la justicia y el amor, la verdad, la reconciliación y la paz no pasan de ser palabras sin alma. No hay mayor error que enterrar el talento, como si se tratara no de un tesoro sino de una reliquia.
- Quien no produce fruto no crece ni hace crecer el reino. Nuestra poca capacidad, o posibilidad son excusas para no dar frutos porque nuestra fuerza está en Dios. Fidelidad es dejar que el Espíritu actúe y ver como se multiplica la herencia de gracia que el Señor nos ha dejado. Aunque creamos tener poco, como el empleado que recibió únicamente un talento, sin embargo, ese «poco» es tan grande que podríamos considerarnos inmensamente ricos.
PARA DISCERNIR
- ¿Valoramos la vida y todo lo que el Señor no ha dado?
- ¿Damos gracias por lo que tenemos o vivimos lamentándonos por lo que nos falta?
- ¿De qué manera hacemos crecer los dones de gracia recibidos?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Pongo toda mi esperanza en el Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…”Cuando los cristianos decimos que creemos en la vida eterna que nos será dada, esta espera de lo que debe venir no es, en primer lugar, algo particularmente extraño. Por lo general, se habla de la esperanza de la vida eterna con un cierto pathos afectado, y lejos de mí criticarla, en caso de que se trate de una convicción seria. Pero me sucede siempre algo extraño cuando oigo hablar de este modo. Me parece que todos los esquemas de la imaginación, con los que se intenta explicar la vida eterna, la mayoría de las veces se adaptan muy poco al corte radical que se produce con la muerte. Nos imaginamos la vida eterna, que extrañamente ya ha sido señalada como «el más allá» y como lo que hay «después» de la muerte, demasiado repleta de aquellas realidades que nos han sido confiadas aquí: como continuación de la vida, como encuentro con aquellos que estaban junto a nosotros, como alegría y paz, como banquete y júbilo, como todo esto y otras cosas semejantes, que nunca cesarán y que siempre continuarán. Temo que la radical incomprensibilidad de lo que significa realmente vida eterna se vea minimizada, y que lo que nosotros llamamos, en esta vida eterna, contemplación directa de Dios sea rebajado a una alegre ocupación junto a tantas otras que llenan nuestra vida; la inexpresable enormidad de que la misma absoluta divinidad, desnuda y simple, entre en nuestra angosta dimensión de criaturas no tiene que ser percibida como auténtica”…
K. Rahner, Experiencia de un teólogo, Munich 1984, pp. 118ss.
PARA REZAR
Gracias Señor
Gracias, Señor, por todo cuanto me diste en.
Gracias por los días de sol y los nublados tristes, por las tardes
tranquilas y las noches obscuras.
Gracias por la salud y por la enfermedad, por las penas y
las alegrías.
Gracias por todo lo que me prestaste y luego me lo
pediste.
Gracias, Señor, por la sonrisa amable y por la mano amiga, por el
amor y por todo lo hermoso y por todo lo dulce, por las flores y las
estrellas, por la existencia de los niños y de las almas buenas.
Gracias por la soledad y por el trabajo, por las inquietudes, las dificultades y por las lágrimas por todo lo que me acercó a Tí.
Gracias por haberme conservado la vida y por haberme dado techo, abrigo y sustento.
Gracias, Señor.
Gracias, Señor.