[…] Porque la Sagrada Escritura nos ha sido dada para salir al encuentro de los demás y acercarnos a sus heridas […] No nos aleja de la vida, sino que nos introduce en la vida para ser cristianos laboriosos, cristianos creativos, cristianos proféticos […] Papa Francisco 23-01-2022
TIEMPO DTE EL AÑO – CICLO B
SANTOS SIMÓN Y JUDAS, APÓSTOLES (F)
1 DE NOVIEMBRE – SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS
2 DE NOVIEMBRE – CONMEMORACIÓN DE LOS FIELES DIFUNTOS
TIEMPO DTE EL AÑO – CICLO B
DOMINGO XXX
Maestro que yo pueda ver
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Jeremías 31, 7-9
Así habla el Señor:
¡Griten jubilosos por Jacob, aclamen a la primera de las naciones! Háganse oír, alaben y digan: « ¡El Señor ha salvado a su pueblo, al resto de Israel!»
Yo los hago venir del país del Norte y los reúno desde los extremos de la tierra; hay entre ellos ciegos y lisiados, mujeres embarazadas y parturientas: ¡es una gran asamblea la que vuelve aquí!
Habían partido llorando, pero yo los traigo llenos de consuelo; los conduciré a los torrentes de agua por un camino llano, donde ellos no tropezarán. Porque yo soy un padre para Israel y Efraím es mi primogénito.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 125, 1-2b. 2c-3. 4-5. 6 (R.: 3)
R. ¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros y estamos rebosantes de alegría!
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía que soñábamos:
nuestra boca se llenó de risas
y nuestros labios, de canciones.
Hasta los mismos paganos decían:
«¡El Señor hizo por ellos grandes cosas!»
¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros
y estamos rebosantes de alegría!
¡Cambia, Señor, nuestra suerte
como los torrentes del Négueb!
Los que siembran entre lágrimas
cosecharán entre canciones.
El sembrador va llorando
cuando esparce la semilla,
pero vuelve cantando
cuando trae las gavillas.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta a los Hebreos 5, 1-6
Todo Sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres y puesto para intervenir en favor de los hombres en todo aquello que se refiere al servicio de Dios, a fin de ofrecer dones y sacrificios por los pecados. El puede mostrarse indulgente con los que pecan por ignorancia y con los descarriados, porque él mismo está sujeto a la debilidad humana. Por eso debe ofrecer sacrificios, no solamente por los pecados del pueblo, sino también por sus propios pecados. Y nadie se arroga esta dignidad, si no es llamado por Dios como lo fue Aarón.
Por eso, Cristo no se atribuyó a sí mismo la gloria de ser Sumo Sacerdote, sino que la recibió de aquel que le dijo: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy. Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 10, 46-52
Cuando Jesús salía de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud, el hijo de Timeo -Bartimeo, un mendigo ciego- estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que pasaba Jesús, el Nazareno, se puso a gritar: «¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!» Muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: «¡Hijo de David, ten piedad de mí!»
Jesús se detuvo y dijo: «Llámenlo.»
Entonces llamaron al ciego y le dijeron: «¡Animo, levántate! El te llama.»
Y el ciego, arrojando su manto, se puso de pie de un salto y fue hacia él. Jesús le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?»
El le respondió: «Maestro, que yo pueda ver.»
Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado.» En seguida comenzó a ver y lo siguió por el camino.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- El profeta Jeremías consuela a su pueblo anunciándole que Dios se ocupa de los más débiles, de los desvalidos, que Él mismo recogerá y ayudará a los discapacitados a regresar a su tierra. Los cojos, los ciegos, todos aquellos que socialmente no cuentan son motivo de la preocupación de Dios. La insistencia de los profetas apuntará a que el pueblo descubra que los criterios de Dios son muy diferentes a los de los humanos. La marcha de la historia de la salvación no se deberá a los «grandes» humanamente porque los ojos de Dios están fijos e inmutables en los que no cuentan para nadie.
***
- El autor de la carta a los Hebreos aclara en qué consiste el sacerdocio de Cristo y su dignidad. Lo hace destacando dos rasgos fundamentales que caracterizaban al servicio del A. T. que se dan con mayor perfección, en el sacerdocio de Cristo. Uno es la solidaridad con el pueblo, de donde ha sido tomado el sacerdote y a quien éste ha de representar delante de Dios. La experiencia de sus propias debilidades lo ayudará a no distanciarse del pueblo siendo comprensivo. El otro rasgo es la vocación; pues nadie puede arrogarse el honor de ser sacerdote si no ha sido llamado por Dios. Cristo, como sacerdote es el Mediador insustituible.
***
- Los cuatro domingos marcados por el «camino hacia Jerusalén» encuentran hoy su culminación. En el evangelio de Marcos la historia de Bartimeo “como camino del discipulado” llega a su punto más alto. El relato, a partir de la observación de los gestos y actitudes del mendigo ciego nos presenta un camino de fe. A diferencia de todos los anteriores, este hombre ciego y pobre es el modelo del que sabe responder al llamado de Jesús, y pasa de estar “sentado a la orilla del camino” a “seguirlo por el camino”.
- La curación de Bartimeo ocurre después que Jesús ha dicho que ha venido a servir, y aquí presta un servicio a pesar de que los discípulos intentan deshacerse del ciego que los está molestando.
- Jesús con sus discípulos y una gran muchedumbre están a punto de llegar a la meta de su peregrinación a Jerusalén para celebrar la Pascua hebrea.
- En la orilla del camino, aparece Bartimeo, ciego y mendigo que se ubica en el lugar por el que deben pasar los peregrinos porque tiene la esperanza de recibir más limosnas. Este es su “lugar de trabajo”. Sin embargo todo se altera cuando se entera que muy cerca de él pasa Jesús.
- Clama al Señor desde su indigencia y su clamor va aumentando gradualmente enfrentando los obstáculos de su ceguera y su pobreza. Es preciso anhelar la salvación, desearla, para acogerla. La salvación que Dios ofrece exige levantarse y caminar.
- Clama misericordia presentándose como pecador arrepentido, que alejado de la comunión con Dios anhela tenerla.
- Se despoja de todo para alcanzar esta misericordia. Arroja el manto que es el mayor bien de un pobre, su abrigo para el frío, su bolsa para la limosna, su mantel para la comida.
- Bartimeo pide “ver”, se abandona. La verdadera fe es dejar “actuar” a Jesús, es la apertura total a la salvación por la vía que Él como Maestro quiera realizar. El encuentro con Jesús cambia radicalmente la vida de Bartimeo. Su camino de fe pasa primero por el “oír” y de la ceguera pasa a la visión. De la marginalidad en el camino pasa a ser un nuevo discípulo que ha recibido el don de la vista y se caracteriza por su fe. De entre todos los que Jesús ha curado a lo largo de su ministerio, éste es el único que inicia un camino de seguimiento.
- A Jesús se le conoce siguiéndolo, y el único modo de seguir a Jesús es caminando detrás de él. Caminar detrás de Jesús no es simplemente ir con el montón; seguir a Jesús es tener los ojos muy abiertos y el corazón dispuesto, admirarlo con los ojos y creerle por la fe.
- Todos somos un poco ciegos y mendigos como Bartimeo. Nuestra condición humana se torna muchas veces angustiosa y dramática, porque nuestros deseos van más allá de lo que la vida en el tiempo puede proporcionarnos y el sentido de la vida se presenta como un gran interrogante. Muchos intentan dar respuesta engañándose con infinitos espejismos, asegurándose con falsas garantías, pero en el fondo de esas búsquedas estamos compadeciéndonos de nuestra propia condición, pidiendo misericordia y que algo o alguien nos rescate.
- Sólo con la luz del Evangelio podremos iluminar el misterio de la vida. El misterio del hombre solo se esclarece a la luz de Jesucristo. El ciego ve porque quiere ver, y esa es la gran lección del Evangelio. Este deseo es el comienzo de su camino de fe. Para ver nos ha llamado Jesucristo. Para ver la vida desde una perspectiva especial. La fe es una opción libre y personal en la que se aclara el misterio de la existencia, no al margen de la vida, sino en la vida misma. No hablando sobre Dios, sino en el encuentro con Dios en Jesucristo. Creemos para entender más, no para desentendernos. La luz de la fe ilumina y da sentido a la vida del hombre porque pone claridad en el origen, de dónde venimos, y en el término, el fin de nuestro destino. La fe ilumina de una forma más cercana y cálida la vida de cada día individual y comunitaria: mi opción fundamental, lo que debo hacer en cada momento, el camino justo que debo emprender con lo que tengo y lo que soy. La fe es obediencia, es una respuesta concreta a la llamada del amor de Dios que se manifiesta en los gestos y palabras de Cristo y que piden encarnarse en mi vida concreta.
- Por la fe comenzamos a ver todo lo que antes no veíamos: nuestro cuerpo, nuestra inteligencia, nuestra afectividad, nuestra potencia creadora al servicio de algo más grande, de una vida plena que empezamos a intuir en Jesús.
- El hombre de fe transforma los caminos de la vida en rutas hacia Dios, caminos con la luz propia y permanente del corazón que acoge el Evangelio y le encuentra sentido a todas las cosas.
- La fe nos hace ver el Reino de Dios ya llegado con Cristo, y podemos reconocer su presencia en los que aman, en los que luchan, en los que trabajan por la paz y la justicia, en los que se dan cotidiana y silenciosamente.
- Todos buscamos realizarnos como individuos, como pueblo, como comunidad y es en esta historia humana con sus luces y sombras donde se concreta. Dios se hace presente en nuestro hoy y aquí para gestar una nueva humanidad. La luz de la fe nos hace descubrir los signos de su presencia a través de los cuales podemos vislumbrar la dirección de la historia.
- Por la fe discernimos aquello que viene de Dios como valor. La fe madura nos da ese criterio y sentido de la realidad para que no nos dejemos sepultar bajo el peso de los acontecimientos, sino para que sepamos juzgarlos, evaluarlos, corregirlos y trasformar nuestra pequeña historia cotidiana, y a veces aparentemente insignificante, en historia de salvación.
PARA DISCERNIR
- ¿Ante qué cosas me encuentro como ciego?
- ¿La fe, de qué modo ha iluminado momentos de mi vida?
- ¿Experimento la fe como luz que me permite discernir el paso y la llamada de Dios?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Señor…que vea
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
“Quien ignora el esplendor de la eterna luz, es ciego. Con todo, si ya cree en el Redentor, entonces ya está sentado a la vera del camino. Esto, sin embargo, no es suficiente. Si deja de orar para recibir la fe y abandona las imploraciones, es un ciego sentado a la vera del camino pero sin pedir limosna. Solamente si cree y, convencido de la tiniebla que le oscurece el corazón, pide ser iluminado, entonces será como el ciego que estaba sentado en la vera del camino pidiendo limosna.
Quienquiera que reconozca las tinieblas de su ceguera, quienquiera que comprenda lo que es esta luz de la eternidad que le falta, invoque desde lo más íntimo de su corazón, grite con todas las energías de su alma, diciendo: ‘Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí’.
[…] Es tiempo de escuchar lo que fue hecho al ciego que pedía la vista o, también, lo que él mismo hizo. Dice todavía el Evangelio: ‘Luego él recuperó la vista y se puso a seguir a Jesús’. Ve y sigue a quien realiza el bien que conoció; ve pero no sigue aquel que igualmente conoce el bien, pero no se dedica a realizarlo.
Si, pues, hermanos carísimos, ya conocemos la ceguera de nuestro peregrinar; si, con la fe en el misterio de nuestro Redentor, ya estamos sentados en la vera del camino; si, con una oración contínua, ya pedimos la luz a nuestro creador; si, además de eso, después de la ceguera, por el don de la fe que penetra la inteligencia, fuimos iluminados, esforcémonos por seguir con las obras a aquel Jesús que conocemos con la inteligencia. Observemos hacia donde el Señor se dirige e, imitándolo, sigamos sus pasos. En efecto, sólo sigue a Jesús quien lo imita”
San Gregorio Magno, Homilía. in Ev. 2, 2.8)
PARA REZAR
Canción de San Juan de la Cruz
¡Oh llama de amor viva,
que tiernamente hieres
mi alma en el más profundo centro!;
pues ya no eres esquiva,
acaba ya, si quieres;
rompe la tela de este dulce encuentro.
¡Oh cauterio suave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado!,
que la vida eterna sabe
y toda deuda paga;
matando, muerte en vida la has trocado.
¡Oh lámparas de fuego,
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba oscuro y ciego,
con extraños primores,
calor y luz dan junto a su Querido!
¡Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno,
donde secretamente solo moras,
y en tu aspirar sabroso de bien y gloria lleno,
cuán delicadamente me enamoras!
LUNES XXX
SANTOS SIMÓN Y JUDAS, APÓSTOLES (F)
Eligió a doce de ellos y los nombró apóstoles
Lectura de la carta
a los cristianos de Éfeso 2, 19-22
Hermanos: Ya no son extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos del pueblo de Dios y miembros de la familia de Dios. Están edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor.
Por él también ustedes se van integrando en la construcción, hasta llegar a ser morada de Dios, por el Espíritu.
Palabra de Dios
Salmo Sal 18,2-5
R: El mensaje del Señor llega a toda la tierra
Los cielos proclaman la gloria de Dios
y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
Un día comunica su mensaje al otro día
y una noche se lo trasmite a la otra noche. R.
Sin que pronuncien una palabra,
sin que resuene su voz, a toda la tierra
llega su sonido y su mensaje hasta el fin del mundo. R.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según San Lucas 6, 12-19
Por aquellos días, Jesús se retiró a la montaña a orar y se pasó la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, eligió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles. Eran Simón, a quien llamó Pedro, y su hermano Andrés; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el hijo de Alfeo, Simón, llamado el Fanático; Judas, el hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Al bajar con ellos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de tiro y Sidón, para escucharlo y hacerse curar de sus enfermedades. Los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban curados; y toda la gente quería tocarlo, porque salía de Él una fuerza que sanaba a todos.
Palabra del Señor
PARA REFLEXIONAR
- “Judas” es una palabra hebrea que significa «alabanzas sean dadas a Dios». “Tadeo” quiere decir «valiente para proclamar su fe». El Apóstol Judas Tadeo, «el hermano de Santiago», era probablemente el hermano de Santiago el Menor; se lo menciona así por la notoriedad de Santiago en la Iglesia primitiva: «¿No es éste -se preguntan maravillados los habitantes de Nazaret, ante la fama que acompaña a Jesús- el carpintero, el hermano de Santiago y de Judas?».
- Se atribuye a San Judas una de las epístolas canónicas, que tiene muchos rasgos comunes con la segunda epístola de San Pedro. No está dirigida a ninguna persona ni iglesia particular y exhorta a los cristianos a «luchar valientemente por la fe” que ha sido dada a los santos y amonesta contra los falsos maestros invitando a conservar la pureza de la fe.
- Entre los apóstoles, parece que Simón y Judas tenían un sobrenombre para distinguirlos de otros apóstoles del mismo nombre. Simón era “Celotes”, para distinguirlo de Simón Pedro. Judas era “Tadeo”, para distinguirlo de Judas Iscariote.
- Según la tradición occidental, San Judas Tadeo se reunió en Mesopotamia con San Simón y ambos predicaron varios años en Persia y ahí fueron martirizados. Existe un presunto relato del martirio de los dos Apóstoles; pero el texto latino no es ciertamente anterior a la segunda mitad del siglo VI. Dicho documento se ha atribuido a un tal Abdías, de quien se dice que fue discípulo de Simón y Judas y consagrado por ellos primer obispo de Babilonia.
- Según dice la antigua tradición, a San Simón lo mataron cortándolo por el medio, y a San Judas Tadeo le cortaron la cabeza con un hacha y por eso lo pintan con un hacha en la mano. La Iglesia de occidente los celebra juntos, en tanto que la Iglesia de oriente separa sus respectivas fiestas.
- El evangelio de hoy, con ocasión de la festividad de los apóstoles Simón y Judas, nos narra la elección de los doce. Jesús escoge a la mayoría de quienes serán roca de nuestra fe cristiana, de entre gente común. El ser llamados o escogidos al servicio de Dios, no es para envanecerse, ni gloriarse, mucho menos para ejercer el poder como lo hacen los poderosos de la tierra. Los llama al servicio y en la comunidad para que el Reino de Dios, se haga presente en medio de los hombres desde la vida de los mismos hombres.
- Este llamado aparece en el evangelio en el marco de un día entero en la vida de Jesús. La convivencia humana con el maestro y entre ellos será el lugar de formación de estos hombres. No realizan un curso ni siguen un manual; la experiencia del discipulado se hace viviendo. Para aprender lo que significa “amar” era necesario que experimentaran el amor llevado hasta el extremo; no era cuestión de aprender a dar una definición sobre el perdón sino realizar el ejercicio de perdonar, y hacerlo de corazón. El modelo era Jesús, pero cada uno tiene que hacerlo carne en su propia vida.
- Jesús no los eligió en calidad de doce líderes de la nueva comunidad, sino para que proclamen con su comportamiento la alternativa de vida nueva y sociedad renovada que quiere proponer a Israel, primero, y, por extensión, a toda la humanidad.
- Jesús se ha quedado entre nosotros y el camino del discipulado continúa abierto. Jesús sigue buscando y llamando hombres y mujeres que quieran ser testimonio del amor de Dios, desde una vida que sabe amar y lo demuestra; que aprende a perdonar y es signo de la humanidad reconciliada; y que no se avergüenza de contar a todos lo que Dios ha obrado y sigue obrando en la historia.
PARA DISCERNIR
- ¿Me siento llamado a ser apóstol de Jesús?
- ¿Mi camino en la fe, es un discipulado junto al Señor?
- ¿Vivo con gozo la experiencia de anunciar a Jesús con mi vida?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Gracias por tu llamado Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Llamó a sus discípulos, escogió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles»
…”La Tradición apostólica no es una colección de cosas, palabras, como una caja de cosas muertas; la Tradición es el río de la vida nueva que viene desde los orígenes, de Cristo hasta nosotros, y nos implica en la historia de Dios con la humanidad. Este tema de la Tradición… es de gran importancia para la vida de la Iglesia. El Concilio Vaticano II ha subrayado, a este respecto, que la Tradición es apostólica primero en sus orígenes: «Dispuso Dios benignamente que todo lo que había revelado para la salvación de los hombres permaneciera íntegro para siempre y se fuera transmitiendo a todas las generaciones. Por ello Cristo Señor, en quien se consuma la revelación total del Dios sumo (2C 1,20; 3,16-4,6), mandó a los Apóstoles que predicaran a todos los hombres el Evangelio, comunicándoles los dones divinos. Este Evangelio, prometido antes por los Profetas, lo completó El y lo promulgó con su propia boca, como fuente de toda la verdad salvadora y de la ordenación de las costumbres» (Dei Verbum 7). El Concilio prosigue subrayando que este compromiso ha sido fielmente llevado a cabo «por los apóstoles que por la predicación oral, en los ejemplos e instituciones, transmitieron todo lo que habían aprendido de la misma boca de Cristo, viviendo con él y viéndole actuar; y también que ellos mismos gozaban de sugerencias dadas por el Espíritu Santo». Con los apóstoles, añade el Concilio, colaboraron también «unos hombres de su mismo entorno, los cuales, bajo la inspiración del mismo Espíritu Santo, consignaron por escrito el mensaje de salvación».
Cabezas del Israel escatológico, en número de doce tal como lo eran las tribus del pueblo elegido, los apóstoles continuaron la «cosecha» comenzada por el Señor y lo hicieron, ante todo, transmitiendo el don recibido, la Buena Nueva del Reino llegado a los hombres en Jesucristo. El número de doce expresa no sólo la continuidad con la raíz santa, el Israel de las doce tribus, sino también el destino universal de su ministerio, portador de salvación hasta los extremos de la tierra. Se puede captar eso a partir del valor simbólico de los números en el mundo semítico: doce es el resultado de la multiplicación de tres, número perfecto, por cuatro, número que nos remite a los cuatro puntos cardinales, es decir, al mundo entero”…
Papa Benedicto XVI – Audiencia general del 3-5-2006
PARA REZAR
Oración a San Judas Tadeo
Dios nuestro que nos has dado a conocer
a tu Hijo por la predicación de los Apóstoles,
por intercesión de tu santo apóstol Judas Tadeo,
bendice y protege nuestra familia
y líbranos de todo mal, para que cada día conozcamos
y amemos más a Cristo y a nuestros semejantes.
Concédenos Señor, también por su intermedio,
la gracia de dedicar nuestra vida,
nuestras cualidades y nuestros esfuerzos
a hacerte conocer y amar y,
al final de nuestras vidas, lograr, como él,
un puesto junto a Ti en el cielo
Por Cristo nuestro Señor.
Se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su huerta
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Efeso 5, 21-33
Hermanos:
Sométanse los unos a los otros, por consideración a Cristo.
Las mujeres deben respetar a su marido como al Señor, porque el varón es la cabeza de la mujer, como Cristo es la Cabeza y el Salvador de la Iglesia, que es su Cuerpo. Así como la Iglesia está sometida a Cristo, de la misma manera las mujeres deben respetar en todo a su marido.
Maridos, amen a su esposa, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella, para santificarla. El la purificó con el bautismo del agua y la palabra, porque quiso para sí una Iglesia resplandeciente, sin mancha ni arruga y sin ningún defecto, sino santa e inmaculada. Del mismo modo, los maridos deben amar a su mujer como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama a sí mismo. Nadie menosprecia a su propio cuerpo, sino que lo alimenta y lo cuida.
Así hace Cristo por la Iglesia, por nosotros, que somos los miembros de su Cuerpo. Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos serán una sola carne.
Este es un gran misterio: y yo digo que se refiere a Cristo y a la Iglesia.
En cuanto a ustedes, cada uno debe amar a su mujer como a sí mismo, y la esposa debe respetar a su marido.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 127, 1-2. 3. 4-5 (R.: cf. 1a)
R. ¡Felices los que temen al Señor!
¡Feliz el que teme al Señor
y sigue sus caminos!
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás feliz y todo te irá bien. R.
Tu esposa será como una vid fecunda
en el seno de tu hogar;
tus hijos, como retoños de olivo
alrededor de tu mesa. R.
¡Así será bendecido
el hombre que teme al Señor!
¡Que el Señor te bendiga desde Sión
todos los días de tu vida:
que contemples la paz de Jerusalén! R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 13, 18-21
Jesús dijo:
«¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿Con qué podré compararlo? Se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su huerta; creció, se convirtió en un arbusto y los pájaros del cielo se cobijaron en sus ramas.»
Dijo también: «¿Con qué podré comparar el Reino de Dios? Se parece a un poco de levadura que una mujer mezcló con gran cantidad de harina, hasta que fermentó toda la masa.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- Sigue Pablo con las recomendaciones sobre la vida nueva «en Cristo» y pone su mirada sobre la familia y el matrimonio.
- Pablo concibe la unión entre hombre y mujer desde la perspectiva de Dios; afirmando que para el hombre amar a su mujer es amarse a sí mismo, porque «es la propia carne».
- Si bien Pablo, como hijo de su tiempo, habla del sometimiento de la mujer al marido da un paso más: ha de ser en el Señor, no por miedo sino por amor.
- También la relaciona con el amor que se tienen mutuamente Cristo y la Iglesia. El amor del marido tiene como modelo el de Cristo. El amor de Cristo a su Iglesia lo demostró en la entrega de la cruz. Esta muerte redentora simbolizada en el bautismo purifica a la Iglesia de toda mancha y la engalana como conviene a su esposa.
- La unidad con Cristo, que es la cabeza, y en Cristo, en el que ya no hay hombre ni mujer, ni señores o esclavos, constituye una prioridad evangélica que elimina cualquier discriminación.
***
- A Jesús en este momento de su vida, cada vez más próximo a Jerusalén, le interesa que el reino que Él anuncia, sea comprendido por aquellos que quieran entrar en él.
- Estas dos parábolas nos enseñan que el aparente fracaso forma parte del crecimiento del Reino de Dios. En una sociedad que no concede el mínimo de importancia a lo pequeño, a lo ínfimo, Jesús desconcierta; diciendo que es desde esta dimensión desde donde tiene que comenzar a germinar la realidad del reino de Dios. En su andar evangelizador Jesús revela que el reino está abierto y se construye con los que no cuentan, con los marginados, con los que la sociedad y su sistema político, económico y religioso descarta.
- En línea con esta parábola donde no importa lo grande, Jesús propone que lo menos importante es la velocidad, el apuro. Así como la levadura en cantidades pequeñas puede fermentar con su tiempo toda la masa, así tienen que vivir quienes están comprometidos con la causa de Jesús; como la levadura deben ir fermentando lentamente, transformando poco a poco, toda la masa de la sociedad.
- Jesús garantiza su palabra con su propia vida; el pequeño grano fue puesto en el huerto, fue sembrado, la levadura fue introducida en las tres medidas de harina. El cuerpo de Jesús insignificante para los hombres: será puesto en el sepulcro, pero al cabo de tres días resucitará. En la dinámica del Reino, de la muerte brota la vida.
- El proyecto de Dios se realiza bajo los signos de la semilla y la levadura. El verdadero crecimiento es invisible a los ojos de los hombres. La abundancia del Reino es un don totalmente gratuito de Dios; pero no se puede recibir sin hacer nada. Exige una tarea que hay que cumplir y se realiza en un proceso de crecimiento. Decir que participamos de la abundancia, es afirmar que todo se cumplió en Jesucristo Resucitado, pero al mismo tiempo es afirmar que todo está por cumplirse. El Reino escatológico es una obra por hacer, un edificio por construir, un proyecto de catolicidad que se ha de realizar progresivamente.
- No es la capacidad de influencia, ni la presencia masiva en los medios de comunicación; ni las notas externas que causan admiración lo que da fecundidad a la Iglesia. En la presencia silenciosa y cotidiana transformará e impregnará de sentido la vida de los hombres. Con paciencia y constancia podrá empapar de la fuerza del Espíritu las estructuras humanas. Con amor generoso y sacrificado transformará toda la comunidad, para que alcance los niveles de servicio y de compromiso que reclama la realidad de los más necesitados. Lo más importante de la enseñanza de Jesús queda formulado con los rasgos más sencillos y menos estridentes; como todo lo importante según la escala de valores del Reino.
PARA DISCERNIR
- ¿Creo en la fuerza de lo pequeño?
- ¿Anhelo para la Iglesia el prestigio y el poder de este mundo?
- ¿Sé actuar en lo secreto, en lo silencioso y en lo oculto?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Que venga tu Reino Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto»
… A propósito de eso que dice el Evangelio: «Un hombre toma y siembra en su huerto», ¿quién os parece que es este hombre que sembró el grano que había recibido, un grano de mostaza, en su pequeño huerto? Yo pienso que se trata del hombre de quien dice el Evangelio: «Había un hombre llamado José, miembro del Consejo, natural de Arimatea… Se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús y, después de descolgarle, le envolvió en una sábana y le puso en un sepulcro excavado en la roca en el que nadie había sido puesto todavía» (Lc. 23,50-53). Esta es la razón por la que la Escritura dice: «Un hombre la tomó y la escondió en su huerto». En el huerto de José se mezclaban los perfumes de diversas flores, pero nadie había sembrado en él semejante grano. El huerto espiritual de su alma estaba perfumado con el perfume de sus virtudes, pero Cristo embalsamado aún no había sido depositado en él. Enterrando en el monumento de su huerto al Salvador, le acogió más profundamente en el hueco de su corazón…
San Máximo de Turín (?- hacia 420), obispo- Sermón 26
PARA REZAR
Dios, fuente de todo amor,
y de toda bendición
te damos gracias
por tu Iglesia, tu esposa bella y santa,
por tu alianza con ella
en Jesús, su Salvador y redentor.
Él se dio todo y se lo dio todo:
su corazón abierto en la cruz,
su sangre y su amor,
el pan, fermento del Reino,
y el vino nuevo alegría de las bodas.
Creemos que nos llamas a crecer en el amor,
necesitamos en nosotros el Espíritu de tu Amado Hijo
para ser su Cuerpo en este mundo;
derrama sobre nosotros tu misericordia
para que seamos la esposa de Cristo
resplandeciente, sin mancha ni arruga.
Dios y Padre nuestro,
bendícenos, para que te bendigamos eternamente.
Traten de entrar por la puerta estrecha
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Efeso 6,1-9
Hijos, obedezcan a sus padres en el Señor porque esto es lo justo, ya que el primer mandamiento que contiene una promesa es este: Honra a tu padre y a tu madre, para que seas feliz y tengas una larga vida en la tierra.
Padres, no irriten a sus hijos; al contrario, edúquenlos, corrigiéndolos y aconsejándolos, según el espíritu del Señor.
Esclavos, obedezcan a sus patrones con temor y respeto, sin ninguna clase de doblez, como si sirvieran a Cristo; no con una obediencia fingida que trata de agradar a los hombres, sino como servidores de Cristo, cumpliendo de todo corazón la voluntad de Dios.
Sirvan a sus dueños de buena gana, como si se tratara del Señor y no de los hombres, teniendo en cuenta que el Señor retribuirá a cada uno el bien que haya hecho, sea un esclavo o un hombre libre.
Y ustedes, patrones, compórtense de la misma manera con sus servidores y dejen a un lado las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos, que lo es también de ustedes, está en el cielo, y no hace acepción de personas.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 145(144), 10-14
R. El Señor es fiel a sus palabras.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R.
Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R.
El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 13, 22-30
Jesús iba enseñando por las ciudades y pueblos, mientras se dirigía a Jerusalén. Una persona le preguntó: «Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?»
El respondió: «Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán. En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera, se pondrán a golpear la puerta, diciendo: «Señor, ábrenos.» Y él les responderá: «No sé de dónde son ustedes.»
Entonces comenzarán a decir: «Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en nuestras plazas.» Pero él les dirá: «No sé de dónde son ustedes; ¡apártense de mí todos los que hacen el mal!»
Allí habrá llantos y rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes sean arrojados afuera. Y vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios.
Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- La recomendación de Pablo a los efesios de que sean «buenos, comprensivos», y que «se perdonen unos a otros como Dios los perdonó en Cristo», las refiere hoy a las relaciones de los hijos con los padres, de los esclavos con sus dueños, y viceversa.
- Para los hijos, la obediencia a sus padres, lleva a cumplimiento el antiguo pero siempre actual mandamiento, de honrar a los padres. Por otro lado, recuerda a los padres que deben ejercer su autoridad como haría el Señor, sin tiranía, ni exasperando a sus hijos.
- Sin que justifique la esclavitud a nivel de derecho, se le presenta como un hecho, y en la misma línea de las llamadas anteriores pide a los esclavos que “obedezcan a sus amos como quien sirve al Señor y no a hombres”. Mientras que a los amos les recuerda que «tienen un amo en el cielo y que ése no es parcial con nadie».
- Pablo no pretende cambiar las estructuras sociales de su época, pero sí presentar criterios que provoquen un cambio radical en las mentalidades y en los corazones, que las transformen desde dentro.
***
- Alguien se acerca y le hace una pregunta que tiene su origen en una curiosidad que siempre ha existido: «¿Cuántos serán los que se salven?». Jesús sabe que en la mentalidad del que pregunta, anidaba la idea de que sólo se salvarán, los que pertenecen al pueblo judío. Jesús, como de costumbre, no contesta esta pregunta, y aprovecha para dar su lección: «Esfuércense en entrar por la puerta estrecha». El Reino es exigente, no se gana cómodamente.
- Hay personas que podrían parecer últimas y serán primeras, y otras que se consideraban primeras en el pueblo de Israel, serán últimas. El Reino es exigente y, a la vez, abierto a todos. No se decidirá por la raza o la asociación a la que uno pertenezca, sino por la respuesta de fe que hayamos dado en nuestra vida.
- Para Jesús no hay israelitas privilegiados, ni siquiera el resto de Israel, que se ha constituido como núcleo del pueblo salvado por Dios. La ‘puerta estrecha’ es la entrada en la comunidad que vive las bienaventuranzas. No entrará en ella ninguno de los que «no practican la justicia», por mucho que hayan convivido con Él, y hayan escuchado su enseñanza. Ya no hay prerrogativas nacionales, incluso las del pueblo de Dios. Solamente entrarán los que hayan seguido su enseñanza, pertenezcan a Israel o no.
- El pertenecer a una u otra raza no determina la entrada al banquete escatológico: judíos y paganos se sentarán a la misma mesa. Abraham, Isaac, Jacob, los profetas, y los paganos venidos de todos los diversos países. Una sola condición es necesaria: haber reconocido a Jesús y haber tomado la decisión de seguirlo por la fe.
- El evangelio de Lucas nos previene contra la tentación de creer que «ya estamos aprobados» y que, por lo tanto, da igual vivir de cualquier manera. Ya estamos salvados. Esta es la buena noticia. Precisamente por eso nos esforzamos en ofrecer signos de salvación, nos sentimos urgidos a vivir una vida nueva.
- No basta con pertenecer a su Iglesia o haber celebrado la Eucaristía y escuchado su Palabra: podríamos correr el riesgo de que «se cierre la puerta y nos quedemos fuera del banquete». Depende de si hemos sabido corresponder a esos dones.
PARA DISCERNIR
- ¿Vivo la pertenencia a la Iglesia como un privilegio?
- ¿Experimento el trabajo por la justicia como condición para la entrada en el Reino?
- ¿Me conformo con cumplir?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Ayúdame Señor a elegir la puerta estrecha
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…”Nuestra misión es una misión de amor. Es una misión de bondad, sobre todo hoy, en que hay tanta hambre de Dios. Noto que, con el tiempo, cada uno de nosotros se transformará en mensajero del amor de Dios. Para obtener esto, debemos ahondar en nuestra vida de amor, de oración, de sacrificio. Es muy difícil dar a Jesús a los otros si no lo tenemos en nuestros corazones. Si esto no nos interesa, estamos perdiendo el tiempo, porque limitarse a trabajar no es un motivo suficiente: sí lo es, en cambio, llevar la paz, el amor y la bondad al mundo de hoy, y para eso no tenemos necesidad ni de ametralladoras, ni de bombas. Necesitamos un amor profundo y una profunda unión con Cristo para ser capaces de dar a Cristo a los otros. Ahora bien, antes de poder vivir esta vida con el exterior, debemos vivirla en nuestras familias. El amor empieza en casa, y debemos ser capaces de mirar a nuestro alrededor y decir: «Sí, el amor empieza en la familia». Por eso nuestro primer esfuerzo debe ir encaminado a hacer de nuestras familias otros tantos Nazarets donde reinen el amor y la paz. Esto sólo se consigue cuando la familia se mantiene unida y reza unida.
A todos vosotros os ofrece una magnífica oportunidad la gran misión de vivir esta vida de amor, de paz, de unidad. Y, haciendo esto, proclamaréis a los cuatro vientos que Cristo está vivo”…
Madre Teresa de Calcuta, La alegría de darse a los otros.
PARA REZAR
Jesús, querido maestro,
quiero ayudarte a construir el Reino.
Dame fuerzas para vivir
siempre de acuerdo a tus enseñanzas.
Que ayude siempre a los demás,
que respete a todos,
y los trate de buenas maneras.
Que aprenda a perdonar
y no guarde rencor.
Que sepa compartir
y dar de corazón.
Enseñame a rezar con ganas
para que venga tu Reino.
Para que vivamos en una sociedad más justa,
donde no haya gente que sufra,
o le falte lo necesario para vivir.
Marcelo Murúa
No puede ser que un profeta mura fuera de Jerusalén
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Efeso 6, 10-20
Hermanos, fortalézcanse en el Señor con la fuerza de su poder. Revístanse con la armadura de Dios, para que puedan resistir las insidias del demonio. Porque nuestra lucha no es contra enemigos de carne y sangre, sino contra los Principados y Potestades, contra los Soberanos de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal que habitan en el espacio.
Por lo tanto, tomen la armadura de Dios, para que puedan resistir en el día malo y mantenerse firmes después de haber superado todos los obstáculos. Permanezcan de pie, ceñidos con el cinturón de la verdad y vistiendo la justicia como coraza. Calcen sus pies con el celo para propagar la Buena Noticia de la paz. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, con el que podrán apagar todas las flechas encendidas del Maligno. Tomen el casco de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios.
Eleven constantemente toda clase de oraciones y súplicas, animadas por el Espíritu. Dedíquense con perseverancia incansable a interceder por todos los hermanos, y también por mí, a fin de que encuentre palabras adecuadas para anunciar resueltamente el misterio del Evangelio, del cual yo soy embajador en medio de mis cadenas. ¡Así podré hablar libremente de él, como debo hacerlo!
Palabra de Dios.
SALMO Sal 143, 1. 2. 9-10ab (R.: 1a)
R. Bendito sea el Señor, mi Roca.
Bendito sea el Señor, mi Roca,
el que adiestra mis brazos para el combate
y mis manos para la lucha. R.
El es mi bienhechor y mi fortaleza,
mi baluarte y mi libertador;
él es el escudo con que me resguardo,
y el que somete los pueblos a mis pies. R.
Dios mío, yo quiero cantarte un canto nuevo
y tocar para ti con el arpa de diez cuerdas,
porque tú das la victoria a los reyes
y libras a David, tu servidor. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 13, 31-35
En ese momento se acercaron algunos fariseos que le dijeron: «Aléjate de aquí, porque Herodes quiere matarte».
El les respondió: «Vayan a decir a ese zorro: hoy y mañana expulso a los demonios y realizo curaciones, y al tercer día habré terminado.
Pero debo seguir mi camino hoy, mañana y pasado, porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén.
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne bajo sus alas a los pollitos, y tú no quisiste!
Por eso, a ustedes la casa les quedará vacía. Les aseguro que ya no me verán más, hasta que llegue el día en que digan: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!».
Palabra del Señor
PARA REFLEXIONAR
- Hoy es el último día que leemos la carta a los Efesios, Pablo califica la situación del cristiano de angustiosa, porque se encuentra asediado por los cuatro costados, por enemigos, que no son de carne y sangre; y exhorta al combate espiritual, y a la oración “para poder resistir a las insidias del diablo”. Pablo está encarcelado. Un soldado romano monta la guardia a su puerta.
- Lejos de lamentarse de su suerte, Pablo se distrae, describe la armadura de los soldados de Cristo.
- Si bien Pablo identifica las diversas piezas de la armadura del guerrero del tiempo, realizando una correspondencia metafórica de cada una de ellas con las armas espirituales: el cinturón de la Verdad, la coraza de la Justicia, las sandalias del Celo por el Evangelio de la paz, el escudo de la Fe, el yelmo de la Salvación, la espada del Espíritu; más interesante es que, estas armas para un cristiano siguen siendo válidas ahora.
- Pablo pide que en esta oración, además de pedir por sí mismos, recen por todos los demás y para que la Palabra salvadora de Dios pueda seguir anunciándose en el mundo porque el combate es contra las «fuerzas sobrehumanas y supremas del mal» que «dominan este mundo de tinieblas». En este combate, los cristianos tenemos que luchar y extraer energía, fuerza y vigor «de Cristo» revestidos de las armas de Dios.
- Pablo no menciona la «oración» entre las armas, pero está aquí concebida como fuente de energía, que lejos de ser un refugio para personas débiles es la fuerza para el combate.
***
- Este pasaje está situado en la última subida de Cristo hacia Jerusalén. Algunos fariseos se acercaron a Jesús para decirle que se marche, porque Herodes quiere matarlo. Herodes, había encarcelado y dado muerte al Bautista y ahora quiere deshacerse de Jesús. Mucho antes su padre Herodes, el Grande, había mandado matar a los inocentes de Belén cuando nació Jesús.
- Jesús responde con palabras duras, llamándolo «zorro», y mostrando que camina libremente hacia Jerusalén a cumplir allí su misión. Sigue su camino decidido; y declara que debe seguir adelante hoy, mañana y pasado porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén.
- Jesús no es un condenado a muerte como otros. Es consciente de ir hacia un cumplimiento. Jesús conoce perfectamente a lo que va. No morirá el día que Herodes decida, sino el día previsto por Dios.
- Jesús, caminando hacia Jerusalén, caminando hacia su muerte, pone en manos de Dios el cuidado de prolongar su misión.
- El lamento de Jesús -«Jerusalén, Jerusalén»- es dolor, al ver la obstinación del pueblo judío que no ha querido aceptar, al menos en su mayoría, la fe en el Mesías Jesús. La tierra y la humanidad entera están simbolizadas en esa ciudad. La oferta de la salvación, de la protección, de la ternura de Dios han sido rechazadas y alcanzarán aquí su punto culminante. Compara su preocupación por todos, justos y pecadores con el amor que siente una gallina cuando cobija bajo sus alas a sus crías.
- El maestro tiene clara conciencia de que su entrega no es absurda, será la inauguración de un nuevo Pueblo de Dios, abierto y universal. Proclama que el antiguo templo, «la casa» quedará vacía, pues el nuevo Israel trascenderá los estrechos límites de Israel y abarcará a todo el universo.
- Jesús deja bien claro que la voluntad de Dios, es lo único que cuenta en esta vida, la libertad y decisión de Jesús son un signo de que el proyecto de Dios está por encima de cualquier proyecto humano; nada lo detiene; mucho menos las insidias y trampas de los hombres. Muchos cristianos a lo largo de la historia han sabido renunciar a muchas cosas, incluso a su vida misma, por cumplir fielmente la voluntad de Dios y han sido fermento de vida nueva.
- En el pueblo de Dios todos tenemos una común dignidad, y todos y cada uno tenemos nuestra responsabilidad, y todos daremos cuenta a Dios de nuestro cumplimiento de la misma. El poder no es garantía de eficacia y de verdad; mucho menos nos garantiza el triunfo. El único y verdadero triunfo se realiza en la fidelidad al amor y a la verdad.
PARA DISCERNIR
- ¿Estamos dispuestos a una entrega tan decidida como la de Jesús, incluso si aquellos por los que nos entregamos se vuelven contra nosotros?
- ¿Tenemos un corazón lleno de misericordia y de amor, para seguir trabajando y dándonos día a día, por el bien de los demás?
- ¿Nos influyen “los Herodes” de turno para cambiar nuestro camino, por miedo o por cansancio?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Dame Señor valentía y decisión en el seguimiento
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
« ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, pero no habéis querido!»
…”Jerusalén era una ciudad de paz, y fue también una ciudad de tormento, porque en ella Jesús sufrió inmensamente y en ella murió dolorosamente. Es en esta ciudad que hemos de ser sus testigos, y no con palabras sino en verdad, con nuestra vida, imitándolo tanto como podamos. Muchos hombres habría que, gustosamente, serían testigos de Dios en la paz con tal que todo les fuera según su criterio. Gustosamente serían santos, con la condición de no encontrar nada amargo en los ejercicios y trabajos para llegara a serlo. Querrían gustar, desear y conocer las dulzuras divinas sin tener que pasar por ninguna clase de amargura, pena o desolación. En cuanto les sobrevienen fuertes tentaciones y tinieblas, en cuanto les deja el sentimiento y la conciencia de estar en Dios, en cuanto se sienten abandonados interior y exteriormente, entonces todo lo abandonan y así dejan de ser verdaderos testigos.
Todos los hombres buscan la paz. Por todas partes, en sus obras y de todas maneras buscan la paz. ¡Ah! que podamos nosotros liberarnos de esta búsqueda y podamos buscar la paz en el tormento. Es tan sólo ahí que nace la verdadera paz, la que permanece, la que perdura…Busquemos la paz en el dolor, el gozo en la tristeza, la simplicidad en la multiplicidad, la consolación en la amargura; es así que llegaremos a ser en verdad los testigos de Dios”…
Juan Taulero (hacia 1300-1361), dominico en Estrasburgo – Sermón 21, 4º para la Ascensión
PARA REZAR
Confesamos, Señor,
que nos hemos preocupado,
por las muchas demandas que
esta vida tiene.
Que nos hemos afanado
por buscar la comodidad
que la sociedad ofrece,
que nos enredamos en
competencias desleales,
anulando la vida de otros y otras
sin importarnos su dolor.
Que el activismo nos ha aturdido
de tal manera que
hemos perdido la bendición de tu presencia.
Ayúdanos a ver que
“sólo una cosa es necesaria”
y esa es tu Presencia,
que nos consuela, inspira y
compromete a trabajar por tu reino.
fortalece nuestra decisión
de caminar contigo,
y la seguridad de que nada ni nadie
nos apartará de tu lado. AMEN
Elizabeth Hernández Carrillo
1 DE NOVIEMBRE – SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS
Tendrán una gran recompensa en el cielo
Lectura del libro del Apocalipsis 7, 2-4. 9-14
Yo, Juan, vi a otro Ángel que subía del Oriente, llevando el sello del Dios vivo. Y comenzó a gritar con voz potente a los cuatro Ángeles que habían recibido el poder de dañar a la tierra y al mar:
«No dañen a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que marquemos con el sello la frente de los servidores de nuestro Dios.»
Oí entonces el número de los que habían sido marcados: eran 144. 000 pertenecientes a todas las tribus de Israel.
Después de esto, vi una enorme muchedumbre, imposible de contar, formada por gente de todas las naciones, familias, pueblos y lenguas. Estaban de pie ante el trono y delante del Cordero, vestidos con túnicas blancas; llevaban palmas en la mano y exclamaban con voz potente: « ¡La salvación viene de nuestro Dios que está sentado en el trono, y del Cordero!»
Y todos los Ángeles que estaban alrededor del trono, de los Ancianos y de los cuatro Seres Vivientes, se postraron con el rostro en tierra delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo: «¡Amén! ¡Alabanza, gloria y sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza a nuestro Dios para siempre! ¡Amén!»
Y uno de los Ancianos me preguntó: « ¿Quiénes son y de dónde vienen los que están revestidos de túnicas blancas?»
Yo le respondí: «Tú lo sabes, señor.»
Y él me dijo: «Estos son los que vienen de la gran tribulación; ellos han lavado sus vestiduras y las han blanqueado en la sangre del Cordero.»
Palabra de Dios.
SALMO Sal 23, 1-2. 3-4b. 5-6 (R.: cf. 6)
R. Así son los que buscan tu rostro, Señor.
Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella,
el mundo y todos sus habitantes,
porque él la fundó sobre los mares,
él la afirmó sobre las corrientes del océano. R.
¿Quién podrá subir a la Montaña del Señor
y permanecer en su recinto sagrado?
El que tiene las manos limpias
y puro el corazón;
el que no rinde culto a los ídolos. R.
El recibirá la bendición del Señor,
la recompensa de Dios, su Salvador.
Así son los que buscan al Señor,
los que buscan tu rostro, Dios de Jacob. R.
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3, 1-3
Queridos hermanos:
¡Miren cómo nos amó el Padre! Quiso que nos llamáramos hijos de Dios, y nosotros lo somos realmente. Si el mundo no nos reconoce, es porque no lo ha reconocido a él.
Queridos míos, desde ahora somos hijos de Dios, y lo que seremos no se ha manifestado todavía. Sabemos que cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 4, 25—5, 12
Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él. Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:
«Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
Felices los afligidos, porque serán consolados.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí.
Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- Hoy la Iglesia en todo el mundo celebra la festividad de todos los santos. En este día no recordamos sólo aquellos que alcanzaron la meta sino que también hacemos memoria de la “vocación a la Santidad a la que fuimos llamados”. La celebración de todos los Santos es expresión de la esperanza que nos habita: lo que Dios ha realizado en los santos lo esperamos nosotros, confiados en su amor, y lo vivimos ya ahora: «Ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos… seremos semejantes a Él, porque le veremos tal cual es».
***
- El Apocalipsis nos muestra que el camino de los hijos, que desemboca en la gloria de la Jerusalén celestial, no es otro que el camino del Hijo que ha pasado por la gran tribulación. Quienes han caminado con Jesús y ahora gozan con su dicha; nos ofrecen el ejemplo de su vida, la ayuda de su intercesión.
***
- San Juan en la primera carta, pide a sus destinatarios que no dejen de asombrarse y admirar el inmenso amor de Dios por el que nos ha hecho a todos hijos suyos.
***
- En las bienaventuranzas de Mateo Jesús es presentado subiendo al monte. Jesús como nuevo Moisés, realiza el acto fundacional del nuevo pueblo de Dios. Los signos de pertenencia a este pueblo serán las situaciones que vivían sus miembros iluminadas desde la fe.
- Algunas son padecidas por ellos: la pobreza, el llanto, el hambre y la sed, los malos tratos y la persecución. Son situaciones de sufrimiento que se ven obligados a padecer, a causa de su dedicación a la construcción de este nuevo modelo de sociedad, llamado Reino de Dios.
- Otras son generadas por ellos y Jesús declara bienaventurados a los que viven con radicalidad y realismo en la vida las exigencias del reino.
- Para muchos la palabra «santo» evoca a gente vestida con ropa propia de otras épocas, con una vida bastante distinta, algunas veces con muchas rarezas, a la de sus contemporáneos y que casi siempre eran obispos, religiosos o monjas. Nos cuesta imaginarnos un santo con jean o haciendo tareas domésticas y con una vida tan normal como la nuestra. Hemos identificado ser santo con algo estático, con ser raro, aburrido o absurdamente sacrificado. En otras ocasiones identificamos al santo con el ser cuasi perfecto y como modelo que se hace inalcanzable.
- Sin embargo el Concilio Vaticano II, en varias ocasiones, recuerda que «los fieles de cualquier condición y estado son llamados por Dios, cada uno por su camino, a la perfección de la santidad por la cual el mismo Padre es perfecto». Con este llamamiento a la santidad no se nos invita a ninguna forma absurda de vida o a caminar hacia una meta imposible. Aspirar a la santidad es aspirar a la felicidad total que todo hombre desea.
- La santidad, no es un logro que se alcanza en un más allá, sino un estilo de vida en este más acá, traducido en obras de amor, de misericordia, de justicia y de paz. En la presentación de las bienaventuranzas en la festividad de todos los Santos, Mateo pone una brújula en nuestro trabajo por alcanzar la santidad, entendida ésta, como la lucha constante por abrirnos cada vez más, al paso de Dios y dejar que en el cada día nos dé, la plenitud de la vida en medio de la lucha por construir el Reino.
- Los santos nos demuestran que seguir a Cristo es posible, y que vale la pena. Estos hombres y mujeres tuvieron defectos, cometieron pecados, no eran perfectos. Fueron «como nosotros». Pero creyeron en el Evangelio, y que la gracia supera abundantemente nuestras limitaciones. Los santos han tenido a Dios como anhelo y fundamento determinante de sus vidas y por eso sus vidas fueron transformadas. Algunos han dejado huella profunda. Otros han pasado desapercibidos. Hombres y mujeres así, no sólo existieron en el pasado, sino también hoy andan por nuestras calles, trabajan en nuestras fábricas, caminan a nuestro lado o sufren en nuestros hospitales.
- Porque la santidad es tener confianza, esperanza, alegría, porque Jesús está con nosotros, haciendo posible una nueva vida; que invierte los valores de este mundo y acepta los del evangelio sin medias tintas. Santo es quien ha decidido construir ese nuevo mundo bienaventurado donde los hombres se aman, son solidarios y se ayudan, donde no se rechazan unos a otros por su condición social o poder. Santo es el que no abandona la lucha aunque sea lenta y fatigosa. Santidad es cuando, a pesar de todo y de todos, se mantiene la esperanza de que la lucha realizada por y con Jesús, tendrá un buen final y la fraternidad entre los hombres irá haciéndose realidad hasta que todos seamos auténticamente hermanos. Así es el hombre santo y bienaventurado que ha descubierto la mejor parte, la que nunca le será quitada.
PARA DISCERNIR
- ¿Siento el llamado a la santidad?
- ¿Qué lugar ocupan las bienaventuranzas en mi vida cristiana?
- ¿Estoy convencido que ser santo en el mundo de hoy vale la pena?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Sean santos como su Padre Celestial
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…”Tu verdadera identidad es ser hijo de Dios. Ésa es la identidad que debes aceptar. Una vez que la hayas reivindicado y te hayas instalado en ella, puedes vivir en un mundo que te proporciona mucha alegría y, también, mucho dolor. Puedes recibir tanto la alabanza como el vituperio que te lleguen como ocasiones para fortalecer tu identidad fundamental, porque la identidad que te hace libre está anclada más allá de toda alabanza y de todo vituperio humano. Tú perteneces a Dios y, como hijo de Dios, has sido enviado al mundo.
Dado que ese lugar profundo que hay dentro de ti y donde se arraiga tu identidad de hijo de Dios lo has desconocido durante mucho tiempo, los que eran capaces de afectarte han tenido sobre ti un poder repentino y a menudo aplastante. Pero no podían llevar a cabo aquel papel divino, y por eso te dejaron, y te sentiste abandonado. Pero es precisamente esta experiencia de abandono la que te ha atraído a tu verdadera identidad de hijo de Dios.
Sólo Dios puede habitar plenamente en lo más hondo de ti. Puede ser que haga falta mucho tiempo y mucha disciplina para volver a unir tu yo profundo, escondido, con tu yo público, que es conocido, amado y aceptado, aunque también criticado por el mundo; sin embargo, de manera gradual, podrás empezar a sentirte más conectado a él y llegar a ser lo que verdaderamente eres: hijo de Dios”…
H. J. M. Nouwen, La voz del amor, Brescia 21997, pp. 98ss, passim.
PARA REZAR
Ser santo es seguir siendo
una persona normal y corriente,
que siente la insatisfacción
que produce una visión del mundo,
donde los hombres aceptan
como necesidad el tener mucho dinero.
Ser santo es sentir la preocupación
del desempleo, del paro, y solidarizarse
con quienes lo sufren para paliar su necesidad;
y trabajar para que los responsables
tengan una mentalidad menos lucrativa y más social.
Ser santo es ofrecer nuestra amistad
a quien se encuentra solo,
ser capaz de temblar cuando descubrimos
la incomunicación que nuestro mundo
masificado nos transmite,
y contagia a través de sus aparatos.
Ser santo es no aceptar la violencia
a la que nos lleva la competencia,
el odio que despierta en nosotros
la separación de los hombres con
barreras económicas, sociales,
religiosas, raciales, nacionales.
Ser santo es buscar la superación
de todas las situaciones negativas
que producen sufrimiento en los hombres.
Ser santo es saberse hijo de Dios,
llamar con la vida, no con la lengua,
a Dios como Padre, lo que significa
querer estrechar con los hombres
unos lazos mayores de hermandad para,
todos juntos, poder invocarlo como Padre.
Ser santo es vivir con la limpieza
de corazón suficiente, como para caminar
por la vida sin segundas intenciones,
ofreciendo sinceridad y confianza.
2 DE NOVIEMBRE – CONMEMORACIÓN DE LOS FIELES DIFUNTOS
Yo soy el camino la verdad y la vida
Lectura del libro del Apocalipsis. Ap 21,1-5a.6b-7.
Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el mar ya no existe. Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo.
Y escuché una voz potente que decía desde el trono: -Esta es la morada de Dios con los hombres: acampará entre ellos. Ellos serán su pueblo y Dios estará con ellos. Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor. Porque el primer mundo ha pasado.
Y el que estaba sentado en el trono dijo: -«Ahora hago el universo nuevo». Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Los sedientos beberán de balde de la fuente de agua viva. El que ha vencido es heredero universal: yo seré su Dios y él será mi hijo.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 129, 1-8
R: A ti, Señor, elevo mi alma.
¡Cuánto me han asediado desde mi juventud
que lo diga Israel,
cuánto me han asediado desde mi juventud,
pero no pudieron contra mí! R.
Clavaron un arado en mis espaldas
y abrieron largos surcos.
Pero el Señor, que es justo,
rompió el yugo de los impíos. R.
¡Retrocedan llenos de vergüenza
todos los que aborrecen a Sión:
sean como la hierba de los techos,
que se seca antes de ser arrancada! R.
Con ella, el segador no llena su mano,
ni cubre su pecho el que ata las gavillas.
Y nadie comenta al pasar:
«El Señor los ha bendecido». R.
Descienda sobre ustedes nuestra bendición,
en el nombre del Señor. R.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Corinto 15, 20-23
Hermanos:
Cristo resucitó de entre los muertos, el primero de todos. Porque la muerte vino al mundo por medio de un hombre, y también por medio de un hombre viene la resurrección.
En efecto, así como todos mueren en Adán, así también todos revivirán en Cristo, cada uno según el orden que le corresponde: Cristo, el primero de todos, luego, aquellos que estén unidos a él en el momento de su Venida.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 24, 1-8
El primer día de la semana, al amanecer, las mujeres fueron al sepulcro con los perfumes que habían preparado. Ellas encontraron removida la piedra del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
Mientras estaban desconcertadas a causa de esto, se les aparecieron dos hombres con vestiduras deslumbrantes. Como las mujeres, llenas de temor, no se atrevían a levantar la vista del suelo, ellos les preguntaron: «¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado. Recuerden lo que él les decía cuando aún estaba en Galilea: «Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores, que sea crucificado y que resucite al tercer día»». Y las mujeres recordaron sus palabras.
Palabra de Dios.
PARA REFLEXIONAR
- La liturgia nos propone hacer memoria de los fieles difuntos. El sentido de la conmemoración es ante todo la fiesta, la memoria agradecida con Dios y con esos hermanos que nos han tomado la delantera en el encuentro definitivo con nuestro Padre.
- Celebramos al Dios de la Vida, al Dios que Salva, al Dios de la Resurrección. Nuestro Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos, por eso desde el corazón de la muerte, celebramos y proclamamos la resurrección.
***
- La primera lectura lleva nuestros pensamientos hacia la eternidad, se abren ante nosotros perspectivas de aquel «nuevo cielo» y de aquella «nueva tierra», que serán la «morada de Dios entre los hombres»; donde “Dios enjugará las lágrimas de sus ojos, y la muerte no existirá más, no habrá duelo, ni gritos, ni trabajo, porque todo esto es ya pasado”. Esta es ya realidad vivida, por la inmensa multitud de los santos, que en el cielo gozan del encuentro con Dios.
***
- Pablo habla del hecho histórico de la resurrección de Jesucristo para resaltar su valor salvífico, viendo en esa resurrección el principio de la nueva creación. Cristo resucita, pero resucita como «primicia» de los muertos. Es el nuevo Adán que arrastra consigo a toda la humanidad hacia la justicia y la vida.
***
- La perspectiva última para el cristiano no es la muerte, sino la vida. Y la vida eterna; esa es su esperanza, una participación plena más allá de los límites de la vida presente y más allá de la muerte, en la vida misma infinita de Dios.
- En la certeza de la resurrección de Jesús radica la serenidad del cristiano frente a la muerte. Serenidad que no se confunde con insensibilidad o resignación apática; muy por el contrario es el convencimiento firme de que la muerte, contrariamente a lo que parece, no tiene la última palabra. La muerte ha sido vencida por la vida nueva del resucitado.
- Por eso, la invitación a creer que hace Jesús en el Evangelio, significa creer en un amor que está más allá de las debilidades humanas. Un amor que es más fuerte que cualquier mal que los hombres podemos hacer. Un amor que es vida para siempre, esperanza que no falla, confianza infinita.
- Creemos que Dios ha venido a vivir en medio de nosotros, creemos que Dios ha vivido nuestra misma vida, con sus angustias y dolores, con sus ilusiones y esperanzas, en la persona de su Hijo. Nuestra misma vida, vivida con un amor infinito, totalmente entregado a un amor hasta la muerte. Un amor que ha vencido, definitivamente, el mal, el dolor y la muerte misma. Un amor que es resurrección, vida nueva para siempre.
- Los cristianos, cuando recordamos a nuestros difuntos, lo hacemos mirando a Jesús, muerto en la cruz por amor, que ha resucitado, y que vive por siempre, y que nos llama a todos a compartir su vida. Esto no significa que esté ausente el dolor que siempre significa recordar a las personas que ya no están entre nosotros. Pero hay una invitación a experimentar la paz, que nos da saber que nuestros difuntos, están en buenas manos, en las manos de este Dios que quiere acoger a todos sus hijos.
- Creer en Dios significa recordar a nuestros difuntos, con la esperanza de que compartirán esta vida nueva de Jesús, resurrección que también nosotros compartiremos un día, si caminamos por este mundo siguiendo los pasos de Jesús, amando como Jesús, y confiando en Dios como Jesús confiaba.
- Hay garantía para los discípulos, de una vida que se prolonga más allá de la muerte; si el proyecto de Jesús, su Evangelio, como camino, lo recorremos como Él mismo lo recorrió; si la Verdad de Jesús, la proclamamos como Él la proclamó; si la Vida que es Jesús, la vivimos como Él vivió. La vida traspasa las murallas de la muerte.
- Porque el misterio total del hombre sólo alcanza a vislumbrarse desde el misterio de Cristo, el enigma tremendo de nuestra muerte sólo puede ser iluminado desde la suya, asumida libre y amorosamente por nosotros y por nuestra salvación; superada luego por el poder de Dios con su resurrección gloriosa; anticipo y prenda a su vez de nuestra propia resurrección.
- Dios es un Dios de vida y de vivos, no un Dios de muerte. Hoy es un día para la esperanza. Si la muerte ha sido vencida, ¿qué nos puede hacer temblar? Nada. Si vencer la muerte es posible -ha sido realidad ya en Jesucristo- ningún horizonte está cerrado. Para quien sepa ponerse confiadamente en manos de Dios, habrá desaparecido toda esclavitud, toda opresión, toda muerte. Y todo esto nos llevará a vivir en verdadera y continua esperanza, que nos lleva a trabajar con toda confianza por ese mundo nuevo, distinto, en paz, en armonía y fraternidad que todos queremos.
- Hoy, conmemoración de los fieles difuntos, es continuación y complemento de la de ayer. Junto a todos los santos ya gloriosos, queremos celebrar la memoria de nuestros difuntos. Muchos de ellos formarán parte, sin duda, de esa «inmensa multitud» que celebrábamos ayer. En esta Eucaristía que celebramos recordando a nuestros difuntos, comemos el Cuerpo de Cristo para unirnos a Él más fuertemente. Porque la Eucaristía es compartir ya ahora su vida nueva, como prenda de que un día viviremos su resurrección.
PARA DISCERNIR
- ¿Cuál es mi actitud ante la muerte? ¿La aguardo con angustia o esperanza?
- ¿Cómo reaccionas ante la muerte de un ser querido?
- ¿Cómo podemos entender la muerte desde la vida y pasión del Señor?
- ¿Cómo me preparo para el día en que el Señor me llame?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Creo, Señor que eres la Resurrección y la Vida
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…”¿Creemos que nosotros gozaremos de la eterna bienaventuranza? Somos mortales, pero quien nos lo ha prometido es omnipotente, es Dios. Y, ¿no puede hacer un ángel del hombre el que hizo al hombre de la nada? ¿O es que Dios tiene al hombre por nada, habiendo muerto por él su Hijo único? Cobre alientos la flaqueza humana, no desespere, no se abata, no diga: «¡Es imposible!». Dios lo ha prometido. Apareció entre los hombres, vino a tomar nuestra muerte y a prometernos su vida…, pues dijo: «Padre, quiero que donde estoy yo estén también ellos conmigo». ¡Qué inmenso amor! Vino donde estamos nosotros, para que estemos con Él, donde Él está. Hombre mortal, Dios te ha prometido que vivirás eternamente. ¿No lo crees? Créelo, créelo, pues es más lo que ha hecho que lo que te ha prometido. ¿Qué hizo? Morir por ti. ¿Qué prometió? Que vivirás con Él. Es más increíble que el Eterno muera que el mortal viva eternamente.
Pues bien, lo más increíble ya ha sucedido, Dios murió por el hombre; entonces, ¿no ha de vivir el hombre con Dios, no vivirá eternamente el hombre mortal por quien murió el que vive para siempre? El Verbo se hizo carne para ser cabeza de la Iglesia. Algo nuestro ya está arriba, en el cielo: la carne que aquí tomó el Verbo, la carne en la que murió, en la que fue crucificado.
Tus primicias te han precedido, ¿y todavía dudas de que tú has de seguirlas?”…
San Agustín. Narraciones sobre los salmos, 148, 8
PARA REZAR
Hoy te bendice nuestro corazón,
Padre, Dios de la vida,
porque en Cristo Jesús,
vencedor del pecado y de la muerte,
vemos que el fin de nuestro camino es la vida contigo.
En Jesús radica nuestra esperanza
de vida sin término,
porque es resurrección y vida
para todo el que cree en Él.
Así la vida de los que creemos en ti, Señor,
no termina, se transforma,
y al deshacerse nuestra morada terrenal,
adquirimos otra mansión eterna para vivir siempre a tu lado.
¡Bendito seas, Señor! Haz que nuestro
contacto con Cristo por su palabra,
por la fe y por los sacramentos,
despierte tu gesto creador
que da vida al hombre para siempre. Amén